Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXXl: Bajo la lluvia

“Cada gota de lluvia parecía susurrar el desamor que la chica no podía olvidar”
                                       |Draven Villeel|

✝ Canadá, 1810.

   S A S H A  V L E I D

El fuego consumió a mi Familia aquel día donde las llamas se extendieron en su totalidad y cubrieron la pequeña casa donde vivíamos. No les dejó escapatoria y ese día perdí a mi madre biológica Amelia Allen y a mi padre biológico James Leblanc. Incluso a mi única hermana, mi gemela, Stella.

Recuerdo el fuego aún ardiendo en mi piel, recuerdo el humo cuando quise buscarlos y salvarlos:

—¡Mamá! ¡Papá! —tosí varias veces y cubrí mi boca con mi mano. El fuego se extendió y me dejó atrapada en la cocina — ¡Stella! —alejé mi mano y avancé. Al  ver parte del techo destruido contra el suelo, por un arriesgado orificio, logré salir por la única salida y a la sala seguí con cuidado.

Afuera seguía siendo de noche y mis progenitores a esa hora, estaban en su alcoba y se quedaron atrapados cuando no escuché más sus gritos.

—¡Ayu... ayuda! —tosi y con esfuerzo seguí hasta encontrar en el suelo a mi gemela— ¡Hermana! —tosi con más fuerza, cada vez me sentí más débil  y llegué hasta ella.

Stella estaba en las peores condiciones que yo. Tenía quemaduras en su rostro y no podía levantarse del suelo.

—Stella —quise ayudarla a levantarse siendo complicado para ambas.

—Sas... Sasha —sostuvo mi brazo siendo débil su agarre— nuestros... padres.

Las lágrimas brotaron de mis ojos sin cesar.

Ninguna se dio cuenta del inicio del incendio al estar atentas en una discusión entre hermanas desde la cocina.

Siempre fui la sombra de Stella. Apesar de ser gemelas, idénticas, la preferían a ella antes que a mi y eso desató con los años, celos, envidia y odio a mi propia hermana cuando incluso mi madre la prefirió a ella.

Stella había logrado escapar a tiempo pensando en nuestros padres más no alcanzó a llegar hasta ellos cuando parte el techo cayó sobre ella.

—No hay nada que se pueda hacer —eleve la vista. Las escaleras estaban bloqueadas por parte el techo que cayó como las llamas de fuego crecieron más. Regresé a verla y me solté de su agarre. Logré mantener el equilibrio y cada vez el fuego se acercó a nosotras—. Ni puedo salvarte a ti —tosi al inhalar más humo y la observé con odio —te prefiero muerta, Stella.

Pese a la situación, le sonríe y retrocedí.

—Tú nunca... debiste nacer... me quitaste todo —ojee la puerta y seguí retrocediendo.

—Ayú... dame —me pidió con gran esfuerzo.

Preferí déjarla y antes de lograr salir, vi sus ojos cerrarse, el fuego alcanzarla y logré salir de casa a tiempo cuando explotó.

Recuerdo el dolor en mi cuerpo por el impacto, los gritos y voces a mi alrededor como la ayuda cuando en estado de libertad, caí en la inconciencia.

Cuando desperté, estaba acompañada de Liam Thompson, el prometido de mi hermana y fue quien me dio la noticia:

—Tus padres y tú hermana, murieron. Fuiste la única sobreviviente Sasha.

Con respecto a mis creadores, lloré por su muerte pese a la mala relación había un afecto por los dos. Con ellos, me culpe por no salvarlos y con respecto a Stella, fui muy feliz más tuve que fingir en presencia de Liam.

Mi propio secreto que me llevaría hasta la tumba.

Tal vez tuve el tiempo de salvarla.

Tal vez Stella hubiese logrado sobrevivir como yo.

Sin embargo, seguiría siendo su sombra y eso no lo permití dada la situación. Mi gemela no iba más a resaltar y a opacarme.

Me convertí en la única:

Sasha Leblanc Allen.

Más las consecuencias fueron quedarme sola y sin Familia. A mis 18 años, los perdí como un hogar. Sin embargo, tuve el apoyo de Liam en dejarme hospedar en su hogar y con el tiempo, me enamoré de él.

Para ese entonces, pese a lo difíciles años, cada unos siguió con su vida. Traté de olvidar la tragedia más Liam, en varias ocasiones me recordó a mi hermana. Vi en él un dolor por su ausencia y quise ser su consuelo.

Al principio no me lo permitió, fue atento, comprensivo y lindo conmigo más siempre mantuvo límites. Cada vez que tenia otra intención con él, Liam me detuvo:

—¡Sasha! —me empujó y se levantó rápido de su lugar— ¿Qué creés que haces?

—Quiero besarte Liam —le confesé y me levanté. Di un paso y él retrocedió—no puedo más. Desde que te conocí, me gustaste mucho pero tú, te fijaste en ella.

Liam paso sus manos por su cabello castaño.

—No puedo corresponderte Sasha. No eres Stella.

Con una última mirada, él se marchó y persistio la distancia por días.

Apesar de estar muerta, Stella siguió arruinando mi vida.

Tuve que disculparme con Liam, respeté su barrera conmigo y siguió la convivencia cuando ambos estábamos solos. Liam desde niño perdió a sus padres en la Guerra. Entonces fue una compañía mutua.

Durante meses se mantuvo un acuerdo, seguí siendo amable con él hasta que logré esa atención que quería. Su mirada cambió, su comportamiento conmigo cambió y Liam esa vez no me alejó cuando lo bese por primera vez.

Sin Stella logré todo lo que tanto anhele. Una pareja, a Liam solo para mi, un romance con él y futuros sueños de formar nuestra familia.

Por dos años, fui feliz con Liam  Thompson más no quiso ningún compromiso y lo acepte hasta que él volvió a cambiar. Comenzó el distanciamiento, el poco tiempo que solía estar conmigo lucia aburrido, sus rechazos constantes y negación a tener intimidad.

Comenzaron las sospechas y aquel día fui a buscarlo a la casa de su único amigo tras su aviso de ir a verlo. Fueron constantes veces que Liam prefería pasar tiempo con él que conmigo.

Cuando salí de su casa, en la noche avancé por las calles hasta aquella dirección. Sin embargo, lamente el mal día lluvioso cuando gotas cristalinas comenzaron a caer sobre mi y me empaparon ante la larga distancia. Me arrepentí de no traer una sombrilla conmigo y seguí hasta llegar frente a su puerta.

Levanté un poco mi largo vestido arruinado por la lluvia como mi cabello negro, varios de mis rulos cayeron sobre mi rostro y traté de ver por las ventanas que por las cortinas, evitaban cualquier vista al interior.

—¡Liam! —grite y toque la puerta varias veces— ¡Bernard! —retrocedí y me abracé a mi misma por el frío que sentí.

Fue desesperante la espera cuando por fin, la puerta fue abierta por el mismo Liam.

—¿Sasha? —rápido cerró la puerta detrás de él— ¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a verte, mi amor —quise abrazarlo cuando Liam me lo impidió.

—No debiste venir, mirate como estas —me observé a mi misma. Estaba empapada de pies a cabeza— debiste esperarme en casa, no iba a tardar.

—Ya quería verte —lo note nervioso—. Bernard no tendrá problema en que me quede contigo mientras pasa la lluvia.

—Bernard no está, tuvo que salir y si no ha regresado es porque la lluvia se lo impidió. —Liam frustrado pasó sus manos por su rastro—. Te tendrás que ir Sasha.

—No puedo regresar por la lluvia, déjame entrar.

Él dudó, terminó por abrir la puerta y me permitió pasar. En todo momento, con su agarre en mi hombro me guió hasta la sala.

—Te quedarás aquí. Te traeré una manta ¿De acuerdo?

Asentí y lo vi irse por el pasillo.

Ante la espera, tuve el tiempo para observar alrededor la estancia cuando voces causaron más mi atención.

Por Liam conocía que Bernard vivía solo y a falta de su presencia, me extrañó esas voces.

Dejé de abrazarme a mi misma y avancé por el reducido pasillo. Entre cada paso, me acerqué más y logré reconocer la voz de Liam y una voz femenina.

De pronto, me detuve cuando lo vi salir de una habitación.

—¡Te pedí que te quedarás en la sala!

—¿Qué está pasando Liam? Te escuché hablar con alguien.

—Escuchaste mal, aquí no hay nadie más que nosotros —se acercó a mi y me sostuvo del hombro—. A Bernard no le gustara nada que estés aqui.

—¡¿Qué me estás ocultando?! —me safe de su agarre y quise ir a revisar esa habitación.

—¡Nada! —me lo impidió hasta que nuevamente la puerta fue abierta y vi a una joven hermosa de cabello castaño, asomarse.

—¿Quién es... ella? —la observé con detenimiento, su cuerpo lo cubría un camisón largo— Liam —gire a verlo.

—Dile la verdad, Liam —regresé a verla al escucharla y ella mantuvo sus manos en su cintura— dile que me prefieres a mi.

Negué varias veces.

—¿Me engañaste? —la rabia me cego y mi puño impacto contra su pecho— ¡Me fuiste infiel, Liam!

—¡Basta! —él me superó de fuerza y sostuvo mi muñeca—. Lo hice Sasha, desde hace seis meses que mantengo una relación a escondidas de ti con América— me soltó y me hizo retroceder—. Tú no me interesas más. No puedo seguír más contigo.

—Tú... me amas —las lágrimas se acumularon en mis ojos.

—No te amo Sasha, te mentí —ella se situó a su lado y apoyó su mano en su hombro— a quien realmente ame, fue a Stella, contigo solo fue compasión por ser la hermana de mi prometida.

Negué varias veces.

—No me hagas esto, Liam —dejé las lágrimas brotar por mis mejillas.

—No te soporto Sasha. Tuve que recurrir a la ayuda de Bernard a ocultarme aquí en su casa para ver a América porque tú en mi casa, simplemente no puedo —hizo una corta pausa— pero se acabó Sasha, te vas de mi casa y no quiero verte más.

—Liam... —solloce y con su agarre en mi brazo, me obligó a caminar de regreso a la sala.

—Te vas.

—Liam, por favor no —me guió hasta la puerta y no le importó las condiciones de la lluvia sin parar cuando abrió la puerta y me obligó a salir— ¡Liam! —cuando me soltó, cerró la puerta en mi cara y por más que golpee la puerta, no me abrió—. Liam —emití en voz baja, retrocedí más y más y observé la fachada.

Nuevamente estuve sola.

Con un dolor en mi pecho, me alejé varios pasos cuando yo si me enamoré de él.

La lluvia incrementó con mayor fuerza.

La calle desolada.

Sin un lugar a donde recurrir a falta de monedas y nada para cubrirme.

Las gotas de lluvia se mezclaron con mis lágrimas, mis piernas flaquearon y caí al suelo ensuciando más mi vestido.

Si existía el karma, lo viví en ese momento. Le arrebate a Liam a Stella y lo pagué sufriendo un desamor.

Bajé la vista, mis manos como mi cuerpo temblaba por el frío y la lluvia seguía su curso hasta que cesó para mi. Dejé de llorar y alze la vista al distinguir una silueta a mi lado, alta e imponente que me cubrió con su sombrilla y ante mis ojos, me extendió su mano enguantada.

Sin dudar, la acepté y me dejé levantar por él. Ante la poca iluminación y cercanía, logré ver su rostro. Realmente atractivo, de tez clara como su cabello oscuro como la noche. Aquel desconocido portaba un traje negro elegante y con su mano enguantada, limpió mis mejillas.

—Una damisela hermosa como tú, no debería llorar, ni estar bajo la lluvia.

Le sonríe apenada y me entregó la sombrilla. Apenas la sostuvo cuando con rapidez se retiró su saco y me cubrió tras acomodarlo en mis hombros.

—Gracias —titubue.

Le entregué nuevamente la sombrilla y por su altura, nos cubrió a los dos de la lluvia.

—¿Tú hogar?

—No tengo —le sostuve la mirada, sus ojos eran tan hinoptizantes— no sé... a dónde ir.

—Dicen que la noche es peligrosa —dejé de verlo y me encogi de hombros cuando fue uno de mis miedos— puedes venir conmigo —gire a verlo— no te haré daño —le creí y confíe en ese desconocido cuando acepté su mano— Nicolaik.

—Sasha —pronuncie mi nombre en voz baja y me dejé guiar por él hasta su hogar.

Cuando llegamos, me permitió entrar y lo esperé cuando cerró la sombrilla y la dejó apoyada en una esquina.

—Por aquí —asentí y cuando regresó conmigo lo seguí por un pasillo. El interior era amplio, lujoso y él me guió hasta una puerta y la abrió para mi.

—¿Vives solo? —le pregunté al entrar y observé alrededor una amplia cama en el centro.

—Con mi Madre y un... hermano.

Dejé de ver alrededor y me di la vuelta.

—Me gustaría conocerlos.

—Salieron.

Retiré su saco de mi.

—¿No les molestará que esté aquí?

—Para nada, ninguno se opone a visitas —obtuve su sonrisa y me acerqué a darle su saco que rechazó — Aquí estás a salvo, puedes quedarte esta noche. Por ahi, está el baño —me señaló una puerta en una esquina— cualquier cosa que necesites, me avisas. Estaré en la sala.

—Gracias, ya hiciste mucho por mi —bajé la vista en mis manos.

Nos invadió un extraño silencio más sentí su fija mirada en mi.

—¿Me repites tú nombre?

Al escucharlo, alze la vista y carraspee.

—Sasha... Sasha Leblanc Allen —él asintió con lentitud y traté de recordar su nombre— ¿Nicolás?

—Nicolaik —me corrigió y asentí varias veces— Nicolaik Vleid— No iba a olvidar más el nombre de mi salvador—¿Por qué estabas en esas condiciones?

Pasé saliva y volví a bajar la vista.

—Me enamoré y él me engañó con alguien más. Fui a buscarlo y lo encontré con ella —hice una corta pausa— por más que le suplique... me corrió y me dejó afuera sin importarle... la lluvia.

—Mencionaste que no tienes hogar.

—Vivía con Liam —alze la vista y volví a llorar— estoy sola.

—¿Tus creadores?

—Murieron hace dos años.

Él asintió.

—¿Hermanos? ¿Hermanas? ¿O eres hija única?

Duré en responderle cuando me hizo recordar a Stella.

—Tuve una hermana, mi gemela —lo observé incomoda— ella murió ese mismo día.

—¿De qué?

Lo observé fijamente.

Demasiadas preguntas. Sin embargo lo entendí ante una desconocida.

—Por un incendio, el fuego acabó con su vida, con la vida de mis padres y con mi antiguo hogar. Fui la única que logró salir —extendí mi brazo y le mostré las cicatrices de las leves quemaduras— logré vivir.

Por excasos segundos, sus ojos se fijaron en dicha zona y regresó su mirada a mi rostro.

—Sobreviente —asentí y bajé mi brazo—siéntete como si fuera tú hogar— lo vi fijar la vista en la puerta por segundos y regresó su mirada en mi— Te daré privacidad.

—Gracias Nicolaik —alcancé a decirle antes de él marcharse.

En cuanto vi la puerta cerrada, dejé su saco sobre la cama y retiré mi sucio vestido color crema como el corsé hasta quedar en ropa interior. No quise tomar una ducha, cuando solo me refugie en las suaves sábanas hasta cubrirme.

Por pocos segundos observé la puerta esperando su regreso cuando Nicolaik no apareció más y el sueño me venció.

A la mañana siguiente, al despertar escuché voces provenir afuera de la habitación.

Intrigada, me senté en la cama y observé la puerta. Por un momento, quise ir a abrir por curiosidad, más desistí mi idea.

Distingui la voz de mi salvador como otra voz femenina. Ambos en total calma. No comprendí su conversación cuando cesaron las voces y en poco tiempo, la puerta fue abierta por él.

Enseguida me cubrí con la sábana.

—Despertaste —cerró la puerta detrás suyo y avanzó varios pasos.

—Buen día —le sonreí— en cuanto antes, me iré.

—No te presiones en irte, no te estoy corriendo. —Nicolaik colocó sus manos en sus bolsillos delanteros. Seguía usando la misma ropa de la noche anterior, camisa blanca con un pantalón negro a juego con su chaleco—. Al contrario, mi Madre quiere conocerte.

—Bien, me gustaría conocerla —mordí mi labio inferior— trataré de lucir presentable —observé mi vestido arruinado sobre la cama.

—No te conseguí nada anoche —Nicolaik lo observó por segundos— Disculpame, la única compañía femenina es mi Madre. Buscaré algo en su vestuario que pueda ofrecerte.

—Gracias, esta vez si aceptaré tomar una ducha.

—Tómate tú tiempo, Sasha —se dirigió a la puerta—. Te dejaré un vestido sobre la cama —con una última mirada él abandonó la habitación.

Al quedarme sola, me obligue a salir de la cama y descalza me dirigí al baño. Al entrar, observé una tina de madera, vacía y me tomé el tiempo de esperar el agua llenarla para entrar invadida por mis propios pensamientos.

Seguía extrañando a Liam.

Una parte de mi, quiso ir a buscarlo y otra resignarse a perderlo.

Dude que él fuera a buscarme cuando lo había dejado muy claro, no le importaba y solo me comparó con mi gemela muerta.

Desconocí el tiempo que dure bajo el agua cuando me obligue a salir. Cubrí mi desnudez con un camisón que encontré y salí del baño.

En la habitación, note en la cama mi nueva ropa como la presencia de una hermosa dama sentada.

—Tú debes ser Sasha.

Pasé saliva y observé con detenimiento a la mujer joven, bella, elegante con un ampon vestido azul cielo, su corsé blanco que resaltó su delegada cintura. Sus brazos cubiertos por unos guantes hasta sus codos color crema y su cabello negro recogido con varios cadejos sueltos en su rostro.

—Si, Señora —me abracé a mi misma—¿Es la Madre de Nicolaik?

—Si, Scarlet Vleid —la vi levantarse con elegancia. Me extrañó ella darle su apellido y por supuesto me intrigo conocer el motivo de la ausencia del creador— mi hijo me contó mucho de ti.

—Le agradezco la ayuda, él fue tan amable conmigo.

—He educado a mi Nicolaik de la mejor manera —pasé saliva cuando la vi rodearme— Mirate, eres muy hermosa, joven —con su dedo sostuvo mi barbilla— eres perfecta— sonrió mostrando una hilera de dientes blancos y me soltó. En poco tiempo, detrás de mi colocó sus manos en mis hombros—. Sasha, sé que sufriste un desamor como yo. Te entiendo más de lo que creés —se inclinó y logré verla— un amor destruye y te causa mucho dolor.

Recordé a Liam y asentí.

Me sentí fatal conllevando la situación.

—Odio mi vida, lo odio a él.

—Shhh —ella sostuvo mis mejillas—querida no vale la pena ni una lágrima tuya. Eres muy valiosa, Sasha —me soltó y me señaló la ropa en la cama— Demuéstralo, cambiate y te espero en la mesa. Estaré encantada si nos acompañas.

—Por supuesto, Señora.

—Scarlet —acarició mi mejilla y tuve su inspección de nuevo—. Dime Scarlet Vleid.

Cuando me soltó, se dio la vuelta y abandonó la habitación.

Recuperé el aliento y comencé a cambiarme. Lucí un hermoso vestido de seda color rojo, con un corsé negro que ajuste en mi cintura. Mi cabello lo dejé suelto y con unas zapatillas que encontré bajo el vestido, me las coloqué hasta salir por mi cuenta.

Por el pasillo avance y escuché sus voces que me intrigaron:

—Tú opinión, Madre.

—Me encanta Nicolaik, ella es hermosa y perfecta.

—Sasha está sola.

—No será por mucho tiempo —sus voces se apagaron y me detuve ante el silencio— Querida, acércate.

Fue demasiado tarde para huir cuando ella se dio cuenta de mi presencia.

Entonces seguí avanzando hasta verlos sentados a ambos frente a una amplia mesa.

Scarlet Vleid me señaló la silla vacía tras cubrir su rostro con un abanico.

Asentí y tomé asiento. Ojee a mi alrededor, poca luz se filtraba por las cortinas cerradas en cada ventana y al ver la mesa, observé un plato de comida como una bebida.

—Disfrutala —ella me señaló mi platillo, el único en la mesa.

—¿No... comerán?

Ambos compartieron una mirada.

—Tenemos distinto horario de alimentación —me respondió Nicolaik sentado frente a mi.

En la silla a mi lado, estaba su Madre que no dejaba de observarme.

—No pudimos esperarte, estábamos muy hambrientos.

—Entiendo, aquí soy la intrusa —reí sin ánimos.

—Eres nuestra invitada especial.

Ante sus palabras, les sonreí y comencé a comer bajo su atenta mirada hasta sentirme satisfecha.

—Disculpe la molestia, pero no veo a su otro hijo. Nicolaik me contó que tiene un hermano.

—Si, él no nos pudo acompañar en este momento pero pronto lo conocerás —me respondió ella y mantuvo su abanico abierto— ¿Qué piensas hacer Sasha?

Duré en responder.

—No lo sé —confesé— pero no les causare más molestias.

—No eres ninguna, al contrario —ella ojeo a su hijo— si tú quieres, puedes quedarte aquí.

—¿De verdad? —no oculte la emoción.

—Estaré encantada de que te quedes bajo ciertas condiciones —asentí y la escuché con atención—. Te olvidarás de tú pasado, me verás como tú nueva Madre a cambio de una nueva vida.

Confusa dejé de verla y observé fugazmente a Nicolaik. Bajo mi atenta mirada, él comenzó a quitarse sus guantes y resaltó la palidez de sus manos.

—Sasha —regresé a verla— ¿Haz escuchado los rumores?

—¿Qué clase de rumores?

—Vampirismo.

Negué varias veces cuando no creí en esos falsos mitos.

—Eso creí —la vi con atención y note sus ojos cambiar—. Eres afortunada de vernos de día —bajó su abanico y note unos colmillos sobresalir de su boca.

—Dios mio —susurre y estuve apunto de huir cuando un agarre me mantuvo quieta en la silla.

—No te haremos daño.

Entre abrí mis labios cuando increíblemente vi a Nicolaik a mi lado, inclinado con sus manos en mis hombros que no me di cuenta de lo rápido que fue para alcanzarme. Sentí un nudo en mi garganta, ambos me causaron miedo cuando note unas largas uñas crecer de sus dedos.

Bajo su mirada, comencé a llorar y a temblar.

—Sasha, puedes ser como nosotros —negué varias veces al procesarlo— y no volverás a sufrir.

—Eres perfecta para ser mi primer hija —gire a verla— ser convertida en vampiresa —la escuché con atención—Piénsalo Sasha, tendrás juventud eterna como belleza, nuestra compañía y una futura venganza a quien destrozó tú corazón mortal —la vi levantarse y tras su mirada, su hijo me soltó—. Otra vida distinta en la eternidad ¿no te encantaría?

Comencé a dudar cuando no tenía nada y su oferta, me pareció interesante apesar de todo y de lo desconocido.

—Si —me levanté y observé a los dos de cada lado, para esas alturas ninguno ocultaba su real apariencia— si quiero todo eso.

—No te vas arrepentir —me dijo Nicolaik.

—Sasha —con su agarre en mis mejillas, me obligó a verla— son solo sacrificios.

Los colmillos de Scarlet Vleid crecieron más y más. Se acercó a demasiado a mi y me tomó por sorpresa sentir esas filosas agujas en mi cuello como sentí el inmenso dolor desde el primer momento que su veneno vampirico entró en mi sistema.

Creí que no se iba a detener hasta que se alejó y débil fui sostenida por su hijo.

Vi sangre en su boca, mi visión comenzó a tornarse borrosa y por Nicolaik fui guiada al sillón y tuve tan cerca su rostro.

—Hazlo, hijo mío —ella le pidió.

Note su malicia cuando su mano cubrió mi boca y mi nariz y con fuerza me impidió respirar.

En ese instante me arrepentí cuando su idea era matarme. Fui ingenua por aceptar y conlleve las consecuencias cuando se me dificultó respirar cada vez más. Mi débil agarre en su brazos no me ayudó a liberarme de él hasta que sentí el último latido y cerré los ojos cegada por la oscuridad.

Cuando desperté, me extraño verlo en mi campo de visión como una presencia más.

—Bienvenida, hija mía.

—Sasha Vleid. —Nicolaik estiró su mano hacia mi y pese a recordar lo que me hizo, la acepte— Lo lamento, tenias que morir para volver a revivir convertida.

Con su ayuda me senté en el sillón y sentí el cambio en mi. Desde el dolor en mis ansias, el ardor en mi garganta, demasiada sed y vi mis manos pálidas, sin ninguna cicatriz. Incluso el vampirismo causó destellos rojizos en mi cabello negro y los rulos, permanecieron.

—Él es mi segundo hijo, Blood.

—Un gusto conocerte, hermana —vi al castaño a su lado.

Me di cuenta que ninguno se parecía y lo comprendí, los dos eran convertidos, lo supuse y con los días, me explicaron:

Solo uno lo era.

No podía salir más de día, solo de noche.

Teníamos enemigos con deseo de destruir al vampirismo. Primeramente a Scarlet y a su descendencia y me incluía.

Nicolaik como su hijo legítimo, un vampiro de nacimiento en comparación a Blood, un nombre nada común y misterioso en su real nombre que no insistí en conocer. Él como yo, alguna vez tuvo una humanidad.

En ese momento, mi vida cambió y los Vleid se volvieron mi nueva Familia.

...

Aprendí demasiado de cada uno y obedeci sus ordenes cuando en aquella ocasión, no fue suficiente alimentarme de copas de sangre cuando debía usar mis colmillos por primera vez.

Aquella noche, salí a drenar algún humano acompañada de Scarlet Vleid:

—Hija mía ¿Quién era él? —gire a verla a seguir su paso—. Dime el nombre de quien te rompió el corazón.

—Liam Thompson —le respondí y percibí su malicia a medida que caminábamos por la calle en pleno anochecer— y sé donde puedo encontrarlo.

—Me encantaría conocerlo y vengarte.

Con la misma idea, la guíe hasta la casa de Bernard cuando vi salir a Liam. Con Scarlet lo seguimos hasta que ella fue más rápida al acorrarlo a la pared.

—Acercate Sasha, ven aquí a probarlo.

La sed fue demasiada que lo hice, ante su herida causada por las uñas de Scarlet, actúe y mis colmillos encaje en su cuello ignorando toda súplica de Liam. No me detuve hasta arrebatarle la vida y quise más sangre.

Mi primera experiencia como vampiresa fue descontrol, mucha sangre hasta creer saciar mi sed.

Cuando regresamos antes del amanecer, seguía asimilando todo. En mis manos seguía rastro de tanta sangre, tantas muertes provocadas mientras Scarlet Vleid lucia tranquila en comparación mía.

Por ella misma conocí su historia. Tal vez pese a ser vampiresa estaba asustada como ella alguna vez lo estuvo al ser convertida por un vampiro original, el primer Vleid que la engañó como a mi.

Ante eso, me sentí identificada con ella, tuve su cariño maternal y me entendió en todo.

—Madre —Nicolaik frente a nosotras, nos observó a ambas— era demasiado pronto para ella salir.

—Estaba conmigo y Sasha, está satisfecha.

Él me ojeo.

—Hablemos en privado —le pidió y ambos se fueron.

Hasta la sala avancé y me dejé caer en el sillón bajo su atenta mirada.

Blood siempre tenía una copa en su mano cuando no salía a cazar.

—Pasaste la prueba.

—Eso creo —limpié mis manos una vez más en mi vestido con rastro de tanta sangre— lo sigo asimilando.

—No es fácil la primera vez pero después, no existe el arrepentimiento. Es sobrevivencia Sasha, su sangre necesaria —bebió de su copa.

Tuve celos de su control.

—Para ti es tan fácil.

—Llegué primero que tú, 10 años antes y por experiencia, me sigo adaptando al vampirismo —sonrió mostrando sus colmillos con rastro de sangre— es lo mejor que nuestra anterior vida.

Le di la razón pese a no conocer su historia con detalle.

Blood fue uno de los tantos humanos reclutados por ellos y él fue el único con quien funcionó la transición. En comparación mía, Nicolaik lo eligió cuando conmigo, fue casualidad o el destino me hizo cruzarme con un vampiro aquella noche lluviosa.

—¿Cómo desaparezco esto que siento? —le pregunté.

Blood retiró la copa de su boca y se inclinó.

—No permitas que tú humanidad, te controle y no sentirás absolutamente nada.

Asentí y pensé llevarlo en práctica.

—Sasha —desvíe la vista ante la voz de Madre. Desde días comencé a nombrarla justo como ella quería escuchar —acompañame.

—Si, Madre —me levanté, le sonreí a Blood y comencé a seguirla hasta su alcoba.

Al entrar, la seguí hasta el baño y entré con ella. En cuanto cerré la puerta, la vi comenzar a llenar la tina.

—Ayúdame —me acerqué y comencé a desatar su cabello que en segundos cayó por su espalda, largo y ondulado—Hablé con Nicolaik y entendió que debes salir como todos.

—Él se preocupa por mi —sonreí cuando me agradaba más que Blood. Además de considerarlo más atractivo como un gusto prohibido que tuve que ocultar.

—Era hijo único, solo está celoso. Lo fue con... Blood y ahora contigo —Scarlet comenzó a quitarse el corsé y el vestido por su cuenta— con ninguno tengo preferencia pero estoy encantada con mi primer hija —cerré la llave cuando la tina se llenó de agua.

—Estoy eternamente agradecida contigo Madre.

Ella me sonrió y sin darle vergüenza su desnudez, entró a la tina. El agua en segundos se tiño de carmin por la sangre en sus brazos.

—No serás única pero si siempre la primera —me observó al recargarse en la tina— le he pedido a Nicolaik, buscar nuevos humanos para convertir en Vleid.

—Lo comprendo Madre, tendrás mi apoyo.

Ella sonrió mostrando sus colmillos.

—No te quedes ahí, entra conmigo.

Asentí ante su petición y apenada comencé a quitarme el corsé, después el vestido. Desnuda y descalza caminé hasta la tina y entré hasta sumergirme del lado contrario.

—Enséñame a ser como tú Madre, quiero lograr todo lo que me proponga.

—Te ayudaré hija mía —estiró su pálida la mano y la acepte— juntas y nadie más nos hará sufrir.

Le sonríe y con ella tomé un baño. Con el paso de los días, fue repetitivo que perdí toda vergüenza al compartir la misma tina.

Me arreglé con elegantes vestidos e imite su comportamiento.

Fue una mejor convivencia con Nicolaik como con Blood, más debía considerarlos como mis hermanos y con respecto al primero, me fue más difícil verlo de esa manera.

...

Transcurrieron los años y tanto Scarlet como Nicolaik convirtieron otro humano en Londres:

Máximo Walker quien tuvo una muerte más dolorosa que la mía y fue el nuevo integrante en la Familia.

A él si lo considere un hermano como a Blood y no tuve ningún problema ante sus gustos. Fui feliz de verlos juntos cuando Madre les permitió un romance cuando era evidentes esas miradas.

Y eso derivó las ganas de tener un romance con Nicolaik que tanto había callado más no me atrevía a hablar con él y sobre todo con Madre.

Aquella vez en la cocina, en una noche que preferí no salir con Madre y con Nicolaik me encontré con mi confidente.

Blood servía dos copas de sangre cuando noto mi presencia.

Me abrace a mi misma, preferí descansar del ampon vestido y mi cuerpo lo cubría por un camisón largo y suave.

—Necesito hablar contigo.

—¿Qué te agobia?

Rápido rodee la mesa y me detuve a su lado demasiado cerca. Pese a la trasparente tela en Blood no tenía esa mirada lujuriosa cuando no me miraba de esa forma.

—No puedo más —humedeci mis labios— no puedo ocultar más que siento una atracción por Nicolaik —bajé la voz— ¿Qué debo hacer?

Blood no lució sorprendido.

—Tienes que hablar con Madre —negué varias veces—requieres su aprobación y ante todo, mereces ser feliz y si es con Nicolaik, adelante.

—Tengo miedo —le confesé y sentí su dedos en mi barbilla— no quiero volver a sufrir un desamor.

—Te tienes que asegurar que sea recíproco y no olvides que eres valiosa y mereces ser feliz así sea con nuestro querido Nicolaik o con alguien más.

—Lo prefiero Blood.

Un carraspeo nos interrumpió.

—Llevo 30 eternos segundos esperando mi copa.

Ambos desviamos la vista en el nuevo Maxius cruzado de brazos.

—Impaciente —Blood apartó su mano y concentró la vista en su copa.

En una santiámen, él se interpuso entre los dos.

—¿De qué hablaban?

—Es confidente Maxius, secretos de Sasha que no puedes saber.

Él musito y le agradecí a Blood con la mirada por su silencio.

—¿Y era necesario la cercanía?

—No es lo que piensas —le dije rápidamente— yo no pienso interponerme entre los dos.

—No empieces con tus celos, Maxius.

Él gruñó.

—Ni siquiera lo pensé Sasha, disculpame —me dijo apenado.

—No hay problema —acarie su mejilla—regresaré a mi alcoba— me di la vuelta y antes de salir de la cocina, los vi besarse.

Estuve tan segura de hablar con Madre cuando no iba a callar más mi secreto.

Sin embargo, sucedió los constantes enfrentamientos contra Baker y su aquelarre, el cambio de continentes y el nuevo Vleid que tuve que esperar la oportunidad de hablar con Madre.

Ella una vez más, lució feliz ante el nuevo humano convertido. Su nuevo hijo que eligió en Suiza en nuestra pequeña parada: Kyve Meyer.

Recuerdo que lo vi sorprendido y alterado por el cambio cuando despertó.

Madre nos presentó ante él y quise ayudarlo a procesar el cambio como vampiro. Blood se ofreció a ayudarle a controlar su sed cuando probó por primera vez la sangre como alguna vez lo hizo conmigo y con Maxius.

Fueron constantes pruebas y desde la distancia lo observé con atención. Confesare que Kyve se me hizo demasiado atractivo con su cabello castaño, con su propio encanto más siempre elegí a Nicolaik cuando con el primero surgió una amistad hasta hermandad justo como entre Vleid debía ser.

Aquella noche, Madre se despidió de todos y salió con Nicolaik en busca de nuevos humanos por convertir y aliados contra Baker, con su orden de no salir y esperar su regreso:

—Blood, te quedas a cargo —le avisó Nicolaik antes de marcharse.

—Como siempre —él le respondió.

A tiempo lo detuve del brazo sin evitar entrelazar mi mano con la suya.

—Mucha suerte Nicolaik.

Él beso castamente mi mano y sin emitir palabra se marchó.

Pese a no tener un corazón latente, sentí la sensación cuando su presencia siempre causó mi nerviosismo.

Dejé de ver hacia la puerta y fije la vista en Kyve a mi lado que revisaba su reloj, poco le entendía a las manecillas. Así como todos, tenía algo apreciado, un recuerdo de la humanidad que alguna vez tuvimos.

De mi parte, me seguía aferrando a usar una sombrilla negra, tal vez no la primera que me obsequio Nicolaik pero siempre hubo un reemplazo. Además de ser útil ante la luz del amanecer entre nuestras tardanza por ocultarnos, era un recuerdo inolvidable cuando conocí a Nicolaik.

El único vampiro con el que quise sentir amor.

Dejé de ver a Kyve que con los días había perdido timidez en hablarme y desvíe la vista en Blood y en Maxius. Ellos ajenos ignorando nuestra presencia, en el sillón frente a nosotros con su dosis de afecto.

—¿Me acompañas a mi alcoba? —le pregunté a Kyve a girar a verlo incómoda por la situación.

—Claro —me sonrió y fue rápido en levantarse. Estire mi mano y él dudo segundos en sujetarla. Presenti su nerviosismo ante mi tacto y me levanté con su ayuda. Cuando lo solté, me di la vuelta— eh... no tardamos.

—Están muy ocupados para escucharte —comencé a avanzar en dirección a las escaleras.

—Si me di cuenta. —Kyve comenzó a seguirme hasta llegar a mi alcoba.

Le permiti el paso y tomé asiento en la cama.

—Kyve —lo vi de pie frente a mi— ¿Alguna vez te haz enamorado a primera vista?

—Si me ha pasado —río nervioso.

Cruce mis piernas.

—Eso me ha pasado, estoy enamorada de Nicolaik —su sonrisa se esfumo— Cuando era humana, me ayudó y cuando desperté siendo vampiresa, fue al primero que vi y no puedo callar más. En estos días hablaré con Madre pero necesito comprobar que Nico sienta lo mismo por mi. Ayúdame, le pedí a Blood que hablé de mi con él pero no veo resultados ¿me ayudarías Kyve?

—Con Nicolaik —repitió y bajó la vista—si, por supuesto que te ayudaré —alzó la vista y me sonrió— solo quiero verte feliz Sasha.

Rápido me levanté y lo abrace.

—Gracias Kyve, él es mi felicidad.

—No te ilusiones, Nicolaik tal vez no tenga... interés en ti —me alejé rápidamente de él—. Tal vez él no te ve de esa forma que... quisieras... tal vez a alguien más... —guardó silencio y desvío la vista— es lo que creo.

Ante sus palabras, lo comprobé.

No solo eran sus miradas, fue tan claro que le gustaba más él no a mi y no iba a ilusionarlo.

—Hablaré con Nicolaik —le dije y marqué distancia y fue un incómodo silencio entre los dos.

..

Cuando Madre regresó, esperé su soledad para entrar a su alcoba. Lucía pensativa con su abanico en mano.

—Madre ¿puedo hablar contigo?

—Sasha, acércate —me pidió con su mano— tenemos privacidad, tus hermanos han salido a cazar.

Asentí y apareci a su lado.

—Estás angustiada.

—Es Jhony Baker, no deja de buscarme —movió su abanico— de buscarnos.

—No nos va a encontrar y algún día, lo vamos a matar —moví mis manos nerviosa— pero en realidad quiero hablar contigo sobre Nicolaik.

—¿Qué sucede con él?

Sus ojos carmin fueron fijos en mi.

—Me enamoré de Nicolaik, Madre —le confesé y le sostuve la mirada— ¿Tienes un inconveniente que él y yo...?

—Ninguno —me interrumpió— quiero la felicidad de los dos Sasha y años que Nicolaik no se relaciona con ninguna bella dama, ni mucho menos con una vampiresa —me sonrió— serás la primera —eso me emocionó— son tantas cosas para él que tú puedes ayudarlo a olvidar.

—No estoy segura si sea mutuo—comencé a caminar de un lado a otro—no quiero sufrir otra vez Madre y sobre todo, no quiero hacer sufrir a Kyve —gire a verla y me detuve— le gusto, me he dado cuenta pero él sigue creyendo que no lo sé.

—Tanto Kyve como Nicolaik son mis hijos Sasha, tendrás que elegir.

—Elijo a Nicolaik —le respondí sin dudar.

Madre se levantó y se cruzó de brazos.

—Hablaré con Nicolaik y lograré tú felicidad.

—Gracias Madre —le sonreí ansiosa por el resultado.

...

Ese mismo día, Nicolaik pidió hablar conmigo en privado antes de salir a cazar. Entré a su alcoba y en cuanto él cerró la puerta, apareció frente a mi.

—¿De qué quieres hablar?

—Madre habló conmigo —hizo una corta pausa y sostuvo mis manos— siempre espero su permiso y lo tuve. Así que no hay impedimento para que seas feliz —me soltó y su mano guió a mi mejilla—. Ese día que te conocí en la calle, te confieso que al principio solo pensé en tú sangre, iba a drenarte pero verte vulnerable, ver tú belleza Sasha —humedeci mis labios varias veces— me hizo cambiar de opinión. Realmente quise ayudarte y me alegro que seas parte de los Vleid— le sonreí—y desde el inicio, tuve que obligarme a verte como mi hermana cuando no te considero de esa forma.

—Nico —alejé su mano de mi rostro y anule la distancia— Me gustas mucho.

—Tú a mi—creí sus palabras y en su mirada.

Sin más palabras, él se inclinó y me beso.

...

Antes de salir, pidió reunión con todos para darles las noticia. Emocionada sostuve su mano en todo momento y lo anuncie con una amplia sonrisa:

—Tendré una relación con Nicolaik—lo observé— Madre lo aprobó y los dos seremos tan felices en la eternidad.

Reino el silencio, obtuve sus miradas de sorpresa hasta que Kyve fue el primero en reaccionar:

—Me alegro por ustedes —carraspeo— Iré por las copas.

—Te ayudo —se ofreció Maxius y ambos se marcharon a la cocina.

—Felicidades a los dos —emitió Blood y con Madre, lució sonriente por nosotros.

...

Eso provocó un distanciamiento con Kyve, sus celos cada vez que nos veía juntos. En las próximas semanas, Nicolaik mantuvo límites. Al principio solo fueron besos y unión de manos que por más que insistí solo obtuve eso de él.

Así que hablé nuevamente con Madre y le pedí un consejo:

—No sé que hacer, Nicolaik me sigue rechazando.

—Hija mía, para él no es fácil.

—Lo sé, me ha dicho que soy la primera vampiresa con quien se ha dado la oportunidad de tener un romance pero siempre interpone límites y ni hablar de activar nuestra conexión.

—Sasha es demasiado pronto, Nicolaik decidirá marcarte en el momento que él lo considere idóneo —Madre se acercó a mi y apartó mi cabello de mis hombros descubiertos—Mi hijo salió afectado de una pasada relación —me intrigo conocer eso— era una humana que él mismo tuvo que matar porque era lo mejor para él, para los dos— retrocedió— me intuición me advirtió pero fue demasiado tarde cuando Nicolaik, se enamoró.

—¿Quién era ella?

—Nathalie Bonnet —emitió su nombre con recelo— La idea solo era Nicolaik concebir sus propias creaciones con una humana. Creímos que iba a funcionar para conseguir legado Vleid pero no funcionó. Ella fue inútil y desistimos la idea.

Lo sentí por Madre por su sueño de tener descendencia Vleid pero me alegró que así fuera. Nicolaik tener descendencia con una humana sería otra historia.

—Eso lo está afectando.

—Sasha, eres mejor que ella. Usa tú encanto y contigo, Nicolaik va a olvidarla —me aconsejó y la escuché con atención.

Con Madre cree un plan.

Ella se encargó de hacer salir a cazar a Blood, Maxius y Kyve con ella a excepción de Nicolaik cuando la idea era tener privacidad. De mi parte, lo esperé en su alcoba, sobre la cama con un camisón transparente, cubriendo mi desnudez.

Nerviosa vi la puerta ser abierta por él y en cuanto noto mi presencia, cerró la puerta confuso.

—Sasha ¿qué haces aquí? —no lució molesto.

—Hola Nicolaik, te estaba esperando —me levanté de la cama y dejé caer la tela revelando mi desnudez ante él.

—Cúbrete —no apartó la mirada de mi.

Negué.

—Todos han salido a cazar, estamos solos y podemos divertirnos —me recosté con lentitud sin ocultar mis colmillos— ven aquí, Nico.

Él pasó su mano por su oscuro cabello y humedecio sus labios.

Dudo un instante, observó fugazmente la puerta y con esa velocidad se acercó a mi.

—Eres mucha tentación.

Con Nicolaik sobre mi, lo jale a besarlo con frenesí a medida que comencé a retirar cada prenda suya. Sentí sus colmillos rozar con los míos, fueron besos intensos como sus caricias por todo mi cuerpo hasta que ambos desnudos nos entregamos con deseo carnal.

Fue la primera vez que vi a Nicolaik perder el control y cayó por mi encanto y por la lujuria.

Nuestra primera vez fue inolvidable, salvaje que desató el deseo repetitivo en cada oportunidad más algunas veces, fuimos interrumpidos:

Ansiosa lo bese con fervor tras empujarlo a la pared. En todo momento sentí sus manos en mi cintura a medida que guiaba sus labios a mi cuello.

—Nico —jadee cerca de su oído— hazme tuya de nuevo.

Una mano guió a mi nuca y sello sus labios con los míos.

—Sasha —él jadeo ante la poca distancia de nuestras bocas— no resisto— volvió a besarme y le permití subir mi vestido hasta que su presencia nos interrumpió.

—Hijos míos, tenemos una prioridad antes que un deseo. —Madre nos observó a cada uno en cuanto nos alejamos.

—De acuerdo Madre, te alcanzamos —Nicolaik recuperó la postura.

De mi parte asentí tras acomodar mi vestido.

Sin lucir molesta, ella se retiró a la sala cuando a todos nos seguía perjudicando Baker.

—Seguimos con esto después en tú alcoba —le dije, Nicolaik asintió y se inclinó a besarme.

Incluso yo misma renuncie al sueño de alguna día ser Madre cuando elegí ser vampiresa. Con Scarlet se había logrado con magia y para esas alturas Baker estaba en nuestra contra.

...

En otra ocasión, fuimos interrumpidos por Maxius:

—Reunión con Madre, después siguen con la diversión— nos dijo del otro lado de la puerta.

Dejé de mover mis caderas y al mismo tiempo desviamos la vista en la puerta.

Gruñi y mantuve mis manos de cada lado de su cabeza al estar sobre él.

—Enterados Maxius, ya vamos —le respondió Nicolaik y él se fue. Enseguida regresó su mirada en mi— será en otra ocasión.

Con un casto beso, bajo su agarre me hizo alejarme de él. Rápido cubrí mi desnudez con la sábana y Nicolaik se levantó a cambiarse.

—Me vas a recompensar —mordí mi labio inferior con fuerza.

—Por supuesto —con un último beso los dos nos dedicamos a cambiarnos y asistir a la reunión con Madre.

...

Con el tiempo, más humanos fueron convertidos en Vleid. Entre ellos humanas que apesar de ser vampiresas, fui la favorita de Madre.

Cientos y miles de Vleid por todo el mundo hasta que Blood decidío marcar distancia. Eso causó afectación en Maxius cuando Scarlet le permitió irse como a todos y en los próximos años, solo fuimos nosotros cuatro con Madre.

Incluso hubo afectación en Nicolaik cuando fue tanta la presión que pocas veces tuvimos la oportunidad de tener intimidad o estar a solas por esas veces que Madre lo enviaba a buscar a Baker.

—Estás muy callado —esa vez no sentí la conexión y la pasión entre los dos cuando por mi insistencia, Nicolaik accedió a tener intimidad conmigo hasta los dos terminar desnudos con una sábana cubriendonos—. Madre está orgullosa de ti, lograste matar a una de las descendencia de Baker —me alejé un poco y apoyé mi barbilla en su pecho— solo nos faltará él, su aquerrale y su hijo con su mismo don.

—Si, solo era una cría sin don.

—¿Te arrepientes?

—No, haré lo que sea por Madre y por cada uno de nosotros.

No me interesó conocer en su momento su nombre cuando creí que había matado a Nea Baker aquel día.

Hasta que todo se agravó más cuando por engaños y obedeciendo a Madre, tras encontrar a Baker, todos los Vleid llegamos a ese pueblo maldito que nos encerró a todos. Sin escapatoria y comenzó el enfrentamiento contra su aquerrale.

Aquella noche parecía un enfrentamiento sin fin, perdídas suyas, nuestras y empeoró cuando Baker atrapó a Madre en Ancestral y no tuvimos la oportunidad de recuperarla cuando se protegió a si mismo en su barrera.

Por cinco eternos años sobrevivimos noche tras noche en NEEVIL. Blood se ocultó en su Guarida con sus sirvientes y otros Vleid tanto Maxius y Kyve en otra Guarida en el centro hasta nosotros dos en la Mansión.

Sin embargo, nuestro plan se vio afectado cuando ella llegó. Cuando comprobamos los rumores y aquel día vimos por nuestra ventana a Nea Baker llegar y con ella comenzaron las muertes.

Secretos que Nicolaik nos había ocultado. Nunca entendí porque Madre cambió de opinión, cuando él tuvo la oportunidad y no la mató como nos hizo creer.

En cada noche ella se encargó de vencer a cada Vleid y durante el día hubo más afectación para Nicolaik.

Ya tenía demasiados problemas, lucia tenso, débil, frustrado para darle uno más que iba a arruinar lo nuestro:

—Debe haber alguna manera Sasha, son más perdidas.

—La vamos a matar —le respondí y dejé de prestarle atención cuando estaba perdida en los recuerdos de la noche anterior.

Kyve me confesó sus sentimientos y volví a rechazarlo.

Sin embargo no podía contarle a Nicolaik más estaba confundida.

—Sasha —alze la vista al escucharlo— tengo un plan.

—Cuenta conmigo —él me sonrió, se acercó a mi y me besó y por primera vez sentí ser falso nuestro romance.

Una parte de mi lo sabía, Nicolaik aceptó por obligación de Madre y otra parte de mi, ilusa creyó que él lograría enamorarse de mi cuando siempre se negó a marcarme. En Neevil pocas veces hubo un deseo cuando toda su atención estaba en Nea Baker y en destruirla como liberar a Madre.

Más se complicó desde que ella logró vencer a Blood, casi cientos de vampiros con él. Después perdimos a Maxius y a miles de Vleid.

Cada vez se volvió más poderosa por ese don suyo.

Luego creí que teníamos una oportunidad de ser libres cuando Madre volvió en el momento que fue libre de Ancestral y Baker estuvo a nuestra disposición más nunca imaginé que días antes Nicolaik iba a hablar conmigo e iba a terminar lo nuestro.

Fueron sus crueles palabras que nunca pensé en escuchar. Mi desespero me hizo mencionar a Nathalie Bonnet y comprobé las palabras de Madre con su aptitud.

Nunca logré ser amada por él.

Obviamente, la ira me invadió.

En su despacho fue la primera vez que vi a Stella reflejada ante mi, burlándose de mi sufrimiento y se lo atribui a mi mal estado.

“Es una ilusión, Sasha”

Pensé y me repetí.

Cuando llegué a la sala, me encontré con Kyve y por un instante pensé en darle celos a Nicolaik con él cuando me sorprendió a mi misma, disfrutar ese beso entre los dos. Me sentí tan distintas que me olvidé de Nicolaik, el lugar hasta que escuchamos su voz.

En un dilema, volví a compararlos, creí que Madre me ayudaría y me arrepentí demasiado tarde cuando cometí un error. Me aferre tanto a Nicolaik creyendo que él sería mi felicidad cuando pudo ser una felicidad verdadera con Kyve.

En mi alcoba, sentada en mi cama, observé su reloj en mi mano. Lo encontré cuando salí a cazar con Madre más no se había dado la oportunidad de dárselo con ese antiguo vampiro aquí.

—Merezco ser feliz —me dije a mi misma. Más esos pensamientos negativos me invadieron.

No salve a Stella.

Rechacé un romance con Kyve cuando con Liam y con Nicolaik fue falso.

En mi eterna vida cometí muchos errores y tomé las peores decisiones creyendo que sería lo mejor para mi.

Creí que podría remediar el pasado, quise iniciar de nuevo.

Estuve decidida a aceptar la decisión de Nicolaik, no más aferrarme a él y creí tener la oportunidad con Kyve cuando hablé con él.

Pensé que sería demasiado tarde, que Kyve iba a rechazarme cuando no fue así.

Me sentí amada en sus brazos, sus besos disfrute tanto. Sin embargo, el tiempo estuvo en nuestra contra.

Siempre lo supe.

Por ser maldita iba a terminar mal.

Más fue inesperado llegar ese momento.

No nos alcanzó el tiempo pese a ser parte del vampirismo cuando ese antiguo vampiro me arrebato la eternidad.

Kyve intentó salvarme, ayudarme pero Dukelow Vleid lo logró. El primero y único vampiro que se atrevió a arrebatarme el corazón.

✝ R. I. P por Sasha Vleid ✝

Ilustraciónes con IA ☔🌂

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro