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Nayeon's so hot (2): She, you and me

Siguió a Tzuyu hacia la sala de estar, donde se encontraba Nayeon en iguales condiciones. La visión de ambas mujeres, desaliñadas y semi-desnudas, hizo que el corazón de Sana latiera con más fuerza. Nayeon llevaba una falda similar a la que había usado el otro día, y solo llevaba puesto un brasier. La tensión en el aire era palpable, cargada de anticipación y deseo. Sana sabía que esta noche sería inolvidable, y estaba lista para sumergirse en el torbellino de pasión que le esperaba.

Tzuyu la guió para que se sentara en el sillón entre ella y Nayeon. Sana obedeció, sintiendo el peso de las miradas intensas que la rodeaban. Tzuyu se acomodó a su lado, con las piernas abiertas y una mirada intimidante que parecía penetrar hasta lo más profundo de su ser.

Sana las miró a ambas, sintiéndose observada y evaluada en silencio. Antes de que Tzuyu pudiera hablar, Nayeon tomó la iniciativa.

"Espero que estés bien, Sana," dijo Nayeon con dulzura, rompiendo el tenso silencio que se había instalado en la habitación.

La rubia le devolvió una sonrisa, tratando de ocultar los nervios que la invadían. "Estoy algo nerviosa, pero bien, sí," respondió sinceramente, aunque su voz temblaba ligeramente.

Entonces, Nayeon se levantó del sillón y se dirigió a la cocina, dejando a Sana a solas con Tzuyu. El silencio se volvió aún más pesado entre ellas, ninguna pronunció una sola palabra. Solo se quedaron mirándose fijamente, sus miradas hablando volúmenes mientras Sana apretaba sus cosas con fuerza, sintiendo la tensión palpable en el aire que las rodeaba.

Segundos después, Nayeon regresó al sillón con ellas, trayendo tres Four Loko destapados. Con un gesto amistoso, le pasó uno a Sana, otro a Tzuyu y se sentó de nuevo entre ellas.

"Bien. Tzuyu, Sana," comenzó Nayeon con determinación. "Hemos acordado las tres reunirnos aquí para cumplir algunas fantasías que hemos tenido en mente estos días."

Antes de que Sana pudiera responder, Tzuyu interrumpió con descaro: "Estamos aquí porque quieres cogerte a mi novia, Minatozaki," soltó, mirándola fijamente con una intensidad que hizo que Sana contuviera la respiración.

Sana respondió con una sonrisa traviesa. "Te quiero a ti también," dijo, con un toque de picardía en su tono. La expresión en el rostro de Tzuyu cambió rápidamente, pasando de la confianza a la molestia en un instante.

Sin previo aviso, Tzuyu se acercó a Sana y le tomó la camiseta, halándola hacia ella con fuerza. Bajó la mirada hacia la prenda y se dio cuenta de que era suya, un gesto que no pasó desapercibido para Sana. Luego, Tzuyu volvió su atención al rostro de Sana y le colocó dos dedos en los labios con una orden directa: "Chúpalos."

Oh, ella quería jugar este juego, pensó Sana con una sonrisa traviesa. Se llevó ambos dedos a la boca, los engulló con deseo, mientras agarraba la mano de Tzuyu y la miraba de manera lasciva, transmitiendo un mensaje claro con su mirada mientras chupaba con fervor. Supuso que esos dedos estuvieron dentro de Nayeon antes de que ella llegara, lo que aumentó su excitación y la hizo chupar con más gusto, disfrutando cada momento y haciendo la expresión que sabía que a Tzuyu le encantaba cuando la ponía a chupar.

Después de unos segundos, Tzuyu la detuvo y retiró los dedos de su boca. "Suficiente, tenemos que hablar," anunció con seriedad.

Sana miró a Nayeon, quien le sonrió de manera cómplice, antes de componerse para la conversación que se avecinaba.

"Muy bien, Shasha," comenzó Tzuyu, aparentemente más calmada. "El otro día fui a confrontarte porque le coqueteaste a Nayeon por Instagram, me besaste, le coqueteaste a ella cuando fue a confrontarte y ahora estás aquí en mi casa de nuevo."

"Aquí estoy," respondió Sana simplemente, manteniendo una actitud despreocupada.

"¿Por qué estás aquí?" preguntó Tzuyu, con una mezcla de curiosidad y desconfianza en su tono.

"Estoy aquí porque quiero volver a estar contigo, revivir viejos tiempos y porque quiero follarme a tu novia," respondió Sana sin rodeos, siendo franca y directa como siempre.

"¿Todavía me amas?" preguntó Tzuyu, buscando una respuesta sincera.

A Sana se le revolvió el estómago ante la pregunta, pero no iba a echar para atrás su rebeldía. "Todavía te amo, Chewy," confesó sin titubear, dejando en claro sus sentimientos a pesar de la complejidad de la situación.

"Mírala, Nayeon. Todavía me ama," dijo Tzuyu a su novia, buscando su aprobación y validación.

Nayeon se limitó a asentir con una mirada comprensiva antes de que Tzuyu continuara expresando sus preocupaciones.

"¿No crees que esto sería doloroso para nosotras dos?" preguntó

Tzuyu con sinceridad, buscando entender la situación desde todas las perspectivas.

Sana mantuvo su postura desafiante. "Estoy dispuesta a correr el riesgo. Te has emparejado con una maldita diosa, no puedes culparme por querer follármela," respondió con franqueza, sin pretender ocultar sus deseos.

"No te culpo, para nada," afirmó Tzuyu, reconociendo la atracción evidente entre Sana y Nayeon.

"Entonces, ¿por qué dudas tanto de esto? Es solo sexo," insistió Sana, tratando de minimizar la complejidad de la situación.

Tzuyu se acercó nuevamente a Sana, esta vez con un temple calmado, buscando transmitir sus sentimientos con serenidad.

"El problema, Sana," comenzó, tomando las manos de la rubia entre las suyas, "tampoco he podido olvidarme de ti."

El corazón de Sana dio un vuelco al escuchar esas palabras. ¿Tzuyu todavía la amaba a pesar de estar con alguien más? ¿Estaban jugándole una broma? La confusión se apoderó de ella, y su mirada buscó a Nayeon en busca de alguna señal de claridad.

Nayeon se acercó a Sana de inmediato, alzando su mandíbula con ternura y comenzandoa lamer su cuello con una determinación seductora. Un escalofrío recorrió la espalda de Sana mientras Nayeon avanzaba, dejando sus labios a merced de sus caricias. Desde el pulso de su cuello hasta sus labios, Nayeon trazó un sendero con su lengua,provocando un deseo intenso en Sana que no podía ignorar. Ambas se fundieron en unbeso mojado, y mientras se entregaba al momento, no pudo evitar la confusión queemanaba de sus pensamientos. ¿Qué demonios estaba pasando?

Al separarse del beso, Nayeon le dio un último pico en la mejilla, dejando una sensaciónde calor en la piel de Tzuyu.

"¿Me pueden explicar qué demonios está pasando aquí?", preguntó Sana, tratando dedesentrañar el enigma que se desarrollaba ante sus ojos.

Tzuyu rio con una chispa de complicidad.

"Acuérdate, cuando estábamos juntas tecomplacía en todo lo que querías, Shasha", recordó con una voz suave pero firme.

Sana se sintió confundida.

¿Qué tenía que ver su relación pasada con las decisiones queestaban tomando ahora?

"Decías que querías algo, lo pedías a gritos y al final siempre te lo daba", continuó Tzuyu, manteniendo la calma. "Aunque ya no estamos juntas y me hiciste enojar mucho, quiero complacerte dándote la oportunidad de comernos las tres".

Sana frunció el ceño, intentando comprender la situación. "A ver, no entiendo. Sé que vine para tener un trío, pero, ¿qué tienen que ver nuestros sentimientos en esto?".

La forma en que se dirigían a ella era tan extraña, casi como si estuvieran orquestando un espectáculo meticulosamente planeado.

"Lo que pasa es que, en esta oportunidad, no solo te voy a complacer a ti, también voy a complacer a mi hermosa compañera de allá", señaló Tzuyu hacia Nayeon, quien ya se había quitado el sostén, dejando al descubierto sus perfectos senos redondos. Sana perdió la mirada en ellos por un momento, cautivada por su belleza.

"Mi hermosa gatita quiere tenerte, Shasha", agregó Tzuyu con un tono sugerente.

"¿T-tenerme?", tartamudeó la rubia, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía antela idea.

"Ella quiere follarte, quiere que la folles, pero quiere algo más también", continuó Tzuyu, aumentando la tensión en el ambiente.

"¿Qué es eso?", preguntó Sana, con la curiosidad picándole.

Entonces, Nayeon se acercó a su oído y susurró con voz seductora:

"Quiero que seas mía". Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sana, dejándola aún más confundida que antes.

"¿A qué te refieres con eso?", preguntó, buscando aclarar sus dudas. Nayeon le sonrió enigmáticamente una vez más.

"Te lo diré cuando esto termine". Sana sintió un cosquilleo de excitación recorriendo su cuerpo mientras absorbía cada palabra y gesto de Tzuyu y Nayeon.

La tensión en el aire era palpable, y cada vez se volvíamás difícil contener la anticipación que la envolvía.

"Entonces, ¿qué es lo que procede?", preguntó con impaciencia la rubia, deseando pasar de los juegos preliminares a la acción real. Sabía que estaba al borde de algo salvajemente placentero, y no podía esperar más.

Tzuyu tomó el control de la situación, marcando el ritmo con su voz seductora.

"Primeroque nada, que sepas que probaste a Nayeon en mis dedos", anunció con una pizca deburla, recordándole su pequeño encuentro previo. Sana asintió, con una sonrisa traviesa jugando en sus labios."Segundo, ya que solo quedan unos días para terminar definitivamente el semestre,celebremos", continuó Tzuyu, su tono cargado de promesas de placer. Sana estaba lista para pasar a la siguiente fase, pero Tzuyu la tomó de la camiseta y seacercó a su rostro, inyectando una dosis extra de intensidad en el momento. "Y tercero...", susurró con voz ronca, enviando un escalofrío de anticipación por su columna, "vamos a meternos en la cama en la que te follé tantas veces y vamos a dejarla piel en ella, hasta que no podamos más".

Sana desafiante, no perdió la oportunidad de jugar con Tzuyu.

"¿Qué es lo que vamos a hacer? No te escuché", desafió, provocando una sonrisa juguetona en los labios de la pelinegra.Tzuyu tensó su agarre y se inclinó aún más cerca, su aliento chocando contra los labios de Sana.

"Vamos a coger", declaró con determinación, su voz cargada de deseo y urgencia.

"¿A coger?", repitió Sana con una sonrisa traviesa, disfrutando del juego de seducción que se estaba desarrollando entre ellas. Tzuyu no pudo contenerse más y decidió pasar a la acción.

Le lamió la boca y luego lemordió el labio.

"Vamos a mi cuarto, Shasha. Sé que estás lista para nosotras", instó. Nayeon, no queriendo quedarse atrás, se unió al juego y fue directo a lamerle el cuello Sana.

"Vámonos de aquí, no puedo esperar más", dijo con ansiedad y anticipación, añadiendo combustible al fuego que ardía entre ellas. La mirada intensa de Sana reflejaba una mezcla de deseo y descaro, una determinaciónardiente que no pasó desapercibida para Nayeon. En lugar de sentir celos o molestia, la castaña anhelaba probar lo que la exnovia de Tzuyu tenía para ofrecer.

Era una dinámica tan peculiar, tan audaz, tan sin restricciones. Las tres mujeres avanzaron hacia el dormitorio donde habían compartido tantos momentos íntimos en el pasado. Tzuyu lideraba el camino, entrando primero y encendiendo la luz de la habitación. Sana y Nayeon la siguieron de cerca, ansiosas por loque estaba por venir. El cuarto estaba decorado como de costumbre, pero algo había cambiado.

Una cama nueva, más grande y lujosa, ocupaba el centro del espacio, invitándolas a entregarse asus deseos más profundos. Estaban preparadas para sumergirse en un océano de intenciones oscuras, cinismo y un placer sin límites que potencialmente reconfiguraría el curso de sus relaciones, o quizás simplemente lo disfrutarían y luego lo dejarían en el olvido. Pero lo que realmente la impactó cuando entraron en la habitación fue la acción instantánea de Nayeon, quien se tendió en la cama y se despojó de su falda, dejándose completamente desnuda. Sinbragas, sus pliegues rosados y brillantes provocaron una reacción instantánea en la rubia, cuya boca se hizo agua al contemplarlos.

Mientras tanto, Tzuyu se apresuraba a quitarse el top y buscar lo que parecían ser condones. Aunque en un principio parecía estar paralizada, con la ropa aún puesta, unos labios se abalanzaron sobre su cuello de repente. Nayeon estaba detrás de ella,deslizando sus manos bajo la camiseta y ayudándola a quitársela. Era evidente queNayeon estaba más ansiosa, lo cual embriagaba a la rubia. Nayeon se deslizó desde su espalda hasta quedar frente a ella, ayudándola a quitarse el top. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, ardiente y desesperado, como si fuera una necesidad imperiosa. Sana no se había equivocado: Nayeon era increíblemente ardiente, la más sensual de todas.

Mientras tanto, Tzuyu se unió a la diversión, intercambiando una rápida mirada con  Nayeon antes de que esta se dirigiese a la cama. Se recostó, observando lo que estabapor suceder.De repente, Tzuyu tomó a Sana por la cintura con firmeza desde atrás, haciendo que la rubia se estremeciera en sus brazos y arqueara la cabeza hacia atrás.

Aprovechando la posición, Tzuyu susurró en su oído con una voz seductora: "¿Me extrañaste?", mientras Sana intuía la presencia de su polla en su culo.

Ella iba a liderar el asunto. Sin titubear, le bajó el pantalón de un tirón y agarró el borde de la tanga que Sana llevaba. "¿Te la pusiste por mí, cariño?", preguntó con una sonrisa traviesa.

"Vamos a la cama", jadeó Sana, su voz cargada de deseo y anticipación. Ambas se unieron a Nayeon en la cama, formando un círculo de rodillas bajo la guía deNayeon.

Se miraron las unas a las otras con deseo palpable. Primero, Tzuyu atacó la boca de Nayeon, sus lenguas danzando con lujuria y pasión, mientras Sana se unía en un beso con Nayeon, repitiendo la intensidad del momento anterior. Se entregaban con una necesidad ardiente, saboreando cada beso, explorando sus bocas con ansias desenfrenadas. Luego, Sana saboreó los labios de Tzuyu, deleitándose con su experiencia y experticia, mientras Tzuyu, con manos expertas, le bajaba la tanga a Sana, murmurando lo hermosa que era.

Con destreza, Tzuyu bajó su bóxer, liberando su gorda y dura polla. Después, Tzuyu besó el cuello de Nayeon, seguido de sus labios, antes de recostarlasuavemente en la cama. "Shasha", murmuró. Sana se acercó a ella y la besó nuevamente con fervor, pero esta vez descendió por su cuello hasta llegar a sus pechos, succionando un pezón y haciendo gemir a Nayeonroncamente. Después de unos momentos, se separaron.Sana se dirigió directamente hacia Nayeon, repitiendo el proceso en sus senos mientras amasajaba suavemente. Al despegarse por un segundo, miró a Tzuyu con determinación.

"Voy a cogerme a tu novia".Tzuyu asintió y se bajó de la cama.

"Déjame comerte el coño mientras lo haces", propuso, con una mirada lujuriosa.

"Nada de eso", respondió con firmeza. "Vas a ver cómo me quedo con tu novia, algo que he deseado desde el principio", refutó con una sonrisa desafiante. Y así fue, Nayeon se acomodó, abriendo las piernas para Sana, quien se colocó entre ellas,admirando la intimidad expuesta. Estaba notoriamente excitada, su humedad era evidente.

Tzuyu se colocó al lado de Nayeon, ansiosa por observar la reacción de Sana. Sana comenzó a acariciar suavemente el abdomen de Nayeon, ascendiendo hacia suspechos, los cuales apretó y palmeó.

"Eres tan sexy, Nayeon. Estoy ansiosa por probarte",murmuró con lujuria.

Nayeon respondió con deseo: "Entonces hazlo. He esperado mucho tiempo por esto".

Sana la ayudó a abrir aún más las piernas, deseosa de explorar cada rincón. Al tener unavista completa de la intimidad de Nayeon, Sana se relamió los labios y lanzó una mirada aTzuyu antes de comenzar a besarla apasionadamente en los muslos, el monte de venus y finalmente en su coño, que estaba húmedo y ansioso por ser tocado.

"Chewy", llamó a la chica con gracia en su cara. "Asegúrate de ver bien como me la como y la hago mía", dijo con un brillo travieso en los ojos, disfrutando cada instante de supapel seductor.

Tzuyu se lamió los labios, deleitándose con la anticipación del placer por venir. Le encantaba cuando esa mujer se comportaba como una perra cínica, desatando su lado más salvaje y excitante. Tzuyu puso un brazo alrededor de los hombros de Nayeon y se pegó a ella, compartiendo el calor y la intimidad del momento.

Con determinación, Sana comenzó con su trabajo. Inhaló profundamente el aroma embriagador de la entrepierna de Nayeon, su sexo caliente y tentador. Primero, dio un lametazo lento y deliberado por toda la zona, saboreándola con avidez, confirmando lo delicioso que era su sabor. Era como si cada gota de su esencia se convirtiera en un néctar irresistible para su paladar, y ella deseaba beber de él sin restricciones.

Con un gemido ahogado, Sana hundió su boca en la intimidad de Nayeon, decidida a saborear cada centímetro de su ser con pasión desenfrenada. Su lengua caliente se deslizaba por los angostos pliegues de la vulva de Nayeon, explorando cada recoveco con maestría y devoción. Los suaves gemidos y suspiros de Nayeon resonaban en la habitación, llenando el aire con una sinfonía de placer y deseo. Se entregaba por completo a su tarea, deseosa de hacer que cada momento fuera inolvidable para ambas, mientras su lengua hacía maravillas en el coñito de Nayeon, llevándola al borde del éxtasis con cada caricia.

Succionaba como si le pagaran por ello, aplicando una presión firme y constante que hacía que Nayeon se retorciera. Cada succión era un acto de devoción, una forma de expresar su deseo y su ansia por complacer a esa chica. Tzuyu, consciente de los fuertes gemidos que amenazaban con escaparse de los labios de Nayeon, calló sus quejidos con un beso apasionado, ahogando el sonido de entre sus labios.

Sana se esforzaba al máximo en darle placer a Nayeon, moviendo su lengua con destreza mientras mantenía una mirada intensa y penetrante en los ojos de la pelinegra. Tal vez fuera un reflejo de su propia excitación, pero Tzuyu no pudo resistir la tentación de acariciarse la polla que descansaba entre sus piernas. Sana la miró de reojo, el pensamiento de tenerla dentro más adelante hizo que se le hiciera agua la boca, anticipando lo que aún estaba por venir.

Centrándose nuevamente en la tarea de dar placer a Nayeon, Tzuyu se dejó llevar por los gemidos sensuales que inundaban la habitación, indicando que su amante estaba disfrutando cada momento de la atención que recibía. Mientras Tzuyu la besaba apasionadamente, Sana continuaba estimulando el clítoris de Nayeon con movimientos expertos, alimentando su deseo con cada caricia.

El placer aumentó cuando Nayeon sintió cómo la ex de su novia introducía dos dedos en el interior, llevándola al borde. Quería superarse a sí misma, impulsada por una mezcla de ego y avaricia, decidida a regalarle a Nayeon el mejor orgasmo de su vida como una demostración de su habilidad y deseo desenfrenado.

Y lo logró.

Minutos después, Nayeon estaba revolcándose en la cama, entregada al éxtasis mientras Tzuyu mantenía su ritmo implacable en su coño. Cada movimiento de los dedos de la rubia parecía llevarla más cerca del precipicio. Mientras tanto, la pelinegra se había abalanzado sobre sus pechos, devorándolos con ansia mientras escuchaba cómo los gemidos de Nayeon iban en aumento, señal inequívoca de que estaba al borde delorgasmo.

Finalmente, Nayeon alcanzó el clímax con un estallido, su cuerpo se arqueó y sus gemidos llenaron la habitación mientras Sana continuaba estimulándola y Tzuyu se aferraba a sus pezones con avidez. La barbilla de la rubia quedó impregnada de los fluidos de Nayeon mientras intentaba saborear cada gota, consciente del regalo de placer que acababa de brindarle. Fue el primero de muchos orgasmos que estaban por venir, una muestra del placer intenso y desenfrenado que las esperaba en aquella noche de pasión. Con la respiración agitada, Nayeon yacía en el brazo de Tzuyu, sintiendo aún los estremecimientos que la habían consumido por completo.

"Joder, eso fue...", murmuró Nayeon, sin aliento y aún embriagada por la intensidad delmomento.

Tzuyu le dedicó una sonrisa radiante y le ofreció otro beso, sellando así el inicio de una noche que prometía ser inolvidable.

Sana subió por el abdomen de Nayeon, dejando una estela de besos ardientes en su piel hasta llegar a sus labios, donde se entregó a un beso apasionado. Luego, su atención se desvió hacia Tzuyu, quien la esperaba con una mirada cargada de deseo. La rubia no perdió el tiempo y le lamió los labios con fervor, saboreando el rastro de Nayeon en su amante.

"¿Te gusta el sabor de ella en mí?", preguntó Sana de manera provocativa, desafiando a Tzuyu con una sonrisa juguetona. "Me encanta", respondió la pelinegra con una lamida más. "Sabe aún mejor en ti".

Sin embargo, el momento de juego pronto se tornó en un deseo más intenso cuando Tzuyu tomó el control de la situación. "Ahora quiero que te pongas en cuatro para mí, te quiero meter mi polla", ordenó con voz firme, indicando sus deseos.

Sana miró a Nayeon, quien aprovechó el momento para besarla con hambre. "Será demasiado caliente verlas a ustedes dos juntas", comentó Nayeon, admirando la escena con una sonrisa traviesa.

"¿No te dan celos?", preguntó Sana, sorprendida por la actitud despreocupada de Nayeon.

"Debería, pero no puedo negar lo caliente que eres", respondió Nayeon, devolviéndole el beso con fervor.

Sana frunció el ceño, confundida. "¿Entonces? ¿Me explican lo de hace rato?".

"¿Qué debemos explicarte?", respondió Tzuyu, manteniendo su tono desafiante.

"¿Qué es eso de tenerme? ¿No se supone que soy yo la entrometida aquí?", preguntó, buscando respuestas claras.

"Te dijimos que lo sabrías al final de esto", intervino Nayeon esta vez.

"¿Ustedes me están tomando el pelo o algo?", inquirió Sana, sintiéndose cada vez más confundida por la situación.

"En realidad, debería estar tomando el control detrás de ti como vaquera, cariño",

Nayeon le lanzó un golpe juguetón en el hombro a Tzuyu como si fuera una reprimenda cómplice.

"No te estamos tomando el pelo en absoluto, ambas queremos follar contigo, mucho", agregó Tzuyu con una mirada llena de deseo.

"Vamos a ello, como te dije, Shasha", instó Tzuyu mientras se ponía de pie y tomaba un condón y lo deslizaba en su circunferencia. Sana obedeció, poniéndose en posición de cuatro con Tzuyu detrás de ella.

Ella no podía ver lo que estaba sucediendo detrás, no podía ver a Nayeon, pero se imaginaba que también estaba allí detrás de ella.

Tzuyu comenzó tocando su trasero como de costumbre, apretándolo y acariciándolo con devoción. En un momento, lo abrió para admirar sus pliegues, rosados, bonitos y mojados hasta recorrer sus muslos. La excitación era palpable en los ojos de la pelinegra.

"Jodidamente mojada, justo como me gusta", exclamó mientras le daba una tremenda nalgada que hizo que Sana se estremeciera. "¿Estás lista?".

"Oh sí", jadeó la rubia, anticipando lo que vendría. Lo primero que sintió fue un dedo, supuso que era de Tzuyu, que la estaba preparando para lo que vendría. Luego, otro dedo se unió, ensanchándola más y empapándole los dedos en su interior. Finalmente, un tercer dedo se unió a la fiesta, llenándola de deliciosos gemidos mientras la penetraba incesantemente, produciendo un sonido lascivo y pecaminoso con cada movimiento de sus dedos.

Después de los tres dedos, vino algo que no había estado esperando. En lugar de la polla de la pelinegra un vibrador comenzó a entrar y salir de su coño con movimientos rápidos y tortuosos, creando una mezcla intensa de gozo y tormento. Era una experiencia abrumadora. El vibrador se movía dentro de ella con una velocidad vertiginosa, haciéndola gemir fuerte y arquear su espalda en respuesta a las sensaciones que la recorrían.

Luego, el vibrador fue sacado de golpe, dejando a Sana boca abajo en la cama, gimiendo y temblando por la intensidad del momento. "Muy intenso, joder", murmuró la rubia en aprobación mientras pasaba sus dedos por su entrada empapada, ahora aún más mojada que antes, chorreando de excitación.

"Me encanta lo mojada que te pones", añadió Tzuyu, tomando su dura verga en la mano y dirigiéndola hacia el coñito de Sana, hundiéndolo de golpe y arrancando un gemido aún más alto de los labios de la rubia.

Fue entonces cuando Sana se dio cuenta de lo que había estado haciendo Nayeon. Se colocó frente a ella, con las tetas en su cara, mientras Tzuyu comenzaba con las embestidas desde atrás. Nayeon tenía un collar negro atado alrededor del cuello, con un tirante que pendía de él.

Su cuerpo se balanceaba con el vaivén de las embestidas de Tzuyu, y Nayeon aprovechaba para acercar sus pechos a la boca de Sana, permitiéndole lamerlos y chuparlos con cada movimiento delicioso que mantenía la rubia desde atrás.

La pelinegra mantenía un agarre mortal en su cintura mientras la embestía con fuerza. Cada embestida era firme y decidida, tanto con el vibrador como con su polla. Su pelvis chocaba contra su culo con un sonido obsceno, pero, delicioso, mientras Sana se perdía en la vorágine de placer.

Era un ritmo rápido, tan vertiginoso que Tzuyu sentía que estaba perdiendo la cabeza de lo increíblemente placentero que era. Ser follada por Sana siempre era un placer indescriptible, delicioso y apasionado, y en ese momento no había lugar para dudas.

Los senos de Nayeon iban y venían ante sus ojos, tentándola con su deliciosa proximidad. Sana mantenía la boca abierta, esperando ansiosa atrapar un pezón con los labios y chuparlo para arrancar gemidos de Nayeon.

"Te ves increíble mientras te follan", susurró Nayeon, embriagada por el espectáculo erótico frente a sus ojos.

"Oh mierda, Chewy, más", gimió Sana, implorando por más.

Y Tzuyu no dudó en darle exactamente eso. Aumentó la intensidad de sus embestidas, haciendo que Sana se retorciera bajo su férreo agarre. Cada movimiento era una descarga eléctrica de éxtasis.

Tzuyu tensó aún más su agarre, desde el culo de la rubia hasta su cintura, controlando cada movimiento con maestría. En un momento de éxtasis, retiró su polla y en su lugar introdujo sus dedos hábiles en el ardiente interior de Sana. La penetración fue profunda y enloquecedora, haciendo que gimiera con más fuerza. Cuando finalmente retiró los dedos, estos estaban empapados de los jugos de Sana, lo que excitó aún más a Tzuyu. Sin poder resistirse, llevó los dedos a su boca y los saboreó con deleite, cerrando los ojos mientras disfrutaba del sabor embriagador.

Tzuyu reanudó las embestidas con una intensidad renovada, su torso presionando contra el de Sana en un contacto ardiente y visceral. Colocó su barbilla en el hombro de la rubia, sus labios rozando su oído, como si quisiera susurrarle secretos prohibidos. Con cada embestida, Tzuyu martillaba el cuerpo de Sana con un deseo insaciable. Esta vez, los gemidos de Sana eran ahogados por los labios de Nayeon, quien compartía su aliento en un beso apasionado. Mientras tanto, Tzuyu continuaba con su ritmo frenético, susurrando en el oído de Sana con una voz seductora y dominante: "Eres mía".

Sana se sintió totalmente atrapada, rendida ante la experiencia abrumadora. Se acercaba el clímax, cada embestida de Tzuyu la llevaba más cerca del borde, con la gran polla dentro de ella, los labios de Nayeon en los suyos y las palabras de Tzuyu resonando en su mente. Estaba a punto de explotar en un éxtasis delicioso y completo.

La fuerza de la pelinegra era como un torbellino, arrollando todo a su paso. Sus embestidas salvajes eran como una tormenta, y Sana se sintió completamente arrastrada por ella.

Con cada embestida, sintió el éxtasis construyéndose en su interior, hasta que finalmente estalló en un orgasmo devastador.

Fue un orgasmo tan intenso que Sana pensó que se desmayaría. Su cuerpo temblaba con las convulsiones mientras gritaba en la boca de Nayeon, quien devoraba sus labios con ansias. Los gemidos de "sí" salían de su boca en una cascada de satisfacción mientras expulsaba todos sus jugos.

El sudor cubría su piel, mezclándose con el de Tzuyu mientras esta seguía empujando, llevándola más allá de los límites del placer. Cuando finalmente logró recuperar un poco el aliento, escuchó el susurro de "mía" de parte de Tzuyu en su oído, y una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.

Había logrado lo que quería, había alcanzado el clímax más sublime, entregándose por completo a la delicia más imprudente, descarado y lascivo. Cada gemido, cada suspiro, cada movimiento descontrolado de su cuerpo era una rendición total de los deseos de pertenecer a los brazos correctos sin importar lo que se pusiera como obstáculo moral.

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La razón principal por la que Sana y Tzuyu se habían separado era tan frágil como significativa. Sana siempre tuvo necesidades afectuosas que en ese momento parecían imposibles de cubrir para Tzuyu. No veía a la pelinegra en días, apenas le hablaba o hasta ignoraba sus llamadas. Esa ausencia, esa falta de cariño por parte de quien es su pilar amoroso, la hacía sentir bastante miserable. No era posible aguantar que Tzuyu se apareciera cuando le daba la gana. La brecha emocional entre ellas se ensanchaba día a día, convirtiendo la relación en una maraña de desencuentros y desilusiones.

A pesar de los esfuerzos de Sana por comunicarse y resolver las cosas, Tzuyu parecía estar cada vez más distante, sumiéndola en una profunda sensación de soledad dentro de su propia relación.

Aunque tenía que admitir que esa actitud de Tzuyu surgió al final de su relación, porque al principio era muy atenta y cariñosa.

Recordaba los días en que Tzuyu la abrazaba con ternura, susurrando palabras de amor y apoyo en su oído. Había momentos en los que Tzuyu le dedicaba largas miradas llenas de complicidad y afecto, y esos pequeños gestos la llenaban de calidez y felicidad.

Por otro lado, Tzuyu sentía que Sana la asfixiaba. Ella quería poder salir, divertirse un rato, salir con amigos. La rubia la llamaba, incesantemente, todo el tiempo, cosa que la agobiaba muchísimo. Tzuyu anhelaba un espacio personal, momentos de libertad para explorar su propia individualidad y disfrutar de sus pasiones sin sentirse constantemente vigilada o atada a una relación.

A medida que las llamadas y mensajes de Sana se volvían más frecuentes y exigentes, Tzuyu se sentía cada vez más atrapada, como si sus propias necesidades y deseos estuvieran siendo aplastados bajo el peso de las expectativas de su pareja. La sensación de agobio y falta de libertad contribuía a distanciar aún más a Tzuyu de Sana, creando una brecha emocional que parecía cada vez más difícil de superar.

Ambas en ese momento tenían intereses diferentes, y estos intereses fueron la raíz de sus discusiones, peleas y distanciamientos, desencadenando finalmente su ruptura. Sin embargo, a pesar de todo, joder, todavía se querían después de su ruptura. Se veían de vez en cuando, tanto en la casa de Tzuyu como en el departamento de Sana, por no mencionar otros lugares raros donde tuvieron sexo. Mantuvieron una relación meramente sexual, pero que preservaba todo el amor que alguna vez compartieron.

Y de un momento a otro se dejaron de ver. Tzuyu empezó a salir con nuevas personas hasta que llegó a Nayeon, una hermosa chica que estudiaba mercadotecnia y a quien conoció gracias a unos amigos en común. Para entonces, Tzuyu ya había cambiado. Le daba toda su atención a su preciosa novia, llenándola de bonitos mensajes, buenos desayunos y tiempo de calidad. Era obvio, ella sentía culpa de que nunca pudo ser así de pegajosa con Sana. Este cambio reflejaba su deseo de aprender de sus errores pasados y comprometerse plenamente con su nueva relación.

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Pero las cosas ahora eran tan diferentes. ¿Cómo demonios estaba durmiendo en la misma cama con ambas? Nayeon estaba a un ladito, acurrucada contra ella. Sana estaba del otro lado con su cabeza pegada en su cuello. La situación era extraña y sin duda planteaba algunos desafíos emocionales. Estaba muy segura de que no se salvaban de algún que otro momento incómodo, pero hasta ese momento todo había fluido con bastante cordialidad, incluso algo más. A pesar de las complejidades de la situación, había una especie de armonía en el aire, como si estuvieran tejiendo juntas un nuevo tipo de relación, una en la que el pasado y el presente se entrelazaban de una manera intrigante.

Se levantó con mucho cuidado de no despertarlas, se duchó y preparó el desayuno. Mientras estaba volteando los panqueques, sintió no uno, sino dos labios cubriendo su cuello con besos, seguidos de dos pares de brazos tocando su torso. Era una sensación surrealista pero reconfortante al mismo tiempo. Ambas, su novia y ex, estaban dándole los buenos días, juntas. Era un momento único, cargado de emociones encontradas, pero también de una extraña sensación de plenitud.

"Buenos días", había sido Nayeon quien habló primero. Volteó a verla, llevaba solo bragas con la camiseta que traía Sana la noche anterior, cuando volteó a ver a Sana, esta traía otra de sus camisetas.

"Buenos días, lindas", saludó con una sonrisa.

"¿Podemos hablar de qué carajo ha pasado aquí?", murmuró Sana en un bostezo.

"Después de ducharnos sería lo ideal, apestamos", agregó Nayeon con picardía. "¿Lo hacemos juntas? Parece que alguien ya se nos adelantó", dijo mirando a Tzuyu.

"Trato, te veo allí", acordó, y se dirigió hacia el baño, seguida de la pequeña castaña.

"Pero, ¿qué demonios?", susurró Tzuyu, volviendo su vista a la sartén. La situación era demasiado extraña para procesarla sin una buena dosis de conversación franca.

La ducha entre la castaña y la rubia fue una mezcla de caricias y risas, junto con un poco de ducha de verdad. Se besaron intensamente, dejando que el agua corriera sobre sus cuerpos mientras se llenaban de jabón y acariciaban sus pezones, sintiendo la electricidad entre ellas.

Ya fuera de la ducha y vestidas, fueron directo con la pelinegra al comedor para poder desayunar a gusto. Prometieron hablar del tema cuando terminaran de comer, pero en la mente de Sana seguía rondando una de las cosas que hicieron la noche anterior, sintiendo cómo la excitación crecía ante esos recuerdos.

**Flashback**

Después de la maravillosa mamada que le dieron a Tzuyu, donde sus lenguas traviesas exploraron cada centímetro de su gorda polla, cada rincón de la abultada y rojita punta, acariciando sus grandes bolas y llevándola al éxtasis, mientras estrellaban sus bocas en ella, haciéndola ver estrellas antes de correrse en la boca de Nayeon y que Nayeon le pasara el semen a Sana en la boca, era el turno de Nayeon de sentir toda efusión de su novia sobre ella, de disfrutar de la misma entrega y dedicación que había recibido.

Con un movimiento decidido, Tzuyu deslizó su polla dentro del apretado y húmedo coño de Nayeon, haciendo que la castaña gimiera. Sana observaba con ojos llenos de deseo mientras acariciaba el cuerpo de la chica con devoción, disfrutando del espectáculo frente a ella. Los gemidos de Nayeon llenaron la habitación mientras Tzuyu la penetraba con habilidad y determinación, entregándole exactamente lo que ella deseaba. Sana se unió a la intensidad del momento, besando a ambas mujeres y disfrutando del cuerpo de la castaña.

Entonces, Tzuyu tomó la iniciativa y realizó el movimiento que enloquecía a Nayeon. Mientras estaba acostada boca arriba, Tzuyu tiró de la correa con un impulso firme, moviéndose dentro y fuera de ella con determinación.

Mientras la pelinegra tomaba el control, Sana se acercó a Nayeon y le habló con voz sensual: "¿Te gusta cómo te folla, Nayeon?" Sin esperar respuesta, se fundieron en un beso ardiente mientras continuaban con su juego erótico.

Nayeon, completamente abrumada por el placer, asintió frenéticamente, incapaz de articular palabras ante la intensidad del momento. Su cuerpo respondía con cada embestida, entregándose por completo a las dos mujeres que eran dueñas de su cuerpo en ese momento.

Tzuyu tiraba con fuerza de la correa, intensificando cada embestida de sus caderas mientras penetraba a Nayeon con una pasión desenfrenada. Mientras tanto, Sana se deleitaba en los pechos de Nayeon, su boca experta chupaba sus pezones con habilidad mientras una de sus manos descendía hacia su clítoris, acariciándolo con maestría y provocando oleadas de placer.

El mejor de los placeres se apoderó de Nayeon, y con un gemido gutural, alcanzó el clímax. Su cuerpo se sacudió con convulsiones de placer mientras era llevada al borde del abismo del orgasmo por las hábiles manos y bocas de Tzuyu y Sana, agregando la maravillosa polla de su novia.

Se sintió como una liberación, entregada por completo a la satisfacción abrumadora que la invadía. Se dejó llevar por las sensaciones, siendo tratada como una perrita sumisa con la correa en manos de estas dos mujeres que la habían llevado al punto máximo de excitación y éxtasis.

El momento era una sinfonía de gemidos, susurros y el sonido de cuerpos entrelazados. Nayeon se sentía como en un sueño, rodeada de placer y entregada por completo al deleite que solo estas dos mujeres podían proporcionarle.

...

Sana se vio obligada a apartar esos pensamientos de su mente por un momento y concentrarse en lo que las novias tenían que decirle. Sus pensamientos tumultuosos y cargados de deseo se desvanecieron momentáneamente mientras se esforzaba por mantener la compostura y prestar atención a la situación en cuestión.

Después de terminar el desayuno, las tres se sintieron exhaustas. La falta de sueño y la intensa noche de pasión habían dejado sus cuerpos agotados. Se dirigieron al sofá, donde todo había comenzado, buscando un momento de relajación y tranquilidad.

"¿Y bien?", comentó Sana, sintiendo un nudo de nervios en el estómago. No tenía idea de qué esperar, si esto continuaría o si llegaría a su fin justo en ese momento, como si todo hubiera sido solo un encuentro casual para Nayeon.

Nayeon tomó la palabra, comenzando con un tono amable pero cargado de seriedad. "Sana, primero que nada, quiero que sepas que ha sido increíble tenerte aquí con nosotras. Has estado absolutamente fabulosa, tal como Tzuyu dijo", Sana miró a Tzuyu, quien le guiñó un ojo con complicidad.

"Sé que esta situación puede parecer complicada y hasta un poco desvergonzada", continuó Nayeon, dejando escapar una leve risa. Ambas parecían muy amigables ahora, incluso Tzuyu, quien al principio había sido hostil.

"Chewy y yo, desde antes de decidir invitarte, tuvimos algunas conversaciones", continuó Nayeon, atrapando la atención de la rubia. "Al principio, tuvimos una pequeña pelea porque ella estaba celosa y no quería que te acercaras a mí", explicó con sinceridad. "Luego, tuvimos otra pelea porque ella me confesó que todavía tiene sentimientos hacia ti".

"Así es, Shasha. Quizás es algo injusto para Nayeon, pero ya que ella también se siente atraída hacia ti, pensé que sería bueno que supieras que todavía te amo y sé que cometí errores y de alguna forma te lastimé al final de nuestra relación, pero creo que podemos intentarlo de nuevo".

Sana sintió que su corazón se aceleraba en su pecho. "Oh, maldita sea", pensó para sí misma.

"Entonces", comenzó Nayeon, tomando sus manos con ternura. "Quiero que sepas que no me arrepiento de nada de lo que ha pasado aquí. Además, quiero que sepas que también creo que eres muy caliente".

Mientras Nayeon hablaba, Tzuyu permanecía callada, pero con una sonrisa enigmática en su rostro.

"Gracias, Nayeon, pero...", intentó responder Sana, pero fue interrumpida por la castaña.

"Quiero que te nos unas", declaró Nayeon con determinación.

"¿Qué?", Sana quedó atónita ante la propuesta, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. ¿Estaba insinuando lo que creía que estaba insinuando?

"Sé que es un poco extraño e inesperado", continuó Nayeon, tratando de explicarse. "Pero creo que podríamos hacer que funcione". "¿Nosotras?", repitió Sana, aun asimilando la idea.

"Pues sí, al menos ya sabemos que en el sexo tenemos buena química", intervino Tzuyu con una sonrisa juguetona.

"Cualquier lesbiana con un pezón en la boca tiene química, Tzuyu", bromeó Sana, tratando de aliviar la tensión en el ambiente con un toque de humor. Sin embargo, la propuesta seguía flotando en el aire.

"Entonces, Sana, ¿qué te parece si intentamos esto?", propuso Nayeon, buscando una respuesta sincera.

"¿Intentar estar las tres juntas?", repitió Sana, aun tratando de asimilar la propuesta.

"Al menos sería una oportunidad para conocernos tú y yo, y luego ver si podemos...", Nayeon intentó explicar antes de ser interrumpida por Tzuyu.

"Claro, aunque su coño ya lo conoces muy bien", agregó, con una sonrisa traviesa.

Nayeon le dio un golpe juguetón en el hombro a la pelinegra. "Cállate, teñida", bromeó, mientras Tzuyu rodaba los ojos en respuesta.

El ambiente en la sala se volvió cálido y relajado mientras las tres mujeres compartían una risa conjunta. Sana, Nayeon, y Tzuyu se acurrucaron más en el sofá, sintiendo una conexión nueva y emocionante que las unía de una manera que ninguna de ellas había anticipado.

Nayeon, con su característico humor travieso, tomó la iniciativa y propuso una idea que las hizo reír a todas. Sin embargo, bajo la superficie de esa broma, había una verdadera intención de explorar algo nuevo, algo que podría llevarlas a un nivel más profundo de intimidad y comprensión.

Sana, aunque inicialmente sorprendida, sintió que su corazón se aceleraba con la anticipación. Había estado en el centro de una relación complicada, pero ahora tenía la oportunidad de comenzar algo fresco, con honestidad y comunicación como pilares.

Tzuyu, por su parte, observó a ambas mujeres con una sonrisa enigmática. Aunque sus celos iniciales habían sido un obstáculo, ahora veía el potencial de algo más grande, algo que podría satisfacer sus propios deseos mientras fortalecía su conexión con Nayeon y Sana.

"Entonces, ¿nos vamos a la cocina?" Nayeon rompió el silencio, mirando a sus compañeras con un brillo juguetón en los ojos.

Sana y Tzuyu intercambiaron una mirada, y luego Sana sonrió, dándose cuenta de que, con estas dos mujeres a su lado, estaba lista para cualquier aventura que se les presentara.

"¿Por qué no?", respondió Sana con una risa suave, mientras las tres se levantaban del sofá, listas para explorar un nuevo capítulo en su relación, una que prometía ser tan intensa y apasionada como la noche que acababan de compartir.

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