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10

Minho encuentra un refugio en la taberna, una especie de hogar. No recuerda hace cuánto que la frecuenta, solo que era lo suficientemente joven para poder estar ahí, pero al dueño no parecía molestarle mientras no pidiera alcohol al menos hasta que cumpliera la mayoría de edad, alegando que era un ebrio fomentando el alcoholismo, pero no un inconsciente para permitir que un adolescente beba.

Recuerda también que la primera vez que pisó ese lugar no fue por gusto, estaba buscando a una persona que vió ingresar, una mujer de vestido sencillo pero que su actitud imponente le hacía ver elegante, una mujer entrando a una taberna, en serio necesitaba saber qué hacía en ese lugar infestado de hombres nauseabundos y groseros.

Lo que no esperó fue encontrarse con el chico del que se murmuraba con desagrado en el pueblo.

Han Jisung, el chico que portaba vestidos, a veces pelucas y algún maquillaje que conseguía fabricar con cosas naturales como betabel para el labial y rubor. Solía llevar siempre un abanico con el que impedía lo vieran con facilidad por el pueblo y aunque Minho pensó en algún momento que era debido a la vergüenza por vestirse de esa forma o por los constantes insultos, en realidad, el chico solo respondía que no cualquiera tenía el honor de mirar su bello rostro. Jisung era un verdadero vanidoso.

Nunca pensó volverse cercano a él, tenía muchos prejuicios por culpa de sus padres pero pronto se encontró frecuentando ese lugar, hablando cada vez más cosas íntimas con Jisung y volviéndose confidentes del otro, compartiendo sus historias y descubriendo que tenían igualdades en sus diferencias, así que se habían vuelto, por así decirlo, mejores amigos, cosa por la que Changbin siempre se mostraba celoso diciendo que él llegó antes. Minho estaba seguro que a Seo no le desagradaba Jisung por su manera de expresarse, solo prefería mostrar disgusto porque era una persona cercana a él como lo solían estar ellos, algo que divertía al príncipe. Un guardia beta era celoso por naturaleza de su omega asignado, pero Changbin era todavía más protector y resentido.

Minho se desahoga con Jisung como tantos veces ha hecho antes, siente que tiene tanto por decir, porque no importa con cuántos hable, solo el chico podría entender el sentimiento al ser un omega tan rechazado como él mismo. O al menos eso esperaba.

— Pero en serio metiste la pata —dice Jisung—, me retracto, cariño, tú no metiste nada, por eso esperas al primogénito ahora.

Minho pone sus ojos en blanco, intentando no mostrarse avergonzado por eso, Jisung nota esa incomodidad y sonríe abanicando.

— Necesito un plan.

— ¿Para qué? Te volverás el rey del reino Lee, deberías sentirte dichoso.

— ¿Dichoso de una vida controlada?

— De una vida hecha, Minho. ¿Qué es lo que pensabas hacer antes? ¿Habías cuestionado tu futuro?

— No, pero...

— Claro que no lo habías hecho, ¿Pensabas estar huyendo siempre? Refugiándote en este lugar lleno de lacras —preguntó fuerte, consiguiendo gritos orgullosos de los ebrios que seguían coreando—. No tenías futuro, ibas a depender siempre del castillo de cualquier forma porque nadie estaba interesado en ti por ser omega, bueno, déjame decirte que sigues siendo omega, pero ahora serás un rey y no todos los días se puede escuchar eso.

— No, aunque parece que desde el suceso lo escucho a menudo.

— Tenemos que planear muy bien tu ascenso al poder, debe ser algo grande, algo majestuoso, algo que grite "es la primera vez que un omega asciende al trono como heredero directo"

— ¿Tenemos? —pregunta, elevando una ceja entretenido con lo ilusionado que luce el chico.

— ¡Por supuesto! Desde ahora llámame, asesor de imagen. Voy a estar dirigiendo todas tus presentaciones al pueblo, no puedes ser soso y aburrido como tu padre, quiero decir, el rey.

— Eso le daría un infarto a mi padre.

— ¿Por qué crees qué lo hago?

Respondió, guiñando un ojo mientras Minho ríe por ello, en verdad adora a Jisung.

— Por cierto, te traje algo —habló el príncipe—,  es pequeño pero dicen que es lo más nuevo en otros reinos.

Minho entrega una caja a Jisung, que deja el abanico sobre la mesa para poder tomarla. Al quitar la tapa, ve un pequeño artefacto metálico en forma de círculo, abajo, un pincel delgado. Jisung lo mira elevando una ceja, entonces Minho toma el pequeño artículo dentro para poder abrirlo, dejando ver una especie de crema en color rojo brillante. Jisung abre otro poco sus ojos, sorprendido.

— ¿Eso es..?

— Con lo que muchas mujeres han empezado a pintar sus labios. Mira, tomas un poco con el pincel y lo pasas por tu boca, es mejor que la mezcla con betabel, dicen que esto dura mucho tiempo y ve el color, es muy intenso.

— Es hermoso, Minho. He escuchado a muchas nobles por aquí hablando de lo mucho que desean esto... ¿Puedo tenerlo? Claro que puedo tenerlo —se responde al momento—, soy Han Jisung, lo merezco.

— Eres Han Jisung, lo mereces —repite Minho, cerrando el pequeño círculo para dejarlo de nuevo en la caja.

El chico guarda la caja con cuidado, entre sus pies bajo el vestido. Minho mira con satisfacción a su amigo, se ve muy feliz y eso lo hace sentir dichoso.

Jisung es omega, sabe que es mayor que él pero el chico nunca dice su edad, recuerda que cuando él llegó ahí a sus quince años, Jisung era más alto y ya podía beber, sabe que nunca ha tenido romance serio, porque al chico no le interesa nada que tenga relación con el amor formal, pero también es consiente que debe tener encuentros pues no había forma que pudiera pasar sus celos sólo en algún lado. Pero Han nunca habla de la gente con la que está, una vez quiso preguntarle más al respecto pero Jisung se mostró muy serio diciendo que ninguno debe hablar de los días negros, como llamaban a los días en que estaban consumidos por deseo sexual del celo.

Siempre lo respetó, porque a decir verdad él tampoco deseaba hablar de sus días con Changbin. Sabe que el chico fue entrenado para ello y que es, dentro de lo sociocultural, muy normal que la realeza omega tenga guardias personales que ayuden en ello, pero todavía era muy extraño para Minho.

Los celos de los omegas empiezan entre sus dieciocho y diecinueve años, Minho empezó una semana después de sus dieciocho años. Changbin era su guardia personal desde los doce años, el beta en un inicio no dijo su edad, pero pronto supo que el beta era mayor que él por seis años. Los guardias de omegas no podían tener una diferencia de edad con sus omegas de más de diez años, pues todavía diez era ya considerado una brecha amplia y tomando en cuenta su labor de ayuda íntima, no era incómodo para ambas partes si tenían rangos similares de edad.

El beta era también un gran amigo y confidente, Changbin entendía su pensamiento y se habían vuelto muy cercanos, pero aunque sabían que el día llegaría, para ambos fue una sorpresa cuando el celo del príncipe llegó.

Ambos estaban, para su suerte, en la habitación de Minho, que se quejaba de la fiesta en honor a su cumpleaños que se había llevado una semana atrás, en realidad todo había salido bien pero el recuerdo de las miradas hipócritas llegó a la mente del príncipe y siempre era un buen momento quejarse de los demás. Entonces una sensación de calor aquejó a Minho.

Changbin lo ayudó a recostarse, diciendo que iría por el médico en caso de que sea fiebre, pero Minho identificó que su aroma se estaba intensificando y aunque le dió vergüenza, tuvo que comentarle al beta pues de lo contrario se darían cuenta, con la llegada del médico, que el celo había iniciado y sería raro que Changbin no lo hubiese detectado, no quería arriesgarse a que destituyan al beta.

Seo se sorprendió cuando Minho le dijo que su aroma era más fuerte y pronto entendió que la etapa que tanto evitaron hablar, había llegado. Pero Changbin no se mostró inseguro, no quería demostrar su nerviosismo porque no deseaba que el príncipe se sintiera más avergonzado o inseguro, deseaba transmitirle confianza para esa situación. Entonces, entre caricias torpes y un poco tímidas, Changbin quitó las prendas inferiores de Minho, que en dos ocasiones había intentado unir sus labios y fallando solo porque Seo desviaba su cabeza evitando que el beso ocurra.

Eso no debía pasar, no era parte de su trabajo y no quería aprovecharse de la vulnerabilidad de Minho.

Ambos ya solían llevarse bien, pero nunca anticiparon cómo esa situación los volvería más cercanos, que el hecho de tener los dedos de Changbin dentro de él lo harían valorarlo más como amigo y como persona, porque pocos tendrían el suficiente autocontrol para no aprovecharse del poder que significa tener a un omega en celo. Aunque por el momento no tendría que preocuparse por eso. Entonces suspira con frustración.

