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5 - Te Quiero

—¡Gary!

Avocato se cruzó de brazos y frunció el ceño para expresar su molestia.

—Lo siento— el chico apenas podía expresar una palabra.

—Eres un idiota— Avocato se concentró en terminar su paleta de hielo —Solo a ti te causa gracia verme con esto.

Gary suspiró varias veces para poder controlarse, ver a Avocato saborear la paleta le parecía algo demasiado tierno y por alguna extraña razón, derivaba a su risa. Aunque no le podía decir eso.

—Perdón— bajo la mirada —A veces, no puedo controlarme.

—Ya me di cuenta— Avocato negó con su cabeza —Vas a quedar como un raro para toda esta gente de alrededor.

Ese día al terminar la escuela, el ventrexiano le dijo a Gary que si quería ir por un helado.

El chico no tenía dinero, así que con un poco de tristeza negó su invitación, pero para Avocato no era ningún problema comprarle el helado. De echo, desde el principio esa fue la intención del niño gato.

—No me importa lo que la gente piense de mi, con que a ti no te parezca raro me basta— se sincero Gary —Y creo que ya me conoces lo suficiente, así que, no me preocupo.

—Seguro— Avocato empezó a jugar con el palo de madera al haber terminado.

Gary miró a Avocato.

Avocato miro a Gary.

Y solo basto poco tiempo para que Gary se incomodara.

El no sabía si Avocato sentía lo mismo, pero no era la primera vez que para Gary, su amigo o se quedaba callado o se ponía cortante.

Empezaba sentir que su presencia le molestaba y Gary si se terminaba preocupando.

—Este...— el chico hablo —¿Te gustó?

Avocato se sorprendió —Amm— desvío su mirada —No, no... Es solo que...

Gary se extraño —Y si no te gustó ¿Por que compraste ese sabor?

Avocato se quedó mudo por unos segundos y después río —Ahhh, la paleta, si, si. Siempre escojo este sabor. ¿A ti te gustó tu helado?

Gary sonrió —¡Jamás había probado este sabor!, Me gustó mucho, gracias por la recomendación.

—De nada, me alegra que te haya gustado— le devolvió la sonrisa.

Y otra vez el silencio se hizo presente.

Gary no sabía qué hacer, no se le ocurría nada para hablar y siendo Avocato su único amigo, no podía darse el lujo de perderlo.

El chico termino su helado, se limpio con la servilleta y cuando se dispuso a iniciar una conversación, su celular lo interrumpió.

Era su padre quien lo estaba llamando. Gary contesto.

—Hola.

Avocato puso atención en las respuestas de Gary.

"¡Perdón!, Lo que pasa es que mi amigo me invitó a la heladería y por eso estoy aquí".

"¿Seguro?, es la que está a dos cuadras de la escuela".

"Está bien, te espero"

Gary colgó y guardo su celular.

—Es mi papá, me estaba buscando en la escuela— Se apresuró a explicar el chico —Pero obviamente no estoy ahí, así que viene para acá.

—Entonces, ¿Ya te vas?

—Si, bueno, espero a mi papá.

—Oh... Ya veo.

Gary rodó los ojos.

—¿No te gustaría venir a mi casa a comer hoy?— pregunto el chico nervioso.

—¿Hoy? Lo siento Gary, tengo cosas que hacer en mi casa.

—¿Y qué vas a hacer?

Avocato miraba hacia la entrada de la heladería —N-nada. Cosas mías. Nada importante a decir verdad.

—Pues si no es importante, podrías dejarlo para después y venir conmigo.

Avocato puso las manos sobre la mesa con fuerza —De echo ¡Si es importante! Muy importante. Pero...— seguía sin mirar al chico —¿Que cosas estoy diciendo?— susurró.

Gary confundido miro a su amigo, parecía que le ocultaba algo.

—Es que no es asunto tuyo.

El chico frunció el ceño.

—Digo... Todavía no es asunto tuyo, creo— intento remediar la situación tras ver la expresión del rubio.

Gary bajo la mirada decepcionado.

Avocato quería decirle algo, pero si lo decía, lo arruinaría todo.

Y así se mantuvieron hasta que llegó el padre del chico y tocó el claxon para avisarle que ya se encontraba ahí.

—Gracias y nos vemos hasta mañana... Supongo— tomo su mochila y se dirigió a la salida.

—A-adiós.

Pero ya no obtuvo respuesta, solo vio a Gary subirse al carro para irse del lugar.

Avocato suspiró —Espero que no se haya molestado, pero tiene que entender que así funciona esto.

Su celular vibró indicando que un mensaje había llegado, el ventrexiano lo checo rápidamente.

—Ya estoy donde me indicaste que te esperará, apresurate.

Avocato guardo el celular y salió corriendo del establecimiento con toda velocidad.

En cuanto a Gary, permanecía silencioso, mirando sin razón aparente a su mochila.

Gary no era muy bueno en eso de ocultar su estado de ánimo y su padre sabía muy bien que algo estaba ocurriendo.

—¿Como te fue hoy en la escuela?

—Bien— respondió desanimado.

Ni una sola palabra más salió del chico.

—¿Solo bien?.

—Si, como siempre.

El padre de Gary apagó la radio.

—¿Hoy no me vas a contar sobre las aventuras que tuvieron tu amigo Avocato y tu?.

Gary, desde que había conocido al ventrexiano y desde que descubrió que iban en el mismo colegio, cada día que pasaba, hablaba una y otra vez de lo que ocurría en el receso con Avocato, fuera una gran aventura o la mínima estupidez, siempre le contaba todo a sus padres.

—¿Que te puedo decir? Lo de siempre. Solo ir por aquí y por allá— Gary recostó su cabeza en la mochila.

—Que interesante— dijo con sarcasmo su padre, aunque fuera algo que todavía no aprendiera a notar su hijo.

—Lo se.

Su padre se molestó un poco.

—¿Por que no decides mejor contar..

—Papa, ¿Sabes que?. He estado haciendo muchos proyectos finales y si que me a llevado trabajo— se acomodó en el asiento —Estoy muy cansado y tengo mucho sueño. Así que hablamos después— El chico cerró los ojos.

—Pues creo que tendrás que descansar en otro lugar, por qué ya llegamos a la casa— se escucho el ruido del coche apagándose.

Gary dió un vistazo rápido y lo que decía su padre era cierto, apretó fuertemente los puños en señal de molestia.

Salió rápidamente del auto y corrió a su cuarto sin siquiera saludar a su madre.

Aventó su mochila y dejó caerse en su cama boca abajo.

Justo cuando menos quería hablar de su amigo es cuando más le hacían preguntas sobre el, ¿Acaso podría responder?

"Si bueno, la aventura de hoy fue que solo hablamos 10 malditas palabras en el receso y que el ambiente en la heladería se sentía lo que le sigue de incómodo".

A Gary se le formaba un nudo en la garganta.

Avocato era su amigo, se supone que debía confiar en el, por qué siempre que confiaba lo lastimaban, pero la primera vez que confió en Avocato, no sucedió así y eso lo hacía sentir un poco culpable.

No poder confiar ahora mismo en el ventrexiano.

Jamás se imaginó que eso podría suceder.

Avocato era libre de hacer lo que quisiera, finalmente solo era su amigo, aunque a diferencia de el, era su único amigo.

Se supone que los amigos se cuentan sus problemas o inquietudes.

Y así lo habían estado haciendo últimamente.

Pero Gary no era nadie para exigirle que le contara sus problemas o inquietudes, por qué ahí más bien entraba la voluntad de Avocato, si el quería o no hacerlo.

Gary actuaba de otra forma con su amigo.

Y cuando empezó a darle vueltas al problema, se dió cuenta de que su enojo había sido en vano.

"No es asunto tuyo"

Pues si, no era asunto de el, y era decisión del niño gato si quería contárselo o no.

Y Gary debió entenderlo.

Siendo el su mejor amigo como en ocasiones Avocato lo nombraba, debió entenderlo y no seguir con el tema.

Empezó a culparse a sí mismo.

Tal vez lo había llevado demasiado lejos.

Tal vez debió despedirse de el.

Se sentía un ridículo y así estuvo durante toda la tarde.

Pensando sobre si el era un exagerado paranoico o si Avocato realmente tenía un poco de culpa en todo esto.

"Perder a un amigo ¿Que tan difícil podía ser?"

Era la pregunta que invadió al chico durante toda la comida.

Su padre había hablado con su madre, por lo que ella paso de hacerle preguntas.

Gary agradeció, levantó sus platos, los dejo en el lavatrastes y nuevamente se subió a su cuarto.

La situación lo estaba estresando bastante.

Justo después de la comida era cuando Avocato iba a su casa a tocar el timbre para preguntar si Gary saldría.

Pero ya había pasado una hora y media, estaba claro que Avocato no iría.

Gary sacó su celular y le mando un mensaje.

"¿Puedo ir a tu casa?"

Pasaron 5, 10 y 20 minutos.

Luego espero 30 y luego una hora completa.

No hubo respuesta.

Gary tomo su celular y le marco al teléfono.

Espero lo necesario y...

Buzón de voz.

Gary espero 5 minutos, después volvió a marcar.

"Buzón de voz"

El chico suspiró, espero 10 minutos más, marco y...

"Buzón de voz"

Gary aventó el celular enfadado, lo recogió, tomo sus llaves, gritó un "Vuelvo en unos minutos" y sin la aprobación de nadie salió.

Camino muy rápido hacia la casa de Avocato y cuando llegó, tocó el timbre.

—Buenas noches, ¿En qué puedo ayudarte?

El padre de Avocato.

—B-buenas noches— respondió Gary nervioso al no esperar que su padre abriera. —Lo que pasa es que... V-vera, me llamo Gary y...

—Oh, por supuesto, eres amigo de Avocato, siempre nos está hablando de ti.

La ira de Gary se apaciguó, incluso, escuchar eso provoco que se sonrojara.

—¿E-en serio?

—Si, creo que hasta te puedo asegurar que conozco por lo menos el 50% de tus gustos— río.

Gary se sentía felíz.

—Bueno... Es que, venía para saber si Avocato se encuentra aquí.

El adulto negó con la cabeza —No tiene mucho que le hable y me dijo que iba a tardar mucho en llegar.

—¿Entonces salió?

—Si, desde que salio para ir a la escuela, no ha llegado.

—¿Pero le habló y está bien?

El papa de Avocato sonrió —Si hijo, no te preocupes.

—Bueno, creo que entonces lo veré hasta mañana, muchas gracias— se despidió el chico.

—Adiós.

Gary suspiró y siguió analizando las cosas.

Eso significaba que Avocato después de la heladería ya no regreso.

Por lo que no tenía nada que hacer en su casa.

Avocato le mintió.

El chico llegó a su casa, nuevamente se subió hasta su cuarto y cerró con seguro para que nadie pudiera entrar.

No lo entendía, el jamás le había mentido al ventrexiano.

Nada, no conocía esa palabra cuando se trataba de el.

¿Entonces por qué el si lo hizo?

¿Que ocultaba?

Gary se quería arrancar los cabellos.

¿Por que le importaba tanto?.

Si el quería, podía hacer su vida sin el, no tenía por que andar mintiendo, solo era cuestión de decir —Gary, ya no quiero ser tu amigo y punto.

El chico mientras más daba vueltas en su cuarto, más se molestaba, y más creía que Avocato ya no lo quería en su vida, eso le dolía. Le dolía demasiado.

Estaba tan confundido y triste que ni siquiera contesto al llamado de su madre para cenar.

No lo hizo. No ceno.

Su padre subió para intentar hablar con el, pero Gary le dijo que no se sentía bien, que mejor mañana le explicaba con más claridad lo que había sucedido y su padre lo entendió.

Gary se sentó a lado de la ventana donde se divisaba la casa de Avocato.

"Por lo menos me hubiera contestado el mensaje."

"Por lo menos me hubiera contestado las llamadas, por qué nada le costaba."

Gary espero en la ventana.

Dieron las 9:30, después las 10 y las 11.

Hasta que justo cuando el reloj marco las 11:54, una silueta con una mochila paso por el parque.

La silueta inconfundible.

Gary apretó sus dientes, resistió su nudo en la garganta y salió corriendo para la casa de Avocato.

Antes de que el ventrexiano llegará a su casa para insertar la llave, Gary lo tomo del brazo y lo alejó apenas uno centímetros.

—¿¡Que fue lo que hice!?

Avocato lo vio por unos segundos.

—¡Gary! Como estás... Que...

—Todo el día— interrumpió molestó —Toda la tarde, no. Estos dos últimos meses te has estado comportando de una manera demasiado cortante.

Avocato se quedó sin palabras.

—Llamadas, mensajes sin contestar... ¿Que fue lo que hice?

—Gary...

—¿Acaso quieres dejar de ser mi amigo?, Por qué si es así, solo dilo y no me mientas. Tan fácil es decir "Gary, ya no quiero ser tu...

Su voz se cortó y sus ojos se cristalizaron.

—Tu amigo...

Avocato lo vio confundido. Cuando iba a contestar, su reloj sonó.

Avocato alzó la mano en señal de que esperara, fijo su vista en la hora y espero por mucho 5 segundos.

—¡Listo! Son las 12 de la mañana, lo que significa que ya es un nuevo día y si es nuevo día, eso significa que... ¡Feliz cumpleaños Gary!

El chico no entendía nada de lo que estaba pasando y Avocato se dió cuenta de eso, por lo que emitió una pequeña sonrisa.

El se descolgó su mochila y la puso en el piso para poder abrirla.

—La última vez que me invitaste a comer en tu casa, tu madre me dijo que faltaban solo dos meses para tu cumpleaños, así que estuve pensando mucho en que podía regalarte, lo pensé y lo pensé hasta que me acordé de las veces que te veía desde tu ventana jugar, de cuándo todavía no éramos amigos.

Gary se sorprendió.

—Estuve buscando en varias tiendas pero no encontraba lo que quería, hasta que hoy, un amigo me dijo sobre un lugar en donde tal vez podría encontrar lo que buscaba, ¿Y qué crees? ¡Aun así nos pasamos buscando horas y horas!

Gary se sentía un imbécil.

—Inclusive este mes estuve trabajando en un establecimiento para conseguir dinero extra por si me faltaba y ¡Qué bueno que lo hice!, Por cierto no le vayas a decir eso del trabajo a mis padres— río un poco —como sea.

Por fin abrió el cierre y saco una caja mediana envuelta en papel de regalo y un moño un poco aplastado.

—¡Felicidades mejor amigo!.

Gary tomo el regalo.

—¡Ábrelo!

Y el chico obedeció.

Gary no pudo evitar su asombro cuando vio lo que tenía entre sus manos.

Eran las 2 naves espaciales edición especial que le faltaban para su colección.

Gary miro a Avocato.

—¿Te gustaron?

El chico no tardó ni un segundo para abalanzarse sobre Avocato y abrazarlo con todas sus fuerzas.

—Gary, no me mates.

El chico empezó a desbordarse en lágrimas.

—¡Por favor Gary! No ahora, no llores — Avocato posó sus brazos lentamente sobre la espalda del chico para corresponder el abrazo —Ya te dije que eres un chico demasiado lindo como para estar llorando.

Gary no podía retener sus lágrimas, quería, pero no podía.

—Avocato

—¿Si Gary?

—Te quiero...





—Yo también te quiero.

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Holi, tengo mucho sueño.  Nos vemos la próxima semana

Nave Especial (Gary x Avocato): Capítulo 5, Temporada 1.

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