*El ascenso de una estrella al trono*

*Cuatro años y dos meses antes, (Melien)

El comedor estaba ubicado en uno de los pisos más altos del rascacielos de la empresa de su abuelo, había enormes ventanales que permitían ver a la ciudad que se encontraba debajo. El lugar era bastante elegante, por todos lados se podía ver la palabra "caro" marcada en cada cosa que adornaba la estancia, los jarrones de porcelana fina, los manteles de seda blanca con bordados de oro, las sillas tapizadas, los cubiertos de plata, los postres y comida que solo ciertas personas podían comprar... En fin, era un lugar para gente con dinero y Dahana lo sabía y también lo detestaba.

Cuando el abuelo hizo aparición ofreciendo una disculpa por su retraso todos los presentes tomaron asiento en la enorme mesa y comenzaron a degustar la variedad de platillos que talentosos cocineros había hecho especialmente para ellos.

Dahana se sentía incómoda entre esa gente, a pesar de que era su familia no tenía una buena relación con ninguno de ellos, los odiaba.

Sus tías vestían ostentosos vestidos que parecían querer dejar en claro que tenían dinero, mucho dinero, además miles de accesorios colgaban de sus cuellos, orejas y manos haciéndolas ver demasiado abarrotadas, su afán por presumir les quitaba el buen gusto. Por su parte sus tíos llevaban trajes hechos a la medida con insignias de sus medallas y premios que habían recibido a lo largo de su nefasta vida, al igual que sus esposas los caballeros lucían accesorios en oro y otros metales preciosos queriendo lucirse y destacar más que el resto. Sus primos y algunos sobrinos no se quedaban atrás, llevaban prendas de marcas caras y no perdían oportunidad para mostrar sus nuevas adquisiciones en tecnología, joyería y ropa, algunas de sus primas mostraban sus uñas con decorados en oro y diamante, y sus primos no paraban de charlar sobre su próximo destino turístico y su gran cantidad de seguidores en redes.

Dahana sabía que todos eran patéticos, hablaban de una fortuna que creían tener pero que no era ni remotamente suya, todo su poder y estatus se lo debían al abuelo, la familia no era nada sin él, bueno... Casi toda la familia, la madre de Dahana, Zelda, y ella misma habían trazado su ruta ganando lo que tenían a base de empeño y esfuerzo propio y no de alguien más.

-Su atención por favor.- El abuelo dio unos suaves toques con su tenedor a su copa de vidrio llamando la atención de toda su familia. -Hoy los he convocado para darles una notica, he decidido renunciar a mi puesto de líder de la UESI, como todos ya saben yo no era quién realizaba directamente esta acción sino que era mi hija Zelda, y yo renuncio porque ella igual ha decidido hacerlo por motivos personales.-

Los ojos de todos se posaron sobre Zelda, el hecho de que hubiese dejado un puesto tan elevado era conveniente para la mayoría, Dahana estaba segura de que pelearían por ocupar ese lugar costase lo que costase.

-¿Entonces vas a escoger a un sucesor?- Uno de los tíos de Dahana cruzó las manos sobre la mesa, realmente estaba interesado en esa noticia.

-Eso haré, por algo los llamé.- El abuelo sonrió de medio lado. -Adelante, escucho sus ideas, comentarios o cualquier cosa que deban decir para intentar obtener el puesto.-

Dahana clavó con fuerza su tenedor en el filete que le habían servido, realmente pensaba que ninguno de los presentes merecían ocupar aquel puesto ya que no harían nada por el bien de Melien, solo utilizarían su posición para su beneficio propio.

-Yo opino que merezco el puesto ya que como hermano mayor tengo más experiencia y...-

-No por tener mucha edad se tiene experiencia.- Dijo Dahana interrumpiendo al mayor de sus tíos quien le lanzó una mirada cargada de furia. -Mi madre es la menor de los hermanos y aún así fue una líder excelente, la organización creció bastante en la última década gracias a sus aportaciones, si usted quiere el puesto solo por la supuesta "experiencia" que dice tener realmente es lamentable, ya que para ser líder se necesita también una visión amplia, motivaciones, compromiso con los subordinados y la compañía, pero sobre todo la capacidad de aceptar que siempre se puede mejorar por el bien propio y colectivo.-

Hubo un pequeño momento de silencio, el tío de Dahana rabiaba y se aferraba con fuerza al mantel para no lanzarse sobre la joven quién seguía comiendo con total tranquilidad.

-Bueno, bueno...- Otro de sus tíos tomó la palabra. -Yo creo que el más capacitado después de Zelda soy yo, no solo por la experiencia que, sin duda alguna es indispensable.- Dijo esto mirando de reojo a Dahana quien soltó un suspiro pesado. -Sino porque trabajo actualmente en las fuerzas del ejército y creo que tengo lo indispensable para hacerme cargo de una compañía de asesinos de élite.-

-¿Indispensable cómo..?- Preguntó Dahana enredando su tenedor en los fideos.

-Manejo de armas, entrenamiento de defensa y ataque, capacidad de planeación, entrenamiento de supervivencia, resistencia, puntería, capacidad de liderazgo.-

-Eso puede obtenerlo cualquiera con el suficiente entrenamiento y compromiso, lo ideal para manejar una compañía de asesinos de élite es ser uno.- Dahana se cruzó de brazos sobre su asiento. -Lo indispensable no es eso que mencionaste, eso es lo básico, indispensable sería no titubear a la hora de matar, tener seguridad de no fallar, estar dispuesto a arriesgarse siempre, tener tenacidad y valor para hacer planes alocados, ser capaz de abandonar a otros y dejar de lado tu humanidad pero a la vez saber cuando ser empático, de igual manera tener una intuición bastante aguda para los planes y todo en general, además estar siempre preparado para una traición por parte de cualquier miembro, así mismo lo último y más elemental sería no depender de nadie.-

-Pero eso no sirve de nada si uno no sabe defenderse y manejar armas.- Replicó el hombre intentando mantener la calma, aquella chica quería provocarlo y él no iba a ceder.

-Y tampoco sirve saber manejar armas y no saber cuando usarlas.- Agregó Dahana en tono indiferente. -Puede que sepa usar una pistola pero si no sabe cuando es el momento adecuado para tirar del gatillo no sirve de nada, es como si le diéramos un arma a un niño, no podría hacer nada porque no sabe cuando es el momento para usarla.-

-Los niños no deben de tener armas, influye a que forjen un carácter violento y agresivo.- Una de las mujeres hizo una mueca. -¿O están diciendo lo contrario?-

-Las armas en sí no forjan un carácter, sino las situación y los mismos niños, estoy de acuerdo en que los menores no deben de portar un arma pero eso no significa que no sepan cuando usarla, debemos de enseñarles de todo, ya llegará el momento cuando sea necesario.- Dahana se metió un bocado de filete a la boca.

Las miradas de los presentas viajaban de Dahana hacía el abuelo y luego hacía el resto, todos estaban recordando el porqué odiaban tanto a esa chica, sin importar lo que dijeran ella siempre encontraba algo para debatirles.

-Mi turno.- Uno de los primos mayores levantó la mano. -Yo digo que el puesto podría ser mío ya que represento a la nueva generación con ideas novedosas y un carácter de acero que es justo lo que se necesita para esta organización, además también tengo lo básico que mencionó Dahana y algunas cualidades de lo indispensable.-

-¿Qué ideas tienes?- El abuelo removió su copa de vino antes de beber un sorbo. -Me encantaría escuchar alguna parte de la novedosa visión de la nueva generación.-

-Pues...- El joven sonrió. -Podríamos unir a todas las unidades de élite y volverlas una sola organización para tener un mejor control...-

-Las élites están separadas por el mejor control.- Dahana se sobó la cabeza. -Además la UESI y la UES son diferentes, una tiene permiso para operar a nivel internacional y la otra no, de igual manera la mayoría opera de manera más efectiva de forma separada ya que sus asesinas se desplazan en soledad.-

-Eso indica la ineficiencia del personal, deberían ser capaces de operar tanto en grupos como es solitario.- El joven retaba a su prima con la mirada. -Mi otra idea es implementar trajes especiales que ayuden y potencien los dones de cada asesina para volverlos más efectivos y darle mayor efectividad a la hora de que trabajen.-

-Los cómics de superhéroes te secaron el cerebro.- Dahana sonrió de medio lado. -La idea de los trajes no es mala pero un estudio de Robert Nevor demostró que cualquier alteración o "ayuda" que se le proporcione a los dones solo causa que su efectividad y poder disminuyan hasta un 35%.-

-Para eso se realizarían pruebas y estudios con profesionales para poder traer los trajes a la realidad.-

-Los estudios requieren un alto presupuesto que no podemos permitirnos derrochar, aunque no es del todo malo intentar.-

-Aún así no podemos dejar todo a la suerte de los estudios.- El abuelo cortó un pedazo de tarta y se sirvió antes de seguir. -Si es todo lo que tienes que decirnos escucharé al siguiente.-

-En mi opinión personal creo que...-

-Ninguno es apto para esto.- Nuevamente Dahana interrumpió a una de sus tías. -Y si no me creen lo demostraré con tres sencillas preguntas que debe tener el líder de una compañía de asesinos, primero... ¿Quién ha matado a alguien?-

Ninguna mano fue alzada.

-Durante la guerra la mayoría de ustedes estuvo participando y aún así la única que fue al frente fue mi madre.- Dahana se tronó los dedos. -Ustedes se encargaban de manejar las tropas, disque planear las estrategias y mantenerse a salvo, ninguno mató, ni ha matado, ni va a matar... Como ya dije para manejar a asesinos deben de ser uno. Ahora, dos... ¿Cuántos de ustedes han sido sometidos a torturas?-

Nuevamente nadie alzó la mano.

-Bien, ahora vamos con la tercer pregunta... ¿Quién sería capaz de erradicar a un miembro de su familia por la organización?-

Otra vez todos se mantuvieron quietos.

-Ahí lo tienen.- Dahana volvió a centrarse en su comida.

-¿Las últimas dos preguntas qué tienen que ver?- El mayor de los hermanos cuestionó demasiado molesto. 

-Pues verás...- El abuelo observaba orgulloso a Dahana. -Un líder de la UESI porta demasiada información confidencial tanto del gobierno como de su personal y familia así que es uno de los blancos principales de algunas Mafias que saben que existe la UESI, así como de políticos y empresas rivales lo cual hace que el líder esté en constante amenaza y pueda ser capturado y torturado para sacarle información. Un líder bebe de ser capaz de resistir la tortura y preferir morir antes que revelar algo. La segunda pregunta es para saber la determinación y compromiso del líder con la organización, un líder no debe ver solo por el bienestar de los suyos sino por el de todo el país, si llega un punto donde uno de la familia es traidor el líder beberá erradicarlo para salvar al país, así que debe tener el valor y coraje para sobreponerse sobre su corazón por un bien mayor.-

-Exacto.- Dahana sonrió. -Y ninguno cuenta con eso, no pueden hacer el trabajo así que... Abuelo debes buscar a alguien más.-

-No.- El abuelo le hizo señas a uno de sus camareros para que se acercara con una bandeja que llevaba un sobre. -Ya tengo a la nueva líder.-

Todas las miradas acusadoras se dirigieron a Dahana quién se puso pálida y soltó los cubiertos que sostenía haciendo que estos repiquetearan contra la bajilla a la hora de caer.

-Es una mala idea...- Dijo Dahana. -Si ellos no fueron capaces yo menos abuelo.-

-Eso es mentira.- El abuelo le entregó el sobre y una pluma para que pudiese firmar. -A diferencia del resto tú cuentas con todos los requisitos que tú misma impusiste.-

-Padre...- Uno de los tíos estaba incrédulo a lo que estaba ocurriendo. -¿Qué dices? ¿Cómo es que esta mocosa pueda..?-

-Dahana Suredal, asesina de la UESI, total de víctimas hasta ahora... 135, cumple con los requisitos básicos de entrenamiento, al ser una miembro de la UESI sabe su organización, puntos débiles, puntos fuertes, conoce a los miembros, tiene experiencia, es capaz de darlo todo por Melien, ha matado a un miembro de la familia por órdenes mías sin titubear ni protestar, tres veces ha estado sometida a torturas por entrenamiento y una vez fue capturada por la Mafia de Carlo siendo torturada, es la mejor para este puesto.-

-No hacía falta que diga eso abuelo.- Dahana suspiraba.

-Lo era, ahora firma querida... Harás un buen trabajo.-

-¿Cómo está tan seguro?-

-Porque te conozco, tienes potencial y solo falta una buena oportunidad para que lo demuestres y yo estoy dispuesto a dártela.-

-Sigo diciendo que es mala idea.- Dahana leyó rápidamente lo que estaba escrito en el papel y luego firmó. -Haré arder el mundo.-

-Con gusto te daré la gasolina.- El abuelo sonrió. -Vuelve de este mundo un infierno para la mafia, destrúyela hasta que no quede nada.-

-Bien.- Dahana se pudo de pie y realizó una pequeña y modesta reverencia. -Creo que me retiro, no sea que la comida les vaya a caer pesada si me quedo.-

Y sin más salió del lugar con el corazón palpitante, este era un comienzo, uno que iba a aprovechar al máximo para pulir a la ciudad y a sí misma, después de todo ella era Dahana Suredal... Un diamante que esperaba estaba consciente de su valor y poder.