Una familia || Kankuro
Los días en Suna son extremadamente calientes, las noches por otro lado son frías. Sobre todo cuando Kankuro no está en casa.
—Rayos...—murmuró al golpear mi pie en un mueble después de haber tomado un relajante baño caliente. Seco mi cabello con una toalla y cuando este se encuentra considerablemente seco como para ir a dormir me encamino al baño a dejarla en la ropa sucia.
—¡Ah!—el grito se escapa de mis labios al ver a Kankuro en el baño de nuestro hogar sin camiseta, lleno de raspones y con la pintura de su rostro corrida.
—Eh... Hola cariño.—dice rascándose la nuca nerviosamente.—Lamento no haber hecho ruido, creí que estabas dormida.
—Eres un tonto.—digo y corro hacia sus brazos, los cuales me reciben gustosos.—No te esperaba hasta en unos días más.
—Terminamos antes, fueron enemigos fáciles de localizar.—dice y besa mis labios cortamente haciéndome sonreír.
—Te extrañe demasiado, Kankuro.— y no mentía, sus misiones generalmente duraban de 3 días a una semana. Pero esta se extendió a casi tres semanas.
—Yo también lo hice Yoko.—dice y suelta un bostezo.—Realmente estoy muy cansado, no hay nada que me apetezca más que dormir contigo.
Sonrío ante sus palabras, él siempre fue y seguirá siendo muy honesto y directo. Y sinceramente no hay nada que me apetezca más que eso pero el verdaderamente necesita un baño.
—Oh no, primero date un baño. Apestas a campo de batalla. Iré a preparar tu ropa mientras entras a la bañera.—sonrío y salgo camino a la habitación siendo detenida por su mano tomando mi muñeca.
—¿Podrías hacerme compañía? Quiero pasar tiempo con mi chica.—pregunta y sonrío.
—Acabo de tomar un baño, pero puedo hacerte compañía y ayudarte con tu espalda.—digo sabiendo que tiene dolor de espalda, es típico de él cuando llega de una misión larga, y el asiente soltándome.
Corro a la habitación y abro los cajones sacando de ellos sus bóxers, pantalones de pijama y una playera negra. Tomó una toalla del armario y camino de nuevo al baño. Sus ojos se encuentran cerrados y su cabeza hacia atrás mientras se apoya en la tina.
—Esa posición no ayudará mucho a tu dolor de espalda Kankuro.—digo sentándome en la orilla de esta y metiendo mis piernas en el agua y pongo su cabeza en mi regazo haciendo que abra los ojos.
—¿Cómo estuviste estas semanas?—pregunta mientras acaricia mi pierna y me encojo de hombros.
—Bueno lo normal. No tuve muchas misiones y estas eran demasiado fáciles.—digo y el asiente. No sé si podría decirle lo que pasaba por mi mente en este momento.—Temari vino hace unos días, estuvieron aquí dos dias. Debo decir que el pequeño Shikadai estaba decepcionado de no ver a su querido tío.
El ríe y niega con la cabeza. En realidad adora a ese niño. Comienza a tallar sus brazos y cuerpo perezosamente y yo lo ayudó con su espalda y cabello logrando mojar un poco la camiseta que llevo puesta. Es algo normal en nosotros que yo duerma en ropa interior y sus camisetas, es decir, llevamos saliendo desde antes de la cuarta guerra shinobi y viviendo juntos desde hace unos 4 años. Cuando termina de bañarse le doy algo de privacidad y salgo hacia la habitación mientras me cambio la camiseta que ahora se encuentra algo mojada.
—Demonios, esto es muy difícil.—suspiro mientras estoy sentada en la cama viendo hacia la nada.
—¿Qué pasa?—pregunta el sentándose a mi lado.
—Kankuro... ¿Qué opinas de tener una familia?—pregunto y el guarda silencio unos momentos.
—Sería lindo supongo, no estoy seguro de que podría ser el mejor padre del mundo. Sabes que no tuve un buen ejemplo en esos términos, pero se que no le faltaría amor.—dice y me tiro sobre el abrazándolo haciendo que se ría de mí acción.—¿Qué pasa, de donde sale tanto amor?
—Kankuro... Yo, tú... Bueno.—mis ojos se llenan de lágrimas y comienzo a sollozar.
—¿Qué está pasando Yoko?—dice abrazándome fuertemente.
—Voy a ser mamá.—suelto con una sonrisa y él me ve en shock.
—¿Voy a... Ser papá?—murmura.—¡Vamos a tener un bebé!
Me abraza fuertemente y comienza a besarme repetidamente.
—Bueno, estaba esperando hacer algo más romántico y mejor elaborado pero creo que es un buen momento.—dice y se agacha buscando algo en su traje ninja.
—¿De qué hablas?—digo y el se vuelve a sentar a mi lado con algo en sus manos.
—Bueno venía de camino de la misión y pensé, ¿qué estás haciendo con tu vida Kankuro? Tienes una novia hermosa, tu hermana mayor y la mayoría de tus amigos se casaron y tienen hijos. ¿Por qué no formar una familia con la mujer que amas? Y bueno, entonces recordé que algún tiempo atrás Gaara y yo habíamos conversado al respecto y me llevó a comprar un anillo y bueno... ¿Quieres formar una familia conmigo, Yoko?—pregunta abriendo una pequeña caja con un anillo hermoso en ella.
—¡Si quiero!—grito y me lanzo a sus brazos de nuevo. Definitivamente no pude haber encontrado a un mejor hombre para compartir mi vida.
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