Asalto/Secuestro
Dahana había estado muchas veces en situaciones como en la que se encontraba ahora, había ido a atacar y también había sido atacada, era experta en tomar un arma, ubicar al objetivo y disparar sin titubeos. Podía correr sin hacer ruido, esconderse, localizar y erradicar, básicamente su vida se había limitado a eso, desde pequeña entrenó, cuando debería estar jugando a la pelota o conviviendo con niños de su edad, se encontraba en la sala de entrenamiento aprendiendo la diferencia entre las armas, como cargarlas y por supuesto, como usarlas, a los catorce, cuando se suponía debería estar en la escuela, ya había cobrado su primera víctima.
Eso era parte de su día a día, pero... Debía de admitir que durante todo su tiempo como miembro y ahora líder de la UESI nunca había pasado un atentado como aquel.
Las paredes y azulejos del suelo estaban quebrados y cubiertos de sangre, Dahana no podía decir a simple vista cuantos cuerpos eran del enemigo y cuantos no. Había una especie de humo en el aire que interrumpía su visión, los sonidos de disparos seguían presentes y aunque en un inicio pensó que sería fácil ahora dudaba que realmente fuera así.
Desde su posición y mediante el auricular que se había colocado podía saber las posiciones de los guardias y compañeros que allí se encontraban, la UESI era una organización de élite pero eso también implicaba que la mayoría de escuadrones y personal se dedicaban a resolver casos en todo el mundo descuidando la base, y estás eran las consecuencias de aquellos actos.
La mayoría de escuadrones estaban fuera y normalmente bastaría con solo el personal central para controlar aquel caos pero el hecho de tener nuevos reclutas y todo el movimiento que esto generaba había desestabilizado la organización que ahora se veía en serios aprietos, además de que no contaban con que de ser solo cien atacantes pasarían a ser trescientos y así iban llegando más y más, parecían hormigas por sus enormes filas.
Dahana soltó una maldición cuando una bala pasó a su lado y antes de que su atacante tuviera una segunda oportunidad de disparar ella lo hizo, lo ubicó con facilidad aún en medio de ese caos y jaló el gatillo dando en el blanco.
Quizá después de todo pasar practicando toda su vida si había valido la pena.
-Mierda...- Dahana tuvo que abandonar su posición debido a que el techo comenzó a desvanecerse por causa de los ataques que seguían afectando la estructura del edificio. -¡Mierda!-
La chica giró en una esquina topándose con más sujetos encapuchados que no dudaron en apuntarle y comenzar una balacera.
Dahana se apartó y esquivó varias balas, sin embargo ella no era inmune y tampoco podía hacer milagros para desaparecer todos los ataques, así que terminó recibiendo dos impactos en el brazo izquierdo y uno en el hombro derecho.
Aquellos sujetos seguían atacando y ella intentaba hacer lo mismo pero al superarla en número aquella lluvia de balas seguía sin importar a cuantos eliminara, el plan más obvio y seguro sería huir, pero una parte de Dahana se lo impedía, debía acabarlos, tenía que hacerlo.
Llevaba sobreviviendo por su cuenta desde hacía unos veinte minutos, primero estaba a un lado de R, peleando en dueto, pero después de una repentina explosión y más balas terminaron separándose. Dahana bien hubiera podido buscarla pero prefirió arriesgarse a ir sola y salvar a su personal por su cuenta, además de que estaba consiente de que R era más letal sola.
¿Y cuáles eran las consecuencias de su decisión de ir sola?
Pues... Había acabado recibiendo varios daños menores, como rasguños y algunos escombros enterrados que tuvo que arrancar, además de que ahora tenía tres balazos y sus municiones ya comenzaban a escasear, tenía una pistola intacta y le quedaban algunos tiros más en la que llevaba y ya, era todo.
-¿Piensas esconderte para siempre?- Una voz masculina llegó desde el corredor. -¿O es que la líder de estos asesinos de plástico ya se acobardó?-
Maldiciendo Dahana intentó recuperarse, su ropa estaba tiñéndose de rojo y el dolor era terrible pero aún así se obligó a mantenerse de pie.
-¿Tú también quieres morir?-
La joven apuntó al hombre que iba en frente del resto, parecía ser el líder y de ser así sería bueno sacarlo del tablero.
-¿Apoco puedes matarme?- Aquel hombre hizo una mueca, la capucha le cubría casi toda la cara dejando visible solo su boca, la cual se curvó en una sonrisa. -Eso sería divertido.-
Dos hombres alzaron sus armas pero Dahana reaccionó más rápido y los dejó fuera de la partida antes de que pudieran atacarla.
-Era de esperarse de la líder.- El hombre se relamió los labios. -Aunque debo de admitir que estoy decepcionado, escuché que tiene una compañera guardaespaldas realmente interesante y... Me hubiese gustado jugar también con ella.-
Dahana aferró con más fuerza las armas en sus manos.
-Una lástima que no esté aquí, y créeme que si lo estuviera ya estarías en en infierno desde hace rato.-
-Encantador.- La sonrisa sínica del sujeto se ensanchó. -Pero aún así tengo ganas de divertirme con ella, algo en mí me obliga a buscar una forma de encontrarme con ella, una forma de que me busque, de que venga a mí, una forma de... Provocarla.-
Esta vez fue Dahana quien hizo una mueca llena de repugnancia.
-Ella no es una joven fácil, no puede afectarla con nada, es una asesina nata, sus puntos débiles son contados.-
-Aún así tiene, ¿no?-
Dahana entrecerró los ojos, aquel sujeto planeaba algo, algo malo, muy, muy malo, pero sobre todo, algo que involucraba a Tania.
-Tomaré eso como un sí.- El sujeto se sacó los guantes de cuero que llevaba y soltó un suspiro. -Hay rumores sobre ella, se dice que no había protegido a nadie hasta ahora que la cuidó a usted. Lady C, puso una suma bastante generosa en el mercado negro por su cuello y Naomi Filandy mandó un anuncio a los suburbios bajos indicando que cualquiera que la tocase o que siquiera se acercase a usted sería uno más en el cementerio. Como ya sabe es la hija de Vera, una leyenda criminal y por primera vez usa su apellido Filandy para que los barrios oscuros y turbios le hagan caso, todos sabemos que los Filandy son de temer y que ella hiciera uso de se apellido para protegerla a usted deja mucho de que hablar.-
La mente de Dahana trabajaba al mil por hora, ubicando y conectando puntos que la dejaban con dudas, pero de todo lo que aquel hombre había mencionado lo que más le llamaba la atención era el hecho de que se había referido al portador del nombre con la C como Lady, cuando Tania había dicho que era Carlo. ¿Quizá aquel sujeto se había confundido? ¿O quizá Tania era la equivocada?
Dahana sacudió su cabeza, no era momento de pensar en eso, debía de concentrarse en la pelea.
-Eso es interesante...- Dijo finalmente.
-Lo es.- La voz del hombre se había vuelto divertida y extrañamente alegre. -Además de que su amenaza tuvo éxito, la mayoría de las mafias y grupos menores dejaron de atacar contra usted para no entrar en conflictos con ella, sin embargo a nosotros nos mando directamente Lady C y estamos dispuestos a cumplirle.-
Y allí estaba de nuevo la mención de una Lady, la primera vez hubiera sido error, la segunda ya era coincidencia.
-Nos pidieron matarla.- Continuó el hombre. -Pero yo quiero divertirme antes, si Naomi tiene una debilidad esa es usted, así que aprovecharé para matar dos pájaros de un tiro, la uso a usted para llegar a ella y luego las mato a ambas. Quizá si le llevo premio doble ella me recompense y pueda ser reconocido.-
-Lamento arruinar tu sueño pero Tania no me ve como una debilidad.- Habló Dahana de forma tranquila. -Es más, estoy segura de que todo lo que has dicho es mentira, Tania es solo una chica que me cuida por ordenes. No podrás usarme para llegar a ella y tampoco podrás matarme.-
-Yo no estaría tan seguro, de ninguna de las dos cosas.- De un movimiento rápido aquel hombre sacó una nota de su bolsillo y comenzó a leerla. -"Por este medio yo, Naomi Filandy, les hago saber a todo el bajo mundo de Melien y el resto de continentes que la señorita Dahana Suredal está bajo mi protección y por lo tanto todo aquel que haga caso al mandato de C, se las verá personalmente conmigo. Así que, asiendo uso de mi autoridad como hija de Vera Filandy extiendo este mensaje para que estén consientes y se mantengan lejos de dicha joven. Si me entero de que alguien, sin importar cual de ustedes sea, la atacó o si quiera se acercó a ella me encargaré de que consiga un pasaje directo al infierno. Firmado: N.F ¡Larga vida a V.F!-
Dahana simplemente alzó una ceja.
-Wow, interesante amenaza.-
-Desde luego, ahora... Volviendo a lo que estábamos.- En menos de unos segundos aquel tipo expandió un humo azulado que invadió todo el lugar.
Dahana instintivamente se cubrió la boca y la nariz con una mano aguantando la respiración para no inhalar aquella sustancia.
Sin embargo eso la dejó más expuesta y para cuando aquel hombre llegó a su lado luego de varios minutos soportando la respiración apenas y pudo defenderse antes de caer inconsciente sobre el suelo.
-Fue sencillo.- El sujeto volvió a desaparecer el humo. -Es fácil cuando no tienen poderes, ahora... Notifíquenle al resto que tenemos la mercancía y dejen algo para que mi presa valla a nosotros más tarde, el juego recién está comenzando...-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro