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17

Tal como había solicitado, esa misma tarde se llevaron prendas abrigadoras a la gente del pueblo. La leña tardó solo un día más en llegar pero la gente se encontraba agradecida de ser escuchada, rápidamente la noticia se empezó a esparcir: el príncipe Minho escuchó a su gente y actuó en un mismo día.

Ante el pueblo, habían ganado bastante territorio... ante los nobles, no tanto. Hyunjin sabe que esa decisión les costará un poco, porque los ricos no conciben la idea de quitarse algo ellos para darlo a quien lo necesita y pensarán qué un rey qué da a manos llenas al pueblo es un peligro para sus ingresos. Pero el pueblo era más y ellos tenían a los herederos de su lado, estarían bien por ahora.

Cuatro días han pasado y tal como indicó, un carruaje los esperaba para ir hacia algunos hogares en busca de escuchar a su gente. Hyunjin dejó que la beta terminara de vestirlo, cuando visitan a la gente deben seguir cierto código de vestimenta, no muy elegante para no hacer sentir inferior a la gente pero tampoco muy sencillo para que ellos lo vean como una burla, como un disfraz. Esperó en la puerta del castillo junto a Chan y cuando vio a Minho bajar, sintió su estómago contraerse y su espalda cosquillear.

El gobernante alfa era una cosa ante el protocolo, el gobernante omega por otra parte era visto como algo precioso, así que no le sorprendió que pese a la vestimenta sencilla, Minho vistiera con artículos y prendas qué de cierta forma, lo hacían lucir como el preciado heredero al trono omega, como una gema qué debe ser cuidada y pulida, tratada con atención y mimo.

Portando la corona de príncipe, con su traje perfectamente arreglado incluso al vestir una camisa holgada debido a su vientre abultado, un par de anillos de herencia, una capa destinada a cubrirlo del frío, con el bordado de la familia real Lee en la espalda.
El pueblo ve al omega como alguien a quien atesorar porque es su deber traer al heredero, pero se vio sorprendido de entender finalmente eso cuando después de tanto tiempo, Minho le sonrió.

—Disculpen la demora, había terminado pero alguien me retuvo en el baño debido a las náuseas.

Mencionó, posando su diestra sobre su vientre y Hyunjin sintió el regocijo de su alfa en él. Carraspeo un poco antes de asentir, haciendo un ademán para que Minho continúe su camino al retroceder él mismo un paso para dejarle avanzar. El omega agradeció mientras sigue su camino para ingresar al carruaje con ayuda de su guardia.

Los cuatro, ambos príncipes y sus guardias, iban en el carruaje a empezar el trabajo del día. Había un silencio particular a diferencia de otras ocasiones en las que habían viajado antes, ese qué se asentó entre ellos desde aquella visita y Hyunjin empezaba a cansarse de ello.

Visitaron el primer hogar, una familia del pueblo qué se vio afectada por las fuertes nevadas. El omega los recibió con dos tazas de té qué Hyunjin habría preferido no beber por seguridad pero antes de poder negarse, Minho ya había tomado la taza así que solo pudo atenerse a la buena voluntad de la gente. Para suerte suya, el té era inofensivo y tenía un sabor delicioso. El omega dijo que su alfa estaba en el trabajo, no pensaron ser uno de los hogares elegidos y se disculpó por no estar preparados pero Minho alegó que no quería arreglos ostentosos, simplemente hablar con ellos.

El omega expresó su preocupación al tener dos hijos y solo un sustento, depender del trabajo arduo de su esposo pues él intentaba ayudar vendiendo hierbas para hacer infusiones calientes pero solo tenía ingresos en invierno, que además no eran muchos pues la gente prioriza ropa y alimento. No puede trabajar en otra cosa pues carece de recursos para el material en caso de hacer ropa y otros trabajos suelen buscar alfas. Hablaron otro poco al respecto mientras los hijos de estos corrían de un lado a otro con solo tres y cinco años.

Hyunjin sonrió, por un momento la idea de un pequeño corriendo por los pasillos del castillo llegó a su mente como un pensamiento agradable.

Al despedirse volvieron al carruaje para dirigirse al siguiente hogar. Hyunjin quiso hablar sobre la situación tensa entre ellos, pero Minho ganó el tema de la conversación cuando empezó a hablar sobre el omega de hace unos minutos.

—Deberíamos designar más áreas para omegas o ampliar la perspectiva sobre los trabajos actuales.

—Podríamos abrir más espacios laborales en las zonas qué tienen menos gente.

—No, tendríamos que abrir esos espacios haciendo énfasis en la importancia de contratar omegas o crear áreas de las que solo ellos puedan encargarse. Si abrimos espacio en los trabajos actuales seguirán prioritario contratar alfas.

Hyunjin suspira, entendiendo el punto.

—Es cierto, ¿Pero que áreas podemos abrir qué requieran el trabajo de omegas?

—Los omegas pueden hacer el mismo trabajo de los alfas, pero poco se les reconoce. Tal vez...

—¿Qué pasa?

Pregunta el alfa, al notar la expresión de desagrado en el chico.

—No quiero abrir más espacios de creación de ropa, manipular alimento o hierbas, pero tampoco deseo solo áreas exigentes como herrería y orillar a los omegas más tradicionales a trabajos que no quieren hacer...

Hyunjin lleva su mano hacia su mentón, pensando un poco en la situación. Es cierto, lo podían seguir manteniendo a los omegas como seres delicados en áreas qué les suponen menor ingreso económico, pero tampoco asumir qué todos desean salir de su rol tradicional.

—Podríamos buscar un área enfocada en algo que se requiera ahora, como la tala de árbol, la mejora de hogares y después pensar en algo más para dirigir a esos trabajadores a mantener sus puestos. Serán omegas ocupados, la mayoría con hijos, podemos destinar un lugar para qué los omegas tradicionales qué deseen trabajar lo hagan cuidado de esos hijos.

Hyunjin se sintió satisfecho con su respuesta cuando el rostro de Minho se iluminó.

—Me parece una maravillosa idea, ¿Podemos anotarlo y darle forma en el castillo?

Preguntó a Changbin qué ya se encontraba anotando lo dicho en el pequeño libro que carga siempre para llevar registro de los asuntos de Minho.

—Hemos llegado —se escuchó al chófer—. Casa real Shim.

La atención de Minho se dirigió por completo hacia el exterior del carruaje al escuchar aquello. Hyunjin notó qué incluso Changbin parecía un poco más tenso, pero decidió no darle particular atención mientras descienden del carruaje. Una pareja adulta los recibe afuera del hogar qué es de un notable mayor estatus a comparación del anterior.

—Sean bienvenidos a nuestro hogar, príncipe Minho, príncipe Hyunjin.

El hombre habla mientras ambos hacen una reverencia, Hyunjin nota que tanto él como la mujer son alfas.

—Duque Shim, ha pasado bastante.

Habla Minho, con un tono cariñoso mientras se acerca a tomar las manos de ambos adultos qué sonríen al verlo. Eleva su ceja izquierda, confundido, pero la presencia de otro alfa saliendo del hogar los interrumpe.

—Disculpen, no escuché a tiempo el carruaje.

El chico, con una sonrisa que se vuelve amplia al ver a Minho, hace una reverencia mientras los invita a todos a pasar. Hyunjin observa de reojo a Changbin, que se nota aún atento mientras Chan parece también confundido por aquella cercanía entre los presentes.

Al ingresar toman asiento mientras la mujer parece aún cercana a Minho, quien para su sorpresa lleva la mano de ésta hacia su propio vientre. Algo en Hyunjin se remueve, está inquieto de la cercanía de esa otra alfa y aunque sabe que no debe preocuparse por nada, no puede evitar sentirse alerta.

—Apuesto a que será niño.

Habla la mujer.

—No hables tonterías, esposa —dice el hombre— , no hables del primogénito como una apuesta.

—Me alegra que tu vida resulte así, Minho.

—Gracias, duquesa Shim.

—Pensé que visitarían solo ciertos hogares —habló el joven alfa.

—No podemos visitar solo ciertos estatus o podrían alegar qué no todos fueron escuchados.

Minho parece recordar la presencia a su lado mientras Hyunjin lo observa expectante del momento que empiecen con aquello a lo que se supone habían ido.

—Una disculpa —murmura el omega—. El Duque Shim, su esposa la duquesa y su hijo, Jake. Nos conocemos de antes porque... bueno...

—Minho estuvo comprometido con nuestro hijo.

Ante las palabras de las mujer, Hyunjin se tensa mientras voltea hacia el alfa qué no deja de mirar a su omega con entusiasmo.

—¿Comprometidos?

—Disculpe las palabras aceleradas de mi esposa, príncipe... Fue un tiempo muy efímero y bajo un acuerdo por el rey Lee.

—Pensé que la única con acuerdo nupcial era la princesa.

—Mi padr- el rey —se corrigió—, consideró ideal qué si un hijo se casaba para mantener la paz fuera del reino, el otro podría hacer lo mismo dentro del mismo.

Hyunjin quería preguntar qué había ocurrido entonces, pero la desagradable idea de imaginar a Minho con aquel alfa sonriente le generaba náuseas, las suficientes para hablar. Imposible, no podía imaginarlos juntos hablando, tomados de la mano o... La imagen de Minho aquella noche llegó a su mente y su lobo se inquietó con la idea de que alguien más pudiera verlo de aquella forma. Y como si hubiera podido leer su pensamiento, Jake habló.

—No pudimos seguir adelante con el acuerdo ya que mi hermano mayor falleció. Así que yo debía tomar el lugar de heredar el negocio familiar.

—En verdad no tuvo mucha importancia —el hombre intenta rescatar la situación—. Fue un acuerdo breve qué terminó tan pronto inició.

—Es cierto, además no habría resultado, ¿Recuerdas cómo solían tontear con huir del castillo el día de las nupcias?

Habló la mujer, que parecía tan encantada con los recuerdos qué no podía percibir el ambiente tenso del lugar. Incluso los dos betas se sentían asfixiados por las feromonas molestas de Hyunjin y el miedo del Duque Shim.

—Siempre fueron bromas sin sentido... —murmura Minho.

—En ese entonces pensé que hablabas en serio —agregó Jake, manteniendo una sonrisa relajada—, pero veo que el camino fue el correcto, ¿Cómo podrías haber huido y privar al pueblo de verte como el próximo al trono? Cuando luces así.

Minho dio un pequeño salto en su asiento, sorprendido por aquellas palabras mientras Hyunjin se pone de pie, mirando al alfa qué ni siquiera deja de mirar en esa situación al omega. El hombre adulto se levantó también, preocupado por las palabras de su hijo cuando vio al guardia del príncipe Hwang acercarse con enojo.

—No permito qué se exprese así de mi esposo, Jake Shim.

—¡Disculpe a mi hijo, príncipe! ¡Es joven e inexperto!

—Si estaba comprometido con el príncipe Lee debe tener la misma edad, lástima que no sea la misma madurez —brama Chan.

—Es cierto, disculpen mi boca insensata, príncipes —dice Jake, manteniendo una sonrisa que exaspera a Hyunjin—. Por favor, continuemos.

—Doy por terminada la reunión —sentencia Hyunjin.

Esta vez la expresión de Jake parece de sorpresa y de no tener que mantener una expresión neutral, Hyunjin podría sonreír victorioso.

—No puede hacer eso...

—Soy el príncipe Hwang, puedo hacerlo.

—Hyun...

Minho quiere interceder pero antes de terminar, se queda callado. No puede —corrección— no quiere ir contra la palabra de Hyunjin en público pues aunque le parece una medida drástica, cualquier desacuerdo debe ser algo que hablen en privado. Ninguno quiere hacer quedar mal al otro, así que se pone de pie, hace un ademán con la cabeza a modo de disculpa con los duques y se endereza, dispuesto a seguir las elecciones Hyunjin.

El alfa se siente complacido del apoyo por parte de Minho, así que decide aligerar el ambiente un poco incluso si no desea más interacción con la casa Shim, después de todo, sabe que tienen peso entre la nobleza, no en vano el acuerdo nupcial de Minho había sido con ellos y no quiere problemas o rencores causados por nimiedades.

—Disculpen nuestra salida acelerada, entenderán los motivos. Pero esto no afecta, desde luego, sus participaciones siguientes en los eventos dentro del castillo.

—Muchas gracias, príncipe, es piadoso.

El hombre hace una reverencia al igual que su esposa. El joven alfa se limita a ver por unos segundos a Hyunjin antes de inclinarse de igual forma.

Los príncipes abandonan el lugar y pronto los cuatro se ven de nuevo dentro del carruaje; sin embargo, cuando este ha avanzado unos metros, Hyunjin pide al chófer que se detenga y cuando lo ha hecho, mira a los betas.

—Debo hablar con Minho, en privado.

Los guardias se quedan unos segundos en silencio, sorprendidos por la repentina petición, pero acceden abandonando de forma rápida el carruaje cuando perciben el aroma molesto del príncipe.

Al verse solos, Minho suspira, anticipando el tema del cual van a conversar. Hyunjin lo observa con atención por unos segundos antes de inclinarse ligeramente hacia él, apoyando sus brazos en sus piernas separadas.

—¿Comprometido?

—Nunca se le dio importancia a ese acuerdo, ni siquiera lo recordaba.

—Parecías muy cercano a la familia.

—Los duques Shim siempre fueron muy amables conmigo, ¿Por qué no ser recíproco?

—Sabes que soy una persona directa, Minho, y que muchas veces desearías que no sea así. Lo siento, odio irme por las ramas, odio guardar cosas o asumir, es un drama innecesario porque al final todo sale a la luz.

Minho resopla, siempre le dice a Hyunjin que odia eso cuando en realidad, desearía poder ser así de directo, o bueno, tal vez directo pero con un poco más de pudor.

—Lo sé.

—Por eso quiero hablar ahora. Respeto qué no desees contarme algunas cosas, pero al verme involucrado tengo derecho a saber, ¿Por qué me has estado evitando? Pensé que intentaríamos trabajar la confianza en esta relación, pero de un momento a otro mantienes tu distancia.

—No me he alejado.

—Sabía que dirías eso, así que a cambio seré sincero contigo —suspira, cansado del tema que él mismo empezó—. No quiero tener que ver con la familia Shim. Entiendo su posición de poder, pero quiero que reduzcamos la interacción íntima lo mayor posible.

—No encuentro justo para los duques limitar las alianzas por los comentarios innecesarios de su hijo.

—No es por lo que dijo él, Minho. No lo quiero cerca porque estoy celoso.

Minho se queda en silencio ante lo dicho, observa a Hyunjin quien permanece en una posición firme y segura. ¿Celoso? No, debía haber más de un significado para esos celos, ¿Tal vez del poder qué tuvo Jake por un tiempo al ser su prometido? ¿Se sentiría amenazado a su posición? Y como si pudiera notar el desastre mental qué se estaba haciendo, Hyunjin resopló antes de agregar.

—No, Minho, no te estás confundiendo ni malinterpretando las cosas. Lo dije bien, estoy celoso. Pensar que Jake pudo haber estado a tu lado me hace enfadar.

—No entiendo... Nosotros no...

—Me estás gustando, Minho.

El omega siente su corazón latir con fuerza y como si todo le diera vueltas en ese momento, escuchar a Hyunjin decir eso suena tan irreal, sobre todo porque sabe que en esos años nunca desarrolló sentimientos reales por nadie, ni siquiera por Minju siendo su prometida, ¿Por qué de pronto había cambiado eso por él? Siente su estómago contraerse, por él, por alguien que es un caos.

Minho empuña sus manos, se siente extraño. Hyunjin busca la mirada del chico hasta que consigue hacer contacto visual otra vez.

—No quiero abrumarte, no es mi intención. Entiendo qué sea algo impactante, lo es también para mí y no pienses que me resulte sorprendente qué sea por ti, eres asombroso, eso me lo has demostrado estos meses. Me es sorprendente porque nunca había sentido esto por alguien.

—¿Entonces por qué frecuentas otro omega?

La pregunta sale de la boca de Minho tan rápido qué apenas se da cuenta de lo que ha dicho. Quiere retractarse pero el gesto sorprendido de Hyunjin, que luego pasa a ser de confusión lo hace enojar, como si pudiera burlarse de él.

—¿Otro omega?

—No me mientas, por favor.

—Minho, el único omega con el que he estado eres tú. Creo que nos queda claro en qué terminó eso y que es motivo suficiente para temer estar con otro y acabar igual.

—No hagas bromas, Hyunjin.

—Disculpa, es que me resulta... raro que asumas eso.

—Aquella ocasión qué nos visitaron los herederos y dormí en tu habitación pude oler el aroma de un omega de clase alta.

Hyunjin se sorprende por lo dicho y cuando su expresión se vuelve incómoda, el corazón de Minho punza.

—Es eso...

—¿Entonces?

—Hay una buena explicación pero necesito que vengas más tarde a mi habitación, prometo decirte la verdad.

Minho lo observa con cierto descontento pero sabe, sobre todo y a su pesar, que Hyunjin cumple con lo que promete, así que termina aceptando antes que Hyunjin indique a los guardias que pueden volver para retomar su camino. Aún les quedan algunos hogares por visitar pero Minho ya no tiene mente para nada más, no cuando solo puede recordar el "me estás gustando" del alfa. Solo podía pensar en qué les depara la vida siguiendo ese camino.

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