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75 [La identidad]

Ese mismo día, más tarde....

Naruto y Hinata habían llevado a Itachi hasta la aldea médica, donde le explicaron la situación a Tsunade.

—Ya me está trayendo demasiados pacientes, ¿no creen? —preguntó la mujer de forma sarcástica.

—Lo sentimos... jejeje... —dijo Naruto algo nervioso mientras se frotaba la nuca.

—Bien, no se preocupen —contestó la mujer para luego mirar a Itachi—. Te haré un chequeo médico para ver qué tan grave es tu enfermedad. Tal vez pueda tratarla.

Itachi asintió amable antes de contestar:

—Se lo agradezco, Tsunade-sama. Lamentablemente, la enfermedad en este punto es terminal.

Tsunade solo sonrió:

—Ya veré eso. En dado caso, el tratamiento podría ayudarte a vivir un poco más, al menos hasta el día de la misión.

—Con eso basta —contestó Itachi con amabilidad.

Finalmente, los cuatro voltearon a ver a una persona que los había estado observando en silencio desde que llegaron, aunque Naruto le había pedido un minuto para explicar la situación a Tsunade.

—¿Y bien?... ¿Ahora sí me van a explicar qué rayos ocurre? —preguntó Shion, quien se veía algo cautelosa.

Tsunade solo volteó a ver a Itachi antes de hacerle una seña.

—Acompáñame, vamos a tus exámenes. Dejemos que ellos hablen a solas.

Itachi asintió y ambos se retiraron del lugar.

—Oh, sí... Lo siento, ahora sí podemos hablar contigo... —dijo Naruto frotándose la nuca—. La vez pasada nos conocimos en una situación difícil. Tú eres la sagrada sacerdotisa Shion, ¿verdad?

Shion solo suspiró antes de contestar:

—Así es, tú claramente eres Naruto Uzumaki... Y ella es Hinata Hyuga.

—Veo que en verdad nos conoces... —comentó Hinata.

—Más de lo que creen...

Naruto suspiró antes de cruzarse de brazos.

—Creo que lo suponía. Después de todo, cuando te conocí me llamaste por mi nombre... En fin, iré directo al grano ya que pareces entender muchas cosas que nosotros no... Hace unos días, cuando tú y yo nos encontramos, dijiste varias cosas que llamaron mi atención —comentó Naruto, a lo que Shion asintió.

—¿Qué cosas especialmente?

—Primero, me llamaste por mi nombre... Realmente nunca nos habíamos visto antes, pero parecías familiarizada... Luego me dijiste que moriría... Luego, dijiste que aquel tipo que nos atacó era un yokai. Finalmente, mencionaste a una chica de las estrellas que usó tus poderes para causar la destrucción de una cueva o algo así —contestó Naruto, a lo que Shion meditó un momento.

Los dos fugitivos miraron con cautela a la sacerdotisa, quien finalmente contestó:

—Verán... Hace algunas semanas, una mujer llamada Yumi me visitó en mi palacio... Ella venía a pedirme un favor, pero primero me habló del multiverso y de cómo este mundo era lo que ella describía como una anomalía... También, me habló de una maldición que tenía —contestó Shion tratando de resumir lo más importante, pero a su vez se detuvo para ver si alguno de ellos preguntaba algo.

—¿Una maldición, dices? —preguntó Hinata intrigada.

—Sí... Al parecer, ella tiene... o tenía, la capacidad de renacer en otros mundos alternos, conservando sus recuerdos de vidas anteriores en su subconsciente, y no solo recuerdos, conciencias... Las cuales se atormentaban entre sí, aun si ella no era consciente de su existencia, lo cual sería capaz si desbloqueaba su poder... Ella en este punto había vivido decenas de vidas, por no decir miles o tal vez millones. Me dijo que en esta dimensión, por fin era libre de tomar decisiones y tenía todas sus conciencias y recuerdos... Estaba atormentada, quería acabar con ese ciclo, ya que había vivido eones de años mentales pasando por toda clase de horrores del multiverso —explicó Shion, a lo que tanto Naruto como Hinata quedaron algo impactados.

Era algo muy extraño... Pero, teniendo en cuenta de dónde ellos venían, no tanto. ¿Una persona maldita a vivir y morir toda clase de vidas?

Esto trajo muchas incógnitas... ¿Qué pasaría si alguno de ellos moría? ¿Se iban a ir a otra dimensión y empezar de cero? ¿Seguirían juntos en dado caso? ¿Iba a pasar esto por siempre hasta que sus mentes ya no fueran capaces de soportar?

Esto era un poco aterrador, por no decir que le quitaba cualquier valor a sus vidas...

Yumi... —pensó Hinata con algo de pena.

Naruto suspiró antes de hablarle a Shion.

—¿Quién la maldijo?... ¿Sabes de dónde vino tal cosa tan horrible? —cuestionó el Jinchuriki, a lo que Shion contestó.

—Ella era una Jinghoul, lo que es básicamente una persona cuya alma está fusionada a la de un demonio... Esto ocurrió hace aproximadamente 3000 años, cuando su clan peleó con otro por un poder superior. Según ella, la guerra llevó a su clan casi a la extinción... Pero el líder de aquel entonces fue capaz de crear un demonio en sí mismo, usando el dolor, codicia, odio, resentimiento y partes de los cadáveres de sus compañeros... Solía ser un demonio débil, pero ya que estaba conectado a la muerte, tenía algún vínculo con el multiverso, lo que le permitía transportar energía desde ellos hasta este...— Ante aquella respuesta, Hinata rápidamente unió cabos.

—La capacidad de recargar el chakra...— comentó ella.

—Así es... También, le otorgó al portador del demonio la capacidad de asimilar las habilidades sanguíneas al beber una pizca de la sangre de quien fuera, la capacidad de renacer indefinidamente entre dimensiones y conservar sus recuerdos y consciencia, pero sellados hasta cierto punto. Cada vez que obtenía el poder demoníaco, despertaba esos recuerdos y consciencias,— explicó Shion, haciendo que los fugitivos entendieran lo amplio que era el asunto.

Yumi era la reencarnación de una de las tantas vidas de aquel líder... Al parecer, él renacía en toda clase de mundos, aunque en muchos no tenía la capacidad de recordar nada debido a la nula energía demoníaca, había estado pasando por este ciclo quién sabe cuántas veces. Su mente debería estar destrozada.

Hinata y Naruto se miraron el uno al otro.

—Dime, Shion... ¿Cómo es que ella despertó el poder demoníaco aquí?— Cuestionó Naruto.

Shion meditó un momento antes de contestar.

—Me dijo que ocurrió hace 3 años, cuando ustedes se fueron de la aldea... Antes de los exámenes Chunin, obtuvo una reliquia familiar, un orbe metálico, que contenía en su interior los restos del cuerpo físico del demonio que su clan creó hace 3000 años. Luego de que ustedes se fueran, ese poder se manifestó y tuvo visiones de este mundo. Al parecer... ha estado en variantes del mismo,— declaró Shion, con lo cual Naruto parecía pensativo.

—Ya veo... Dime algo, ¿te dijo algo de nosotros?—

Shion dudó en contestar, pero finalmente lo hizo.

—Sí... Dijo que ustedes al igual que ella, no eran originarios de este mundo, pero tenían un rol importante... No me dijo demasiado, solo algunas cosas mientras viajamos. Solo sé que ustedes no vienen de aquí, pero no sé de dónde son o qué eran antes,—

Naruto se miró a la cara con Hinata, confundidos al respecto.

—Naruto... ¿Recuerdas lo que te dije alguna vez... sobre que tenía la sensación de que no fuimos traídos aquí al azar?... ¿Que parecía algo elegido por alguien?...— Preguntó ella, a lo que Naruto asintió... Recordaba muy bien aquella conversación. Ahora... había una fuerte sensación de que era real.

Naruto miró a Shion antes de preguntarle...

—Dijiste que viajaban, ¿a dónde? ¿Qué favor te pidió?—

—Viajamos a las puertas del Inframundo. Allí estaba sellada el alma de un demonio muy poderoso llamado Moryō, que fue creado por todos los sentimientos malvados de los humanos de este mundo. Él es la razón por la que existo o existe mi familia, para sellarlo si escapa. El plan era sellarlo eternamente con ella misma, para así ambos quedar sellados en un sello irrompible... Así, ella dejaría de estar consciente y de morir, lo que ella describía como su descanso en paz,— concluyó Shion.

—Ya veo... Algo salió mal, ¿verdad?— Preguntó Naruto sin cambiar su semblante.

—Así es... En ese momento, fue la transmisión de esos demonios que se hicieron pasar por ustedes, donde murió el Hokage... Por esa razón, ella perdió el control del ritual... Todo explotó, mis hombres y toda la montaña fueron volados... Yo solo sobreviví por el campo de fuerza que viste aquel día...— comentó Shion mostrando algo de pena por la mujer.

—Eso quiere decir... que debió renacer en otro universo...— habló Hinata, a lo que Shion negó con la cabeza.

—Creo que esta vez no fue así... Ella, antes de morir, estaba gritando con muchas voces... Parecía culparse de muchas cosas de este mundo, haber guiado al Hokage a la muerte, haber manipulado eventos para que ocurriera algo... No sé exactamente a qué se refería, pero parece que desde que despertó sus recuerdos, estuvo cometiendo varias acciones tanto buenas como malvadas guiada por sus consciencias, para que algo importante ocurriera, pero sería imposible para mí saber qué fue lo que hizo o pretendia hacer... También, pude ver cómo todas sus almas salían de su cuerpo y eran absorbidas por un portal, al igual que la de Moryo... Sentí que ese portal iba a... ¿nada?... Es como si hubieran dejado de existir tanto Yumi como Moryo...— explicó Shion, a lo que Naruto apretó los puños.

—Ya veo... Entonces ella realmente fue la traidora— Hablo el rubio

Hinata lo miro esperando a que se explicara, aunque parecia preocupada de lo que fuera a decir.

—Por esto, fue que le dijo nuestro secreto a Madara... Estuvo manipulando los hechos desde hace 3 años, ¿todo para llegar a la muerte de Obito? ¿Pero no se lo resistio? ¿Entonces qué esperaba que pasara? ¿Quién sabe qué más estuvo haciendo, no entiendo cuál sería el objetivo de esas cosas... Al parecer ya descansó, pero a cambio, ¿qué nos dejó? ¿esto era lo que queria que pasara?— El Jinchuriki parecía molesto al mismo tiempo que dolido al saber eso, tenía un fuerte conflicto de sentimientos.

Por una parte, entendía que ella sufría y quería salir de ese dolor... Pero por otra, no podía evitar sentirla como una manipuladora que había estado usándolos a todos.

Hinata estaba dolida por pensar esto, parecia pensativa, finalmente se llevó la mano al mentón tratando de pensar con cabeza fría.

—Madara... Ella consideraba a Obito una amenaza por estar aliado con nosotros... Al parecer, la muerte de Obito fue culpa de eso... A su vez que Yumi decía ser su culpa... ¿Será que algo más grande que ella la guió a hacer esto?... ¿Revelar la verdad a Madara para que Obito muriera y así ella en efecto dominó fallara su ritual, lo que la llevaría a morir definitivamente?...— Cuestionó Hinata, a lo que Shion suspiró.

—Yo... también crei que murió definitivamente o algo parecido. Cuando una persona renace... Su alma se va por sí sola al purgatorio, luego al mundo puro y ahí regresa a completar el ciclo de reencarnación... Pero, ella... su cuerpo fue destruido y su alma viajó a lo que yo no sé... como si dejara de existir...—

Naruto asintió antes de contestar.

—Creo que sé a dónde llegó... Pero, no sabría qué pensar de a dónde fue luego de eso, si dejó de existir o renació de ahi...—

Shion solo suspiró antes de contestar.

—Despues de lo que vi con aquel demonio de cabello blanco, ahora creo... que de alguna forma, renació... o al menos algo de ella,—

—¿Qué?— Los dos fugitivos parecían confundidos.

—El demonio que nos atacó... Percibí una energía muy parecida a la de Yumi, pero no la que conocí en mi templo o la que acompañé... Hablo de la que se fusionó con Moryō... Ese demonio se sentía como si estuviera hecho de eso: almas, agonía, odio, dolor, maldad, esencia humana y energía...— explicó la sacerdotisa, a lo que Naruto empezó a unir cabos.

—¿Estás diciendo que podría haber una relación entre Yumi y los cinco demonios del ocultismo?— Naruto meditó un momento, recordando los exámenes Chunin...

Yumi llevaba un orbe, el cual ahora según Shion era de energía demoníaca...

Por otra parte, en su última misión de la otra vida, vio que el líder de los ocultos era eso mismo, la única diferencia es que tenía un aura morada...

—Mierda... No sé cómo es que eso puede haber pasado, pero tengo la sensación de que Yumi ahora es...—

—¿Qué?—

—Yumi o al menos lo que queda de ella podría ser el líder ocultista, el demonio sin cuerpo que está en una esfera... Kaydō,— dijo Naruto con un semblante serio, mientras Hinata lo miraba con sorpresa y Shion parecía desconcertada.

—Pero... ¿cómo podría ser eso posible?...— Cuestionó Hinata tratando de analizar las cosas...

—Hinata, solo es una teoría... Pero, una esfera con poderes demoníacos, que lidera demonios que tienen un poder similar al de Yumi cuando se fusionó con un demonio más poderoso... Sin mencionar que desapareció en la nada... Todo es muy extraño, solo puedo teorizar, no sé cómo o por qué... Pero tengo la sensación de que estas cosas están relacionadas,—

Finalmente, el Jinchuriki se volteó, fijando su mirada en Aneko, quien dormía sumergida en aquella sustancia.

—Shion... Sé que aún no sabes todo, y probablemente tenga que darte una larga explicación. Pero me gustaría pedirte un favor, ¿podrías curarla a ella?— Preguntó señalando a Aneko. —Es la única persona, por no decir criatura, que ha sido capaz de enfrentar a uno de esos monstruos en una pelea y salir victoriosa... Sus heridas fueron muy graves aún así...—

Shion levantó la mirada observando a la asesina, a lo que su expresión cambió a una de sorpresa.

—¡¿Esa niña?!—

—Eh... No creas que es solo eso... Te sorprendería cómo nos dejó a nosotros dos el mismo día...— Dijo Hinata mientras miraba su brazo izquierdo, el cual tenía totalmente cubierto de vendajes.

—Shion, en esa pelea me demostraste una capacidad de curación más allá de lo que nunca vi, incluso restauraste mi vitalidad. Tal vez tú puedas sanar por completo a Aneko, lo cual te agradecería mucho... Es por un bien mayor— explicó Naruto, a lo que Shion meditó un momento.

—Lo intentaré...—

Ella se levantó con cautela, acercándose junto a los dos fugitivos, y se colocó junto a la enana.

Shion juntó un poco sus manos y las acercó a Aneko hasta colocarlas sobre su pecho.

—Bien...— Entonces, una luz de color lila empezó a brillar en la zona que estaba tocando.

Naruto y Hinata miraron con asombro cómo el cuerpo entero de la asesina era cubierto... Pero para sorpresa de los tres, el aura se desvaneció con un pulso de energía naranja y lila, obligándolos a retroceder.

—I-imposible...— comentó Shion asombrada.

—¿Qué ocurrió?— preguntó Naruto sorprendido mientras veía cómo Aneko desprendía aquella aura naranja por un momento, pero esta finalmente se desvaneció.

—¿Esta chica... Es una Jinghoul o un demonio?— preguntó Shion con seriedad.

—¿Una Jinghoul ?...— preguntó Hinata, pues no había escuchado el término, realmente era poco conocido.

—Una reencarnación demoníaca, una persona como Yumi, que su alma está ligada a la de un demonio... Esta chica emana poder demoníaco...— aclaró Shion, a lo que Naruto se llevó una mano al mentón.

—No lo sé... Pero ella hasta ahora, incluso cuando se enfrentó a nosotros, demostró que simplemente era una humana con capacidades llevadas al límite. No creo que lo sea...— dijo Naruto, aunque parecía dudar.

—Tampoco lo creo, nosotros los asesinos en cierto grado llevamos a despertar cualidades similares a ella, solo que ella lo llevó muy lejos... No creo que sea un demonio o lo otro...— agregó Hinata.

Shion meditó un momento mientras cerraba sus ojos y veía el aura de la asesina, luego se acercó nuevamente y la tomó de la mano.

Ambas volvieron a brillar, pero finalmente el brillo desapareció.

—No... No puede ser una, su alma no tiene similitud a la de uno... Su alma es totalmente humana y pura... La energía que ella emana se parece a la de aquel demonio que enfrentaste, pero más neutra... Más bien, parece que su cuerpo está produciendo esa energía por cuenta propia... No sé cómo— aclaró la rubia, con lo cual Naruto suspiró.

—Ya veo... Aun así, parece que sus energías se rechazan... Parece que no puedes curarla— dijo Naruto.

Shion negó con la cabeza.

—Soy nueva usando este poder realmente... Pero mi energía es opuesta a la de los demonios. Esta niña no sufre daño al contacto porque no está hecha de energía, pero sí la emana, por lo que no puedo sanarla o revitalizarla. Su cuerpo me rechaza, y si la fuerzo, probablemente haga lo opuesto.

—Supongo que no hay de otra, hay que dejar que ella misma sane por cuenta propia y recupere su vitalidad— concluyó Hinata, mostrándose un poco aburrida.

—Eso parece... Quién sabe cuánto tiempo lleve eso— contestó Naruto.

Finalmente, Shion suspiró antes de verlos a los dos.

—Como sea... Ahora quiero que ustedes me lleven de vuelta a mi país, a mi templo. Llevo más de dos semanas fuera— declaró la sacerdotisa, a lo que Naruto negó con la cabeza algo nervioso.

—Lo siento mucho... Pero creo que no se va a poder... Eres una figura pública, ahora esos demonios saben quién eres, obviamente te ven como una amenaza— explicó algo nervioso, a lo que Shion hizo un gesto de miedo.

—¡¿Sabes que esto podría ser un problema internacional?! Yumi fue la última persona que fue conmigo, todos sabían que era de Konoha, por lo tanto mi desaparición será reportada como culpa de Konoha. ¡Esto podría terminar en un conflicto!— explicó ella preocupada.

—Lo entendemos... Pero tu vida estaría en peligro. Lo mejor es darte a ti y a Yumi por muertas públicamente hasta que la amenaza pase... Además, la tumba de Moryō dices que fue destruida por la explosión de Yumi... Ya no está el demonio que te hacía relevante a nivel político...— contestó Naruto, a lo que Shion suspiró resignada.

—Bien... Te tomaré la palabra porque tienes razón, pero tienes mucho que explicarme aún, los ocultos, tu misión y más detalles de esos demonios. Y ten en cuenta que apenas confío en ti debido a lo que nos pasó con ese demonio y lo que habló Yumi— declaró ella, a lo que Naruto suspiró... Se venía una larga conversación...

Hinata solo sonrió antes de darle una palmada en la espalda.

—Suerte— dijo ella con su sonrisa mientras caminaba hacia la salida de la habitación.

—¡Oye! ¿Por qué me la dejas a mí solo? ¿A dónde vas?— preguntó Naruto con una gran vena remarcada en su frente.

Al final, suspiró resignado al ver que se había quedado solo con la sacerdotisa, quien lo miraba de forma acusadora, esperando respuestas.

Y por esto odio revelar el secreto... Mucho texto...— pensó Naruto, cansado.

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Mientras Hinata salía hacia la oficina de Tsunade, con gran agilidad salió por la ventana sin que ninguna persona pudiera verla.

Algunos segundos después, se encontraba totalmente disfrazada, con sus lentes oscuros, una coleta de caballo, maquillaje para no verse tan pálida y una bata médica para aparentar ser una practicante de la aldea.

Ella caminó con calma, entrando al hospital central de la aldea. Rápidamente buscó en una lista.

Shizune...— pensó Hinata fijándose en la lista de doctores —Habitación 503...—

Sin más, rápidamente salió y, con una velocidad inhumana, subió el edificio en un parpadeo, llegando hasta la ventana de la habitación.

Una sonrisa se dibujó en su rostro; no había nadie... excepto...

Ella abrió la ventana y entró con elegancia.

—Hola, papá...— dijo ella, quitándose los lentes mientras observaba a su padre, quien estaba en una silla, sentado junto a Hanna, quien estaba en cama, dormida con varias máquinas conectadas y un suero.

—Es bueno verte, hija mía— contestó Hiashi con una sonrisa.

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Un poco más tarde, en lo alto de algún lugar extraño...

Se podía ver lo que parecía un gran monte, lleno de plantas exóticas, montañas de gran tamaño, una gran cascada, algunas cabañas, y lo más importante, sus habitantes eran ranas.

Se trataba del Monte Myoboku, y faltaban pocos minutos para la puesta del sol.

Ahora mismo, Naruto se había reunido con Jiraiya en aquel lugar.

—Me alegra que aceptaras mi invitación a comer—dijo Jiraiya con una sonrisa mientras Naruto solo miraba su tazón de comida, el cual estaba lleno de... ¿Era una sopa de escarabajos y gusanos condimentada con otros insectos molidos?

—Je... Delicioso...—dijo Naruto tratando de ocultar el asco que sentía mientras se llevaba un bocado a la boca. Sí, era tan malo como lo recordaba, pero la guerra te enseña a valorar la comida.

—Qué niño tan educado, sin duda le enseñaste lo que es bueno, Jiraiya-chan—comentó Chima, quien estaba en la cocina preparando algunos otros bocadillos.

Jiraiya solo rió nerviosamente. Realmente le habría gustado comer otra cosa junto a su nieto, pero no quería que tuvieran que ocultar su rostro; quería que fuera algo más personal.

—Ha sido bueno tenerte de vuelta, Naruto-chan. Entendemos lo que has pasado, por eso siempre serás bienvenido aquí—dijo Fukazaku, quien se encontraba comiendo junto a ellos.

Para volver a firmar el contrato de los sapos, Naruto había terminado por decirles la verdad a los jefes del Monte Myoboku. Después de todo, eran los maestros de su maestro, además de que nadie tenía contacto con ellos excepto sus invocadores.

—Saben... En verdad a mí me alegra más estar aquí... Es un poco nostálgico—comentó Naruto con una sonrisa.

—Sí... Han pasado tres años desde que compartimos algo, me alegra volver a hacerlo—contestó Jiraiya con una sonrisa, aunque parecía algo triste.

—¿Pasa algo?...—

—Jeje... No es nada, solo que... La última vez que compartí comida o tragos con alguien, fue con Obito, fue antes de irme a Amegakure...—comentó el sannin, a lo que Naruto no pudo evitar agachar la mirada.

—Oh...—Naruto no sabía qué decir al respecto, pero Jiraiya no pudo evitar sentir un nudo en la garganta.

—Sabes... Recuerdo muy bien cada palabra de esa conversación... Obito parecía feliz cuando empezó a beber, nos reímos un poco... Pero, aún recuerdo cómo su mirada cambió ese día, cuando le dije que había encontrado al líder de Akatsuki... Ese día, no le presté demasiada atención, pero creo que estaba asustado...—habló Jiraiya mirando su propio reflejo en la sopa, que tenía una consistencia negra reflectiva.

Naruto guardó silencio, sabía lo que Obito pensó en aquel momento... "Debo evitar que vaya."

Jiraiya suspiró triste mientras recordaba ese momento.

—Él me dio varias ideas de qué hacer con esa información, eran algo imprudentes... Le dije que no era propio de él. Al final, se sinceró, me dijo que estaba preocupado, prácticamente me estaba diciendo que no quería que fuera... Ahora, entiendo que él sabía lo que pasaría... Me siento estúpido... Por mi culpa, él tuvo que gastar sus ojos y plantarle cara a Pain para sacarme de allá—declaró el Sannin agachando la cabeza, pero Naruto solo sonrió.

—No digas eso... No sabías nada y Obito debía mantener el secreto. Igual, sé que él habría hecho todo lo posible por salvarte si no era de esa forma... Aun si yo no se lo hubiera pedido, eres alguien que él respetó y admiró hasta su último día. Sé que jamás se arrepintió de lo que hizo... Se fue con la cabeza en alto...—dijo Naruto, mientras miraba por la ventana al cielo.

Jiraiya no pudo evitar sonreír.

—Fue un Hokage excepcional... Tal vez el más valiente de todos—dijo Jiraiya imitando la acción de Naruto. Ambos miraron con nostalgia al cielo.

—Pero, no dejemos que esto nos desanime... Obito fue el fuego de la esperanza... Puede que él se haya apagado, pero dejó algo de ese fuego en todos nosotros. Debemos honrarlo y llevar su voluntad al máximo. Completaremos esta misión, cueste lo que cueste, él se enojaría si nos rindiéramos—declaró Naruto con una sonrisa.

—Jeje... Tienes razón, ese idiota le demostró al mundo entero... Lo que significa ser Hokage—comentó Jiraiya con una sonrisa.

Finalmente Naruto terminó por reír.

—Por cierto, Ero-sennin... Tengo una pregunta para ti—dijo el rubio, a lo que Jiraiya levantó una ceja.

—Oh, lo que sea—

—¿Qué le regalarías a una chica?...—dijo el Jinchuriki llevándose la mano a la nuca, a lo que Jiraiya no pudo evitar reír.

—Eh, después de todo al fin me pides consejo sobre esto, ¿verdad?—bromeó el sannin, a lo que Naruto miró en otra dirección.

—Soy malo para estas cosas... No falta mucho para el 27 de diciembre—contestó el rubio.

—Faltan casi dos meses—declaró Jiraiya mientras comía un poco de su sopa.

—Eh... Bueno sí, pero me gusta ser precavido—Naruto rió nervioso.

El meditó un momento antes de mirar su collar, el cual tenía el símbolo de su clan y la forma de un colmillo.

—Es difícil pensar en qué darle... Digo... No es que ella sea muy apegada a lo material... Pero, tampoco es una chica convencional, es una asesina... Tiene pocos pasatiempos o gustos reales, su vida pasada se la pasó matando, en esta hemos estado con nuestra misión... y sé que le gusta la comida, las armas en general... Y no sé qué más...—admitió Naruto algo resignado.

—Vaya... Bueno, teniendo en cuenta que han estado muy ocupados, dudo que hablen de gustos como cachivaches—habló Jiraiya antes de cruzarse de brazos.

El sannin observó el colgante, sabía que ella lo había hecho a mano. Él pensó un momento antes de contestar.

—Sea lo que sea que le des, procura que sea algo hecho por tu propio esfuerzo, ella lo valoraría más que si lo compras, procura que le sea útil o represente algo—comentó el sannin.

—Mmm, ¿como qué?—

—Puedes darle alguna prenda de vestir, una joya, una herramienta, o tal vez deberías preparar una cena casera—dijo el sannin.

Naruto rió un poco.

—No me gustaría regalarle una herramienta, siento que es como recordarle que es una asesina. Joyería, meh... Probablemente se burlará de mí por copiarle la idea. Comida casera... ¿Sabes cuánto come?—dijo Naruto, a lo que Jiraiya sintió una gran gota de sudor bajando por su nuca.

—¿Y ropa?—

—Desde que salimos de Konoha, ha usado gabardinas negras hechas de cuero animal... Porque ayudan a camuflarse y son resistentes... Además soportan bien la fricción de su jutsu de velocidad—contestó Naruto. —Y aún así, te sorprendería saber cuántas ha estropeado, ya sea entrenando, luchando, o simplemente desplazandose... y ha tenido que volver a fabricar o en algunos casos solo las remienda...—

—En ese caso, deberías darle una prenda igual o aún más útil...— dijo el sannin con una mano en el mentón.

—¿Más útil?— preguntó Naruto.

Jiraiya miró a Fukazaku y a Shima, quienes habían estado hablando de sus propias cosas todo este tiempo... Para no interrumpir la reunión.

—Y le dije "Si me vuelves a rayar las estatuas, te voy a..."— Fukazaku se detuvo al ver que tanto Jiraiya como Naruto los estaban mirando fijamente.

—¿Pasa algo?— preguntó Shima.

—Ma, ¿tú sabes de algún material de ropa muy resistente? Ligero, cómodo, agradable?— preguntó el sannin.

—¿A qué viene eso? ¿Ahora te gusta la moda?— preguntó la rana riendo un poco, a lo que Naruto intervino.

—Bueno... Es que quiero darle un regalo a Hinata... Estábamos pensando en una prenda de vestir, pero, la realidad es que ella usa un jutsu que no cualquier material soporta mucho tiempo, por no decir que casi ninguno soporta, además lucha cuerpo a cuerpo...— contestó el Jinchuriki, mientras que Jiraiya agregó:

—Por eso sería útil una tela o material duradero que complemente sus habilidades, podría parecer una prenda casual, lo que le ayuda en el sigilo—

Ambos ancianos sapos se miraron el uno al otro.

La mayoría de ninjas, usaban chalecos tácticos para esa función, eran resistentes, útiles y ligeros... Pero, claramente no eran muy discretos, aparte de que probablemente para una mujer que usa mucho su elasticidad y viaja a velocidades que generan mucho calor, y desgarran la materia, no sería una muy buena opción.

Otros, directamente usan armaduras de metales exóticos... Esto está muy alejado de lo que vestiría un asesino, además no era "casual".

Si existiera una tela tan útil como la describían estos dos, de seguro sería una de las cosas más vendidas en el mercado bélico.

—La verdad no sé de nada...— admitió Fukazaku.

Mientras que Shima desvió su mirada a su sopa... Observando unas pequeñas patas de araña.

—Ahora que lo pienso, he escuchado de una leyenda... Es sobre un material muy exótico y raro, se trata de seda de araña de la cueva Ōgumo, ubicada en alguna parte del país del hierro— dijo la rana, a lo que Naruto se vio intrigado.

—¿Cueva Ōgumo? Nunca oí hablar de ella... ¿Y qué sabes de esa seda?— preguntó muy interesado.

—La cueva Ōgumo es un lugar peligroso al que casi nadie va, allí habita un clan de arañas gigantes, es un lugar ubicado en una montaña muy alta, esas arañas son un clan de animales inteligentes, pueden hacer tratos de invocación, pero pocas personas se aventuran a ir. Porque, pocos saben dónde está, además las condiciones donde viven esas arañas no son aptas para cualquiera, el país del hierro es muy frío, y es más una tierra de samuráis que de ninjas, sin mencionar que esas arañas podrían comerte vivo si lo desean— explicó la rana. —Son temidas por sus feroces venenos, y por su peligrosa telaraña que es más fuerte que el acero—

—Vaya... Un poco extremo— comentó Naruto con una sonrisa.

—He oído que aquellos que logran ganarse el respeto de esas arañas, se les otorga no solo el permiso de invocarlas, sino también el beneficio de usar su seda especial para fabricar prendas... Es más resistente que cualquier acero, ligera, flexible, e incluso soporta temperaturas extremas. Creo que incluso tiene otras propiedades, pero suenan muy irreales, después de todo, es una leyenda... No conozco a nadie que haya obtenido ese contrato— explicó Shima.

Ante aquello, Naruto sonrió antes de colocarse en pie.

—Vale, entonces, creo que ya sé qué haré mañana... Partiré al país del hierro— aclaró el Jinchuriki con una sonrisa.

—Oye, pero si mañana empieza tu entrenamiento Jinchuriki con Roshi y Yagura. Además, ya oíste lo peligroso que es ese lugar, ¿no pensarás hacer todo eso solo por una tela que solo es un mito, verdad?— cuestionó Jiraiya fulminándolo con la mirada.

—Jajaja, no lo olvidé, obviamente enviaré un clon a esa montaña. Lo peor que le podría pasar es que desaparezca... Y claro que iré por esa tela, es perfecta para Hinata, sería el regalo perfecto... Además, no solo la tela sería útil, algo me dice que necesitamos más aliados, esas arañas podrían sernos útiles, es dudoso que los ocultos o Madara se lo esperen o conozcan, o siquiera tengan planeado algo para enfrentarlas, sin mencionar que no podré invocar sapos ante los ocultos... Igual, la tela aparte del regalo, puede ser de alta utilidad para el futuro— comentó el Jinchuriki con una sonrisa.

—Pero mocoso, ni siquiera sabemos dónde está esa cueva, es un lugar muy extraviado en el país del hierro, podrías tardar semanas sin encontrar nada— comentó Shima, a lo que Naruto no le dio demasiada importancia.

—Me tardaré lo que deba, además puedo cubrir grandes regiones en poco tiempo. Podré volver cuando quiera usando el Hiraishin, y además, creo que será un gran entrenamiento intentar esto— declaró el rubio con una sonrisa.

Al final, los tres sabios suspiraron. ¿Todo esto por una prenda?

—Maldito estúpido...— murmuró Shima.

—Maldito simpático...— comentó Fukazaku.

—Maldito fornicador...— finalizó Jiraiya.

Mientras que Naruto tenía un brillo en sus ojos, esperaba algo emocionante.

Fin Capítulo 75

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