Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35

pov's kim jennie

Mamá se había ido. Era como el dicho, «Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta.» Ante la soledad que nos vimos presente, fuí empujada dentro de mi hogar a la fuerza, la puerta fue cerrada atrás y mi maleta cayó al suelo, casi regando las prendas por toda la entrada. Sorprendida observé frente a mi a la Señora Manoban, quien parecía ansiosa de llevar a cabo su cometido, cuando tuvo sus manos libres no dudó en sujetar mi cintura para así besarme contra la puerta.

Es, sin duda, un acto de poca moralidad. Pues nunca lo hemos hecho en mi casa, era prohibido. Ahora al parecer ya no hay límites éticos.

Nuestros labios se unían a cada instante como acto del pecado, disfrutaba de sus respiraciones pausadas y manos traviesas. Viajaba dentro de mi polera para sentir más de mi piel a cada segundo, acariciando lo expuesta que estaba, continuó su camino de besos al separarse por falta de aire, iba desde mi cuello hasta el famoso monte de mis pechos. Jadeé llena de placer cuando tomo uno entre sus dedos y lo apretó con salvajismo, sin llegar a ser extremadamente doloroso..

— A-Ah, Señora Manoban... — suspiré, drogada sin ninguna sustancia más que su colonia — Si mi madre llega a volver...

— Jennie, solo disfruta del momento. — mascullo, quitándome la polera y el sostén con rapidez, no pude negarme, porque al instante ya sentía sus labios en mis pezones. Me estremecí, inevitablemente me hallaba nerviosa pero excitada — Vamos a tu recámara.

— P-Pero...

— ¿Habrá un 'pero', para todo lo que digo? — molesta sujetó con fuerza mi cuerpo contra el suyo, yo, no deseando hacerla enojar sólo negué a sus palabras, cumpliendo con lo que pedía.

Fuimos a mi habitación, choqué contra la cama mientras ella dejaba las maletas a un costado en el suelo. Más tarde mi pantalón fue quitado conjunto todo lo que había en mi cuerpo. Estando ahí, completamente expuesta ante ella, me replantee si de verdad quería tener sexo. Pero tenía conciencia que al negarme estaría trayendo su enojo, y por lo tanto, gritos que me harían llorar. Tuve la mala suerte de que, mientras saboreaba la piel de mi abdomen con sus dulces labios, al subir la vista notó mi preocupación.

— ¿Qué sucede? — me dio su atención, ya no llevaba nada en la parte de arriba, mostraba su piel — Jennie — me apresuró, por negarme a hablar.

— Yo... no sé si quiera hacerlo ahora. — confesé — Aún soy menor, podría meterse en problemas...

— ¿Ahora piensas en eso? Luego de haberme seducido como una puta. — sus palabras denotaban furia contenida — ¡Eso es lo que eres, ¿No?! ¡Una puta como tu madre!

— N-No. — negué, rehusandome a seguir escuchándola, cubrí mi cuerpo con mis manos e intente apartarme.

Pero me atrapó, entre sus fuertes brazos me ví encarcelada, su mano tomó mechones de mi cabello mientras a la fuerza quería que actuará a su favor. Tenía miedo.

— Si no lo haces ahora, entonces el video del elevador será mostrado ante... adivina, toda tu maldita familia. — jaló más fuerte, acercándome a su rostro — ¿Y qué dirían ellos? Oh, tal vez algo como: 'Jennie es tan zorra, metiéndose con la mujer de su madre...' ¡Já! Todos te odiarán más que ahora.

Fue imposible que lo que tanto decía no llegará a dolerme, lágrimas llenas de tristeza recorrían mis mejillas. Quería poder ignorarla, poder huir de esto y decir que ya superé mi necesidad de atención constante, pero sería una mentira para mi misma. Quiero que me ame, que me necesite, y que se sienta orgullosa de mi. Quiero, de todas formas, hacerla sentir bien. Por ello continúe con ese acto morboso, estando asqueada de todo mi ser, permití algo tan bajo como entregarle mi tan llamada 'virginidad.'

Fui llamada repetidamente 'puta' mientras sus gemidos los callaba entre los besos que me daba. Ahogue un grito de dolor al ser penetrada por primera vez, mordí su hombro y ella lo disfrutó.

Era bastante enferma.

— Te amo, Jennie. — gimió, saboreando mi piel y esencia virginal — Tanto que quiero tenerte solo para mi. Tanto que odio imaginarte con otras mujeres o hombres. Tanto que mataria para solo ser yo dueña de tus suspiros. ¿Lo sabes? Nunca nadie más podrá tener tu amor, únicamente yo. ¿Verdad? ¡¿Verdad?! — gritó.

— S-Sí. — asentí, acorralada. La desesperación formaba parte de mi rostro.

Puede que, hoy y mañana, sean días donde deba adaptarme a esta faseta de ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro