67 [Abominable]
En una cueva, muy alejada de la civilización...
Se podía ver un laboratorio lleno de tubos con un líquido negro en su interior. Dentro de ese líquido, se podían ver varios ninjas que ya habían muerto...
Se trataba de la guarida de Akatsuki.
Madara permaneció callada mientras se limitaba a estar sentada de piernas cruzadas frente a uno de los tubos.
—¿No piensas ir a buscar al Hachibi o al Yonbi? —preguntó una voz; se trataba de Zetsu blanco.
—Has estado toda la semana sin hacer nada, solo miras ese tubo sin hacer más —agregó Zetsu negro.
—¿Por qué iría a buscarlos? Es una pérdida de tiempo —contestó ella de forma cortante antes de voltearse, dejando ver que no traía puesta la máscara—. No tenemos el Rinnegan, no podemos sellar a esos Biju en el Gedo Mazo.
Ante aquella declaración, los Zetsu parecieron confundidos.
—Entonces, ¿vas a esperar a que los ojos de Madara-sama estén reconstruidos? —preguntó Zetsu blanco, a lo que ella asintió con la cabeza.
—Es una jugada arriesgada, el enemigo podría capturarlos primero —declaró Zetsu negro, mostrando cierta molestia.
—Como siempre, ustedes dos son unos idiotas. Me sorprende que sean creación de Madara Uchiha... A estas alturas, ustedes han estado conmigo por más de 30 años, ya deberían conocerme un poco. ¿En serio creen que no estoy haciendo nada? —preguntó ella de forma amenazante.
—¿Entonces...?—
—Deja que Naruto se encargue de ellos. Me ahorra el trabajo de buscarlos. Hasta ahora, todo va de acuerdo al plan que desarrollé hace 3 años. Cuando él y su amiguita los tengan, simplemente iré a quitárselos —contestó ella con calma mientras señalaba el cadáver de Nagato en el interior del tubo—. Hasta entonces, supervisaré al Rinnegan. Cualquier novedad en su reconstrucción debo arreglarla de inmediato. Dejemos que nuestros enemigos se preparen un poco... Ahora mismo, todos deben estar preparándose para lo que viene...
—Entonces... Un plan de hace 3 años... ¿Cómo es que nosotros no lo sabemos? —preguntó Zetsu negro con desconfianza.
—Nadie lo sabe, excepto yo, y hasta ahora todo ha salido de acuerdo al plan... Ha habido variables imprevistas, pero ninguna que altere el plan lo suficiente para que no se cumpla —contestó ella para luego sonreír—. Además, ustedes ya oyeron una parte... Hay un traidor entre ellos.
—Entonces, ¿no le mentiste? ¿Hay un traidor que te dijo todo?—
—Así es... Gracias a ese traidor, hice mi plan de 3 años, lo que me llevará a la victoria —dijo la Uchiha mostrando mucha confianza y convicción en su voz.
—¿Se puede saber... quién es el traidor?—
Madara solo rió mientras los miraba con sus ojos Sharingan, los cuales brillaban en la oscuridad de la cueva, mientras sonreía.
—Solo diré que es alguien que nadie espera... Ni Naruto, ni Hinata... Alguien que ha estado ahí desde el principio, alguien muy cercano. Ninguno de los dos jamás sospecharía.
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En el país de los demonios.
—Mocoso, ¿a dónde se supone que vamos? —preguntó Kurama, quien parecía exasperado.
—Vamos a buscar a Yumi, ya lo había dicho, ¿no? —contestó Naruto mientras saltaba por los árboles.
—Ya sé eso, pero ¿por dónde pretendes siquiera empezar la búsqueda? —cuestionó el zorro, a lo que Naruto se detuvo en seco.
—No lo había pensado... Pero, tengo 4 días para encontrarla... Con mis clones en un país tan pequeño, de seguro encuentro algo... —comentó el rubio.
—Idiota... —
Naruto solo suspiró antes de mirar al zorro con intriga.
—Oye, Kurama... Desde que nos encontramos con Madara has estado muy callado... Has estado dormido todos estos días —dijo el rubio con algo de preocupación en su voz, a lo que el zorro se quedó callado por un momento.
—He estado pensativo, esa falsa Madara... —
—¿Qué tiene? ¿Te da miedo? —
Kurama solo gruñó molesto antes de finalmente contestar.
—No, pero me trae malos recuerdos. Su rostro... En verdad se parece a él —explicó el Biju, lo cual intrigó más a Naruto.
—¿Te refieres a... —
—Sí, Madara... El verdadero... Su forma de expresarse, su cara... No sé quién o qué sea ella, pero estoy seguro de que tiene una relación sanguínea con Madara... Tengo un presentimiento —explicó el Biju, mostrando algo de incomodidad al siquiera pensar en ello.
—¿Será... una descendiente?... Lo dudo... Si Madara hubiera tenido hijos, probablemente todos lo sabrían, probablemente habrían sido líderes del clan Uchiha en vez de la familia de Sasuke... ¿O sí será así?... Además... —Naruto meditó un momento...
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—¿¡Quién demonios eres!? —exclamó Naruto. Esta vez se sentía aterrado, no entendía quién era aquella persona.
Antes, se sentía como un agujero negro, completamente misteriosa e inamovible, fingiendo ser Madara con aquella máscara cubriendo su cara.
Pero ahora... Sin la máscara, era aterradora, ella no tenía nada de familiar, jamás había visto esa cara nunca, en ningún libro bingo, en ningún registro... En su vida jamás había visto aquello, pero sus ojos, vistos junto al resto de su cara, producían una sensación incómoda, de muerte.
—Creo que ya te lo había dicho, Naruto... Aunque me vieras la cara, jamás podrías reconocerme, nadie me conoce. Yo, he venido de la mismísima nada, porque no soy nadie, más que la voluntad de Madara Uchiha... —Entonces Naruto lo entendió... Ella nunca usó la máscara para ocultar una identidad, ya que no tenía ninguna conocida.
La usaba para ocultar su verdadera naturaleza y fingir ser alguien más, realmente no había algo más que ocultar... ¿O sí?
—Nuestro encuentro ha llegado a su fin, fue divertido. Pero tengo valiosos planes para ti, Naruto Uzumaki, nos volveremos a ver... Cuando eso pase, el Kyubi será mío... Al igual que tú —declaró ella antes de desaparecer sin dejar rastro.
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—La voluntad de Madara Uchiha... Venida de la... nada?... —repitió Naruto tratando de encontrar una pista—. ¿Crees que ella también será una renacida?... ¿O a qué se refiere con que viene de la nada y no es nadie?—
—No sé mucho de eso... Pero puede que sea una posibilidad, tú sabes más de eso que yo —admitió el zorro, mostrando algo de escepticismo.
—¿Y si... Madara usó algún especie de Zetsu modificado con los poderes del Rinnegan para darle vida a un clon suyo?... —pensó Naruto, a lo que Kurama dejó caer una gran gota de sudor—. Según entendí, los Zetsu estaban hechos de cultivar células de Hashirama... Tal vez Madara cultivó sus propias células y se clonó... —
—Suena rebuscado... Además de loco... Debes dejar el ramen —contestó el Biju—. Por otro lado, ella quiere hacerse pasar por Madara, pero claramente es una mujer y por eso usa máscara y traje holgado. Si fuera un Zetsu o clon, dudo que saliera una mujer—
Naruto apretó los puños mientras hacía un gesto de molestia.
—¡Ah! ¿Entonces qué!? No creo que sea su hija o algo. Además, se nota que tiene mucho entrenamiento ninja. Si Madara cayó contra Hashirama, ¿cómo podría siquiera haberla tenido o entrenado? Además de que a estas alturas ella debería ser muy vieja... —pensó el Jinchuriki, algo ya molesto de tratar de entender el misterio.
—La vejez no es un problema... Viste que ella pudo curar un cadáver y traerlo a la vida, al igual que pudo revivir a tus padres... Al menos de forma biológica... ¿Qué le impide borrar unas arrugas?—
Naruto solo suspiró resignado.
—Ok... Tienes un punto... Pero, en fin, estamos perdiendo mucho tiempo... Será mejor buscar a Yumi. La identidad de esa mujer es irrelevante ahora, todo lo que necesitamos saber es que es peligrosa y nuestra enemiga —declaró el rubio—. Lo primero que haré será buscar información sobre los sitios más importantes de este país... Tal vez ella fue a alguno en especial... —
Sin más, Naruto desapareció en un borrón de velocidad.
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En otro sitio...
Se podía ver una guarida enorme bajo tierra, donde había decenas de habitaciones y pasillos... En alguna de ellas, se podía ver un enorme laboratorio.
En el centro, se podía ver un cilindro de vidrio gigante, el cual contenía en su interior un líquido transparente y viscoso, conectado a algunas máquinas y aparatos.
Orochimaru solo sonrió mientras acercaba la cara al cilindro, logrando ver cómo en el interior de este había una especie de masa...
—Parece que tenía razón, va a crecer muy rápido, además la sangre absorbió perfectamente mis células y las otras que le apliqué —comentó el sannin mientras observaba aquella masa, la cual parecía estar hecha de tejido vivo; apenas tenía un tamaño de un centímetro.
Pero, aquella cosa palpitaba...
—Orochimaru-sama, ¿cuánto cree que tarde en llegar a su etapa adulta? —preguntó Kabuto intrigado.
—Probablemente solo 3 años, tal vez 4 o 5... Este ser será el recipiente perfecto para mí. Cuando esté completo, no me queda duda de que jamás tendré que volver a cambiar de cuerpo una vez que tome este —declaró el sannin con una sonrisa—. Apliqué hormonas y químicos que aceleran su crecimiento... Cuando llegue a cierta edad, estoy seguro de que su organismo eliminará esos químicos y dejará de envejecer. Hasta entonces, para ella un año cronológico significará 4 biológicos.
Kabuto asintió con la cabeza antes de sonreír.
—Sin duda, este será uno de los mayores avances en la ciencia y la medicina. Y pensar que Kumo estaba desperdiciando todo este potencial genético en misiones de bajo rango —se burló el peliplata.
—Son unos imbéciles. Las posibilidades son infinitas, pero tenían miedo de lo que pudiera salir. Incluso es un organismo relativamente fácil de clonar, ya que a pesar de que es muy complejo a nivel genético, todas sus células son células madre, lo que hace que sea fácil de cultivar... A partir de las células sanguíneas, he podido crear fácilmente un óvulo femenino y mezclarlo con mi ADN y el de algunos de mis sujetos de prueba, incluyendo a Kimimaro. Este nuevo ser será incluso mejor que la Aneko original... La criatura suprema... —comentó el sannin mientras paseaba su lengua por sus labios.
Finalmente, Orochimaru sonrió antes de colocar su mano sobre el cristal.
—Esta... Es la cúspide de mi trabajo, y el recipiente definitivo. Kabuto, muy pronto, el mundo entero conocerá la grandeza... No, la supremacía —declaró el sannin mientras miraba cómo aquella masa simplemente latía—. Este cuerpo superará lo que soy ahora o lo que cualquiera haya sido o será... Estoy seguro de que nadie me detendrá... ¿No es así, proyecto Saiko?
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En la aldea médica.
—¿Eh?... —Tsunade dio un paso atrás, había tenido el susto de su vida.
Ella estaba mirando con cautela el contenedor donde estaba Aneko.
Por un momento, los monitores cardíacos y cerebrales se habían disparado, y la chica había hecho un movimiento brusco, además de que empezó a expulsar una gran cantidad de burbujas de aire desde su boca.
Pero esto se detuvo casi tan rápido como inició; los monitores regresaron a la normalidad y Aneko nuevamente permaneció completamente en silencio mientras dormía.
—¿Qué fue eso? —pensó Tsunade, sintiendo un alivio inexplicable.
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Finalmente... En Konoha.
La aldea estaba en completo silencio, las personas se mantenían en la ardua labor de abrir tumbas para seguir enterrando los cadáveres, mientras que otra parte de la población se mantenía siguiendo su día a día aún de luto.
En medio del cementerio, el cual estaba lleno de personas trabajando, se podía ver una tumba con la forma de una roca negra y de superficie brillante. Esta era cuadrada y tenía un logotipo junto a un kanji que decía "El Héroe, el quinto Hokage... Aquí descansa Obito Uchiha".
