29
La gata les explica que ese lugar pudo haberle pertenecido a antiguas civilizaciones ya que nunca habían visto esa escritura o los objetos que se encuentran en dicha sala. Entonces saca su celular para tomar fotos y grabar vídeos mientras explora, por otro lado Mirrey nota a Ama bastante distraía. Desobedece a Mia al tocar todas las cosas que encuentra y él se lleva uno de los libros consigo.
Ellos continúan avanzando, la habitación parece más una bóveda la cual contiene esos libros, cajas y contenedores. Más adelante hay otra puerta, aunque no es reforzada como la primera. Cuando Ella la abre ve a un cuarto normal, aunque cubierta de polvo.
Hay lo que parece ser una cocina comedor, un pequeño baño y la habitación con una cama. En ese momento todos quedan paralizado al ver un cuerpo, la simio es quien se acerca para observarlo más de cerca.
—Está momificado —murmura al ver la piel del cuerpo. Éste descansa sobre la cama con los brazos sobre su pecho.
—¿Qué significa? —pregunta Izaro.
—Debe ser el dueño de este lugar —deduce la felina al salir del shock. En eso Mirrey dirige la mirada hacia otro cartel que decora la pared a su lado, no distingue las letras aunque es el dibujo de el planeta siendo destruido.
—Se parece a Ama por la forma de su cráneo —señala.
La simio mira a su alrededor, el idioma es desconocido para ella pero sí reconoce los números. Estos son iguales a los de su idioma natal. El cartel que antes miró el león tiene fecha.
—Año 2321 —dice al tocar el cartel con su dedo—. Es un humano.
—¡¿Qué?! —exclaman los otros al unísono.
—¡Es i-imposible, ellos...! —Mia toma sus orejas con las patas, el celular cayó a sus pies—. Desaparecieron hace miles de años.
—Debieron dejar restos de sus cuerpos, huesos o algo. Como él —comenta Ella al acercarse a la felina.
—No, no hay.
—¡El secreto del gobierno! Todos odian a los humanos y cualquier cosa relacionado con ellos tal vez es eliminado. No hay museos que nos expliquen cómo vivían. —Izaro atrae las miradas de los demás, su hipótesis tiene mucho sentido.
—¿Qué harán? —pregunta Ella al mirarlos.
—No sabía que también tenían un idioma o libros, siempre nos dijeron que eran monstruos. Quiero saber más —habla Mia al levantar su celular.
—Yo también, aunque no podemos decírselo a nadie. —Todos concuerdan con el canino en ello. Entonces miran a Mirray en espera de su respuesta.
—Está muerto, ya no puede hacerle daño a nadie.
—Y si les dijera... que soy humana.
En ese momento Izaro suelta una risa que se apaga poco a poco al ver que los demás no ríen, ni siquiera Ella. Aunque Mia inmediatamente niega con la cabeza, diciendo que eso es imposible.
—Ellos se extinguieron, tú no puedes-
—Sí, en este planeta —interrumpe al dar un paso adelante, ellos retroceden al mismo tiempo—. Viajamos a las estrella como en sus historias. Entiendo un poco el lenguaje al ser predecesor al mío y si lo estudio sabré lo que pasó con esta persona.
—No. ¡No eres un humano! —exclama Mirrey en ese momento—. Eres una simio, te pareces a ellos y...
—Si, lo soy. Ustedes me contaron sobre sus vidas, me pedían consejos y confiaron en mí. Ya no podía ocultarles lo que soy —explica mientras juega con sus manos—. No quería decirlo debido al odio que le tienen a los humanos.
—¡Y con razón! ¡Mataron a cientos de especies! —exclama Mia e intenta saltar sobre ella. Pero Izaro la detiene.
—No fui yo, ni siquiera existía.
—Si de verdad fueron al espacio, ¿cómo sobrevivieron hasta ahora? —cuestiona Izaro.
—Nos trasladamos a un planeta parecido a la tierra pero más grande. Llevamos plantas por el oxígeno y como cultivo, aunque no animales. Es lo que nos enseñan de nuestra historia.
—¿De dónde obtienen la carne entonces? —murmura Mia al bajar las orejas.
—La respuesta es muy obvia. Canibalismo.
El lugar se sumerge en un profundo silencio, el grupo se separa con Mia siendo contenida por Izaro ya que tiene unos de sus ataques de ansiedad. Por su parte Mirrey se distrae mirando las imágenes del libro que tomó. Cada imagen tiene inscripciones a un lado y la foto de una manada de leones llama su atención. Son similares a él, aunque hay diferencias muy notables, sus ancestros no usaban ropa y no parece que vivían en refugios. En la foto sólo se ve una extensa sabana.
—Ama —la llama, haciendo que ella se sorprenda por ello—. ¿Cuál es tu nombre?
—Puedes llamarme Efer. Es el primer nombre que tuve —contesta mientras mantiene distancia.
—Es... lindo.
—Gracias.
—¿Por qué no te acercas? —pregunta al mirarla sobre su hombro.
—Necesitas un tiempo para digerir esto.
—Sabía que tenías algo diferente, pensé en ello durante semanas y ahora sólo lo confirmaste —habla para luego enseñarle el libro—. No hay humanos matando animales aquí, parece que los estudiaban.
—Creo que entiendo lo que dice la portada —murmura y recuerda las palabras de su lenguaje, también relaciona el contenido con el título para encontrar el significado—. Biología, eso es. El libro trata de los seres vivos y sus procesos vitales.
—Es la historia de mis ancestros.
—La de todos, prácticamente —contesta para luego suspirar—. Si ya no quieren seguir conmigo pueden irse, lo entiendo. —En ese momento ella suelta el libro cuando es abrazada por el felino, él la tomó por sorpresa y permanece quieta en lugar de alejarse.
—No me importa lo que seas, ¿bien? —murmura al separarse un poco—. Oh, no puedo creerlo. Me enfrenté a un humano y sigo con vida, los monstruos más mortíferos que pisaron la faz de la tierra.
Ella suelta una risa corta para luego decirle que no es gracioso. Ese miedo fue lo que llevó a Mia intentar deshacerse de ella. Ahora que los recuerda, sale de la habitación en busca de ambos. Izaro no parece tan conmocionado pero conociéndolo sabe que controlará lo que siente. Por otro lado Mia intentó atacarla.
Al verlos en la bóveda se acerca un poco. Él la está abrazando aunque ella continúa con su pelaje erizado. Aclara su garganta para llamar la atención, aunque Mia comienza a gruñir.
—No te acerques a nosotros —le dice mientras retrocede, la felina protege a Izaro.
—Mia, es Ella. No nos hará daño —habla él para tranquilizarla.
—Nos ocultó muchas cosas, ya no podemos confiar en... ¡en eso!
—También oculté muchas cosas. —Mia voltea hacia él por un momento—. Ahora sólo conocimos a Ella un poco más —agrega con una sonrisa.
—No le diremos a nadie lo que eres, lo prometo. Pero cuando salgamos de aquí iremos por nuestro propio camino —contesta para luego apartar la mirada.
—Entiendo.
—¿Qué vas a hacer tú Mirrey? —le pregunta al otro felino. Quien suelta una corta risa.
—Nunca fui del agradado de ustedes, no haría diferencia si siguiera a Efer —responde de manera segura mientras se acerca a la nombrada.
—¿Quién? —pregunta Izaro.
—Su nombre es Efer, continuaré con ella. —Él mira a los menores, quienes asienten en silencio. Mia todavía está a la defensiva e Izaro sólo puede contenerla, aunque por otro lado quisiera darle un abrazo también a Efer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro