25
pov's omnisciente
Con sus pasos completamente calculados, la mujer de tez blanca pasa el pasillo hasta llegar al cuarto asignado, su oficina. Abrió la puerta con tranquilidad, llevando un portafolio en la mano contraria, sus ojos observaron a la persona que estaba sentada frente a su escritorio, esperando a que llegará. Sonrió mientras se acercaba, rodeó la mesa y dejó el artefacto sobre esta, el individuo se levantó de la silla para saludar a la abogada que recién llegaba.
— Señora Manoban, es un gusto al fin conocerla. — sus manos fueron estrechadas antes de sentarse.
— Igualmente, Señor Kim. Mi asistente me habló de usted, mencionó algo sobre una demanda hacia sus jefes, ¿Podría detallarme de que se trata más específicamente?
— Por favor, solo llámeme Taehyung, sin formalidades.
— Entonces refiérase a mi solo como Lalisa, Tae ¿Le puedo decir así?
— Por supuesto.
— Entonces comencemos, Tae — la sonrisa arrogante que sus labios formaban no causaban desconfianza en el hombre, su total confianza estaba en ella.
Sin saber que caía en la boca del enemigo.
( ... )
Mina suspiró, dejándose caer sobre el asiento de copiloto. Su trabajo como estilista para un pequeño grupo de idols la tenía exhausta la mayor parte del tiempo, agradecía no tener que acompañarlos en las giras, de lo contrario a penas tendría tiempo para respirar. Aún así, se sentía cansada a la hora de ir a casa, para su suerte tenía una amable 'vecina.' que la buscaba sin el más mínimo problema. Observó el interior del vehículo, todo ahí olía a ella, una mezcla de colonia y café.
— Tú auto es lindo. — alagó.
— Mina es más linda. — sus labios se posaron en los de ella, dándole pequeños besos que no pudo negar de ningúna forma. Sonrió en medio de estos. — ¿Cómo estuvo el trabajo hoy?
— Ya sabes, cansador. — levantó sus hombros para luego pasar el cinturón de seguridad sobre su cuerpo. Manoban aceleró, comenzando su camino al edificio — ¿Y tú?
— Hoy tuve un nuevo cliente, estará haciendo una demanda a sus jefes. Tendré que pasar toda la noche leyendo los contratos anuales que firmó, y todas esas mierdas.
— ¿No vendrás, entonces? — en su rostro se formo una mueca al saber que su amante no estaría con ella esa noche.
— No, lo siento linda. — sin despegar su vista del camino paso su mano por un costado para tomar la de ella, entrelazandola.
— Me siento algo sola en el departamento sin... Jennie. — admitió, dudando de si decir el nombre de su propia hija, Lisa se tenso en su lugar — Me pregunto si sigue enojada conmigo, ya pasaron unos días desde que se fugó y todo el escándalo, su abuela dice que es algo distante con ella...
Lisa sabía más que bien todos los detalles, pasaron exactamente tres días desde que 'discutió.' e hizo las 'pases.' con Jennie bajo la lluvia. La tenía sobre la palma de su mano, los adolescentes eran más fáciles de leer que cualquier otra cosa, todos sus pensamientos estaban al descubierto frente a ella.
— Pero tenerla lejos es lo mejor, no me gustaría verla herida por lo nuestro. — contradijo la pelinegra — Lo importante es que ella esté bien, y su abuela la debe tratar como se lo merece, ¿Cierto?
— Bueno... ellas nunca se llevaron mucho, la madre de Taehyung siempre fue muy estricta en todo, y Jennie es muy vulnerable, ante su más mínimo regaño ella lloraba. Que estén las dos juntas es... algo peligroso.
Con precaución estacionó el auto, quedó en silencio unos segundos hasta que giró para observarla.
— ¿No pensaste en llamarla?
— Seguro me odia. — negó.
— Ella no te odia, cariño. Eres su madre, jamás podría odiarte.
— ¿Crees que debería hablarle?
— Por supuesto. — asintió.
— Entonces lo haré. — decidida quitó el cinturón de seguridad para avanlanzarse a los brazos de su amante, tomándola por sorpresa ― Gracias por escucharme. — besó por última vez sus labios antes de volver a su lugar para asi abrir la puerta del vehículo — Te espero en el ascensor.
— Bien.
Mina salió, tomando su bolso de mano, sin percatarse que al hacer un mechón de su castaño cabello hacia atrás, su pendiente cayó sobre el asiento. Lisa al verlo intento llamarla para dárselo, pero la puerta ya había sido cerrada. Observó con atención el adornó, brilloso, parecía hasta costoso. Lleno de una falsa inocencia lo dejo atrás del asiento, con una sonrisa en sus labios. Esta vez bajó, caminando hacia donde la mujer la esperaba, esta tocó su lóbulo con preocupación.
— ¿Has visto mi pendiente?
— ¿Ah? No, no lo ví — negó al entrar, presionando el mismo botón de siempre — Puede que lo hayas perdido en la empresa.
— Ahg, soy una idiota. Ese pendiente fue un regalo de Taehyung, era importante...
— Ya lo encontrarás.
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