Ella se había marchado, se fue dejándome sólo, se fue dejándome sorpresivamente, con un corazón roto.

Mire por la ventanilla el paisaje, me tape la cara soltando un suspiro,  Simón paró el auto y puso una mano en mi hombro.

—¿Puedo darte un consejo? —Asentí sin prestarle atención.

—Negan, hazte un favor a ti mismo y supera a quién no te quiere. __________, se marchó, ya no volverá. —Mordí mi labio mientras aguantaba la angustia y la rabia que sentía.

—Sólo quiero saber el por que se fue.

Simón soltó un suspiro y siguió el camino de vuelta al santuario.

Y eso se iba repitiendo día a día, trataba de seguir un camino que ella pudo haber tomado, y hacerla volver.

Esta vez había salido sólo y había tomado la moto, necesitaba poder despejarme, llegue a un punto que deje la moto en el camino y me adentre  al bosque, eso siempre me había ayudado. El ruido de unas ramas siendo pisadas se oyeron, me acerque al lugar y la persona que había deseado ver estaba delante de mi.

—_____________...

Ella se volteó sobresaltada.

—¿Negan? ¿Qué haces aquí? —Frunció su ceño mirándome.

—Quería despejarme, ¿Por qué te fuiste?

—No quería estar allá, no en ese lugar.

—¿Te das cuenta que te extraño? Pese a mi capacidad de adaptación, que no es poca. —Recalque— Esta es una de las faltas a las que ni mi ánimo ni mi cuerpo se ha acostumbrado. Al menos hasta hoy, ¿Llegare a hacerlo? No lo creo, ¿Tu te acostumbraste? —Ella se mordió el labio y asintió.

—Lo pensé demasiado Negan, me preguntaba constantemente; ¿Qué haré sin Negan? No es una pregunta al vacío, es una pregunta para mi. Una pregunta que tenía una muy clara respuesta, sin ti, seguiré con vida, tal y como era antes de conocerte. Seguiré cantando, seguiré riendo, seguiré viviendo. Seguiré y ya. Porque yo he nacido sin ti Negan, y puedo estar sin ti. No pasa nada. Nadie es indispensable.

Asentí dándole la razón, la mire por última vez y me voltee para poder alejarme de su vista y que ella se alejara de la mía.