Capítulo lX: El despertar
“Resiste y vence con tú poder”
N E A B A K E R
—Piensa en tu hermano, no te des por vencida...
Fueron las últimas palabras a lo lejos que escuché de Thiago y después caí inconsciente. Dejé de verlo en mi campo de visión, dejé de escuchar sus gritos llenos de desespero y preocupación.
Me venció el inmenso dolor y la perdida de sangre, pero más ser derrotada por los Vleid, especialmente por Nicolaik Vleid. Me atacó con mi propia arma, la estaca la usó en mi contra.
Y yo no puedo morir.
No puedo dejar a Carolina y a Joan encerrados en Neevil.
Debo matar a todos los vampiros y destruir Ancestral.
Debo encontrar antes a Jhon.
—¡Nea!
Comienzo a escuchar un grito a medida que comienzo a despertar. Al principio mi vista es borrosa y cada vez se aclara al punto de ver a Thiago en mi campo de visión otra vez y me sonríe.
—Es un alivio, despertaste —deja un casto beso en mi frente y se aparta.
Confusa observo el lugar donde me encuentro, me es conocido.
—¿Dónde... estoy? —pregunto para estar segura. Giro a ver a Thiago, comienzo a recordar todo lo sucedido y nuevamente mi ira y odio a los Vleid, crece— ¿me mataron?
—No lo permití. A tiempo llegó Agnes y te salvó la vida.
—Sobreviviste, niña insolente —Thiago se aparta al ponerse de pie y puedo verla.
A la Bruja a unos pasos de mi, con su maldita amplia sonrisa cargando a su gato negro en sus brazos, aunque demuestre su joven apariencia.
—¿Tú me salvaste la vida?
—Lo hice por Jhony, no por ti. No iba a dejar morir a quien es la salvadora de todos, quien puede volver Synerdale sin vampiros —se encoge de hombros—Eres la única hija de nuestro líder de aquelarre, una Baker.
Dejo de verla y trato de sentarme.
Thiago recorre a ayudarme.
Me doy cuenta que estoy en su tienda, justo el mismo lugar donde la vinimos a buscar. Esta vez sentada en un sillón viejo y malgastado.
—Sea como sea, gracias —me observo a mi misma. No presiento dolor.
Entonces, lentamente me subo mi blusa, me reviso a mi misma y en mi abdomen donde fui atacada, no encuentro ninguna herida o cicatriz. No hay nada.
—¿Usaste tú don para hacerme sanar con mayor rapidez?
—Te repito, no te iba a dejar morir, estabas perdiendo mucha sangre, si no recurrimos a traerte aquí, tú olor iba a atraer más vampiros.
Me vuelvo a cubrir y alzo la vista.
—Yo te encontré Nea, estaba desesperado cuando te perdí de vista —fijo la vista en Thiago al escucharlo — Te busqué y te encontré con ese Vleid. Solo le dispare para que te soltara, los dos se escaparon —toma asiento a mi lado— Corrí hasta ti, te saque la estaca y pedí ayuda. Ese fue un error —pasa saliva— Moriste Nea.
Lo veo confusa.
—¿Qué?
—Si, mucho antes de que llegara Agnes, tú corazón dejó de latir. Vi con mis propios ojos como en tus manos fluía una extraña energía y tú herida sanó y en un fracción de segundos, regresaron tus signos vitales y fue cuando llegó Agnes e hizo el resto. Te traslado aquí, su poder te recuperó, te dio fuerza y no hay marca.
Observo mis propias manos sin creerlo.
—¿Yo hice eso? —veo a Mauren Agnes—No soy una Bruja, no tengo ese poder.
Ella suspira.
—Lucky, bajate —baja a su gato que se marcha corriendo— Eres hija de Jhony Baker, del más poderoso Brujo y tú Nea —hace una mueca— definitivamente heredaste su don.
—No, dejé de sentirlo desde que era una niña. No soy como tú, como él o como lo era Jhon.
—Es cierto, desde un principio te lo dije. Eres toda una decepción.
—Agnes —interviene Thiago.
—No es tú asunto Willford —le da una mala mirada y regresa a verme— pero me parece que me equivoqué contigo Nea. Estar sometida a la muerte, te hizo despertarlo. Tú don es lo que te hizo vivir otra vez.
Luzco sorprendida.
Me siento igual.
No presiento ese poder, ni siquiera puedo dejarlo fluir de mis manos.
—O fue provisional. Lo que te pasó, se lo contaré a Jhony.
—Tranquila Nea. Lo importante es que estas viva.
Giro a ver a Thiago en cuanto bajo mis manos.
—Si —paso saliva— estar en esta situación me hizo valorar mi vida.
Tuve miedo de en realidad morir y no despertar, sin embargo eso no lo confieso en voz alta.
—Quiero ver a Carolina y a Joan —agrego. De cierta forma los extraño.
—Claro, yo te llevo. Ya no es un riesgo, afuera ya es de día.
Finjo una sonrisa y me levanto. Él imita mi acción.
—Agnes quieres... —la buscamos con la mirada— Creo que se fue.
—Bruja presumida —emito y de una mesa en el centro agarro la gabardina y me la coloco.
—¿No te duele nada?
—Si, como Cazadora fallé. No mate a esos Vleid —lo veo— Me vencieron y eso duele más que una herida superficial.
—Habrá otras noches, Nea.
—Si y no voy a parar hasta matarlos. Nicolaik Vleid me las pagará.
Resoplo y comienzo a caminar hacia la salida. Escucho los pasos de Thiago al seguirme.
...
Con su ayuda bajo de la carroza frente a la casa de Jhony Baker. Invito a Thiago a pasar y cruzar por unas rejas abiertas.
—¿Crees que ya se dieron cuenta? —avanzo unos pasos y observo hacia la ventana de su Mansión.
—Se va a rumorar que sigues con vida. Ningún Vleid va a derrotar a Nea Baker.
—Solo Nea —lo rectifico y coloco mis manos en mi cintura. No logro ver nada pero son como sombras en la oscuridad. Entonces sonrio y levanto una mano y comienzo a saludar.
—¿Puedes verlos?
—No, pero estoy segura que ellos a mi si —hago mi mano puño y levanto mi dedo de en medio— Malditos Vleid.
Thiago ríe.
—Vamos a entrar Nea.
Me contagia la risa, bajo mi mano y comienzo a seguirlo hasta cruzar por esa puerta.
—¡Nea! —me toma por sorpresa ser recibida por un abrazo de Jhony Baker, ya ni siquiera usa su bastón— Mauren me contó —se aleja y sus manos las coloca en mis mejillas— Me preocupé demasiado cuando no llegaste anoche. Nea, casi te pierdo —hay lágrimas en sus ojos— Por mi condición, sabes que no puedo salir de aquí, de lo contrario, te hubiera ido a salvar —aparto sus manos de mi— Mauren hizo lo que hubiera hecho yo, salvarte.
—Tú me hubieras dejado morir como lo hiciste con Jhon.
Él retrocede.
—Niña insolente ¿Cómo te atreves?...
—Mauren, no —con su mano levantada la interrumpe— A ti Nea, no te voy a perder como lo hice con tú hermano.
Suelto una risa sin ánimos.
—Pues aquí estoy Baker, sigo viva y más concentrada en mi misión.
Él asiente.
—Nea, déjate ayudar. Si despertó tú don vas a necesitar que te guíe o incluso Mauren.
—De los dos, no quiero ningún consejo. No seré como tú. Detesto ser una Baker.
—Eso te permitió vivir.
—Mauren tiene razón —niego varias veces— Los dos queremos lo mejor para ti Nea. De otra forma, Mauren no hubiera recurrido a ayudarte.
—Lo hizo por ti, Bruja beneficiosa.
—¡Nea! No le hables así —comparte una mirada con ella— Mauren te salvó porque no solo eres importante para mi, lo hizo porque...
—Jhony, no le des explicaciones.
Ambos guardan silencio.
Ella da un paso adelante.
—Si Nea, lo hice porque eres nuestra solución. Si después de liberar Neevil de vampiros, te mueres, ni siquiera me va a importar.
—Mauren.
Hago mis manos puños.
—Lo mismo digo. Por mi, los dos mueranse —molesta paso entre ambos en dirección al pasillo, rumbo a nuestra habitación.
—¿Tan mal te llevas con ellos?
—Es prueba clara, Thiago.
Me detengo frente a nuestra puerta. Suspiro y dejo mi mano en la perilla.
—Gracias por no dejarme sola— le digo cuando se sitúa a mi lado.
—Eres nuestra Cazadora #1 —Thiago me sonrie— nos ayudamos entre nosotros y además, tú me importas demasiado.
Le sonrio y giro la perilla. Empujo la puerta y entro.
Soy recibida por otro abrazo más esta vez lo acepto y lo devuelvo.
—Caro
—Nea, pensé lo peor —se aleja— Que bueno que volviste— me revisa— No llegaste en la madrugada como siempre. Creí que algo malo te había pasado.
Carolina tiene ojeras bajo sus ojos. Se nota que no durmió bien, ninguna lo hace desde que estamos aquí.
—Estoy bien, no medí el tiempo —intento bromear— Estuve con Thiago, te cuento todo después —desvío la vista en la cama, Joan aún duerme.
—Hola
—Thiago Willford —le dice Carolina, él asiente. De hecho, ya no lleva su gorro puesto, debió perderlo o olvidarlo— Gracias por acompañar a mi cuñada.
Caro me da una mirada divertida.
La ignoro.
Sus malas suposiciones.
—Lo único que quiero es intentar dormir, fue una noche difícil.
—Es lo malo de trabajar en turno de noche —bromea Thiago, nos causa la risa.
—¿Mami? —resuena una vocecita.
—Hijo —Caro se acerca a la cama— Hola dormilón.
Joan se incorpora y talla sus ojos.
—¡Tía Nea!
—Hola Joan —ver su sonrisa desvanece toda ira y cansancio de mi. Enseguida me acerco hasta su cama y lo abrazo.
—No dormiste conmigo como siempre —me reclama cuando se aleja.
Tomo asiento en la cama, frente a él.
—Perdoname, tuve mucho trabajo pero no se volverá a repetir —trato de peinar con mis dedos su cabello blanco.
Joan desvía la vista.
—¿Quién es él?
—Él es un amigo de tú tía Nea —le responde Caro antes que yo.
—Hola pequeñin.
Joan le extiende su mano.
—Mami me nombró Joan —Thiago se acerca y acepta su mano— ¿Quieres ser mi amigo?
—Eh, si, sería estupendo serlo —amplia su sonrisa— Thiago Willford, soy Cazador.
Joan frunce el ceño y lo suelta.
—Mami ¿qué es un Cazador?
Ella no le responde.
—Joan —capto su atención— ¿Recuerdas que te dije que por las noches me dedico a vencer a todos esos monstruos que te asustan?
—Nea —me advierte su madre.
—Si, se esconden debajo de la cama y en el armario en casa. Me dan mucho miedo.
—Lo sé pero Thiago también vence a esos monstruos para que no te asusten.
Giro a verlo.
Él luce confuso.
—¿Cómo los vences?
—Eh con fuerza... sin temerles Joan —le responde— Cuando enfrentas un monstruo, eso lo hace ser débil. Si los vences te vuelves más fuerte.
Joan se levanta de un brinco.
—¡Mami quiero ser Cazador! —comienza a brincar en la cama.
—Joan no digas eso —Carolina lo obliga a sentarse— Aún eres un niño, mi niño —lo llena de besos.
Thiago carraspea.
—Será mejor que me vaya.
—Te acompaño —me pongo de pie.
Thiago se despide de Joan chocando sus puños, le hace prometer que vendrá a jugar con él.
Después ambos nos dirigimos a la puerta.
—Lo siento por lo de tú sobrino. Creí que ya lo sabia —me dice en cuanto salimos. Nos alejamos unos pasos de la puerta, recargados en la pared del pasillo.
—No, ninguna le ha dicho sobre los Vleid y lo que son —hablo en voz baja— Joan tiene 6 años y no tiene porque enterarse —me encojo de hombros— Sé que esta mal mentirle como a Carolina. No le dicho nada de Jhon.
—Le será difícil asimilarlo —Thiago se cruza de brazos— Tú sobrino se parece demasiado a tú hermano por la foto.
Asiento.
—Por algo es su hijo.
—¿Joan tiene el don de los Baker?
Guardo silencio un instante.
—Lamentablemente si pero tampoco le hemos explicado de eso.
Thiago asiente.
—Tú lo haz dicho, es solo un niño —baja sus brazos— Bueno Nea, ya estas a salvo en casa —carraspea— Esta noche descansa, quedate aquí, nosotros nos hacemos cargo de cazarlos.
—No, no pienso quedarme aquí. Esta noche saldré a matarlos otra vez.
—Nea...
—Esto no me detendrá, no me alejaré y no dejaré de hacer lo que estoy haciendo. Así me lo pidas tú o tú hermana, lo haré. Con los Cazadores o por mi cuenta.
Thiago niega.
—Que terca eres —medio sonríe— si realmente quieres seguir con esto, te veo en la noche en la Fortaleza.
—¿Creí que me llevarías a conocer Neevil de día? ¿Tú invitación caducó?
—No, me debes esa salida —avanza un paso— Paso por ti a medio día—asiento. Ninguno deja de verse— Te veo luego Nea —se despide con un beso en mi mejilla y se gira yéndose por el pasillo.
—¿Te gusta?
Pego un brinco cuando escucho su voz detrás de mi. Al girarme veo a Carolina con la puerta abierta y su sonrisa burlona.
—No
—¿Segura?
—Thiago es agradable y no es lo que estas pensando —avanzo, la empujo y entro a la habitación— Solo quiero dormir.
—¿Y soñar con él?
—¡Caro!
Estalla riendo burlándose de mi.
>No Nea, cero distracciones<
Me repito una y otra vez.
#
Sería mentira si dijera que no disfruté la compañía de Thiago. Con él, Neevil es otro panorama. No más vampiros como todas las noches.
Creo que durante el día, los dos olvidamos que somos Cazadores, olvidamos nuestra misión.
Visité varios lugares con él, me invitó a comer más los susurros, las miradas fueron inevitables.
Todo Neevil sabe que un vampiro intentó matarme y no lo logró.
—Ignoralos —me dijo Thiago.
Lo conocí más, fuera de Neevil estudiaba para ser Doctor, vaya ironía.
Thiago tiene sueños como todos, sueña en algún día salir de aquí. Que su marca desaparezca y dejar de enfrentarse y matar vampiros. Tener una vida normal como cualquier humano. Tener quien lo ame, casarse y tener hijos. Ser feliz. Tener su propia familia.
—¿Qué pasó con tus padres? —le pregunté a medida que avanzabamos por las calles de Neevil.
—Cuando tenía 15 años, murieron y desde entonces, Cassie se hizo cargo de mi. Sustituyó su papel de hermana mayor a uno de madre —me respondió con tristeza— Ellos, un día viajaron a Londres y su avión, se estrelló. No se salvaron.
—Lo siento.
—Cassie pensó que Brujos podrían resucitarlos, de cierta forma esa era su principal idea para aceptar ser la primer Cazadora en Neevil pero habló con tú padre y no tiene ese poder —se encoge de hombros— Desistió de esa idea y tienes otros propósito. Cassie es mi hermana, la única familia que tengo. En eso, somos parecidos Nea.
Asentí.
—Vas a salir de Neevil Thiago, tú y Cassie. Todos excepto vampiros —reímos— Te lo juro.
—Lo vamos a lograr Nea— me abrazó.
...
No fue alguna clase de cita o eso me repito aunque Carolina me dice lo contrario.
En cuanto regresé a casa, me atacó con preguntas.
Y me seguía preguntando cuando ya me encontraba en la Fortaleza. En otra noche en Neevil.
>¿Qué siento por Thiago? <
—Ey — él se acerca a mi. Con su gabardina y su sombrero puesto en su cabeza— A matar Vleid.
—A matarlos —le respondo y coloco mis armas en mi cinto como una estaca oculta— A Nicolaik Vleid, yo lo mataré.
—No eras la única que quiere hacerlo. Cassie lo anhela —giro a verla.
Prácticamente se llena de armas, en sus brazos, en sus piernas, en su cintura con estacas, dagas y armas bendecidas y todas las oculta al colocarse su gabardina.
—Alguien llegara primero a él.
—Creemos que si su líder muere, todos sus convertidos lo harán. Los Baker tendrán que encangarse de Scarlet Vleid y nunca dejarla salir de su propia prisión.
—De esa maldita, también me encargo yo —por mi madre, me juro a mi misma.
Prestamos atención en la Comandante al escucharla, mismo discurso y cada uno sale de la Fortaleza.
(...)
Las calles se tiñen de carmín, cuerpos y cenizas. A este punto, estoy cansada he matado más Vleid en una sola noche.
—Te quieren matar —me dice Thiago. De espaldas apuntamos en varias direcciónes.
—Lo sé, antes no me atacaban y ahora desean matarme —disparo sin darle con éxito a esa sombra— Ve por el este y yo por el oeste.
—No te dejaré sola.
—Thiago, sé defenderme.
—¡4827!¡Necesito ayuda en zona este!
Él bufa
—Aquí 4827, ya voy 4832 —le responde a esa Cazadora por el reloj y me observa— Suerte Nea.
—Suerte Thiago.
Ambos corremos en direcciónes opuestas.
Disparo varias veces.
Derribó a otro Vleid y es polvo en segundos.
No me detengo, entre todas esas sombras, lo busco: Nicolaik Vleid o incluso a uno de los cinco.
—Aparece maldito —veo a mi alrededor— ¿Dónde estás?
—¡Perdimos a 4832! —escucho la voz de Thiago por el reloj.
—4862
—4815
—4850, no sobrevivió.
Voces distintas dan el aviso.
Más Cazadores vencidos por vampiros.
—13 Vleid, derrotados —resuena la voz de Cassie— Maten a todos los Nocturnos por los nuestros.
Vuelvo a disparar.
La angustia por Thiago, me invade.
—¡4827! ¿estas ahí? —le hablo al reloj— ¿Thiago?
Hay un intenso silencio.
—¡Thiago reportate! —le grita Cassie. De cierta forma podemos escuchar a todos.
—¿Thiago? —cambio de dirección y corro mientras lo busco en el lado este —Mierda— pienso lo peor.
—Cazadores —me detengo al escuchar una voz extraña, parece femenina. Su voz es eco como su risa siniestra—Su Cazador Willford esta... indispuesto. Es mi cena.
—¡Te atreves a hacerle algo y lo vas a lamentar! —le dice Cassie.
Comienzo a correr otra vez.
—¡Thiago responde!
—¡Aquí 4827! —me alivia escuchar su voz. Suena agitado— Vampiresa destruida, me quitó el reloj.
—¿Necesitas ayuda?
—No, Comandante.
—Ya voy para allá —emito.
Entonces lo encuentro.
Thiago se pone de pie y me saluda.
Le sonrio a medida que me acerco.
—Sé defenderme —logro escucharlo cuando estoy más cerca.
No obstante, Thiago levanta su arma y me apunta. Rápido me tenso y me detengo.
—Aléjate —hay seriedad en su voz y dispara.
Por su grito bestial, compruebo que fue a una de esos Vleid.
—Nea, alerta —comienza a apuntar en varias direcciones.
Imito su acción.
—Mataste a mi hermana —una Vleid aparece frente a nosotros. Se encuentra en el techo de una casa— Elaiza —ladea la cabeza— Los drenare.
—Nea, atenta. Esa maldita es veloz.
Ella ríe siniestra.
—¿Quién es? —le pregunto.
Sé que es una Vleid, luce un ampon vestido negro con corsé. Se parece a Scarlet con su cabello negro.
—Clarissa Vleid —me responde Thiago—La novena hija de Scarlet.
—La mejor, Cazador —lo señala— A ti te robaré cada gota de tu sangre y a ti—me señala— Te llevaré hasta Nicolaik —sonríe malvada luciendo sus colmillos— Es una lastima, Thiago Willford serias mi juguete favorito si te dejaras convertir.
—Nunca seré como ustedes.
Le disparo y fallo más es suficiente para ella desaparecer y esta vez aterriza en el suelo a unos pasos de nosotros.
Observa a cada uno.
—¿Qué sabes de Jhon Baker?
—Lo que todo se rumora —ríe— Es un Vleid.
Lo saben.
—¿Dónde está? —le pregunta Thiago.
—Si fueras igual a nosotros, lo sabrías.
Él resopla.
—No seré un vampiro Clarissa.
Ella gruñe y se mueve con velocidad para atacarnos. Primero a Thiago quien le dispara y después a mi. Casi me hace perder el equilibrio.
Bufo y la busco mientras le disparo.
Logro darle en el hombro más no es suficiente para matarla.
Sin embargo, eso la enfurece más y me ataca. El impacto de su golpe me hace caer al suelo y soltar mi arma.
Resuenan disparos tras disparos.
Me levanto, busco mi arma más es demasiado tarde cuando ella la tiene en su mano y la observa con curiosidad.
—¡Thiago! —le grito cuando ella le apunta.
Él comienza a cargar su arma desesperado.
Y retumba su disparo.
—¡No! —lo veo caer al suelo sin su arma.
La ira me invade.
Clarissa Vleid gira a verme y con esa velocidad antinatural se mueve hasta mi. Aprovecho esos segundos para buscar en mi gabardina la estaca.
Más recibo su empujón.
—Eres despreciable Nea Baker.
Me vuelve a atacar, trato de esquivar sus golpes. Más es difícil cuando no logro darle ningún golpe con mi puño. Defensa a cuerpo a cuerpo contra una vampiresa es más difícil de lo que creí.
Resuena su risa y retrocede varios pasos.
—Morirás mortal —me dice y se me abalanza.
Logro sostener la estaca y rápido la guío al frente y en un movimiento certero atravieso la punta en su pecho con fuerza. Sus colmillos se encuentran a pocos centímetros de mi cuello. Suelta un grito desgarrador y ante mi vista, se vuelve cenizas.
Puedo escuchar mi corazón latir acelerado.
Entonces pienso en Thiago y corro hasta él.
—Thiago —me arrodillo en el suelo. Noto sangre en su gabardina y al revisarlo del brazo, veo su herida— Abre los ojos.
Milagrosamente, él despierta.
—Nea —me sonríe, hace una mueca y se sienta en el suelo— Los papeles han cambiado ¿eh?
—Estás herido —le digo.
Él se revisa a si mismo.
—Solo es un rozon —hace una mueca de dolor al mover su brazo.
Veo mi mano, no fluye ese poder que dicen que tengo. Ni siquiera para curarlo.
—Vas a estar bien Thiago —presiono el botón de mi reloj— ¡Aquí 4899, Thiago Willford, está herido!
...
Espero en la Fortaleza para ver a Thiago. En cuanto di el aviso, Cassie fue la primera en llegar con otros Cazadores. Y en cuanto llegamos a la Fortaleza, se encerró con su hermano.
Puedo escucharlos discutir del otro lado de la puerta.
Mientras pienso en todo lo sucedido esta noche.
Reviso constantemente mis manos.
No hay magia.
No obstante, la puerta es abierta y sale Cassie Willford. Suspira y se acerca a mi.
—Gracias Nea, por avisar de Thiago.
No espera mi respuesta cuando pasa por mi lado y se marcha con su sombrero en mano.
Entonces me acerco a la puerta y toco con mi puño una vez. Escucho su permiso y la empujo hasta adentrarme.
—La Comandante parece molesta —le digo en cuanto cierro la puerta.
—No es la primera vez que soy herido pero Cassie es exagerada.
Asiento y me acerco a él.
Thiago se encuentra recargado en el escritorio, sin camisa. Noto su brazo vendado.
—Pero soy humano después de todo y no tengo dones para sanar por mi cuenta —agrega y se coloca la camisa.
Me situo al frente suyo.
—Pero eres un soldado sobrevivente —sonrio al recordar sus palabras— Eso siempre me decía Caston. Tampoco fue la primera vez que fui herida.
—Somos sobrevivientes Nea.
Asiento.
Él suspira.
—Así como tú, no pienso retirarme de esto. Somos Cazadores mientras Vleid sigan existiendo aunque Cassie crea que cada vez es más peligroso.
—Eres su hermano. Es normal que se preocupe. Yo lo estuve.
Su sonrisa se ensancha, resalta su hoyuelo.
—¿Te preocupé?
Suspiro.
—No quiero que mueras Thiago —bajo la vista— Es raro, me gusta tú compañía pero desgraciadamente soy Nea Baker— vuelvo a verlo— Todos se tienen que alejar de mi y al final, pierdo más de lo que gano.
Thiago da un paso, hace una mueca al mover su brazo.
—Yo no te voy a dejar sola, Nea.
Le sostengo la mirada.
>Tonto corazón, deja de latir de esa forma<
Normalmente se acelera cuando siento la adrenalina ante un enfrentamiento con mi enemigo. Una batalla contra vampiros, no con la simple cercanía y palabras de Thiago. No con un... hombre.
Y como novata, solo carraspeo y aparto la vista.
—Tengo que irme Thiago. Le prometí a Joan que hoy dormiría con él.
—Que afortunado tú sobrino —siento su mano en mi hombro— gracias por preocuparte por mi, por estar aquí —cometo el error de verlo. Es demasiada la cercanía cuando él comienza a inclinarse más y más. Nuestras respiraciones se mezclan, me quedo congelada en mi lugar sin dejar de verlo atenta a sus movimientos— Nea, tú... me gustas. Llamalo como quieras pero fue desde que te vi. Desde que llegaste a Neevil.
Paso saliva.
Thiago humedece sus labios.
La tensión es sofocante.
No me gusta tener otros miedos que no me permito tener. No me permito, enamorarme.
—Thiago... —emito en voz baja.
Sin encontrar las palabras correctas, simplemente lo agarro de la camisa y lo atraigo a mi y lo beso.
Nuestros labios se sellan y en una fracción de segundos, los movemos en un ritmo lento y sincronizado. Hasta ser la primera en alejarse.
—Nea... —él pasa saliva y vuelve a besarme. Su mano la coloca en mi nuca y profundizamos el beso que cada vez es más intenso.
Por un instante, los dos olvidamos que estamos involucrados en una maldita cacería.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro