Las secuencia de imágenes seguían apareciendo en mi cabeza. Negan golpeando con un bate a Abraham, Daryl golpeándolo y Glenn pagando el precio de ese golpe. Mi corazón se seguía apretando cada vez que lo recordaba, ahora me encontraba en un pequeño cuarto sin luz ni ventilación, con una ropa sucia que poseía una A al medio. Oyendo como golpeaban y torturaban a Daryl en la habitación continúa.

La puerta sonó y se abrió dando paso al líder de los salvadores que se encontraba junto a su bate y una sonrisa sarcástica, al contrario de mi este se encontraba totalmente limpio.

—Hola tú. —Se agachó y quedo en mi altura.

—Si quieres matarme, hazlo de una maldita vez.

—No quiero matarte, eres bastante bonita para que estés en una tumba.

—¿Por que los mataste? —Lo mire con enojo y él soltó una risa seca.

—Yo debería preguntar lo mismo.

—Glenn iba a formar una familia, le quitaste esa posibilidad.

—Mis más sinceras disculpas. —Se toco el pecho —Pero los hombres que mataron también tenían familia, y los mataron a sangre fría. Yo mate a dos y ustedes mataron a uno ¿50? ¿70? —Se pregunto a sí mismo.

—¿Por qué nos tienes acá?

—Para torturar un poco a su grupo. —Sonrió —Por cierto, te traje comida.

Me entrego un plato con algunas frutas.

—No tengo hambre.

—No seas mal educada ________, trato de ser amigable.

—Me importa 30 hectáreas de mierda tu amabilidad. —Negan rió.

—Me caes bien, tal vez haga tu estadía menos infernal. —Sonrió y se volteó para marcharse.