90 [El fin del inicio]
Natsu se quedó en completo silencio, observando cómo la figura entraba a la cabaña.
Los truenos y la lluvia adornaban el sonido de los pesados pasos, los cuales rechinaban en el suelo de madera.
Natsu permaneció quieta, sentada sin romper el contacto visual... Podía ver cómo la Uchiha simplemente llegó a la mesa, también haciendo contacto visual, donde hizo una sonrisa.
—Esos ojos...— pensó Natsu observando los ojos de la Uchiha, eran el Rinnegan en el izquierdo y el Mangekyou espiral en el derecho... Aunque la pelirroja no conocía dichos ojos, podía notar un enorme peligro.
—¿Qué es esa cara? Parece como si hubieras visto un fantasma— se burló la Uchiha —Puedo notarlo... Tienes miedo, pero no parece que sea por lo que pueda pasarte—
Natsu se quedó en silencio mientras respiraba profundamente.
—Detecto que estás sola en casa... Dime, ¿dónde está el Nibi? Y tu hermanita? ¿Las enviaste lejos tan pronto descubriste mi transmisor?—
—...—
Naomi guardó silencio un momento antes de jalar una de las sillas y sentarse frente a Natsu, ambas quedando cada una al lado de la mesa.
La Uchiha llevó su mano hasta la gabardina, donde extrajo una botella la cual colocó sobre la mesa, haciendo resonar la madera. Luego, de forma cuidadosa, colocó dos copas.
—Sake Genshu, escuché que era tu favorito... Admito que me sorprende que Ryomi sea más resistente a la bebida que Yugito y tú, pero bueno, lo importante es divertirse, ¿no? Perdiste en ese juego contra ella, aunque Yugito cayó con la primera copa... A juzgar por esas noches donde reíste con esas dos, supongo que sí te divertiste— se burló la Uchiha a lo que Natsu solo tomó aire.
Finalmente la pelirroja rompió el silencio.
—Madara... O quien quiera que seas, ¿por qué has decidido venir hasta ahora?— cuestionó la mujer, a lo que Naomi tranquilamente sirvió dos tragos y le extendió uno mientras ella se tomó el otro de un sorbo.
—Llámame Naomi Uchiha, mi identidad ya no pretende ser secreta. O si lo deseas, dime por el nombre que me dieron en la hermandad cuando fui parte de ella, Shinigami— declaró la mujer antes de bajar la copa y dejarla sobre la mesa. —Pero llámame como quieras, no es relevante—
Natsu por un momento sintió un escalofrío al escuchar aquello... No sabía el contexto, pero tenía algo muy claro... No le estaba mintiendo.
Un trueno azotó los cielos mientras que la pelirroja por un segundo pudo ver cómo Naomi se transformaba en la mismísima parca, y ella en una niña de cinco años... Indefensa e impotente ante aquel espectro...
—Ahora, respondiendo a tu pregunta... Sí, sabía tu ubicación hace alrededor de cuatro meses, desde que huiste de mí aquel día. Pero, decidí dejarte ir, y dejar a Yugito como última Jinchuriki... Guardé lo mejor para el final— declaró ella.
Natsu no pudo evitar confundirse...
—¿Cómo que lo mejor para el final?... No sé a qué te refieres con "lo mejor" pero... ¿Con esto me estás diciendo que ya has capturado a todos los demás ocho Jinchuriki? ¿Qué pasó con Naruto y Hinata?— cuestionó la pelirroja con firmeza.
—Oh, veo que te preocupa lo que dije... Vengo de allá. He robado a los Jinchuriki que estaban protegiendo, y luego peleamos... Desgraciadamente, Naruto decidió darle el Kyubi a Hinata y enviarla a un lugar que no conozco... Solo sé que es un valle lleno de lobos... El pequeño desgraciado prefirió dar su vida y burlarse de mí antes de dejar que le pasara algo a su noviecita... pero no importa, ya tengo el chakra del Kyubi, solo necesito al Nibi— explicó la Uchiha, lo que hizo a Natsu cerrar los ojos tomando aire...
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Naruto reflexionó un momento en silencio antes de finalmente suspirar y darles la espalda.
—Puedes quedarte con Yugito por ahora. Pero si me entero de que a ella le pasó algo...—
—Sí, entendí— interrumpió Natsu antes de empezar a caminar, estiró su mano en dirección a la espada y la atrajo para volver a guardarla. —Vámonos Ryomi, antes de que cambie de opinión.—
Las dos pelirrojas se retiraron en medio de la lluvia, mientras que Naruto solo suspiró, tratando de tomar tanto aire como le fuera posible.
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Naomi miró su copa vacía un momento mientras la movía entre sus dedos.
—En cuanto a lo mejor... me refería a que tengo un asunto pendiente contigo y con Ryomi, no tanto por Yugito... Lo otro no te interesa saber los detalles— la asesina volvió a colocar la copa sobre la mesa y tomó la botella de sake con la otra mano.
La Uchiha sirvió otra copa, mientras que Natsu permaneció sin tocar la suya, tan solo meditando la situación antes de contestar.
—¿Qué podríamos tener nosotras que te interese a ti?—
—Iré directo al grano, pues verás... Kyomi, Natsu o como quieras que te llame, ustedes las gemelas Uzumaki y yo, tenemos una relación sanguínea, en pocas palabras, somos familia— declaró Naomi a lo que Natsu no pudo evitar hacer una mirada de confusión.
—No sé de qué estás hablando...—
—Lo sé, es una relación familiar algo amplia y complicada... Pero, podría decirse que somos primas segundas por parte de mi madre, eres la nieta de mi tía, y también parientes lejanos por parte de que eres la nieta del medio hermano de mi abuela, la esposa de Madara Uchiha... Nuestro parentesco familiar es del 14%. Esto lo descubrí hace tres años, cuando visité la hermandad de asesinos para buscar información sobre ti— explicó Naomi —¿Por qué crees que te pusieron el apellido "Kiramane"?... Mi apellido materno, la hermandad no inventa los apellidos, solo usa apellidos de familiares no conocidos, eso hace más fácil la identificación—
Natsu se quedó en silencio procesando la información... Era lo último que esperaba oír... Además... Ahora sabía que la persona que tenía en frente, era la mismísima nieta del legendario Madara Uchiha.
—Ahora, yendo directo al punto que te interesa, no quiero matarte Kyomi... Ni tampoco a tu hermana, de hecho preferiría que ustedes sigan viviendo en esta cabaña, aunque sean primas segundas o familiares de otra rama, al final del día son las últimas instancias de familia que me quedan en este mundo, toda la familia Kiramane, Uzumaki y Kororo de las que vengo se han extinguido, y mi abuelo Uchiha murió hace ya más de 10 años. Sería bueno que permanecieran con vida— explicó Naomi para luego beber la copa que había servido un momento antes.
—Entonces, ¿qué pretendes que yo responda a eso? ¿Esa fue tu única razón para dejarnos al último? La última vez que nos vimos, me querías como parte de Akatsuki y luchamos... Además, lo que me acabas de decir, lo que me dijiste esa vez y que ahora entiendo que sabes mucho... Me hace pensar... ¿Tuviste algo que ver con el secuestro de Ryomi por parte de la hermandad? Tengo sospechas... Desde antes o después de mi "muerte" en Konoha, ellos nunca intentaron nada con ella... Solo fue hasta que desperté después de tres años— cuestionó Natsu con frialdad. —Algo hizo que se interesaran... No fue de la nada. Además, vienes tú a ofrecérmela después... Parecías saber que yo estaba viva... ¿Estás detrás de todo?—
—Eres lista... Sí, tuve que ver, usé al doctor Lucius para que le diera la idea al Raikage, fue mi idea para cumplir lo que te prometí aquella vez... Recuperar a tu hermana y destruir la hermandad. No te mentiré, te respeto más a ti que a esa debilucha sin poder, sin ofender... Aunque lo de Yugito suelta por ahí y todo lo que pasó en medio, fue un imprevisto— contestó la Uchiha a lo que las paredes de la cabaña empezaron a agrietarse mientras el aura de Natsu crecía.
—Ya veo... Entonces dime, ¿qué pretendes al decirme todo esto? Imagino que esto no cambia en nada el hecho de que quieres a Yugito, y como podrás notar... No estoy contenta con lo que acabo de escuchar— declaró la pelirroja mientras la copa de sake que le había dado Naomi simplemente estalló en pedazos. Naomi movió su cabeza un poco mientras algunos fragmentos pasaban a su costado.
—Para nada cambia mi propósito, y no pretendo que te guste lo que dije. Pero no he venido a pelear, en su lugar quiero proponerte algo, esto antes que matarte o tener que hacer las cosas a la fuerza —contestó Naomi con calma.
—¿Una propuesta? ¿Qué clase de cosas podrías proponerme tú como para que yo te entregara a Yugito? Daré mi vida antes de permitir que le pongas una mano encima —amenazó la pelirroja mientras el aire se ponía más denso y su cabello ondeaba, a lo que Naomi no parecía prestarle atención.
—Escucha... Puedo obtener al Nibi sin que Yugito muera. Recientemente, gracias a Naruto, descubrí un nuevo método para hacerlo. Creí que mi mejor opción era la estatua demoníaca... Pero ahora sé que hay otro método —habló la mujer, a lo que Natsu abrió los ojos sorprendida.
—Entonces, ¿Naruto sigue con vida?...
—No exactamente... Pero su alma sigue en este mundo, aunque no tiene caso que hablemos de eso... Entonces, te propongo que me entregues al Nibi, y yo te dejaré aquí seguir jugando a la granja con tu hermana y aprendiz, que de paso podrá volver a usar el chakra —explicó Naomi mientras cruzaba las manos y sonreía confiada—. Entonces, ambas obtenemos lo que deseamos... Tú una vida pacífica, donde tus seres queridos y tú estén vivos, y yo el poder absoluto, dándome la última pieza para traer la paz a este mundo.
—¿Paz a este mundo? ¿Qué planeas hacer con Matatabi? ¿Qué harás con el poder de los 9 Biju para llegar a eso? —cuestionó Natsu frunciendo el ceño.
—Tengo dos metas... La primera es el poder absoluto, absorbiendo a los 9 Biju, con el Senjutsu y el Rinnegan... Seré una diosa, donde incluso podré manipular el concepto de la vida y muerte a voluntad, podré traer a los muertos a la vida en cuerpo y alma... Aunque creo que ya lo debes intuir, incluso con el Rinnegan, traer las almas del mundo puro requiere el sacrificio de la vida del usuario... Y en cualquier otra técnica es así... La única forma de traer el alma de los muertos es sacrificando otra alma —explicó la Uchiha para luego sonreír—. Pero con el poder absoluto del dios árbol, puedo romper esa regla... Traeré a la vida al verdadero Madara Uchiha... entonces, ambos seremos dioses en todo el sentido de la palabra.
Natsu no pudo ocultar una mirada de asombro ante aquella revelación...
—Mi segunda meta es el Tsukuyomi infinito, el genjutsu supremo, con el cual puedo encerrar a todas las personas del mundo en un genjutsu, donde soñarán eternamente en el mundo perfecto donde serán felices por siempre. Finalmente, mi última meta será encontrar la forma de viajar a mundos paralelos con mi abuelo, donde ejecutaremos el Tsukuyomi infinito una y otra vez... Haremos que el multiverso entero esté en paz... Aunque tome toda la eternidad —finalizó ella, a lo que Natsu no pudo evitar hacer una mueca de horror.
—Estás loca... ¿Qué pasará con la gente una vez caigan en el genjutsu? ¿Dónde estarán? ¿Qué pasará con ellos después de 100 años?
—Todos pasarán la eternidad dormidos, siendo protegidos por las ramas del dios árbol, no necesitarán comida, agua y no sentirán dolor nunca más, el mundo estará en paz... Tú podrás seguir con tu vida pacífica en tus sueños, seguirás con Ryomi y Yugito... Lo único que debes hacer es entregarme al Nibi, y serás feliz —contestó la Shinigami con calma.
—¿Y qué pasa si decido negarme? No estoy de acuerdo con lo que planeas... y aunque nunca he hablado con ella directamente, Matatabi es parte de esta familia... Me importa una mierda si tú y yo compartimos alguna sangre... Yo sé quiénes son mi familia.
—No importa, en dado caso ya sé dónde están... Las enviaste lejos, sin chakra, no sé a dónde pretendías que fueran... Pero lo hiciste para protegerlas... Eso fue al menos hace unos 15 minutos... Y yo ya me había preparado hace tiempo, el perímetro entero en un radio de 80 kilómetros de esta cabaña está cubierto por esporas Zetsu... Las cuales extienden raíz por debajo de la tierra, evitando que tú pudieras sentirlas... Hace poco, Yugito pasó de ese perímetro, es rápida para no tener chakra, pero bueno, ahora sé dónde están... y mis subordinados llegarán pronto a su ubicación —contestó burlona.
Al instante, Natsu abrió los ojos de par en par.
—¡Bastarda! —La asesina rápidamente se levantó empezando a correr en dirección a la puerta, quería ir al lugar, pero...
—Banshō Ten'in. —Natsu salió disparada contra la mesa, cayendo al suelo, al igual que la botella de sake, la cual se quebró, regando el líquido.
—No te preocupes, ellas estarán bien o al menos vivas... He ordenado no atacarlas letalmente, aunque puede que eches de menos alguna extremidad —declaró ella antes de sonreír—. Bien, será mejor que me vaya, fue bueno hablar contigo.
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En algún lugar alejado del bosque
Se podía ver cómo Yugito llevaba en su espalda a Kyomi mientras corría lo más rápido que podía, esto en medio de la lluvia...
—Mi hermana... ¿Estará bien?... —preguntó Ryomi al aire, mientras no podía evitar sentirse melancólica y culpable de dejarla atrás...
—Lo estará... La señorita Natsu es muy fuerte, estoy segura de que estará bien —contestó Yugito con una sonrisa, aunque en el fondo estaba igual de preocupada que la pelirroja...
En eso, las dos pudieron ver algo que les heló la sangre.
Una figura saltó de entre la vegetación, yendo directo a ellas, a lo que Yugito desenfundó su espada y, con un rápido movimiento, bloqueó.
La Jinchuriki del Nibi retrocedió por el impacto mientras aún sostenía a Ryomi, ambas cayendo a un claro del bosque, donde Yugito aterrizó.
—¿Estás bien, Ryomi? —exclamó ella.
—S-sí... —contestó la pelirroja, asustada por el repentino ataque...
Al mirar al frente, pudieron ver cómo varias figuras salían de entre las sombras... Todos vestidos con capas de Akatsuki...
—Oh, qué bueno verte, bella Yugito, creo que nos podremos divertir un ratito —río uno de ellos, a quien Yugito reconoció al instante.
—¡Bee-sensei!?
—¿Eh? —Ryomi se sorprendió al oír eso.
—Yugito... No te confundas, él no está vivo... No percibo aura, y el Hachibi no está en su interior —exclamó Matatabi desde el interior de Yugito.
Otra figura hizo un gesto de sorpresa mientras observaba a la rubia.
—Oh, así que esta es tu alumna, Bee... No se ve nada mal, aunque parece que su chakra está bloqueado... Aun así, tiene excelente forma —declaró Minato con una sonrisa amable.
—Es muy linda, y mira, ¡una Uzumaki! ¡Es muy mona! —exclamó Kushina emocionada al verlas —No vayan a lastimarla!—
Yugito no pudo evitar retroceder mientras veía cómo estaba rodeada...
Bee, Yagura, Minato, Kushina y Fugaku.
—Oye, niña, ¿me dejarías ver tu sello un segundo? —preguntó Minato con una sonrisa mientras su mano se recubría de chakra.
—Atras kamikaze rubio oxigenado, yo me estare encargando— Contesto Bee
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En eso, Natsu se percató de cómo la pelinegra empezaba a caminar en dirección a la puerta con calma.
—Quédate aquí, iré por ellas. Si no vas a entregármela, entonces no interfieras—
—¡NO LO PERMITIRÉ!—
Entonces, se pudo ver desde afuera cómo la cabaña explotaba mientras que Naomi salía volando por los aires hasta aterrizar en el patio de entrenamiento.
Natsu, por su lado, salió levitando mientras miraba fijamente a la Uchiha.
La pelirroja levantó la mano, mientras de los restos de la cabaña se levantaban decenas de partículas metálicas... Era arena de hierro. Por otro lado, los alrededores se cubrieron con un muro de arena de gran tamaño, y un brazo hecho de arena metálica se formó donde debía estar su brazo derecho.
—Entonces... ¿Has decidido morir, Kyomi? Y me sorprende, tal parece que estos 4 meses no te dedicaste solo a entrenar a Yugito... Puedo ver que ya no te limitas solo a partículas de aire, sí que le estás sacando provecho al Jiton... De paso, rodeaste toda el área con los elementos que usas— comentó Naomi mientras empezaba a volar también, elevándose en el aire. —Uno de los elementos más raros del mundo ninja... Y creo que el más versátil. Desgraciadamente nadie ha sacado su verdadero potencial... Pero parece que tú lo has hecho, incluso preparaste el campo de batalla previamente, debo felicitarte—
—¡No te permitiré ir a ninguna parte!— exclamó la pelirroja mientras de la destruida cabaña algo salía disparado hasta llegar a su mano, era una espada de metal chakra, totalmente negra. —Si entrené con Yugito 10 horas, yo entrené por mi cuenta en secreto 13 y dormí una. Aunque quería una vida pacífica... Me comprometí a protegerla aunque me costara la vida, ni tú ni nadie va a tocarlas—
—Bien, ¿y eso cómo cambia la situación? Yugito y Ryomi siguen estando rodeadas por mis subordinados. Aunque me retengas unos minutos aquí, terminaré atrapándolas— contestó Naomi con calma. —No puedes huir... Tu única solución es matarme. Por donde lo veas, están perdidas... Debiste aceptar mi trato. Pero bien... Respetaré tu decisión y te daré una muerte digna—
La Uchiha sonrió antes de invocar su Gunbai.
En eso, Naomi con su Rinnegan pudo ver cómo decenas de perdigones metálicos volaban a velocidad suprema directo a ella desde la masa de arena que estaba junto a Natsu. Estos volaban decenas de veces más rápido que el sonido.
Lo primero que ella hizo fue blandir el Gunbai y menearlo en dirección a ellos, liberando una poderosa ráfaga de viento, pero estas balas siguieron derecho, sin siquiera desacelerar un poco.
—Ya veo...— pensó la Uchiha usando sus ojos para ver los proyectiles.
La Uchiha rápidamente empezó a volar a gran velocidad mientras los perdigones pasaban derecho por detrás de ella.
Finalmente, Natsu salió volando directo a ella, ambas encontrándose en el aire, ambas bloqueándose entre sí con sus respectivas armas en un choque estruendoso.
Ambas empezaron a intercambiar estocadas a gran velocidad, donde ambas armas dejaban escapar chispas.
—Mis movimientos se están volviendo lentos... Y los de ella rápidos...— pensó Naomi mientras miraba a su alrededor, notando que estaban cubiertas por las partículas de aire de Natsu. Las estaba usando para aumentar la densidad del aire...
En este momento, Naomi sentía como si estuviera moviéndose en el interior de una piscina de jarabe, sus movimientos eran ralentizados... Mientras que Natsu se movía como si estuviera en el espacio, sin ninguna resistencia a su paso mientras de paso sus ataques eran propulsados.
Naomi pudo ver cómo varios de los movimientos de la pelirroja terminaban dándole cortes en sus brazos y piernas, mientras ella se cubría con el Gunbai en las zonas más vitales y se esforzaba por evitar que le arrancara alguna extremidad.
—Camino preta...— pensó la Uchiha.
En su visión, se podía ver cómo las partículas que la rodeaban a algunos centímetros de su cuerpo empezaban a dejar de estar cubiertas de chakra...
Nuevamente la pelea de choques continuó, donde Natsu se veía más ágil debido a su habilidad.
Finalmente, Natsu transformó su brazo de arena metálica en lo que parecía un látigo, y con un rápido movimiento lanzó un zarpazo, atrapando el Gunbai.
—¿Eh?— Naomi pudo ver cómo la arena metálica de la cuerda del látigo en su arma, en frente de ella empezaba a soltar balas de dicho material.
La Uchiha se hizo a un lado evitando que estas le dieran en la cabeza, momento que Natsu aprovechó para tirar del Gunbai, pero Naomi se aferró con fuerza siendo atraída en el viento.
La Uzumaki aprovechó para lanzar un corte vertical directo al cuello de la Uchiha.
—Definitivamente el Jiton es divertido... Un counter perfecto contra varias habilidades del Rinnegan— pensó Naomi mientras veía cómo la espada de Natsu se acercaba peligrosamente a ella. —Está controlando el viento para impulsar y generar vacío, junto a la propulsión magnética... Sus balas y armas están en el vacío sin resistencia del viento... Por lo que tienen gran poder perforador y velocidad explosiva...—
La Uchiha se cubrió con las costillas del Susanoo, las cuales recibieron de lleno el golpe de la espada, la cual rompió la barrera, obligando a Naomi a retroceder, dejando que la punta del arma pasara frente a su rostro, a centímetros, donde se extendía una hoja afilada invisible.
La Uchiha sonrió antes de lanzar una patada al mentón de Natsu, haciendo que la pelirroja saliera volando más arriba soltando el Gunbai.
Rápidamente Naomi extendió su mano a ella.
—Bancho tennin— Naomi bajó su mano ahora apuntando al suelo, mientras que Natsu salió disparada al suelo.
—¡Escudo de arena!— pensó Natsu mientras la arena del suelo volaba hasta ella para luego empezar a rodearla en una esfera.
Naomi pudo ver cómo la esfera se estrelló contra el suelo, haciendo un gran cráter. Luego de eso, una gran cantidad de tentáculos de arena salieron volando directo a Naomi, quien tan solo se quedó quieta.
—Shinra tensei!— al instante la arena se dispersó por todas partes, momento en el que Natsu salió propulsada desde el suelo, intacta del impacto.
Naomi empezó a disparar barras negras desde sus manos, las cuales salían a gran velocidad, pero la pelirroja rápidamente empezó a lanzar cortes al aire, donde ráfagas de viento cortante empezaban a destruir las barras.
—Yasaka no magatama— el Susanoo de Naomi llegó hasta su forma semicompleta con 10 metros de altura, mientras empezaba a formar varios tomoes de chakra y los disparaba.
—¡Dragones de acero!— pensó Natsu mientras la arena metálica salía disparada en forma de varios dragones, estos chocando contra los tomoes.
Fuertes explosiones se desataron mientras restos de arena metálica volaban en todas direcciones.
Finalmente, ambas se volvieron a encontrar, donde Natsu mandó un espadazo directo al pecho del Susanoo, donde estaba Naomi, golpeando con gran fuerza al escudo, el cual se agrietó.
Uno de los puños del Susanoo fue rápidamente a por la pelirroja, quien reaccionó apuntando su brazo metálico a dicho puño.
—¡Puño de acero!— el brazo empezó a crecer, con varias púas, lanzando un puñetazo contra el del Susanoo.
—¿Hm?— Naomi entrecerró los ojos.
Entonces pudo ver cómo el choque entre ambos puños resultó en un estallido, donde Natsu terminó volando varios metros atrás con su brazo de arena disipado, mientras que el brazo del Susanoo fue destrozado.
—Katon gouka mekkyaku!— una gran pared de fuego salió disparada contra la pelirroja mientras ésta apuntaba su mano al frente.
—¡Escudo metálico!— la arena de hierro se movió con gran velocidad, cubriendo a la pelirroja en una esfera hueca...
Ambas técnicas chocaron con gran poder, mientras que Natsu empezaba a sudar por el calor excesivo... Para su sorpresa, el acero de la arena se empezó a recalentar, empezando a ponerse rojo vivo.
—¡Mierda!... El calor está desmagnetizando mi arena... Tengo que reforzar el escudo, se está fundiendo!!— la mujer rápidamente usó arena común y una fuerte ráfaga de viento.
Tras algunos segundos, finalmente el fuego se detuvo... Dejando una esfera metálica totalmente rígida junto a una corteza de vidrio... Los granos de arena se habían unido entre sí. Finalmente, este trozo de acero gigante cayó a gran altura mientras que Natsu respiraba pesado mirando el Susanoo de la Uchiha.
Tras esto, Naomi sintió como el aire a su alrededor era más pesado.
Natsu apuntó su mano a ella y luego la bajó.
Al instante, el Susanoo salió disparado contra el suelo, provocando un gran cráter y que el Susanoo semicompleto terminara agrietado, mientras la arena del suelo empezaba a rodear las extremidades del Susanoo.
—No es buena idea tener una pelea cuerpo a cuerpo con ella...— analizó Naomi entrecerrando sus ojos. —Está cubierta con una armadura de arena, y encima tiene una de arena metálica, y por el exterior manipula el aire para mejorar sus reflejos, velocidad y de paso ralentizar al enemigo... Está blindada, por lo tanto, absorber su alma con el camino humano está fuera de lugar...—
En eso, Natsu levantó su mano mientras una gran cantidad de arena metálica empezaba a volar alrededor, formando gigantescas estacas afiladas que salieron volando a gran velocidad directo al Susanoo.
Naomi frunció el ceño al ver la velocidad a la que viajaban esas estacas, rompiendo con diferencia y por decenas la velocidad del sonido.
—Absorber el chakra de sus ataques es inútil, ya que usa objetos reales para atacarme; el chakra que los controla desaparece... Pero no la energía cinética que poseen, por lo que la fuerza, velocidad y aceleración a la que viajan siguen siendo peligrosas... Esas estacas van a destruir este Susanoo...—
Las estacas estaban a centímetros del Susanoo.
—¡Shinra Tensei!—
Natsu frunció el ceño al ver cómo las estacas se desmoronaban al instante, disipando la arena metálica, y la arena que sostenía al Susanoo se dispersó.
—¡Ya entendí cómo funcionan sus técnicas! Puede atraer o lanzar objetos, con otra habilidad puede repeler, y por lo que vi, puede absorber el chakra de lo que entra en contacto con ella, o al menos en un radio a su alrededor...— Natsu sonrió mientras levantaba una mano. —Entonces, ¡esto funcionará!—
Naomi pudo ver cómo del suelo salían más púas de arena metálica a centímetros del Susanoo.
—Ocultó arena bajo tierra para atacar por sorpresa—
5...
La arena salió disparada al instante.
4...
La armadura del Susanoo estaba siendo penetrada mientras la arena se acercaba peligrosamente a ella.
3...
—Buen intento...— comentó Naomi antes de desaparecer en un parpadeo.
2...
La arena chocó entre sí, sin tocar a la Uchiha.
Natsu abrió los ojos al sentir la presencia de la Uchiha a sus espaldas, solo para encontrar a la Uchiha con un Rasengan en mano, este hecho de fuego.
—¡Debo admitirlo! ¡Gracias a tu Jiton eres más difícil de matar!—
Natsu recibió un fuerte ataque directo a la espalda, lo que terminó en una explosión.
La pelirroja salió disparada contra el suelo, donde aterrizó respirando con dificultad. Podía sentir una quemadura en la espalda... Tenía parte de su armadura de metal y arena destrozada en esa zona, dejando caer trozos de metal fundido y vidrio.
—Me sorprendes mucho. Para ser tan débil en comparación con los enemigos que enfrenté hoy, te has mantenido en pie. Eres la que tiene el elemento más problemático de enfrentar... debo felicitar tu maestría, sabes combinarlo muy bien con tus habilidades físicas, destreza, a corto, largo y medio alcance— declaró Naomi aún en el aire. —El magnetismo se relaciona estrechamente con una de las cuatro fuerzas primordiales del universo... Solo tú has llegado tan lejos en explotar este potencial.—
Natsu apretó los puños mientras empezaba a sacar más arena desde el suelo, creando más perdigones y armas.
—Además... Te tomaste la molestia de acumular gran cantidad de estos materiales debajo de tu casa por si las atacaban... Claramente estoy en una desventaja de terreno— burló la Uchiha. —Es una lástima que una guerrera tan única en su tipo tenga que morir aquí...—
—¡Uh!— en eso Natsu pudo ver cómo Naomi empezaba a levantar las manos haciendo jutsus.
—Mokuton... Jukai Kōrin!—
Natsu rápidamente saltó mientras el suelo temblaba y una gran cantidad de árboles salían del suelo... Grandes enredaderas salían volando directo a la pelirroja mientras esta se esforzaba por esquivar todas mientras volaba, destruyendo algunas con cuchillas de acero.
—¡Tsk!—
El bosque resultante tenía un radio mayor a un kilómetro, con grandes flores en las puntas y robustos árboles... Las flores se abrieron soltando una gran cantidad de polen.
—¡No debo respirar eso!— pensó la Uzumaki, empezando a cubrirse a sí misma con una gran capa de aire a su alrededor, alejando las partículas del polen.
Uno de los troncos se movió a gran velocidad tratando de atacarla.
—¡Estilo Imán... Jutsu de Corte de Presión!— pensó ella, mientras empuñaba su espada y daba un corte al aire, disparando una ráfaga de arena metálica a presión junto al aire, empezando a cortar todo a su alrededor.
La Uzumaki luego empezó a volar mientras más lianas la perseguían.
—¡Barrera de Perdigones!— La arena de metal empezó a formar esferas a su alrededor, las cuales empezaron a rotar a súper velocidad.
Las lianas y ramas se desintegraban en pedacitos cuando intentaban atravesar este violento escudo.
—¡Estilo de Fuego, Dragón de Fuego!—
Natsu pudo observar cómo el bosque entero empezaba a arder en llamas, mientras ella volaba concentrándose en disipar el calor, humo y polen.
—Mierda... Quiere calentar mis imanes... Obligándome a usar más chakra para remagnetizar...—
En eso pudo ver cómo Naomi bajaba en su Susanoo semicompleto mientras hacía un jutsu.
—Mokuton... Bunshin no Jutsu!—
La Uzumaki pudo ver cómo varios clones con Susanoo aparecieron, siendo en total cuatro, contando a la real.
Ella recibió un puñetazo de parte de uno de los Susanoo a gran velocidad, a lo que ella se cubrió usando la arena; aun así, salió disparada directo a otro, quien la recibió con un golpe más, disipando la arena. Al llegar al siguiente, recibió un potente golpe más que agrietó su armadura de arena y acero. Luego la última desenfundó una espada de chakra y lanzó un corte.
—¡Ugh!— ella como pudo colocó su espada en medio, pero finalmente fue disparada contra el suelo, formando un cráter.
Ella empezó a toser tras inhalar solo un poco del polen.
—Mierda...— pensó escupiendo sangre. Podía ver cómo tenía una gran herida sangrando en el pecho.
—¡Katon: Gōka Mekkyaku!—
Las cuatro Naomi tomaron aire antes de expulsar una poderosa llamarada de color blanco al medio, directo a la pelirroja, mientras esta apretaba los puños, rápidamente creando un domo a su alrededor. La parte exterior era una gruesa capa de vacío, siendo el mejor aislante; siguiente era de acero, siendo el más resistente al derretimiento; la siguiente de arena, y en el interior ella estaba cubriéndose a sí misma con todo el aire posible...
Aun así, el calor emitido por la poderosa combinación estaba empezando a traspasar, donde el metal ardía al rojo vivo y la arena empezaba a fundirse...
—¡USARÉ! MI TÉCNICA DEFINITIVA! ME ESTA ACORRALANDO POR COMPLETO!— pensó Natsu mientras empezaba a sangrar por la nariz...
En este punto, estaba haciendo demasiado esfuerzo para controlar tanta materia... Su cabello se empezó a elevar...
Ella juntó sus manos, donde la de metal se empezó a transformar en una gran esfera... Esta perfectamente redonda... Su tamaño era casi el mismo que la propia Natsu.
Esta se cubrió por una capa de vacío mientras ella tomaba aire...
—Es como aquella vez... Expulsé todo mi poder en un solo ataque destructivo... Así fue como huí de ella esa vez... Simplemente solté todo el aire en una onda expansiva... Pero esto... Esto es otro nivel... El jutsu definitivo del magnetismo... La misma explosión, pero soltada en un punto más pequeño y un disparo— pensó la pelirroja mientras las puntas de su pelo se tornaban blancas.
Ella respiró profundamente mientras la esfera empezaba a encoger... Pasando a medir cada vez menos, hasta llegar a los 10 cm de radio... Luego tomó la forma de una daga.
—¡Jutsu Ultra Magnético... Bala de ultra Compresión!—
Dentro del domo, se podía sentir cómo el viento se estaba volviendo extremadamente de baja densidad... Mientras el chakra de la Uzumaki era visible en el aire, poco a poco siendo absorbido por las cuatro dagas.
Naomi abrió los ojos al notar la gran cantidad de chakra que se estaba formando en medio.
De la nada... Un potente disparo salió a gran velocidad, atravesando el fuego limpiamente en fracciones de segundo, directo a la Naomi original, quien podía verla en cámara lenta con su Rinnegan.
—¡Ultimate Susanoo!— pensó ella mientras el Susanoo se transformaba en una densa armadura que envolvía su cuerpo.
La daga chocó contra el Susanoo, mientras que ella colocaba sus manos al frente tratando de pararla... Pero empezó a ser empujada.
—¡Mierda! ¡Shinra Tensei!...—
Solo pudo ver cómo la daga se despresurizaba al instante mientras liberaba una poderosa explosión...
El Ultimate Susanoo empezó a agrietarse mientras Naomi apretaba la mordida...
A lo lejos, solo se pudo ver un gran domo de aire presurizado tomando un color blanco... Destruyendo todo en un radio de 20 kilómetros, donde los árboles, tierra y los demás Susanoo de Naomi empezaron a ser destrozados por las partículas de metal que viajaban a gran velocidad.
Finalmente, en el campo de batalla...
Solo se podía ver a la pelirroja... Quien estaba sangrando por todo el cuerpo, respirando pesado y con mechones blancos.
Su espada estaba tirada en el piso.
—Mierda... Aún no la domino... Entrenar esto es muy difícil sin destruir todo a mi alrededor... Por eso siempre lo entrené lejos de aquí...— pensó la Uzumaki. Luego observó su brazo; estaba sangrando, solo podía escuchar un pitido en su oído y veía borroso. —¿L-lo logré?...—
—Bajaste la guardia...— sonó una voz detrás de ella.
—¡¿Eh?!—
Un fuerte estruendo se escuchó, la carne siendo atravesada...
Finalmente, se pudo ver cómo la pelirroja estaba siendo atravesada por la espalda por una espada de energía. Ella soltó sangre por la boca.
Al mirar atrás, podía verla; tenía una armadura Susanoo totalmente destruida, apenas conservaban el brazo Susanoo y la espada... La Uchiha estaba cubierta de heridas y había perdido un brazo, su gabardina se había deshecho.
—A pesar de ser la más débil, tú junto al demonio, has sido la cosa más divertida hoy... Sin duda, una buena oponente, lo admito. Incluso dominas mejor ese elemento que el Shukaku...— declaró Naomi antes de que la espada desapareciera. —Supongo que esto es lo que logras cuando te esmeras por alguien que no seas tú. Te felicito, Kyomi.—
Natsu cayó de rodillas al suelo mientras apretaba su puño.
—Ahora... Iré por Yugito, supongo que Ryomi será mi última familia entonces...—
—¡TE DIJE! ¡QUE NO TE DEJARÍA IR!— Ella tomó la espada del suelo y se levantó tan rápido como pudo para atacar a la Uchiha.
Sin embargo, esta rápidamente se cubrió con el Ultimate Susanoo y convocó una espada de energía.
"CRACK"
Natsu solo pudo ver cómo la espada que estaba empuñando se partía por la mitad, mientras que su brazo fue cortado, junto a una gran herida en su pecho.
Finalmente, Naomi se volteó con rapidez antes de propinarle una cachetada.
Al instante, Natsu cayó al suelo. Se podía ver cómo ese último golpe había rasgado la mitad de su rostro del puente de la nariz para arriba de un solo tirón... Sus ojos habían sido completamente destrozados.
—Ya no tienes arena de ningún tipo... Ya no tienes mucho chakra, y te estás desangrando con heridas mortales. Ahora perdiste el único ojo y brazo que te quedaban... Mejor resígnate, ya no puedes hacer nada; la pequeña ventaja elemental y territorial se han ido— declaró Naomi mientras desaparecía en un parpadeo. —Ahora... Voy por ti, Yugito...—
—M-mierda...— pensó Natsu apretando su mandíbula mientras intentaba colocarse en pie, pero todo su cuerpo estaba dolorido. —¡MUÉVETE! ¡MALDITA SEA! ¡KYOMI! ¡MUÉVETE!—
Ella expulsó sangre por la boca mientras todo lo que podía ver era un enorme vacío negro...
Su olfato solo podía oler polvo y sangre... Sus oídos solo zumbaban... Su boca tenía un sabor metálico, mientras que su piel solo sentía un frío profundo.
—Soy... inútil... fallé... la única misión que no debía fallar... fallé...—
El viento golpeó su cara mientras ella solo pudo suspirar... Vagos recuerdos venían a su mente, mientras poco a poco la consciencia empezaba a desaparecer...
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—Je... Señorita Natsu...— Sonrió Seiko al ver a la mujer
Ante esto, la asesina sin decir ninguna palabra se arrodilló y se coloco junto a la joven, notando lo herida que estaba, viendo como uno de sus ojos ya no servía, como había perdido uno de sus brazos, e incluso como tenía un agujero en el pecho... Era casi como verse así misma... Pero, la joven seguía sonriendo y con una mirada que reflejaba alegría de verla
—Supongo... Que no pude ser tan fuerte... Ja... si que soy estúpida, y así era como pretendía ser su alumna... lo siento— Comentó Seiko, momento en el que el brillo de sus ojos desapareció, así falleciendo con una sonrisa
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—Yo... Soy quien lo siente...—
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Natsu asintió con la cabeza antes de continuar.
—A ti prometí protegerte, mientras estuvieras conmigo, y es una promesa que pretendo mantener— declaró la pelirroja, a lo que Yugito levantó la mirada viéndola a los ojos, de los cuales solo uno mostraba signos de vida. —Pero, si tu decisión es quedarte aquí a ver el mundo hundirse... No pretendo detenerte, no hay nada más que yo pueda hacer por ti—
—Supongo...— contestó Yugito, agachando la cabeza.
...
—Iré con ustedes, y me mantendré fuera del peligro... Pero no será permanente, tengo que volver tarde o temprano, más preparada, y probablemente este sello no se vaya... Por eso, quiero que me hagas el favor y me entrenes. Llevaré mi físico y habilidades natas al extremo para ser más fuerte— declaró Yugito, mirando a los ojos nuevamente a la asesina, quien solo estaba en shock.
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—Yo... Soy la verdadera estúpida e inútil de esta historia... Lo siento mucho...—
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—Pero, ¿porque estás aquí?, ¿quieres venganza?... ¿Acaso es por aquel mocoso débil? Ya sabes, ese que mate con tu brazalete— Dijo Natsu de forma sarcástica y sin voltear, por lo que Hinata solo suspiro
—No, lo de Rumo fue hace mucho, matar en su nombre sería un insulto para el. Además, ¿porque habría que vengarme? Si en realidad, fue mi culpa que muriera, tu tan solo fuiste el precipicio al que lo deje caer, es mi culpa no haber sido suficiente— Contesto Hinata de forma frívola —supongo que comprendes ese sentimiento...—
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—Entonces... Asi es como realmente se siente... Que mal momento para comprenderlo... Lo siento... Hinata...—
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Con Yugito... Segundos antes...
Se podía ver cómo Yugito estaba usando la espada de su maestra para bloquear varios de los ataques de Killer Bee, quien se movía con gracia usando múltiples espadas a la vez, mientras los demás cadáveres solo observaban.
—¡Yugito, sí que eres grandiosa! ¡Sin duda te has hecho más poderosa!— exclamó el moreno, mientras la rubia bloqueaba todos los ataques. Ryomi, por su lado, había sido dejada junto a un árbol, amarrada con alambres.
—Mierda... Esto no es bueno... Aunque puedo seguir su ritmo, él no está intentando matarme... Solo me prueba... Y todos los que están aquí... Son de niveles Kage... ¡Estoy frita!— pensó la rubia mientras recibía varios arañazos de parte de las espadas.
La pelea duró un poco más, hasta que finalmente Bee le propinó una patada al estómago, mandando a volar a la rubia.
—Ugh...— ella cayó de rodillas sangrando por la boca.
—Bee, no seas tan duro con ella. Es solo una niña— exclamó Kushina.
—Oh, deben aprender a perdonar. Admito que me dejé llevar... Aunque debo admitir que esta mocosa ha elevado su nivel ahora sin tener chakra, no es cualquier cosa— rapeó Bee, a lo que los allí presentes suspiraron.
—Naomi-sama se está tardando...— comentó Fugaku.
En eso, finalmente apareció la mencionada, cubierta de heridas, tal como había quedado luego de la pelea, y usando un brazo de energía como prótesis... en ese momento no tenía más lágrimas del Rey del Infierno.
—Bien, se terminaron los juegos. Acabé con la guardiana... Qué pena— declaró la Uchiha dirigiendo la mirada a Yugito, quien abrió sus ojos de par en par al ver el Rinnegan y el Sharingan en sus ojos.
—¿T-tú... MATASTE A MI MAESTRA?— exclamó ella molesta, apretando la espada... La cual empezó a tomar una coloración rojiza.
—Así es... Debo decir que fue entretenido. En honor a su memoria... Acabaré rápido contigo, Yugito... Será indoloro.
—¡No! ¡Aléjate de Yugito! ¡Eres un monstruo!— exclamó Ryomi.
Yugito, en un ataque de ira, se lanzó contra la Uchiha, lanzando un ataque directo, pero la mujer fue más rápida y atrapó la muñeca de la Jinchuriki.
—Esta espada... Así que en verdad te la dejó... Tal parece que está maldita o algo así, todos los que la usan mueren— burló la Shinigami antes de torcerle el brazo.
—¡AGH!— Yugito cayó adolorida al suelo, sin soltar la espada pero con el brazo roto.
—¡YUGITO!— exclamó Ryomi con lágrimas en los ojos.
—¡Kuchiyose no Jutsu!— exclamó Naomi antes de invocar la estatua demoníaca.
—¡NO! ¡YUGITO! ¡TÚ NO, POR FAVOR! ¡NO TÚ TAMBIÉN! ¡NO QUIERO PERDER A NADIE MÁS!— exclamó la pelirroja mientras empezaba a llorar. —Por favor... Hermana... Sálvala...—
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—¡MAESTRA!—
—¡Hermana!—
—Por favor...— Se escuchó un leve susurro... Y un olor a melancolía en el viento...
—C-chicas?— Natsu sintió cómo el corazón le latía con fuerza al oír los susurros... Imaginación no... Podía sentirlos.
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Finalmente, al abrir sus ojos, pudo ver algo... Frente a ella, había decenas de personas en fila... Todas con el cabello rojo, al frente estaban sus padres, más atrás sus abuelos y así, todos pelirrojos, con algunas excepciones... Finalmente, al fondo, podía ver a un hombre con el cabello en puntas, ojos con aspecto de patrones de círculos y atuendo blanco... Detrás de él, había una mujer de cabello blanco, muy largos cuernos, ojos Byakugan y un tercer ojo en la frente...
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—Ryomi... Yugito...— Pensó la pelirroja mientras su pecho latía con fuerza...
Se pudo ver cómo la arena a su alrededor empezó a moverse... El brazo que estaba amputado a unos metros, empezó a ser arrastrado hasta el muñón cortado...
—¡No! ¡No moriré aquí! ¡Hice una promesa!— Finalmente ella, por instinto, se dio un mordisco a sí misma en el hombro...
La herida del pecho empezó a cerrarse, dejando una cicatriz, mientras que su brazo volvió a unirse... Las heridas de su rostro se cerraron, dejando una cara llena de cicatrices de la nariz para arriba y sin ojos, cubierta de sangre...
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Naomi sostuvo a Yugito mientras la rodeaba con ataduras de madera.
—Fuinjutsu...—
La boca de la estatua se empezó a abrir mientras Yugito solo pudo mirar impotente...
—¡HERMANA!— exclamó Ryomi.
—Deja de gritar, mocosa, nadie vendrá— declaró Naomi.
—¿Eh? ¡Un chakra se está acercando a gran velocidad!— exclamó Kushina.
Entonces, todos pudieron ver cómo una figura aterrizó en el lugar, haciendo un cráter. Una vez el polvo se disipó, se podía ver a la pelirroja cubierta de sangre... Pero, más importante, una docena de cadenas salía de su espalda y ondeaban en el aire.
Natsu apretó su puño mientras olfateaba el aire.
—¿Sigues viva? Sí que eres persistente... Crei dañar tu corazon y dejarte sin brazo y desangrandote—
—¡Hermana!— exclamó Ryomi, no pudiendo evitar sonreír al verla... Aunque al notar sus heridas y sangre, se asustaba... Sin mencionar aquellas cadenas.
—¡Maestra!— exclamó Yugito, teniendo la misma reacción que Ryomi.
—Qué molesta...— exclamó Fugaku mientras empezaba a cubrirse con el Susanoo, empezando a deshacerse, le estaban absorbiendo el chakra, el cabello de Natsu empezaba a teñirse totalmente rojo nuevamente.
La pelirroja actuó con rapidez, su cadena salió disparada rodeando al Susanoo, luego la Uzumaki corrió hasta donde estaba Ryomi, e hizo un movimiento rápido tomando algo de su bolsillo. Luego, corrió hacia los Akatsuki, propinándole un rodillazo a Fugaku en la cara. Seguido a eso, Natsu llevó su mano a la riñonera, de donde extrajo una bomba de humo y se la metió en la boca... Al instante, el Uchiha sintió cómo la boca y la nariz se llenaban de eso, empezando a toser con fuerza antes de caer al suelo.
Seguido a eso, una cadena destrozó los alambres de Ryomi y luego formó un círculo alrededor de ella... Era una barrera con forma esférica.
Yagura intentó atacarla por detrás, pero una cadena rodeó sus brazos robándole chakra, y la pelirroja, en un arranque de adrenalina, sin medir fuerza, le devolvió una patada directo a la entrepierna.
—¡UGH!— El Mizukage cayó al suelo adolorido, para luego recibir una patada en la cabeza que lo mandó a volar.
—¡Estás interfiriendo!— exclamó Minato mientras tomaba su kunai. —Voy a... ¡Uh!—
Natsu se volteó a verlo antes de arrojarle un proyectil pequeño, este entró por su boca a gran velocidad, al instante el Yondaime sintió cómo su chakra desaparecía.
—¡Toma esto, maldita estúpida!— exclamó Bee lanzándose a atacar, pero la pelirroja rápidamente le dio un rodillazo en el estómago y también le arrojó una píldora en la boca, haciendo que también se la tragara, finalmente un puñetazo en el menton que lo mando al suelo.
—Esas son...— pensó Naomi mientras fruncía el ceño, para luego apuntar su mano a la asesina.
Rápidamente Natsu levantó una barrera de arena en medio... Esto por varias barras de chakra, las cuales se clavaron en la arena, luego varias cadenas salieron volando directo a Naomi.
—¡Ya detente, niña!— exclamó Kushina mientras lanzaba sus cadenas.
Ambas chocaron, empezando a forcejear mientras Naomi entrecerraba los ojos.
La asesina pelirroja, en silencio, olfateó el aire... Finalmente, extendió su mano a los arbustos...
—Ven a mí...—
Entonces, todos pudieron ver cómo la espada de Yugito volaba directo a la mano de la pelirroja, quien la desenfundó en un rápido movimiento...
Lo siguiente que se pudo ver fue a Kushina boquiabierta al ver cómo una espada totalmente blanca y brillante cortaba sus cadenas de un solo tajo.
—¡La última!— Natsu rápidamente arrojó un nuevo proyectil, que cayó en la boca de la pelirroja, al instante las cadenas se deshicieron, finalmente le propinó una patada en el estómago que la mandó a volar contra un árbol.
—Suficiente— murmuró Naomi extendiendo su mano hacia Natsu. —Bansho Ten'in—
Pero, para su sorpresa, las cadenas de la espalda de la pelirroja, todas ellas se extendieron a los alrededores, aferrándose a los árboles mientras ella usaba todas sus fuerzas y empezaba a impulsarse con el viento en dirección contraria.
—Lo está resistiendo...— pensó Naomi, pero finalmente sonrió. —Como sea... jutsu de sellado—
—¿Eh?— Natsu sintió un gran peligro al instante... De la estatua del Gedo Mazo, una gran cadena salió disparada hacia Yugito.
Instintivamente, las cadenas de la asesina volaron a toda velocidad rodeando a Yugito, y formando una esfera a su alrededor.
—¡Ugh!— Natsu no pudo evitar soltar un quejido...
La cadena del Gedo Mazo estaba golpeando su barrera...
—Ya veo... Despertaste tu sangre Uzumaki... Creaste una barrera alrededor de ella... Qué cosa tan inútil— burló la Uchiha. —La cadena del Gedo Mazo es más poderosa, va a drenar por completo tu chakra si sigues así.
—¡Maestra!— pensó Yugito, mirando desde el interior de la esfera de cadenas, la pelirroja se estaba empezando a cansar, su cabello estaba empezando a tornarse blanco.
—Ríndete Kyomi, ya es demasiado tarde— declaró la Uchiha apuntando su mano hacia ella. —Shinra Tensei—
Natsu también apuntó su mano, desatando una onda de choque también...
Al instante, ambas fuerzas repulsivas se encontraron, el choque desató un fuerte estruendo donde ambas retrocedieron, una corriente de aire salió disparada en todas direcciones, árboles, polvo y demás fueron disparados en todas direcciones...
Finalmente, Natsu retrocedió varios metros mientras las cadenas que rodeaban a Yugito se soltaron, aflojando resistencia.
—¡No!—
La cadena del Gedo Mazo llegó hasta el pecho de Yugito, pero las cadenas de la pelirroja rápidamente se enrollaron en el abdomen y pecho de Yugito, volviendo a cubrirla de la cadena del Gedo Mazo.
Natsu empezó a tirar con fuerza de la cadena, rompiendo los trozos de madera que sometían a Yugito y empezando a atraerla...
—Si tú insistes...— comentó Naomi, al hacer un sello, tres cadenas salieron disparadas, tratando de tocar a Yugito.
—¡Bastarda!— Finalmente, la pelirroja usó todas sus cadenas para cubrir a Yugito.
Tan pronto las cadenas del Gedo Mazo golpearon la barrera de Natsu, esta empezó a toser...
—Mierda... Me están drenando el chakra...— pensó la Uzumaki apretando el puño.
—Si sigues así, vas a envejecer en segundos y luego morirás— comentó Naomi mientras observaba cómo el chakra de la pelirroja se iba con rapidez...
—¡Maestra! ¡No!— pensó Yugito al ver cómo la pelirroja sangraba por la boca...
Finalmente, todo se puso en blanco...
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—¿Dónde... dónde estoy?— preguntó Natsu, notando que tenía sus dos brazos y ojos.
El lugar parecía una especie de espacio oscuro, el piso parecía de concreto...
—Estamos en mi espacio... Maestra...— contestó Yugito.
La pelirroja se volteó, solo para ver a la rubia, detrás de ella estaba el Nibi.
—Tus cadenas han roto el sello que me colocaron...— comentó Matatabi.
—Vaya... Tú debes ser Matatabi... Es la primera vez que nos vemos en persona, un gusto conocerte— contestó Natsu.
—El placer es mío... Lamento haber sido una carga para usted... Le agradezco que cuidara tanto a Yugito y a mí—
—No hay de qué... pero no agradezcan aun, esto no ha terminado— sonrió la pelirroja.
—Maestra... Sé que esto es duro... Pero necesito que me hagas un favor... Cuida de Matatabi... No dejes que se la lleven... es lo único que separa al mundo de las garras de esa mujer...—
—¿Eh? ¿Qué significa eso?— exclamó la pelirroja.
—Las cadenas que tienes... Están hechas especialmente para sellar y extraer chakra a ti misma... Es la unica oportunidad— comentó el Nibi.
—Maestra... En verdad, muchas gracias por el entrenamiento, me divertí mucho... Tú y tu hermana han sido una verdadera familia para mí... Extrañare la comida, los juegos y charlas...—
—¡No! ¡No, Yugito! ¡No puedo aceptar esto! ¡Morirás si eso pasa! ¡Yo prometí protegerte!— exclamó la pelirroja con lágrimas en los ojos.
—Lo hiciste bien... Gracias, pero hoy me he dado cuenta de que no soy una buena guardiana para Matatabi... Tú eres la persona más fuerte en la que puedo confiar... Eres como una hermana mayor y mentora para mí— declaró Yugito con una sonrisa.
—Por favor... debe haber otra forma...— contestó la pelirroja. —No quiero perderte...—
—Por favor... cuida mucho de Ryomi—
Yugito caminó hasta la pelirroja, a quien sin pensarlo dos veces, le dio un abrazo...
—Te quiero mucho, maestra... Gracias por estar conmigo hasta el final y creer realmente en mí...—
—Y-Yugito... ¡No nos dejes! ¡No te vayas!— contestó la pelirroja envolviendo sus brazos alrededor de la rubia...
Ella se aferró a su alumna con fuerza mientras Matatabi caminaba, colocándose a un lado de ella.
—¡No! ¡No!— exclamó Natsu al sentir cómo Yugito empezaba a desvanecerse en sus brazos...
Al verla de nuevo, podía ver cómo empezaba a desaparecer mientras todo aquel sitio era cubierto por una gran luz.
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En la vida real...
Se pudo ver cómo la cadena que enrollaba a Yugito fue cubierta de un aura roja.
—¿Eh?...— Naomi observó con incredulidad sin entender.
Finalmente, las cadenas que rodeaban a Yugito para protegerla se deshicieron...
La cadena del gedo mazo llegó hasta el pecho de la rubia... Pero... No había nada...
—¿Qué significa esto!?— exclamó Naomi... Al voltear a ver a Natsu... Podía verlo... El cabello de la asesina nuevamente se tiñó de rojo, su chakra era más grande y poderoso —¡Te estás intentando burlar de mí!?—
En eso, las cadenas empezaron a ondear con fuerza mientras que Natsu apretaba la mandíbula, se podían ver dientes muy afilados...
Ella sentía la sensación de que iba a llorar... Pero... Sus ojos ya no existían, era una sensación dolorosa, tener la necesidad de llorar pero no poder.
—¡No lo permitiré!— exclamó Naomi extendiendo la cadena del gedo mazo directo a la pelirroja, pero esta dio un salto atrás mientras apuntaba su mano a Naomi.
—Perdigón de vacío supercomprimido...— pensó Natsu...
Naomi podía ver cómo una gran cantidad de chakra salía del brazo de la asesina, y el aire a su alrededor empezaba a compactarse... Enfocándose en un solo punto.
—¡Kyomi!— exclamó Naomi teletransportándose detrás... Pero la pelirroja ya lo esperaba, tan pronto la sintió desaparecer, se volteó, apuntando a su cara.
—¡PUDRETE, NAOMI!— exclamó Natsu con gran ira en su voz.
Al instante, la Uchiha fue golpeada por una gigantesca onda de choque.
Una fuerte explosión se desató en línea recta, destrozando todo a su paso, mientras que las cadenas de la pelirroja protegían a Ryomi, y otras más llegaban hasta Yugito.
—H-hermana...— comentó Ryomi mientras veía a Yugito. Los ojos de la pelirroja se cubrieron de lágrimas mientras observaba a la rubia.
—L-lo sé...— declaró Natsu apretando los puños, mostrando un enorme dolor en su voz. —Al final, fallé de todas formas—
Finalmente, las tres fueron cubiertas por una barrera esférica de cadenas que se empezó a elevar en el aire... Y salieron volando del lugar a gran velocidad.
Por otro lado, Naomi se levantó entre los escombros del bosque, mostrándose molesta, estaba cubierta con el Ultimate Susanoo, totalmente agrietado.
—Bastarda... Te has atrevido a burlarte de mí... Yugito—. Ella caminó hasta el lugar de antes, observando el aire...
No había ningún rastro de chakra en el aire, a excepción del usado para aquella explosión...
—Escapó...— pensó la Uchiha apretando los puños —Debió crear una barrera y moverla desde adentro evitando dejar rastros...—
La mujer tomó aire antes de finalmente reír entre dientes...
—Uzumakis... Sí que son molestos... Pero, ¡las encontraré! Al Kyubi y al Nibi... no podrán huir eternamente—
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En otro lugar...
—¡Tinaja! ¡Tinaja! ¡Tinaja!— se escuchó varias veces una voz...
La ojiperla abrió los ojos débilmente, solo para ver al maestro lobo y al resto de la manada a su alrededor.
—¡Al fin despiertas, mocosa! ¡Apareciste aquí en la nada para luego caer inconsciente!— exclamó el viejo.
—Hozenki-sensei?...—
Hinata finalmente se sentó con rapidez, observando todo a su alrededor...
Ella guardó silencio... Al mirar a su pecho, podía ver el colgante con forma de colmillo...
—Despertaste, mocosa... No te culpo por caer inconsciente—. Ella escuchó una voz en su interior.
—Kurama...— pensó ella agachando la mirada... —Entonces... N-Naruto... Él...—
Lágrimas empezaron a formarse en sus ojos mientras apretaba los puños...
—Sí... Eso pasó... Pero, ¡no trates de llorar! ¡Aún hay esperanza!— exclamó el zorro, aunque en el fondo se sentia destruido...
—¿Qué esperanza puede haber!? ¡Está muerto por mi culpa! ¡No solo él! ¡Itachi... Bee... Roshi... Gaara... Yagura... Todos el mismo día... Todo esto fue culpa mía!...—
—Mocosa...— murmuró Kurama...
—¡Y ahora!... ¡Qué más da todo!? ¡Naomi solo necesitaba capturar al Nibi... A estas alturas ya debió hacerlo...—
En eso, ambos escucharon una voz...
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—Es una pena lo que le pasó a ese chico...— comentó Hamura.
En frente de él estaban tanto Hinata como Kurama.
—¡Tú eres!...— exclamó Kurama al verlo.
—¡Tú! ¡No quiero escuchar nada que provenga de ti o tu hermano!— exclamó Hinata extendiendo sus garras y lanzando un zarpazo.
Al instante, el anciano se deshizo en una neblina morada...
—Como quieras... No volveré a aparecer frente a ti entonces... Aún así, te recomiendo que vayas a la luna, al templo... Allí hay una biblioteca... Solo tú podrías leer lo que dicen los escritos... Te serán útiles, allí están escritas las técnicas Ninshu que desarrollé con mi hermano... Además... la persona que vive allí, ahora tiene cautiva a alguien importante para ti...— declaró la voz del anciano —Y en cuanto al Nibi... Descuida, ahora está en las manos de alguien capaz de protegerlo... Ha logrado escapar...—
Finalmente, la voz se deshizo... Mientras que Kurama y Hinata quedaron solos en aquella oscuridad... Aunque no podían negar que eso último era al menos algo bueno de escuchar.
—Escucha bien, Hinata... Esto es solo una sensación, pero estoy seguro de lo que te diré...— comentó Kurama.
Hinata se quedó en silencio... A lo que el zorro continuó.
—El alma de Naruto sigue en este mundo... Aún existe una forma de salvarlo— declaró el Biju.
—¿Eh!?—
—Mi alma y la de él tienen un vínculo... Hemos estado demasiado tiempo unidos, algo mío sigue en esa alma... Pudo saberlo... Aún está en este mundo... Puede que no en su cuerpo, pero... Su alma sigue aquí... Sé que es duro, y aunque no lo creas, a mí también me dolió... Hinata, tienes una misión, no le falles a Naruto... Él confió todo a ti...—
—¿Por qué su alma seguiría en este mundo? ¿Naomi se la extrajo?...—
—Probablemente... Escucha esto: para que una persona sea un Jinchuriki, se necesitan 3 cosas... Un cuerpo, chakra y alma... Esta última, siendo la que te da fuerza de voluntad y conexión al Biju... Ella quería un Jinchuriki, probablemente quería el detector de energías negativas que Naruto y yo teníamos, capaz de buscar demonios... Para tener un Jinchuriki, requería sí o sí que Naruto permaneciera vivo... O al menos con un alma, eso de usar un cadáver reanimado no funcionaría como Jinchuriki...—
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Hinata se puso de pie mientras observaba el pergamino en su mano.
Ella ignoró a los lobos a su alrededor, que la miraban con incertidumbre...
—Lo siento a todos... Esto es mi culpa... Me encargaré de arreglarlo...— murmuró ella.
Ante sus ojos, apareció una chaqueta... Esta era de color blanco y por dentro tenía un forro naranja... Traía una carta en ella...
La Hyuga la abrió...
"¡Feliz cumpleaños, Hinata!
Jaja... Espero que te guste esta prenda... No solo es cómoda, también es extremadamente útil, resistente e incluso se repara sola... Lamento si los colores no son de tu gusto... No eran cambiables...
Te amo."
Ella suspiró antes de observar la prenda, no pudiendo evitar sonreír mientras una lágrima se asomaba por uno de sus ojos...
—Es hermosa... Gracias... Naruto.— declaró ella colocándose la prenda y mirando al horizonte. —Kurama... Vamos a cumplir con esta misión... Naruto nos lo encargó... Voy a salvarlo y acabar con esto... que recien ha comenzado realmente—
Fin del Capítulo 90
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