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Noche de parejas

Anuncio a todas las pasajeras

El día XX de XXXX se llevará a cabo un evento solo para parejas en el salón de fiestas del barco.

A más de alguna se le iluminaron los ojos al ver aquel cartel. Si bien muchas ya habían tenido sus momentos de deleite con sus respectivas parejas (las que tenían, claro está), la posibilidad de un evento exclusivo para ellas las emocionaba. Unas cuantas ya planeaban qué usar y otras vislumbraban cómo sería la fiesta. Kotori y Nozomi estaban dentro de ese último grupo, con la primera fantaseando con una atmósfera romántica junto a Umi y la segunda pensando en que aquello serviría para distraer por un rato a su celosa Eli.

Por supuesto, ya que no tenía pareja, Maki no planeaba asistir.

En su cabeza seguía dando vueltas lo ocurrido con Nico en la sala de cine. ¿Se habría dado cuenta ella de su presencia? ¿La habría ignorado? Aunque no quería, pensaba mucho en eso y en la pequeña cantante de cabellos negros. El anuncio del evento solo ayudó a intensificar aquellos pensamientos.

¿Qué podría hacer entonces para pasar esa noche? Nada se le ocurría. Obviamente, estaba descartado pasarla con Nozomi y Kotori, ya que lo más probable era que quisieran aprovechar la oportunidad para estar con sus parejas; encerrarse en su camarote estaba muy repetido. Además, se suponía que sus padres la habían embarcado con la esperanza de que encontrara una novia en el viaje; estar con Saeko tampoco era algo que quisiera hacer. Con lo cambiante que era esa chica, lo mejor era no interactuar demasiado con ella.

- ¿Qué haré entonces?

Fue entonces que una idea cruzó su cerebro:

- ¡Rin y Hanayo!

El par de amigas fue lo único que se le ocurrió. Como no eran pareja entre sí, bien podría pasar el rato con ellas. Sumado a eso, comenzaban a agradarle aunque no lo quisiera admitir.

Mientras caminaba al salón comedor, procesaba el cómo pedirles que la acompañaran esa noche.

- ¡Maki-san!

- Ah, eres tú, Saeko-san.

Saeko prácticamente se había abalanzado sobre Maki y la saludó con una gran sonrisa. La pelirroja, que no quería ser la causa de sus bruscos cambios de humor, trató de mantenerse serena.

- ¿Vas al comedor?

- Sí.

- Excelente, yo también. Por cierto –comenzó a cambiar el tema–, ¿supiste del evento de esta noche?

- ¿El de las parejas?

- Sí, ese mismo. ¿Qué te parece si vamos?

La sola idea inquietó a Maki.

- ¿No se supone que es para parejas?

- Aun así vayamos. Estoy segura de que será divertido.

La doctora no sabía cómo responder. Cualquier respuesta equivocada desencadenaría una reacción explosiva en la pelimagenta, y eso era lo que menos quería.

- ¿Y? ¿Qué me dices? –preguntó Saeko con una sonrisa que ejercía cierta presión.

- Este... Yo...

El rostro de Maki comenzó a enrojecer por el nerviosismo.

- Pues... ¿Qué tal si me dejas pensarlo un poco y te contesto luego?

Aunque Saeko esperaba una respuesta rápida, tuvo que ceder para que la pelirroja no se alejara.

- Como quieras, Maki-san. Esperaré tu respuesta con ansia.

Con cada paso hacia el comedor, un solo pensamiento se repetía en el cerebro de la ojimorada:

- Tengo que encontrar una manera adecuada para decirle que no.

(...)

- Buenos días, Honoka-chan.

- Buenos días, Honoka.

- Buenos días, Kotori-chan, Umi-chan. Vengan, las llevaré a una mesa.

Después de recibir su orden, las chicas comenzaron una conversación con la mesera pelijengibre.

- Y chicas, ¿irán a la fiesta de esta noche?

- Pues...

- Claro que sí.

- Kotori, dijimos que lo conversaríamos.

- Pero Umi-chan, de verdad quiero ir contigo. Tenemos que hacer tantas actividades como pareja como podamos, ¿sí?

- Opino igual que Kotori-chan. Ustedes dos se aman, así que no veo por qué ausentarse.

- Es que no me gustan mucho esos eventos. Además, habrá muchas chicas haciendo indecencias. –Umi comenzó a tiritar–. ¡No puedo aceptar esas cosas!

- ¿Qué cosas no puedes aceptar, Umi-chan?

- ¿Eh?

Quien habló en ese momento fue Nozomi, quien entraba al comedor junto con su esposa Eli. Kotori y Umi las recordaban de cuando ayudaron a Maki en un asunto con Saeko, y si bien no habían hablado mucho, parecían llevarse bien.

- Buenos días, chicas –las saludó la peligris.

- ¿Les molesta si nos sentamos con ustedes?

- No veo por qué no –dijo Umi.

- ¿Qué opinas tú, Elicchi?

- No tengo quejas.

Que Kotori y Umi fueran pareja hacía que Eli tomara una actitud menos defensiva.

- Por lo menos ninguna intentará quitarme a Nozomi –pensó.

- Buenos días, chicas. ¿Listas para ordenar? –preguntó Honoka.

Tras tomar la orden, la pelijengibre se retiró, dejando a ambas parejas solas.

- Entonces, Umi-chan, ¿de qué hablabas con Kotori-chan antes de que llegáramos?

- Del evento de esta noche y de las parejas haciendo cosas indecentes en público.

- ¿Cosas indecentes? ¿Como cuáles?

- Ya saben: besos, toqueteos...

- ¡Un momento! –la interrumpió Eli–. ¿Eso qué tiene de malo entre dos personas que se aman? ¿Acaso es indecente que quiera sujetar la cara de Nozomi –Lo hizo–, mirarla fijamente a sus hermosos ojos y después probar sus deliciosos labios?

Umi casi se desmayó al ver el beso entre la rubia y la pelimorada.

- In... de... cente...

- ¡Umi-chan, resiste!

- No entiendo cómo puedes tener novia si no te gusta este tipo de cosas –dijo Eli.

La rubia había tocado un punto clave: posiblemente Kotori era la única chica en el mundo que podría aguantarle todo y considerar lindo ese lado exageradamente tímido que tenía.

- ¡Claro que a Umi-chan le gusta ese tipo de cosas! –intentó defenderla la peligris–. Sus besos son los mejores y me los da seguido. Además, cuando hacemos el amor...

La peliazul empezó a lanzar humo de su cabeza.

- ¡Umi-chan!

- Ustedes dos son una pareja adorable –afirmó Nozomi con una sonrisa.

En eso, llegó Honoka con la orden del matrimonio.

- Aquí tienen, chicas. Buen provecho.

- Gracias, Honoka-chan.

- Gracias.

La pelijengibre emitió una risita.

- Por cierto, ¿irán al evento de esta noche? Dicen que estará muy bueno.

- Yo sí quiero asistir, siempre y cuando Nozomi no se la pase coqueteando con otras mujeres –respondió Eli.

- Mi Elicchi, siempre tan celosa –dijo la aludida antes de besar la mejilla de su esposa.

En medio de la conversación, entró una rubia con cabello largo. Honoka la vio y se despidió de las chicas.

- Me gustaría seguir hablando con ustedes, pero debo atender a más clientas. Hasta luego, chicas, nos vemos después.

- Lo entendemos. Hasta luego, Honoka-chan.

A pesar de que había más meseras atendiendo, Honoka no quería que alguna de ellas tomara la orden de la recién llegada.

- Quiero conversar más con ella. En verdad es una chica muy divertida.

(...)

En su camarote, Nico preparaba su voz para el evento de esa noche. Sobre el velador había una bandeja llena de pasteles que se había llevado del comedor para desayunar.

- Dos eventos seguidos. El de hoy para las parejas y el de mañana para las solteras... Si no fuera porque la paga es buena, habría rechazado participar en esto.

La pequeña cantante lanzó un resoplido y siguió con lo suyo. No obstante, a su mente vino un pequeño destello rojo. Lo había visto también en sus sueños la noche anterior. ¿Desde cuándo tenía esos pensamientos? Exactamente desde que salió de la sala de cine. Nunca vio de forma clara a la persona que estaba sentada a su lado. No obstante eso, sí alcanzó a distinguir algo rojo.

- Pudo ser cualquier cosa. Un pañuelo, una bufanda, una camiseta... Nada realmente importante.

Sea lo que fuere, no valía la pena concentrarse en eso. En la noche debía cantar y planeaba dar una actuación espectacular, como casi siempre lo hacía.

(...)

- Bueno, Maki-san, ¿ya tienes en mente qué vas a desayunar?

- Primero quiero ver el menú.

Acompañada por Saeko, Maki entró al comedor. Habiéndose percatado de la presencia de las parejas KotoUmi y NozoEli, la pelimagenta la llevó a otro rincón del salón. No quería tampoco que Honoka las atendiera; el solo ver el trato entre la pelijengibre y la doctora le causaba asco.

Como se esperaba, fue otra mesera quien tomó su orden.

- Eh, Maki-san, no creas que intento presionarte, pero... me gustaría que me dieras una respuesta rápida sobre si quieres ir conmigo a la fiesta.

- Saeko-san, necesito más tiempo para pensar en eso.

- Pero la fiesta es esta noche.

La camarera volvió a los pocos minutos con el desayuno de ambas chicas.

- Esto está delicioso.

- Sí, no está mal.

Aunque hablaba con Saeko, los ojos de Maki buscaban a alguna conocida, en especial Rin y Hanayo, con quienes quería hablar. Pudo distinguir a Honoka a lo lejos, pero esta estaba conversando con una chica rubia y parecía muy entretenida con ella. Después se percató de que sus amigas también estaban ahí, pero cuando quiso levantarse e ir a saludar, Saeko la tomó del brazo.

- ¿Saeko-san?

- Ellas también querrán su privacidad, ¿no lo crees?

- Solo será un momento.

- Maki-san...

- Por favor, suéltame.

La mirada molesta de la doctora inquietó a la pelimagenta. Sabiendo que podía perder créditos con ella si no cedía, la soltó y la dejó ir a saludar a sus amigas.

- No tardes, ¿sí?

Libre de su persistente celadora, la pelirroja se acercó a la mesa.

- ¡Vaya! ¡Pero si es Maki-chan! –exclamó Nozomi al verla.

- Nishikino... –pensó Eli sin poder ocultar los celos.

- ¡Hola, Maki-chan! –la saludó Kotori.

- Buenos días, Maki –hizo lo mismo Umi.

Tras los saludos iniciales y una charla breve sobre cosas sin mucha trascendencia, se pasó rápidamente al tema en boca de todas: el evento de esa noche.

- Maki-chan, ¿cuáles son tus planes? Tú no tienes pareja.

- Yo... en verdad no estoy muy segura. Quería ver si podía hablar con Rin y Hanayo al respecto, pero no las he visto hoy.

- Quizás lleguen pronto –opinó Kotori–. No falta mucho para que se acabe la hora de desayunar.

Pero aunque pasó el tiempo, ninguna de las dos aludidas apareció en el comedor. Eventualmente, la conversación y el desayuno llegaron a su fin y todas emprendieron su propio rumbo, incluyendo a Maki, quien se olvidó de que Saeko estaba ahí.

- ¡¿Eh?! ¡Maki-san, ¿a dónde vas?!

Como la pelirroja estaba concentrada en sus pensamientos, no escuchó los gritos que le lanzaban.

- Odio a esas idiotas –pensó la ojiverde con ira al verla irse.

(...)

Llegada la noche, mujeres de todas las edades se dirigieron al salón de fiestas para el evento largamente anunciado. El ambiente en la cubierta era bastante romanticón, con muchas de ellas coqueteando con sus respectivas parejas.

Al final, a pesar de todas sus objeciones previas, Umi decidió asistir. Kotori no podía contener su alegría, sujetando el brazo de su novia y frotando su mejilla contra el hombro de esta como si fuera un gato.

- Sabía que Umi-chan no me dejaría sola –dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

- Aun así es vergonzoso.

En medio de su felicidad, un pensamiento apareció en la mente de la peligris:

- Y ni siquiera tuve que usar el Onegai.

Mientras Umi y Kotori se dirigían al lugar de la fiesta, Eli y Nozomi se encontraban en su camarote afinando los últimos detalles.

- ¿Ansiosa, mi Elicchi?

- Sí. Por fin siento que esto es una luna de miel, a pesar de Nishikino.

La pelimorada abrazó por detrás a su esposa y le mordisqueó una oreja.

- Ya sabes que no es necesario que estés tan celosa. Hoy la noche será solo para nosotras.

En cuanto a Maki, se hallaba en su cama leyendo un libro. Le había ido mal buscando a Rin y Hanayo y se había resignado a pasar la noche en su camarote. De todas maneras, tanto tiempo de encierro le estaba afectando y no podía soportarlo más. Se levantó de golpe, dejando su libro sobre la cama, abrió la puerta y comenzó a caminar por la cubierta del crucero.

El aire cálido acariciaba su piel con cada paso que daba; se notaba el cambio de estaciones entre uno y otro lado del ecuador. Al mirar el cielo nocturno, sus ojos divisaron una constelación característica de la zona: la Cruz del Sur.

- Es la primera vez que la veo... No sé si será una cruz de protección o una de calvario... Vaya, creo que estoy pensando demasiado. Se supone que vine en este viaje para relajarme.

- Aquí estabas, Maki-san.

- ¿Saeko-san?

La pelimagenta se apareció en el lugar.

- Me debes una respuesta a mi pregunta de esta mañana. Queda poco para que inicie la noche de parejas.

La doctora trataba de mantenerse calmada, pero se notaba que la presencia de Saeko no la acomodaba del todo.

- Entonces, ¿qué me dices? ¿Vienes conmigo?

(...)

- ¡Buenas noches a todas! ¡Hoy es una jornada dedicada a todas las afortunadas que tienen novia, así que disfruten la velada junto a sus chicas!

Las parejas KotoUmi y NozoEli se encontraron en el salón. Se veía el espíritu de diversión en sus rostros, salvo en el de Umi.

- Vaya, así que al final viniste, Umi-chan –dijo Nozomi.

- No me lo digas. Solo lo hago por Kotori... Quiero verla feliz.

Las palabras de la peliazul hicieron que su novia se sonrojara.

- ¡Ah, Umi-chan es tan linda! ¡Por eso me enamoré de ella! –exclamó esta mientras frotaba su mejilla con la de la ojimarrón.

- ¡Kotori, no hagas cosas tan vergonzosas en público!

- Je, je.

- Me encanta verlas tan enamoradas. Elicchi, ¿deberíamos hacer cosas así también?

- ¿Eh? ¿De qué hablas, Nozomi?

- A veces olvido que mi Elicchi es un poco densa.

Al mismo tiempo, detrás del escenario, Nico alistaba los detalles para su presentación. Todo debía salir perfecto.

(...)

- Entonces, ¿qué me dices? ¿Vienes conmigo?

Maki no sabía cómo reaccionar o, más bien, cómo negarse.

- ¿Qué hago para que no me arrastre de todas formas?

Casi como una respuesta, o como un capricho del destino, una descontrolada chica apareció corriendo por la cubierta. Sus ojos color limón lograron distinguir a Maki, por lo que se acercó a ella a toda velocidad.

- ¡Maki-chan! ¡Maki-chan, nya!

- ¿Rin?

- ¡Oye, ¿nunca te han dicho que es de mala educación interrumpir las conversaciones ajenas?!

- ¡Maki-chan, qué bueno que te encuentro! ¡Kayo-chin necesita ayuda, nya! ¡Está muy enferma y necesita medicina ahora! –dijo Rin sin escuchar a Saeko.

- ¿Qué? ¿Enferma?

- Sí, desde la mañana. ¡Pero ahora está peor!

- ¿No hablaste con la enfermera del barco?

- ¡Iba a verla, pero me encontré contigo antes! ¡Por favor, ayuda a Kayo-chin!

- ... Veré qué puedo hacer.

- ¡Maki-san, tú y yo...!

- ¡Gracias, Maki-chan, nya!

La pelirroja y la pelinaranja se dirigieron al camarote de la segunda. Saeko, por su parte, solo atinó a hacer una pataleta aprovechando que nadie la veía.

- ¡NIÑA GATO HIJA DE...!

(...)

En el salón de eventos, Nico cantaba como solía hacerlo, enamorando a todas las presentes con su hermosa voz. Las parejas bailaban abrazadas y en su propio mundo, dejándose envolver por el romance en el ambiente.

- Umi-chan, prométeme que nunca te alejarás de mí.

- Lo prometo. Ahora quiero que tú hagas lo mismo, Kotori.

- Nunca dejaré a mi Umi-chan. Nunca, nunca, nunca.

En otro rincón:

- Nozomi, no sabes cuánto te amo. Quisiera que esto no terminara jamás.

- Yo también te amo, mi linda, tierna, densa y celosa Elicchi. Tranquila, esto no acabará. Estaremos juntas para siempre.

Mientras las parejas bailaban, los ojos de Nico iban de un lado a otro de la pista. Quería ver si una cabellera roja estaba presente, pero no encontró nada.

- ... No sé qué demonios estoy haciendo.

Tratando de no distraerse, la pelinegra continuó con su música.

(...)

- Rin, creo que exageraste. Solo tiene un poco de fiebre, es todo.

- ¿Fiebre, nya?

- Sí, necesitará algo de medicina y mucho descanso.

- Rin-chan... me duele la cabeza.

- Descuida, Kayo-chin, no dejaré que te pasé nada.

- Pero Rin-chan..., has estado aquí casi todo el día... Apenas has comido.

- ¡Eso no importa! ¡Kayo-chin es más importante, nya!

Rin sostenía mano de Hanayo casi como si esta tuviese una enfermedad terminal. A pesar de la exageración de su amiga, la castaña le sonreía dulcemente, gesto correspondido por ella.

- Chicas..., gracias.

- ¿Qué? ¿Dijiste algo, Maki-chan?

- No... Nada.

Por poco Rin escuchó el susurro de Maki. De todas formas, la pelirroja se alegraba de la repentina aparición de la inquieta chica. Quién sabe qué hubiera pasado si seguía con Saeko.

Lo único que quedaba ahora esperar a ver qué pasaba y ojalá llegar pronto a su siguiente destino.


Como lo manifesté en Fanfiction, este capítulo no me convenció del todo, aunque quizás ustedes tengan una opinión distinta a la mía.

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