15
Hyunjin llevó a Minho a descansar a su propia habitación. Ni siquiera se había percatado de eso hasta que el omega estuvo en su cama, pero lo veía tan cómodo qué no se atrevió a hacer ninguna observación en voz alta, tal vez de comentarle, también lo encontraría extraño y deseé irse.
— Duerme un poco.
— Debemos bajar, Hyunjin, es de mala educación...
— Bajaré cuando me asegures qué vas a descansar. No me hagas llamar al doctor.
— Está bien, está bien, voy a descansar.
Reprochó el menor, sintiéndose un poco avergonzado de ceder tan fácil y quedarse quieto como se lo han pedido cuando siempre hizo lo contrario.
— Si te sientes mejor para el banquete de la noche, tal vez puedas bajar un momento.
— ¿Banquete? ¿Bromeas? ¿Con la canasta de hambre sin fondo qué soy? Definitivamente estaremos mejor para ese entonces.
Hyunjin sonríe complacido antes de levantarse y tomar la jarra con agua y vaso que deja descansar sobre su escritorio, lo acerca hasta el pequeño mueble junto a Minho para que acceda con facilidad a ello en caso de necesitarlo.
— De cualquier forma, estoy seguro que Chan y Changbin ya están aquí afuera y que no querrán irse hasta que salgas en una pieza.
— Vinieron pese a tus indicaciones de quedarse, ya son unos rebeldes.
— Se han juntado mucho contigo.
Esta vez Minho sonríe mientras se gira un poco para quedar acostado de lado y que su vientre descanse. Hyunjin indica qué estará abajo y finalmente, sale solo para encontrarse con los betas en una posición rígida mientras miran hacia la pared de enfrente. El príncipe eleva su ceja izquierda antes de dar la indicación de vigilar la habitación de Minho en caso que requiera algo. Ambos asienten mientras el alfa se dispone a bajar en espera de arreglar toda esa situación.
Minho se siente por alguna razón más tranquilo, con el embarazo en su quinto mes había noches en las que incluso le costaba dormir porque antes solía hacerlo boca abajo y ahora no puede. Pero entonces se percata qué está en la habitación de Hyunjin y aunque se sorprende, ahora entiende la razón de su comodidad. Su omega está tranquilo por la protección y está seguro que el bebé dentro suyo se siente igual.
Y ahora le resulta un poco... extraño. Había escuchado sobre la tranquilidad qué puede brindar a un omega la presencia de un alfa de confianza, nunca pensó que el efecto podría ser tan placentero. Siente al fin como su cuerpo se relaja y está seguro que es la primera vez que se siente tan tranquilo desde que supo sobre su embarazo.
Pero la emoción le gana al descanso.
No se considera alguien que se meta en los asuntos de otras personas, de hecho, apenas empezaba a meterse en sus propios asuntos como estar pendiente del reino, pero saber cómo era Hyunjin en un espacio más cómodo para él ahora era algo llamativo.
Se levantó con cuidado y lo primero que notó es la cama muy bien tendida y que solo posee una gran almohada, Minho tiene tres, aunque en su defensa una la usa bajo su vientre cuando desea acostarse de lado. El mueble junto su cama tenía el vaso y jarra qué dejó para él, pero nada más, entonces miró hacia el sitio donde los había tomado y se levanta para dirigirse al escritorio. Es amplio, hay hojas acomodadas con pulcritud, todo tiene un orden riguroso y Minho frunce su boca al pensar en su pequeño escritorio con hojas desperdigadas.
— Ojalá en esto seas como él.
Dijo, posando la mano sobre su vientre pero tan pronto las palabras salen, algo amargo se siente en su boca. Un nudo se forma en su garganta mientras acaricia el vientre sobre la prenda. Es el amargo sabor de una mentira fresca.
Palmea con suavidad la zona y sonríe como si el bebé en su interior pudiera verlo.
— No, por favor, debes parecerte en muchas cosas a él. No seas como yo.
Minho empieza a ser más consciente de su respiración, empieza a inhalar y exhalar con más calma para relajarse y es entonces qué se percata de algo. No ha percibido el aroma de Hyunjin.
Su propia habitación apesta a miel y limón, ¿Por qué no lo haría la habitación del alfa? Cuando los aromas de ellos suelen ser más fuertes.
Pero no percibir el aroma no fue lo que lo volvió consciente de la ausencia del mismo, sino el débil aroma dulce qué llegó a sus fosas nasales. No podía distinguirlo bien, era delicado, suave, dulce pero al mismo tiempo fresco, nada empalagoso y casi... elegante. Siente una punzada en su estómago, pocos omegas nacen con un aroma tan distinguido y suelen ser omegas refinados, ¿Por qué la habitación de Hyunjin huele a uno?
Para los omegas solo hay dos clases de poder: el qué obtienes por estatus social y el que llega con tu aroma.
Los alfas pueden destacar en muchas cosas, incluso los betas si tenían suerte, pero los omegas no. Al revelarse como uno, solo pueden depender de su aroma para salvarse. Minho tiene suerte de ser príncipe, su aroma no es malo, pero es bastante... simple. Un sonido qué quiere parecer una risa abandona sus labios cuando el pensamiento cruza su mente, incluso en eso es tan ordinario.
Los aromas para los omegas son algo preciado, debe ser dulce o al menos agradable. Aquellos que destacan suelen ser aromas frescos y florales, cuya elegancia los asciende a consortes de alguien importante o incluso a abrirse camino de forma independiente. Cómo ese omega, Renjun, un plebeyo cuyo aroma tan sofisticado lo puso en los ojos de la clase alta hasta que una dama alfa costeo un lugar donde el omega ahora trabaja haciendo ropa para la nobleza.
Por esta razón es que los reyes Hwang deseaban con inquietud qué Seungmin fuese un alfa, pues dejar el reino a un omega era impensable y casar a Felix sería algo difícil considerando su aroma. Minho nunca lo ha encontrado desagradable, pero sabe que no es algo que lo ayude a elevar su estatus. Entre tantos aromas dulces y frescos, Felix ha sido el único que ha nacido con un aroma desagradable para otros omegas y alfas. Aroma a tierra mojada. Sabe que Seungmin ama eso, pues el pequeño parlanchín se lo dijo. Pero incluso alguien que nunca se vió interesado en los eventos sociales como él, sabe la opinión pública de otros nobles y las formas despectivas con las que se refieren a él.
"El príncipe con aroma a campesino", "Olor a cerdo Lee Felix". Minho hace una mueca al recordarlo. En ese entonces solo pasaba escuchando y seguía su camino, ahora sin duda alguna le haría frente a quien hable de esa forma del chico.
Regresa hasta sentarse en la cama y acaricia la cobija bajo su cuerpo. ¿Puede qué fuera visitado por un omega? No, eso sería imposible. No podría burlar la seguridad del castillo, al menos no sólo...
¿Podría haber recibido ayuda de Chan? Minho siente un nudo en su garganta ante la idea. El beta definitivamente no tendría problema de meter alguien sin que otros lo noten, pero Chan no se prestaría a una cosa así. Muerde con suavidad su labio.
«Chan es leal a Hyunjin, no a mí». Pensó, claro que haría lo que le pida.
Pero intentó no darle mucha importancia a eso, después de todo, habían acordado que podían tener encuentros con otras personas... solo no pensó que sería tan pronto.
✦ . * ˚ ✦
Al llegar la noche y como prometió, Hyunjin permitió a Minho bajar a comer un poco. La idea era convivir con los príncipes luego de aquel espectáculo pero tan pronto la fiesta dio inicio, Minho se quedó junto a la mesa del banquete y Hyunjin... Él quería tratar asuntos diplomáticos con los demás pero le parecía imposible alejarse del chico que de forma constante ensucia las comisuras de sus labios. Así que permaneció sentado a su lado mientras se asegura qué coma cosas que le sean nutritivas, algo que desde luego, Minho reprocha.
— Quiero otro poco de pastel.
— Comiste 3 porciones ya, te hará daño.
— Me hará daño no comer.
— Lo creería si pastel es lo único que comieras, pero vas cada plato devorando lo que puedas.
Minho le mira con falso enojo antes de rendirse y tomar otro poco de agua para no pensar en el sabor dulce.
Hyunjin recuerda el momento en que regresó con los demás herederos mientras ve a Minho comer.
"Los ayudaremos", dijo Jeongin. No hubo más, se levantaron en ese momento, justo cuando Rina dijo que debían descansar para el banquete de la noche. ¿Así nada más? ¿Habían cambiado de idea tan rápido? Estaba seguro que algo querrían pero no podía pensar en qué tendrían ellos para ofrecer.
— La princesa Choi quiere hablar con usted, alteza —habla Chan.
Hyunjin resopla, gira hacia Minho y le dice que vuelve en un momento. Se pone tenso al pensar que tal vez hablarían sobre la ayuda, sobre el intercambio qué había empezado a armarse en su cabeza donde solo conocía la petición de un lado, el suyo, pero de ser así es mejor saberlo pronto.
Minho lo observa irse mientras toma un cubo de queso con una fresa. Se siente inútil de no poder hacer mucho al respecto, pero sabe que es mejor quedarse ahí y no estorbar o distraer a Hyunjin.
— ¿Sabe qué entra a terreno prohibido, príncipe?
El chico levanta la cabeza para encontrase con la princesa Rina. Pasa con pesadez su alimento mientras piensa en lo extraño qué es verla sola, empezaba a pensar que ese par de mellizos en realidad eran siameses.
— ¿A qué se refiere, princesa?
— ¿Ha ido a cazar alguna vez? —continua mientras toma asiento al ver al chico negar—. Me alegra, porque los eventos qué organizan para torneos son... aburridos. Alejados del verdadero ambiente de cazar. Hacerlo al exterior es emocionante pero debes tener cuidado, incluso diría que actuar con respeto. No eres solo cazador, también eres presa de otros animales más fuertes y ágiles qué tú.
— He escuchado que es la mejor en su reino.
— ¿Si? No me consideraría la mejor, pero soy en verdad buena. Y quiero decir que está entrando en un terreno parecido.
Minho arruga su entrecejo, confundido. La chica sonríe mientras toma una copa y un trozo de queso. Piensa que es un comentario agresivo para una persona con su apariencia. Rina es conocida como una princesa de apariencia inocente, muy halagada entre otros nobles qué hablan de las grandes mejillas en contraste a la boca pequeña qué le hace lucir en palabras de ellos, como una muñeca. Luce más joven que su hermano, muchas veces la gente no puede creer que tengan la misma edad.
También ha escuchado que suele transformarse al momento de cazar, como si los despojos de la inocente princesa dieran paso a otra persona, alguien de mirada gélida qué no duda en apretar el gatillo cuando es necesario.
— Seremos sus aliados, pero debe recordar que nuestra opinión e influencia no es la única que lo rodea. Estoy segura que muchos querrán evitar que un omega ascienda al trono.
— ¿Dice qué debo tener cuidado?
— Ser hijo del rey y esposo de un alfa no basta. Ni siquiera ese estatus lo puede salvar de aquellos que deseen su caída.
— ¿Y quiénes son "aquellos"? —arquea su ceja izquierda.
— La gente de la princesa Minju, claro.
Responde con aparente obviedad mientras da un trago al vino. Minho se sorprende mientras observa como la chica actúa sin preocupación por lo que ha dicho. Empuña sus manos mientras inhala profundo y las vuelve a relajar mientras exhala.
— Con todo respeto, no creo que la gente de mi hermana quiera ir contra su palabra.
— ¿Y por qué está tan seguro que sería en contra?
— Princesa Kang, actúe con propiedad, es mi hermana a quien acusa.
— No la acuso de nada, no aún, príncipe. Solo le sugiero recordar que ha tomado su vida y que al final del día ella también es alfa. Una qué fue educada desde joven para saber que ningún omega debe estar por encima de ella, ¿Cree qué verá lazos de sangre antes que su instinto natural? Lo sé, soy omega, sé lo que es vivir a la sombra.
— ¿En serio? Todos dicen que usted domina a su hermano y hablando ahora mismo no dudo eso, con honestidad.
La chica sonríe como si le hubiesen dicho el mejor cumplido, se pavonea en su asiento antes comer un poco de fruta.
— Lo hago, sí. Pero siempre desde abajo, siempre recordando mi lugar, uno que usted ya saltó, príncipe. No quiero discutir ni generar conflicto entre nosotros, no malinterprete mis palabras. Solo le recuerdo que hay mucha gente que ama a Minju, muchos seguidores. Debe rodearse de gente de su confianza y nada más.
La princesa se levanta mientras corta un trozo de pastel, el cual le entrega después al chico que sorprendido, lo toma.
— Siendo un regalo no debería rechazarlo, ¿No?
La chica guiña el ojo antes de desaparecer entre la gente. Minho ve a Hyunjin aún hablando con Miyeon y aprovecha en comer su pastel aunque ahora las palabras de la princesa no dejan de rondar por su mente... ¿Podría su hermana odiarlo alguna vez?
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