—¡Neji!–grito con todo el aire que mis pulmones estaban conteniendo al ver como el cuerpo del hombre al que amo va cayendo lentamente frente a mis ojos.

«—¿Y tú quién te crees que eres para hablarme así, perdedora?
—Soy tu compañera de equipo, genio.»

La primera vez que nos conocimos eras tan frío e inaccesible que era un fastidio intentar hablar contigo.

«—¡Lee!
—Ugh, me las pagará cuando logremos salir de aquí.
—Espero y sea pronto, mi pierna duele demasiado.
—Déjame ver.»

¿Recuerdas aquella misión? Fue de las primeras en equipo, Lee nos encerró por accidente en un armario sin darse cuenta y yo tenía el tobillo lastimado.

Aún recuerdo cómo quitaste la venda de tu brazo para tratar mi herida.

«—Hola Neji, vine a ver cómo te sientes...
—Lo siento
—¿Qué?
—Siento haber sido tan malo contigo a pesar de que fueras tan linda conmigo.»

Cuando Naruto ganó en los exámenes cambiaste, dejaste salir tu verdadero yo y por mi parte, yo no podría estar más feliz. Por fin el frío genio Hyuga me dejaba acercarme.

«—¡Te lo ruego Neji!
—¡De acuerdo! Pero ya levántate.
—¡Eres el mejor!»

Después de que Naruto se fue aceptaste entrenar conmigo, hacerme más fuerte.
Ese fue el primer abrazo que te di y, podría jurarlo, vi como te sonrojaste.

«—Neji... Yo...
—No es necesario que me correspondas, solo creí que deberías saberlo.
—Pero... ¡Tú también me gustas Neji-kun!»

Podría decir que ese fue de los días más felices de mi vida entera. Tus mejillas sonrojadas y el fuerte abrazo que me diste en ese momento.
La imagen más bella que mis ojos jamás pudieron haber apreciado.

«—N-Neji, ¿q-qué haces?
—Shh, creo que ya es tiempo»

Juro que en ese momento mi estómago dio un vuelco; mi primer beso con mi primer amor.
Fue un beso lento, inexperto, lleno de sentimientos. Sin embargo supimos dominarlo y resultaste ser realmente bueno en ello, justo como en todo lo que hacías.

«—¡Naruto!
—¡Yu-chan!
—Aleja tus manos de mi novia, Uzumaki.
—¡Neji! ¿¡Dijiste novia 'ttebayo!?»

El día que el rubio volvió, a pesar de tu rostro tranquilo sé que te dieron muchos celos del abrazo que me dio. Aún cuando sabías perfectamente que aquel Rubio cabeza hueca era como un hermano menor para mí.
Fue muy lindo ver tu rostro sonrojado cuando te lo echaba en cara.

«—N-neji... Esto
—Si no lo quieres no pasara.
—Te amo, Neji.
—Yo también lo hago, cariño.»

No hay palabras para hablar sobre ello, fue el momento más íntimo, feliz y vergonzoso de mi vida. Pero fue contigo; el amor de mi vida.

«—¿Qué estás haciendo, Yu?
—Acaricio tu cabello, Neji.»

Te veías muy bien con esas trenzas, siempre envidiare la suavidad de aquel largo cabello castaño que tanto me vuelve loca. Nunca lo cortes.

«—B-basta Yu... ¡B-basta!
—No hasta que lo digas.
—¡S-soy un presumido!»

Quien lo diría, el genio Hyuga tiene una debilidad; las cosquillas.

«—Prométeme que tendrás cuidado Neji. Prométemelo.
—Lo haré Yu, pero si algo pasa ten en cuenta que siempre te he amado y te amare.
—No lo digas Neji, no hables como si fueras a morir.»

Nuestra despedida antes de comenzar la guerra con nuestros respectivos batallones; nuestro último beso... Si lo hubiera sabido antes tal vez hubiera hecho que durará aún más.

—¡Neji!—otro grito sale de mi garganta.

Otra noche llena de recuerdos, recuerdos de mi primer y último amor. Nuestro corto pero hermoso, tiempo juntos y lo único que me queda de él... Recuerdos.