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Capítulo X: La marca

“Si los monstruos pueden amar ¿eso no los hace menos monstruos?”
                                          |Draven Villeel|

En su Guarida, dos Vleid comparten la misma molestia ante las recientes muertes de los suyos en cada noche en Neevil. Cada una causada por los Cazadores, especialmente por una Cazadora, Nea Baker.

—Volvió a destruir otro Vleid —emite el vampiro castaño apoyando sus brazos sobre la barra.

—Lo sé Maxius. La hija de Baker nos está cazando a todos.

Él niega y observa sus anillos, tras perder uno volvió a reemplazarlo siendo un diseño diferente a los otros.

—Esta siguiendo el mismo ejemplo de Baker —gruñe y observa al vampiro frente a él— pero no es tan poderosa como él. No tiene su don.

—Baker en el pasado si era más de temer. Estuvo apunto de destruirnos a todos.

—Ey —Maxius chasquea sus pálidos dedos cerca de su rostro— Un vampiro no teme a nada Kyve —luego sostiene su copa— ni a un Baker.

Del otro lado de la barra, Kyve se encoge de hombros y sigue limpiando con un trozo de tela cada copa de cristal perfectamente acomodada en la repisa detrás de él.

—Piénsalo de esta forma Maxius. Nea Baker le ha arrebatado la eternidad a cada Vleid desde que llegó a Neevil, cada noche ataca a uno de nosotros. Primero Bride, después Dimitri y recientemente Elaiza y Clarissa como otros de los nuestros.

—Eso si me inquieta —le responde Maxius y le da un trago a su copa, al retirarla de sus boca, lame sus labios— La hija de Baker ha destruido a un Vleid en un tiempo récord, es mucho más hábil que los Cazadores. Ni los Willford han llegado a tales extremos —vuelve a beber y esta vez se inclina— Eso es de cuidado Kyve. Todos ellos siguen de nosotros y quién sigue de ti es Colay. A él si quisiera que bum —ríe —así dejaría de ser esclavo de Blood.

—Colay es de los nuestros Maxius, al igual que nosotros es un Vleid.

El castaño gruñe.

—A lo que voy —lo señala— Nea Baker esta destruyendo Vleid tanto a lo más jóvenes, a antiguos y no puede destruir a nosotros cinco —emite con seriedad—Somos los primeros Vleid, los preferidos de Madre y a ti casi te desaparece a no ser por la ayuda de Nicolaik.

—No me lo recuerdes, fue un error mio.

Maxius se endereza y mueve su copa.

—Le agradezco a Nicolaik su intervención, de otras forma ya no existiría pero eso, —Kyve deja la copa sobre la mesa y apoya sus brazos— lo hizo quedar como el héroe ante Sasha.

—Es mejor esa derrota que perder la inmortalidad.

—No te burles Maxius.

El vampiro frente a él borra su sonrisa.

Son presos del silencio.

—Ah, cuanto deseo la presencia de Madre, era nuestra gran consejera.

Kyve le da la razón al asentir.

—Debe ser un infierno estar en su propia prisión —sus filosas uñas rasgan la barra— ¿Hasta cuándo Scarlet va a estar atrapada en Ancestral?

—A Baker no le queda mucho tiempo. Su protección va a caer y nosotros vamos a recuperar a Madre —lo observa fijamente— a ella no le gustaría vernos así. Lamentarnos por todo. Somos Vleid ante todo —levanta su copa en su dirección.

Kyve asiente y brinda con él con una copa vacía.

—Mala broma —Maxius bebe de su copa de sangre causando una media sonrisa en el vampiro acompañante.

Kyve deja de verlo y observa a los Vleid a su alrededor. Todos han sido atendidos cuando beben una copa de sangre elaboradas por él siendo provisional. Cada uno espera la hora exacta, a que la luz se oculte y la noche consuma a Neevil para salir a cazar.

Kyve dependiente del tiempo revisa su reloj. Con sus uñas toca con cuidado la tapa y la abre viendo la hora.

—Falta media para salir —le avisa.

—Hoy no voy a salir a cazar.

—¿Por qué no? No te conformes con mi copas. No se compara a la reciente sangre mortal aunque sean de Cazadores.

—Y eso no lo discuto —Maxius deja su copa en su lugar— pero hoy no quiero matar Cazadores, huir de sus armas. Me aburre la monotonía.

—Nicolaik quiere que todos salgamos.

—Nicolaik esta concentrado en otros Vleid que en nosotros. Ni se dará cuenta de mi ausencia.

Kyve se encoge de hombros sin insistirle. De pronto sonríe al recordarlo.

—Maxius ¿sabés que fecha es hoy?

—Es viernes o domingo —lo señala— octubre o noviembre —finge pensar— 1980. No espera es...

—Hoy vence tú apuesta —lo interrumpe.

Maxius demuestra seriedad.

—Creo que el tiempo era lento ¿Un mes? —resopla— Aún falta.

—No, hoy es tú último día y todo parece que Blood no te ha marcado —señala su cuello— Vas a perder la apuesta Maxius.

—Maxius Vleid, nunca pierde mi querido Kyve.

Él niega.

—Tienes horas Maxius. Al amanecer vence el plazo y tú seguirás sin ser el sirviente de Blood y eso me dará el triunfo a mi y vas a tener una eternidad agonizante.

—No célebres Kyve. Aún no pierdo. Al contrario, tú vas a perder y le contarás tú secreto a Sasha —él niega— si, así va ser. Ya estoy convenciendo a Blood, cada noche lo he buscado. De hecho, ayer estuve en su Guarida.

—¿Y qué te dijo? —le pregunta Kyve con curiosidad.

Maxius comienza a recordar y finge su sonrisa.

  FLASHBACK
Maxius sin permiso entró a su Guarida al no verlo salir a cazar por las calles de Neevil como cada Vleid. Fácil huyó de sus sirvientes hasta encontrarlo.

—¡Blood! —se detuvo a cierta distancia de él, aquel vampiro se alejó con lentitud de uno de sus sirvientes al revivir la marca en su cuello.

—Retirate Volker —le dijo a su sirviente y retrocedió mientras limpiaba el rastro de sangre de su boca.

En silencio su sirviente #13 se marchó.

—Amo, Máximo entró tan escurridizo. Disculpe.

—Dejalo Somber —sin verlos, su dueño chasqueo sus dedos.

Colay le dio una mala mirada a Maxius quien lo observaba con burla.

—¿Motivo de tu visita Maxius? —Blood aun sin verlo, se colocó sus guantes negros.

—Blood, sabes a lo que vine —dio un paso adelante. Unió sus manos tocando sus propios anillos— No saliste a cazar.

—Envié a mis sirvientes, con su sangre me basta —el vampiro ajustó sus guantes a sus manos y se revisó a si mismo. Impecable sin una gota de sangre.

—Lo sé —Maxius humedeció sus labios—Me enteré que haz perdido sirvientes.

—Varios —Blood se dio la vuelta. Sus ojos carmín más intensos que los suyos— y pienso reemplazarlos. Hay una infinita lista de Vleid que quieren ser mis sirvientes y anhelan mi protección.

—Si y yo debo ser el primero en esa lista —Maxius levantó su mano— Eligeme Blood. He esperado por siglos.

—Maxius —se cruzó de brazos— No te voy a marcar.

—Blood, deseo ser tú sirviente —lo vio negar varias veces— No me vuelvas a rechazar —avanzó, a poca distancia se detuvo al ver su mano— Blood, es lo que más quiero en esta eternidad.

—Maxius, no te haré mi sirviente —pronunció él con lentitud —y si a eso viniste, ya te puedes ir —se dio la vuelta— y date prisa que casi amanece.

—De acuerdo, no quise llegar a tales extremos —él lo ignoró. Maxius gruñó — Si no me marcas en un plazo de... mañana —recordó perfectamente la fecha, cada noche era un falló a su propósito. Ha contado los días al no tener un resultado. Cada rechazo le es frustrante — voy a sufrir —Blood dejó de revisar mapas de Neevil sobre aquella larga mesa frente a él— Hice una apuesta con Kyve, en un mes tú debes marcarme como tú sirviente y si gano, él va a confesarle a Sasha que la desea y si pierdo, no lo hará y yo dejaré de insistirle. Fue con el trato de sangre y ya casi vence el plazo —causó su atención— Si pierdo voy a tener una eternidad agonizante, no permitas eso Blood.

—Yo no te pedí que apostaras Maxius y mucho menos debiste involucrarme a mi.

—Es para una buena causa. Kyve no tiene el valor para confesarse con Sasha.

—Es su romance, no el tuyo —Blood se volteó— Además, nuestra hermana Sasha prefirió a Nicolaik. Kyve debe aceptar la derrota.

—Los Vleid jamas nos damos por vencido hasta obtener lo que queremos. Ya deberías saberlo Blood —pasó su lengua por sus colmillos.

Ambos los invadió el silencio sin dejarse de ver.

—Es una lastima —habló Blood de pronto— Vas a perder esta vez Maxius. Ni eso me hará nombrarte mi sirviente— se dio la vuelta.

—Te... acabo de confesar todo y... dices ¿¡No?? —se acercó a él— Blood— sin permiso dejó su pálida mano sobre su mano enguantada.

—¡Maxius! —Blood se safó de su agarre con brusquedad— He dicho que no— le dio otra vez la espalda.

—Blood, no me hagas esto —rápido lo rodeó y se sitúo al frente de él— Ayúdame. Dejame ser tú sirviente #100 y no te vas arrepentir.

—No

Entonces, el vampiro desesperado se arrodilló frente a él.

—¿Maxius qué haces?

—Te lo ruego Blood.

—No, levántate —lo sostuvo de los brazos y lo obligó a ponerse pie. Mero contacto y lo soltó con rapidez— ¡Somber! ¡Cold!

Dos vampiros llegaron con velocidad.

—Si, amo —ellos respondieron al unisono.

—Llévense a Maxius de aquí.

—Blood —se quejó el susodicho al ser sostenido de los brazos por sus sirvientes — ¡Blood no! —lo arrastraron a la fuerza— ¡será tu culpa! — él sin querer verlo— ¡Eres igual a todos Blood! —desde la distancia  siguió escuchando sus quejas hasta que abandonó su Guarida.

  FIN DEL FLASHBACK

—Blood, lo va a pensar —le dice Maxius tras segundos en silencio— eso me dijo. Hablamos mucho, nos llevamos de maravilla— baja la vista y observa su copa.

—Entonces ¿cuándo te va a convertir en su sirviente?

—Pues verás mi querido Kyve... —Maxius guarda silencio al ser consciente de su derrota.

No obstante, la atención de Kyve la causa un vampiro castaño que entra con tres de sus sirvientes.

—Blood —emite sin creerlo.

Maxius tan rápido se gira y lo observa hablar con uno de sus sirvientes.

—Es raro que Blood venga aquí —le dice Kyve en voz baja. Tan rápido se endereza al verlo a acercarse.

Blood Vleid, primer convertido de Scarlet Vleid que puede tolerar más que otros Vleid los rayos del sol, la claridad en Neevil cuando aún no anoche del todo. Así como sus sirvientes por probar su sangre más tolera en menor tiempo que el único purasangre, Nicolaik Vleid.

—¡Blood! ¡Bienvenido! —finge estusiamo Kyve al verlo del otro lado de la barra. Cuando siendo igual un vampiro, siente el miedo ante su presencia.

—Kyve —le responde apoyando sus manos enguantadas sobre la barra— Vine por mi copa.

—Si, eh un momento te la preparo Blood —robóticamente Kyve sostiene una copa de cristal vacía y vierte una cantidad de sangre siguiendo cada paso.

Maxius lo observa de reojo.

—Tú copa Blood —Kyve se la ofrece.

Grazie —él con cuidado la sostiene y le da el primer trago. Saborea la sangre y la regresa a su lugar— Kyve, no es mi copa.

—Ehm, Blood no tengo más copas de eternally para preparar, solo es mortally —pasa saliva al notar su mirada— la última se la di a Maxius. Son pocos Vleid que les gusta, incluyendolos.

Blood desvía la vista.

—Es una lástima —le dice Maxius y bebe su copa hasta vaciarla bajo su atenta mirada.

—Descuida Kyve —Blood deja de verlo y regresa la vista en el vampiro frente a él— siempre consigo más sangre. Somber.

—Si, amo —su sirviente obediente agarra una copa vacía y vacía una cantidad de su sangre. Enseguida se la entrega y retrocede varios pasos.

—La próxima vez, tendré tú copa Blood —le hace saber Kyve.

Él asiente y bebe lentamente de su copa sin percibir la mueca del Vleid a su lado.

—En realidad, si salí de mi Guarida es para un asunto de mi interés —le entrega su copa a uno de sus sirvientes y se medio gira— Vine por Maxius.

El subsidio ingenuo frunce el ceño y gira a verlo. No evita analizar con detenimiento aquel vampiro a poca distancia de él. Blood con su brazo apoyado sobre la barrea, para Maxius Vleid una espléndida vista.

—¿Por mi? —carraspea— ¿Para que me necesitas Blood? —se medio gira e imita su acción.

Blood sonríe con maldad, mostrando sus colmillos. Maxius demuestra seriedad y Kyve espectante observa del uno al otro.

—Maxius —el vampiro acaba con el silencio— Te aviso que te quiero en mi Guarida en dos horas para marcarte como mi sirviente #100 —por su silencio agrega— No faltes Maxius y sé puntual —se endereza— Permiso hermanos.

Sonríe divertido y se marcha con sus sirvientes hasta salir de la Guarida.

—No lo creo —emite Kyve y gira a verlo— Blood... ¿te va a marcar?

Maxius sin ocultar la sorpresa.

—Si, Blood me hará su sirviente —lo asimila en silencio— Su sirviente— sonríe ampliamente— ¡Me hará su sirviente!

—No

—¡Si Kyve! —lo señala— Tú lo escuchaste y Blood siempre cumple su palabra —recuerda su conversación. Le invade la duda más tan pronto la desvanece— Seré marcado por él.

Celebra al tocar con sus uñas la barra.

—Blood se puede arrepentir.

Maxius se detiene y lo observa divertido.

—No, él lo hará y tú Kyve vas a perder la apuesta.

—Celebra tu triunfo hasta que tengas sus colmillos en tú cuello Maxius.

—Oh, creenme, vendré a presumirla. Será una prueba de tú derrota —disminuye su emoción y se apoya de la barra— ¿Cuánto falta para las dos horas?

Kyve le da una mala mirada y revisa su reloj.

—Blood se acaba de ir hace... 10 segundos —le avisa y guarda su reloj en su bolsillo.

—Que lento el tiempo —se desespera— En ese caso, iré a drenar mortales y después tengo que lucir presentable para Blood e ir a su Guarida —se aleja y retrocede— y tú Kyve, ve pensando tú confesión a Sasha.

Su risa hace eco al desaparecer con velocidad.

+++ Dos horas después +++

Justo como la hora acordada, Maxius Vleid entra a su Guarida más esta vez es recibido.

—¿No me darás la Bienvenida Volker?

—Ay Maxius, haz firmado tu condena —el vampiro lo guía y guarda silencio.

Maxius lo ve confundido.

—No es tan malo ser su sirviente ¿O si?

—No, es peor ser un Vleid —él gruñe.

—Blood te ha enseñado a ser un vampiro, Iker. Aunque ese humano ya no existe y ahora seas Volker.

—Ajam

—¿Creés que me nombre?

—No lo sé Maxius —gira a verlo a él alcanzar su paso— pero aquí entre nos, serás su favorito.

Eso causa la amplia sonrisa del vampiro castaño mientras que el pelinegro retoma su camino.

—Por aqui Maxius.

—Te alcanzo —le responde y lo sigue en silencio en todo el trayecto.

Al llegar, Volker lo obliga a detenerse.

—Espera aquí.

Maxius lo ve confundido.

—Pero Blood me espera allá.

No recibe respuesta.

Como él, fija la vista a ese punto. A cierta distancia observa a Blood acompañado de Somber quien sostiene con maldad a un mortal, especialmente una portadora de magia.

Ya tienes lo que me pediste vampiro.

Blood la observa arrodillada en el suelo, sostenida por su sirviente.

—¿Me será útil Athenea? No quiero fallos —le muestra un frasco con un líquido azul.

—Si, vampiro. Te va a funcionar, ahora déjame ir.

—Mmm, déjame pensarlo. Nos ayudas Athenea, eres tan traidora para Baker y los tuyos pero haz hecho tratos con el Vleid equivocado.

—Soy protegida de Nicolaik.

Somber —Blood le entrega el frasco y comienza a quitarse un guante. Sus uñas filosas las encaja en su cuello— Su protegida —ríe siniestro— No te confundas Bruja. Nicolaik prefiere a los Vleid que a una de tu aquerrale. Es más —se inclina a su oído— si te mato ahora, me vas felicitar.

—No lo haga, tengo familia.

—Confiaste en vampiros.

Acto seguido le arrebata la vida. En un perfecto corte, su cabeza cae al suelo rodando y en segundos el cuerpo cae.

—Aquí tiene, amo —su sirviente le entrega un paño y el frasco. Blood los acepta y limpia su mano toda la sangre.

—Cuelga su cabeza en el faro de Neevil.

—Como ordene.

Blood pasa por su lado y avanza en dirección a dos vampiros frente a él.

—Amo, Maxius acaba de...

—Shhh, ni una palabra Volker. Ya te puedes retirar, de Maxius me encargo yo.

Al instante su sirviente desaparece.

—Aquí me tienes Blood —Maxius observa el cuerpo desaparecer de su vista —¿Estás ocupado?

—No para ti —se coloca su guante y le hace una seña— Siguenme.

Obediente, Maxius lo sigue por un extenso pasillo. Durante el camino, Blood oculta el frasco en su chaleco.

—¿De verdad me vas a marcar? ¿O es una cruel broma?

—Yo no bromeo Máximo —le responde con seriedad y se detiene— Quédate ahí —le señala la pared.

—Entonces dime Blood —se sitúa en su lugar— ¿Por qué cambiaste de opinión?

Recibe su silencio.

Dándole la espalda, Blood se deshace de sus guantes y desabotona dos botones de su camisa.

—Blood, quiero saberlo.

—Maxius, Maxius, Maxiius —se da la vuelta— Es lo que deseas ¿no? Hoy cumpliré tú fantasía.

—Fuiste muy claro que no lo harías.

Blood gruñe.

—Te estoy salvando Maxius, de tu absurda apuesta y a cambio me deberás lealtad. El precio será ser mi último sirviente por toda la eternidad.

—¿El último?

Blood asiente.

—Ya no voy a marcar a más.

—¿Por qué? ¿Y tú lista?

—La lista se volvió cenizas —se cruza de brazos— siéntete afortunado Maxius Vleid.

—Algo ocultas Blood ¿qué es? —lo observa fijamente.

—Mis sirvientes están conectados conmigo por ende la marca. Debes saber que cuando te marque, no solo serás mi sirviente. Serás condenado a morir del sentido a no revivir siendo vampiro, al mismo tiempo que yo. Estarás anclado a mi Maxius —baja sus brazos— por eso, cada sirviente que pierdo yo presiento su dolor, no solo Nicolaik, él con todos los Vleid y mis sirvientes son exclusivos para mi —humedece sus labios— por eso Maxius serás el último. Me afectan todos.

—Ya veo —carraspea— Conozco los rumores de la marca y si Blood, lo acepto.

Él se acerca a él.

—Te voy a ordenar y seguirás mis ordenes cual capricho mio. Todo y si no lo cumples, esa marca te causará el peor dolor.

—Acepto.

—Si lo deseo, beberé tú sangre Maxius.

—Con gusto te la daré.

—Serás mio

—Desde siglos lo fui

Sin borrar su sonrisa, es empujado a la pared.

—Te puedes arrepentir Maxius —deja sus manos de cada lado de su cabeza.

—Estoy completamente seguro Blood —lo observa fijamente a los ojos— solo una duda —baja la vista a sus labios ante la nula cercanía— ¿Me darás un nombre nuevo?

—No —Blood acorta toda distancia— para mi siempre serás Maxius —le susurra al oído y se aleja lentamente.

—Hazlo Blood —lo reta el vampiro.

Él curva una sonrisa maliciosa y deja crecer sus colmillos más y más y comienza a acercarse a su cuello. Baja una de sus manos y descubre su cuello.

—¿Dónde quedó el Maxius que conozco? —se burla al verlo tenso— Por siglos me haz rogado marcarte —baja su otra mano y la guía a su cintura y ejerce presión.

—Parece un sueño Blood —le sonríe sin ánimos— no lo creo.

—Maxius —roza su nariz con la suya— Tú sueño se hará realidad.

Guía sus colmillos a su cuello y en un acto preciso los encaja en su piel. Maxius emite un bajo gruñido al sentir sus filoso caninos y comienza a experimentar la nueva sensación que le abarca. En cuanto Blood comienza a succionar su sangre, entre abre sus labios.

La adrenalina lo invade, el deseo cuando sus pupilas se dilatan hasta el mero recuerdos de sus memorias de hace siglos.

—Blood —jadea y encaja sus uñas en su espalda.

Siendo los segundos más eternos en todos sus siglos de inmortalidad.

Hasta que Blood se aleja lentamente aun saboreando su exquisita sangre en su boca.

—Marcame Maxius —su mano en su barbilla lo hace reaccionar— Maxius, debemos completar la conexión.

—Ah... si, por supuesto —lo sostiene de la nuca, descubre su cuello y se inclina a clavar sus colmillos mientras que Blood apoya sus manos en la pared y ladea la cabeza al escucharlo beber de él.

—¿Lo recuerdas Maxius? —emite un bajo gruñido— Nuestros... momentos —por segundos lo deja beber de él. El vampiro sin detenerse— Máximo, alejate —Blood lo sostiene de la nuca y con brusquedad lo aparta de él. Lo hace apoyar su cabeza en la pared— Controlate.

Un Maxius exitado lo observa con detenimiento. Usa su lengua para limpiar la sangre de sus colmillos.

—Por un demonio, Blood —se lanza a besarlo. Simple tacto de sus labios e inicia un beso intenso, cargado de deseo al mover sus labios con sincronizacion hasta rozar sus colmillos, morder sus labios, probar su sangre hasta rozar sus lenguas entre sí.

Sin embargo, Blood reacciona y es el primero en empujarlo.

—Máximo —pasa sus manos por su cabello— no, es todo.

—Con qué Máximo ¿Eh? —le sonríe— Hace siglos me decías así cada vez que me deseabas. Lo entendía como un "quiero más"

—Soy tú amo, Maxius —lo observa con seriedad— Y te ordeno que te controles.

Sus palabras causan afecto en Maxius. Mágicamente el deseo en él desaparece. Desconcertado, revisa su cuello. Toca dos puntos por sus colmillos.

Con velocidad, Blood actúa y de su chaleco saca una plumilla. Y sin sutileza sostiene su brazo y comienza a marcar su piel el #100.

—Apartir de hoy eres mi sirviente Maxius Vleid —la herida deja de brotar sangre y tinta negra reemplaza y resalta en su piel. Al instante, Blood se aleja y oculta la plumilla— Bienvenido.

Maxius toca su brazo.

No hay dolor ni en la marca más una extraña sensación. Su poder ha incrementado.

—¿Tú marca desapareció Blood?

Él ríe y cubre su cuello.

—En el vampiro dueño desaparecen, no tendré cien marcas mi estimado Maxius —busca el frasco en su chaleco—Además, soy el primer humano convertido de Madre, soy beneficios a mi favor —le entrega el frasco— Bebe.

—¿Qué es eso? —Maxius lo sostiene en su mano.

—Aún debes completar la prueba. Debes beberlo.

—Esto te lo dio esa Bruja y no confío en su especie Blood.

Él avanza un paso.

—Maxius confía en mi —le insiste— Lo vas beber.

Su nuevo sirviente gruñe y obligado observa el frasco con detenimiento. Acto seguido lo destapa y bebe su contenido hasta vaciarlo. En tres segundo le afecta al retroceder.

—Blood —se apoya de la pared— ¿Que... ? —lleva sus manos a su cuello— era eso? —su vista se torna borrosa cada vez más. Su garganta arde como la misma marca en su cuello— ¿Qué me está... pasando? —pierde el equilibrio y cae al suelo al deslizarse por la pared. Siente presión en su pecho como aquel líquido carmín que expulsa de su boca.

—¿Creíste que el proceso para ser mi sirviente no sería doloroso? —Blood se  agacha a su altura sin tocarlo— No seas ingenuo Maxius —ignora su mirada de auxilio— Será los 10 segundos más dolorosos de tu eternidad, vas a revivir el momento cuando fuiste convertido en un Vleid o peor —se levanta y de sus bolsillos saca sus guantes, se los coloca con calma ocultando sus largas uñas.

—Blood... —aquel vampiro estira su mano en su dirección y tan pronto vuelve a quejarse de dolor, apoya sus manos en el suelo cuando es más punzante. Su corazón sin latir, revive y siente la misma presión en aquel órgano en cada latido al punto de volver a detenerse.

—Podrás soportarlo Maxius y si lo haces serás digno de ser mi sirviente —le sonríe con malicia— Cuando te recuperes, quiero que te vayas y les presumas a todos tu marca —avanza varios pasos cuando se detiene— casi lo olvido —se medio gira— ahora en adelante, te vas a ocultar en mi Guarida.

Dicho esto y desaparece de su vista dejando a un Maxius soportando las consecuencias al ser marcado.

✝✝✝

Desde su ventana, Nicolaik Vleid observa la casa de los Baker. Oculto en su Mansión, invadido por sus propios pensamientos buscando soluciones a los suyos. Pensando la manera de deshacerse de cada Baker, proteger a cada Vleid y ante todo recuperar Ancestral y liberar a Scarlet Vleid.

Hace semanas y observó desde el mismo sitio a Nea Baker bajar de una carroza, perfectamente recuperada. Aún con vida tras su ataque, en compañía de Thiago Willford. Recibiendo su maleducado saludo.

Ante el recuerdo, el purasangre curva una media sonrisa dejando en evidencia sus colmillos puntiagudos.

Recuerda cada muerte de los suyos que lo afecta, que puede sentir y ver el momento exacto como un espectador sin poder intervenir. Con cada Vleid, en cada una de sus muertes.

Molesto cierra la cortina y permanece quieto en su lugar.

—Control, Nicolaik —la vampira al aparecer detrás suyo coloca su pálida mano en su hombro— Esa desgraciada va a pagar cada muerte.

—Ha derrotado más Vleid que los Cazadores, Sasha —se voltea— El mismo patrón que Baker.

—No será como Baker porque antes vamos a destruirla. No va alcanzar a ayudarlo y nosotros haremos que Madre, vuelva a Neevil— acorta la distancia. Siente sus manos en su cintura— ¿por qué no usas al hijo de Baker en su contra?

—Es inoportuno.

—Nicolaik —ella sube su mano a su mejilla— Nea Baker tiene que sufrir peor que todos nosotros.

—Lo hará Sasha.

La vampira ladea la cabeza y desliza su mano por su cuello tocando la línea oscura que resalta de su palidez.

—Tú estas débil. A cada uno nos haz convertido con Madre.

—No van a derrotarnos Sasha y no pienso detenerme hasta ver que cada Baker, deje de existir —se inclina a ella y deposita un beso en su frente— Es por Madre.

—Por Madre —ella deja sus manos en sus hombros.

Nicolaik se aleja un poco.

—Voy a recuperar fuerza con cada gota de sangre. Sangre de los Cazadores, Donadores y Baker. No me verán débil.

Sasha le sonríe mostrando sus colmillos.

—Por eso eres mi favorito Nicolaik —humedece sus labios y se inclina a besarlo. Sus manos se deslizan por su pecho y desabotona el primer botón de su chaleco.

—Sasha —su mano la detiene y la aparta— no es momento.

—¿Estás débil?

—No es por debilidad —la suelta con delicadeza— Tengo responsabilidades, proteger a cada Vleid. Además eliminar a todos los Cazadores y dañar a Nea Baker.

—Me vuelves a rechazar. Lo haces desde que la hija de Baker llegó a Neevil.

—Sasha, prioridades antes del deseo —le da un casto beso en los labios— Es hora de salir a cazar.

Pasa por su lado en dirección a la salida.

La vampira gruñe, se voltea y molesta sube las escaleras en busca de su sombrilla.

Mientras afuera, Nicolaik Vleid se oculta al ver a Nea Baker salir de su hogar acompañada de Thiago Willford, ambos avanzan por la calle alerta, esta vez sin subir a una carroza.

Listos para la cacería.

Nea Baker no deja de sonreírle al escucharlo hablar. Thiago con disimulo la agarra de la mano y la entrelaza con la suya mientras cada uno sostiene su propia arma.

Sin percibir la presencia del vampiro que los observa desde las sombras.

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