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✦Comfort me

Advertencia: Si no sientes comodidad con contenido explícito de naturaleza sexual, con lenguaje fuerte y temática homosexual, te invito cordialmente a omitirlo y no prestarle atención. No es necesario perjudicar el esfuerzo de quien escribe, adapta o traduce con reportes que le puedan eliminar la cuenta. Ten en cuenta que esto es pura ficción y su objetivo es proporcionar entretenimiento.

★Contenido +18★

★Lenguaje explícito★

★Tzuyu G!P★

+8000 Palabras

Nayeon.

Mi corazón está completamente destrozado, como si un torbellino de emociones hubiera arrancado cada pedazo de felicidad que alguna vez habitó en él. La semana anterior, el amor de mi vida, Jeongyeon, pronunció las malditas palabras que resonaron en mi mente como un eco doloroso. Sin previo aviso, puso fin a nuestra relación de tres años con una excusa que resuena en mi mente como una burla cruel.

A pesar de las señales de deterioro en mi relación con Jeongyeon, había mantenido la esperanza de que esta fase difícil fuera temporal. Quería creer que, con el tiempo, las cosas mejorarían entre nosotras. Atribuía la disminución en los besos, la falta de gestos románticos y la aparente indiferencia de Jeongyeon a una posible etapa complicada que estaba atravesando, como una tormenta que pasaría para dar paso a días más soleados.

Pensaba que Jeongyeon, como cualquier persona, podía estar lidiando con problemas personales o estrés en su vida, lo que podría haber afectado nuestra relación. Imaginaba que una vez que superáramos esos obstáculos, podríamos volver a la cotidianidad amorosa que habíamos disfrutado antes. Anhelaba el regreso de los tiempos en que compartíamos momentos íntimos, nos sorprendíamos mutuamente con pequeños detalles y nos brindábamos apoyo incondicional la una a la otra.

Pero para mi jodida suerte no fue así...

La justificación que se le ocurrió decirme, una razón tan frágil y estúpida. "Ya no es lo mismo", dijo, como si nuestras risas, nuestra confianza y momentos compartidos pudieran reducirse a una simple frase. "Sentía la necesidad de explorar otras posibilidades", añadió, como si mi amor no fuera suficiente para saciar su sed de nuevas experiencias.

Mi alma se retuerce en agonía, un nudo de sentimientos contradictorios que luchan por encontrar sentido en esta abrupta separación. Mi amor por ella, un fuego ardiente que aún consume mi ser, choca con el frío desgarro que su decisión ha provocado en mi interior.

Tantas mañanas me desperté arrepentida pensando si había hecho bien en compartir mi vida con ella.

Narrador Omnisciente.

Sana había notado cómo su amiga Nayeon se encontraba sumida en una tristeza abrumadora tras su ruptura con Jeongyeon. Nayeon había compartido con Sana los detalles dolorosos de la relación pasada y cómo Jeongyeon había actuado de manera hiriente y egoísta. Sana se encontraba profundamente preocupada por el impacto emocional que esto estaba teniendo en Nayeon y quería encontrar una forma de ayudarla a superar al menos momentáneamente la tormenta de sentimientos negativos que la rodeaba.

Sana propuso una idea que había estado gestando en su mente: una noche de chicas en un club que conocía bien. Explicó que el ambiente divertido, la música animada y la compañía de buenas amigas podrían ser una buena distracción para el corazón herido de Nayeon.

Después de un momento de reflexión, Nayeon finalmente aceptó. La idea de escapar por una noche de sus emociones dolorosas era más que atractiva considerando que había tirado su propia vida por la ventana desde que había hablado con Jeongyeon por última vez. Sana y Mina se encargaron de todos los detalles, asegurándose de que la noche de chicas fuera exactamente lo que Nayeon necesitaba: un escape momentáneo del dolor que la había estado acosando.

Decidida a dejar atrás los días de tristeza y recuperar su confianza, Nayeon se enfrentó al espejo con osadía. En su habitación, había elegido un vestido negro Louis Vuitton que se adhería perfectamente a sus curvas, realzando su figura con un toque de elegancia y sensualidad. Cuidadosamente se maquilló, destacando sus ojos con un suave ahumado y realzando sus labios con un tono sutilmente atrevido.

Alrededor de su cuello y muñecas, se colocó algunas joyas cuidadosamente elegidas para complementar su look.

Para acompañar su proceso de preparación, Nayeon se sirvió algunas cervezas, sintiendo cómo la frescura de la bebida ayudaba a disipar los nervios y a relajar sus músculos tensos. En medio de esta rutina de arreglo personal, Nayeon recordó las palabras de Sana y cómo esta noche podría ser un respiro necesario de sus días de encierro.

Cuando finalmente se sintió lista para enfrentar la noche, Nayeon escuchó el sonido del claxon afuera. Mirándose una última vez en el espejo, asintió con satisfacción y agarró su bolso. Al salir, se encontró con el auto de Sana, en el que la esperaban sus amigas con una sonrisa radiante. Nayeon subió al auto.

"Cuéntanos, Nay. ¿Cómo te sientes?", dijo Momo quien se les había unido a última hora.

Sana también había invitado a Chaeyoung, pero esta se encontraba fuera de la ciudad visitando a sus padres y no pudo asistir.

"Como la mismísima mierda", recostó la cabeza en la ventana del auto mirando hacia un lado. "Aunque siendo sincera... Me alegra poder volver a salir con ustedes después de tanto tiempo", alzó rápidamente la mirada para fijarse en los sensuales atuendos de Mina y Momo quienes iban con ella en la parte de atrás del auto. Sana arrancó poniéndolas en marcha hacia el club.

"Ya verás que te va a sentar bien salir un rato, Nay. Llevabas cuatro días encerrada...", Sana era la que estaba más al tanto de Nayeon, no había dejado de llamarla y preguntarle como se encontraba después de enterarse de la ruptura.

"Te dije que iba a estar bien".

"Tan bien que te la pasaste escuchando a Mitski todo el día ayer", Mina soltó una risita ante la confesión de Sana.

"No dudes que un día de estos se rape la cabeza para cerrar ciclos", Momo rió sonoramente.

"Nayeon calva, ¿te lo imaginas?", dijo Sana y las demás rieron.

"Al menos espero que después de hoy te animes a salir y hacer cosas. No puedes estancar tu vida", Nayeon pasó sus manos por su cabello y suspiró.

"Ya sé... Pero es que es tan difícil entender qué demonios pasó. Por qué me dejó como si no le importara, como si nunca me amó", murmuró con los ojos perdidos en el horizonte.

Mina la miró con comprensión, poniendo una mano reconfortante en su hombro. "Entiendo que te sientas así, Nayeon. Las relaciones pueden ser una gran mierda, y a veces las respuestas que buscamos no son fáciles de encontrar".

Nayeon suspiró de nuevo, dejando caer los hombros vencida. "Pero pensé que éramos felices juntas. Teníamos planes, sueños compartidos... No puedo evitar preguntarme si todo fue una farsa".

Mina apretó suavemente el hombro de Nayeon. "Es natural cuestionar todo cuando algo tan importante se desmorona. Pero recuerda que una relación es un reflejo de dos personas, y a veces, las cosas cambian sin que podamos preverlo. No significa que no valieras la pena o que no fuiste amada".

Nayeon asintió lentamente mirando nuevamente las luces de la ciudad a través de la ventana, dejando que las palabras de Mina se hundieran en su conciencia. "Supongo que tienes razón, pero todavía duele tanto".

"El tiempo es tu aliado en esto", le dijo Momo con una sonrisa tranquilizadora. "Sanar lleva tiempo, pero también te brinda la oportunidad de redescubrirte a ti misma. Aprovecha esta etapa para enfocarte en tu carrera y en las personas que te aman".

Nayeon miró a su amiga, agradecida por su apoyo. "Gracias, chicas. Realmente no sé qué haría sin ustedes en un momento como este".

"Estamos aquí para ti, pase lo que pase. Y recuerda, cada día es una nueva oportunidad para encontrar la felicidad, incluso cuando parece oscuro ahora", agregó Mina.

"Aunque puedes encontrar una felicidad momentánea y liarte con alguien esta noche", habló Sana, desviando la mirada hacia Nayeon mientras conducía.

Nayeon frunció el ceño, sorprendida por la sugerencia de Sana. "Pensé que era una noche de chicas nada más", dijo con incredulidad. Momo y Mina asintieron en acuerdo con lo que Sana había dicho, aunque con expresiones un poco inciertas.

Sana suspiró, sintiendo la tensión en el aire. "Entiendo que esto no era lo que tenías en mente, Nayeon, pero a veces las cosas toman un giro inesperado. No quiero que te sientas presionada a estar toda la noche con nosotras".

"¿No creen que es muy pronto para eso?".

"Oh vamos, Nayeon. ¿Tú crees que Jeongyeon haya tardado en meterse en los pantalones de otra como si no le importara un carajo? Literalmente esa fue su estúpida excusa para terminar contigo", empezó Sana. "¿Quién dice que tú no puedes hacer lo mismo? ¡Y más cuando eres la víctima aquí!" tiró con veneno. Sana era la única de sus amigas que tenía pleno conocimiento de las actitudes egoístas y despreciables que Jeongyeon había tenido con Nayeon en el pasado.

Nayeon suspiró, sintiéndose un poco abrumada por la perspectiva. "Está bien, entiendo lo que estás diciendo".

"No te estoy empujando a que hagas algo que no quieras, Nayeon. Solo quiero que consideres cualquier posibilidad de seguir con tu vida, por tu bien", dijo con más calma. "Sea lo que sea que decidas, solo queremos que te diviertas y despejes la mente".

Momo le dio una suave caricia en el brazo. "Vamos a asegurarnos de que tengas una gran noche sin importar lo que decidas".

"Exacto", agregó Mina con entusiasmo. "No te pierdas la oportunidad de restregar tu cara en unas tetas esta noche", le dio un guiño y Nayeon se sonrojó.

"¡Minari!", la golpeó en el brazo.

"¿Qué? Es la verdad. No hay nada mejor que asfixiarte en los senos de una dama para ahogar tus penas", dijo con desenfado mientras sacaba algo de su cartera. "Hazme el honor", Mina extendió una petaca hacia Nayeon, quien aceptó con suspicacia. El Whiskey fuerte ofrecía un toque adicional de valor para enfrentar la noche. Nayeon tomó un trago y devolvió la petaca, agradecida por la camaradería y el apoyo incondicional que sus amigas le brindaban.

La música suave resonaba en el auto mientras se dirigían hacia el lugar de la diversión. Sana, con su habitual estilo relajado, manejaba con confianza mientras compartía risas y conversaciones con sus amigas.

Cuando finalmente llegaron al club, Nayeon se encontró rodeada por la cálida amistad de sus confidentes. El club estaba lleno de energía y diversión, y poco a poco, Nayeon comenzó a sumergirse en el ambiente.

Con entusiasmo, el grupo de amigas llegó al club, donde una atmósfera emocionante envolvía el aire. El bullicio de la multitud, las luces intermitentes que iluminaban la oscuridad. El Dj mezclando y animando encima de su tarima, el sonido resonaba en sus cuerpos.

Sana, Mina, Momo y Nayeon avanzaron hacia el bar, donde pidieron unas cervezas frías para completar la sensación festiva. El sonido del hielo chocando en los vasos y el aroma del líquido dorado añadieron otro nivel de emoción a la noche. Con las bebidas en mano, se dirigieron a la pista de baile, donde las vibraciones de la música de inmediato las envolvieron.

Nayeon, con una suave sonrisa en los labios comenzó a dejarse llevar por la música. Cada movimiento era una liberación de la tensión acumulada, una forma de expresar las emociones que habían estado enredadas en su interior. La cerveza, combinada con la adrenalina y la compañía de sus amigas, comenzó a surtir efecto, bañando su cuerpo en una sensación de calidez y euforia.

Su cabello rubio se movía en el aire mientras giraba y se movía al ritmo de la música, sus pies siguiendo los latidos de su corazón. Sana, con su característica alegría y espontaneidad, se pegó más a Nayeon en la pista de baile. Sus risas se mezclaron con la música, creando una sinergia de diversión y amistad que envolvía a ambas.

A medida que pasaba la noche, en medio de toda la diversión y la euforia del momento, una punzada sutil, pero persistente se apoderó de su corazón. Era como si una sombra invisible se cerniera sobre su ser, recordándole la presencia constante de un sentimiento no resuelto. A pesar de su valiente intento por mantener la fachada de diversión imparable, no pudo evitar que el dolor asomara a sus mejillas en forma de un ardor incipiente. Era la misma sensación que experimentaba cada vez que las lágrimas amenazaban con emerger, como un océano contenido luchando por encontrar una salida. Se aferró a la música que inundaba el lugar, dejando que la melodía de "Efecto" de Bad Bunny la envolviera y la impulsara a moverse al ritmo mientras se pegaba más a Sana y Momo que estaban cerca de ella, Mina había ido por otra cerveza.

Después de una jornada de baile intensa las chicas finalmente decidieron que era hora de tomarse un respiro. Con los pies cansados pero los corazones aun palpitando al compás de la música, se dirigieron hacia una mesa disponible en un rincón del lugar. Fue Mina quien ya se encontraba sentada, como si hubiera sido la precursora de la idea de tomar un descanso.

Las risas y los suspiros de alivio se mezclaron mientras se acomodaban alrededor de la mesa, compartiendo el placer de sentir sus músculos relajándose después de tanto movimiento. El ambiente vibrante y festivo seguía a su alrededor, pero ahora tenían un espacio propio para conversar y recobrar el aliento. La música seguía resonando en el fondo, proporcionando una especie de banda sonora constante para su reunión.

Nayeon se dejó caer en una silla con un suspiro de satisfacción, sintiendo cómo la adrenalina todavía palpitaba en sus venas. Miró a sus amigas con una sonrisa, reconociendo la necesidad compartida de este pequeño paréntesis.

"Y bien, Nay, ¿te diviertes?", preguntó Momo quien estaba sentada junto a Sana. Nayeon estaba al lado de Mina quien estaba distraída en su celular.

"Me la estoy pasando bien", dijo apenas.

No era mentira que se estaba divirtiendo, pero no podía dejar de sentir ese malestar además de que había estado a punto de llorar de nuevo cuando estaba en la pista de baile.

"Espero que te sientas muchísimo mejor para cuando regresemos a casa", Momo le agarró la mano para darle apoyo.

"Seguro lo haré", le devolvió el gesto con una sonrisa.

El grupo de chicas disfrutaba de una charla animada mientras continuaban compartiendo anécdotas y risas. Nayeon, a pesar de la punzada en su corazón, encontró un respiro temporal en la conversación. La familiaridad y la distracción que proporcionaba la interacción con sus amigas ayudaban a aliviar momentáneamente esa sensación incómoda que la aquejaba.

Después de unos minutos de charla, Nayeon sintió una necesidad imperiosa de regresar a la pista de baile. Se puso de pie con determinación y, con una sonrisa forzada, pero decidida, se despidió momentáneamente de sus amigas y se encaminó hacia la pista de baile nuevamente.

Al ritmo de "Fantasy" de Kali Uchis y Don Toliver, Nayeon dejó que su cuerpo se moviera con una energía contagiosa. Sus movimientos eran sensuales y lentos al compás de la melodía, una forma de desconectarse de sus pensamientos y permitir que el pulso de la música la envolviera por completo. La multitud vibraba al unísono, y el DJ continuaba inyectando vida al ambiente con cada canción que elegía.

La pista de baile se convirtió en su propia dimensión, donde el resto del mundo se desvanecía y solo quedaba la música, el movimiento y la emoción compartida con todos los presentes. Nayeon se sumergió en la música como si ese fuera su propósito en la vida.

Sin embargo, como todas las canciones, "Fantasy" llegó a su fin dando paso a otra que le disgustaba. El último acorde resonó en el aire, y en ese momento, Nayeon se encontró sola con sus pensamientos una vez más. A medida que el ritmo de la música disminuía, la realidad retomaba su lugar, y las emociones que había estado tratando de ignorar regresaron con fuerza renovada.

La tristeza que había estado acechando en las sombras volvió a tomar el centro del escenario en su mente y corazón. A pesar de la diversión que había experimentado en la pista de baile, no pudo escapar de la realidad de sus sentimientos heridos. Se dio cuenta de que, aunque se hubiera esforzado por disfrutar el momento, su corazón aún estaba enredado en esa red de emociones negativas que no podía simplemente desechar.

Nayeon sintió la necesidad de desconectar por un momento de la pista de baile. Se movió a través de la multitud y regresó a la mesa donde sus amigas seguían conversando y riendo.

Con una sonrisa un poco forzada pero sincera, saludó a sus amigas y se inclinó para recoger su bolso. Se dirigió hacia la dirección del baño, tratando de enfocarse en cada paso para no caerse debido al ligero mareo que le proporcionaba el alcohol.

Una vez en el baño, Nayeon cerró la puerta detrás de sí, colocó su bolso con cuidado en la encimera, liberándose del peso físico y simbólico que llevaba consigo. Se volvió hacia el espejo.

En el reflejo del espejo, Nayeon vio su imagen cuidadosamente arreglada: su cabello caía en su lugar, su maquillaje resaltaba sus rasgos de manera artística y su vestido destacaba su estilo personal. Aunque su apariencia era impecable, la vulnerabilidad de su mirada hablaba de la carga que estaba llevando en su corazón.

Nayeon.

A pesar de estar rodeada de mis leales y queridas amigas, y a pesar de haberme aventurado fuera de mi zona de confort para sumergirme en una noche de diversión, no puedo evitar sentir que un persistente dolor aún anida en lo profundo de mi corazón. Es un dolor que no cesa, que resuena en cada rincón de mi ser y me recuerda constantemente que ella, la persona a la que entregué mi amor y confianza, optó por estar con otras mujeres en lugar de quedarse con la que decía que era su verdadero amor.

Cada risa compartida, cada destello de luces de colores en la pista de baile que se asomaba por el marco de la puerta, parece contrastar con la sombra oscura que se cierne sobre mi alma. Mi corazón late al ritmo del sonido opaco de la música, pero también late al ritmo de las memorias dolorosas que insisten en regresar. Cada latido me recuerda que el vínculo que compartí con ella, las promesas y los momentos especiales, se han desmoronado y desvanecido en el aire.

A pesar de mis esfuerzos por sumergirme en el ambiente festivo y olvidarme por un momento de las heridas abiertas, el dolor persiste. Como un eco constante, me recuerda la sensación de traición, la sensación de haber sido desplazada por otras. Mi corazón duele, pero la rabia arde aún más intensamente en mi interior. La ira se acumula, una mezcla tumultuosa de indignación y resentimiento hacia alguien que no solo me hirió profundamente, sino que también destruyó la confianza que habíamos construido con tanto esfuerzo.

El impulso de desquitarme, de liberar la frustración acumulada, crece dentro de mí. Quiero encontrar una manera de desahogar la tormenta emocional que me aflige. Deseo con todas mis fuerzas olvidarme de esa persona que, con su comportamiento insensible y egoísta, destrozó lo que compartimos en momentos de fragilidad y cercanía.

Narrador Omnisciente.

Llena de rabia y determinación, Nayeon sintió que era hora de dejar atrás la sombra que Jeongyeon había dejado sobre su corazón. Con la intensidad de su enojo impulsándola, se agarró valientemente a la idea de una noche de escape, donde el foco estaría en dejar de lado sus penas y reafirmar su propio poder. Había una persona en particular que sabía que podía proporcionarle la mejor compañía y atención, alguien que nunca rechazaría su llamado: Chou.

