Extra 1: Estudiante de intercambio
Gracias a haber regresado a la escuela, Izaro tiene nuevos amigos, los cuales hizo los primeros días. A pesar de no ser un ave como el resto de sus compañeros, él pudo integrarse bien debido a su personalidad alegre y amistosa. Caso contrario es el de Mia, quien todo el tiempo está sola, ella evita juntarse con los demás y casi nunca habla con sus compañeros a no ser que necesite algo de ellos.
—Hoy tenemos un trabajo que hacer en pareja —le dice su profesor mientras Izaro le ayuda a llevar los libros a la clase.
—Lo haré con Mia —comenta con una sonrisa.
—Hablando de eso, quiero que ella trabaje con otros alumnos. Siempre está muy callada y sólo convive contigo —habla la grulla mientras abre la puerta con su pata para dejarlo pasar al salón.
—Oh, entiendo...
La clase comienzan con una explicación del maestro, entonces propone el trabajo en parejas, haciendo que la gata mire a Izaro inmediatamente. Sin embargo él agrega que elegirá las parejas con ayuda de la lista de presentes.
Por ello Mia termina haciendo pareja con un ave grande de plumaje gris azulado. Este tiene un gran y fuerte pico que incomoda un poco a la felina, está segura que su cabeza podría entrar en su boca fácilmente. Ella ve con tristeza como el canino realizará el trabajo con una buitre. El mismo consiste en atrapar unas mariposas para estudiarlas, el maestro evaluará el desarrollo del informe y si el mismo es bastante completo.
Los estudiantes salen al gran patio de la escuela, el cual tiene grandes árboles, lianas, arbustos pequeños y más, se parece a un ecosistema selvático. Las mariposas migraron al lugar debido a la temporada por lo que se lanzan a atraparlas. Mia mira a su compañero de equipo, ella lo encuentra mirándola fijamente con sus ojos azules grisáceos, sus pupilas son grandes y negras.
—Yo sé algo de las mariposas morfo azul, vamos a atraparlas —propone mientras agarra una red al igual que los otros alumnos. El ave responde haciendo un sonido de golpeteo con su gran pico—. Okey...
Ella se adentra a esa selva, buscando a dicha mariposa con cautela. Ve a los demás atrapar otras mariposas, las cuales vuelan lejos para escapar, en un momento ve a Izaro riendo junto a su compañera buitre.
—E-Eh, las mariposas morfo azul son azules de un lado y marrón del otro —le dice a su pareja, sin embargo al voltear no lo ve detrás de ella por lo que regresa y lo encuentra en el mismo lugar de inicio con una red en su pata derecha.
Mia hace una mueca ante esto y le hace una seña para que la siga, sin embargo este permanece muy quieto, como una estatua. Su mirada fija y penetrante es lo que más perturba a la felina.
—¿No puedes caminar mientras sostienes la red? —pregunta con cuidado. Él no responde y sólo mueve un poco su cabeza hacia su dirección.
De repente se mueve hacia adelante con una velocidad explosiva, sus alas se extienden y esto lo hace parecer mucho más grande. Mia dio un salto y se aferra al tronco de un árbol, entonces ve a una mariposa en la red del ave, es la que necesitan.
—La atrapó —murmura mientras baja lentamente—. ¡Casi me matas del susto! —exclama al tomarlo de su ropa y lo sacude un poco. Él se aleja mientras hace esos golpeteos, luego extiende un ala para tapar un poco su rostro.
—Lo siento —susurra en un tono muy bajo.
—Sólo dame unos minutos —habla al peinar su pelaje para que deje estar erizado. También necesita calmar los fuertes palpitares de su corazón—. Ya estoy bien, vamos a hacer el trabajo.
Él nuevamente responde con los sonidos de su pico, haciendo que la gata frunza el ceño. Ambos se sientan en una banca mientras tienen a la mariposa dentro de un frasco, la felina anota sus características al mismo tiempo que el ave hace un dibujo de la misma.
—¿Cuál es tu nombre? —le pregunta al hartarse del silencio. Él mueve su cabeza hacia ella sin embargo no responde—. Ya entiendo... yo no soy buena haciendo amigos y debo caerle mal a todos. No soy como Izaro, pero a veces me gustaría —comenta al bajar la mirada y sus orejas.
—No es eso —responde él haciendo que lo mire—. Yo no puedo hablar porque todos se asustan por mi pico —le explica mientras Mia se inclina hacia atrás.
¡Parecen dos guillotinas cuando habla!, exclama en sus pensamientos. Él nota su miedo, entonces vuelve a cubrirse con su ala.
—Entiendo si quieres hacer el trabajo con alguien más.
—¡No, no! Es que... Debe ser difícil tener que guardar silencio debido a eso. Conmigo puedes hablar todo lo que quieras. —Mia asiente cuando él ladea un poco la cabeza.
—¿D-De verdad? —pregunta cuando quita su ala—. Gracias.
—Entonces... ¿Cómo te llamas? Yo soy Mia —se presenta al señalarse.
—Mi nombre es Rex, soy un alumno de intercambio —contesta al extender su pata delgada hacia ella, la gata sonríe y la estrecha como saludo—. ¿Qué hay de ti? ¿Por qué vives en una ciudad de aves?
—U-Una águila nos adoptó a Izaro y-y a mí —responde, controlando su voz y ordenándose que venza su miedo. Pero es difícil porque la boca de Rex es demasiado grande—. Tenemos un restaurante pequeño en crecimiento.
—¿Ah sí? Tal vez pase un día a comer... si no te molesta.
—No, está bien. Puedes hacerlo las veces que quieras.
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