Extra 5: Reunión
Las reuniones fueron de mucha ayuda para todos los integrantes, debido a esto el impala llamado Ceros les propone que traigan a sus parejas para conocerte mejor. Él también quiere que conozcan a la suya.
—Mirrey, ¿puedo hablar contigo? —le dice antes de que el león se marche como los demás.
—Si —asiente para luego volver a su silla y sentarse. No quiere intimidar al herbívoro con su altura.
—Ayer ya hablé con Hiro, su novia y tú son grandes depredadores. Mi pareja... los odia, quería advertirte. Preferiría que no asistas mañana para evitar momentos incómodos.
—Entiendo, debe tener razones para sentir ese odio. Pero no me perderé ninguna de tus reuniones —responde Mirrey al cruzarse de brazo.
—Hiro también dijo que asistirán de todos modos. —Ceros le da una sonrisa, disculpándose de antemano con él por las cosas que hará o dirá su pareja.
Una vez que está en casa, el felino le da la noticia a Efer. Ella se encuentra en la cocina cortando un gran trozo de carne con cuchillo.
—Sí iré, suena bien —responde ella con una sonrisa.
—Genial... ¿Qué vamos a cenar? —comenta al acercarse, aunque comienza a sentirse un poco extraño.
—Impala, haré la carne con papas asadas. —Efer corta el trozo en finas fetas, por su parte Mirrey hace unos sonidos raros debido a las arcadas. Ella limpia sus manos rápidamente para ayudarlo.
—Agr, es l-la sangre... ¡Hum! —Él cubre su boca para evitar devolver el contenido de su estómago.
—Pero lavé la comida y apenas-
—Creo que es por haber probado tu sangre, cuando veo el líquido rojo inmediatamente siento ese sabor amargo en mi lengua —habla para luego tomar el vaso de agua que ella le pasó.
—Oh, entonces no entres a la cocina —le sonríe mientras acaricia una de sus orejas.
Él sale de ahí con la mirada abajo, reflexiona las veces que vio sangre y todas las otras que lastimó a alguien más. En ningún momento sintió asco o algo parecido.
En el comedor encuentra a Teo comiendo unas masitas con pasas de uvas que Rhea preparó especialmente para su novio. Él le ofrece unas cuantas pero el felino prefiere esperar la cena.
—¿Alguna vez probaste carne cruda o sangre fresca? —le pregunta, es algo que sólo dos carnívoros podrían hablar. El oso casi se atraganta al oírlo, por lo que sacude su cabeza rápidamente.
—No, jamás.
—Yo si y me gustaba —confiesa para luego agregar—. Ahora siento mucho asco.
—¿De v-verdad? —Al verlo curioso le cuenta que probó la sangre de Efer y lo tóxica que es. Luego de un corto silencio el oso vuelve a comer.
—¿Qué hay de ti? —pregunta curioso—. No creciste de esta manera sólo con verduras y miel, ¿verdad?
—No —murmura mientras tiene sus mejillas llenas—. Los salmones nadan río arriba para reproducirse y luego mueren, mis padres los recogían de la costa a montones.
—Ya veo. —Mientras ellos hablan, Efer termina de hacer la cena y comen todos juntos, aunque el oso sólo devora las verduras. Mirrey no siente desagrado por su comida.
Al día siguiente la pareja asiste a la reunión de Ceros, ambos ven a Hiro y Leila fuera del lugar. El conejito consuela a su novia, quien parece tener un ataque de nervios.
—Tranquila, no eres la única carnívora grande aquí. Mira, ellos también vinieron —señala al león y a su novia simio. Ellos se saludan, haciendo que la loba tenga un poco más de confianza entonces entran a la sala. Son recibidos por Ceros, quien saluda a Efer y a Leila, ésta última prefirió no tomar su pezuña para saludarlo.
—Ya estamos todos, gracias por venir —les dice a los invitados—. Quiero presentarles a mi pareja, él se llama Mel —agrega al señalar al herbívoro que está a su lado. Este es un poco más alto que Ceros y con una contextura física más trabajada.
—Un placer conocerlos —dice el nombrado con una sonrisa.
Es la sonrisa más falsa que he visto, que gran actor, piensa Mirrey. Él apoya su mentón sobre la cabeza de Efer notando como Mel fija sus ojos en ellos.
—Esta no es una reunión normal, preparé juegos y comida. Es para que nos conozcamos más —habla Ceros mientras choca sus cascos.
Los minutos pasan mientras Efer habla animadamente con todos los presentes, ella se volvió muy amigable. Al mismo tiempo Leila y Mirrey están sentados un poco lejos del grupo mientras comen un poco de pan con trigo. El felino sólo tolera ese trato por Ceros ya que no quiere arruinar su reunión, además no dejará a Leila sola.
—Iré al baño, ya vuelvo —le dice a la loba y también le hizo una seña a Efer, quien estaba muy impresionada por los cascabeles de la pareja de víboras. El edificio tiene varias salas de reuniones como en la que están y los sanitarios están en otro lugar.
Mirrey entra al baño de grandes animales, cuando sale de hacer sus necesidades unos minutos después alguien lo obliga a entrar nuevamente. Debe pegar la espalda a la pared porque siente dos cosas muy puntiagudas presionando su garganta. Debido al olor consigue identificar a su atacante.
—Me encargaré primero de ti y luego iré por el lobo —murmura Mel al tomarlo de los hombros.
—Espe-ra... ah... —Mirrey no puede hablar porque el herbívoro hace más presión.
—Cállate —ordenó, sintiendo cómo ya perforó la piel del león, la sangre comienza a deslizarse, recorre su cabeza y la lame con satisfacción cuando alcanza su boca—. Le dije a Ceros que no se arriesgara, él es muy amable y débil. Por eso lo protegeré.
Mel está a punto de penetrar el cuello, sus cuernos atravesarán la garganta junto con la quijada y tal vez alcanzará el cerebro. Pero algo lo jala desde atrás con fuerza, alejándolo del león.
—¿Quién es? M-Me aseguré que nadie nos siguiera —dice entre dientes mientras su rostro está fijo en el sucio suelo de los baños. Intenta levantarse, pero una fuerza superior a la suya lo mantiene fijo en su lugar.
Desde su lugar ve al felino agitado, este toca su cuello y al momento de ver tu pata con sangre corre hacia el inodoro más cercano.
—¿Por qué atacas a Mirrey? —Efer hace girar un poco su rostro para que la mire.
—Es un león, un monstruo —le dice a la simio que está sobre su espalda.
—No justifica el asesinato —murmura ella al tomar sus cuernos.
—¡No, Efer! —Mirrey la detiene al ver que tenía la intención de romperlos—. Estoy bien, sólo...
—Si intentó esto con un león seguramente ya ha atacado a otros carnívoros —comenta al hacer un poco más de presión. Mel siente que sus cuernos serán arrancados dolorosamente—. Es un cazador.
—Espera. Tengo una idea para reformarlo. —Mirrey se acerca y susurra algo en su oído, entonces ella suelta una corta risa para luego morder su dedo hasta hacerlo sangrar.
—Mirrey, ¿estás allí? —Ellos escuchan la voz de Ceros del otro lado de la puerta. Mel entra en pánico—. ¿Viste a Mel? Él desapareció en un momento.
—No quiero que él me vea así, por favor —suplicó en voz baja. Entonces Efer lo suelta para caminar hacia la puerta.
El impala queda un poco impactado al ver a una hembra en el baño de machos. Ella le sonríe, viendo a Ceros extremadamente nervioso.
—Sólo estamos Mirrey y yo, ya sabes —murmura al llevar un mechón de su cabello hacia atrás.
—Oh, s-seguiré buscando e-entonces.
Efer vuelve a cerrar la puerta, esta vez con seguro y se acerca nuevamente a Mel. Él se aleja al mismo tiempo, preguntándose por qué esa simio es tan fuerte. Su espalda choca contra la pared y ya no tiene escapatoria. Ella hace que pruebe su sangre por segunda vez, teniendo el mismo resultado que con Mirrey. La amargura es tan extrema que llega a vomitar lo que comió en la reunión.
—Si quieres proteger a Ceros no puedes ir matando a otros animales que se le acerquen, no tiene lógica —habla Efer al cruzarse de brazos—. Además si te descubren puedes morir, dejando a tu pareja solo y devastado, ¿pensaste en eso en algún momento?
—No matan a herbívoros por defenderse —responde para luego toser un poco.
—¿Defenderse? —repite el felino—. Me atacaste primero.
Mirrey le gruñe, aunque no está molesto, porque su novia se encarga de sus heridas y lo mantiene calmado.
—Los leones comen impalas, tal vez ya intentó atacarte, ¿no? ¿Cómo puedes ser novia de una bestia como él?
—Si, ayer cenamos impala —comenta, haciendo que él haga una mueca de disgusto y asco.
—¡Pero eres un herbívoro!
—Omnívoro de hecho, yo conseguí la carne. Era de una hembra que había muerto en un accidente de la autopista. La familia entregó el cuerpo —le cuenta mientras ve temblar a Mel.
—Los carnívoros también son carne —dice Mirrey al unirse a la conversación—. Todos somos comida, incluso las plantas obtienen los nutrientes de cuerpos en descomposición. ¿Crees que sólo viven del agua y el sol? Hasta tú le encontrarte gusto a la sangre.
—Eso no es cierto.
—No, ya no —niega Efer estando de acuerdo—. Y más te vale dejar esto, piensa en tu pareja.
Cuando regresan a la reunión Ceros preocupado abraza a Mel, diciéndole que no vuelva a desaparecer así sin decirle nada. Por otro lado Hiro le pregunta a su amigo león qué le pasó en el cuello.
—Hum, ¿esto? —dice al tocar las banditas que se ven entre su pelaje—. Efer fue un poco ruda.
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