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16

El primer problema y oportunidad llegó a ellos con el inicio del invierno.

La noticia del embarazo de Minho corrió por todo el pueblo hasta alcanzar las fronteras de los demás reinos donde también avivó una llama entre las familias reales.

Los herederos habían acordado hacer su parte, convencidos de que tendrían una oportunidad. Y era esa reunión lo que angustiaba a sus respectivos padres, que no podían descartar qué se hablara algo sobre el matrimonio de los príncipes qué todos sabían fue muy repentino, pero nadie se atrevía a decir en voz alta qué el embarazo podría haber sido la causa, pues ante la gente más allá del castillo, Lee Minho tenía solo cuatro meses de embarazo y no cinco.

Quienes no tomaron muy bien la noticia fue claro, la nobleza del reino Lee. Qué con desagrado empezaban a sentir el reinado de ambos príncipes inminente y pensar en Minho como rey no era algo grato cuando habían puesto todas sus expectativas en la princesa. En cambio, el pueblo —aunque sorprendidos— pareció celebrar la llegada de un nuevo bebé y sobre todo, viniendo del omega al trono, pues pensar que la corona sirva a uno de los suyos les daba tranquilidad. Querían cambios y pronto.

Pero cuando las nevadas se hicieron presencia, la gente empezó a irritarse. Era un invierno de aquellos que hace tiempo no vivían, Hyunjin escuchó que incluso ya habían muerto cuatro personas debido a eso, pero no quiso hablar del tema con Minho porque lo podría angustiar y no quería hacer daño a él o al bebé.

Claro, es un tema que no pudo esconder mucho tiempo.

Hyunjin llegó hasta el cuarto de Minho, cansado de no obtener respuesta. Desde la visita de los herederos se encontraba con un humor diferente pero no sabía a qué se podría atribuir. Pudo ver una buena relación con todos, incluso los despidió con unas galletas y bebidas calientes qué preparó para sus largos viajes de regreso, una pelea no pudo ser. Incluso Chan parecía notar ese cambio pues volvía de dar sus avisos al príncipe con menos ánimo qué antes.

Pero al no obtener respuesta, acabó abriendo la puerta solo para encontrarse qué... de hecho, encontrarse con nada. Minho y Changbin no estaban ahí.

—¿Y Minho?

Chan pareció escuchar su duda con absoluta sorpresa, caminó acelerado al interior de la habitación, no pudiendo creer que no estaban ahí.

—Juro qué no he visto a nadie salir de la habitación.

Hyunjin llevó su mano hacia su sien, sobando con suavidad pese a la frustración.

—Pasaron años saliendo a escondidas del castillo. Empiezo a pensar que si antes lo notamos es porque ellos así lo querían.

—No bajaré la guardia de nuevo, alteza, una disculpa. Acepto mi castigo si lo considera necesario.

—Está bien, solo ve a buscarlo. No puede estar afuera en su estado.

Chan asintió mientras camina por el pasillo. Hyunjin suspira con cansancio mientras va por su abrigo, decidido en buscar al príncipe por los alrededores. No entendía qué había pasado, cuando parece que avanzaron en su relación ahora sentía que retrocedieron diez pasos.

—Príncipe Hwang.

Intenta no mostrar su disgusto ante la voz de la reina.

—Reina Lee, que grato. Pese a vivir en el mismo lugar, pocas veces nos vemos.

—Digo lo mismo, ¿Cómo va todo con Minho?

—Todo en orden, reina. El príncipe ha estudiado mucho estos meses, ojalá podamos visitar su ala pronto para mostrarle el avance qué ha tenido.

La mujer parece tensa por unos segundos antes de volver a sonreír.

—No se preocupe, príncipe, deben estar ocupados.

—Permiso, reina, debo retirarme.

Hyunjin hace una reverencia antes de continuar su camino, pero la voz de la mujer lo detiene de nuevo.

—Si harán algo, debe ser pronto.

—¿A qué se refiere?

—Por favor... ¿una reunión repentina con los herederos de los demás reinos? No soy tonta como mi esposo, príncipe, no me subestime.

—Nosotros...

—Está bien. Sé que usted lucha por aquello que también le corresponde. Pero le diré algo, príncipe Hwang, escuché que Minju regresará en algunas semanas.

Hyunjin siente su estómago contraerse, es exactamente lo que no quiere que ocurra. Intenta mantenerse tranquilo mientras empuña sus manos con discreción.

—Eso es bueno... reina.

—Si tienen un plan, deben ejecutarlo. Porque si Minju regresa y ustedes siguen siendo desplazados, no quedará nada para ambos. Ni siquiera yo podré intervenir.

La mujer hace un ligero gesto con la cabeza a modo de despedida. Está vez es turno de Hyunjin hablar.

—¿Por qué me dice eso?

Pero la mujer no se detiene, continúa su camino hasta perderse por el pasillo. Hyunjin frunce el ceño, pensando si acaso la mujer está del lado de ellos. Todo lo que deben hacer es demostrar que son capaces.

—Príncipe.

La voz agitada de Chan lo regresa a la realidad mientras lo ve correr hacia él.

—¿Qué ocurre? Te pedí buscar a Minho.

—No podemos salir del castillo.

—¿A qué te refieres?

—Hay mucha gente del pueblo bloqueando la entrada, lucen molestos. Exigen solución a los problemas que trajo consigo el invierno.

Hyunjin siente un dolor punzante en el estómago. Corre hacia uno de los balcones del ala central donde aún sin salir por completo, puede ver a través de la ventana a la gente reunida, agitando sus puños y gritando cosas. Nunca había visto algo parecido y la inquietud se apodera de su cuerpo.

—¿Cuánto tiempo tienen ahí?

—Un mozo dijo que no mucho…

—Entonces Minho...

—El príncipe alcanzó a salir, alteza.

Lleva su diestra hacia su cabello mientras intenta regular su respiración. ¿Cómo podría entrar? ¿Y si la furia de la gente recae contra él al verlo vulnerable? La sola idea le provocaba náuseas.

—Iremos a la entrada principal.

Fue todo lo que dijo, Chan no dudó en asentir mientras caminaba en dirección a la entrada sabiendo que esperarían noticias del príncipe.

Minho se encontraba celebrando su embarazo con sus amigos de la taberna. La mayoría se sentía feliz por el joven príncipe porque dar a luz al primogénito del reino significa que estaba más cerca de volverse rey y aunque antes era un tema que no les causaba interés, ahora estaban felices de ver que alguien de ese pequeño lugar estaba destinado a algo grande, ya que incluso siendo príncipe, muchas veces habló de lo poco que se espera de él.

—Me siento un tonto siendo el único que celebra con un vaso de leche en una taberna.

—Oye, no tiene nada de malo prevenir. En otros reinos se dice que el consumo de cerveza es malo y no podemos arriesgarnos a que algo malo le ocurra a trono-directo.

—Deja de llamar así a mi hijo

—Es la verdad. Podemos poner en duda tu ascenso al trono pero no el suyo. Es el primogénito.

—A menos que sea omega.

—¿El primer hijo del príncipe Hwang un omega? Por favor. El primero de su línea directa siempre ha sido un alfa. ¡También de los Lee! Está escrito, será un alfa roñoso.

Minho pone sus ojos en blanco antes de beber más leche. Entonces juguetea un poco con el vaso entre sus manos y Jisung parece notarlo.

—Escupe.

—Quiero que en unos días vayas a vivir al castillo.

—¿La leche puede emborrachar? ¿O el embarazo te hace perder la cabeza?

—Hablo en serio, Han.

—Yo tampoco bromeo.

—¿Por qué lo haría? Preguntó mejor, ¿Crees qué esos hombres armados qué vigilan la entrada como si su vida dependiera de ello me dejarían pasar?

—Necesito gente de confianza cerca, sobre todo ahora que entraré en meses críticos.

Jisung resopla, sabe que es cierto y preguntar si no hay más personas está de más, pues sabe que en el castillo nadie se preocupaba antes por el príncipe y ahora en realidad no es un interés genuino.

—Está bien, pero no esperes que use un pantalón.

Minho sonríe mientras niega un poco, quiere hacer un chiste al respecto pero Changbin se acerca hasta él con una posición rígida.

—Príncipe, debemos retirarnos. Algo ocurre en el castillo.

—¿De qué hablas?

—Dicen que personas molestas se asentaron en la entrada principal.

—¿Personas molestas?

—Oh, cariño —habla Jisung—, no lo sabes.

—¿Saber qué?

—La gente está molesta porque el rey no se ha manifestado sobre la muerte qué ha traído consigo el invierno.

Minho se horroriza al escuchar eso, ¿muerte? ¿El inverno era tan agresivo? Se ajusta su abrigo mientras se pone de pie diciendo a Changbin qué deben dirigirse al lugar de inmediato. El beta suspira, quería evitar esa entrada pero viendo la expresión del príncipe sabe que ahora será imposible.

La gente reunida sigue molesta, entre 20-30 personas afuera exigen respuesta del rey, no creyendo posible que pueda estar tan tranquilo mientras su gente muere. Hyunjin observa más de cerca la escena y nota que la mayoría son omegas, entonces recuerda las palabras de Minho diciendo que eran la mayoría de población pero con pocas opciones.

—¡El rey descansa cálido adentro mientras nosotros morimos!

—¿Cuantos más debemos perecer para ser escuchados?

—¡Retrocedan o tomaremos medidas drásticas! —grita un guardia.

Hyunjin nota a Chan tomando su espada sin llegar a desenfundar cuando unos hombres empiezan a golpear los barrotes de la puerta. Un guardia, por el contrario, saca su espada para amenazarlos pero la voz de Minho lo detiene.

—¡No se atreva a levantar su arma frente a la gente!

Las personas giran hasta encontrar la figura del príncipe qué es escoltado por el beta. Hyunjin siente un alivio qué es reemplazado por miedo al notarlo sólo. Quiere indicarle entrar pero teme decir algo que enoje a las personas.

—Príncipe Minho —habla una mujer mientras hace una reverencia—, disculpe nuestro actuar pero su padre no nos dio opción.

—Hable.

—Príncipe, el frío es arrasador... No disponemos de muchas prendas qué nos abriguen porque el trabajo de recolectar la piel está destinado a pocos alfas. Trabajar en la ropa durante el año es un proceso lento y cuando finalmente hay suficientes... Los nobles, ¡los nobles vienen a comprar a montón! No dejan nada y ofrecen más dinero para obtener prioridad.

Minho intenta contener una mueca de desagrado y tristeza al escuchar a la mujer.

—Hemos conseguido calor con el fuego, alteza —agrega un hombre—, pero la leña qué recolectan nuestros alfas es moderada, buena para un frío regular pero imposible para algo como este... pronto se acabará.

El príncipe inhala con lentitud, notando algo de lo que ya tenía sospecha: todos o la mayoría son omegas. Es cierto, dependen totalmente del trabajo que hagan los alfas durante el resto del año pero no son muchos, la mayoría prefiere trabajos menos rústicos y estos no se permiten para los omegas por ser considerados "muy rudos para los débiles", para aquellos que consideran solo pueden ser cuidados o trabajar en cosas tradicionales como confeccionar ropa, cocinar o en su mayoría destinados al cuidado del hogar.

Se siente enfermo con eso.

Puede ver a una omega joven de máximo diez años, con la nariz roja del frío, unas prendas qué deberían abrigar pero que lucen tan delgadas en contraste a su abrigo, sus manos entre un tono rojo, podía notar como las rasca con discreción.

Se acerca hasta ella y con cuidado se agacha. Changbin lo ayuda hasta que una de sus rodillas toca la nieve del suelo y la gente se sorprende por la acción, ver a un noble arrodillarse es mucho, ¿ver a la realeza hacerlo? Impensable.

Hyunjin se queda enmudecido mientras observa con atención a Minho quitarse el abrigo para poder cubrir con este a la pequeña, antes de tomar sus manitas entre las suyas para llevarlas hasta su boca e intentar qué entre en calor con el vaho.

—Lo siento... —dice el príncipe— les hemos fallado.

En cuanto siente las manos de la niña entrar en calor, sonríe y se levanta con cuidado siendo ayudado de nuevo por su guardia. La gente observa con asombro la escena y el vientre grande del príncipe, saben que ni siquiera los nobles han podido visitarlo para dar sus felicitaciones así que son los primeros —además de los herededos— en verlo. Ver el futuro, la esperanza, la salvación depositada en uno de los suyos.

—Mi esposo y yo enviaremos abrigos y ropa que los ayude a refugiarse. También vamos a solicitar una tala urgente para asegurar más leña en sus hogares. Estaremos visitando pronto los mismos para escuchar sus necesidades y tomarlo en cuenta para nuestro ascenso al trono.

La gente se encuentra conmovida al escucharlo, una mujer coloca su mano sobre su boca para retener un sollozo de alivio pues empezaba a pensar que ella o sus hijos morirían en ese invierno.

—Por favor, regresen a sus hogares, en unos minutos mi guardia y otros encargados estarán visitando sus hogares para dejar la ropa. Necesitamos qué todos estén dentro... Será el último invierno qué dependan del trabajo de otro —habla esta vez en un tono más bajo—, con mi ascenso al trono... prometo erradicar las reglas qué impiden a los omegas trabajar en áreas destinadas a los alfas.

—¡Larga vida al príncipe Minho!

Grita una mujer y pronto los demás la secundan mientras se arrodillan alrededor del príncipe.

—¡Larga vida al príncipe Minho!

Hyunjin observa aún la escena mientras su atención recae en la expresión determinada de Minho. Nota en ella la preocupación por su gente, la necesidad de justicia, de cambio. Puede ver que todo aquello que se decía de él era erróneo... A Minho sí le preocupa su pueblo.

—¿Pasa algo, alteza?

Pregunta Chan, notando la expresión del príncipe.

—Cuando nos forzaron a casar pensé que estar con Minho sería una carga... Ahora yo empiezo a sentirme como una para él.

Pese a lo dicho, Bang nota que solo hay orgullo en su voz y su mirada. Hyunjin siente un agradable cosquilleo en su abdomen mientras ve al omega abrirse paso para ingresar al castillo y en esa expresión tranquila al dar indicaciones, nota algo que no había sido capaz de nombrar antes: le estaba gustando Minho.

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