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80 [Territorio supremo]

En el valle de los lobos.

Hinata se encontraba junto a Hosenki, en la orilla de un estanque, donde la Hyuga solo pudo sonreír. Ahora había logrado el Modo Sabio, después de tanto entrenamiento.

—Bien hecho, mocosa... No me cabe duda de que eres mi mejor alumna, y oficialmente la primera sennin de las bestias —declaró Hosenki con una sonrisa.

—Muchas gracias a usted, sensei... Realmente aprecio mucho este entrenamiento, me ha servido más de lo que imaginé al comienzo... —admitió ella.

—Me alegra... Ahora, ¿qué tal si pones a prueba tus nuevas capacidades? Ya puedes usar tu chakra y habilidades por completo —comentó Hosenki antes de señalar la gran roca del entrenamiento—. Levántala.

La Hyuga asintió antes de caminar en dirección a aquella roca y colocarse junto a ella. Acto seguido, se agachó para tomarla de un borde.

—¡¿Eh?! —Hinata hizo una cara de sorpresa, la cual luego se transformó en una sonrisa.

Entonces, ella levantó la roca, usando un solo brazo, el izquierdo, aquel que había perdido en su batalla con los 7 Pecados.

—¡Jajaja... Me siento muy fuerte! —dijo ella con una sonrisa, levantando aquel peso. Antes, incluso con su fuerza sobrehumana, tenía que usar toda su fuerza corporal para levantarla; ahora podía hacerlo con una sola mano sin sentir dificultad.

Ante la mirada atenta de Hosenki, ella arrojó la roca con todas sus fuerzas hacia arriba, haciendo que la roca llegue hasta 6 metros del suelo. Acto seguido, ella dio un salto rápido, quedando arriba de la piedra en un instante.

Chidori... —pensó ella mientras su mano era recubierta por una poderosa descarga eléctrica de color negro.

Hosenki vio sorprendido cómo la roca era destrozada por completo, siendo reducida a rocas más pequeñas y volando en pedazos hasta no quedar nada.

Acto seguido, Hinata desapareció en un destello negro...

Para ella, todo se había puesto sumamente lento... Demasiado lento, parecía como si nada se moviera en ese momento.

Ella aún estaba en el aire...

Veamos... —pensó ella mientras daba una patada al aire en ese estado. Al hacerlo, una pequeña onda de choque fue liberada mientras ella fue propulsada al suelo, donde el suelo se agrietó.

Ella luego activó su Byakugan... Todo se veía diferente...

Ahora mismo, el Byakugan estaba bajo la influencia de la energía natural... Podía percibir detalles que antes no era capaz... Podía ver y sentir el chakra, sus 5 sentidos estaban en otro nivel mientras ella veía miles de escombros de roca cayendo al suelo...

El Byakugan era capaz de ver la energía natural en su máximo esplendor, podía ver perturbaciones en el aire, a dónde iba cada una de las rocas, por dónde habían pasado, incluso podía ver.

Ante la vista de Hosenki, apenas se vieron unos destellos de luz... Pasaron exactamente 2 segundos...

Al ver de nuevo, todas las rocas estaban apiladas en una pequeña montañita, mientras que Hinata se había colocado detrás de él con una sonrisa.

—Vaya... Jamás creí alcanzar una velocidad como esta —admitió ella mirándose a sí misma, puesto que se había movido mucho más rápido que antes. Era una velocidad superior a la que nunca había podido llegar, sin mencionar que había durado más tiempo.

Su barrera que la protegía de la fricción era mucho más poderosa... Ahora, era capaz de soportar más tiempo, sin mencionar que por su resistencia física aumentada, podía desplazarse mayores distancias. Sin mencionar que era más fuerte... Probablemente incluso podría dar golpes controlados con esa velocidad...

—Me sorprendes, mocosa... —asintió Hosenki.

—Sí, aunque tal vez necesite mejorar algo de mis ataques con el Senjutsu, será mejor que me acostumbre a usarlo para mi pelea —declaró ella con seriedad, sabía que no podía confiarse.

—Oh, sí, aún te falta mucho... Creo que con tu talento y habilidades sensoriales, puedo enseñarte una habilidad que te será de mucha utilidad —declaró Hosenki mientras jugaba con su bigote.

—¿Una habilidad sensorial?

—Así es... No creas que no lo noté, pero tienes "el sexto sentido", la premonición o como le decimos aquí, "El youkan". Una habilidad que te permite detectar el peligro del ambiente... Las pequeñas señales como el viento, vibraciones, olores, etc. Tu mente es capaz de percibirlas inconscientemente para mandarte una señal cada que percibes peligro. Esto te da una velocidad de reacción sin igual. Es una habilidad rara, incluso entre nosotros los animales depredadores con mucho entrenamiento... Me sorprende que una humana lo posea, y más una que posee el Byakugan, lo que lo hace más poderoso gracias a tu vista periférica —explicó Hosenki.

—Ya veo... En efecto, tengo algo así, pero sería difícil explicar cómo fue que lo obtuve... Y no soy la única que lo tiene.— Contestó ella, algo incómoda, pues tendría que hablar de los asesinos y su otra vida...

—Como sea, no es importante... Pero ahora que tienes el Senjutsu, esa habilidad es mucho más potente que antes. Además, ahora no solo tienes el Byakugan... Puedes sentir el chakra y la naturaleza. Esto te hace tener de por sí más de seis sentidos... Entonces, podrías convertirte en una usuaria del Ōken, también llamado ultra sentido— Declaró él.

—¿El ultra sentido?— Preguntó ella, sorprendida.

—Verás, te explicaré un poco de biología... El término "sexto sentido" para referirse a la capacidad de percibir amenazas (youkan) es erróneo, ya que este sería el último de todos los sentidos. Los seres vivos complejos tenemos al menos diez:

1. Vista

2. Oído

3. Olfato

4. Gusto

5. Tacto

Estos son los cinco principales, pero existen otros cinco más que de cierta forma funcionan en conjunto con estos:

6. Propiocepción: Percepción de la posición y movimiento del cuerpo.

7. Equilibrio: Percepción del equilibrio y orientación espacial.

8. Nocicepción: Sensación de dolor.

9. Termocepción: Sensación de temperatura.

10. Interocepción: Percepción del estado interno del cuerpo (hambre, sed, necesidad de respirar, etc.)

11. Magnetocepción: Percepción de campos magnéticos.

12. Chakrasepción: Percepción del chakra interior y su flujo.

Sin mencionar que existen las "subcategorías":

13. Quimiorrecepción: Sensores internos de oxígeno y dióxido de carbono, sensación de pH, etc.

14. Barorrecepción: Percepción de cambios en la presión arterial.

15. Osmocepción: Percepción de la concentración de solutos en los líquidos corporales.

16. Detección de feromonas.

17. Percepción del flujo de aire y esfuerzo respiratorio.

Lo que denominamos youkan o sexto sentido de forma vulgar es la combinación completa de todos estos sentidos una vez alcanzan un alto nivel, lo que le permite al usuario percibir amenazas...

Ahora, un usuario de Senjutsu tiene fortalecidos dos más, los cuales usualmente se obtienen por genética o entrenamiento especial:

- Sensor de chakra: permite sentir el chakra de los seres que le rodean, además de percibir ataques de chakra.

- Natusepción: al hacerse uno con la naturaleza, puedes sentir las perturbaciones en ella, te permite leer la naturaleza para percibir cosas como proyectiles en el aire, suelo, cambios atmosféricos, alteraciones en la energía natural que persisten en la materia, etc. (Este sentido lo desarrollaste durante el entrenamiento.)

Estos dos sentidos potenciados por el modo sabio se conocen como "Sennken".

Sin mencionar que gracias al entrenamiento, la chakrasepción se vuelve más potente gracias al control del chakra que logras obtener.

—Vaya... Era más complejo de lo que alguna vez pensé— Admitió la Hyuga, sorprendida.

—Así es... Ahora, tú tienes dos nuevos sentidos... Estos, por sí solos, ya son capaces de imitar al youkan. Ahora... ¿Qué pasa si usas todos tus sentidos combinados "youkan" y los mezclas con el "sennken" y lo refinas para usarlo en un estilo de lucha? Ahí es cuando nace el ultra sentido, o como lo llamamos aquí, "Ōken"... Es una técnica inventada por mí desde que era un lobo joven de apenas 10 años (70 años lobo)— Declaró Hosenki, golpeando el suelo con el bastón.

—Eso quiere decir...—

—Sí... Entonces nace una capacidad de percepción única, que en conjunto con los reflejos, instintos y habilidades del usuario, le permite una capacidad de lucha sin igual. Tu capacidad de moldear chakra, reaccionar, esquivar, atacar, e incluso predecir se vuelven supremas... Incluso, la capacidad de intuición se vuelve aún más poderosa, te permite hallar puntos débiles, puntos ciegos, puedes leer las intenciones exactas de tu oponente incluso antes de que las piense... La capacidad de elegir el mejor ataque para la ocasión, ninjutsu o taijutsu se vuelven más efectivos. Debes concentrarte hasta el punto que te haces una en cuerpo y mente... Y no solo eso, si lo dominas, podrías incluso ocultar tus intenciones propias— Explicó el lobo con un aura de seriedad mientras señalaba a Hinata.

El lobo sonrió antes de declarar:

—El Ōken es básicamente la optimización y la capacidad de usar al 100% todas tus facultades, ya sean sentidos, flexibilidad, instintos, chakra, etc... Todo, aunque no seas tan poderosa como tu enemigo y este te supere en todos estos aspectos, tu habilidad en combate podría ponerte a su nivel o incluso superior— Declaró el lobo mientras caminaba algunos metros. —Aun así, te advierto que es una habilidad muy rara, pocos lobos de nuestro clan la han obtenido, ya que requiere de extrema concentración... Ni siquiera Ōkazen, el líder actual, la posee... Pero, para eso estoy yo, literalmente fui quien creó tan majestuoso arte de pelea—

Hinata solo vio sorprendida cómo el cuerpo del animal empezaba a cambiar... Su ropa estaba desapareciendo entre su pelaje y ahora estaba a cuatro patas... Se veía algo viejo, pero ahora medía al menos 2 metros de altura. (No es su forma completa)

—Haré una demostración...— Declaró el animal ahora con una voz más gutural.

Hinata vio con asombro cómo, a pesar de ser viejo, obtenía un aspecto bastante fuerte.

—Ahora, atácame... Usa toda esa velocidad que mostraste hace un segundo, y golpéame— Ordenó el maestro.

—Pero... Un ataque a esa velocidad sería desastroso... Es peligroso tanto para el que golpea como para el que es golpeado, la inercia es mortal— Afirmó Hinata, aún asombrada.

—No importa, con tu poder actual y resistencia lo soportarás, y si dominas el Ōken, incluso podrías atacar de esa forma con mayor frecuencia. Además, no vas a poder tocarme... Y si tanto miedo te da, puedes atacarme en una extremidad— Contestó el lobo, confiado.

—La velocidad a la que ahora puedo moverme es muy alta... No solo hay una burbuja de plasma por la fricción, resultado de superar el Mach 10... Sino que también... El tiempo pierde sentido... Debe ser mucho más rápido que eso... Sería mortal para cualquiera recibir un golpe así, perdería una extremidad si logro golpear...— Pensó Hinata, aún temerosa. —Sin embargo... Lo haré...—

—Eso es... No te contengas, lanza tres golpes seguidos—

Hinata se preparó mientras preparaba su puño.

—Técnica de respiración compleja... Concentración...— Pensó el lobo mientras expulsaba un poco de aliento nublado y cerraba los ojos.

Al instante, Hinata desapareció en un destello negro...

—¡Eh!?— Hinata se sorprendió al pasar de largo, sin tocar al lobo, a quien había apuntado a la pata frontal derecha.

—¿Por qué te detienes?— Preguntó el anciano, confiado.

Hinata volvió a desaparecer, pero nuevamente el lobo se había logrado hacer a un lado. Finalmente, Hinata atacó rápidamente a la cara... Sin embargo, el anciano logró hacerse a un lado a tiempo, apenas recibiendo un leve roce en una de sus orejas.

Hinata se detuvo, sorprendida.

—Increíble...— Admitió ella observando al maestro...

—Uff...— Suspiró él antes de soltar un aliento que tenía guardado y empezar a encoger a su forma anterior. —Mierda, mocosa... Te moviste muy rápido... Admito que me costó trabajo, eres literalmente miles de veces más rápida que yo... Mi vista era incapaz de verte—

—Aun así, pudo esquivarme y saber de dónde venía... De hecho, parecía poder leer por completo mis movimientos— Contestó Hinata, impresionada.

—Porque usé el Ōken... Reaccioné a tus intenciones antes de que las ejecutaras. Entre cada ataque, te tardaste un poco en pensar tu siguiente acción, milésimas de segundo de hecho... Tiempo suficiente para que yo tomara una decisión y mi cuerpo la ejecutara al instante... ¡Pero mira nada más! En el último apenas pude predecirlo— Esto último lo dijo señalando su oreja, que ahora estaba soltando algo de sangre. —Pff... Admito que no habría podido esquivar un cuarto ataque... En fin, el caso es que te esquivé incluso tú usando el modo sabio y esa peculiar habilidad de velocidad extrema... Ahora, imagina lo que podrás hacer tú, siendo más joven y teniendo un cuerpo como ese...—

—¡Sí!—

—Y te advierto... Esta habilidad no es fácil de aprender... A mí, como el lobo sabio en mi juventud, me tomó 20 años (140 años lobo) desarrollarla, y la pulí a lo largo de mi vida... Aunque mi cuerpo ya es algo viejo para usar todo su poder, por más prodigiosa que seas, no creas que vas a lograr perfeccionarlo en poco tiempo, y si lo haces, no dejes de entrenarla y refinarla, aún así te aseguro que tardaras menos que yo, ya tienes tus sentidos al maximo y el modo sabio perfecto, sin mencionar que me tienes como maestro... Mocosa, con tus sentidos, la llevarás a otro nivel, estoy seguro— Declaro el lobo con una sonrisa.

—Lo entiendo, haré lo mejor que pueda!— Exclamó Hinata apretando su puño —Bien... Algo como esto suena muy difícil... Dudo poder aprender todo lo necesario para la misión... Aún así, se que está técnica me llevará a superar mis límites...—

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Naruto por su parte...

—Vaya... ¿Qué es esto?— pensó Naruto mientras observaba en todas direcciones del bosque, luego a Gaara, Yagura y Roshi.

Este es el detector de energías negativas... Puedes sentir de forma literal las emociones de las personas —explicó Kurama—. Puedes encontrar a aquellos de corazón oscuro con solo estar cerca de ellos.

—Interesante... ¡Pongámoslo a prueba! —Naruto desapareció frente a sus compañeros, quienes estaban sorprendidos.

El Jinchuriki apareció en Konoha, donde rápidamente enfocó su nueva habilidad.

No podía sentir nada... No había energías malignas muy cercanas, si las había eran muy pocas.

Volvió a desaparecer, ahora estaba en Iwa... En lo alto de uno de sus edificios, lejos de las miradas.

—Lo que pensé...—dijo Naruto sorprendido.

—¿Qué ocurre?—preguntó Kurama, quien había notado cómo ahora sentían decenas, por no decir miles, de presencias malignas.

—Ahora puedo percibir a los ocultos con esto... Lo que Shion dijo era verdad, al fin y al cabo, los demonios son masas de energía hechas a base de energías malignas... En Konoha no había muchas, simplemente porque no hay poder demoníaco, solo sentí el de algunas personas... Pero aquí, percibo mucha gente que tiene algo de eso... Ellos son los ocultistas—declaró con una sonrisa.

Luego, la mirada del rubio se fijó hacia abajo.

—Y mira nada más... Percibo una gran concentración de energía maligna ahí abajo... Debe ser el Jinete de la Roca... Incluso está escondiendo su chakra... Pero siento su energía maligna con claridad... Es increible la cantidad de masa maligna de la que esta hecho.

¿Vamos a darle una paliza?—preguntó Kurama con una sonrisa.

—Jaja... Probablemente podamos, pero... Llamaríamos la atención de los demás. Mejor nos largamos, ya comprobé lo que quería... Ahora, los ocultos están dejando de ser una amenaza como infiltrados... Pero sus jinetes siguen siendo un peligro enorme—admitió Naruto.

Bien, entonces, ponte a entrenar la Bijudama, es tu mejor arma, la técnica suprema de los Biju...

—¡Sí!

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Dos días después...

—A ver... Entonces, ¿ustedes me dicen que la Bijudama es algo así?—dijo el Jinchuriki mientras intentaba formar una esfera en sus manos, algo así como el Rasengan, pero mucho más denso y de color negro.

—Increíble... Entonces, ¡tienes la capacidad de crearlas sin usar tu forma de bestia!—halagó Yagura sorprendido.

—Bien... ¿Qué tal si...?—Naruto la apuntó a un árbol.

—¡ESPERA, IDIOTA!

Un estallido de energía hizo retroceder a los cuatro Jinchuriki, incluso a Gaara, quien miraba desde un árbol. Ahora todos estaban cubiertos de tierra y chamuscados.

—¡¿QUÉ PENSABAS?! ¡PUDISTE VOLAR TODO EL BOSQUE CON NOSOTROS DENTRO! ¡NO DEJAS DE SER TARADO!—exclamó Yagura mientras Naruto reía nerviosamente.

—¡Concuerdo! ¡Pequeño imbécil!—exclamó Roshi masajeándose la cabeza.

—¡Agh! Pero vean el lado bueno... ¡Puedo hacerlas con las manos, a diferencia de ustedes que tienen que transformarse al menos en la segunda etapa del manto de chakra!—exclamó el rubio poniéndose en pie.

—Yo no sé hacer ni eso...—dijo Gaara incómodo, mientras que los demás lo miraron incómodos.

Ni podrás... A diferencia de ellos, necesito estar en mi forma completa para usar ese poder, no tenemos una versión de nosotros como el manto de chakra, solo el recubrimiento de arena—admitió Shukaku desde su interior.

—En serio eres el Biju más cutre...

—¡Oye! no es mi culpa que el vegestorio no sepa dividir!

Te están diciendo la verdad, mapache, eres una mierda—burló Kurama.

—¿Tú qué haces aquí, zorro de mierda?

Naruto suspiró, sintiendo un dolor de cabeza.

—En fin... Será mejor que la domine en un par de días... Presiento que será importante —dijo Naruto antes de querer intentarlo de nuevo... Pero algo llamó su atención.

Era un árbol...

—Ese árbol... ¿Siempre estuvo ahí?—preguntó Naruto.

—¿De dónde salió este árbol? Juro que no estaba ahí ayer... ¿Cómo pudo crecer tan rápido?—preguntó Yagura sorprendido.

—No lo sé... Es extraño...—declaró Naruto tocándolo—. Percibo chakra en él... Pero... ¿Es mío?

—Esto es raro... Debe tratarse de Mokuton...—dijo Kurama desconfiado.

—¿Puedo usar Mokuton?

—No... No creo que sea eso...—analizó Kurama.

Naruto estaba a punto de hablar cuando... Sobre su hombro, apareció una araña del tamaño de un gato, a lo que él se volteó curioso.

—¿Eh? ¿Qué ocurre?—preguntó él.

—¡AAHH! ¡¿QUÉ DIABLOS ES ESO?!—exclamó Yagura retrocediendo al ver a la criatura—¡MÁTALA CON FUEGO!

—No, está es una de mis invocaciones!— Exclamó Naruto mientras cubria a la araña.

—Naruto-sama, nuestra monarca Ateha-sama desea verlo— Dijo la araña a lo que Naruto levanto una ceja.

—Paso algo malo? Bien, voy para alla—

Sin más, Naruto desactivo el modo kurama y luego desapareció en un destello naranja junto a la araña.

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A la semana siguiente...

En una cueva lejana, la guarida de Akatsuki...

Madara estaba sentada observando un recipiente líquido. En su interior había un par de ojos con un aspecto peculiar, con patrones de círculos. Se trataba del rinnegan, pero estos ojos tenían un aspecto grisáceo y apagado.

—Pude reconstruir los ojos en sí... Pero parece que su poder no está restaurado. No son diferentes a los ojos de un ciego... Obito Uchiha los dañó demasiado; no puedo arreglarlos más que esto —dijo ella, para luego colocar el recipiente sobre la mesa y guardarlo en un pergamino—. Probablemente deban ser usados de nuevo por su dueño original para que sean restaurados.

—¿Qué piensas hacer? —cuestionó Zetsu.

—Creo que va siendo hora de que empiece la acción... Gracias a Kakuzu y Sasori tenemos información importante: el paradero del Hachibi. Ya esperé mucho tiempo —dijo ella mientras empezaba a caminar hacia la salida.

—¡¿Ya sabías su paradero?! —preguntó Zetsu blanco.

—¿Hace cuánto tenías esa información? —cuestionó Zetsu negro con seriedad.

—Hace tres semanas —dijo ella con calma.

—¡¿Por qué no has hecho nada?!

—Estaba terminando con la reconstrucción del rinnegan. Ustedes lo dijeron, es invaluable... Después de todo, perteneció al verdadero Madara. No podía descuidarlo, es valioso; debo regresárselo cuando lo traiga a la vida —contestó ella, para luego sonreír—. Además, sé muy bien que se trata de una trampa.

—¿Una trampa? —preguntó Zetsu blanco.

—La información fue descubierta gracias a contactos de varias partes... Eran rumores, por lo que era muy sospechoso. Mi intuicon me lo hizo sospechar. Sin mencionar que, a estas alturas, Naruto también obtuvo esa información, pero no ha ido a la isla. De hecho, él sospechó lo mismo que yo: es una trampa... Al contrario, ha estado entrenando para dominar el poder del Kyubi... Esto significa que se prepara para algo grande, probablemente para enfrentar a los demonios. Finalmente, el tonto decidió explotar su potencial —explicó ella.

—¿Cómo sabes todo eso? —cuestionó Zetsu.

—Tú sabes muy bien que no eres mi único espía indetectable, Zetsu. Ya tengo a alguien infiltrado observando para mí, alguien muy confiable. Lo que no sé es dónde ha estado la Hyuga... Desapareció de mi radar hace más de dos meses, aproximadamente tres. Pero a juzgar por lo que ha dicho Naruto mientras entrenaba, me queda claro que ella también está entrenando —comentó la Uchiha con una mano en el mentón.

—Ya veo... Has estado en contacto con el traidor todo este tiempo...

Madara solo sonrió.

—Algo así. ¿En serio creíste que me iba a quedar aquí sentada solo con lo del rinnegan? El enemigo está ahora afuera. Tanto Naruto como los demonios quieren acabar conmigo, no lo dudes; es una guerra entre tres bandos... Y yo seré quien gane...

Finalmente, la mujer caminó tranquila en dirección a la salida.

—Pero bueno, estos cuatro meses desde mi enfrentamiento con Naruto han sido valiosos. No solo he recuperado fuerzas y arreglado el rinnegan, he estado obteniendo información importante sin que ellos se dieran cuenta... El imbécil no se ha dado cuenta de la identidad del traidor, tal y como pensé que no lo lograría. Ahora sé que los demonios tienen un punto débil. Sé que Naruto finalmente decidió hacer nuevos aliados: Tsunade, Jiraiya, Danzo e Itachi Uchiha. Y recién, sé que ya terminó su entrenamiento, tal y como estuve esperando. Va siendo hora de que empiece a moverme; vamos a agitar un poco el avispero.

—¿Qué tienes en mente? —cuestionó Zetsu negro.

—Le prometí a Naruto que yo sería la primera en hacer el siguiente movimiento... Eso haré. Ya les di tiempo de entrenar y ponerse a la altura... Entonces, lo primero será darle un aviso de que iré a la isla... Sea lo que sea que estén haciendo, ellos no quieren que yo me acerque a Bee. Así que van a empezar con la misión, y sé muy bien cómo darles ese aviso, así que... voy a dar un paseo —finalizó ella, colocándose su máscara.

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En el país del río.

Tack!

—¡Vas muy lenta! —exclamó Natsu, quien ahora estaba sosteniendo una espada de madera con la cual detuvo otra del mismo material.

Yugito estaba atacando con frenesí, mientras la asesina se limitaba a bloquear sus ataques.

Técnica del tornado de cortes... —pensó Natsu, apretando la empuñadura de su espada.

—¿Eh? —Yugito abrió los ojos sorprendida mientras apretaba su espada.

La pelirroja empezó a girar a gran velocidad con su espada, dando la sensación de ser un trompo humano...

Tack Tack Tack!

Los golpes de la madera chocando entre sí se podían escuchar. Yugito estaba bloqueando las estocadas del torbellino que iban cerca de ella...

Finalmente, Natsu se detuvo para lanzar una apuñalada al frente.

Yugito rápidamente lanzó una bomba de humo al suelo, después se hizo a un lado mientras lanzaba un corte con su espada directo al costado de la de Natsu.

Crack.

La pelea terminó mientras el humo se disipaba. Natsu solo sonrió; un trozo de madera voló por los aires para finalmente caer al suelo.

—Lo hiciste bien —declaró la pelirroja viendo cómo su espada de madera se había roto, mientras Yugito había colocado su espada de madera en la nuca, como si hubiera estado a punto de darle, pero se hubiera detenido.

—¡Al fin logro ganarle en un duelo! —exclamó Yugito emocionada.

—Sí, has progresado bastante bien, mocosa —dijo Natsu, tirando el trozo de madera al suelo con una sonrisa.

—Bien, ¿ahora qué sigue? ¿Vamos a seguir con la clase de mecánica? La última vez pude hacer las piezas del anillo un poco mejores —dijo Yugito, a lo que Natsu negó con la cabeza.

—No, hoy me demostraste una gran habilidad con la espada... Creo que va siendo hora de que forjes tu propia espada —declaró la pelirroja a un lado de Yugito, antes de darle unas palmadas en la espalda—. Ya te la mereces.

Yugito no pudo evitar sonreír.

—¡Sí!

En eso, Ryomi se asomó por la ventana de la cabaña.

—¡Ya es hora del almuerzo! Hoy hice carne en salsa BBQ, frijolada de cerdo y arroz —dijo la Uzumaki con emoción en su voz.

—¡Es el especial! —exclamó Yugito—. ¡Me pido la olla!

Natsu gruñó.

—Yo quería la olla...

—Lo siento, sensei... Pero usted fue la que dijo que la que la pide primero se la queda —contestó ella en tono de broma.

La asesina no pudo evitar reír levemente ante aquello.

—Está bien.

Finalmente, las dos entraron a la cabaña, que en este punto ya tenía el aspecto de una casa decente bien arreglada, con adornos, muebles y demás.

La asesina, como siempre, al entrar a su hogar no podía evitar desviar la mirada en dirección a una decoración en particular.

Se podía ver un pequeño altar, donde reposaba su katana con su funda. Siempre que entraba a la casa, tenía el impulso de voltear a verla; le causaba un poco de nostalgia...

—Yugito, ven un momento, por favor —dijo la ojiverde mientras se acercaba al altar.

—¿Ocurre algo, sensei? —preguntó curiosa.

Natsu tomó la espada con delicadeza y sin quitar la funda.

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—Interesante arma, hecha de un acero especial y que actualmente es muy difícil de encontrar... Ludorium... También conocido como el metal que siente... Se dice que el filo y la dureza de las armas hechas con este mineral son tan fuertes como la voluntad de su portador. Un mineral demasiado raro... y que pocos han sido capaces de desatar su verdadero potencial, siendo en su mayoría destruidas —comentó Madara mientras examinaba el arma y pasaba uno de sus dedos por la hoja afilada—. Sin duda, esta arma es el vivo reflejo tuyo...

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—La espada adquiere el color dependiendo del corazón de quien la porte. Siempre fue roja cuando la usé... Tal vez porque estaba sedienta de sangre y pensando en dañar... —pensó Natsu, observando la espada, mientras Yugito se acercó.

—¿Algo le pasó a la espada? —cuestionó la aprendiz algo preocupada al ver la mirada perdida de su maestra.

—Yugito, quiero que desenfundes esta espada —dijo la asesina mientras le entregaba el arma.

Yugito estaba curiosa; aún así no rechistó y, de forma elegante, la posicionó en su cintura para luego desenfundarla...

Lo que pudo ver era una espada rota por la mitad, con una hoja de color azul claro, casi blanca. La hoja se veía muy sólida y afilada.

—Creí que tu espada era roja... —comentó ella curiosa.

—Lo era... Pero parece que ahora será de color azul —contestó Natsu mientras Yugito levantaba una ceja—. Esta espada está hecha de un mineral especial que se conecta al corazón de quien la usa. Su dureza y filo dependen de su voluntad. Yo creo que contigo... será irrompible. Su filo se ve mejor que cuando la usaba yo.

Yugito no pudo evitar retroceder al entender lo que decía su maestra.

—P-pero si esta espada e-es de usted. Y-yo...

Natsu solo sonrió antes de colocarle la mano sobre la cabeza.

—La espada nunca fue mía. Solía ser de alguien que quería luchar por los suyos, alguien que se sacrificó aunque no tuviera oportunidad de ganar, todo con tal de que sus seres queridos sobrevivieran. Yo no soy esa persona, soy una retirada —contestó ella con una sonrisa leve—. Tú, por otro lado, aún eres joven, valiente y tienes mucho por lo que luchar. La voluntad que reside en esta arma es como tú.

—Yo... no sé qué decir. E-es importante para ti... Yo no puedo...

La asesina finalmente rió antes de empezar a caminar al comedor.

—No la necesito, por eso pienso que eres la mejor para llevarla. Debes ser sabia, más de lo que yo lo fui —declaró la asesina con seriedad.

—Has cambiado... ¿De qué color será si la usas ahora? —preguntó Yugito, a lo que Natsu solo guardó silencio.

—Ven a comer o me quedaré con la olla.

—¡Oiga!

—Estas dos son un caso —pensó Ryomi burlona.

—Oye, maestra, ¿cómo fue que obtuviste esta espada?... ¿Puedo saber?

—¡Hermana! Yo también quiero saber.

—Ustedes dos sí que son metiches... Pero bueno, eso pasó hace 5 meses. Quedé inconsciente luego de una pelea y desperté en... —empezó a relatar Natsu, mostrando algo de nostalgia.

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Mientras tanto, en la aldea médica.

—Je... No sabía que estas cosas pudieran ser tan divertidas —comentó Shion mientras llenaba algunos juegos de miscelánea en un periódico, en este caso... un sudoku.

Tenia sus pasatiempos despues de todo... Ya no era vista publicamente y habia sido catalogada como fallecida en un accidente, con aquella zona del pais de los demonios que perdio oxigeno.

—Ya puse un 1 aquí... Y si pongo el 4... —pensó ella mientras mordía el borrador de su lápiz.

En eso, la puerta de la guarida se abrió; era Tsunade.

—Shion, ¿ya estás lista para seguir tu entrenamiento de medicina? Tengo algo de tiempo libre ahora.

—¿Eh? Oh, sí... estaría bien —dijo ella, dejando su juego a un lado.

En eso, las dos escucharon algo... un líquido.

El líquido donde estaba Aneko empezó a moverse, y no solo eso, los latidos empezaron a aumentar.

—¿Pero qué...? —pensó Tsunade.

En ese momento, la asesina se levantó de un salto y se lanzó sobre ellas a gran velocidad. Un fuerte estallido se desató en el lugar, desde todas partes de la aldea médica se pudo ver cómo el edificio de la líder había sido destrozado, liberando una gran nube de polvo.

Las personas de la aldea se vieron sorprendidas ante aquello...

Entonces, una vez la nube empezó a disiparse, se pudo ver una figura levantándose... una sombra gigante.

Era un esqueleto humanoide de chakra, de color morado oscuro.

—DEMONIOS! —exclamó Tsunade asombrada. Ella, junto a Shion, ahora mismo estaba en otro techo cercano... mientras que Aneko se encontraba en cuatro patas enfrente de ellas; la asesina había reaccionado antes de que fueran atacadas.

—¿Están bien? —cuestionó la albina respirando pesado, quien mantenía dicha forma: cabello corto y blanco, ojos rojos, piel lisa y pálida, sin garras o colmillos, apenas vistiendo una bata de hospital.

—Ya veo... se despertó al sentir una amenaza... se vio obligada a hacerlo para salvarse... pero aún no está recuperada... —pensó Tsunade seriamente para luego observar al esqueleto de chakra.

—Vaya, así que aún se podía mover. Me impresiona hasta dónde llega el pináculo de la hermandad de asesinos —comentó Madara con una sonrisa mientras observaba cómo su ataque había destruido el laboratorio e incluso había matado a varias personas del edificio y alrededores... pero no había logrado atrapar a quien buscaba.

—¿Madara? —exclamó Tsunade preocupada al ver a la Akatsuki.

—Qué mal momento... esta mujer... es aterradora... es muy peligrosa, puedo sentirlo —pensó Aneko, observando sus manos y luego a Madara.

—Bien... sería divertido tardarme un poco, pero tengo prisa... así que me llevaré a la sacerdotisa. Agradeceré si te retiras y me permites acabar con la bestia —declaró Madara antes de lanzarse a por Shion.

—¡No lo permitiré! —exclamó Tsunade mientras saltaba para darle un puñetazo al Susanoo. Sin embargo, para su sorpresa, este desapareció, al igual que Madara, quien en un parpadeo estaba junto a Shion.

—Tú vienes conmigo.

—¡No! ¡Aléjate! —exclamó ella.

Aneko en su estado se lanzó rápidamente a atacar con su puño, pero Madara atrapó fácilmente su mano.

—Tu estado es lamentable, aún así podrías derrotar a muchos en ese estado, pero no a mí. Y para mí eres una amenaza... así que gracias por dejarme esto tan fácil —dicho esto, Madara creó un Rasengan de color morado con su mano y lo estampó en el pecho de la asesina, quien terminó escupiendo sangre.

Una fuerte explosión se desató, mientras que Aneko salió disparada atravesando un edificio, para luego caer al suelo formando un pequeño cráter.

En serio... mal momento —pensó Aneko colocándose en pie con dificultad.

—No sé si esa herida baste... deberías tener un agujero en el estómago ahora mismo, pero tu resistencia es formidable —declaró Madara, quien había aparecido en un parpadeo junto a ella, mientras que un clon agarraba la muñeca de Shion.

—¡Infeliz! —Tsunade retrocedió para atacar nuevamente con una patada de guillotina al clon, pero Madara simplemente desapareció en un parpadeo junto a Shion.

La sannin de las babosas se volteó a un lado, notando que allí estaba Madara con Shion inconsciente en su hombro.

—Vine por esta chica, será mi arma contra los demonios... mejor deberías preocuparte por la otra, no creas que yo la dejaré vivir —sin más, desapareció en un borrón de velocidad.

—¡Ugh! —Tsunade recibió una potente patada en el estómago que la mandó a volar una gran distancia, cayendo lejos del lugar, mientras que el clon de Madara desaparecía junto a Shion.

—¡Mierda, mierda! —Tsunade se levantó adolorida, mirando en dirección al edificio.

En el otro lado de la ciudad, se podía ver cómo Aneko fue lanzada varios metros atrás, estaba llena de heridas.

—La mujer que mató un demonio usando solo su fuerza... serías útil, pero yo sé que no podría controlarte, y matarte para usar tu cadáver y revivirlo suena tentador... pero no creo que sea una opción dado cómo funcionas. Tal vez deba arrancarte el alma para que algo así funcione —comentó Madara, estando a 10 metros.

—¿Qué? —Aneko rápidamente colocó su antebrazo al frente, recibiendo un potente golpe que resonó... pero Madara seguía en su sitio sin haberse movido—. ¿Qué es esta cosa?... ¿Es invisible a los ojos?

La asesina empezó a bloquear varios ataques más, incluso lanzo golpes ella misma pero no le daban a nada, era como si peleara con alguien invisible, con todos sus golpes terminaba retrocediendo y siendo lastimada, incluso recibiendo lo que parecía un puñetazo en el estómago que le sacó el aire.

—Tus sentidos son admirables, y pensar que puedes percibir mi jutsu, invisible para los seres normales... tu resistencia, regeneración y capacidad de adaptación... eso te convierte en una gran amenaza. No me queda de otra, destruiré tu cuerpo en pedazos, luego te reduciré a cenizas... eso debería bastar.

—¡Eh!

Aneko solo pudo ver cómo Madara se lanzó a atacar directamente, esto con una estaca de metal oscuro y afilado, lanzando una apuñalada.

—¡No me debo dejar tocar por esa estaca! —pensó Aneko, agachándose tan rápido como pudo. Luego lanzó una patada baja directo a la rodilla de Madara.

*Clank*

—¿Uh? —Aneko vio sorprendida.

—Quién lo diría... supongo que esta es la razón por la que conservas la baja estatura, te hace un blanco difícil... pero no creas que puedes tocarme —Madara se había cubierto con las costillas del Susanoo, de aquel color morado oscuro; la patada no había hecho nada.

En eso, Aneko sintió sus sentidos al máximo, pero su cuerpo no se movió a tiempo; un estruendo de la carne siendo atravesada y los huesos rompiéndose se liberó.

Ahora, Aneko estaba en el aire, con una espada de energía atravesando su abdomen de lado a lado, dicha espada sostenida por un brazo esquelético gigante.

—Muere, bestia —declaró Madara mientras que Aneko dejaba escapar una mirada preocupada.

—¡Su aura ha cambiado!... Percibo... —los pensamientos de Aneko fueron interrumpidos cuando la espada salió de su cuerpo; paso seguido, sintió un dolor inmenso...

Ahora había sido partida por la mitad, separando su cadera y piernas de su torso. Seguido a eso, Madara lanzó otro corte rápido con la espada del Susanoo, esta vez partiendo diagonalmente desde el hombro hasta la cintura, separando una vez más el cuerpo de la albina, quien terminó por escupir sangre.

—¡Ugh! —Aneko observó cómo la espada ahora se levantaba de forma vertical, a lo que Madara no dijo nada y simplemente lanzó un corte, partiendo a la mitad la cabeza, torso y piernas que aún seguían en el aire.

—Estilo de fuego, gran aniquilación de fuego —sin más, la mujer liberó una poderosa llamarada, la cual cubrió por completo a la asesina, destruyendo gran parte de la aldea médica y el bosque que había en el alcance.

Una vez se terminó... lo único que había era una gran zona llena de ceniza y en llamas.

Eso debería bastar. Sé que es resistente al fuego, incluso enfrentó a un demonio de dicho elemento, pero en su estado actual ni siquiera tenía una décima parte de la fuerza que tenía en aquel entonces —pensó Madara antes de desaparecer en un parpadeo.

Tsunade, por su lado, bajó de un edificio cercano solo para ver lo que había ocurrido. La sannin rápidamente intentó buscar a Aneko entre la zona quemada, solo para ver que no había rastro de ella...

En un intento desesperado,  ella rápidamente invoco a Katsuyu.

—Tsunade-sama... Que ocurre?— Pregunto la babosa al notar la angustia de su un invocadora

—Rapido Katsuyu... Necesito que le digas a Jiraiya que tenemos un problema, que se comunique con los muchachos! Madara estuvo aquí, fuimos atacadas!—

—Si señora!—

—Y también dividete, quiero que te unas a los heridos por este atentado... Y manda más partes para que busquen entre los escombros... Cualquier rastro de Aneko—

Sin embargo... La sannin no se había percatado de algo.

En lo alto de un árbol alejado de la aldea, se encontraba una figura misteriosa... Vistiendo una túnica negra, piel blanca apenas visible, capucha y con una máscara de madera blanca.

—Asi que aquí está, el poder para acabar con los demonios... Este lugar es peculiar, no existía algo parecido antes— Declaró la figura mientras observaba la aldea medica.

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En la cueva de Akatsuki.

—¿Quién es esa mujer?— preguntó Zetsu Negro al ver cómo Madara la había traído.

—Ella es la clave para derrotar a los demonios. Tiene poderes sagrados capaces de causarles daño incluso con solo tocarla. Según los relatos de Naruto, con su chakra fue capaz de potenciar el de él para contrarrestar la barrera espacio-tiempo del demonio más poderoso— contestó Madara antes de dejarla en el suelo. —Ahora que la tengo, Naruto sabrá que no es momento de juegos... Irá a la Isla Tortuga por el Hachibi, tal y como quieren los Ocultos... Y no solo eso, él pretenderá encontrarme allí para recuperar a Shion—

—Entonces, ¿atacarás primero a los demonios?...

—No, dejaré que pase algo de tiempo... No iré aún, deja que ellos vayan primero. Tengo un plan; de momento, solo enviaremos a nuestro explorador— dicho esto, hizo algunos sellos manuales...

Allí apareció Deidara.

—¿Qué necesitas, Madara-sama?— preguntó él con una sonrisa.

—Vuela hasta el mar, quiero que busques en las coordenadas que te daré... Cuando encuentres una isla móvil, mantente cerca pero no demasiado. Tenemos que estar seguros de cuándo será el momento para atacar— declaró la mujer.

En eso, ella tomó una pequeña semilla de madera y se la lanzó a Deidara, quien la atrapó.

—Estaremos en contacto—

—Sí... Jeje... Pero, por favor, dígame que podré practicar mi arte cuando el momento llegue — contestó él con una sonrisa.

—Ya tendrás tiempo para eso... Será mejor que lleves una buena cantidad de arcilla. Créeme que será una obra de arte, una que cambiará la historia y llevará al cambio de la humanidad— contestó ella con una sonrisa.

Finalmente, Deidara arrojó un ave de arcilla al suelo, esta creció para que después él se subiera a la espalda y emprendiera vuelo.

—Ya va siendo hora de que empiece la verdadera diversión—

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En la guarida de Orochimaru.

—¿Pero qué?...— El sannin se vio sorprendido, estaba solo en la guarida...

Él estaba viendo el cilindro de cristal, donde reposaba su creación... En este punto, tenía el aspecto de 8 meses de edad biológica. Su cabello era largo hasta la espalda y completamente oscuro; su piel era albina y tenía algunas marcas como de escamas de serpiente.

Ella tenía los ojos abiertos mirando hacia la nada, completamente verdes con las pupilas alargadas. Se podía ver que ya tenía dientes, los cuales eran una fila completamente afilada... También tenía garras afiladas.

Lo que perturbaba al Sannin es que la criatura estaba empezando a moverse de forma brusca.

—Algo pasa...— Pensó Orochimaru frunciendo el ceño —Parece que algo le molesta... En estos meses no se había movido nada... De repente ha empezado a hacerlo...—

El sannin cruzó los brazos antes de mirar su laboratorio.

Kabuto y el Raikage aún no regresan... No han traído los restos del Shinigami...— Pensó Orochimaru algo molesto.

Después de algún rato, la criatura finalmente dejó de moverse... Quedando en completo silencio y calma nuevamente.

Aun le falta mucho para terminar su desarrollo...— Pensó el sannin.

En un lugar del bosque lejano a la aldea médica.

—¡Ach!...

Se podía escuchar una respiración pesada, acompañada de unos pasos débiles, mientras una figura caminaba desnuda entre la vegetación.

—Debo... Recuperarme...— La voz seguía caminando. Se podía ver cómo su cuerpo, totalmente albino, estaba cubierto en llamas mientras avanzaba... Pero el fuego no parecía quemarla en absoluto. De hecho, parecía como si ni siquiera lo sintiera, a pesar de que cubría su cuerpo.

Se trataba de Aneko, quien lucía agotada y exhausta, apenas pudiendo moverse con esas llamas sobre ella.

—No... No puedo regresar a la aldea médica... Madara... Ya sabía que yo estaba ahí... Si vuelvo... Haré que regrese, no puedo poner a la gente en peligro... Debo alejarme— Pensó ella apoyándose en un árbol.

La albina se miró a sí misma, notando cómo emitía calor y su cuerpo estaba en llamas, pero lejos de ser doloroso o peligroso, era reconfortante por alguna razón.

—¡ERES UN MONSTRUO ORBA!—

—¡DEMONIO!—

—¡ES DIVERTIDO VER CÓMO SIEMPRE TE RECUPERAS!—

—¡SOY EL FUEGO!—

**************************************

—¿Esta chica... Es una Jinghoul o un demonio?— preguntó Shion con seriedad.

—¿Una Jinghoul?...— preguntó Hinata, pues no había escuchado el término; era poco conocido realmente.

—Una reencarnación demoníaca, una persona como Yumi, cuya alma está ligada a la de un demonio... Esta chica emana poder demoníaco...— aclaró Shion, a lo que Naruto se llevó una mano al mentón.

—No lo sé... Pero hasta ahora, incluso cuando se enfrentó a nosotros, demostró que simplemente era una humana con capacidades llevadas al límite. No creo que lo sea...— dijo Naruto, aunque parecía dudar.

—Tampoco lo creo, nosotros los asesinos en cierto grado llevamos a despertar cualidades similares a ella, solo que ella lo llevó muy lejos... No creo que sea un demonio o algo así...— agregó Hinata.

Shion meditó un momento mientras cerraba sus ojos y veía el aura de la asesina, luego se acercó nuevamente y la tomó de la mano.

Ambas volvieron a brillar, pero finalmente el brillo desapareció.

—No... No puede ser una. Su alma no tiene similitud con la de uno... Su alma es totalmente humana y pura... La energía que ella emana se parece a la de aquel demonio que enfrentaste, pero más neutra... Más bien, parece que su cuerpo está produciendo esa energía por cuenta propia... No sé cómo— aclaró la rubia, con lo cual Naruto suspiró.

**************************************

Podría haber muerto con esos cortes... Pero... Madara cometió un error... Atacó usando fuego— Pensó ella antes de toser, ahora escupiendo sangre. —Aun así... Apenas estoy viva... Solo mis órganos vitales se han restaurado por completo...

Ella siguió caminando por el bosque mientras poco a poco las llamas de su cuerpo desaparecían. Empezó a ver borroso.

Lo siento... Chicos... Esto depende de ustedes... Estoy a punto de desmayarme— pensó ella, dejando de caminar y enfocando su mirada en el bosque.

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De vuelta en la guarida de Akatsuki, Madara se encontraba sin su máscara, ahora vistiendo solamente pantalones ninja, camiseta y sandalias, mientras sostenía un pergamino en su mano.

—Se acerca el momento... En unos cuantos días, nuestra victoria será completada —declaró él mientras caminaba derecho, hasta colocarse frente a un gran tanque de líquido negro.

Admiró a la persona en el interior del tanque antes de suspirar.

—Te odié por mucho tiempo... No creas que olvidaré lo que le hiciste a mi padre, dañaste profundamente a mi madre con tus actos y permisiones, hiciste muchas cosas terribles en vida... Pero eso ya quedó en el pasado. Seguí tu ejemplo después de todo; me demostraste que tus ideales son lo que el mundo necesita, te necesitan a ti... El dios de la paz. Pronto, te traeré a la vida... Tal y como te lo prometí —dicho esto, la mujer abrió el pergamino, dejando ver los ojos Rinnegan en el interior de un recipiente con líquido.

Colocó el recipiente dentro de la cápsula mientras observaba la figura en su interior... Era el auténtico Madara Uchiha, con una edad avanzada y algo de descomposición, pero su cadáver real.

—He vivido muchos años... He visto el horror de este mundo, he visto todo tipo de cosas: dioses, demonios, guerras, leyendas e incluso mundos ajenos al nuestro... He vivido ocultándome. Ante el mundo, no existo... Pero va llegando el momento de que el mundo entero me vea por quien soy realmente y lo que haré—

La mujer le dio la espalda mientras se colocaba la bata de Akatsuki y la máscara. Su Sharingan se iluminó intensamente en rojo, mostrando que sus dos ojos tenían el Mangekyou Sharingan, pero con un patrón diferente; luego, ambos cambiaron, adoptando la forma de un espiral rojo con líneas negras.

—Estas máscaras que traigo puestas dejarán de existir, todos van a conocerme, ya no hay necesidad de más secretos, porque he ganado esta guerra antes de que siquiera comenzara. Voy a cosechar lo que he estado cultivando todos estos años... Pelearé una última vez usando estas absurdas máscaras, luego te traeré de entre los muertos. Juntos traeremos la verdadera paz a este mundo, tal y como lo planeamos—

La mujer comenzó a caminar hacia la salida, su mirada seria, la emoción bajo la máscara había desaparecido mientras un aura morada la envolvía y sus ojos destellaban con ese color.

—Nos veremos pronto, abuelo...

Fin Capítulo 80

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