78 [El pasado]
Naruto caminó con calma en medio de la oscura cueva, apenas había algo de luz natural entrando allí.... Puesto que la cueva estaba en la parte más baja de una montaña.
—Estoy seguro de que es el lugar... Puedo percibir una gran cantidad de energía natural aquí... Hay seres de gran tamaño viviendo en este lugar, en lo más profundo de la cueva e incluso en las paredes a mi alrededor...— Pensó el Jinchuriki mientras cada vez más, el camino se hacía más y más oscuro.
Podía sentir una sensación incómoda, como si lo observaran fijamente por todas partes...
Apenas podía escuchar sus propios pasos en medio de aquella cueva, pero... Si se fijaba con extremo cuidado en sus oídos, podía percibir leves sonidos, como si algo se arrastrara rápidamente por las paredes, como un cascarón; era un sonido que le erizaba la piel.
—Je... Esta cueva no es apta para aracnofóbicos— Dijo Naruto en voz alta mientras sus ojos se acostumbraban por completo; ahora observaba con gran cuidado cómo la poca luz que entraba parecía reflejarse en pequeñas superficies... Eran ojos.
Finalmente, Naruto extendió su mano y creó un Rasengan... Una luz se desató, iluminando un poco más la cueva... Ahora podía ver más.
Había centenares de arañas gigantes rodeándolo, todas con un pelaje oscuro y abundante; el suelo estaba cubierto de una sustancia pegajosa al igual que las paredes, y el aire en aquel lugar tenía una tonalidad morada.
—eh... ¿Hola?— Preguntó Naruto algo incómodo mientras las arañas, ahora visibles, empezaron a caminar... Todas ellas medían al menos 3 o 5 metros de envergadura.
Naruto se quedó completamente quieto mientras ellas lo rodeaban y se limitaban a observarlo; entonces, un fuerte temblor hizo que Naruto mirara al frente...
Allí, una araña de mayor tamaño, al menos 15 metros de envergadura, se hizo presente; era la más grande de todas, por una enorme diferencia...
—Humano, ¿cómo te atreves a invadir nuestro territorio? Noté que sabías lo que era esta cueva antes de entrar. ¿Qué buscas?— Cuestionó aquella criatura... Su voz era como la de una mujer adulta, con un aspecto como de ultratumba; lo más perturbador era que ella no parecía mover su "boca" al hablar, simplemente parecía mirarlo... De hecho, se sentía como si lo que ella decía fuera a su mente de forma directa.
—Me presento, mi nombre es Naruto Uzumaki. He venido porque escuché los rumores sobre ustedes, sobre su poder y sobre la seda de la cueva Õgumo... Me gustaría convertirme en su aliado y ser su invocador— Declaró el Jinchuriki con calma, mirando a los ojos a la criatura.
La araña parecía observarlo mientras sus colmillos se movían levemente; aquella mirada no parecía ser como la suya ni la de otras criaturas, parecía distinta, era como si lo viera directo al alma.
—Eres alguien muy valiente o muy estúpido para pedir nuestra ayuda— Declaró el arácnido. —¿Por qué deberíamos ser tus aliados?—
—Busco su ayuda para detener un mal mayor. El destino del mundo depende de mí y de mis amigos. Lo que trato de hacer es por el bien de todos, por eso pido su ayuda... Además, necesito la seda especial de ustedes, es importante...— Contestó el rubio.
—Nosotros, los arácnidos, no sentimos empatía, no nos interesa el bien o el mal, no nos interesan tus objetivos. Me temo que no entendiste mi pregunta— Declaró ella. —Déjame ponerte las cosas claras...—
Naruto observó cómo la araña se colocaba más cerca de él, dejando su cabeza a centímetros de él, pudiendo ver sus ojos cristalinos oscuros de frente...
—Toda criatura viva que entra a esta cueva solo tiene un camino: servirnos de una u otra forma, o morir como nuestra comida, o darnos una ofrenda a cambio de su vida o de lo que están buscando en cuestión— Declaró la araña con frialdad.
—¿Ofrenda? ¿A qué se refieren?— Contestó Naruto confundido.
—Las arañas somos seres atípicos, no empatizamos con las causas de otras criaturas, ni nos interesan sus motivaciones... Todos ustedes no son más que nuestras presas. Pero no somos estúpidas... Sabemos que hay sujetos que pueden ofrecernos un intercambio, algo valioso a cambio de nuestra cooperación. Pero te lo advierto, muy pocas personas han logrado llegar a un acuerdo con nosotras— Comentó la araña mientras sus colmillos chasqueaban entre sí.
—Ya veo... Así que esa es la verdadera razón por la que es difícil que alguien logre una alianza con ellas...— Pensó Naruto mientras miraba su entorno.
El clon meditó un momento mientras la araña se acercaba un poco más.
—Y bien, ¿humano? ¿Tienes algo que ofrecer? ¿O te comemos? Puedo percibir una gran cantidad de energía natural en tu interior, y esa es justo nuestra comida favorita— Dijo el artrópodo mientras las arañas de alrededor empezaban a mover sus colmillos.
Naruto meditó un momento...
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—He oído que aquellos que logran ganarse el respeto de esas arañas, se les otorga no solo el permiso de invocarlas, sino también el beneficio de usar su seda especial para fabricar prendas... Es más resistente que cualquier acero, ligera, flexible, e incluso soporta temperaturas extremas. Creo que incluso tiene otras propiedades, pero suenan muy irreales, después de todo, es una leyenda... No conozco a nadie que haya obtenido ese contrato— explicó Shima.
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—¿Ganarme su respeto?... Lo que me dijo Shima es más un rumor que una realidad... Ya que si son seres apáticos que solo buscan algo a cambio, dudo que respeten a cualquiera...— Pensó el rubio, tratando de idear un plan...
Naruto sonrió mientras dejaba escapar su espíritu de lucha y parte del chakra de Kurama; sus ojos se tornaron de un tono rojizo con pupilas en forma de cruz.
—¿Y si mi propuesta es no destruirlas a todas ustedes? Les advierto, ¡puedo volar esta cueva con todas ustedes!— Amenazó Naruto, mostrando su lado más imponente.
Las arañas no parecieron inmutarse ante aquella amenaza; simplemente se miraron unas a otras mientras Naruto dejaba que una gota de sudor frío bajara por su frente.
Finalmente, la araña mayor habló.
—Usas Senjutsu; toda la cueva está cubierta con nuestra red especial, más resistente que el acero y con propiedades que absorben gran cantidad de energía natural con la que nos alimentamos... No podrías destruirla con el poder que percibo en ti.— Contestó la araña con tranquilidad. —E incluso si usas ese poder enorme que percibo en tu interior... ¿Qué ganarías? Si logras matarnos a todas o destruir la cueva, no vas a obtener nada, te irás con las manos vacías... Además, percibo que tu amenaza no es acorde a tu aura, no lo haras—
Naruto sintió una gran gota de sudor bajando por su frente mientras un gesto de incredulidad se dibujaba en su rostro.
—Vaya que son apáticas... Ni siquiera les di un poco de miedo... Sin duda los artrópodos son demasiado extraños...— Pensó Naruto para sí.
—Tienes 5 minutos, ofrece algo o muere...— Declaró la criatura.
—Mierda... ¿Qué podría yo ofrecerle a una colmena entera de arañas gigantes?... ¿Oro? No, ¿para qué les serviría eso?... ¿Protección? Bah... Ellas están bien ocultas y tienen razón, nadie gana nada con exterminarlas... Por lo que me dicen, lo que les interesa es la comida... Pero se alimentan de energía natural y otras criaturas...— Naruto pensó con seriedad.
Claramente, solo podía ofrecerles algo que pudiera alimentarlas, pero... Claramente debía ser valioso para toda la madriguera, no bastaba con una pequeña cosa...
Finalmente, la mirada del rubio se posó sobre las telarañas.
—Bien, respóndanme algo... ¿Esa seda puede adquirir propiedades de lo que ustedes consumen?— Preguntó el Jinchuriki, a lo que la araña madre respondió.
—Así es, eres muy listo para darte cuenta... Por esa razón posee propiedades que tienen que ver con la energía natural, además de poseer propiedades de algunos minerales presentes en las criaturas que cazamos— Explicó ella, a lo que Naruto asintió.
—Ya veo...— Pensó el rubio antes de mirar a Kurama.
—Ni me mires con esa cara, ni siquiera sabes si gusten de eso...— Dijo el zorro con una vena hinchada en la cabeza.
—Oigan, ¿y no les apetece comer algo de energía de una bestia con cola? Podría fortalecer sus telarañas en gran medida, y es un chakra muy denso— Propuso Naruto, mientras Kurama lo fulminaba con la mirada.
—No nos interesa, el chakra de esas criaturas está cargado de emociones e incluso es corrosivo, en especial el que traes contigo.— Aclaró la araña. —Te quedan 2 minutos—
Naruto sudó frío mientras las arañas a su alrededor empezaban a avanzar en dirección a él.
—Piensa... Piensa...— El rubio miró en todas direcciones, mientras trataba de meditar una propuesta útil...
—1 minuto...—
—¡Esperen! Tengo algo, sé una forma de hacer que sus telarañas tengan mejor absorción de la energía natural— Exclamó el Jinchuriki, a lo que la araña, por primera vez, pareció interesada.
—No mientes... Pero, ¿por qué crees que necesitamos más energía natural? Este es un punto lleno de ella, y nuestras telarañas ya absorben energía— Habló la criatura, a lo que Naruto sonrió.
—Puedo percibirlo... Aquí, hay arañas viejas... Muchas ni siquiera alcanzan un tamaño adecuado, a diferencia de ti, la líder... Esto puede ser porque no hay suficiente alimento para que todas crezcan así... Percibo que esta cueva es enorme, una extensión de kilómetros, donde la energía natural es abundante; perfectamente podrían ser todas de tu tamaño y sobraría espacio... Pero, no crecen así, ya que aunque sus telarañas están por todas partes, éstas no absorben tanta energía natural como ustedes lo requieren... Esto, a pesar de que esta zona tiene mucha energía... Conozco algo que podría hacer que sus telarañas tengan propiedades más poderosas para absorber la energía natural, me atrevo a decir que hasta 10 veces más— Explicó Naruto, a lo que todas las arañas miraron a su líder...
Naruto sonrió con confianza, pues ya se había acabado el tiempo, pero ninguna de las criaturas se lanzó a atacarlo ni parecía tener el interés de hacerlo... De hecho, el ambiente hostil había desaparecido.
—Las arañas podemos percibir el aura de las personas, no vemos como el resto de los animales, no vemos el espectro de luz; nosotras vemos directamente tu aura, ignoramos tu edad, sexo, olor, o cualquier atributo... Has sido inteligente, te diste cuenta de lo que ocurre en nuestro nido. Y a juzgar por tu aura al momento de hacer tu propuesta, sé que no mientes— Expuso la araña.
Naruto sonrió; sabía exactamente qué darles, a lo que la araña, ahora con un tono más amable, habló nuevamente.
—Si tu propuesta es como dices y es capaz de ayudarnos a absorber más energía natural, sería un cambio drástico para futuras generaciones, siglos de hecho... Por lo tanto, sería lo suficientemente valioso para que prestemos nuestro servicio... Y te lo aclaro, las arañas no somos capaces de mentir, nuestra naturaleza no lo requiere. Trae tu ofrenda— Dijo la araña, a lo que Naruto asintió.
—Denme un momento...— Él desapareció en un destello naranja.
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—¡NI HABLAR!— Exclamó Fukasaku molesto.
—¡Chico, ¿cómo te atreviste a ofrecerles algo así!?— Agregó Shima, golpeándose la cara.
—Vamos... Solo será un poco, además es por una buena causa— Comentó Naruto gigante mientras se arrodillaba.
—El aceite del monte Myoboku es nuestro mayor tesoro y sagrado de paso. Único en su tipo, ningún otro clan animal tiene algo parecido... Además, ¿eres estúpido? ¿Sabes que ese aceite se evapora una vez que sale de aquí, debido al clima de este sitio?—
—¡Lo sé! Pero hablo en serio, esto es por el bien del mundo entero... Necesitamos aliados poderosos para enfrentar a los demonios y a Madara... Solo necesito un poco, además el aceite no se va a evaporar, el clima allá es muy frío y cargado de energía natural, es adecuado... Además, no es como que ellas puedan replicarlo o saber de dónde lo saqué... Simplemente les dará la capacidad de generar una cierta cantidad de telarañas especiales, igual que aquí se genera de manera natural— Aclaró el Jinchuriki.
—Tienes un punto, pero eso no justifica que andes usando algo que no es tuyo como moneda de cambio, ¡niño!... En serio estás loco— Dijo Fukasaku llevándose las manos a la cabeza. —Bien, entonces mejor habla con Gamamaru, nosotros no somos quienes para permitir o negar algo así, aunque ten en cuenta que no estamos nada de acuerdo—
—Bien, hablaré con él— Contestó Naruto.
—Ya verás cómo te dice que no...
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—Sí— Dijo Gamamaru con simpleza, mientras Fukasaku y Shima estaban en shock, mientras Naruto sonreía victorioso.
—¡P-pero Gamamaru-sama, ¿por qué!?— Exclamó Fukasaku muy sorprendido por la repentina decisión del gran sabio.
El sapo de gran tamaño miró a Naruto antes de hablar.
—Naruto Uzumaki... Debes saber algo importante—
—¿Eh?... ¿Qué ocurre?—
—Antes de tu llegada aquí, tuve una premonición... Tengo una profecía para ti— Aclaró el sabio, a lo que Naruto se vio sorprendido...
¿¡¿Más visiones del futuro?!?
—¿De qué se trata?— Preguntó con seriedad.
—La profecía dice lo siguiente... Un terrible cataclismo se acerca, una nueva época de terror vendrá... 4 sombras oscuras acechan al mundo ninja... Y una mujer de gran poder será el heraldo de la perdición. El futuro del mundo ninja está condenado a la desgracia o a la salvacion, eso depende de ti Naruto, tus decisiones son las que darán paso a que esto ocurra o sea evitado... Sigue tu corazón, joven héroe— Declaró el anciano, con algo de miedo en su voz.
—Ya veo... Por eso me dejas llevar el aceite— Concluyó el rubio antes de mirar al suelo.
—Sí... Aún así, ten esto presente Naruto, el destino y el futuro no están escritos aún, yo solo veo cosas que podrían ocurrir como no... Tus decisiones son las que definirán eso— Anunció el sabio mientras Naruto se empezaba a retirar.
—Ya veo... Gracias por la advertencia—
—Por cierto... Desea un feliz cumpleaños de mi parte a tu chica... Debes protegerla, ella es tan importante como tú en esto, ambos cargan el futuro del mundo ninja— Anunció el sapo, mientras Naruto se alejaba; finalmente, él volteó con una sonrisa.
—Je, no necesitas decírmelo.—
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De vuelta a la cueva de las arañas...
Se podía ver cómo Naruto había vuelto a aquel lugar, ahora con un gran barril de madera, este al menos del doble de su estatura y muy ancho, completamente lleno de aceite, que como se esperaba... No se había evaporado ni un poco.
—Esta es mi ofrenda para ustedes— Dijo el Jinchuriki mientras las arañas admiraban con sorpresa aquel recipiente.
—Esta cosa... Es tal cual como la describiste... Es una sustancia muy valiosa, puedo sentir cómo la energía natural de la cueva se alteró ante su presencia...— Contestó la araña suprema.
—Adelante, puedes darle un sorbo si lo deseas— Dijo el Jinchuriki con confianza.
La araña acercó su cabeza al barril totalmente y sumergió sus colmillos en el aceite, empezando a absorber un poco.
—Fascinante... Sus propiedades superaron mis expectativas... La seda que fabricaremos con esto será suficiente para cubrir una buena parte de la cueva... Sin duda, esto es muy valioso—
Naruto sintió cómo la araña chasqueaba los colmillos...
Desde las profundidades de la cueva, una araña de color negro se acercó hasta donde estaba Naruto, y dejó caer un pergamino, el cual se abrió.
—Este es nuestro contrato de invocación, puedes firmarlo, a partir de ahora somos tus aliados— Declaró la araña.
—¡Bien!— Naruto vio emocionado el pergamino, notando algo particular... Solo había dos firmas y el pergamino apenas estaba comenzado...
Había visto otros contratos, pero ninguno como este... El de los sapos, por ejemplo, tenía decenas de firmas, esto antes de la suya... solo que permanecía enrollado apenas mostrando las últimas... Pero este pergamino apenas estaba en sus primeras firmas... Y las dos anteriores estaban tachadas...
—Ukiti Utanari... Y Oniketsu Kiramane— Naruto vio con curiosidad aquellos nombres... Pero, lo que más le llamaba la atención era el segundo, tenía el mismo apellido que Natsu... —¿Solo han tenido dos aliados?...
—Así es...— Contestó con simpleza la araña mientras bebía algo del aceite.
—Este tal Oniketsu... ¿Quién era? Su apellido... Me es familiar— Aclaró Naruto, a lo que la araña solo contestó.
—Era un humano aterrador, aunque no sabría decirte si el término "humano" encaja con ese ser... Él vino con un propósito específico, nuestra tela, pero no era como los demás, su aura estaba cargada de un poder espeluznante.— Dijo la araña, su voz parecía aterrada de solo recordarlo.
—¿Qué clase de ser era?— Preguntó el rubio frunciendo el ceño.
—Su aura cargaba una sed de sangre increíble... Su presencia alteraba la naturaleza a su alrededor... Antes de hacer un trato con nosotras, asesinó a sangre fría a un pelotón de nuestras arañas más grandes, yo era la más pequeña. Ese sujeto mató a nuestra mejor tejedora... Razón por la que nuestra telaraña no volvió a ser lo que era antes... Hasta ahora, gracias a tu ofrenda— Contestó la araña con seriedad —Nuestra seda era mejor absorbiendo energía natural antes, gracias a esa tejedora, por eso tenía arañas más grandes... Pero él las mató, fue en segundos, ni siquiera se movió y muchas fueron destrozadas vivas de la nada, era un completo demonio, creo que fue la única vez en mi vida que sentí miedo real—
Naruto parecía sorprendido y a la vez aterrado.
—Antes dije que no nos interesa el bien o el mal, es verdad... Pero créeme que ese sujeto no era malvado, era macabro y sádico, una máquina de matar, carente de maldad en su corazón... Incluso otros humanos le tenían miedo, según entendí, era temido por todo el mundo... Pero un día simplemente murió y nuestro contrato fue cancelado... le llamaban "Shinigami"—
Naruto solo pudo sentir un fuerte escalofrío recorriendo todo su cuerpo.
—Esto debe ser una broma...— Pensó Naruto, quien no pudo evitar sentir algo de miedo, era una sensación inexplicable... Como si hubiera descubierto algo terrible... Ahora tenía muchas preguntas y dudas en su interior, referentes a aquel sujeto e incluso hacia Natsu, ¿estaban relacionados?
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En la guarida de Orochimaru.
—¿Quién eres tú? ¿Qué es este lugar?— Preguntó el Tercer Raikage observando a Orochimaru.
—Puedes llamarme Orochimaru-sama. Te he traído de vuelta a la vida, solo quiero que respondas algunas preguntas para mí— Contestó el Sannin con una sonrisa.
Tras un mes de búsqueda, finalmente Kabuto había logrado encontrar los restos del Raikage y recuperarlos.
Orochimaru levantó con calma el diario que había traído Kabuto, aquel que tenía la historia de la asesina. A lo que el Raikage leyó el título en la pasta.
—¿¡ESO ES!?—
—Sí, es sobre el experimento Aneko Goremane, la mocosa que sobrevivió al infierno que tú mandaste a crear— Explicó Orochimaru de manera burlesca.
—¿Dónde está ella? ¿Qué pasó? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde mi muerte?— Cuestionó el Raikage amenazante, pero su cuerpo se paralizó por completo tan pronto Orochimaru hizo un sello manual.
—Ella anda por ahí... Está suelta. Por lo visto, ahora es una criminal de alto rango, no recomendada para enfrentar— Declaró el Sannin —Pero eso no importa ahora, quisiera que me des más detalles sobre ella. El libro está incompleto en algunas partes... Y como verás, ahora estoy cultivando células que obtuve de ella, es un súper híbrido que la usa a ella de base—
En esto último, el Sannin señaló el cilindro donde estaba el feto en desarrollo.
—Idiota... Estás jugando con cosas que no entiendes— Declaró el Raikage.
—Tú lo hiciste, e incluso, según estas notas... La dejaste vivir, pero ordenaste contenerla. Si tanto miedo te daba, ¿por qué no la mataste cuando pudiste? Ahora, es mucho más poderosa... Probablemente barrería el suelo contigo. Después de todo, derrotó a un Jinchuriki, y luchó en su estado más débil contra una asesina rango Spartan y una criminal rango S conocida como Shinigami, la cual asesinó a tu hijo. Es irónico que me digas que no juegue con cosas que no entiendo— Burló el Sannin mientras el Raikage apretaba los puños. —Ahora, dime la verdad... ¿Por qué la mantuviste viva?—
El Raikage apretó los labios intentando no hablar, pero el jutsu lo estaba obligando, por lo que al final no pudo callar.
—No la maté porque las primeras veces que la enfrenté... Vi potencial. Ella tenía corazón pero a su vez un gran poder y cero temor. Vi determinación en esa criatura, a su vez sabía ser despiadada y atacar a sus enemigos. Yo siempre fui superior a ella, y ella sabía que no podía ganarme... Pero siempre me atacó hasta que no pudo más, me bastaba un golpe para dejarla fuera de combate, incluso dejaba que me golpeara para medir su capacidad, pero obviamente no podía hacer nada contra mi armadura de rayo... Se ganó mi respeto— Explicó el hombre para luego bajar su cabeza viendo su abdomen.
El suspiro mientras recordaba.
—Tenía la esperanza de que pudiera ser adiestrada, usar todo ese potencial a nuestro favor, hacer que fuera leal a nosotros para que su determinación fuera nuestra... Sería la asesina perfecta... Yo creí que sería la siguiente Shinigami, tal vez incluso superior— Declaró con seriedad.
El Raikage se llevó la mano a su chaleco, y lo bajó levemente, dejando ver su abdomen, donde había una gran cicatriz de unas garras... Eran heridas profundas, parecían haberse quemado.
—En uno de sus intentos de escape, me confié pensando que podía medir su capacidad... Pero, me atacó con más ferocidad que nunca, se movía muy rápido, cubierta de un aura eléctrica propia... No era chakra. Mi armadura de rayo fue anulada por la oposición de energías, y fui herido por sus manos desnudas... Entonces, me di cuenta de que ella nunca cedería completamente a nosotros, cada día era más poderosa, siendo solo una mocosa logró herirme. Si seguía así, llegaría un punto donde podría matarme... Entonces, nuevamente la derroté, pero se aferró a la vida... Me di cuenta de que creé un monstruo, uno que sentía...—
Orochimaru sonrió al pensar en el potencial que podría desarrollar su creación... Pasar de una mocosa débil y enferma, a poder herir a uno de los hombres más poderosos en la historia de su país, era un logro exquisito...
—Entonces, ese día descubrí que el verdadero monstruo era yo... Ella era la víctima, una que se mantuvo firme y aferrada a la vida. La mandé a operar para que dejara de ser peligrosa, pero era imposible... Lo único que se pudo hacer fue un implante cerebral que la mantenía a raya... Olvidando todo. Pedí que solo fuera usada para misiones de baja categoría. Si el implante fuese removido por algún tipo de pelea, volvería a estar en todas sus capacidades... Pensé en cancelar el programa de asesinos, pero desgraciadamente, fui asesinado en la guerra por un pelotón de 3000 ninjas antes de concretar mi decisión...—
El Raikage parecía resignado y sintió culpa por lo que había hecho, pero esos pensamientos se esfumaron cuando Orochimaru empezó a reír.
—Vaya, que eres patético y sentimental... No lo esperaba de ti— Habló el Sannin —Ahora, dime... Mencionaste que pensabas que ella sería la siguiente Shinigami, o que incluso podría superar al anterior... Eso significa que es real, ¿no?—
—El Shinigami es real, su nombre era Oniketsu... El asesino más letal que ha visto la humanidad. Era un genio completo en el arte del asesinato desde muy joven... A la edad de 4 años, demostró un talento para asesinar que nunca vi... Mató a 4 Jōnin de Kumo y 8 asesinos Spartan de primera generación, esto luego de que uno de ellos matara a su madre... Lo hizo sin entrenamiento ni experiencia en batalla, dicen que lo hizo con sus manos... Se necesitaron 14 Spartan para contenerlo y traerlo a la hermandad...— Explicó el viejo recordando la escena del cadáver de esas víctimas.
—Interesante— Admitió Orochimaru.
—Demostró ser alguien físicamente muy fuerte y extremadamente inteligente, un gran talento en el ninjutsu, genjutsu y taijutsu. Su fuerza era abismal para su edad, aprendía con mucha rapidez, tenía una gran bendición genética... A los 13 años, podía acabar con batallones enteros él solo... Su sola presencia en el campo de batalla significaría que nadie saldría vivo, fuera de la aldea que fuera. Ni siquiera los mejores asesinos de alto rango de su generación o la anterior se comparaban a él. Era probablemente un Kage retorcido y sádico... Lo más cercano que vi a él fue la propia Aneko, pero solo en potencial por su capacidad de memoria y descomunal capacidad adaptativa...— Explicó el Raikage dejando ver seriedad en cada palabra.
Tomó un momento antes de agregar.
—El objetivo de los experimentos del doctor Lucius usando niños y sometiéndolos a las peores circunstancias, nació en un intento de recrearlo a él—
—¿Cómo es que pudo morir entonces?— Cuestionó Orochimaru con una mano en el mentón, parecía muy interesado.
—No lo sabemos... Fue encontrado muerto un día en las afueras de la sede de la hermandad. Todo indicó una pelea muy brutal... Su cuerpo estaba lleno de heridas, quemaduras de rayo, su sistema de chakra estaba destrozado al igual que el nervioso, su cerebro destrozado por electricidad y otros órganos más fallaron... Alguien muy poderoso lo mató, un usuario de raiton muy fuerte, probablemente alguien que sabía dónde encontrarlo, alguien con influencia en Kumo... Todo indicó que la pelea fue en alguna zona del bosque de la hermandad, había varios kilómetros de árboles destruidos, tierra chamuscada, y restos de ceniza. Probablemente la pelea duró algún tiempo. Pero al final, él murió y fue dejado en las puertas de la hermandad dentro de una caja de madera —El Raikage parecía algo aterrado al contar aquella historia—. Al final, solo era un joven, uno que alguien más poderoso quería muerto, tal vez lo vieron como una amenaza...
Kabuto y Orochimaru se miraron entre sí. Al parecer, era un misterio sin respuesta. Pero finalmente, Orochimaru sonrió.
—Dime, ¿qué hicieron con el cadáver? —El Sannin desvió su mirada en dirección al feto.
El Raikage estaba aterrado de contestar esa pregunta, pero... No tenía opción.
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Mientras tanto... En la cueva de las arañas.
Naruto había tomado la forma de Hinata, llevando solo un crop top ajustado y calzones, usando el Henge no Jutsu, mientras varias arañas, cada una de unos 4 cm de tamaño, recorrían su cuerpo. Estas arañas tenían una pequeña membrana alrededor, algo parecido a ropa.
—Entonces... ¿Cuánto tardarán en tener esta prenda? —preguntó el Jinchuriki con una sonrisa.
—6 semanas —declaró una de las arañas con calma, mientras parecía tomar las medidas.
—¡Oh, ya veo, eso es b... ¡ESPERA, ¿QUÉ!? ¡6 semanas!? —exclamó sorprendido—. ¡Pero si la necesito en 4 semanas!
La araña mayor habló entonces.
—Nuestra seda tiene propiedades especiales. Una prenda fabricada con este material es capaz de resistir mucho: desde cortes de armas blancas hasta cierto grado de fuego, congelación e incluso una gran variedad de sustancias corrosivas. Son prendas muy ligeras y tienen la capacidad de atraer chakra natural de forma pasiva para autorepararse en caso de sufrir daños —explicó la araña, mientras Naruto suspiraba.
—Pero, ¿por qué tardaría tanto en fabricarse una sola prenda? —cuestionó el rubio.
—Hacer una seda tan fina como esta requiere un gran trabajo por parte de nuestras artesanas, que además se redujeron tras la llegada del Shinigami... Ellas tienen que procesar la telaraña una y otra vez con mucho cuidado, moldearla con técnicas avanzadas de costura basadas en chakra natural, y eliminar impurezas. Cada hilo de esta seda es un proceso delicado. Si no se hace adecuadamente, la prenda podría tener malos olores, no tener sus propiedades autoregenerativas o tenerlas demasiado desarrolladas, lo que causaría deformidades irreparables. Incluso, si la tela no se teje con toda su calidad, podría convertir a su usuario en piedra al exponerlo a demasiada energía natural —explicó la criatura, a lo que Naruto suspiró.
—Lo entiendo... No pasa nada. Estaré atento a que esté lista... —declaró el Jinchuriki—. Por cierto... ¿Pueden hacer que la prenda sea de color negro?
—No.
—¡¿QUÉ?!
—Las arañas no distinguimos colores. Solo vemos a las demás criaturas por su aura y distinguimos nuestro entorno gracias a las vibraciones. No hacemos prendas de colores; esos dependen de la energía natural. Además, esta ropa no se puede manchar, así que no puedes pintarla una vez elaborada —declaró la araña con simpleza.
Naruto suspiró aburrido mientras se frotaba la cara.
—Espero que a mi otro yo le esté yendo mejor...
Al final, Naruto levantó una mano en señal de despedida.
—Bien, les agradezco todo. Por ahora, me voy... —Finalmente, el clon se deshizo en una nube de humo.
Fin del Capítulo 78
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