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Perdicion || Kakashi Hatake (AU) pt.2

Las luces, música y los tragos en definitiva no habían sido su plan para aquel fin de semana. Obito había insistido durante horas y horas por teléfono, inclusive se había plantado frente a su hogar a rogarle que salieran a divertirse por ahí, el Hatake no había tenido más opción que aceptar por la fuerza y vestirse para salir.

Al parecer el concepto de diversión que tenía Obito era un tanto diferente al suyo.

—¡Kakashi!—grito el pelinegro llamando su atención—. No seas aburrido, hay demasiadas chicas lindas por aquí, ¡deberíamos estarnos divirtiendo!

Él pelinegro hacia pucheros ante la indiferencia del peligris ante aquel lugar.

—Creí que cuando dijiste "ir por unas copas" te referías a un bar o algo por el estilo, Obito.—respondió mientras veía como el azabache rascaba nervioso su nuca.

—¡Oh vamos! No me digas que no puedes divertirte ni siquiera en este...—el azabache dejo la frase a medias en el momento en el que visualizo entre un grupo de chicas a su antigua compañera del colegio.— ¡Te veo después!

Kakashi negó con la cabeza mientras veía como aquel cabeza hueca que tenía como mejor amigo huía hacía dónde se encontraba Rin Nohara. En ocasiones había llegado a creer que el azabache espiaba a la pobre castaña, ya que con cada salida como esa mágicamente se la topaban.

—Idiota—. Suspiró sonoramente y sin más se dirigió a la barra, o al menos eso creía el.

Una peculiar escena llamo su atención de sobre manera, una chica, de cabellera oscura como la noche la cual contrastaba con su ajustado vestido, era sostenida contra la pared por un hombre de mucha más musculatura y tamaño que ella. La chica se veía, inclusive si no podía ver su rostro, asustada y desesperada por quitarse de encima a aquel hombre.

Y claro, si había algo que caracterizaba a Kakashi Hatake, además de ser todo un prodigio, aquello era que no soportaba ver esa clase de abusos. Mucho menos contra una mujer.

—Disculpa, creo que la señorita no está de acuerdo con la forma en la que la estás tocando.—murmuró cerca del cuerpo de aquel hombre.

—¡Metete en tus propios asuntos!—vociferó mientras de fondo se escuchaban los chillidos asustados de la chica.

El peligris no soporto más el sonido de la respiración agitada y entre cortada, que denotaba miedo, en la chica. Su puño rápidamente impacto con la mejilla del hombre, quien solo a la chica y esta cayó al suelo.

—¡¿Kotone?!—los ojos de Kakashi se abrieron como platos de la sorpresa al ver cómo la chica caía al suelo.

Un sentimiento de ira lo invadió y comenzó a golpear sin parar al hombre, ¿qué demonios hacía el tocando de tal forma a su alumna? A una chica de tan solo 17 años.

Kotone.

Sus pensamientos se dirigieron a ella de nuevo, provocando que soltara a aquel hombre semi inconsciente y tomará a la chica, quien aún estaba en shock, entre sus brazos.

Aquella sin duda sería una larga noche.

(...)

Kotone aún no hablaba, no paraba de llorar y aún cuando el Hatake le intentaba consolar y permanecer tranquilo, su mente no dejaba de plantearle situaciones en las cuales ella pudo encontrarse.

—L-lo siento sensei.—siguió llorando como si la vida se le fuera en ello.

Y sucedió, por fin el hombre de sus sueños le había abrazado. La aferraba en su pecho en aquella habitación, en la propia habitación del Hatake, y le acariciaba el cabello intentando calmarla.

—¿El te hizo algo, Kotone?—pregunto apretando la mandíbula.

—N-no... El solo me manoseo, pero no logró nada.—lloriqueo—. Aún tengo algo de miedo.

—Ya está, no te preocupes por ello.—dijo alejándola un poco de el—. De cualquier manera, ¿qué estabas haciendo en un lugar como ese?

Aquella pregunta le intrigaba de una forma sobrenatural.

—Mis ami... Bueno, las chicas que dicen ser mis amigas me invitaron a salir y... Me dejaron sola.—agacho la mirada.

—Ya veo...

—Se supone que me quedaría en casa de una de ellas, pero no creo que sea lo mejor en este momento.—anunció—. Será mejor que regrese a casa.

—No, me niego, es muy tarde para que salgas por ahí. No te dejaré y menos después de esto.—respondió serio acercándose al armario—. Puedes quedarte y usar la habitación, ten esto, estarás más cómoda.

Él peliplata le extendía una camisa y un pantalón de pijamas, la chica lo miro por un momento y lo tomó.

—Gracias— murmuró apenada, siempre había imaginado un romance con aquel perfecto hombre, sin embargo esas ideas de niña no se comparaban a lo que pasaba en aquel momento.

—Bien, si me disculpas dormiré en la sala, si necesitas algo no dudes en llamarme.—inclinó la cabeza y tomó su bolso con el cual iba a dar clases y salió, dejándola sola y avergonzada por aquella situación.

Él peliplata se recostó en el sofá con aquel diario entre sus manos y se dedicó a leer, aquella chica le causaba curiosidad.

"Nadie lo sabe ni lo sabrá, Hatake-sensei definitivamente capto mi atención. No como la mayoría de las chicas a las cuales su aspecto las enamora, si no cuando lo vi aquella tarde jugando con aquel perro en un parque."

—Perro...—sus ojos se abrieron como platos en ese momento. El recuerdo llego como un rayo, si, un perro, callejero al parecer jugaba con el esa tarde y una chica lloraba, con un cartel en mano. Resultó ser que era de ella, jamás había visto una sonrisa más linda en su vida...—Así que eras tú.

"Hoy el Hatake-sensei me ha pedido ayudarle con las listas de otros grupos, fue realmente entretenido pasar tiempo con él y escuchar sobre lo maravillosos que pueden ser los libros. Nota: comprar la historia del ninja intrépido."

Su sonrisa aumentaba al leer aquello pequeños párrafos, ¿en realidad la chica hacia todo aquello por el?

"Hoy no hay mucho que decir, he faltado a la escuela el motivo es que al salir de casa un hombre me estaba acosando. Pase medio día en la estación de policía atestiguando en su contra, al parecer no era la primera ni última chica que había pasado por ello, pero si la más afectada. El moretón de mi pierna tardara en sanar, solo espero que nadie lo note."

Kakashi recordaba eso, Obito le había hablado de aquel caso y sobre lo mal que la chica había llegado, su falda estaba rota y lloraba a mares. Recordó que aquel día se había molestado por aquel acontecimiento, sin embargo justo ahora estaba furioso.

—Veamos qué más hay por aquí.—cambiaba las hojas rápidamente de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante, solo parando en lo que captaba su atención.

"Hoy Kiba-san me ha pedido una cita, me he negado y le he dicho que estoy enamorada de alguien más. Él me sonrió y me llamó idiota por no ceder. ¿Todos los chicos deben ser imbeciles? Tal vez no, Neji-san, de una clase más arriba lo hizo callar y amenazo con contarle a su verdadera novia lo que intento."

Él Hatake sonrió ladino, conocía a aquellos chicos.

"Él cabeza hueca de Naruto lo ha vuelto a hacer, tenerlo de amigo a veces es un fastidio. Sobre todo cuando sabe sobre mis sentimientos y comienza a contarme historias sobre el sensei. Realmente lo admiro y estoy orgullosa de todo lo que ha logrado, inclusive tras la muerte de Sakumo-san, recuerdo haber leído uno de sus libros alguna vez y realmente le admiraba. Aunque ahora admiro incluso más a su hijo."

—Así que ella sabe sobre eso...—sus manos abrieron el diario en la última página y sus ojos lo vieron entretenido.

"Hoy las chicas me han invitado a salir, la próxima semana es cumpleaños de Karin y quieren festejar en un antro, tengo algo de miedo. Sin embargo espero tener un buen rato, después de todo ellas son mis amigas"

Una vez leída la última frase lo dejo de lado. Vaya que Kotone tenía una vida interesante y en muchos aspectos ligada a él.

(...)

Después de aquella noche, de admirarla dormir durante unos minutos, de la nota de despedida y agradecimiento, junto al desayuno, que la chica dejó aquella mañana de sábado, antes de desaparecer. Las cosas volvieron a la normalidad.

La rutina, las clases, aquellas miradas dirigidas a ella en especial... Aquello lo volvía loco.

—Uzumaki, Uchiha.—hablo en voz alta captando la atención de la clase.— ¿Podrían darme 3 razones por las cuales no deba sacarlos del salón de clases?

—Eh... Verá ttebayo...—sonrío el rubio nervioso comenzando a rascar su nuca—. Mi madre me matará si se entera, por favor Kakashi-sensei

—Hmm, sabes bien que no me interesa mucho.—respondió el Uchiha, altanero como siempre.

Mientras los tres hombres mantenían su pequeña conversación un ruido sordo se escuchó dentro del salón captando la atención de todos.

—Kotone...—murmuró el Hatake.

La chica estaba parada frente a Karin, su mano extendida después del fuerte golpe que le había dado en la mejilla y estaba rota en llanto.

—¡Jamás vuelvas a decir eso!—grito y salió corriendo, seguida del joven profesor.

Kakashi la buscaba con desesperación con la mirada, ¿dónde se había metido? Busco en todos lados, inclusive el timbre sonó indicando el final del día. Así que sin más corrió a la azotea.

—Kotone.—murmuró al verla sentada viendo a lo lejos.

—Sensei... Lo siento por eso.—murmuró cabizbaja.

—¿Qué fue lo que te dijo para que reaccionaras de tal forma, Kotone?—pregunto mientras se ponía en cuclillas a su lado.

—Ella... Ella dijo que... Pregunto...—tragó saliva y lo vio a los ojos—. Ella preguntó si había disfrutado a aquel hombre, ella lo envió diciéndole que me gustaban los hombres mayores.

—Las chicas pueden ser muy peligrosas, ¿eh?—murmuró mientras sacaba el pequeño diario de su bolsillo trasero.— Creo que esto te pertenece.

La chica lo observó con los ojos abiertos cual platos, ¿cómo? Aquel cuaderno lo había perdido hacía más de dos semanas, como es que...

—¿L-lo tuvo todo este... Tiempo?—sus palabras eran débiles, ¿qué haría si él lo había leído.

—Así es, inclusive me tome el atrevimiento de leer un poco.—dijo con una sonrisa a ojos cerrados.

—S-sensei... ¡Puedo explicarlo! No es lo que usted...

—Kotone, solo ábrelo.—la animó mientras empujaba más el cuaderno a ella.

La chica lo tomo con desconfianza y lo abrió, admirando en una hoja aquella perfecta caligrafía que observaba diariamente en la pizarra verde, escrita por tizas de diversos colores. Solo que en esta ocasión esa caligrafía era tinta negra e iba dirigida solo para ella.

"Mi pequeña chica pelinegra, tienes una forma cautivante de escribir, una interesante vida y algo que me hizo caer. Me cautivas y me hiciste caer, es peligroso lo que hago, lo sé, pero no me importaría perderme a mí mismo si se trata de ti. No después de querer protegerte y mimarte como tanto deseo. Kotone Shin... Eres aquella chica tan esperada, deseada y prohibida. Te has convertido en mi perdición más grande. -K.H"

—Kakashi...—sus ojos lo observaron fijamente—. Esto es... Es...

—Es una confesión, Kotone. Eres mi más brillante alumna, creí que lo sabrías.—sonrío mientras la observaba.

—Sensei...—murmuró levantándose y capturando los labios del mayor en los suyos.

Aquello podría estar mal, pero sus labios unidos, sus manos en su cadera y las de ella en su cuello era algo adictivo. Algo que no dejarían ir jamás. Inclusive si los llevaba a la perdición... Aquella sería la más dulce perdición que podría alguien experimentar.

Ya no había vuelta atrás. Desde ese día Kotone no era más su alumna y Kakashi ya no era simplemente su sensei.

Aquello que está prohibido era el más dulce veneno y delirio de ambos.

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(NA) incoming
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¡Hola hola! Asdasdasd
Porque ustedes lo pidieron y sus deseos son ordenes aquí la segunda parte del OS 7u7

Disculpen mi inactividad, tanto aquí como en Ren (sobre todo en Ren, las/os amo chicas/os no me maten pls), mi vida a estado de locos los últimos meses y el bachillerato está rompiendo mi alma y voluntad de escritora<\3

Lo bueno es que falta poco para las vacaciones:')
Intentaré actualizar mas, al menos este libro.

¡Hasta la próxima!

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