Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo IX: ¿Quién eres?


Capítulo IX: ¿Quién eres?

Jagger.


—Tienes que dejarme ir a clases —Ríe Dakota contra mis labios en tanto mis manos viajan desde el centro de su espalda hasta acunarle el culo y pegarla más a mi cuerpo—. Jagger...

—Eso no suena cómo una protesta, dulce —Le mordisqueo el labio inferior, luchando contra la sonrisa cuando sus manos toman puñados de mi camisa a la altura de mi pecho, pero no me aleja.

En todo caso me acerca.

—Podrías saltarte las clases...

—No seas malo, sabes que es mi clase con McCain.

—Puedo inventarle una excusa.

—Solo presumes de que milagrosamente eres el único estudiante al que no odias.

—Tal vez te perdone la falta si sabe que lo haces en pro de compartir orgasmos conmigo.

—Por supuesto —dice con una risa que se transforma en una exhalación profunda cuando inhalo en su cuello antes de besarle ese parche de piel.

Mis manos agarran con firmeza la carne de su culo y ella se arquea.

Estoy seguro de que estamos haciendo un numerito, pero pocas veces me permito bajar la guardia para hacer algo tan normal cómo manosear y besar a mi novia frente a la escuela.

—Eres una verdadera tentación.

—No soy yo, son mis juguetes que quieren jugar —presiono mis caderas hacia adelante por si se pierde el mensaje.

—Debo ir a clase —dice con pesar y suspiro de una manera teatral sacando dejando de besarle y mordisquearle el cuello para poder verla al rostro.

Clavo la mirada en esos dulces ojos marrones y la sonrisita feliz que le es imposible de borrar.

Me gustaría siempre verla así, relajada, feliz incluso me atrevería a decir que enamorada, no es que ella me lo haya dicho, pero hay cosas que se intuyen y sentimientos que a veces reconoces cuando son correspondidos.

Los ojos le brillan y sus ojos se vuelven más pequeños debido a la sonrisa. Una de mis manos abandona el agarre firme en su culo para peinar un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Me ve cómo si fuese la única persona en el mundo, cómo si no tuviese suficiente de mí y verdaderamente quisiera pasar cada instante junto a mí y supongo que esa también es la manera en la que yo la miro.

Sus manos se deslizan desde mi pecho hasta mi cuello y le sonrío cuando siento sus dedos jugar con el cabello de la parte baja de mi nuca.

—Me encantaría faltar, pero luego mi tutor podría enfadarse conmigo.

—Eso no es cierto, tu tutor es feliz de que te lo folles.

—Humm aun no me follo a mi tutor ni él me ha follado.

—Algo que sin duda él debe solucionar —digo y asiente.

—Sí, debería.

Le planto un beso en los labios tragándome su suspiro cuando le lamo los labios antes de abrirme paso dentro de su boca, besándola en profundidad cómo si quisiera consumirla y ella me lo permite, instándome a tomar más mientras tira mechones de mi cabello ys e alza sobre las puntas de sus pies.

Cuando consigo la fuerza de voluntad para separarme, dejo pequeños besos en su boca, uno tras otro mientras mantiene los ojos cerrados.

—Sé que debes ir a clases, de hecho, te recomiendo no faltar —le rozo los labios con los míos—. Te veo más tarde para las hamburguesas y la fiesta, pasaré por ti.

—Ahora no quiero irme —hace un mohín y planta pequeños besos en mi mandíbula.

—Ve a estudiar, desvergonzada —Le doy una ligera palmada en el culo y ríe contra mi piel.

¿Por qué no puede ser siempre así? ¿Por qué esta no puede ser nuestra vida universitaria?

—Vas tarde y McCain odia la impuntualidad.

—¿Y quién me retrasó? —me pregunta enarcando una ceja.

Sonriendo le doy otro beso antes de liberarla.

—Te veo más tarde, dulce.

Suspira y me deja ver otro instante de su sonrisa antes de entrara a la escuela.

—La van a reprender —susurro con diversión porque va por lo menos cinco minutos tarde, pero valió la pena.

Doy un vistazo a mi alrededor porque ahora siempre estoy atento de ver por sobre mi hombro, borrando mi sonrisa porque vuelvo a estar atento, siempre esperando cualquier tipo de ataque.

Encendiendo un cigarrillo comienzo a caminar, pensando sobre la reunión que Seth y yo tendremos en una hora y media, debo tener muy en claro las cosas que preguntaré y las que diré. Entre calada y calada me alejo, deteniéndome cuando creo escuchar mi nombre.

—¡Jagger!

Apago el cigarrillo y volteo hacia Abel que para mi sorpresa viene a paso rápido y no arrastrando los pies.

Le doy una falsa sonrisa en tanto le devuelvo el saludo estúpido de manos y reparo en su cabello despeinado y que la segunda sorpresa es que no parece ir drogado.

—Llevo días intentando hablar contigo.

—Estaba ocupado —respondo de manera despreocupada—. ¿Para qué me buscabas?

Respira hondo pasándose una mano por el cabello, reconozco el gesto como algo ansioso y de preocupación, así que intuyo de qué podría ir esta charla.

—Se trata de mi prima Ariane.

Hace una pausa y sus ojos se encuentra fijamente clavados en mí, absorbiendo mi reacción que consiste en un fruncimiento de ceño y leve alzamiento de hombros como una fingida sorpresa.

—¿Qué pasa con Ariane? No la he visto desde que las cosas se pusieron incómodas, ya sabes, todo el asunto de que ahora tengo novia.

»No sé si te lo dijo, pero ella dijo cosas realmente desagradables a Dakota y nos hizo vivir un momento muy incomodo en la biblioteca. No sé qué parte de que no salíamos no entiende, pero necesita parar porque no me cortaré en ser un hijo de pu...

—Ariane está desaparecida, Jagger.

—¿Qué quieres decir con desaparecida? Olvídalo, esa fue una pregunta estúpida... ¿Estás seguro, Abel?

—Nadie la ha visto en cinco días y ella nunca se desaparece así —Se pasa las manos por el rostro—, ella no se iría sin decirme porque soy todo lo que tiene y hablé con mi papá quien me confirmó que ella no fue a casa. Dime que por favor la has visto.

No puedo lucir preocupado porque eso sería exagerado, pero tampoco relajado y debo tener demasiado cuidado con el uso de mis manos para no lucir nervioso, sin embargo, no puedo hacer tanta pausa antes de responder porque eso sería sospechoso.

Lucir sorprendido en exceso no tiene sentido, pero la indiferencia es demasiado frío, cómo sea, decido finalmente hablar.

—Abel, no he visto a Ariane desde la escenita en la biblioteca, de hecho, pensé que finalmente había entendido que no estoy interesado y que por eso me había dejado en paz.

»Tampoco escuché que alguien la buscara, eres la primera persona que me pregunta por ella.

—Qué puto estrés —Se masajea las sienes—. ¿Qué hago? No sé qué hacer, cuando su hermana desa...

Se calla de manera abrupta y da un respingo palideciendo antes de maldecir.

—Entiendo, no es mi asunto, pero estoy suponiendo que viniste a mí porque...

—No sé si estás colapsado con lo que sea que otros te pidan, pero por favor, Jagger, ayúdame a encontrar a Ariane, ya perdimos a su hermana, no podemos perderla a ella.

No, Abell, no perdieron a la pequeña Annie, Ariane la vendió.

—Lo siento, Abel, pero en este momento estoy enfocado en resolver algo para mí, lamento lo de Ariane y espero puedas encontrarla, tal vez si vas a la policía o hablas con la autoridad del campus...

—Ellos no harán nada.

—¿Cómo estás tan seguro?

—¿Acaso ayudaron a Lindsay? —cuestiona.

Todo mi cuerpo se tensa y trato de no dejar que mis emociones me dominen sobre todo porque él continúa hablando.

—Lo que le sucedió a Lindsay fue horrible e injusto, nadie hizo algo por ella, fue cómo si nada pasara ¿Y si Ariane está pasando por lo mismo? ¿Podría vivir con eso sabiendo que podrías salvarla de una manera en la que no pudiste hacerlo con Lindsay?

—No hagas esa mierda, Abel, me agradas, pero ni siquiera a ti te dejaré usar la memoria de mi exnovia para beneficiarte. No puedo ayudarte, tengo mis propios asuntos por atender.

—Te pagaré el doble.

—No se trata de dinero —intento pasar de él, pero me toma del brazo.

—Información, puedo darte eso.

Sin sutileza me sacudo de su agarre y me volteo nuevamente para que estemos frente a frente.

—¿Qué información podrías tener que me hiciera aceptar algo en lo que te he dicho que no te puedo ayudar?

Así que la maldita basura de Ariane desaparecida me da más beneficios de lo que esperaba, casi hace que me sienta cómo un ganador.

—Sé que llevas meses intentando obtener información de Guido porque te he visto ser nada amistoso con él....

—Es que no soy amable cuando se trata de lidiar con la basura ¿Cuál es tu punto?

—Guido y yo no somos los mejores amigos, pero hablamos y nos drogamos juntos.

—Romántico —Se me escapa y Abel frunce levemente el ceño.

—Guido es más hablador cuando está hasta arriba, baja la guardia, puedo preguntar lo que quieras saber y...

—No.

—¿No?

—No, Abel. Cuando Guido esté hasta arriba de drogas y "vulnerable" tú me llamarás y me dejarás entrar para que pueda obtener las respuestas.

—Eso es desleal...

Mira, resulta que los vendedores de drogas se tienen lealtad entre ellos ¡Qué sorpresa!

—Suerte en tu búsqueda de Ariane...

—Jagger —Hace una pausa—, hace tres años Ariane perdió a su hermana, una niña de diez años que fue raptada. Estaban en un parque cuando unos hombres se la llevaron, Ariane luchó y no pudo salvarla, apenas habían pasado dos años desde que había perdido a sus padres.

»Hicimos todo para que la policía nos ayudara, vi a Ariane desmoronarse y pensar que ahora le pudo pasar lo mismo es angustiante, aun lloramos por Annie, no quiero llorar también a Ariane.

Se hace un breve silencio en el que lo observo.

—Es una historia muy triste y lo lamento, pero no es mi asunto ni mi búsqueda, Abel, estoy tratando de pausar El Negocio y simplemente disfrutar de mi último año. La única manera de ayudarte es con el precio que acabo de decirte y entiendo que no puedas cubrirlo, pero entonces entiende que no puedo ayudarte.

—Lo que me pides es desleal, Jagger, no soy así.

—De acuerdo. Suerte en tu búsqueda.

Le doy una palmada en el hombro y avanzo sabiendo que un par de días pasarán y cuando vea que Ariane no aparece, vendrá a mí y aceptará haciendo que finalmente yo tenga poder sobre la basura de Guido.

Abel parece un buen primo, es casi lamentable lo mucho que sufrirá cuando su prima no aparezca, pero me encargaré de que en el futuro sepa el destino que su querida prima le dio a Annie, así al menos no la llorará cuando no la vuelva a ver.

***

—Entonces simplemente fingiste preocupación sobre Ariane y comenzaste a negociar con Abel, pidiéndole que drogue a Guido para que puedas hacer cosas malas en él y sacarle respuestas —dice Seth mientras conduzco.

—No le pedí que le drogará, le pedí que me llamará cuando lo hiciera y así yo estaría a cargo.

—Fingir buscar a la persona que desapareciste es perverso —murmura—, es una buena jugada, al menos la escoria de Ariane sirve de algo.

Debería preocuparme que el joven Seth hable de tal manera sobre la desaparición de una persona, pero para él Ariane perdió su humanidad desde el momento en el que supo la manera en la que prostituyó a Annie a pederastas antes de venderla a alguna red de trata de personas.

—Aun intento entrar a los documentos encriptados de su teléfono, fue hecho por alguien que claramente tiene muchísima experiencia.

—Lo conseguirás, no hay tecnología con la que no puedas.

—Acaricias mi ego, querido hermano.

Y aunque no puedo verlo sé que sonríe.

Durante unos cortos minutos conduzco en silencio, hasta que no puedo callarme mi pensamiento.

—A veces me pregunto cuántos de ellos son... —murmuro— No salían todos en el vídeo, tampoco pude verlo.

—Solo los malditos enfermos pudieron ver tal vídeo.

Y lamentablemente había muchos de ellos porque recuerdo que incluso el vídeo de la violación de Lindsay estuvo en más de una página pornográfica con muchísimas reproducciones y los comentarios me hicieron vomitar.

