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Capítulo Xlll: ¿Mortal o Inmortal?

“Si ella es la Cazadora y él un Vampiro ¿Quién de los dos es la presa?”
                                           |Draven Villeel|

LA noche en la que Carolina leyó la carta de Jhon Baker, lo comprendió todo. Su carta, fue la llave de las dudas resueltas ante la confusión de su hijo, sus palabras fueron entendimiento para entender el origen de Joan Baker.

En silencio, cuando su hijo lo venció el sueño. Siendo la única despierta en esa reducida habitación que compartían con Nea Baker. Carolina se atrevió a abrir su carta, se atrevió a conocer el pasado por más doloroso que fue leer cada palabra suya; recordarlo y con lágrimas en sus ojos, volvió a llorar una vez más por su muerte.

»¿Por qué, Jhon?«

Se repitió varias veces cuando no podia olvidar sus palabras. Cuando no dejaba de releer su carta varias veces todas las noches cuando su hijo yacia dormido. Cuando no se atrevía a contarle a Nea Baker por miedo.

Una vez más, Carolina sollozó en silencio y cubrió su boca con su mano. Gotas cristalinas cayeron sobre el papel como cada noche que la volvía releer.

Constantemente leía y observaba a Joan tranquilamente dormido.

Cuando deja de verlo y regresa la vista en la carta. Se obliga a controlarse y baja su mano lentamente mientras la guía a la hoja con sus dedos rozando la caligrafía de su amado.

Caro, me cuesta decirte la verdad de nuestro hijo. Te escribo esta carta para explicarte el comportamiento que va a tener nuestro pequeño cuando crezca. Después de todo, es un Baker, es mi hijo y le he heredado el peor legado. Sé que he estado ausente, cada día, cada noche, ruego por mi vida. Tener la oportunidad de volver a casa con ambos, mi propia familia apesar de la maldición que me persigue desde el momento de mi existencia. Tú conoces mi secreto, me aceptaste y me amaste de la misma forma que te amo, Carolina. En mi mundo, existen riesgos y enemigos que por tú propio bien, no puedo contarte. Un riesgo que día a día me expongo por mi padre, por lo que somos. Por darle la protección a ti, a Joan y a Nea y te seré sincero, temo morir en esta batalla. Temo dejarlos y si eso algún día eso llega a pasar, quiero que tengas la seguridad de que los Baker los van a proteger. Te dejo al mejor cuidador de todos, nuestro hijo, Carolina. Joan en algún momento de su edad, su don como portador va a despertar. No te asustes, no lo asustes y aceptalo. Ayudalo a entender el gran poder que heredó de mi. Joan es un Conector, puede absorber cualquier magia que se proponga, puede transmitir su don para curar y salvar. Quisiera asegurarte que no existe riesgo para él pero sería mentirte. Como yo, Joan va a tener enemigos si descubren lo que es. Es el último de nuestro aquerrale y sé que tendrás más dudas pero quiero explicarte si tengo la oportunidad de volver. De otra forma, si algo me pasa, quiero que busques a mi padre, él te dará todas las respuestas que necesitas escuchar y entender. Busca a Nea, buscala y no la dejes sola. Lo siento mucho por envolverte en mi mundo que para ser una humana normal, te es difícil asimilar todo pero quiero que sepas que nunca dejaré de amarte, ni a ti, ni a Joan. Día a día, los recuerdo y por ustedes, sigo de pie.

                                               .Jhon Baker.

Con cuidado, Carolina dobla la hoja tras guiarla a su pecho dejando sus lágrimas brotar y descender por su mejillas.

—Mami —la voz adormilada de su hijo causa su atención. Rápidamente, Carolina limpia sus lágrimas, deja la carta bajo la almohada de la cama de Nea Baker y se acerca a él— ¿Qué pasa mami?

—Nada, Joan. Todo está... bien —al sentarse en la cama lo abraza con fuerza dejando un casto beso en su frente. —Vuelve a dormir.

