Disgusto || Obito Uchiha (AU)
La chica se encontraba sentada abrazando sus piernas contra su pecho mientras veía fijamente a la nada. Su mirada estaba perdida.
Hacía unos instantes se encontraba utilizando su móvil para distraer su mente de aquella situación. Obito Uchiha era simplemente increíble, aquella actitud seca y tajante que tomaba en ocasiones realmente la frustraba.
Kotomi era esa clase de chica alegre y de buen corazón que no soportaba la incertidumbre ni el estar molesta con alguien. En muchos aspectos era algo diferente a Obito y en otros eran verdaderamente iguales.
Obito, por otro lado, era ese tipo de chicos serios, al menos la mayoría del tiempo, formales y educados. Su corazón era verdaderamente grande, sus sentimientos la mayoría del tiempo eran un misterio, sin embargo cada día se encargaba de recordarle a Kotomi lo mucho que le quería.
Obito y Kotomi eran la pareja perfecta, ella era un tanto explosiva e incluso loca en el mejor de los sentidos y el simplemente amaba eso de ella. Ambos se veían con tanta adoración, compartían sus sueños y aspiraciones a futuro, sus preocupaciones y siempre se apoyaban entre ellos. La pareja perfecta a los ojos de todos.
Pero como toda pareja tenían sus momentos, los cuales siempre eran provocados por la misma sencilla razón; celos.
Obito era en extremo un chico celoso y Kotomi lo sabía desde el primer día, sin embargo siempre se mostraba serio ante el tema y pedía su propio espacio hasta que aquel episodio pasara. Aquello le encantaba a Kotomi, era algo que le hacía sentir bien y aprovechaba cada oportunidad para asegurarle que siempre sería el único, con lo cual Obito cedía al poco tiempo y volvían a aquella burbuja de felicidad.
—Demonios...–murmuró la chica levantándose de la cama de un salto y caminando lentamente por el pasillo de aquel apartamento, directo a las escaleras.
Kotomi aún no entendía que había pasado del todo, claro, aquella tarde había salido con uno de sus viejos amigos a ver una película y lo había encontrado fuera del lugar realizando un trabajo. Todos habían saludado cordialmente entre ellos y sin interrumpir más el trabajo de su amado se retiraron y cada quien tomó su camino.
—Hmm.—escucho el quejido de Obito, quien se encontraba sentado en el sofá con su teléfono fijado a su mano.
La chica lo veía con curiosidad, ¿qué estaría pasando por su mente en aquel momento?
Desde el encuentro de aquella tarde/noche el Uchiha no había hecho más que ignorarla más de lo necesario y frustrándola de sobremanera. ¿Estaba molesto? ¿Celoso? ¿Demasiado trabajo? ¿Había sido ella la causante de aquel estado?
Poco a poco se acercó más, ganándose una mirada de reojo, y tomó asiento en el sofá, pretendiendo mirar su teléfono.
Obito se notaba tenso y seguía ignorándola, aquello comenzaba a cansarle demasiado. Desde el primer momento ambos habían establecido lo importante de una buena comunicación, y vaya que él pelinegro no le estaba comunicando absolutamente nada.
—Obito...—la chica llamo mientras veía al suelo.
—¿Uh?—respondió haciéndole saber que le escuchaba.
—¿Hice algo malo?... Llevo preguntándomelo desde hace un rato, esta apunto de ser de madrugada y no hemos hablado mucho.—respondió mientras jugueteaba con el cordón de su pantalón de dormir—. Es solo que, me conoces, no puedo evitar pensar que hice algo mal, tal vez estás celoso, molesto o atareado y estresado, no lo sé pero no me agrada que no me comuniques esas cosas.
—Ah...—suspiro sonoramente dejando de lado el teléfono—. Tranquila, Kotomi, no es absolutamente nada.
La chica asintió, sabía muy bien que algo pasaba pero prefería no preguntar en aquel momento, por ahora lo dejaría pasar.
—De acuerdo, lo dejare estar por ahora bobito.—mencionó y recostó su cabeza en el sofá.
—Bien.—mencionó dejando caer su cabeza hacia atrás.
Como si de magnetismo o alguna cuestión extraña se tratará la chica comenzó a acercarse más. Hasta que su cabeza quedo en su regazo y sus brazos rodearon la cintura del chico.
—Descansa y recuerda lo mucho que te amo, Obito.—mencionó antes de dejarse llevar por el sueño.
Kotomi era así, su amor era demasiado grande como para alejarse de él incluso cuando un disgusto aparecía entre ellos.
Y Obito amaba eso de ella.
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Admito que este OS estuvo un tanto "meh" pero lo escribí porque me sucedió algo parecido.
¡Los/las quiero! Muchísimas gracias por leerme <3
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