Tzuyu, una amiga de la universidad de Chaeyoung que Nayeon había conocido coqueteándole en el cumpleaños de Jihyo unos años atrás, era conocida por su encanto y actitud abierta. Había sido una presencia constante en la periferia de la vida de Nayeon, siempre tirándole la onda y tratando de acostarse con ella. Nayeon, aunque percibía el interés de Tzuyu y a ella personalmente le daba un poco curiosidad la vibra y las habilidades sexuales de la taiwanesa, la había mantenido a distancia ya que, su corazón le pertenecía a Jeongyeon y debido a su fama de mujeriega. Sin embargo, en ese momento, Nayeon estaba dispuesta a probar algo diferente, a darle la oportunidad a Chou de hacerle las cosas de las que tanto alardeaba.

Tzuyu mostraba una persistencia notable en su deseo de intimidad con Nayeon. No perdía oportunidad para invitarla a compartir momentos íntimos, incluso una vez, Tzuyu había ido aún más lejos, expresando de manera muy directa sus intenciones al decirle que simplemente fuera a su casa sin previo aviso, prometiendo que se encargaría de satisfacer sus deseos y necesidades.

Con dedos temblorosos por la ansiedad y la anticipación, Nayeon desbloqueó su teléfono y comenzó a redactar un mensaje a Tzuyu.

Nayeon

Chou

Tzuyu

Oh

Hola, Nayeon ;)

Nayeon

Estás ocupada?

Tzuyu

Para la maravillosa Im Nayeon? Nunca en la vida Qué necesitas de mí, preciosa?

Nayeon

Tzuyu...

Puedo verte esta noche?

Tzuyu

Para qué quieres verme, belleza?

Nayeon

Tú sabes...

Tzuyu

No, no lo sé

Tienes que especificármelo

Nayeon

Podemos pasar la noche juntas?

Tzuyu

Por qué ahora sí quieres estar conmigo? No que tenías novia?

Nayeon sintió una punzada en su corazón y de inmediato sintió un poco de culpa por estar prácticamente usando a Tzuyu para aliviar su dolor, por otro lado, pensó que a la otra chica muy probablemente no le importaran las razones de Nayeon para llevársela a la cama, pero igualmente la duda persistía en ella.

Temía que Tzuyu se ofendiera con ella así que decidió dar paso a la sinceridad, después de todo eso sería más noble que ocultar sus verdaderas intenciones a alguien que a pesar de que nunca había dejado de insistirle, siempre había sido muy amable y linda con ella.

Nayeon

Planeo contártelo cuando te vea en persona, realmente lo necesito

Quiero verte

Tzuyu

Está todo bien?

Nayeon

Algo así

No tanto, en realidad

Bueno... El punto es que te quiero ver

Tzuyu

Eso quiere decir que me... deseas, hmm?

Nayeon

Tzuyu, por favor

No me hagas rogarte

Tzuyu

Vale, entiendo

Sabes dónde vivo?

Nayeon

Tzuyu

Entonces te espero

Pero no tardes mucho, bonita

Mentiría si dijera que no muero por verte cabalgando mi polla

Nayeon

Eres la peor

Tzuyu

La peor te espera, cariño

Ve con cuidado y Apúrate ;)

Después de su momento de reflexión en el baño, Nayeon decidió seguir adelante y avisar a sus amigas de su nueva aventura de la noche. Al retocar su labial y tomar su bolso, parece que estaba haciendo un esfuerzo por mostrar una imagen de normalidad y confianza, tal vez para no llamar la atención sobre sus pensamientos internos o para no preocupar a sus amigas.

Se acercó a la mesa dedicando una mirada divertida a Momo y Sana quienes estaban prácticamente comiéndose la boca y una muy desenfadada Mina seguía tecleando en su teléfono.

"Hey", dijo alzando un poco la voz para llamar la atención de sus muy distraídas amigas.

"Mmm, ¿qué pasó?" dijo con dificultad Sana despegando su boca de la de Momo quien de inmediato puso su atención en Nayeon.

"Quería avisarles que ya me voy", la voz de Nayeon era débil.

"¿Qué pasa? ¿No te estas divirtiendo?", frunció el ceño.

"Quiero decir...", se apresuró a hablar, no quería que sus amigas pensaran que habían fallado en la misión de sacarla un poco de su miseria, pero ella sabía que no iba a ser suficiente. "Me he divertido, por supuesto... Pero creo que necesito algo más y...", se vio interrumpida por la voz de Momo.

"¡Mina! ¿Quieres soltar ese teléfono un rato y ponerle atención a Nayeon?", Mina rodó los ojos en respuesta e hizo caso a regañadientes. "Continúa, Nayeonnie".

"Bien. Voy a ir a casa de alguien a pasar la noche", la pareja la miró algo desconcertada mientras Mina la miraba con diversión.

"¿Con quién?", preguntó Momo.

"Con Tzuyu", Momo y Sana la miraron con asombro. "Sé que es repentino, pero luego les explicaré, ¿sí?", Mina la miró comprensiva.

"Diviértete, Nayeonnie.", dijo Mina quien era la única de las tres que conocía más a Tzuyu y sabía que a pesar de su inestabilidad amorosa, era una persona muy dulce y atenta.

Nayeon se despidió con un abrazo de cada una de sus amigas. Caminó hacia afuera del club, podía sentir cómo su corazón latía un poco más rápido de lo normal. El eco de la música y las risas disminuía a medida que se alejaba de la puerta.

Mientras esperaba en la acera, Nayeon miró a su alrededor. La ciudad estaba viva, incluso en la oscuridad de la noche. Las luces de neón parpadeaban, los autos pasaban y la gente iba y venía. Respiró hondo, tratando de calmarse mientras el frío de la noche tocaba su piel.

Finalmente, un taxi se detuvo frente a ella. Nayeon abrió la puerta y se acomodó en el asiento trasero. Le dio la dirección al conductor y el taxi se puso en marcha. El trayecto se sintió largo, con pensamientos y emociones revoloteando en su mente.

Finalmente, llegaron a la casa de Tzuyu. Nayeon pagó al conductor y salió del taxi. Miró la casa iluminada, sintiendo un nudo en el estómago. Dio unos pasos hacia la puerta y tocó el timbre. El sonido resonó en la noche, y pronto pudo escuchar pasos acercándose desde el interior.

La puerta se abrió y allí estaba Tzuyu, luciendo un pantalón de chándal corto y una musculosa blanca, luciendo totalmente radiante. Nayeon se tomó su tiempo para mirarla de arriba abajo hasta que la voz de la más alta la interrumpió.

"Hey, linda. ¿Quieres pasar?", preguntó Tzuyu, con una sonrisa cálida.

Nayeon sintió su corazón latir aún más rápido, pero se obligó a sonreír y mantener la compostura.

Esta sin duda va a ser una noche larga.

Nayeon inhaló profundamente y comenzó a relatar los altibajos de su relación con Jeongyeon. Habló sobre los momentos felices que compartieron, las dificultades que superaron juntas y cómo habían construido una conexión especial. Luego, explicó cómo las cosas empezaron a cambiar, cómo Jeongyeon se volvió distante y cómo finalmente rompió con ella de manera abrupta.

"No puedo creer que esa imbécil te hizo eso", dijo Tzuyu con una expresión de indignación mientras le entregaba un vaso de refresco a Nayeon y se sentaba junto a ella en el sofá.

Nayeon suspiró y asintió, agradecida por el apoyo de su amiga. "Sí, ha sido bastante difícil procesar todo esto. Nunca pensé que las cosas terminarían de esta manera después de todo lo que compartimos."

Tzuyu le dio una palmada reconfortante en la espalda. "Lo sé, Nayeon. Es realmente injusto. Pero sabes que siempre estaré aquí para ti si me necesitas, ¿verdad?"

Nayeon le sonrió con gratitud. "Lo sé, Tzuyu. Y eso significa mucho para mí. Necesitaba hablar con alguien más sobre esto, pero hay algo más en ti...", dijo acercándose más.

"Mmm, entonces quieres olvidar tus penas con buen sexo, ¿eh?", Nayeon puso el vaso sobre la mesita en frente y acercó su mano al tirante de la musculosa de Tzuyu sin despegar su mirada de ella.

"No", dijo bajando su mano hasta llegar a sus pechos acariciando lentamente. "Quiero el mejor sexo", posó sus piernas encima de las de Tzuyu. "¿Crees que puedes con eso o es demasiado para ti?", pasó sus pantorrillas ligeramente por encima del bulto de Tzuyu haciéndola suspirar pesadamente. "Siempre estabas alardeando y hablando de lo duro que me tomarías y lo rico que me comerías".

"Nayeon...". Tzuyu estaba en un trance, nunca había visto a Nayeon actuar así.

"¿Qué? ¿No podrás conmigo? Tienes que hacerme saber si vas a poder llenarme o tendré que encargarme yo misma de mi humedad", dijo burlona.

"Ven aquí, carajo", gruñó y cargó a Nayeon poniéndola encima de su regazo.

Nayeon dejó escapar un jadeo mientras sentía el firme agarre de Tzuyu en su cintura. La intensidad del contacto la tomó por sorpresa, y antes de que pudiera reaccionar, Tzuyu se movió directamente hacia su cuello, comenzando a besarlo con una urgencia palpable.

El corazón de Nayeon latía con fuerza mientras las caricias de Tzuyu enviaban sensaciones electrizantes por su piel. El contacto era intenso y lleno de necesidad, y Nayeon sintió cómo su respiración se volvía más pesada a medida que la proximidad entre ellas se intensificaba.

Cerró los ojos por un momento, permitiéndose sentir el toque de Tzuyu en su cuello y la sensación de su mano bajando a su culo. La pasión y las impresiones se mezclaban en su interior, creando una tormenta de sensaciones que la envolvían por completo.

A pesar de la sorpresa inicial, Nayeon empezó a responder a las caricias de Tzuyu, permitiéndose dejarse llevar por el momento. El ambiente se cargaba de una tensión eléctrica, y Nayeon podía sentir cómo sus propias manos temblaban ligeramente mientras su deseo crecía.

"¿Cómo te atreves a ser así de deliciosa?", jadeó. Nayeon gimió y se frotó contra el pantalón de Tzuyu.

Tzuyu continuó acariciando suavemente el cuello de Nayeon, su tacto era suave, pero, decidido, como si estuviera comunicando algo sin necesidad de palabras. Nayeon se sentía hipnotizada por la intensidad de la situación.

A medida que las caricias continuaban, Nayeon permitió que sus propias manos se movieran, buscando el contacto de Tzuyu.

Sin esperar más, Tzuyu deslizó con urgencia la parte superior del vestido de Nayeon, revelando la suave piel que había estado ansiosa por tocar. De inmediato quitó el brasier dejando sus tetas al aire. Las tanteó por un momento, pero, la necesidad de sentir sus labios contra los de Nayeon la impulsó a besarla con una voracidad

Palpable, un beso mojado, lleno de anhelo y ardor que dejó claro su intensidad emocional.

Tzuyu metió su lengua lamiendo suavemente dentro de la boca de Nayeon haciéndola gemir.

A medida que sus labios se encontraban en un encuentro apasionado, Tzuyu no pudo resistir la tentación de explorar el cuerpo de Nayeon con suavidad y atención. Deslizó sus labios por los senos descubiertos de Nayeon, un camino de besos que evocaron sensaciones eléctricas en la piel de la otra. La respuesta de Nayeon no se hizo esperar, y pequeños gemidos salían de sus labios.

Tzuyu se encontraba en un estado de éxtasis indescriptible mientras palmeaba salvajemente las tetas de Nayeon. Cada caricia provocaba gemidos apasionados de la otra chica, y esa sinfonía de suspiros y gemidos solo hacía que su excitación creciera aún más.

Los cabellos despeinados de Nayeon, que se agitaban con cada movimiento, eran una visión tentadora para Tzuyu, y su respiración agitada creaba una atmósfera cargada de electricidad sexual. La necesidad en el toque de Tzuyu se hacía palpable; era un deseo abrumador que la estaba volviendo loca. Su polla latía con fuerza, sus sentidos estaban en plena alerta y ya no podía contenerse. Tzuyu anhelaba profundamente estar dentro de Nayeon.

Antes de que Tzuyu pudiera decir algo Nayeon la sorprendió con una mirada juguetona y desafiante en sus ojos, se deslizó con gracia desde el sofá hasta el suelo, quedando de rodillas frente a Tzuyu.

"¿Qué haces?", Nayeon no respondió y dirigió sus manos hacía el pantalón de Tzuyu.

Nayeon había tomado la iniciativa de quitarle los pantalones y luego el bóxer, revelando su polla enrojecida y mojada en la punta. Era gorda, las venas se marcaban ligeramente por la parte de abajo, la punta en forma de hongo se encontraba ligeramente roja y de ella colgaban sus hinchadas bolas.

Se inclinó hacia adelante, lamiéndose los labios con una sensualidad que dejaba claro cuál era su intención. Sus ojos se encontraron con los de Tzuyu, quien la miraba con voracidad. Nayeon agarró la polla con firmeza, justo por la base, transmitiendo un mensaje de pasión y urgencia.

La piel de Tzuyu se erizó ante el contacto de las manos de Nayeon, y su respiración se volvió más profunda y agitada.

"Vamos, bebé, pruébala", por fin habló Tzuyu.

Apenas miró a Tzuyu a los ojos, comenzó a mover su mano suavemente de arriba abajo. Sus dedos trazaron un camino lento y seductor, explorando cada centímetro de la tersa piel a medida que avanzaba. La mirada fija de Nayeon comunicaba su determinación y deseo, mientras que Tzuyu respondía con un suspiro entrecortado por el contacto.

Cada roce de la mano de Nayeon despertaba una oleada de sensaciones en Tzuyu. Sus suspiros se escapaban de sus labios involuntariamente. "Eso es, bebé", jadeó echando su cadera hacia adelante.

Nayeon se detuvo en su movimiento y, con una mirada intensa y decidida, escupió la punta. El sonido húmedo del escupitajo al golpear el suelo parecía resonar en toda la habitación, y el gesto audaz de Nayeon hizo que Tzuyu emitiera un jadeo de sorpresa y excitación.

El jadeo de Tzuyu resonó en el aire cómo una respuesta a la provocación de Nayeon.

Nayeon no perdió un segundo más, actuando con una determinación que hizo que la anticipación en la habitación llegara a un punto álgido. Sin dudar, se llevó la polla a la boca y comenzó a chuparla con una vehemencia que era palpable. Sus labios se cerraron alrededor, y su lengua la recorrió el falo con una pasión ardiente.

El sonido de sus labios húmedos y su lengua juguetona creó una sinfonía sensual que llenó la habitación. Tzuyu, incapaz de contenerse, echó la cabeza hacia atrás y soltó un gemido profundo, el sonido que hacía Nayeon con su boca resonaba en el aire y en el cuerpo de Tzuyu, enviando oleadas de placer a través de su ser.

La expresión en el rostro de Tzuyu era una mezcla de éxtasis y deseo. Sus ojos estaban cerrados mientras se entregaba completamente a las sensaciones que Nayeon le estaba proporcionando.

Suspiró un momento tratando de calmar la ola de placer y se puso de pie para darse más acceso a la boca de la coreana.

Nayeon metió algunos centímetros más dentro de su boca y apretó sus labios y mejillas alrededor de su circunferencia.

"Oh mierda, preciosa. Ahh", Tzuyu pasó sus manos por su cabello, acariciándolo.

Nayeon deslizó su mano con suavidad por el interior del muslo de Tzuyu, siguiendo una línea delicada que ascendía hacia sus bolas.

Retiró la polla de su boca para tomar un respiro y, sin demora, la reintrodujo en su boca, esta vez ingiriéndola con todo el esfuerzo posible.

El grito que escapó de los labios de Tzuyu resonó en la cabeza de Nayeon, llena de sorpresa y excitación. Mientras Nayeon continuaba tragándole la polla, la mano de Nayeon se aferró con fuerza a suavemente a sus hinchadas bolas.

"Ahh, Nayeon, Oh Dios mío. Qué boquita tan traviesa", las manos de Tzuyu se aferraron a la cabeza de Nayeon quien tragaba erráticamente. "¡Joder! Tómala toda, bebé. Trágame", agarró la cabeza de Nayeon e impulsó su cadera hacia adelante metiendo lo que quedaba dentro de su garganta y empezó a follarle la boca cada vez más rápido.

Nayeon no pudo evitar tener algunas arcadas, pero no dejó de tragar con el mismo ritmo en el que Tzuyu la penetraba. Tzuyu sacó su polla por completo y la volvió a meter hasta la base, los ojos de Nayeon se ponían en blanco cada que la punta tocaba el fondo de su garganta.

Nayeon se encontraba en un territorio sexual completamente nuevo, algo que nunca había explorado antes. La intensidad de la experiencia la dejaba sin aliento, pero al mismo tiempo, la sumía en un placer profundo y exquisito que no había experimentado anteriormente.

Por un momento se sintió tan excitada que sintió la necesidad de bajar una de sus manos a sus arruinadas bragas.

"¡Carajo! Lo tragas tan bien, Bebé. Me voy a correr", Nayeon hubiese sonreído si su boca no se encontrara tan llena.

Tzuyu continuó penetrando con una determinación feroz, manteniendo un ritmo constante. Sus manos agarraban el cabello de Nayeon con fuerza. Puso su mano derecha en la parte de atrás de la cabeza de Nayeon y metió todo hasta el fondo pegando sus bolas de los labios.

Nayeon sostenía sus manos aun en los muslos de Tzuyu. Aunque su garganta ardía debido al esfuerzo y al contacto constante con su dureza, no podía evitar sentirse lista para ser llenada de su esperma.

Tzuyu, quien hasta el momento no se había fijado en el rostro de Nayeon, bajó la miraba para encontrarse con una Nayeon cubierta en sudor, sus labios estaban rojos alrededor de su polla, salían algunas lágrimas de sus ojos y estaban puestos fijos en la cara de Tzuyu.

Tzuyu al ver aquella escena se dejó ir.

"Sí, sí, sí. Joder, bebé. Ahh mierda", soltaba gruesos hilos de semen en la garganta de Nayeon y esta los tragó a gusto mientras gemía.

Los ojos de Nayeon nunca se apartaron de los de Tzuyu mientras tragaba. Ambas se miraron con un deseo incontrolable, como si fueran dos depredadores en pleno acecho.

Tzuyu sacó su polla de la garganta de Nayeon con un gemido apenas contenido. Estaba llena de saliva en sus manos mientras lo admiraba brevemente antes de lo que estaba por hacer. Sin perder tiempo, con un gesto decidido, la azotó varias veces contra los labios de Nayeon, haciendo que esta los abriera más.

"Cosita codiciosa, te encanta esta polla, ¿Eh?", Nayeon sonrió antes de meterse la punta a la boca para chupar los restos de semen.

"Mmhmm", alzó la mirada. "Quítate eso", dijo señalando la musculosa de Tzuyu.

Tzuyu se sentó de nuevo en el sofá y se quitó la musculosa con un gesto despreocupado, revelando que no llevaba sostén. Sus dedos delicados se deslizaron por el borde de sus fornidos brazos, y la mirada de Nayeon no pudo evitar detenerse en ese detalle. Una sonrisa pícara se formó en sus labios mientras observaba a Tzuyu, sintiendo cómo la tensión en la habitación aumentaba.

Sin previo aviso, Nayeon se abalanzó sobre la más alta. Se sentó encima de ella en el sofá, sus cuerpos sudados quedando muy cerca el uno del otro. Las miradas chispeantes y la electricidad en el aire eran palpables.

Tzuyu no perdió un segundo y le dio a Nayeon un beso voraz, con pasión desenfrenada.

Mientras se besaban, las manos de Tzuyu exploraron la espalda de Nayeon con una caricia sensual y firme. Sus dedos seguían cada curva y contorno, transmitiendo el deseo que sentía por su piel. La habitación se llenó de susurros apasionados y gemidos ahogados.

"Termina de quitarte ese vestido y quédate en tanga mientras voy por un condón", dejó un beso en su mejilla y se la quitó de encima.

Nayeon hizo caso a las indicaciones de Tzuyu, y mientras esta regresaba al sofá con una caja de condones, sus ojos brillaban con anticipación.

Nayeon se encontraba recostada en el sofá, sus piernas abiertas y vestía solamente sus bragas de encaje azul marino. La luz tenue de la habitación acentuaba la suavidad de su piel y la hacía resaltar, mientras esperaba con una mirada llena de anticipación de lo que Tzuyu tenía planeado a continuación.

Tzuyu se mantenía de pie frente a Nayeon. Sus ojos brillaban con excitación, su polla poco a poco comenzaba a ponerse dura de nuevo.

El silencio entre ambas estaba cargado de tensión erótica, como si el tiempo se hubiera detenido en ese preciso momento.

La sonrisa de Tzuyu se transformaba en una expresión más seductora y apasionada, y su mirada se clavaba profundamente en la de Nayeon, comunicando todo lo que quería expresar con palabras.

"Eres completamente hermosa, mira esto", se inclinó para pasar la yema de sus dedos por encima de sus bragas. Nayeon jadeó.

Tzuyu continuó con movimientos lentos y sensuales, deslizando sus manos por las piernas de Nayeon para quitarle las bragas. Su mirada ardiente se mantenía fija en la de Nayeon. La coreana por su parte, se mordía el dedo índice en un gesto pícaro, sus ojos brillaban con complicidad mientras disfrutaba de cada caricia.

Cuando Tzuyu completó la tarea, le abrió las piernas de par en par, revelando el húmedo sexo del que desprendía un aroma exquisito. Estaba completamente depilada, sus labios rosaditos hinchados y brillantes por la humedad.

Tzuyu se pasó la mano por su polla de arriba abajo, sus dedos rozando suavemente su propia piel. Nayeon la miraba con una expectación creciente en sus ojos, anticipando cada movimiento y gesto con ansias.

Ella estaba deseosa de probar a Nayeon, y en ese momento se sintió como la persona más afortunada del mundo. La anticipación y la emoción recorrían su cuerpo mientras se preparaba para este encuentro único. Nayeon, con su encanto y carisma, había capturado su atención de una manera que nadie más lo había logrado. La oportunidad de consolarla y compartir tiempo juntas era un sueño hecho realidad.

Tzuyu se arrodilló frente al sofá, con una mirada cargada de deseo fijada en Nayeon.

Palmeó los muslos de Nayeon con una mezcla de firmeza y ternura, como si estuviera marcando el ritmo de un encuentro íntimo que ambas ansiaban. Luego, con manos hábiles, le abrió los labios mayores dejando que el aire le azotara por la exposición.

"Este coño es perfecto, bebé. Qué mal que no me dejaste follarlo antes", azotó nuevamente.

Tzuyu escupió unas cuatro veces en el centro mientras palmeaba con un poco más de cuidado encima de su abultado clítoris. Sin aviso, metió un dedo para abrirla haciendo a Nayeon gemir de gusto. Empezó un vaivén entrando y sacando sin dejar de mirar. "Ahh, qué rico".

Metió otro dedo, abalanzó su boca y empezó a chupar por encima de su propia saliva. Nayeon gemía descontrolada moviendo sus caderas de adelante hacia atrás, agarró la cabellera de Tzuyu para darle más impulso y pegarla más a su coño.

Se sentía en el puto cielo. A pesar de sus pensamientos conservadores acerca de la taiwanesa no podía negar que le estaba dando el mejor sexo oral de su vida. Apoyaba la lengua con fuerza en su clítoris haciéndola temblar, luego movía su cabeza erráticamente mientras penetrada con dos dedos en su coño.

Se estaba volviendo loca de placer.

Antes de que pudiera sentir los primeros síntomas de su llegada al orgasmo, Tzuyu sacó sus dedos, los cuales salieron empapados como igual estaba su centro. Se puso de pie, y pasó sus dedos mojados de la humedad de Nayeon por la punta de su polla.

"Voy a follarme este coño hambriento, ¿me dejas, preciosa?", Nayeon estaba tan extasiada que ni siquiera pudo contestar y solo asintió.

La taiwanesa tomó un condón de la caja que había puesto en la mesita frente al sofá. Tomó uno y se lo colocó en su ya palpitante falo. Agarró una de las piernas de Nayeon por el área de la pantorrilla y la alzó hacia arriba. Pasó la punta desde la abertura hasta el monte de venus repetidas veces, dio un azote antes volver a ponerla en la entrada.

Nayeon no sabía si Tzuyu la estaba preparando o si la estaba provocando, pero ya se sentía ansiosa de sentirla adentro, de hecho, lo había estado esperando desde que la recibió en su puerta.

"Adelante, si quieres arreglarme entonces rómpeme aquí y ahora", Tzuyu sonrió, escupió su mano y regó toda la saliva en su polla.

La posicionó nuevamente en la entrada de Nayeon, entrando y sacando la punta lentamente, Nayeon estaba apoyada de sus antebrazos con la cabeza alzada para permitirse ver su sexo siendo estropeado por esa enorme polla. Soltó un débil gemido cuando Tzuyu metió algunos centímetros más.

Con Jeongyeon habían jugado varias veces con un Strap, pero Tzuyu era más gruesa y debía abrirse paso con cuidado.

Entendió que había vuelto a pensar en su ex en un momento inapropiado, mientras se encontraba vulnerable y recibiendo consuelo. Se maldijo mentalmente por permitir que esos pensamientos la perturbaran en ese momento tan íntimo.

La más alta siguió metiéndose más profundo gradualmente mientras Nayeon suspiraba pesadamente.

"Dios mío, qué rico se siente", gimió Nayeon dejando su espalda caer para descansar sus brazos.

Ya tenía metida la mitad, pero Tzuyu sabía que ya estaba lista para entrar por completo. Aprovechando la distracción de Nayeon, Tzuyu la metió entera rápido haciendo que Nayeon gritara.

"Mierda, bebé. Lo tomaste todo", la sacó y luego la volvió a meter de la misma manera.

La sensación en el cuerpo de Nayeon era indescriptible. Nunca antes se había sentido tan expuesta con alguien no tan cercano, pero sabía que se trataba de Chou Tzuyu. Tenía plena confianza en que Tzuyu nunca se aprovecharía de ella de esa manera. Había escuchado que Tzuyu nunca jugaba sucio ni hacía daño a ninguna de las chicas con las que estaba. A pesar de su lenguaje vulgar, tenía fama de ser una persona respetuosa. Por eso, Nayeon se sintió agradecida de que fuera Tzuyu quien la acompañara en ese momento de vulnerabilidad.

Ahora Tzuyu empezó a penetrarla con un ritmo constante, ella aún tenía la pierna agarrada y empezó a impulsarse con ese agarre. "Así es, cariño. Tómala toda.", los bombeos de Tzuyu tenían un ritmo algo lento, pero cada que entraba lo hacía con fuerza. "Me encanta como te ves, tan hermosa gimiendo para mí", comenzó a entrar en ella más rápido.

Nayeon se mordió el labio inferior tratando de controlar los gemidos.

Sus manos se movían inquietas por su cuerpo al mismo tiempo que Tzuyu la sostenía. Pasó sus manos por debajo de sus muslos y los abrió como pudo para darle más espacio a Tzuyu. "Toca ese coñito sucio para mí", de inmediato pasó una de sus manos a su clítoris empezando a tocarse en círculos, puso su otra mano en su cadera, sosteniéndola.

Tzuyu hizo una pausa de sus movimientos, sacó su polla completamente y se acercó al estrecho canal para meter su lengua sacándole gemidos ahogados. "Que jodido coño tan rico", escupió.

"Métela de nuevo", sollozó Nayeon.

"¿Por qué tan ansiosa, bebé?"

"Te quiero dentro, entra. Por favor", Nayeon despegó su mano de su centro, alcanzó la punta de Tzuyu con sus dedos para posicionarla en su entrada. Tzuyu no la hizo esperar y la metió nuevamente retomando su ritmo.

"Sí A-ah ah mmm sí. Ahh Ouh", jadeaba.

La taiwanesa siguió penetrando. El cuerpo de Nayeon se balanceaba de adelante hacia atrás mientras entraba en ella, las bolas de Tzuyu golpeando con un sonido seco en su entrepierna. Ambas se sentían en el paraíso. Tzuyu se encontraba completamente absorta en Nayeon, quien en ese momento parecía la personificación de la perfección. Su cabello revuelto y su frente cubierta de sudor mezclado con sus hermosos y ruidosos gemidos solo añadían a su encanto. Cada gota de sudor en su piel parecía un destello de belleza natural.

Por otro lado, sus tetas rebotaban con cada embestida. Era jodidamente hermoso tenerla completamente abierta para ella, en un aura tan sucia y explicita, pero al mismo tiempo dotado de hermosura.

Y su cara.

Nayeon tenía el ceño ligeramente fruncido y la boca entreabierta mientras gemía.

Tzuyu se sentía cada vez más atraída por Nayeon. En un gesto cargado de deseo, Tzuyu se inclinó ligeramente hacia adelante, acercando su boca a la de Nayeon con un beso voraz y mojado. Nayeon, encantada por el ardor y la intensidad de Tzuyu, no dudó en responder con entusiasmo.

Sus labios se encontraron en un beso que parecía una explosión de pasión y anhelo. Sus bocas se unieron en una danza apasionada, sus lenguas se entrelazaron con urgencia, y el sabor de sus labios mojados y cálidos era abrazador. Los suspiros y gemidos se mezclaban en el aire mientras sus cuerpos se unían en uno. Se perdieron en el éxtasis de ese beso apasionado.

"Me voy a correr", Nayeon posó sus manos en las tetas de Tzuyu aprovechando la posición en la que estaba.

Tzuyu se levantó para retomar los muslos de Nayeon y empezó a martillar con más fuerza, ella también estaba a punto de vaciarse. Los gemidos de ambas empezaron a intensificarse a medida que Tzuyu golpeaba con fuerza. Quería darle el primero de muchos orgasmos a la linda coreana.

"Vamos, bebé. Córrete en mi polla" penetró con fuerza cuando las paredes de Nayeon apretarse a su alrededor. "Eso es. Oh mierda. Ahórcame con ese coño tan perfecto".

"¡Tzuyu!" finalmente se corrió soltando un grito. "Sí, sí ¡Joder! Tzuyu", gemía descontrolada.

"Qué rico. Maldito coño tan apretado", gruñó.

Tzuyu tomó un ritmo aún más acelerado cuando sintió sus bolas tensarse. Las paredes de Nayeon se amoldaron a su alrededor por su abrazador orgasmo, asfixiando su polla. Dio algunas cinco embestidas más y sintió cómo sus piernas flaqueaban. "¡Oh!, joder, joder, joder", echó la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que se corría dentro del condón.

Sus respiraciones agitadas llenaban el aire. Los cuerpos de Nayeon y Tzuyu estaban cubiertos de sudor, testigos del placer y el éxtasis que habían experimentado juntas.

Nayeon, con sus labios entreabiertos, dejaba escapar gemidos débiles. Su voz, suave y melódica, se entrelazaba con el gruñido profundo de Tzuyu, quien expresaba su satisfacción y pasión con un sonido gutural. Tzuyu se levantó lentamente, sintiendo cómo sus músculos estaban entumecidos después de haber estado tanto tiempo en la misma posición. Con una sonrisa cansada, Tzuyu sacó lentamente su polla, sintiendo cómo la estrechez de Nayeon la retenía. Un suave quejido escapó de los labios de Nayeon, haciéndola cerrar los ojos momentáneamente. Era tan delicioso.

"Tzuyu", Nayeon habló acomodando sus piernas en el borde inferior del sofá para descansarlas.

"¿Sí, preciosa?", Tzuyu se quitó el condón, desechándolo.

"Gracias", respondió.

"No tienes que agradecerme, Nayeon".

"Lo sé, pero... Realmente me hiciste sentir muy bien, lo he disfrutado muchísimo".

"Oh, cariño", sonrió. "Este es solo el comienzo. Me falta comerte ese coño delicioso hasta que no puedas respirar y te falta montar esta polla", le dio una palmada su pene y Nayeon no pudo evitar reír. "Me diste la misión de hacerte olvidar a la imbécil de tu ex, entonces déjame hacer bien mi trabajo asignado", guiñó un ojo.

"Entonces llévame a tu cuarto y termina tu misión, Chou", Tzuyu se acercó con una sonrisa para darle un dulce beso en los labios que Nayeon respondió de inmediato.

Nayeon.

No tengo ni la menor idea de cómo ocurrió, pero este encuentro fue sencillamente asombroso. Comprendo que olvidar a Jeongyeon no será un proceso que se resuelva de la noche a la mañana, pero estar con Tzuyu y disfrutar del maravilloso sexo que compartimos me proporcionó una sensación de consuelo y aceptación instantánea. Fue un gesto espontáneo y lleno de pasión que no requería pensamientos profundos ni dudas...

Me sentí acogida en los cálidos brazos de Tzuyu sin ni siquiera pensarlo dos veces, y esa sensación fue sumamente reconfortante. Aunque soy consciente de que este encuentro no necesariamente señala el inicio de una relación seria o compromiso a largo plazo, lo que tengo claro es que mañana, al despertar, no me embargarán sentimientos de arrepentimiento.

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