Aquel zorro destrozaba la aldea de forma increíble, eso hasta que el cuarto Hokage logró alejarlo del lugar.

El mismo presentimiento que invadía a la rubia adolescente de solo 13 años le decía que algo malo pasaría, sus ojos estaban nublados en miedo y lágrimas contenidas. Las tres personas a las que más amaba, las únicas tres personas que tenía, estaban en peligro.

—¡Minato!—la aquel grito desgarrador de la chica dejo a todos con la sangre helada.

Minako sabía que algo había pasado, su corazón lo sintió así al oprimirse de la misma manera que aquel día en donde perdió a su mejor amigo. Su hermano estaba muerto.

Sus rodillas se volvieron débiles dejándola caer al suelo entre los brazos del chico peliplata ante la expectante mirada de sus compañeros.

Todos la veían con una mezcla de sufrimiento y compasión en el rostro. Jamás la habían visto de tal manera.

—Kushina...—murmuró y sus ojos se abrieron de par—. ¡Naruto!

—¡Minako espera!—grito el peliplata, sin embargo la chica era demasiado rápida.

La escena frente a sus ojos fue una que ella nunca hubiera imaginado ni deseado ver en la vida. Sus rodillas volvieron a fallar al ver el cuerpo de su hermano al lado del de su amada cuñada con una gran herida en el abdomen. Ambos muertos, inertes y fríos.

—No...—su murmullo fue apenas audible para un ANBU que tomaba los cuerpos.— ¡Tú!

Su grito hizo que el chico se girara a verla.

—¿Si?—pregunto.

—¿Y el bebé?—pregunto con la voz en un hilo, se negaba a creer que lo había perdido a él también.

—Lo siento señorita, no hay ningún bebé.—sus ojos se aguaron y volvió a caer al suelo, siendo sostenida solo por su fuerza de voluntad.

Ya no le quedaba nada.

Absolutamente nada, lo había perdido todo.

(...)

—Lord Hokage.—saludo desganada al entrar a la oficina, haciendo una reverencia al entrar.

—Minako, sabes que no debes hacer eso.—sentenció el tercero, quien ya hacia sentado en la silla que, días atrás, había pertenecido a su hermano mayor.

—Mude todas las pertenencias necesarias al nuevo departamento, sin embargo vengo a hacerle una petición.—susurro esperando no arrepentirse de aquello.

—¿Hay algún problema con el lugar? Si es algo grande ya que era el antiguo de tu hermano podemos...

—¡No!—grito.—El lugar es perfecto, sin embargo vengo a notificarle de mi partida con Jiraiya-san, me acepto como discípula.

—Minako, sabes que eso es riesgoso y una decisión apresurada.—respondió el mayor viéndola con nervios.

—Sandaime-sama, no me importan los peligros. Solo le ruego que me deje ir, no quiero estar aquí... No tengo motivo alguno, mi duelo se superará más rápidamente fuera de aquí que encerrada en aquel lugar.

—Lo entiendo es solo que...—intento hablar sin embargo ella negó.

—Me voy mañana mismo, espero el lugar este cuidado.

—De acuerdo, si ese es tu veredicto final no puedo objetar contra el, después de todo eres Jounin.

—Gracias, Hokage-sama.

Salió del lugar derramando una solitaria y silenciosa lagrima.

—Así que te vas...

—Si, eso parece.

—Minako...

—No, Kakashi. Ya no puedo estar aquí, no tienes ni la menor idea de cómo podría terminar si sigo en este lugar. Me volveré loca.

—Lo entiendo...—le susurró.

—Podrías... ¿Podrías darme un último abrazo?—murmuró triste, le dolía dejarlo. Sin embargo sabía que era lo mejor.

—Los que quieras.—murmuró envolviéndola entre sus brazos.

—Te extrañaré muchísimo bakakashi, eres lo único que me queda.—suspiro triste.

—También lo haré, Minako.—murmuró solo para ella.

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¡Chamas! (Y chamacos en caso de que aquí haya) espero les gustara el OS... Y hablando de eso, ¿eres ARMY? ¿Tienes amigos ARMY? ¿Te gusta cómo escribo?

¡Si la respuesta fue un si están invitados a pasarse por mi nuevo libro de OS!:D
Esta vez es de nada más y nada menos que de mis chinitos hermosos los BTS.

¡Bang Bang Bangtan!

Pásense por ahí a darles amor, les escribo más después. ¡Les quiero!<3