¿Cómo reaccionarían estos chicos ante tus fobias?

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Un perro... Así es, un perro.

Caminando por Konoha con tu novio, viste como un perro caminaba hacia ustedes.

Apretaste la mano de Neji, y él volteó hacia ti para ver que sucedía.

—Ne-Neji...—Susutraste abrazándote de tu novio.

—_______ por favor, el perro está caminando sin hacerte caso, no te asustes—Dijo cerrando los ojos con frustración.

—Pe-pero es uno de los grandes... —Susutraste con más miedo al ver como estaba a menos de medio metro.

—En primera, ¡es un Chihuahua! No está nada grande—Dijo totalmente frustrado—Vamos, anda, que tengo hambre—Tiró de tu brazo, pero tú tenías tanto miedo que quedaste completamente paralizada.
El chico suspiró y volvió hacia ti, mientras que el perro pasaba de largo.

—¿Ya ves? Ya se fue—Dijo mientras dejaba un beso en tu frente. —Además, no es posible que le tengas tanto miedo a los perros si te has enfrentado a ninjas tan poderosos como Pain. —Completó abrazándote.

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Ver la sangre correr. Eso era lo que más miedo y asco te daba.

Kakashi llegó a casa más golpeado que nada. La sangre corría por su mejilla, y en general por todos lados.

—Kakashi... Ven para acá —Le ordenaste y armandote de valor, empezaste a pasar algún algodón y alcohol por sus heridas... Incluyendo las del abdomen.

Terminando, fuiste directamente al baño y vomitaste.

—Y soy yo el que está mal—Susurró Kakashi sujetando tu cabello mientras tu soltabas todo.

—Cállate—Lo regañaste y fuiste  a lavar tu boca.

—Gracias, princesa, sé cuánto miedo te da la sangre.—Y con la mascarilla abajo, dejó un beso en tu frente.

—Todo por mi novio —Susutraste cerca de sus labios una vez con la boca totalmente limpia.

(Seleccionada alazar😂)

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—¡Ahhh! —Gritaste desde la cocina, haciendo que tu novio llegara alarmado.

—¿Qué pasó? —Preguntó exaltado.

—A-ahí —Abrazaste a Minato señalando una araña que estaba en la pared.

—Pequeña, no me asustes así, por favor, pensé que algo malo te había pasado—Dejó un beso corto sobre tus labios y fue a matar a la araña.

—Gracias—Lo abrazaste de nuevo y escondite tu cara en su pecho.

—Solo no me vuelvas a asustar así, por favor —Susurró sobre tus labios cuando te separó ligeramente de él.

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Ver a tu compañero morir fue lo peor que pudiste haber vivido... Así que le creaste un miedo a la muerte. El hecho de que la persona que más amabas en tu vida (Gaara) iba a morir algún día, te mantuvo alerta todo el tiempo.

Sin poder dormir, empezaste a dar vueltas por toda la cama, haciendo que tu novio se despertara.

—¿________? —Te llamó una vez que se pudo incorporar en la cama.

—¿Mmmh? —Respondiste mientras mordías tus uñas del nerviosismo.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás así? —Te abrazó por la espalda.

—No pasa nada, Gaara, duerme—Contestaste  con voz temblorosa.

—Eso no es cierto, dime—Habló sin dejar de abrazarte.

—Tengo miedo de que un día despierte y no tenerte a mi lado. O que no me respondas cuando te hable. Tengo miedo de que vayas a morir. No quiero que te alejes de mí—Soltaste un sollozo.

—Ven aquí —Te volteó para esconder tu cabeza en su pecho. —Vamos a hacer algo, si yo muero primero, no pasará ni un año, y tú estarás conmigo, y si tú mueres primero, vendrás por mí en menos de un año, ¿te parece? —Susurró sobre tu cabello. No sonaba tan mal.

Asentiste mientras dejabas caer una que otra lágrima. —Te quiero—Dejó un pequeño beso sobre tu cabeza antes de que ambos cayeran totalmente dormidos.

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Pollos... Esas malditas cosas amarillas que corrían por las granjas. Les tenías una fobia indescriptible.

—¡Mira, ______-Chan! ¡Un pollito! —Te acercó la cosita amarilla que reposaba en sus manos.

—¡Aleja esa cosa amarilla de mí! —Empezaste a retroceder con miedo.

—¿Hablas de mí o del pollito? —Preguntó confundido.

—De la maldita cosa esa, el pollo—Dijiste aún más frustrada.

—Uh cierto que le tienes miedo a los pollitos. ¡Pero es que son tan lindos! —Dijo acariciando a la criturita.

—Sí, sí, no me importa, solo mantenlo lejos de mí —Seguiste haciéndote para atrás.

Naruto dejó el pollo en el piso, este aleteó haciendo movimientos bruscos.

—¡AHHHH! —Gristaste saltando directamente a los brazos de tu novio, quien te cargó estilo princesa. —¡ESA MALDITA COSA ES DEL DIABLO! —Escondiste tu cara en el hueco del hombro y cuello de tu novio. Él te bajó y ahuyentó al pollito.

—Linda, es solo un pollo, es un bebé, tiene el pico y garras tiernas, antes de picarte se van a ir. Y si te pican, se les quiebra el pico. —Empezó a reír y tú sólo le diste un golpe en el brazo.

—¿Quién me lo asegura? Esa cosa me salta, me pica los ojos, y ¡bum! Muerta—Exageraste mientras te cruzabas de brazos.

—No te van a hacer nada. ¿Confías en mí? —Tomó otro de los pollitos.

—¡Nope! Voy con... Con... Kakashi—Te alejaste lo más posible de él.

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Terremotos, sismos, desastres naturales, en pocas palabras.
¿Suena ridículo? Mmmh sí, pero te ponía tan paranoica el solo pensar que de un temblor podían perder todo, incluyendo vidas, que no podías pasar cinco minutos sin correr a los brazos de tu novio en cuanto te ponías a pensar en qué sucedería.

—¡Kiba! —Llamaste corriendo hacia él. —C-creo que va a temblar—Y no, no fue exactamente la tierra la que tembló, si no tus piernas.

Él al ver que estabas a punto de caer, te tomó en brazos.

—Nena, no va a pasar nada, tranquila. Y si pasa algo, aquí voy a estar yo para protegerte.—Dejó un beso en ti frente sin importarle si estaban en medio de la aldea.

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—Amor... ¿Me acompañas a comprar la comida de la semana, por favor? —Hiciste ojos tiernos, él quería decir que no, pero era imposible negarse si hacías esas caras.

—¿Por qué siempre quieres que te acompañe? —Preguntó mientras tomaba algo de ramen instantaneo.

—Ah... Te voy a ser sincera... Siempre le he tenido miedo a un secuestro—Ante tu respuesta, el pelinegro quedó sorprendido. —Sé que me puedo defender, pero... No sé, siempre me ha dado miedo a que mientras yo esté distraída, alguien me secuestre, viole, y probablemente asesine, desde que le hicieron eso a mi hermana, ese miedo no se me quita, solo se intensifica. Es por eso que siempre te pido que me acompañes. Pero... Sí no lo quieres hacer más, lo entiendo, y perdón por molestarte.—Pequeñas lágrimas rodaron por tus ojos.

—Problemática, Escúchame bien. No me molestas, menos ahora que me dices esto —Te abrazó por la espalda y dejó un beso sobre tu mejilla. —No voy a dejar que nada te pase. De ahora en adelante, siempre te voy a acompañar a todos lados, te amo y quiero que estés bien—Te dio vuelta y besó tus labios.

—Gracias—Dijiste una vez que te separaste. Sus pulgares limpiaron las lágrimas que habían corrido por tus mejillas.

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¿Hay alguien en este mundo que no le tenga miedo a lo paranormal? Bueno, por lo menos aquí, sí le tienes miedo. Y MUCHO.

Estabas cómodamente en tu cama, sin hacer nada, día de descanso, y tu novio estaba ahí.

De repente, una puerta se cerró.

—¿Dejaste la puerta otra vez Abierta, Hashirama? —Reclamaste, pero tu novio se puso pálido.

—No... Cerré con todo y llaves... —Y ahí empezaste  a temblar, Hashirama te abrazó dejando un beso en tu mejilla. —No...pasa nada, linda, no pasa... ¡AHHH! —Chilló al ver como las tintas en su escritorio se derramaron de un segundo al otro.

—Carajo, Hashirama, yo me largo—Te levantaste lo más rápido que pudiste.

—Te acompaño—Imitó tus acciones para después salir corriendo junto a ti de la casa.

Una vez bastante alejados –no pues casi saliendo de la aldea– él te abrazó y tú a él.

—Tengo miedo, ¿nos mudamos? —El asintió rápidamente.

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Un engaño... Era a lo que más miedo le tenías.

Gracias a su trabajo de Hokage en la aldea, y a que jamás llegaba a casa, empezaste a sospechar de un posible engaño.

Después de que tu padre engañara a tu madre, empezaste a tenerle miedo a una traición. Habías visto cómo sufría tu madre, pues 32 años juntos se fueron a la basura. Sin contar que cuando eso sucedió, tú sólo tenías entre 14 y 15 años.

—¿Pasa algo, linda? —Te habló Tobirama al ver cómo en media hora no habías comido nada.

—Quiero que me seas completamente sincero, me daré cuenta si mientes—Hablaste completamente firme. Y eso a Tobirama lo asustó un poco, no eras así con él, pero le gustaba. Tenías un Kekkei Genkai  que analizaba el ritmo cardíaco de las personas, así que podrías saber si alguien mentía. Algo bastante útil para los interrogatorios.

—¿Pasó algo? —Te preguntó preocuoado.

—¿Qué piensas sobre las personas que engañan a su pareja? ¿Lo harías? —Dijiste aún firme. No querías parecer insegura, aunque lo estabas.

—¿A que quieres llegar, ______? —Preguntó curioso.

—¡Solo responde, Tobirama! No es tan difícil —Tus ojos comenzaron a empaparse.

—Pienso que son lo más repugnante de este universo. Si tanto amas a esa persona, ¿por qué le harías daño? —Sabias qué no mentía, no necesitabas usar tu Kekkei Genkai para saberlo. Lo conocías demasiado bien, sabias que arrugando su entrecejo al igual que su nariz, podías deducir si mentía o no. —Y lo otro, jamás lo haría. Te amo demasiado, más que a mí vida, como para engañarte. Tendría que estar tan mal de la cabeza como  los Uchiha (N/A: No les habla a ustedes, Itachi, Shisui, Obito) como para hacerlo—Ahí sí usaste tu Kekkei Genkai. Decía totalmente la verdad.

Fuiste  a abrazarlo. Eso te había reconfortado.

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Aunque suene irónico, le tenías miedo a las explosiónes.

Sí, tu novio era el rey de las explosiones y tú les tenías miedo...

—Mira esto, linda—Había creado un corazón, lo quisiste tomar. —Katsu—Habló haciendo que el corazón explotara y que tú te sobresaltaras.

—¡Tarado! —Lo golpeaste por el susto.

—Es como mi corazón explota por ti—Detuvo tus manos y dejó un pequeño beso sobre tus labios.

—Sí, sí, muy tierno, pero no me asustes así, baka—Lo regañaste para después besarlo de nuevo.

—Me pongo romántico, te pones fresa—Suspiró cansado.

—Perdón, amor, solo que sí me dan miedo—Volviste a besarlo.

—Te quiero, miedosa—Sonrió y dejó de nuevo, otro beso sobre tus labios.

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Y aquí vamos de nuevo con lo irónico... Le temías a las muñecas..

Tu novio llevaba horas en su taller, y por más miedo que te diera entrar ahí, lo hiciste. Él seguramente tendría hambre.

Al abrir la puerta, uno de sus títeres saltó.

—¡AHHHH! ¡CARAJO, SASORI! —Gritaste apartando el títere.

—Ya te dije que no entres así, ________—Dijo enojado, pues hasta a él lo habías asustado.

Sentiste cómo tú corazón se movía más de lo normal, empezaste a sudar frío. Sasori al verte así, no tardó en abrazarte. Te hacía falta algo de calor.

—Y-yo venía a decirte que si querías algo de comer—Dijiste con un tono de culpabilidad, pues sentiste que el que casi te diera un infarto, era culpa tuya.

Él notó eso.

—No te sientas mal, _______. Lo siento, no debí hablarte así —Depositó un beso en tu frente. Porque a pesar de que él medía 1.66, tú medias 1.61.—Solo no entres así, no quiero que te de un infarto—Volvió a dejar un beso. —Vamos—Tomó tu mano y fuiste con él.

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La oscuridad repentina. Lo relacionabas directamente con la muerte. Un momento estaba y al otro no. Pero a diferencia de la muerte, la oscuridad termina.

Estabas cómodamente leyendo un libro junto a Itachi, quien por fin tenía un día libre.

Era de noche, por lo cual, te dio aún más miedo cuando de la nada, la luz se fue.

—¿I-Itachi? —Lo llamaste, y él tomó tu mano.

—Aquí estoy, princesa. —Seguiste su voz hasta dar con su pecho.

—T-tengo miedo—Él te abrazó cuando escuchó esas dos palabras.

—Siempre voy a estar aquí, linda, aún si hay demasiada oscuridad, siempre voy a estar ahí para iluminar tu vida —Podía ser alguien de muy pocas palabras y sentimientos casi invisibles, pero amabas cuando se ponía romántico.

Te abrazó aún más fuerte y empezó a besar tu rostro en busca de tus labios.
Te sentiste tan segura, que olvidaste completamente la oscuridad.

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El cuarto se iluminó completamente. Un rayo...

Te despertaste por el fuerte ruido. Tu novio seguía completamente dormido.

Trataste de calmarte y en un intento, observaste a Shisui, que dormía plácidamente.

Sonó otro rayo... Está vez más fuerte que el anterior.

—¡AHHH! —Te escondiste en el rincón de la cama.

Shisui se despertó no por el ruido, si no por tu grito.

—¿¡QUÉ PASÓ!? —Dijo completamente exaltado. Saltaste directamente a sus brazos.

—To-tormenta eléctrica —Te acomodaste en sus piernas, él te abrazó por la cintura, y tú colocaste tu cabeza en el hueco de su hombro y su cuello.

—Ya, princesa, tranquila—Acarició tu cabello en un intento de tranquilizarte. —No está pasando nada, tranquila. Siempre te protegeré. Y la posibilidad de que te caiga un rayo es de una en un millón. Tranquila, mi amor—Susurró en tu oído, y su voz ronca hizo que te relajaras.

—Gracias, Shisui—Dejaste un beso en su mejilla.

—Siempre voy a estar aquí para ti, princesa. No tengas miedo que yo siempre estaré contigo para protegerte, para hacerte fuerte. —Besó esta vez tus labios.

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Por favor díganme que no soy la única que está re traumada con Shisui en este momento...

Bueno, ya conocen más de su escritora, porque todas las fobias y miedos, (a excepción de la de Minato) son exactamente las que yo tengo.

Solo desarrollé un poco más lo de Tobirama y la de Shikamaru. Y aún tengo más fobias, soy una miedosa de primera. Y así de exagerada soy, o más.

Ya me quedé sin imágenes, y por dos pongo gifs, prometo ponerme a buscar más imágenes.

En fin, espero que les  haya gustado

Escribí dos cosas hoy mismo... Wow...

FÁTIMA FUERA