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Capítulo XXXlV: La Noche Eterna

“En la noche eterna de los vampiros, la oscuridad no solo oculta el mundo, sino que también encierra sus secretos más profundos”
                                      |Draven Villeel|

🕯️N E A  B A K E R 🕯️

—Despierta —su irritable voz escucho cuando he recuperado el conocimiento más no he querido abrir los ojos —Nea Baker— percibo molestia en su voz cuando lo ignoro— bien, mataremos al crio.

En ese momento, abro los ojos y lo veo con odio.

—No si los mato.

El maldito vampiro encadenado a mi, sonríe con malicia y odio verlo recuperado gracias a mi sangre cuando yo luzco más débil.

Nicolaik Vleid, sitúa sus pálidas manos sobre mis mejillas y se inclina demasido cerca mostrando sus puntiagudos colmillos.

—Suéltame —le exijo al lograr pronunciar.

Algo busca en mi mirada cuando me inspeccióna sin disimulo.

—No eres ella —masculla, retira sus manos y se aleja de mi.

—Demente —emito en voz baja y por su mirada, logró escucharme y no me importa.

—Es hora, Nea Baker —mueve su brazo atado a la misma cadena que comparte conmigo y usa su don para solo él, liberarse— vas a crear la Noche Eterna.

Lo veo levantarse lentamente hasta lograr estar de pie. Al principio pierde el equilibrio hasta mantenerlo, quedando ante esa imponente altura.

—Scarlet no va a tardar, el crio ha sido muy molesto al no dejar de gritar.

—Si le hacen daño, te juro que tendrán la peor muerte de todas.

Él niega y observa sus propias manos.

Pienso una manera de escapar antes de que me obliguen a hacer lo que quieren. Sería arriesgar a todo el Mundo tanto dentro y fuera de Neevil.

No me imagino un Mundo donde siempre sea de Noche con Vleid como lideres. Sería un completo caos, mucha sangre y miles de muertes y jamás se detendrían.

—No van a lograrlo —agrego ante su silencio.

Un solo movimiento de sus dedos y mi cuerpo se retuerce de dolor. Sin embargo, ante todo, entre una mueca de dolor, le sostengo la mirada.

—No tienes ventaja portadora de luz si yo te controlo.

—¿No? —respiro con dificultad y humedezco mis labios varias veces — no te conviene verme muerta cuando dependes de mi —río con gracia— ¿Quién puede liberarlos de Neevil? ¿Quién puede destruirlos? —demuestro seriedad— Mátame y tú morirás igual ¿no?

Lo escucho gruñir y se vuelve a acercar a mi a una nula distancia.

—Buscaré la manera de no afectarme sin tú existencia.

—¿Irás en contra de tú maldita Madre? —me burlo— ¿Vas a desobecerla? Scarlet tiene otros planes conmigo.

—Nunca serás como nosotros. No serás parte de los Vleid y de eso, me voy a asegurar yo cuando no pienso darte mi sangre para que revivas. No voy a cometer otro error —sus filosas uñas se clavan en mis mejillas cuando se inclina hacia mi— prefiero encerrarte de por vida, torturarte, verte encadena y obtener tú sangre todas las veces que anhele antes de verte como vampiresa.

—Quiero ver eso, que te niegues a una orden de Scarlet Vleid.

—Ella ya cometió un error en dejarte vivir en el pasado y lo permiti —mi mente me traiciona al recordar el momento que lo tuve frente a mi siendo muy pequeña. El día que conocí por primera vez a un vampiro y cuando regreso a la realidad, él no ha cambiado en lo absoluto—. Bruja serás toda tú vida, me encargaré de sustraer todo tú don y cuando encuentre la cura a esta mal... —guarda silencio y me suelta— conexión contigo, te mataré y yo existire eternamente, libre de Neevil con Scarlet.

Tomo una profunda respiración.

—Ni en tus sueños —le sonrio con burla— casi lo olvido, eres un vampiro que nada que desees, se cumplirá —él se endereza y retrocede varios pasos— yo te voy a asegurar algo —me muevo un poco y trato de levantarme con esfuerzo— los voy a destruir Vleid.

Nicolaik levanta su mano y cuando la hace puño con ese don fluyendo de él, mi cuerpo recibe otra descarga que me hace inclinar hacia adelante.

Siento un zumbido en mis oídos hasta que me recupero y percibo una voz distinta al nombrarlo:

—Suficiente. Tardará más en recuperarse. Liberala, no va a escapar si no quiere un daño en el pequeñin.

Me incorporo y fijo la vista en ambos.

—¿Qué le hicieron? —toso— Déjenlo ir.

—Joan Baker es nuestra ventaja y moneda de cambio. Tú ayuda y lo vas a recuperar —la maldita vampiresa sonríe ampliamente que ni siquiera le creo— serás mucho problema cuando seas parte de nosotros— coloca sus manos en su cintura.

—No lo haré Madre —ella gira a verlo al escucharlo decir aquello— será peor si le otorgamos eternidad y fuerza para matarnos. Dudo que ella siendo Vleid, respete el acuerdo.

—De eso me encargaré yo, Nicolaik —su creadora se acerca a él y algo le susurra al oído sin alcanzar a escucharlos. Él con su fija mirada en mi.

Cuando Scarlet Vleid se aleja de él, regresa su mirada a mi.

—Liberala, Nicolaik.

El susodicho no duda cuando le obedece y se acerca a mi. Sin la menor consideración, me levanta. Apenas mantengo el equilibrio cuando me guía al sillón y me obliga a tomar asiento.

—¿Estás segura Madre? Luce débil.

—Hazlo hijo mío —él fluye su don y lo sustrae de la cadena y enseguida, libera mi brazo dejando la misma cadena a un lado.

Bajo la vista en mi muñeca y veo una marca rojiza visible.

El vampiro se levanta y retrocede dos pasos. Su mirada vigilante en mi cuando permanezco en mi lugar creando un plan en mi cabeza.

Estoy libre más sigo débil cuando primero debo recuperar mi don para atacarlos.

—Dale tú sangre.

No me da tiempo de huir cuando de nuevo soy sostenida por Nicolaik Vleid. Puedo notar el desacuerdo en su mirada más siempre le obedece cuando se hace una herida en su muñeca con sus colmillos y con su agarre en mi nuca, me acerca obligada a beber de él.

—No —me quejo y uso mi poca fuerza. Más el vampiro me supera y siento su sangre tocar mis labios.

—Bebe o el crio, morirá. En este momento, está amarrado con una soga sufriendo de dolor y con miedo.

Escucho sus palabras y por Joan, lo hago.

Con asco bebo su sangre hasta que él retira su mano y me suelta con brusquedad.

—Iré por el corazón —anuncia Scarlet Vleid y desaparece de mi vista.

Con mi mano, rápido limpio mi boca, el mal sabor no desaparece y no dejo de ver con odio al Vleid frente a mi. Más reconozco que su sangre me recuperó en fuerza y mi don al sentir un cosquilleo en las palmas de mis manos.

—Rindete Nea Baker, será mejor que lo hagas.

Estoy por contradecirlo y mandarlo al infierno cuando mis ojos viajan a las escaleras y veo a Joan bajar lentamente.

No sé como pero logró escapar.

Rápido regreso la vista en el vampiro que parece no darse cuenta de su presencia y por suerte, esta de espaldas a él.

Joan debió sustraer su don como Conector para salir y mucho antes, se safo de la soga.

Pienso la manera de distraerlo para darle tiempo de él huir sin mi.

—¿Quién es Nathalie Bonnet? —le pregunto al vampiro y de reojo veo a mi sobrino bajar despacio cada escalón con miedo en su mirada.

—Es mi pasado.

—Cuéntame —insisto.

Paso saliva cuando Joan termina de bajar el último escalón.

—Nunca lo sabrás. Estás aquí por otra situación, no olvides la rivalidad Nea Baker —resoplo— no vas a escapar y ni mucho menos el crio —rápido se voltea y me invade la preocupación por mi sobrino.

—¡Corre Joan! —le grito y él reacciona yéndo rumbo a la salida.

En un santiámen, el Vleid lo alcanza con esa maldita velocidad suya y se interpone en su camino.

—Te subestime cuando debí encadenarte igual.

Él avanza, Joan retrocede y extiende sus brazos en defensa mientras llora.

—¡No te atrevas a dañarlo Vleid! —le grito desde mi lugar.

—¡No lo dejes huir, Nicolaik! —le ordena su creadora en beneficio al darse cuenta.

—¡Monstruo! —le grita Joan y de sus manos fluye su don. Una débil energía emerge de sus palmas más el agarre de Nicolaik Vleid, lo anula por su don.

—Vuelve a intentarlo y acabarás muerto como tus creadores —es suficiente para causarle un mayor miedo. Con su agarre en su mano, lo jala hasta la sala.

Rápido me levanto más Scarlet Vleid se interpone en mi camino y mi impide avanzar.

—No puedes escapar pequeñin.

—Tía Nea —Joan me súplica ayuda con la mirada tras llorar.

—Guarda silencio —le exige el vampiro y estoy segura que su agarre le duele.

—¡Suéltalo! —doy un paso adelante cuando la vampiresa frente a mi, me muestra un corazón en su mano. Un corazón de vampiro que por primera vez puedo apreciar intacto.

—Todo depende de ti Nea Baker.

Hago mis manos puños y tomo una profunda respiración.

—Lo haré, lo que sea por mi sobrino —le doy una mala mirada al vampiro— a cambio de que lo liberes.

—Ya la escuchaste Nicolaik —él se acerca con Joan que solloza y ante mi mirada, Scarlet le entrega el corazón y su hijo a Joan y él se acerca a mi cambiando lugares.

—Tienes la suerte pequeñin de apreciarlo todo— la maldita retrocede con él y lo sostiene de los hombros.

—Nos iremos de aquí, Joan —le digo para tranquilizarlo.

—No la maten —les súplica.

Ambos lo ignoran y dejo de verlo.

—Nuestra sangre, magia sobre el corazón y repite el hechizo, Nea Baker.

La escucho con atención y no me sorprende que conozca un hechizo de esa magnitud cuando es descendiente de una Bruja del pasado que ahora comprendo su conocimiento que le enseñó a su propio hijo.

—Alguna vez, fui igual a ti. Mi Madre fue una portadora de magia —me lo confirma.

—No heredaste su don. Supongo que fuiste una Bruja que no alcanzó a conocer su don cuando te convirtieron —le digo.

—Te equivocas, como vampiresa, descubrí mi gran poder —se acerca con Joan, su agarre presiona sus hombro que temo que le clave las uñas cuando él ha dejado de llorar más trasmite miedo.

Levanta su mano y bajo mi atenta mirada, ambos derraman su sangre sobre el corazón de Dukelow Vleid.

Se demoran poco tiempo, es suficiente unas gotas y ella regresa a su lugar con Joan sin soltarlo.

—Concentrate.

Fijo la vista en Nicolaik Vleid que anula la distancia.

—Malditos —expreso.

Tomo una profunda respiración y levanto mi mano justo arriba del órgano donde gotea sangre mezclada de tres Vleid. Entre una nula distancia, soy libre de dejar fluir mi don que debilmente crece.

—Por la Noche Eterna —pronuncia Nicolaik Vleid con malicia y sitúa su mano libre sin el corazón sobre la mía. Emerge su don y la oscuridad consume mi mano cuando la energía es oscura y poderosa.

Cierro los ojos unos instantes.

Lo siento por todo mortal cuando seré igual de culpable.

Al abrir los ojos, fugazmente veo a Joan y el vampiro comienza a repetir el hechizo.

Me obligo a repetirlo al mismo tiempo y puedo sentir su don mezclarse con el mio más no percibo mi don como portadora de luz, por algo se oculta, por algo no fluye correctamente.

La Mansión comienza a agrietarse, las cortinas de las ventanas caen y se filtra iluminación cuando compruebo que es de día afuera. Más la luz está lejos para afectar a dos criaturas de la noche situadas en el centro.

El corazón se oculta en una neblina de oscuridad.

Nicolaik Vleid me obliga a bajar la mano, su mano apoya sobre la mía y al mismo tiempo, tocamos el corazón entre todo nuestro don.

Repugnancia.

Impotencia.

Odio a los Vleid y a mi misma por no detenerlos.

Poco a poco, la iluminación se opaca hasta que comienza a oscurecer.

La luz desaparece por completo y es demasiado tarde para evitar la noche ser eterna.

Al mismo tiempo, dejamos de pronunciar el hechizo. Reina el silencio y el vampiro es el primero en desvanecer su don. Retira su mano de la mía y cuando la neblina desaparece, no veo un corazón mas que cenizas que caen al suelo.

—Se logró —celebra Scarlet Vleid— tenemos libertad hijo mío.

—Así es Madre, ya no más lidiar con la luz del día.

No dudo un instante cuando uso mi don antes que él me lo impida para herirlo al tocar su rostro. Mi tacto le causa una herida profunda que Nicolaik Vleid rápido se cubre y se queja de dolor.

—¡Vámonos, Joan! —corro con total libertad y alcanzo a crear un destello de luz que le lanzo a la maldita vampiresa.

En cuanto suelta a Joan para cubrirse los ojos ante una luz cegadora, lo sostengo de la mano y me encamino a la salida con mi sobrino hasta lograr ambos salir de su Mansión.

Ambos agitados huimos de los Vleid, fuera del límite seguimos corriendo por la calle, entre la oscuridad con un frío invernal.

—¿Los monstruos... nos siguen, tía Nea?

—Si Joan y tenemos que huir de ellos —le respondo y lo guio al centro de Neevil cuando por falta de energía, no puedo seguir— espera.

—Tía Nea —Joan me abraza y me otorga su don para seguir.

—Estaré... bien —logro articular palabra y me inclino a apoyar mis manos en mis rodillas mientras su manita sigue en mi pecho.

—No mueras —me pide con lágrimas en sus ojos.

—Joan —paso saliva. Quisiera decirle lo contrario cuando es lo que pasará cuando mi cuerpo no resista mi poder como portadora de luz— ¿recuerdas que te contamos.... de tú función como Conector?

—Si, debo salvarte.

Asiento y me enderezco.

—Joan, moriré por este don —él niega varias veces— escúchame, así como te enseñamos, sabrás en que momento, salvarme —apoyo mis manos en sus hombros y nuestra energía nos recupera en partes iguales.

Esa es la conexión entre Baker.

—No me dejes solo.

—Volveré Joan y nos iremos de este... maldito pueblo— le otorgo mi don cuando lo presiento. Mi magia como portadora de luz, comienza a despertar de nuevo.

—¡NEA! ¡JOAN! —resuena una voz que me alegra tanto escuchar.

Al mismo tiempo, retiramos nuestras manos y desviamos la vista en un Caston que corre hasta nosotros con una multitud. Entre todos, Cassie lo sigue como Nery, Matt, Morgan hasta Yane y me alegra que todos sigan con vida.

—Hola —los saludo sin creerlo.

Todos llevan una espada pequeña hasta Yane que sostiene al mismo tiempo un jarrón que tanto reconozco.

—Salvaron a Caro.

—¡Mami! —Joan corre hasta Yane y su mano toca el jarrón con las cenizas de Carolina. Sus fotos siguen pegadas al jarrón. Fue para no perderlas.

—Nea, que bueno que lograste huir. No dudamos en ir por ti y por el pequeño cazador —me dice Cassie y me sonríe— somos los únicos que sobrevivimos y Morgan por parte del aquerrale —giro a verla y ella sin ninguna espada, tiene Ancestral entre sus manos— Después de la explosión, la Bruja nos curó a todos.

—Gracias Morgan.

—Lo que sea por la portadora de luz y por el Conector y por supuesto, por mi libertad de Synerdale.

Dejo de verla y regreso la vista en Cassie.

—Nos refugiamos en el restaurante de Yane. Ella, al igual que todos, logró sobrevivir —agrega la Comandante.

—Les debo mucho y cuando desperté, recordé a Carolina así que convencí a todos de ir a buscarla entre los escombros hasta que la encontramos. Sus cenizas intactas como el jarrón. Morgan ayudó a reparar las fotos de Caro y de Jhon. No podía fallarte a mi amiga.

—Muchas gracias —paso saliva— a todos.

—Nea —Caston coloca su mano en mi hombro— ¿Qué pasó?

Suspiro.

—Tuve que crear la Noche Eterna con mi don y con el don de Nicolaik Vleid. Negarme, iban a lastimar a Joan.

Caston retira su mano lentamente y observa a su alrededor.

Los copos de nieve siguen cayendo sobre todos nosotros.

—¿Existe alguna manera de remediar el daño? No podemos vivir por siempre entre la oscuridad —emite Nery con miedo en su voz.

—No lo sé —confieso.

—Sin Vleid, todo volverá a ser como antes —habla Morgan y causa la atención de todos. Se acerca a mi y me entrega Ancestral— solo tú puedes vencerlos.

Asiento varias veces.

—Si pero antes, quiero dejar seguro a Joan. Todos iremos al límite de Neevil y pase lo que pase, cuando puedan salir se irán sin mi.

—Nea, todos estamos juntos en esto y no te dejaremos sola —me dice Cassie Willford.

—¿Qué esperamos? Vámonos —inquiere Matt.

Entonces, Morgan dejar fluir su don, todos nos agarramos de las manos. Espero que sea lo suficiente poderosa cuando lo logra. Nos transporta a todos al mismo tiempo hasta la enorme puerta, a la entrada a Neevil.

Los faros como lámparas iluminan nuestro alrededor cuando detectaron la anochecer, como un sensor se encendieron apesar a que el día fue alterado por magia.

—Morgan —le digo al verla tocar su cabeza.

—Estable —me responde.

Asiento y me acerco a Joan para abrazarlo.

—Te quiero mucho —le doy un casto beso en la frente y le entrego Ancestral. Después fijo la vista en Yane—Quedate con él— me doy la vuelta y me dirijo al resto— todos, los vamos a proteger. Los Vleid, no deben acercarse a Joan Baker —emito para todos y avanzo varios pasos al frente.

«Daré mi vida por la suya»

Suspiro y dejo fluir mi don con total libertad. De mis palmas emerge luz blanca resplandeciente cuando justo como lo esperado, aparecen los Vleid frente a nosotros.

Scarlet con su hijo a pocos pasos nos observan con odio. En Nicolaik Vleid, su rostro se encuentra sanado más la marca por su don que emerge de sus manos, resalta y cambia el color de uno de sus ojos.

—¿Creíste que escaparían tan fácil Nea Baker? —resuena la risa siniestra de Scarlet hasta que transmite seriedad— antes, nos liberas de Neevil —comparte una mirada con su hijo y extiende su brazo hacia él— protegeme Nicolaik.

—No puedo herirte de nuevo, Madre.

—Hazlo —demanda ella.

Ante nuestra atención, su hijo legítimo la sostiene de la mano y le otorga su don. Al principio, Scarlet Vleid resiste hasta que se queja de dolor a medida que la oscuridad de su don, la cubre. Una línea de sangre brota de su nariz y cuando se recupera, sonríe con malicia mientras suelta al vampiro a su lado y guía su dedo a su nariz.

—Venganza, Nicolaik —emite y lame su propia sangre.

Enseguida creo una barrera de protección cuando él desaparece de nuestra vista y en segundos, reaparece cerca de mi y me jala del brazo anulando la barrera.

Maldigo a mis adentros, me safo de su agarre y creo una bola de energía que le lanzo más él la esquiva y otra vez con esa velocidad logra apagar mi don por segundos ante su tacto y me lanza lejos sobre la nieve.

Cuando levanto la vista y trato de levantarme, veo a Scarlet atacarlos. Sin embargo, ni Cassie, ni Nery, ni Matt pueden atacarla con sus espadas más son obstáculo para ella llegar a Joan que retrocede al mismo tiempo que Yane.

De pronto, soy arrastrada. Con brusquedad giran mi cuerpo y ante mi veo a Nicolaik Vleid con su agarre en mi cuello.

—Si tanto te interesa saber —ejerce presión— Nathalie Bonnet era una humana que tuve que matar como lo haré ahora contigo.

Se me dificulta respirar, así que imito su acción y al mismo tiempo, ambos dejamos fluir nuestro don. El mio logra herirlo cuando le quema mi tacto y de esa forma me suelta.

Rápidamente toso, me levanto con la mayor rapidez que puedo y apoyo mis pies firmes sobre la nieve.

—¡Nicolaik! —le grita la maldita de Scarlet y en un segundo, aparece ante mi y me lanza lejos. Apenas me levanto y siento sus filosas uñas contra mi— nadie, daña a mi hijo. No mereces la eternidad, Nea Baker.

Molesta giro a verla y no dudo en atacarla. Soy la única que puede cruzar su barrera y mi don logra herirla de la misma forma de la mejilla. La diferencia es que ella sana mucho más rápido que yo.

Con velocidad, Scarlet Vleid logra alcanzarme y alcanza a sostenerme del cuello, teniendo tan cerca sus colmillos.

Intento lo mismo con mi don, poco la afecto cuando sigue su agarre en mi y sin resistir, caigo de rodillas al suelo sobre la nieve.

—Querida, un Baker nunca tiene la oportunidad de vencer a un Vleid.

Desvío la vista y veo a Cassie como a Caston ser heridos por Nicolaik Vleid cuando él no tiene consideración. Cuando él si puede atacarlos como sigue con Nery y Matt que fácil los derrota cuando ambos caen al suelo.

Crece mi odio como mi don que fluye más y más y lo comprendo. Le estoy dando poder por la estúpida conexión.

Ver a Nery inconsciente sobre la nieve como a Matt a cierta distancia me obliga a tomar la decisión de anular todo mi don y dejarme debilitar por Scarlet Vleid.

Cassie con dificultad se pone de pie tras cubrir su abdomen con su mano como Caston que se sitúa detrás del vampiro.

Ante mis ojos, el vampiro se voltea y aparece tan cerca de mi mentor de años y sin previo aviso, hace girar su cabeza y Caston cae sobre la nieve.

En ese momento, hay afectación en Nicolaik Vleid cuando guía su mano a su cuello y expulsa sangre al igual que yo.

—No, no, no —soy libre del agarre de Scarlet y caigo al suelo tras toser mientras mi sangre mancha la nieve— ¡Nicolaik, mata al Conector!

Apenas escucho eso y alzo la vista. Con sangre en mi boca, él se recupera más rápido que yo cuando se voltea y avanza hasta Cassie. La lanza lejos de su camino y sigue hasta Joan con Yane más Morgan se interpone y usa su don para atacarlo.

De la misma forma, anula su don y la empuja a caer sobre la nieve.

—Jo–Joan —emito y estiro mi mano sin poder alcanzarlo cuando lo veo alejar a Yane de mi sobrino que a toda costa, lo defendió y lo apuntó con la espada. A cierta distancia ella cae con el jarrón rodando hasta detenerse entre la nieve— ¡No! —rápido me levanto más la maldita vampiresa me detiene del brazo cuando su hijo con la espada, le apunta a Joan con intención de atravesarla en él.

No obstante, inesperadamente escucho el grito de Morgan pronunciar en voz alta:

—¡Caleb!

Y se interpone entre los dos, ella recibiendo el daño cuando la espada atraviesa su cuerpo. Le da el tiempo de Joan correr lejos de la entrada a Neevil y con brutalidad, el Vleid retrocede y Morgan cae de rodillas sobre la nieve expulsando sangre por su boca.

Siempre le estaré agradecida por salvar a Joan pese a que lo comparaba con su hijo muerto.

El maldito Vleid, sigue a Joan cuando él huye del monstruo que tanto teme hasta que tropieza y cae.

Eso es suficiente para estallar.

Mi manos brillan y rápido me suelto de su agarre. Me doy la vuelta y con mi don brotando de mi, inmovilizo a la vampiresa frente a mi.

Ahí percibo su mirada de terror cuando me acercó lentamente con seriedad y situo mi mano en su pecho que simple tacto, le quema. Puede gritar de dolor más no moverse como varias veces yo lo estuve.

—Pagarás por todo maldita —crece mi poder como la luz resplandeciente— por Everit, por Jhon, por Carolina, por Thiago, por Jhony Baker y por Mauren Agnes —veo sangre expulsar de su boca— morirás.

—¡Scarlet! —escucho su voz y logro verlo a cierta distancia cuando pienso matarla de una maldita vez— ¡Detente, Nea Baker!

—¡Aléjate de Joan Baker! —le grito.

Nicolaik Vleid me obedece cuando fugazmente veo a Joan arrodillado sin dejar de llorar con Ancestral cerrado sobre la nieve.

—No lo hagas —sus pasos son lentos cuando intenta detenerme.

—Ni un paso más —le advierto cuando apoyo mi otra mano al cuello de su maldita creadora.

—Hijo... mío —ella logra articular palabra con esfuerzo.

—Déjanos ir Nea Baker y nunca más sabrás de nosotros ¡¿Eso quieres? ! ¡Bien! —crece su desesperación cuando se detiene— ¡Los Vleid nos rendimos! ¡Déjanos en libertad y me iré con Scarlet y no más rivalidad! ¡Te doy mi palabra! ¡Me olvido de la Resurrección a cada Vleid! —lo veo extender su brazo hacia mi— Puedes recuperar a Jhon Baker, él está atrapado en Ancestral y de esa forma lo puedes resucitar. Es el reemplazo en esa prisión y no dudo que hasta tú padre esté encerrado.

Sus palabras me sorprenden demasiado y le creo cuando Ancestral fue creado por un Baker.

—Juralo —le digo en voz alta cuando de reojo noto a la vampiresa más pálida.

—Te lo juro portadora de luz.

Sonrio con malicia cuando tengo la oportunidad de vencerlos. No creo en su palabra y no cometere el mismo error de Jhony Baker en dejarla existir como a él.

—No puedes escapar de tú destino, Nicolaik Vleid —espeto y con mi don, convierto a Scarlet Vleid en cenizas y desaparece para siempre.

—¡MADRE!

Río como desquiciada por su dolor cuando lo veo caer de rodillas al suelo sin creerlo y lentamente baja su brazo.

Me sorprende tanto mi poder cuando veo en mis manos la misma luz resplandeciente emerger.

—Faltas tú —le digo y me acerco a él. Me siento tan poderosa y en ventaja cuando es la primera vez que veo al mismísimo Nicolaik Vleid, llorar— eres el último Vleid.

Su odio es tan profundo en su mirada, sus lágrimas se deslizan por sus pálidas mejillas y en un segundo, activa su don. Sus ojos carmin se tornan negros por completo, sus colmillos permanecen sobresalientes de sus labios y bajo mi atenta mirada, se levanta. Con sus manos en puño, su magia oscura emerge de él.

—Ven–Venganza —masculla entre dientes.

Estoy preparada más soy consciente que somos dependientes. Por igual, somos poderosos, por igual, estaremos débiles, por igual, uno morirá como el otro.

Es crítica la situación pero todo es por Joan que soy capaz de arriesgarme a mi misma.

Así que concentrada, sin dudar, levanto mis manos y mi don se eleva mucho más que el suyo.

Luz y Oscuridad.

Una Baker ante un Vleid.

Una portadora de luz contra un vampiro.

Él y yo.

Sumergidos por la noche mientras cada copo de nieve cae sobre nosotros.

En un pueblo maldito.

En un último enfrentamiento hasta el final.
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✝ Maratón 2/3. Sigan leyendo. No olviden sus votos y comentarios. Recta final ✝

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