Me estaciono en paralelo en el hotel en el que estamos citados y trato de perder la tensión de mi cuerpo, odio que últimamente siempre estoy de esta manera, alerta, viendo detrás de mí, siempre esperando lo peor.

—¿Piensas deshacerte de cada uno de ellos? —Me pregunta Seth y tras unos segundos, asiento.

—Quiero que sean borrados, que desaparezcan. No creo que Lindsay fuera la única victima.

—Merecen cualquier cosa horrible que les suceda, pero ¿Y tú? ¿Qué pasa con tu remordimiento y el cargar con eso en tu consciencia?

—Hace mucho que para mí se desdibujaron las líneas de lo bueno y malo, para mí se reduce a acabarlos o ser acabado.

—Y tiene sentido, pero no creo que sea así de fácil, Jagger, todo esto es tan peligroso.

—No tienes que involucrarte en todo esto, Seth, de hecho, deberías retroc...

—Me necesitas y me gusta ayudarte, además es como hacer servicio comunitario, estamos limpiando la sociedad.

Eso me hace sonreír y voltear a verlo, no creo que lo deje llegar muy lejos, no le haré eso; James, Maddie y yo lo hemos hablado y en algún punto el menor de los hermanos Campbell tendrá que dejar avanzar incluso si lo necesitamos con todo su conocimiento tecnológico.

Seth tiene un futuro prometedor, es una persona que siempre agrada a las personas, elocuente y está demasiado lleno de vida cómo para perderse o correr peligro en una venganza que ni siquiera es suya.

A la edad de Seth yo era arrogante y estaba cegado por todo lo que estaba construyendo en la universidad en tan poco tiempo, pero me pregunto si al menos mis ojos se veían tan deseosos de explorar el mundo cómo los suyos lo hacen, porque ahora todo lo que veo en mi reflejo es cansancio, venganza e incertidumbre.

Mi teléfono vibra y cuando lo tomo descubro que se trata de Megan por lo que de inmediato desvío la llamada y me lo guardo en el bolsillo.

—Me sorprende que ella no se rinda.

—Es su necesidad de ser perdonada —respondo abriendo la puerta del auto y bajando—. Ella no quiere ser perdonada porque se arrepienta, ella quiere ser perdonada para sentir que no es un monstruo.

—A veces me pregunto por qué tu vida ha sido tan... Caótica —dice y rio por lo bajo de su elección de palabras.

—Me hago la misma pregunta siempre antes de dormir.

Nos adentramos al hotel de cuatro estrellas, dirigiéndonos directamente al restaurante en donde nos dejan pasar tras decir nuestros nombres, llevándonos a una mesa alejada en donde un hombre de cabello negro, increíblemente corpulento y gafas de montura nos ve acércanos.

El detective Vicent Noguer, investigador certificado de Londres que Seth ha contactado. Es mucho más grande de lo que pude haber esperado y sus ojos marrones nos ven sin un apice de bienvenida mientras nos detenemos frente a su mesa y el anfitrión se aleja.

—No eres Vicent —dice Seth y yo me tenso volteando a verlo—. Jagger, él no es Vicent.

—Sí, lo soy —dice con la voz pesada.

—No, tu rostro no coincide con el del registro. Este no es el tipo que busqué, no es con quien nos citamos.

El pelinegro no se altera, simplemente con un gesto se hace la chaqueta a un lado sacándose la billetera y en el camino veo dos armas, una a de cada lado de su cintura, Seth también lo nota porque da un paso atrás.

—¿Lo ves? Soy Vicent Noguer —Nos muestra su placa.

—No, esto es una farsa. Simplemente vámonos, Jagger, este no es el tipo que buscamos.

—Soy el que necesitan.

El hombre nivela su mirada con la mía y de alguna manera no esconde el peligro que representa ni su aburrimiento sobre la situación, puede que incluso se sienta irritado de que lo cuestionemos, pero confío ciegamente en Seth cuando dice que él no es la persona que buscábamos.

—Vámonos —Le asiento a mi amigo hacia la salida.

—Le dije que lo harían difícil —musita el hombre en tanto retrocedo sin darle la espalda y no lo hago hasta estar lo suficiente lejos.

Seth y yo no hablamos hasta que estamos en el auto en marcha, me resulta evidente que él se encuentra muy molesto, pero yo estoy frustrado porque se supone que hoy conseguiríamos ayuda, un apoyo si de alguna manera este tipo nos convencía y en su lugar obtuvimos al hombre equivocado.

—¿Qué sucedió, Seth?

—El Vicent que se supone debíamos ver era castaño de ojos azules, más bajo y no tenía el puto cuello tatuado cómo un matón ni parecía una pared, tampoco emitía vibras de que me iba a matar.

—Pero ese no era el Vicent que nos esperaba, viste su placa.

—Pudo alterarla.

—Pero estaba en el lugar justo donde debía estar, Seth.

—No lo entiendo...

Seth una vez más hace un repaso en voz alta de todo lo que hizo para concertar esta cita y a medida que avanza no hace más que cabrearse e incluso me irrita la posibilidad de que pudiese hacer un berrinche, porque no es lo que necesitamos, aquí esta mierda se ha vuelto confusa y ahora no sé si debo estar como un histérico pensando si ese hombre vendrá con nosotros o si es una maldita trampa, pero supongo que obtengo respuestas cuando en el espejo retrovisor soy capaz de ver que una camioneta negra nos está siguiendo.

Sé que me sigue cuando doblo a la izquierda para tomar un camino rural más corto, lo que es un error porque se encuentra desolado. Seth no lo nota, él continúa hablando sobre probabilidades de ciertos errores y revisando uno de sus tantos teléfonos en búsqueda de respuesta.

—¡Maldición! Ahora en los registros sale la cara del tipo del restaurante, pero antes era otro. Algo hicieron.

Piso el acelerador y la camioneta siguiéndonos también lo hace.

Piso otro poco más y el velocímetro comienza a marcar por encima de 120km, Seth no lo nota porque continúa hablando, pero mis manos se aprietan al volante en tanto doblo a la izquierda, la camioneta también lo hace.

Sudor comienza a concentrarse en mi sien mientras acelero más, pero entonces el sistema de seguridad de la camioneta me informa que he excedido el límite de velocidad y que por seguridad procederá a apagarse.

¡Joder, joder y más joder!

Es entonces cuando Seth guarda silencio y la camioneta va disminuyendo la velocidad hasta detenerse en un lugar terroso y sin locales o casas a la vista, justo detrás de nosotros, a poca distancia.

Aprieto las manos en el volante con fuerza y volteo a ver a Seth que se encuentra con la mirada clavada en el espejo retrovisor de su lado, exhalando con lentitud y palideciendo.

—Jagger... El falso Vicent está caminando hacia nosotros —susurra.

Lamiéndome los labios resecos comienzo a buscar en la guantera cualquier cosa que pueda servirme de defensa ¿Cómo es que no he conseguido una puta arma?

Comienzo a transpirar mientras Seth susurra que está más cerca el hombre a quien dejamos en el restaurante.

—Está sacando una de las armas... Jagger.

Nos alcanza.

El hombre que resulta ser más enorme de lo que estimamos, con el arma golpea la ventanilla antes de presionar la boquilla precisamente en el lugar en el que se alinea con la sien de Seth, quien se paraliza al igual que yo.

Peor que ser apuntado con un arma es ver a alguien que amas ser el objetivo.

La respiración de Seth sale en jadeos al igual que la mía mientras el hombre me ve con fijeza y modula la palabra "baja" y no se necesita ser un genio para saber cuáles serían las implicaciones si no lo hago.

—Seth, voy a bajar.

—No lo hagas, Jagger.

—Y solucionaré esto —obvio sus palabras—. Si cualquier cosa pasa, vete, no esperes por mí.

—¡El puto auto está bloqueado! No puedo irme ¡Y nunca te abandonaría!

Mierda, tiene razón, el sistema ha detenido el auto y aunque él puede hacerlo arrancar nuevamente, eso tomará tiempo que posiblemente no tenemos.

—Nunca te abandonaría —repite en un susurro.

—Si algo pasa, corre, Seth, lo digo en serio.

—Jagger...

Desactivo el seguro y no despego la mirada del hombre apuntándolo contra la ventana mientras bajo con lentitud y alzo las manos, enseñando las palmas.

—Está bien, he bajado, no tienes que apuntarlo, cualquier amenaza dirígela hacia mí.

—El chico te importa, lo que lo hace una amenaza más eficaz y una prueba de que vas a obedecer.

»Pudimos haber tenido esta conversación de forma tranquila en el restaurante, pero tuvieron que ser dramáticos, aunque sospeché que el que huyeran era una posibilidad. Supongo que vieron las fotos del detective antes de que su rastro fuese borrado.

»El chico tiene razón, yo no era Vicent, pero ahora lo soy.

—¿En dónde está Vicent?

—En el interior de algunos cerdos —responde con tranquilidad—, está bastante muerto, pero si te consuela, fue una muerte bastante tranquila, simplemente le inyecté ácido.

Lo dice con la serenidad de alguien que habla del clima, alternando su mirada de Seth a mí.

Decido que hablar me compra tiempo, no hay una solución viable en este momento, las opciones son nulas, pero el tiempo para mí es sinónimo de conseguir algún tipo de milagro.

—¿Te envía Bryce?

Todo lo que hace es parpadear y golpear dos veces la boquilla del arma contra la ventana consiguiendo sobresaltarme, está claro que es algún juego psicológico el que está llevando a cabo.

—Ve a la camioneta negra y sube. Hazlo y te prometo que no tocaré ni un cabello del chico tecnológico.

—Cómo si pudiera confiar en ti.

—Tienes razón, no debes confiar en mí, pero tampoco tienes opciones, tienes mucho que perder y una reunión con tu asesor de tesis ¿Cierto? También una reserva para cenar con tu novia a un sitio de hamburguesas en donde eres amigo de una de las viejas camareras; después irás a una de las fiestas esperando tener un momento normal... Sin embargo, los chicos como tú no tienen momentos normales, Jagger Castleraigh, los chicos cómo tú están malditos y generalmente siempre tienen algo que podrían lastimarlos, vivir en angustia es parte de tu naturaleza.

Veo alrededor y no hay nada ni nadie que pueda ayudarnos. Desde donde estoy no puedo ver a Seth, pero el falso Vincent tiene razón, no tengo opciones, en todas las posibilidades salgo perdiendo así que respiro hondo y retrocedo.

Él saca otra arma por lo que ahora apunta a Seth con una y a mí con otra. Camino con fingida calma hasta la camioneta que se encuentra a pocos metros, volteando hacia atrás para confirmar que continúa apuntándonos.

Doy el último paso y mi mano toma la manilla de la puerta, respirando hondo antes de abrirla.

Mi mirada conecta con ojos que no alcanzo a ver si son verdes o azules, cabello despeinado color miel con destellos rubios y una sonrisa de dientes bastante blancos en un rostro joven.

Él sostiene una Tablet en su mano y enarca una ceja rubia hacia mí antes de echarle un vistazo a un reloj de oro que le rodea la muñeca.

—Eso te tomó demasiado tiempo, Jagger, esa no es la manera de pagarle un favor a alguien que te salvó el culo.

Registro sus palabras.

Después el arrastrar de su acento alemán o algo así.

—¿Salvarme el culo?

—Sí, tu verdadero Vicent era de la línea enemiga ¿Yo? Yo soy del lado amigable. Soy algo así cómo tu abogado.

Esto es una puta locura, simplemente veo a esta persona despreocupada que actúa como sino me hubiesen traído aquí a punta de pistola.

—Sube al auto para que podamos conversar mejor —Me pide.

No me está ordenando, casi pareciera que me invitara a tomar té.

—¿Qué pasa? ¿Tu mamá no te deja subir a autos de extraños? —Hace una pausa breve en tanto lo miro— Ah, cierto que tu mamá de hecho es una perra malvada que se folló a tu novia y la llevó al suicidio, entiendo que no quieras hablarle, yo tampoco lo haría.

Pero ¿Qué demonios?

—En fin, no soy un extraño, soy tu amigo.

—Conozco bien a mis amigos y tú definitivamente no eres uno.

—Eso podría dolerme si no tuviese hermanos mucho más crueles que eso —Me sonríe—. Es un placer conocerte finalmente, Jagger, puedes llamarme Die.



ANTES DE QUE ALGUNOS COLAPSEN POR NO SABER QUIEN ES DIE MIENTRAS LAS DEMAS FANGIRLEAN, TRANQUIS, ESPERA A LA SIGUIENTE ACTUALIZACION Y SE EXPLICA.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro