Capítulo I: La carta
"El destino se cruza en tú camino tarde o temprano. De ti depende si le temes o lo enfrentas con valentía"
.Draven Villeel.
N E A B A K E R
Valoro mi tiempo
Una mala concentración y es suficiente para fallar en mi objetivo y en la realidad mi mortalidad depender de un frágil hilo entre vivir o morir.
Rodeada de silencio, internamente cuento hasta cinco, controlo mi respiración que luce calmada, ladeo un poco la cabeza sin dejar de ver al frente sin temblar al sostener mi arma con ambas manos.
—Bum —susurro y disparo. La bala atravesando un círculo a la distancia justo en el centro.
—Nunca fallas Nea
Medio sonrío al escuchar a Caston, bajo mi armo y giro a verlo. Él es un hombre alto, de cabello castaño oscuro con varias canas, ojos avellana, fornido. Siempre usa un uniforme de militar aunque no lo sea.
—Fallar es darles la victoria —me encojo de hombros.
Caston se acerca, su semblante serio se plasma en su rostro al cruzarse de brazos.
—¿Estás lista?
Resoplo y giro mi cuerpo por completo.
—No es la primera vez que hago esto.
—Será la última vez esta noche.
Pienso en mi retirada
Por años llevo haciendo exactamente los mismo, bajo ordenes de Caston, bajo su enseñanzas y prácticas de tiro, aprendí usar un arma, usar mi cuerpo como defensa para acabar un enemigo. Enemigos bajo una orden. Su pequeña organización se encarga de hacer el sucio trabajo de otros siendo recompensa a mi favor.
—Es una lástima que te retires Nea, eres mi mejor aprendiz.
—Caston, hace años que te superé
Ambos reímos.
Caston baja sus brazos, se acerca hasta mi y con su mano en mi hombro me hace avanzar en dirección a la salida del cuarto de tiro.
—Como un padre, estoy orgulloso Nea. Haz sobrevivido.
De pronto me hace detener al mismo tiempo que él, de su bolsillo saca una hoja doblada que me entrega.
—Haz un buen trabajo Nea, será tú despedida.
Borro mi sonrisa y desdoblo la hoja. Memorizo su nombre, la foto a un costado y toda información útil del siguiente.
—Esta noche Nea, te estaré enviando un mensaje de la dirección y hora -gira a verme con esa postura frívola al hablar sobre esto. Algo que ya estoy acostumbrada— ¿cuento contigo?
—Si, mi deuda contigo esta noche queda pagada.
Caston asiente y sin agregar más lo veo avanzar hasta salir y perderlo de vista.
Ya lo hemos hablado, me he encariñado con él, con varios del equipo pero no es la vida que quiero para siempre.
Le doy un último vistazo a la hoja, después la doblo guardandola en mi bolsillo de mi sudadera negra.
Cuento las horas para que anochezca.
✝✝✝
—Se te va a extrañar Nea -recibo el último comentario de Nery, lo cercana a una amiga cuando llegó aquí desde hace dos años. La diferencia es que ella se queda y continúa, de mi parte después de los cinco años, me retiro.
Me esfuerzo en sonreírle y la pierdo de vista al salir del cuarto de armas.
Suspiro, comienzo a peinar mi cabello negro en una cola alta, me acomodo los guantes negros con una abertura al inicio de cada dedo y agarro mi arma cargada y acto seguido salgo a mi última misión.
...
En mi posición me asomo viendo el objetivo: Ranlen Vasten . Hombre de poder, le calculo unos 40 años, cabello azabache, con barba y como en la foto, su cigarro en la boca.
A su alrededor cuento a 10 hombres armados, sin embargo no me corresponden.
—¿Posiciones? —escucho la voz de Caston por el aricular en mi oído.
—Nery, lista.
—Matt, listo.
—Katia, preparada.
—Jace, en posición.
Responde el resto del equipo.
—Nea lista —contesto, sostengo mi arma y le apunto. Espero eternos cinco segundos y uno a uno de sus hombres caen. Por supuesto él se alerta y saca su arma apuntando a todos lados. Basta un disparo en su frente para acabar con su vida al verlo caer al suelo entre toda esa sangre carmín —objetivo derivado.
Bajo mi arma lentamente, la sostengo con una mano mientras con la otra busco mi collar. Al tener el dije de cruz en mi mano le doy un beso.
Sé que es hipócrita sin embargo disminuye la culpa al matar a cada hombre o mujer sea el caso. Es cuestión de suerte porque si existe un Dios que me juzgue no me a dado el castigo que merezco.
Siendo otra muerte agregada a mi lista cuando me gusta hacerlo. Cuando todos aquí tenemos diferentes motivos. Cuando uno de los mio es una forma de liberarme del odio.
Nadie conoce mi pasado, ante los ojos del equipo, de Caston solo soy una asesina.
—Retirate Nea, bien hecho —resuena la voz de mi mentor en mi oído— Suerte.
—Gracias por todo Caston —le respondo sincera y ocultando mi arma me doy la vuelta.
...
Gano lo suficiente, sin embargo me gusta ser reservada, desapercibida al vivir en una posada del pueblo, con un precio barato por un pequeño cuarto.
Con mis llaves abro la puerta, me acostumbro a la campanita que suena al entrar y la cierro detrás de mi.
—Buenas noches Nea.
—Hola Elena —le respondo a la dueña, una anciana detrás del mostrador- ¿Noche difícil?
—Lo de siempre —le confieso mientras me acerco. Le he confiado al contarle sobre mi trabajo sin ella juzgar o aceptarme aquí apesar de todo.
Ella asiente y se agacha por unos segundos.
—Al fin libre Nea —al enderezarse veo en sus manos varias cartas— por cierto, te llegó esto, la primera carta que recibes.
Frunzo el ceño cuando me entrega un sobre en blanco. Lo reviso de ambos lados. No tiene de donde viene o quien la envía más que al frente escrito para Nea Baker.
—Gracias Elena, revisaré su contenido.
—¿Será de un familiar?
Me tenso de inmediato.
—No lo creo.
Me despido de ella y subo las escaleras en dirección a mi cuarto. No quiero interrogatorios cuando Elena cree que no tengo familia cuando un día solo llegó una "huérfana" a pedir asilo. Nunca lo conté la verdad, de que huía, sobre mi familia y desde entonces, no volvió a preguntar.
Cuando llego a la puerta, la abro con otra llave. La empujo adentrándome y cierro la puerta con mi pie sin dejar de visualizar el sobre.
Avanzo hasta la cama, dejo el sobre a un lado y me quito mi chaqueta lanzandola sobre la almohada.
—Veamos —suspiro y agarro el sobre. Con cuidado lo abro sacando una hoja doblada. Conozco la letra de fina cursiva. En efecto, es enviada para mi al comenzar a leer:
Querida Nea:
Con los años nos hemos distanciado, lamento mi ausencia y demora en buscarte pero no dejan de haber complicaciones que me dificultan poder salir. Te he pensado, extrañado y como mi única hija, me concierne decirte que necesito tú ayuda. Eres la única que puede venir, estas preparada. Lamentablemente no cuento con mucho tiempo, mi problema; mi enfermedad me esta agotando considerablemente. Te pido venir a Neevil, lo más pronto posible. Tan cercano en donde te encuentras, afuera de Valoltli. Te suplico buscarme.
Al terminar de leer la carta, tengo que releer dos veces la firma de quien la envía. Un nombre que no creí más saber de él.
—Jhony Baker —repito con recelo, hago la hoja bolita y la lanzo a una esquina de la pared. Niego y me dejo caer de espaldas sobre la cama- Ya no me consideres tú hija, papá.
Sin embargo, después de tanto años pienso en él y su carta me deja con una pizca de intriga.
Al día siguiente...
Camino por el parque, el frío invernal golpea mi rostro, el viento mueve un poco mi cabello al llevarlo suelto. Con mis manos en los bolsillos de mi abrigo me dirijo de regreso a la posada después de salir muy temprano al mismo lugar de siempre donde recibo mi parte del pago por mi último trabajo y una carta de Caston justamente una tarjeta de "Cuidate Nea y regresa cuando quieras" con otro sobre de dinero extra.
Sin embargo, no puedo evitar ver a ambos lados y más después de la dichosa carta de Jhony Baker que extrañamente no encontré hoy por la mañana. No hoja, no sobre más el recuerdo fue tan real que Elena me asegura su veracidad. Más no me explico como desapareció y empeora mi inquietud cuando no sé quien la trajo hasta aquí, descarto a quien suele ser mi padre, por la carta, en su condición es imposible, más considero que contrató a alguien. Lo que me hace pensar ¿A quien? ¿Cómo me encontró?
Veo hacia atrás y al regresar la vista al frente choco con una persona, una mujer que se queja y retrocede.
—Lo siento, estaba distraída —le digo rápidamente.
Ella baja su mano de su rostro
—No te preocupes, fue un... —abre los ojos sorprendida al verme— ¡¿Nea?! ¡No puedo creer que seas tú —en segundos sonríe— ¿Me recuerdas?
La escaneo de pies a cabeza, chica joven, cabello castaño ondulado, ojos avellana, tez clara, delgada.
—Carolina -inquiero anonadada de verla justamente aquí—. Mirate, han pasado años, la última vez que nos vimos fue desde... —guardo silencio al recordar ese mal día.
Su sonrisa se borra y su mirada transmite tristeza.
—Desde la muerte de Jhon.
Paso saliva.
Sigo sin superar la muerte de mi único hermano mayor desde hace cinco años. Tuvo una muerte espontánea o tal vez no estaba preparada para perderlo. Nadie lo está.
—Si, desde el funeral —carraspeo al sentir el nudo presente en mi garganta.
—¿Cómo estás?
—Sobreviviendo —mi vista viaja a un pequeño detrás de ella, oculto más se asoma un poco al inclinar la cabeza. Reconozco ese color de cabello blanco, herencia de mi hermano, de cada Baker. —Hola Joan, soy yo, Nea.
—Hijo, háblale a tu tía Nea —le pide Carolina. Con delicadeza lo agarra de la mano y lo sitúa adelante de ella. Joan de altura roza hasta su cintura. El mismo parecido a su padre más heredó los ojos avellana de su madre.
—Hola —responde con timidez.
Le sonrio y me agacho a su altura.
—Cuanto haz crecido, eres igual a él. —Me obligo a no tocarlo cuando le soy una desconocida —¿Seis años?— me levanto y recibo el asentimiento de Carolina.
No solo perdí a mi hermano, Carolina un esposo a quien amo y Joan a su padre siendo apenas un bebé de 1 año. De hecho desconozco si conoce de él.
—¿Le haz hablado de Jhon? —le pregunto y vuelvo a ocultar mis manos en mis bolsillos.
—Si, lo conoce por fotos. Joan sabe quien fue su padre.
—Mami —él jala su abrigo café— ¿nos vamos?
—Espera Joan —Carolina regresa la vista en mi—. Nea, el destino me hizo cruzar contigo después de tanto tiempo y no sabes lo que agradezco. Años atrás, te busqué pero después de ese día, te fuiste y te perdí la pista.
—Necesitaba alejarme Caro.
Ella asiente.
—¿Tienes tiempo para hablar más a fondo? Necesito contarte algo importante, la razón por la que he buscado a los Baker.
Asiento y comenzamos a caminar.
Escuchar el Baker no me gusta y más porque por mala suerte, somos su sangre.
—No he dejado de buscar a tú padre.
—Jhony —la interrumpo— solo así.
Caro asiente, sin soltar de la mano a Joan que juega con una piedra en el suelo.
—He tratado de dar con él pero parece desaparecido. Necesito encontrarlo.
—¿Por qué? No estuvo presente en el funeral de Jhon, nunca le importamos. Entre más lejos de nosotros, mejor.
—Joan merece conocerlo y él a su nieto. Es su única familia, sabés que mis padres murieron hace 10 años, siendo hija única solo tengo a mi propio hijo y a la familia de Jhon.
—Considerame, pero no a él.
Las dos guardamos silencio, noto su mirada de reojo.
—¿Lo sigues odiando?
—No es el padre que quería tener —me encojo de hombros— Intentaba una mejor relación con él por Jhon pero ahora sin mi hermano —suspiro— para mi Jhony también esta muerto.
—No digas eso Nea, puede ser cierto.
—No Caro, no lo está —hago una corta pausa. La piedra de Joan cae cerca de mis pies, levanto mi mano, muevo mis dedos y gracias al viento la piedra cae a sus pies y vuelve a patearla. —Ayer recibí una carta suya. Quiere verme, quiere que lo busque en Neevil, creo que esta enfermo, grave para pedirme con urgencia vernos. Lo conozco y solo me busca si necesita algo.
—Nea, no conocí mucho a tu padre... a Jhony pero algo así es preocupante ¿Y si esta muy enfermó? Si quiere... despedirse.
Me encojo de hombros.
Me extraña de él porque no solía ser alguien que se enfermara. De hecho recuerdo de niña nunca verlo mal, con síntomas de salud cuando me parecía ver que nunca envejecia. Era el más saludable que mi madre Everit. Ella murió de cáncer cuando tenía 10 años y Jhon 13.
—No lo sé Caro, lo extraño es que la carta desapareció.
—¿Qué? ¿Como por arte de magia? —se burla. Recibe mi mala mirada.
—Exacto. Además no conozco Neevil, no sé donde es exactamente. La carta especifica fuera de Valoltli.
—Pero tienes su dirección, sabés donde ir a buscarlo —su mano en mi brazo me hace detener al mismo tiempo que ella—. Yo necesito hablar con él, tengo preguntas y algo que le pertenece —Caro busca en su bolsa, se las ingenua al sostener la mano de Joan con fuerza hasta que me muestra una llave de casi 5cm, rara y antigua —Esta llave me la dio Jhon la última vez que lo vi, me pidió ocultarla que le pertenecía a su padre, que el sabia su uso pero lo que más me inquietó era que con la llave iba a encontrar respuestas para Joan. Por eso quiero verlo, darle su llave y me cuente a que su hijo se refería.
Le arrebato la llave, la reviso con atención.
—No tengo la menor idea, Jhon nunca me contó nada de esta llave —se la vuelvo a entregar—. Parece que abre un baúl, armario o una clase de caja.
Carolina la vuelve a guardar en su lugar.
—¿Vienes conmigo a Neevil? —niego— Nea por favor, tú vez a tú padre, hablas con él y se reconcilian y yo le entrego la llave, le pregunto sobre Joan y él conoce a su abuelo.
Lo dudo, me niego sin embargo mi vista erróneamente se posa en Joan al verme y me sonríe con inocencia.
—Bien, enfrentemos a Jhony Baker —finalizo ganándome la amplia sonrisa de Carolina.
Fue apresurado al salirme de la posada sin darle una explicación extensa y veredictoria a Elena más un agradecimiento.
Cuando en este momento, conduzco el auto de Carolina, ella a mi lado con Joan atrás, por el espejo lo veo jugar con dos carritos que chocan constamente.
—No encuentro Neevil en el mapa. Ni en Google. No hay resultados ¿estás segura que esa es la dirección?
Giro a verla al escucharla.
Carolina presiona con su dedo su celular varias veces.
—Si, él está en Neevil aunque suene tan extraño —regreso la vista en la carretera—. Sigue buscando, sus mapas no deben estar actualizados.
Caro bufa y asiente.
—Debimos comprar esos mapas de antes. Tal vez Neevil es más antiguo.
Esta vez no le respondo aunque me hace extraño cuando nunca escuché sobre Neevil sin embargo siento que ya lo conozco. Una parte de mi realmente si quiere ir ahí desde que lo leí en la carta.
(...)
Bostezo, el cansancio de conducir por horas me esta sobrepasando. El camino es menos aburrido al hablar con Caro, ella con Joan porque me diriji a él y ciertas veces me respondió y otras se ocultó en el asiento sin verlo.
Soy consciente en que algo le fallé a mi hermano. Dejé sola a Carolina con mi sobrino siendo parte de mi familia.
—Entonces, ¿estuviste todos estos años en Valoltli?
—Si, fue el único lugar que me gustó para...
—¿Ocultarte?
—Huir de todo —hago una corta pausa—¿Y tú? ¿Qué los hizo parar en Valoltli si estabas en Sherville?
—Tú. La verdad no pensé encontrarte pero creí que debías estar cerca, Cole me contó que la última vez que te vio le comentaste sobre irte lejos, recordó que una vez Jhon habló de ese lugar.
—Cole, que traicionero —pienso en un viejo amigo de mi infancia—. Aquí vivió nuestra madre por años hasta que Jhony se cruzó con ella y se la llevó a Esmeralty para formar una familia que no supo mantener unida.
De soslayo la veo girar a verme y asentir.
—Pause mi busqueda, me quedé en Sherville cuando encontré un trabajo además quería la estabilidad de Joan por un tiempo pero ahora me urgió volver a intentar buscarte. Crei que si sabia de ti, me ayudarías a encontrar a tú padre y vez que no me equivoqué.
—Mera coincidencia.
—¿Destino?
Bufo y niego.
Carolina gira a ver hacia la ventana.
—Ya pasamos Valoltli, estamos a las afueras ¿Dónde esta el letrero de Neevil?
Me encojo de hombros y sigo conduciendo.
—¿Tú debes ser Nea Baker? —una sombra apareció frente a mi sin distinguir su rostro. Por mi baja estatura de 12 años, me pareció tan intimidante por su alta altura. Estaba sentada desde el suelo al haberme caído de la bici.
—¿Quién pregunta? ¿Quién eres?
—Esa es mucha sangre —me respondió ignorando mis preguntas al notar la herida en mi rodilla. —Nea, Nea, Nea, nunca te cruzaste conmigo. Nunca me conociste.
Él se inclinó, me perdí en la oscuridad de sus ojos.
No obstante el grito de Jhon me hizo regresar a la realidad. Reaccione sin ver esa sombra al estar sola y cuando desvíe la vista, vi a mi hermano correr y llegar hasta mi con un mechón de su cabello blanco en su frente bajo una capa de sudor.
—Vas a estar bien Nea, aquí estoy, hermanita.
—¡NEA!
Un grito me regresa a la realidad.
Desorientada trato de mantener el auto sin embargo por un impacto logro perder el control. Sujeto con fuerza el volante, escucho el grito de Caro mezclado con el llanto de Joan en el momento que el auto da vueltas una, dos, tres veces hasta detenerse.
Pestañeo varias veces, siento un liquido caliente bajar por mi frente. Me reviso y compruebo que es sangre.
Ignoro mi golpe o herida cuando un nombre invade mi mente.
—Joan —pronuncio y reviso el asiento de atrás. Él se encuentra pegado a su asiento, al descubrir su rostro con sus manos no noto ningún golpe más esta asustado —¿estás bien? —asiente y regreso mi vista en Carolina—. Caro...
—Auch -se queja y toca su frente. Tiene una herida cerca de su ceja y al levantar su brazo otra herida en su antebrazo —Hijo ¡¿Joan?! —se voltea apesar del dolor.
—Estoy bien mami, sobrevivimos.
Giro a verlo, su mirada esta fija en mi.
—Sobrevivimos —repito y suspiro. Regreso la vista al frente—. Salgamos del auto.
Empujo la puerta, salgo y me sostengo para rodearlo. Soy más rápida que Caro al abrir la puerta de atrás y sacar a Joan.
—Mi niño —al estar fuera, Carolina lo abraza y lo vuelve a revisar—. Gracias a Dios.
Dejo de prestarles atención, veo el auto, es un desastre, quedó inservible. Reviso mi celular al sacarlo de mi bolsillo, la pantalla quedó rota y no enciende.
—Sin comunicación, tenemos que seguir a pie -veo a mi alrededor. No hay más carretera más que un extenso bosque, debimos caer colina abajo.
—Mi celular salió volando —la voz de Caro me hace girar a verla nuevamente— ¿qué hacemos?
—Seguir y pedir ayuda. Vamos.
Ella asiente y con una mueca agarra de la mano a Joan. Comenzamos a avanzar sin dirección hacia arriba esperando ver otra vez la carretera.
—Tienes sangre mami ¿te curo?
—Joan no ahora, mami es fuerte.
Al ver hacia atrás, ella me regala una sonrisa, veo a Joan, hay algo en él que me parece familiar dejando a un lado que es mi sobrino y regreso la vista al frente atenta en el camino.
...
—Nea ¡Nea!
—¿Qué? —resoplo y me doy la vuelta. Estoy cansada, molesta, sedienta y harta de no encontrar la carretera.
—Nos perdimos en el bosque.
—No, siempre hay una salida.
Carolina lleva cargando a Joan dormido entre sus brazos, lo que me extraña es ver su herida sanada.
Estoy por preguntarle al respecto cuando escucho ruido, pisadas cerca y al girarme veo una silueta.
—¿Hola? ¿Quién anda ahí?
—¡Ayuda! —le grita Caro—. Por aquí.
Entonces esa persona se deja ver. A simple vista parece una mujer joven, delgada, luce un vestido negro, largo haraposo, tez clara de cabello blanco por completo, cada hebra ondulado.
—Parecen pérdidas —coloca sus manos en su cintura. Rápido le doy un vistazo a su collar de estrella de cinco picos en su cuello descubierto. —Soy Ren.
—¿Qué clase de nombre es ese? —espeto a la defensiva. Su presencia alerta mis sentidos.
—El nombre que me gusta cuando se refieren a mi —nos sonríe— puedo ayudarles. Se ven muy mal.
—Soy Carolina, él Joan mi hijo y ella mi cuñada Nea. Tuvimos un accidente y no encontramos la carretera. Vamos a Neevil.
Ríe con burla.
—Lo siento, no están tan lejos. Yo vivo ahí. Síganme, yo puedo llevarlas a su destino.
—No confiamos en desconocidas, gracias, te puedes ir.
—Que peculiar humor Nea —ninguna deja de verse a los ojos hasta que Caro me hace apartar la vista al sostener mi brazo.
—No me quedaré aquí esperando a que se haga de noche. No expondré más a mi hijo, necesitamos un lugar seguro Nea.
Quiero contradecirla pero tiene razón.
—Bien —poso la vista en Ren— ¿Por dónde?
Por un instante, la veo sonreir con malicia.
...
—Suban
—¿A eso? —señalo la carroza jalada por dos caballos— ¿En qué siglo vives?
—Nea.
Carolina pasa por mi lado y es la primera en subir con un Joan recién despierto.
Bufo y la sigo mientras Rea se sube hasta adelante y comienza a andar.
—No había carretera, que causalidad que justo ella la encontró muy rápido —digo al acomodarme en mi lugar y ne asomo por la ventana—. No veo autos pasar y desconozco este punto.
—Mami, tengo miedo.
—Tranquilo Joan, nada te pasará. Tu tía Nea es muy exagerada —giro a verla con una mala mirada— No lo asustes cuando tú causaste esto.
—Ya te dije que no sé que me pasó. Simple desconcentracion.
—Que casi nos cuesta la vida.
La ignoro y enfoco la vista en Joan.
—No dejes que el miedo te venza. Solo te hace sentirte vulnerable, frágil a lo que te expones. No dejes que el miedo se alimente de ti.
Él asiente y el resto del camino los tres guardamos silencio.
No quise contarle a Carolina de esos fragmentos fugaces que suelo tener desde niña, como si fueran recuerdos ya vividos. Dormida o despierta suceden sin evitarlo y entender.
Transcurridos largos minutos, de pronto la carroza se detiene. Y en pocos segundos Ren abre la puerta.
—Aquí estamos, Bienvenidas a Neevil.
Se aparta sin ocultar su sonrisa.
Soy la primera en salir, me apoyo del filo de la puerta para bajar, doy un brinco cuando mis pies tocan suelo y hago una mueca al sentir dolor en mi dedo y al verlo tengo una gota de sangre que me encargo de lamer y después veo al frente.
Neevil parece un pueblo fantasma, antiguo y pequeño cuando las calles son rocosas y solitarias. Las casas chicas, todas con las ventanas cubiertas con tablas de madera.
—Ven con mami, hijo.
Veo a Carolina situarse a mi lado con Joan. Él se queja y le muestra su mano. Tiene la misma gota de sangre en su dedo.
—No es nada cielo, estaremos bien —ella besa su frente y se gira hacia mi sin soltar su mano. Tengo que pestañear varias veces al ver una cruz plasmada en su frente —¿Nea estás bien?
—¿Qué hay en tú frente? —le apunto.
—¿De qué cosa hablas? ¿Qué tengo? —se toca a si misma. Al bajar su mano, no veo esa marca.
—Olvidalo —bajo mi brazo confundida- Rea ¿qué clase de lugar es Neevil? —me doy la vuelta al no recibir respuesta y extrañamente ni ella, ni la carroza estan.
—¿En qué momento se fue que no nos dimos cuenta? No nos dio la oportunidad de agradecerle.
Doy un paso adelante y regreso la vista en Carolina.
—Vámonos, no me gusta este lugar y no es por miedo, es... raro. Tengo un mal presentimiento.
—Nea, ya estamos aquí. A lo que vinimos. Vamos a preguntar por tu padre y después de resolver el pendiente, nos vamos ¿De acuerdo? —ella comienza a avanzar— antes de que se haga de noche.
—Caro, espera, no sigas —insisto al verla alejarse.
De mi parte inmóvil en mi lugar sin dejar de ver alrededor.
No me gusta Neevil cuando es desconocido, percibo un ambiente tenso, abrumador y tenebroso.
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Nota de escritora:
Hola, aquí Mary con el primer capítulo de esta nueva historia. Es el comienzo, cada vez se van a descubrir cosas y se pondrá emocionante. Espero les haya gustado, se queden a leer cada capítulo y cuente con su apoyo.
En cada capítulo habrá una frase al inicio creada por su servidora referente a cada capítulo. El Draven Villeel es un autor inventado por mi e importante para esta historia, ya verán cuando lo conozcan dentro de la historia 🙊✨⚓⚰️🍷
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