— ¿Pasa algo? —pregunta Jisung.

Minho niega, diciendo que no es nada, entonces Jisung sonríe y vuelve a hablar.

— ¿Y cómo lo tomó la ex-futura reina Minju?

— No quiero hablar de ello.

— Oh, vamos. No puedes contar algo a medias, es grosero, cariño, en serio te falta etiqueta.

Minho resopla, toma un vaso con agua que le había llevado el cantinero y se resigna a hablar.

— Estaba herida, muy herida... Me dió una bofetada.

— Vaya, Minju, que te protege de todo y todos, te golpeó, eso sí es nuevo.

— Lo entiendo, me acosté con su prometido, lo merecía.

— Merecías más, siendo honestos —habla, elevando sus hombros cuando Minho le miró con molestia—. No me digas que me equivoco, cariño, yo mínimo te habría arrastrado por todo el salón real, con lo difícil que es conseguir un buen partido hoy en día.

— Soy un terrible hermano.

— ¿Por darle la opción de elegir qué hacer?

— No, Jisung, no es así. Le quité su vida, no tiene la oportunidad de elegir qué hacer cómo lo tenía yo. Ella es alfa.

— ¿Entonces?

Minho juega con sus dedos sobre la mesa, intentando articular palabra pero los distintos escenarios en su mente hacen que sus ojos se nublen por las lágrimas. Jisung deja de bromear y expresa tristeza, empezando a palmear con suavidad la espalda de Minho mientras éste seca sus ojos intentando calmarse para no llamar la atención, lo que menos deseaba es tener alrededor un montón de ebrios haciendo preguntas.

— Le asignarán un nuevo plan de vida y esta vez, tiene menos tiempo para adaptarse a todo. Mis padres no verán por ella, van a buscar aprovechar el potencial de Minju.

— ¿No es una pérdida dar tan fácil a otro reino una alfa con muchas capacidades como Minju?

— No me han cedido el trono aún, Jisung.

— Pero... Pensé que tu boda ya se había realizado.

— Oh, lo hizo. Me casé en la boda más incómoda que ha presenciado el reino Lee.

— No entiendo...

— Mis padres alegan que debo entender muchas cosas antes de permitir que Hyunjin y yo seamos reyes.

Jisung abre los ojos, entendiendo al fin lo que quería decir.

— Van a casar a Minju.

— Van a hacerlo, sí, van a buscarle un buen partido. Si Minju se casa antes que yo ascienda al trono, es posible que le permitan a ella como la mayor, gobernar.

Jisung lleva su palma hacia sus labios, encontrando horrible el plan de los reyes. Eso significa que Minho y Hyunjin quedarían en la nada, porque todos sabían que el reino Hwang estaba destinado a Seungmin y aunque Hyunjin se casó, seguro encontrarían una regla para justificar no darle el trono. Ambos reinos estaban deseando dejar a los chicos destituidos y lejos del poder.

— Pero eso es muy injusto, sobre todo para el príncipe Hyunjin.

— Lo sé, es una pena, su error fue tener que casarse conmigo.

— No, cariño, no es un error. Donde ellos ven una debilidad, nosotros encontraremos una ventaja para hacerlos ascender pronto al trono, ¡Déjamelo a mí! Me encargaré de difundir tu nombre y sus capacidades por el pueblo. Incluso si no soy bien visto, la gente es influenciable y muy cotilla, será un tema de conversación.

Minho sonríe. En serio no sabría qué hacer sin Jisung. Y se despiden con un beso en la mejilla, a lo que los hombres del lugar empiezan a burlarse antes que Minho les diga que, de seguir, se olvidaría de pagar sus rondas, a lo que los hombres se calman a regañadientes. Minho regresa con Changbin, se abrigan bien para no ser reconocidos fuera y salen en dirección al castillo, saben que los hombres dentro guardarían silencio por un poco de cerveza, pero fuera, aunque el pueblo sospecha que el príncipe se escabulle, no tienen pruebas para acusarlo de eso, nunca deben saber que va a ese lugar, menos que tiene relación cercana con "la loca del pueblo" como llaman algunas mujeres a Jisung.

A lo lejos, el hombre abrigado observa al príncipe y su guardia irse hacia el castillo mientras eleva una ceja, ¿por qué el príncipe Lee iría a un lugar tan sucio cómo ese? Niega, no es su deber pensar de más, su única tarea como guardia temporal del príncipe Hwang, ha sido investigar a dónde y con quién se ve Minho, pero ahora, Chan no sabe exactamente qué decirle a Hyunjin.

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