Entrenamiento de nuevos escuadrones
Charlotte estaba aterrada, no, más que aterrada avergonzada, quizá no debería estar allí, quizá no debería estar escuchando aquello...
-Hola.-
La voz fría y seria de R la sacó de su trance de inseguridades con respecto a lo que estaba sucediendo.
-Hola...- Respondió brutalmente avergonzada.
-¿Estás bien?- R se acercó a su pareja y le alzó la cabeza con suavidad para que ambas se mirasen a los ojos. -Te ves bastante ruborizada.-
-Yo...- Charlotte se cubrió el rostro con las manos mientras apretaba contra su pecho los documentos que debía de entregarle a Dahana. -Solo escucha.-
La joven rubia jaló a su compañera para que estuviera más cerca de la puerta que daba al interior de la oficina de su líder. R arqueó una ceja ante la inesperada reacción por parte de su novia pero no se movió y esperó para oír lo que fuera que Charlotte quería mostrarle.
No pasó mucho para que unos gemidos se hicieran escuchar, R había pasado suficiente tiempo con aquellas chicas como para saber que la que gemía en esos momentos era Dahana.
-Estate quieta.- Esa era sin duda la voz de Tania. -Te mueves mucho.-
-¡Taniaaa!- Jadeó Dahana nuevamente.
-Joder cállate, alguien podría escucharte y lo último que quiero es que nos vean así.-
-¡Taniaaaa!-
-¡Agh! ¿No me escuchas?-
R se apartó y miró a Charlotte quién se había puesto aún más roja.
-Llevan así un buen rato, realmente no debería estar escuchando pero debo entregar estos papeles, pero no quiero entrar, pero...-
-Lotty.- R se sobó la cien. -Creo que debemos entrar.-
-¡¿Qué?!- Los ojos de Charlotte se abrieron por la sorpresa. -¡No, no, no! ¿Y si es privado? ¿Y si..?-
R besó la frente de Charlotte logrando que esta se callara y se calmara un poco.
-Eso es, ahora vamos.- R tomó la perilla pero Charlotte se aferró a su brazo.
-R... No quiero.-
R suspiró.
-No seas miedosa, nosotras hemos hecho cosas peores.-
-¡R!- Charlotte le metió un buen zape a su compañera.
-¿Auch?- R se sacudió antes de volver a tomar la perilla y girarla de una vez por todas. -¡¿Qué diablos está pasando aquí?!-
-Oh no.- Tania comenzó a sonrojarse igual que Charlotte. -¡Te dije que te callaras Dahana!- Replicó claramente avergonzada.
-Tania...- Dahana se dejó caer sobre el escritorio totalmente rendida.
-Exijo una explicación señoritas.- R se cruzó de brazos.
-Yo no voy a decir nada.- Tania se bajó del escritorio de un salto. -Que te explique ella, al final de cuentas fue su idea.-
R pasó su mirada a Dahana quién seguía con la ropa revuelta y aferraba la sudadera de su compañera como si fuera lo más preciado del mundo.
-Estoy esperando.-
-¿Mmm?- Dahana ladeo la cabeza. -¿Qué cosa?-
R se contuvo para no meterles un golpe a ambas y nuevamente miró a Tania.
-¿Y bien?-
La joven suspiró pesadamente mientras se arreglaba la playera e intentaba limpiarse el sudor que escurría por su frente.
-Por lo del atentado de hace dos días le quedaron secuelas, varios de sus músculos estaban muy, muy, pero muy tensos... Hoy en la mañana se levanto caminando como pato.-Comenzó Tania de forma calmada, el sonrojo en sus mejillas a causa de haber sido atrapada dando un masaje de espalda comenzó a desaparecer.
-¡No es cierto!- Exclamó Dahana.
-¡Sí lo es!- Tania se dejó caer en un sofá. -Ahora, volviendo al tema... Estábamos esperando a Charlotte porque iba a entregarle a esa idiota un papel de nuevos escuadrones o algo así, pero como aún no llegaba le dije que podía intentar destensar su cuerpo con una llave y la muy babosa accedió.-
-¡Dijiste que no dolería!- Protestó Dahana aún sobre el escritorio.
-Como sea, la cosa es que se emocionó y me obligó a darle un masaje completo.-
-Tú accediste.- Dahana hizo un puchero.
-Aún me debes un aumento, no confundas las cosas.-
-No lo vuelvan a hacer.- R miró de reojo a Charlotte quien se veía más tranquila ahora que había visto que no estaban haciendo nada fuera del lugar. -Al menos no aquí, se puede malentender.-
-¿Ah?- Tania lo comprendió enseguida. -¡Aaaah!- El rubor nuevamente volvió a sus mejillas. -Culpo totalmente a Dahana, gime mucho, por cualquier cosa.-
-No lo niego.-Dijo Dahana sonriendo de lado, de nuevo ya sentía su espalda, ese masaje había sido rejuvenecedor.
-En fin, bájate de la mesa.- R picó con un dedo el hombro de su líder. -Es malo para tu postura como superior estar en tal estado, así que rápido, siéntate bien.-
-Mmmm.- Dahana poco a poco fue recobrando su compostura hasta volver a estar sentada en su silla habitual.
-Suéter.- Pidió Tania, a lo que Dahana respondió lanzándole su prenda.
-Ahora sí.- Dahana extendió la mano hacía Charlotte. -¿Qué era lo que tenías que darme?-
-Sobre eso...- Charlotte ya volvía a su actitud profesional de siempre. -Hicimos las reubicaciones pero aún así nos vimos forzadas a formar nuevos escuadrones, los novatos no podían ser simplemente integrados a grupos con más experiencia sin tener siquiera lo básico.-
-Comprendo.-
-Los escuadrones formados empezarán su entrenamiento hoy, son tres, conformados por 25 miembros cada uno, estamos pensando que luego de eso podrían quedarse así sin tener que reubicarlos como a los anteriores.-
-Me parece bien.- Dahana cruzó las manos sobre la mesa. -¿Quién dará el entrenamiento?-
-Se suponía de Dalal pero está en una misión en la provincia de Varien debido a que tienen nuevas pistas sobre la red de tratantes de blancas, el resto de líderes tienen ya ocupaciones y no podemos cancelarlas, R estará fuera investigando la anomalía con los grupos de los atentados contra ti y yo tengo la negociación con AUI para checar lo del nuevo equipo y las armas, así que...-
-¿Me toca?-
-Te toca.- Charlotte le entregó a su líder la carpeta que llevaba. -Esos son los nombres, dones y demás datos que puedes necesitar para entrenarlos.-
-Bien.- Dahana hojeó el papeleo y luego se lo lanzó a Tania. -Memorízalo idiota.-
-¿Y yo porqué? Si te dijeron a ti.-
-Vendrás también, además eres mi guardaespaldas.-
Tania bufó y comenzó a leer los documentos.
-Tú podrías hacerlo sola.-
-Es mejor que vayas.- R le revolvió el cabello a Tania. -Nunca se sabe cuando puede hacer su jugada el enemigo.-
-Está bien.-
-Ahora.- Charlotte se alisó el traje que no mostraba arruga alguna. -Compórtense y suerte.-
Dahana se puso de pie asintiendo.
-Lo mismo para ustedes, si surge algo estamos en contacto, nos vemos en la tarde.-
-Hecho.- R le guiñó un ojo a su líder antes de salir seguida de Charlotte.
-Bueno...- Dahana soltó un bostezo. -Andando idiota.-
-¿A quién llamas idiota?- Tania se puso de pie y siguió a su compañera.
-A ti, ¿a quién más si no?-
[...]
La sala de entrenamientos era un lugar demasiado amplio, exageradamente enorme y con tantas cosas que Tania sentía su cabeza dar vueltas. Había diferentes ecosistemas con armamento, y demás cosas útiles para no solo entrenar, sino también recrear un escenario real de batalla, rescate o asalto.
-Esto parece más un circo que una rueda de entrenamiento.- Se mofó mientras tomaba una de las armas de práctica colocadas en las paredes. -Vaya, vaya... Así que hoy jugaremos a los soldaditos.- Giró de un rápido y hábil movimiento y apuntó a Dahana. -Piu, piu, muere, muere.-
Los chicos allí presentes la miraron horrorizados, como si estuviera loca, Dahana solo se rascó la cabeza y suspiró pesadamente, su compañera era complicada.
-Tranquilos.- Dijo mientras miraba a los jóvenes que estaban aterrados de ver a Tania bromear con tanta facilidad sobre matar a su líder. -Ella es así.-
-Eso.- Tania giró el arma para luego volver a colocarla en su lugar. -Ahora todos deben prestarle atención a esa idiota sino quieren morir.-
-Tania deja de asustarlos.- Dahana regañó a su compañera y nuevamente encaró a sus nuevos escuadrones. -Ignórenla, ahora... Empezaremos con lo básico, harán calentamiento de treinta minutos, luego práctica de tiro, combate cuerpo a cuerpo y cerraremos probando su capacidad en un combate equipo contra equipo. ¿Alguna duda?-
Una mano se alzó y Dahana cedió amablemente la palabra.
-¿Las armas son de verdad?-
-Lamentablemente no.- Tania respondió por Dahana. -Es una verdadera lastima pero no podrán matarse entre ustedes por ahora.-
Dahana hizo una mueca.
-Es verdad que las armas no son reales pero en cuanto pasen a la fase dos de su entrenamiento comenzarán a practicar con armas de verdad, por lo cual ahora deben de mostrar que son capaces de poseer una.- Dahana paseó su mirada por todos. -Las armas con las que entrenaremos hoy son una réplica perfecta de las originales, incluso las balas, aunque no llegan a ser mortales si se disparan entre ustedes pueden causar moretones y dolores fuertes. ¿Alguna otra duda?-
-¿Cuánto tardaremos en pasar a la fase dos?-
-Eso depende de su desarrollo independiente y en grupo, los detalles se los daré luego.-
-¿Tendremos que matar forzosamente?-
-No, no solo hay escuadrones de asesinato, también hay de rescate, investigación, armamento, químicos, medicina, entre otros. De hecho los escuadrones de asesinato solo son dos, uno dirigido por R y otro de élite comandado por mí.- Respondió con tranquilidad Dahana. -Además procuramos que los asesinos se limiten a un grupo menor, aunque todos los líderes independientemente del escuadrón que manejen deben de estar listas y ser hábiles por si llegan a requerir matar.-
-¿Quién es el elemento más fuerte con el que cuenta la UESI?-
-Eso podría considerarse información clasificada pero es obvio que se darán cuenta muy pronto así que no tengo problema en decirles.- Dahana señaló con la cabeza a Tania quien nuevamente se había entretenido con las armas de la pared. -Ella y R son los elementos más fuertes actualmente. ¿Si?-
Dahana pasó su mirada a la mujer que había elevado su mano pidiendo la palabra.
-Me gustaría saber su edad, la mayoría de nosotros tenemos entre 23 y 30 años, sin embargo usted se ve realmente joven.-
-Lo es.- Tania recargó su brazo en uno de los hombros de Dahana. -Es una mocosa mimada.-
-No soy una mocosa, pero es verdad que si soy joven en comparación a otros líderes, tengo 18 años así que pido perdón por adelantado por mi inexperiencia y...-
Tania calló a su compañera de un suave golpe en la cabeza.
-Puede que sea joven pero realmente sabe lo que hace, tiene lo necesario para guiarnos, pueden estar tranquilos.-
-Una última pregunta.- La misma mujer que había hablado anteriormente volvió a hacerlo.
-Adelante.- Dahana sopló un mechón de cabello que estaba sobre su rostro debido a que su compañera se encontraba entretenida revolviéndole el cabello.
-¿Ustedes son pareja?-
Tania se quedó quieta unos segundos antes de seguir jugando con el cabello de Dahana, por su parte Dahana se quedó pálida e intentó responder lo más tranquila posible.
-No... Bueno por ahora no.-
-Ah.- La mujer se sonrojó por la vergüenza. -Lamento haberme entrometido.-
-No hay problema.- Dahana le regaló una sonrisa amable y luego aplaudió varias veces en el aire. -Ahora sí, comenzamos, por favor empiecen con el calentamiento. Escuadrón Emma, escuadrón Alea y Escuadrón Kota favor de tomar posiciones.-
Una vez que la líder dijo esto todos obedecieron al instante, Dahana se quedó en su lugar mientras los observaba comenzar su entrenamiento.
-¿Por ahora no, eh?- Tania le sonrió de forma traviesa.
-¿Perdón?- Dahana se giró para ver a su compañera un poco confundida.
-Dijiste: No, bueno por AHORA no...- Dijo Tania repitiendo las palabras que momentos antes había empleado Dahana al referirse que ella y Tania no eran pareja.
-Ah...- Las mejillas de Dahana comenzaron a teñirse por un sutil tono rosa. -Eso... ¡No significa nada, de verdad yo solo..!-
Tania le regaló un rápido beso en la frente haciendo que la joven se callara.
-Ya, ya... Entiendo, no es para que te pongas así.- Tania le revolvió una última vez el cabello. -Iré a corregir algunas cosas a estos escuadrones.-
Y sin más se fue hacía donde los reclutas estaban calentando para corregir postura u otras cosas que notaba. Dahana la observó alejarse y al instante sintió que sus mejillas pasaban de un rosa sutil a un rojo ardiente.
-¡Mierda!
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