Frente a la tumba, se podía ver a una mujer con el cabello atado en una coleta y sin flequillo, usando una chaqueta completamente negra de sudadera, pantalones blancos y sandalias ninjas.
Su cabello era negro oscuro y piel blanca, usaba lentes oscuros.
—Lo lamento mucho, Obito... Estuve completamente inconsciente mientras todo ocurría... En verdad, siento mucho tu pérdida, fuiste uno de mis mejores amigos... —dijo la voz de la mujer.
Ella se quitó los lentes por un momento, dejando ver sus ojos perlados del Byakugan, los cuales estaban llenos de lágrimas.
Hinata solo dejó escapar un suspiro mientras colocaba algunas flores, era un ramo de claveles rojos.
—Descansa, viejo amigo... Ya hiciste tu parte... Ahora, nosotros nos encargaremos del resto... —Penso ella antes de ponerse en pie.
La asesina pudo escuchar cómo varios pasos se acercaban a donde estaba ella, por lo que se colocó los lentes con rapidez.
—Papi... —dijo una voz infantil... Pero, cubierta de tristeza.
Hinata solo se quedó en silencio mientras veía cómo una niña se colocaba junto a la tumba, tratándola con mucha delicadeza.
Detrás de la niña, venía una mujer adulta... Ella tenía el cabello marrón, tez blanca y marcas azules en la cara.
—Shyomi... No es necesario que corras... —declaró la voz de la mujer.
Hinata se quedó completamente callada mientras observaba a las dos con cautela.
—Rin... La viuda de Obito... Y Shyomi... Su hija —pensó Hinata sin hacer ningún movimiento.
De solo ver a Shyomi, podía notar cómo la niña estaba llena de lágrimas mientras se arrodillaba frente a la tumba.
—Lo siento, mocosa... —pensó Hinata genuinamente triste.
—¿También te duele, verdad? —habló Rin, dirigiéndose a Hinata.
La Hyuga se quedó en silencio un momento, algo sorprendida por la repentina conversación de Rin.
—Sí... Fue un gran héroe, el mejor que conocí —contestó ella, a lo que Rin respondió.
—Claro que lo fue... Hasta el último segundo —declaró la mujer, a lo cual Hinata asintió con la cabeza.
—No creo que alguien dude de eso... —dicho esto, Hinata empezó a caminar lentamente hacia la salida—. Naruto me dijo que habían cremado a Obito por petición de el... Esto luego de ver que Madara podía revivir a los muertos de forma biológica... —
En eso, pudo oír la voz de Rin a sus espaldas.
—Cuídate mucho, Obito confiaba en ti... —ante aquellas palabras, Hinata se quedó en shock. Luego se volteó para mirar a la mujer...
Pero Rin ya se estaba retirando de la escena junto a su hija, mientras desprendía un aura alegre.
—¿Eh?... —Hinata se quedó en silencio mientras solo veía cómo Rin se alejaba... —¿Fue mi imaginación?... Fue una sensación extraña... No sé si sea conveniente hablar con ella... —
Hinata finalmente hizo un gesto de seriedad antes de mirar en otra dirección.
—En fin... Luego hablaré con Kakashi de esto... Ahora... Debo irme a otra parte... —pensó ella con calma antes de desaparecer en un borrón.
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En otra parte de la aldea.
La asesina se desplazó con suma rapidez por los tejados de la aldea, sus movimientos eran rápidos y fluidos, tal que ni siquiera hacía un sonido, y no era visible para los ojos descuidados.
Finalmente, Hinata se detuvo en lo alto de un tejado quedando en cuclillas.
—Puedo sentir su olor aquí... —dijo ella mirando a la calle...
La Hyuga activó su Byakugan, fijándose en un restaurante que había en la esquina de aquella calle, era un restaurante BBQ.
En el interior del restaurante, se podía ver una gran mesa rectangular con parrillas, en ellas había varias personas, 10 en total, arrodilladas preparándose para comer.
—La situación cada vez me preocupa más... —dijo Ino dejando escapar un suspiro.
—No puedo creer que hayan muerto tantas personas de forma súbita... ¿Y si nos ocurre a nosotros? —agregó Sakura, quien se pegó al brazo de Lee.
El cejudo solo se llevó un pedazo de costilla a la boca antes de sonreír.
—¡No pasará! ¡Somos fuertes! ¡Debemos seguir adelante con nuestras llamas juveniles al máximo! Aunque sintamos que no podamos, debemos hacerlo por nuestros seres queridos —exclamó el cejudo, a lo que Sakura solo suspiró.
—Pobre Lee... Intenta mantenerse enérgico, aunque está muy adolorido... Murieron Tenten y Obito-sama... Él está intentando disimular... —pensó Sakura.
—Es difícil ser fuerte en estos días... Si no te mata el enemigo, lo hace una enfermedad desconocida —dejó escapar Sasuke, quien se veía algo serio—. Y odio admitirlo, pero el enemigo está 20 pasos adelante, lo que nos hace débiles...—
—Son tiempos difíciles —contestó Karin, quien agachó la cabeza; ella no sabía qué pensar en estos momentos.
—Hay que seguir entrenando... Lamento ver las cosas con pesimismo, pero los enemigos son muy fuertes, algunos de los nuestros ya cayeron en combate... Cualquiera de nosotros podría ser el siguiente —declaró Neji con su expresión estoica de siempre.
—Deberían dejar de ser tan dramáticos. Entiendo que la cosa sea dura, pero poniendo caras de seinen no vamos a lograr nada, ¡debemos tomar acciones! —exclamó Kiba—. ¡Deberíamos ir a buscar a Akatsuki! ¡A esos traidores y acabar con ellos!—
—Solo somos soldados, esa decisión no nos corresponde. Lo mejor que podemos hacer es prepararnos lo mejor posible para la siguiente misión, no podemos precipitarnos a tomar acciones como esas —contestó Shikamaru.
—Todo esto es muy estresante... Prefiero comer en vez de hablar de esto —comentó Choji, a lo que los demás suspiraron.
Era difícil no estar tensos o estresados después de ver la crisis por la que estaba pasando el país entero. No era solo la caída de Obito... Era la muerte de decenas de personas y ninjas, que a sus ojos era una catástrofe. Esto mientras sus antiguos dos compañeros estaban ahí afuera siendo unos terroristas.
—Y tú qué, Sasuke, ¿ya vas a dejar de defender a Hinata y a Naruto? Después de todo, al fin viste lo que son realmente —preguntó Kiba retador, a lo que Sasuke solo masticó fuerte antes de dejar caer su plato sobre la mesa.
—¿Podrías callarte, perro sarnoso? —regañó Sakura, colocándose en pie antes de golpear a su compañero en la cabeza—. ¡Ya le hiciste esa maldita pregunta por los últimos 3 años! ¡Y ahora, después de lo que pasó con Obito, creíste que era buena idea preguntar? ¡Respeta!—
Kiba se encogió con las manos sosteniendo un enorme chichón en su cabeza.
—L-lo siento... Creo que no lo pensé... —aclaró él, con una lágrima asomándose por su ojo.
—Tú nunca piensas antes de hablar, Kiba. La muerte del Godaime no es algo que ninguno aquí quiera hablar de esa forma. Y menos Sasuke —declaró Shino, notablemente molesto.
Sasuke solo suspiró antes de colocarse en pie.
—Creo que ya no tengo hambre... Nos vemos luego, chicos... —declaró el Uchiha antes de dejar unos billetes en la mesa y retirarse en silencio.
—Espera, Sasuke... —Karin se levantó para seguirlo.
—Dejó más de lo que debía... —pensó Ino antes de suspirar.
—Bien hecho, Kiba... —reprochó Shikamaru de forma sarcástica.
—Lo siento... Creo que también me tengo que ir —declaró el Inuzuka antes de dejar su dinero en la mesa y salir de allí.
—Últimamente el compañerismo de Konoha brilla por su ausencia... —declaró Lee, dejándose ver desanimado.
Desde lo alto del otro edificio, Hinata solo se limitó a observar y escuchar con su oído mejorado. Finalmente, ella soltó un suspiro.
—Esta situación los ha afectado... Tal vez no sería tan grave para ellos si supieran que la gente que murió de la nada eran traidores... —pensó Hinata mientras veía cómo Sasuke salía del restaurante, siendo seguido por Karin.
—Karin, por favor... Déjame solo un momento... Solo quiero irme a mi casa —declaró el joven.
—Sasuke, no me gusta verte así, por favor... No me alejes... —dijo Karin siguiendo al Uchiha.
En eso, la pelirroja hizo un gesto extraño antes de voltear la mirada en dirección al techo donde estaba Hinata.
La asesina rápidamente se ocultó.
—Me descuidé... Karin puede sentir el chakra... Al igual que Ino... Aunque mi chakra está modificado por la pastilla, alguien con suficiente habilidad podría notarlo... —pensó Hinata algo tensa—. Me estoy volviendo descuidada...—
Karin se quedó en silencio un momento antes de volver a seguir a Sasuke.
Hinata se asomó para ver cómo salía Kiba y Akamaru, mientras que el resto se quedaron en el restaurante charlando.
—Bien... Seré un poco más directa —con esto en mente, ella tomó un pergamino.
Mientras... En el interior del restaurante.
—Aún me pregunto qué ocurrió con Yumi... Un día desapareció como si nada —dijo Sakura pensativa mientras veía cómo la carne de su parrilla se acababa.
—No lo sé, pero antes de eso actuaba extraña... ¿Creen que haya estado traicionando a Konoha? —preguntó Shikamaru—. Para nadie es un secreto que gustaba de Naruto...
—No lo sé... Pero nunca me agradó, no me caía mal, pero tampoco bien —contestó Ino.
—No sabemos si haya muerto por la enfermedad de la araña negra... —agregó Shino.
—La verdad en este momento no creo que debamos preocuparnos por quién no está y no conocimos realmente —declaró Neji con algo de frialdad—. Lo que ahora me preocupa es... ¿Kakashi será de confiar? Hay algo que he estado pensando mucho tiempo hasta ahora...—
—¿De qué hablas? —preguntó Lee.
—No sé si él sea confiable, en la misión en la que fuimos a buscar al Jinchuriki del Nibi, pasó algo extraño... —Neji cerró los ojos, meditando.
El podía recordar cómo Kakashi y él habían salvado a Hinata de una mujer misteriosa.
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—Tú... —comentó Kakashi al ver a Natsu... Podía recordarla, aun si no había visto su cara, podía reconocerla...
El ninja pareció molestarse al instante... Era la asesina de Rumo.
El Jounin tomó un kunai y empezó a acercarse a la asesina, sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, Hinata lo tomó del tobillo.
—Kakashi-sensei... Por favor... No... Ella no es el enemigo... —
—¿Eh? —Kakashi pareció algo molesto por ello, pero finalmente simplemente dejó caer su kunai al suelo.
—Hinata... —Neji miró a la Hyuga en el suelo... Podía notar todas sus heridas, incluso le llamaba la atención cómo había perdido su brazo izquierdo...
El Hyuga estaba muy intrigado por lo que veía... Hinata le estaba pidiendo un favor a Kakashi y él había decidido hacerlo... No parecía simple compasión, había algo más...
—Kakashi-sensei... Neji... Por favor... Retírense... —comentó la Hyuga apenas consciente.
Neji observó la reacción de Kakashi, quien más que nada parecía molesto por no poder hacer nada contra Natsu, que por Hinata.
En eso, el Hyuga se volteó a ver a Hinata quien ahora lo miraba fijamente con uno de sus ojos...
—Neji... Necesito que confíes en mí... Por favor, márchate... —dijo la Hyuga, quien se veía casi delirante.
El Hyuga no sabía ni cómo sentirse en aquella situación...
Su compañera había muerto hace algunos minutos... Había presenciado el enojo de su prima por aquello, y ahora ella le decía eso... ¿Cómo se supone que se debía sentir?
En eso, una figura más llegó a la escena.
—¡Natsu! ¡Natsu! —exclamó Yugito al llegar a la escena... Solo para después quedar en shock al ver a la pelirroja en el suelo, dos Jounin de Konoha y a la shinigami herida en el piso.
—¡Pero qué!... —
—Yugito... Debiste haberte quedado atrás —comentó Natsu.
—Ya veo... —pensó Kakashi antes de darse la vuelta—. Nos vamos, Neji —declaró el Jounin.
—Pero... —
En eso, el Hyuga notó cómo Hinata trataba de hablarle.
—Neji... Pronto te lo explicaré... Por favor... solo retírate... —
El Hyuga finalmente gruñó antes de darse la espalda.
—Tienes suerte... Te conozco desde que somos niños... Desde hace 3 años, tengo la sensación de que hay algo que no sé, más te vale tener una buena razón... —declaró el Hyuga—. O seré yo mismo quien deba acabar contigo, ese sería mi deber para limpiar el nombre de los Hyuga.—
—Hinata, espero que sepas lo que haces —finalizó Kakashi.
Ambos ninjas de Konoha desaparecieron en borrones de velocidad...
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Neji se quedó en silencio mientras cruzaba sus manos, estaba siendo visto por sus compañeros...
Hasta ahora, ese momento había estado siendo visto una y otra vez en su mente, sin que él supiera qué pensar...
Algo dentro de él le decía que debía esperar... Pero otra... Otra parte...
—¿Y si Kakashi estaba aliado con ellos... Y traicionó a Obito para tomar el puesto de Hokage?... —
La realidad es que no habían vuelto a hablar del tema...
Por un lado, estuvieron varios días atendiendo a Aneko y con los demás cerca, por lo que no pudieron charlar seguros.
Cuando volvieron a Konoha, no pasó mucho cuando Konoha ya estaba siendo atacada por Pain, y se hizo aquella transmisión global...
Luego Kakashi fue puesto como Hokage, estando sumamente ocupado.
—Tal vez deba hablar con ellos, tal vez mis compañeros puedan decirme algo que no he pensado... Hinata pidió que no lo hiciera... Kakashi me pidió discreción... Pero... Ahora Obito está muerto por su culpa... Y he estado esperando una respuesta... Ninguno me ha dicho nada... Necesito hablarlo... —pensó Neji.
—Neji... Te quedaste callado de la nada. ¿Qué pasa con Kakashi-sensei? ¿Por qué dices que no sabes si él es de fiar? —preguntó Sakura.
—Bien, escuchen... ¿Eh? —En eso, los presentes se vieron muy confundidos cuando oyeron a alguien entrar por la puerta...
Se trataba de una chica ANBU, la cual usaba una máscara de lobo, su cabello era oscuro y se ataba en un moño...
—Saludos... ¿Neji Hyuga se encuentra aquí? —preguntó la mujer con un tono de voz cordial.
Los ninjas se vieron algo extrañados...
—Soy yo —contestó el Hyuga.
—He venido a hablar con usted, por favor, sígame —ordenó ella.
Neji miró con desconfianza...
—Oye, ¿qué está pasando? —preguntó Ino, extrañada.
—Nada importante para ustedes, solamente lo busco a él, es una orden de mi capitán —contestó ella.
—Es extraño... Los ANBU ahora mismo entendí que estaban fuera de servicio, el Hokage los destinó a misiones de recolección de cadáveres. ¿Por qué no mandó a un ninja ordinario a buscarlo? —preguntó Neji, desconfiado, a lo que la ANBU sonrió debajo de la máscara.
—Por favor, confía en mí —dijo ella mientras hacía una seña con su brazo izquierdo.
—Hinata... —pensó Neji al escuchar aquella frase y ver cómo movía el brazo que había perdido.
Neji simplemente se colocó en pie y fue hasta ella.
—Bien, vamos...—
Los dos se retiraron en silencio, mientras que el resto solo miró confundido.
—¿Qué acaba de pasar?... —preguntó Sakura al aire.
—No sé... Pero Neji nos dejó en duda sobre lo que iba a decir de Kakashi... —contestó Shikamaru.
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En algún tejado de Konoha.
—Bien, ya nadie nos ve... —dijo Hinata antes de quitarse la máscara, dejando ver su cara, a lo que Neji se mantuvo serio—. Es bueno verte, primo Neji...—
—Me gustaría poder decir lo mismo —dijo él sin quitar su mirada escéptica—. ¿A qué has venido?—
—Vengo a ver a mis padres —contestó ella—. Y de paso, creo que la última vez que nos vimos, quedé de darte una explicación.—
—Hinata, te diré algo... En este momento, no sé qué pensar de ti, no entiendo nada. