El castaño ya había llegado hacia la mansión donde habitaba el Albino, tocó el timbre para que este comenzara a sonar una voz conocida por el castaño.

-Buenas tardes, se le puede ofrecer algo? —

-Buenas tardes, vengo a ver al joven Gold Golden—

-A nombre de quien? —

-Freddy Fazbear, su mejor amigo—

-En un momento se le abrirá las puertas—

Cuando se oyó que colgaron pudo observar que las rejas de fierro grueso color dorado, se abrían lentamente para darle paso y entrar sin problemas, eso fue lo que hizo.

Al entrar y dejar que las rejas se cerraran otra vez pudo divisar lo mismo que veía cada que visitaba la mansión. Por donde pisaba era el camino de cera color amarillo suave que lo llevan directo a la puerta de la mansión, en los costados de este estaba el césped recién cortado mientras tenía plantada ciertas flores de color blanco y rojo, que eran delicadamente protegidas por piedras al rededor mientras que en unas pequeñas áreas había fuentes de cascada de piedra en forma de ciertas personas del árbol familiar Golden, daba un toque hermoso y relajante.

El castaño iba observando los alrededores mientras iba caminando por el camino recientemente dicho, a él le encantaba, le trae recuerdos de él y su novio jugar por esas áreas cuando comenzaban su relación a los 3 meses, son unos hermosos recuerdos que el castaño aún recuerda y nunca olvidó.

Al llegar a donde se ubicaba su destino dio dos golpes de manera suave en aquella puerta de color blanco con perillas doradas bien pulidas y esperar a que le abrieran, lo cual, no tardó mucho.

La puerta se abrió, dejando divisar a un señor que le calculaban unos 20 o 30 años de edad, portaba un smoking con corbata rosa que es igual al color de su bien peinado cabello, lo miro de manera seria pero resaltando su elegancia, abrió completamente la puerta para poder dejar paso al castaño a lo que él hizo.

-Buenas tardes señor Fazbear, el joven Gold está en su alcoba, gusta que lo acompañe?—

-No es necesario, gracias, ya se donde es—

-Entonces con su permiso me retiro —

El peli-Rosa como digo, se fue hacia cierta alcoba que el castaño sabía de quién era, pero él no le dio importancia eso. Comenzó sus pasos hacia las grandes escaleras de barandal dorado también pulido, al comenzar a subir pudo divisar la alcoba de su amado a medio abrir, no le importó y siguió su camino hacia la alcoba de su mejor amigo.

Cada paso se escuchaba, aún llevando tenis, la plantilla se podía escuchar haciendo también eco por tener él área desolada, no había nadie más que las mucamas limpiando algo de polvo que aparecía por algunas esculturas de la planta baja.

Al llegar vio que la puerta de color blanco estaba cerrada por lo que tocó y en esta se escuchó un "pase", solo tomó la perilla, girarla y empujarla para divisar la habitación blanca de su mejor amigo, mientras que él estaba en su silla de las que giran, cerca de su escritorio café oscuro checando papeles que eran los que su abuelo le entregó, pero dejó eso de lado al voltear su silla y ver al castaño.

-Hola Freddy, que es lo qué pasó? — dijo el albino levantándose de su asiento de manera tranquila para ir hacia el castaño abrazarlo y besarlo en cachete como saludo cortes, el castaño igual lo beso en el cachete.

-Golden.... volvimos a tener una cita, pero pasó otra vez.... esta vez fue el cine —

Gold sabía lo enfermo que podía llegar a ser su hermano, respetaba eso, pero lo que no toleraba era que lastimara a su amor platónico, su mejor amigo.

-No te hizo ningún daño?—

-No... porque yo... no quise y al final él se enojó y ahora.....ya no me habla—

El castaño comenzó a llorar más tapándose la cara con sus dos manos tratando de que el albino no lo viera llorar, odiaba que otros lo vieran llorar.

El albino sabía eso, pero esta vez no lo iba a dejar solo. Tomo ambas manos entre las suyas pero desde la muñeca y pudo visualizar unos ojos rojos pero con pupilas brillantes azul marino a tonos más claros, lágrimas pasaban por las orillas del ojo mientras hacían un lago por sus mejillas hasta el mentón y de ahí caían como pequeñas gotas hacia la camiseta. Esto fue lo que le partió el corazón al albino, tenía ganas de besarlo mas decirle que todo estará bien y que él lo protegería.

Pero sabe que eso sería peor ante la situación, más el saber que su hermano era también muy posesivo por el castaño.

Termino con darle un abrazo rodeando su cintura mientras su nariz estaba cerca del cuello del castaño, olía a lavanda, era el aroma adecuado para alguien delicado como el, alguien tierno, alguien amable, alguien perfecto.

El castaño tomó eso de sorpresa, posteriormente, el albino es de aquellas personas frías y directas que capaz y nadie quisiera hablar, pero con el castaño es diferente, con él ah sido muy cariñoso, amable, simpático, incluso a él es a quien solamente le muestra una que otra sonrisa sincera. Al principio lo veía alguien igual a cualquier persona, pero verlo hablar muy seguido con su hermano hizo cambiar su forma de pensar de él.

El castaño después de aquella sorpresa tras los 5 segundos le correspondió abrazándolo por debajo de sus brazos. El albino no quería ni soltarlo, era muy cálido, muy dulce, quería besarlo directamente y decirle que lo ama, que él es quien quiere estar en su corazón y no el de su hermano, pero solo le dio un beso él su nuca, cosa que provoco una pequeña risita hacia el chico que le dio el beso, encontró un lugar cosquilloso. Volvió a hacer la misma acción una y otra haciendo reír a carcajadas al de piel morena.

-Para! Jajajaja me da cosquillas ahí jajaja —

-Nah—

Continuó y siguió sin parar hasta que comenzó a darle besos por la frente, luego la nariz, hasta que llegó a la boca. Se alejó y fue a los cachetes, solo dio un beso ahí y se alejó de su cara. El castaño lo vio con sus ojos menos rojos, pero aún con un brillo en los ojos, incluso más brillantes que antes, sus mejillas canela estaban con un poco de color rojo. Se visualizaba que quería seguir con los besos, pero no podía, estaba con Golden, lo ama y no lo quiere dejar.

¿Que haría entonces?