—No puedo —su madre lo suelta y lo revisa preocupada—. Tengo miedo.

—Aquí estoy hijo, no dejaré que te pase nada —le sonríe y con él se acuesta a su lado tras volver a abrazarlo— Está bien tener miedo, todos tenemos miedo alguna vez, Joan.

—Yo quiero ser valiente mami —el pequeño Baker se asoma viendo la cama de a lado, vacía— ¿Dónde está mi tía Nea?

Carolina suelta un suspiro.

—Ella, tuvo que ir a enfrentar esos monstruos que te asustan. No debe tardar.

Sin embargo, en el viejo reloj que Yane le regaló y colgó en la pared, la hora marca las 10 en punto.

—Mi tía Nea, si es valiente. Ella no le tiene miedo a nada.

Su progenitora medio sonríe al escucharlo.

—Así es, Nea es valiente.

Los invade a ambos el silencio.

Sin Carolina dejar de preocuparse por su hijo mientras Joan atento a cualquier ruido de los monstruos que suele escuchar debajo de la cama.

—Mami

—¿Si, mi niño?

—¿Cuándo nos iremos de aquí?

Carolina dura segundos en responderle cuando no tiene una fecha precisa. Cuando desconoce los planes de los Baker contra el vampirismo.

—Pronto, Joan. Muy pronto nos iremos de Neevil —sorbe su nariz— Duerme, si. Ya es muy tarde.

Joan asiente y más se acerca a ella. Con sus pequeños brazos, la abraza y comienza a cerrar sus ojos.

—Buenas noches, mami.

—Descansa hijo.

Por varios minutos, Carolina permanece despierta. Cuando comprueba que su hijo duerme profundamente y el sueño comienza a vencerla, cierra sus ojos sin soltar a Joan Baker.

Los minutos y las horas transcurren.

Por las calles de Neevil continúa la cacería. Cazadores y portadores se enfrentan a los Vleid. Derrotan a varios vampiros y pierden por partes iguales.

Justo cuando el reloj marca la media noche. El pequeño Baker vuelve a despertar. Con cautela, se levanta hasta incorporarse en su cama y observa a su madre dormida.

Joan vuelve a fijar la vista en la cama vacía y con confusión comienza a bajar de la cama ante el susurro que percibe.

Con lentitud avanza hasta la puerta, ante su tamaño logra abrir la puerta y en silencio sale hasta avanzar por el pasillo.

Descalzo sigue avanzando cuando cada vez el susurro se hace más intenso, más cerca cada vez que repiten su nombre.

Se obliga a no sentir miedo, demuestra valentía y sigue caminando pasando por aquella puerta prohibida. Sin embargo, el susurro proviene de otra parte, desde afuera.

Joan siendo guiado por el susurro llega hasta la puerta de la entrada. Gira la perilla cuando no accede. Él confuso presiona ambas manos sobre la perilla e increíblemente deja fluir parte de su don. Una luz resplandeciente emerge de las palmas de sus manos y enseguida un clip resuena y él lentamente baja sus manos.

El susurro lo llama con mayor fuerza y obediente, Joan empuja la puerta hasta salir de la casa apesar de la noche y su miedo por la oscuridad. Continúa avanzando hasta detenerse cerca de la reja donde apoya sus manos viendo hacia la calle aquella sombra que lo observa.

Joan extiende su mano fuera de la reja y una minúscula sonrisa se plasma en su rostro al ver la sombra acercarse.

Mientras tanto, Carolina se remueve en la cama, sus manos buscan a su hijo y cuando siente su lado vacío, rápido abre los ojos.

—Joan —se sienta en la cama y observa la puerta abierta— Hijo.

Carolina con un mal presentimiento, baja de la cama, se coloca sus pantuflas y sale de la habitación buscando a su hijo por el pasillo.

—Joan —apurada se dirige a una puerta y tras dos golpes, espera su respuesta. Con un adelante, ella entra a su habitación y observa alrededor— ¿Aquí está mi hijo?

—No, Carolina —le responde Jhony Baker mientras deja un antiguo grimorio sobre su cama.

—Joan no está en mi habitación, creí que... lo vino a visitar.

—No lo escuché salir, no duermo.

Carolina pasa saliva y se da la vuelta.

Enseguida, Jhony Baker se levanta tras apoyarse de su bastón y la sigue cuando la ve salir de su habitación.

—¡Joan! —grita Carolina por el pasillo y al llegar a la sala, lo busca en cada rincón— ¿Dónde estás, Joan?

Cuando Jhony Baker aparece en la sala, observa la puerta de la entrada abierta.

—Carolina, la puerta.

Ella deja de buscar debajo de la mesa y se endereza con la vista fija en la misma dirección.

—No, no, no —corre en dirección a la puerta— ¡Joan! —termina por salir y bruscamente se detiene al verlo cerca de la reja. Un alivio le invade al encontrarlo —¡Hijo! —corre hasta él causando su atención— Joan ¿qué haces aquí afuera? No salgas de esa forma, no me asustes así —pese a la molestia, lo abraza tras revisar sin comprobar ningún daño.

—Lo siento mami. La voz quería que saliera.

Carolina confusa lo aparta de ella.

—Joan, no digas eso. Estuvo mal lo que hiciste, no hay excusa... —guarda silencio cuando en el fondo, le cree.

—Él quería verme.

Carolina se tensa al ver a su hijo apuntar con su brazo hacia la calle. Ante la claridad de la Luna, proporciona un destello de luz entre la oscuridad.

Lentamente desvía la vista viendo la silueta de un ser sin dejar de verlos.

—Entra a la casa, Joan —Carolina sin apartar la vista, lo empuja. Joan con una mueca la obedece y avanza a la puerta hasta entrar.

Su corazón se acelera cuando ve la sombra avanzar lo suficiente cerca para ver su rostro.

Pasa saliva, las lágrimas se acumulan en sus ojos cuando logra reconocerlo pese a su cabello negro y su notoria pálidez.

—¡¿Jhon?! —lo observa incrédula al verlo con detenimiento— No, tú estás... muerto.— Su labio tiembla como el escalofrío invadirle al verlo nuevamente después de cinco años creyendo que es una falsa ilusión— Mi... amor.

Carolina presa de miedo, se acerca a la reja sin dejar de temblar cuando es lo único que lo separa y está por levantar su mano cuando nota unos grandes colmillos sobresalir de sus labios, el destello carmin en sus ojos y empeora su susto cuando Jhon se lanza a la reja con un gruñido bestial.

Rápidamente, Carolina retrocede con los ojos abiertos al ver al daño en sus pálidas manos al tocar la reja y enseguida él retrocede y desaparece con velocidad.

A Carolina le cuesta reaccionar, al no verlo coloca su mano en su pecho y se obliga a darse la vuelta y entrar con rapidez a la casa.

Dentro, ve a Joan con la vista baja tras escuchar el regaño de Jhony Baker.

—¿Te das cuenta del peligro por salir de noche?

—Lo siento, abuelo —Joan incómodo alza la vista— no se volverá a repetir.

—Eso espero Joan, a tú madre tenias muy preocupada. Regresa a la habitación.

Jhony Baker da un paso adelante con ayuda de su bastón.

Joan le da una última mirada a su madre y corriendo se marcha.

—Todos los días, le pido a Mauren que refuerce la entrada. Solo Nea puede entrar por ser una Baker. No creí que Joan usaría su poder para salir—. Carolina atónica se acerca a él—. Vamos a aumentar la protección por el bien de Joan.

—Lo... vi... Joan salió porque lo escuchó —se detiene a pocos pasos de él y le sostiene la mirada—. Vi a Jhon allá afuera de la reja.

—Jhon está muerto.

—¡No! ¡Yo sé que lo vi! —Carolina exaltada mueve sus manos— estaba muy distinto, su cabello ya no era blanco pero estoy segura que era él —Jhony Baker cierra sus ojos unos segundos ante el gran problema y los vuelve a abrir— tal vez su rostro era diferente pero Jhon, estuvo aquí.

—Carolina —el principal Baker hace una corta pausa— Jhon es como un fantasma o peor que eso. Jhon, es un vampiro.

Ella retrocede varios pasos negando.

—No puede ser. Yo lo vi en su ataúd, tuvo un funeral... Él no... Jhon no...

—Sé que es difícil para ti pero quiero asegurarte que ese no es mi hijo. No es el Jhon que conociste. Jhon es un Vleid y si lo han dejado salir... es para matar. Para ser un... monstruo igual a ellos. —Jhony Baker suspira— No puede entrar, están a salvo pero lo que me preocupa, es Nea. La conozco y está terca en recuperarlo cuando hace cinco años, perdimos a Jhon.

...

Por otro lado, Nea Baker no deja de eliminar vampiros por doquier. Carga sus armas, usa estacas y dagas para darles una muerte definitiva sin importarle la sangre que manchan sus manos como rastro de sangre de vampiros en su rostro.

—¡¿Dónde está Jhon Baker?! —le grita al vampiro bajo su agarre, insiste cuando clava más la daga en el centro de su pecho— ¡Habla!

Su risa siniestra resuena creciendo la molestia en la Cazadora y sin dudar, usa su arma para dispararle justo en su corazón. Cuando la bala bendecida entra a su cuerpo, el Vleid se vuelve cenizas.

—Uno menos.

Nea suspira y se levanta notando la presencia de una portadora frente a ella.

—No tengo la ubicación de Jhon.

—Esta basura no va a hablar, Nea. Ya  intenté a exponer a uno de ellos a la luz del día y parece que no les importa su existencia cuando entre ellos, callan el secreto. —Nea frustrada aparta un mechón de su cabello negro de su rostro— pero lo vamos a seguir intentando. Lo vamos a encontrar.

—Lo sé, Maddy. No me doy por vencida —Nea observa a su alrededor, puede escuchar los disparos, los gritos bestiales en distintas partes de Neevil. —si al menos matara esta noche al culpable —Regresa a verla expresando su odio— a Nicolaik Vleid.

—Es el vampiro más difícil de vencer pero creo donde puede estar Jhon —Maddy se acerca tras peinar su cabello blanco en un moño alto— Tienen una Guarida donde se ocultan la mayor parte del vampirismo.

Nea asiente.

—Lo sé. Thiago me llevó en una ocasión. Son Vleid que obedecen a otro vampiro original, al primer convertido de Scarlet.

—Así es, lo difícil es entrar a su cueva.

—Va a salir, todos los Vleid salen de noche y estaré lista para matarlos a todos.

—¡4899! ¡4899, responde! —resuena la voz de Thiago Willford en el reloj de Nea Baker.

—Disculpa —deja de ver a Maddy y acerca el reloj a su boca— Aquí, 4899, reportándose —medio sonríe— Sigo con vida, Thiago.

—Por mucho tiempo, Nea. Cuidate mucho.

—Tú igual, Thiago.

—¡Necesito refuerzo en el lado oeste! ¡Nea! ¡Thiago! ¡Están aumentando los Nocturnos! —resuena la voz de la comandante Cassie Willford.

—Enterada —responde Nea y baja su mano. —La cacería aún no termina.

—Tú lo haz dicho. —Maddy levanta su mano y deja emerger un destello de luz naranja que controla a la perfección. —Por Jhon.

Enseguida se voltea y se transporta en otra parte de Neevil. Se une a los portadores para destruir vampiros con su don mientras Nea en dirección contraria, como Cazadora usa sus propias armas.

...

—Lo encontré —anuncia Kyve al ver a poca distancia a Jhon atacar un Cazador y drenarlo aferrado a su cuello.

—Miralo, disfruta el manjar —Sasha aparece con su sombrilla en mano —su visión detecta a varios Cazadores acercarse— Seré la distracción. Que molesto es protegerlo.

—Fue orden de Nicolaik —Kyve desvía la vista— Iré por la hija de Baker y lo guíare a él.

Sasha Vleid asiente mientras cada uno usa su velocidad para aparecer en distintos puntos.

—¿Me extrañaron? —les dice la vampiresa dejando crecer sus largos colmillos y con la misma velocidad antinatural, esquiva cada disparo y a una Cazadora derriba en el suelo. Enseguida con el pico de su sombrilla atraviesa su pecho siendo críticos los segundos cuando la mortal pierde la vida— ¿Quién es el próximo? —estalla en una risa siniestra cuando levanta su sombrilla y vuelve a atacar a los otros sin salir dañada.

Mientras Kyve, logra encontrar a Nea Baker tras destruir un Vleid más. Él gruñe y está vez sin distracción, se sitúa detrás suyo.

—¿Cuánto tiempo desde la última vez, Nea Baker?

Ella al escuchar su voz, se da la vuelta y una amplia sonrisa, lo reconoce.

—Tú —rápido le apunta con su arma— Vas a morir por mi, está vez.

—Lo dudo. El destino, te tiene preparada una sorpresa.

Nea molesta le dispara sin lograr dañarlo. Comienza a correr con tal de alcanzarlo sin dejar de dispararle tras verlo aparecer en distintas partes de la calle. Con un solo objetivo: Matar al quinto Vleid.

A poca distancia, Maddy aparece y usa su don contra otro Vleid que logra volverlo polvo. Esta por celebrar cuando Sasha la sostiene de los hombros y la lanza lejos.

—Agh, maldita —Maddy comienza a ponerse de pie poco a poco y enseguida extiende sus brazos al frente— No te me vas a escapar.

—Bruja, no seré yo quien va a matarte.

Maddy se tensa al escuchar un gruñido detrás de ella. Sin dudar, se voltea y deja fluir su don cuando la llama en su mano se apaga a verlo frente a ella.

—Jhon —emite sorprendida al reconocerlo pese a la sangre en su boca y barbilla— A ti no puedo dañarte —se lamenta.

Con una mirada malvada, él la sostiene de los hombros clavando sus largas uñas en su piel y ante la sed, sin contratiempos, encaja sus colmillos en su cuello ignorando su grito.

De pronto, Kyve aparece y busca a Sasha hasta encontrarla.

—Es todo por hoy. Vámonos y no arruinemos su reencuentro. —le dice siendo perfectamente escuchada por el vampiro.

De acuerdo, ambos desaparecen con velocidad.

Mientras la vida de Maddy, poco a poco es arrebatada. Deja caer sus brazos a los lados, en silencio comenzando a perder más debilidad.

En ese momento, Nea Baker aparece y al ver al vampiro y a la portadora frente a ella, levanta su arma mientras avanza alerta.

—¡Aléjate de ella, maldito monstruo!

Enseguida, Jhon se aleja de su cuello aún saboreando el sabor de la sangre y sin sutileza deja caer el cuerpo al suelo.

—Maddy —Nea pasa saliva al reconocerla con su rostro pálido y sin vida. —Cometiste un grave error —se detiene a pocos pasos de él con molestia— Te voy a matar.

El vampiro endereza la cabeza y tan pronto, se da la vuelta.

Por primera vez, Nea Baker duda de dispararar. Su dedo en el gatillo lo mantiene quieto al verlo con detenimiento.

—J–Jhon —pronuncia en un hilo de voz al reconocerlo pese al cambio por ser un Vleid. Pasa saliva y ante el nudo en su garganta, baja su arma. —No puedo creerlo... Eres tú —perpleja lo observa de pies a cabeza— Soy yo... tú hermana —se obliga a no derramar ninguna lágrima cuando se acumulan en sus ojos— Nea.

—Nea —él repite y su sonrisa macabra se extiende en su rostro. Con velocidad deja en evidencia sus colmillos al atacarla ante su sed insaciable.

—¡Jhon no! —le grita cuando por su movimiento inesperado, Nea dejó caer su arma y usa sus manos para alejarlo de ella— No me obligues a dañarte.

Desiste la idea de usar la estaca en su cinto. Sin embargo, Jhon supera su fuerza y al instante reduce la distancia mientras sus colmillos guía a su cuello.

—¡Jhon! —Nea deja deslizar las lágrimas cuando es marcada por él y sin sutileza se aferra de sus hombros mientras bebe su sangre desesperado. Nea presa del dolor, más allá del físico, entreabre sus labios. Trata de detenerlo cuando lo escucha descontrolarse más y más como su gruñido cada vez que bebe de ella.

Con un dolor en su pecho, baja su mano y ante la pérdida de sangre, busca la estaca que rápidamente sostiene en su mano. Usa su poca fuerza para guiarla a él e internamente emite:

“Lo siento, hermano”

Nea atraviesa la estaca en su abdomen lo suficiente para dañarlo y lograr que la suelte.

Jhon gruñe al verse así mismo, retrocede varios pasos ambos viéndose fijamente hasta que Nea se desvanece y cae al suelo.

Lucha consigo misma para no perder la conciencia cuando desde el suelo, ve al vampiro sacar la estaca sin ser cenizas con intención de atacarla.

No obstante, resuena un disparo, más y más en dirección a Jhon. Él rápido se voltea y con velocidad ataca al Cazador responsable.

—Jhon... —Nea estira su mano hacia él con intención de detenerlo. Sin embargo, pierde fuerzas y solo intenta pedir ayuda en el reloj.

Cuando esta por hablar, un pie presiona su mano con fuerza.

—¡Nea! ¿Nea, estás ahí? —resuena la voz de Thiago al escuchar su queja de dolor.

Con la mayor rapidez, el vampiro líder se inclina y sin sutileza le arranca el reloj y lo lanza lejos.

Nea le da una mala mirada pese a las circunstancias.

—Nea Baker. Tú juré matarte yo mismo.

Nicolaik Vleid se inclina y sostiene con ambas manos su cuello ejerciendo fuerza tras su sonrisa siniestra crecer como sus colmillos.

Gruñe ante los disparos cerca, se apresura en su único objetivo cuando se percata de un nuevo mechón blanco en su cabello.

Con rapidez la sostiene con una mano mientras con la otra revisa su cabello negro, de la trenza es visible un mechón que se extiende abarcando más cabello.

—Lo eres —gruñe y revisa sus manos notando el destello de luz que emerge de sus palmas.

Enseguida, alza la vista en Jhon cuando le ha arrebatado la vida a otro Cazador y por su oído de vampiro desarrollado, detecta a más cada vez más cerca.

Vuelve a gruñir y suelta a Nea que le cuesta respirar con normalidad.

—No vas a vencernos —la amenaza y se levanta. Con la misma rapidez llega hasta Jhon y en un solo movimiento gira su cabeza déjandolo inconsciente.

Nea tose tratando de recuperarse.

Ladea un poco su cuerpo viendo el momento exacto cuando Nicolaik Vleid del brazo sostiene a Jhon y en un santiamen desaparece con él.

—No —susurra Nea y no soporta más cuando cierra sus ojos y apoya su cabeza contra el suelo inconsciente en la oscuridad.

Tan pronto, un grupo de Cazadores llegan y al verla, dan su ubicación por su reloj.

—¡Repito, Nea Baker fue atacada! —un Cazador se acerca a ella y revisa su cuello— 4862, reporta signos vitales.— Se levanta al escuchar la orden de Cassie Willford y señala a dos Cazadores más quienes la cargan— A la Fortaleza, la prioridad es Nea Baker.

✝✝✝

Con prisa, Nicolaik Vleid entra a la Mansión arrastrando a Jhon inconsciente causando la atención de Sasha y Kyve, quienes al verlo se levantan de las escaleras.

—¿Por qué lo trajiste aqui? No es uno de los nuestros.

—Está a nuestro cargo, Sasha. Su existencia la necesita Madre —le responde y lo suelta déjandolo en el centro de la Mansión.— Blood, ya no se puede hacer cargo de él y aquí es el único sitio seguro para vigilarlo.

—¿Qué pasó con Nea Baker? —le pregunta Kyve.

—La atacó y ella a él. Por la sangre que bebió, ya debió sanar. Sasha, lo revisas y los dos lo vigilan mientras regreso.

—¿A dónde vas?

—A la Guarida de Blood —Nicolaik retrocede a medida que lo señala— no lo dejen escapar. El amanecer, no tarda y no podrá salir cuando le afecta al igual que a todos. Iré por Blood y por Maxius, tenemos un severo problema con la hija de Baker.

Dicho esto y desaparece.

Sasha y Kyve se ven entre ellos mientras al mismo tiempo observan al vampiro en el suelo a pocos pasos de ellos.

(...)

Por otro lado, desde la Guarida, Blood Vleid luce molesto sin ocultar su apariencia de vampiro.

—Mis sirvientes —anuncia para todos. Se encuentra en el centro ante la orden de reunir a todos sus sirvientes incluyendo Maxius Vleid que prefirió quedarse en la Guarida. —Uno o varios de ustedes, me han traicionado —gruñe y extiende sus brazos. Ante la mirada de todos, se deshace de sus guantes negros dejando en evidencia sus pálidas manos como las largas uñas que parecen garras— a mi que soy su amo —deja caer los guantes al suelo y observa a varios. Su sonrisa maliciosa se extiende dejando en evidencia sus colmillos—. Imaginen ¿Cúal será el castigo? —pasa su lengua por sus colmillos, el carmin de sus ojos, intensificado y con molestia ordena: ¡Todos se pueden retirar, todos excepto Maxius, Somber, Volker y Cold!

Enseguida cada uno de sus sirvientes desaparecen. Los nombrados comparten una mirada.

—Amo, le juro lealtad...

—Shhh —lo interrumpe Blood con su dedo en sus labios. Observa a los cuatro frente a él y baja su mano lentamente— Ninguno puede hablar.

Su marca resalta en su cuello ante la clara orden.

—Creen que pueden... engañarme... traicionarme... después de la conexión... conmigo —Blood estalla en una carcajada.

Maxius con preocupación, lo observa.

—Amo, yo...

—¡Silencio! —lleva sus manos a su cabeza y comienza a acercarse a ellos con una mirada sombría.

Volker guarda silencio pese a sentir el ardor en su marca.

—Lo sé —cierra sus ojos por segundos y los vuelve a abrir— Puedo ver al traidor —baja sus manos lentamente— y él mismo, me lo va a confesar —fija la vista en su último sirviente—Máximo, estuvo conmigo. Es imposible que él sea. —él niega varias veces. Blood desvia la vista en sus tres sirvientes— Les ordeno, confesar.

En cada uno, observa su marca en su cuello.

—Fue... Cold —habla con esfuerzo Somber.

—¡No! ¡Blood, no es cierto! —se defiende el vampiro con miedo ante su mirada.

—Blood, no creo que Cold...

—Silencio Maxius, estás aquí como espectador ¿capisci?

Él se cruza de brazos.

Blood niega varias veces.

—Cold, puedes irte.

Él rápido le hace una reverencia y se marcha con velocidad mientras Volker y Somber se observan entre ellos. Tratan de ocultar su miedo cuando Blood avanza hasta ellos.

—Conocen el precio de la traición. Nadie, tenía permitido liberar al hijo de Baker. Ese vampiro encadenado, estaba a mi cargo y por culpa de uno de los dos o ambos —recalca— le falle a Nicolaik— sin sutileza acerca sus colmillos al cuello de Volker y observa de más cerca la marca que disminuye—Retirate, mi leal sirviente —le susurra al oído y se aleja.

Tan pronto, Volker al darse cuenta, desaparece con velocidad.

—Somber —pronuncia Blood a medida que se acerca a él— mi primer sirviente —sus miradas son fijas mientras él trata de soportar el dolor en su marca— Que decepción.

—Perdón... Blood. No quise...

Guarda silencio al sentir sus manos en su cabeza.

—¡Confiesa! —Blood usa su conexión para entrar en su mente y comprueba su instinto. Puede ver lo que quiere y el momento exacto cuando Colay se escaballe alerta por la puerta metálica y presiona el botón. Después, al estar cerca de Jhon, deja caer varias bolsas de sangre frente a él mientras se dedica a quitarle las cadenas.

—Bebe, seras libres para irte de aquí.

No obtuvo su respuesta.

Sin embargo, en cuanto fue libre de la presión de las cadenas, Jhon sediente bebió toda la sangre, cada vez recuperando fuerzas.

—Silencio, Blood no tiene porque enterarse.

Somber lo guió a la salida con prisa. Uso su don de hipnosis en otros vampiros para no ser delatado y en cuanto antes cerró la reja con una maliciosa sonrisa.

Sin embargo, se desató el caos cuando otros sirvientes se dieron cuenta y dieron el aviso a su amo.

Tan pronto, Blood lo libera ante su dolor. Aparta sus manos lentamente sin dejar de verlo fijamente.

—Blood... lo hice... pero me arrepiento —Somber cae de rodillas al suelo ante la debilidad— preferiste... a Maxius.

—Eras mi mejor sirviente, Colay. El primero que marqué —Blood levanta sus manos y mueve cada uno de sus dedos.

—Blood, piedad.

—Nadie, se burla de mi y lo sabés perfectamente desde siglos.

Con lo filoso de sus uñas, rasga su garganta mientras Colay lleva sus manos a dicha zona.

—Blood —Maxius está por detenerlo cuando no le da tiempo al verlo avalanzarse a él y derribarlo en el suelo. En cuestión de segundos, Blood con su fuerza le arranca la cabeza a su primer sirviente y con el eco de su risa, se levanta lentamente tras verlos convertirse en cenizas. —Blood qué... está prohibido matarnos entre nosotros.

—Fue una... traición Maxius —le responde.

Blood siente la debilidad ante un sirviente menos y retrocede varios pasos.

—Blood, mírame —le pide Maxius al situarse detrás suyo— estoy aquí, yo nunca te voy a traiciónar.

—¡Maldición!

—¡Blood no!

Con velocidad lo sostiene al verlo caer de rodillas al suelo.

—Blood, no te causes más dolor —con sus pálidos dedos trata de limpiar la línea de sangre que brota de su nariz y ojos carmin.

—Maxius —él se aferra de sus manos con fuerza.

Ninguno sin dejar de verse cuando un vampiro más, aparece a cierta distancia.

—Blood, mataste a uno de nosotros.

Maxius Vleid rápido enfoca la vista en él.

—Nicolaik, fue Colay. Él fue quien ayudó al hijo de Baker a escapar y Blood solo... le arrancó la cabeza.

—Lo sé, lo sentí y lo vi todo.

—Era... mi sirviente Nicolaik.

—Era un vampiro, un Vleid igual a todos, Blood.

Él con ayuda de su último sirviente, se pone de pie y se da la vuelta sin importar limpiarse el rastro de sangre de su rostro.

—No se volverá a repetir lo mismo que en Italia.

—Ya no eres ese humano que convertimos, Blood. —Nicolaik hace una corta pausa— no seré yo quien decida tú castigo. Tú juicio, lo hará Scarlet cuando regrese —da un paso adelante y más calmado, agrega— Encontramos a Jhon, ya lo llevé a la Mansión bajo vigilancia de Sasha y Kyve pero tenemos un mayor problema que nos va afectar a todos y será peor para Madre —los vampiros frente a él, lo ven curiosos— Acabo de descubrir que Nea Baker, es una portadora de luz y un poder así, podrá vencer a todos los Vleid.

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