Llego el sol a resplandecer aquella ciudad, despertando a aquellos que la luz les llega, entre esas personas esta aquel chico de piel canela suave y cabello castaño despeinado.

Otra mañana más, otro día más, otro día para comenzar la semana, otro día más para comenzar la jornada de trabajo y estudios.

Aquel castaño al sentir un brillo pasar por sus ojos cerrados sin quitarse decidió abrirlos poco a poco, pero con molestia por la luz que no lo dejaba ver la habitación. Una vez se acostumbró por la luz se levantó para revisar la hora, 8:30 a.m., era momento de levantarse para ir a la preparatoria y ver a su pareja. Ya levantado y algo despierto fue comenzando su jornada de todas las mañanas.

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Al llegar a tener todo listo en su mochila al igual que su uniforme ya listo y colocado en el fue a su destino, la escuela.

Durante el camino sólo pensaba en que haría para volver a hablar con su pareja que lo llevaba ignorando por varios días, entonces se le ocurrió.

Dejar que lo toque

Sacudió su cabeza para poder perder ese pensamiento de su mente, no haría semejante cosa solo por complacer a su pareja, ni siquiera si el no quería, solo sería una tontería de él por dejarse tocar solo por alguien que ni lo quiere valor.

Pero lo ama y mucho, haría cualquier cosa por el... entonces....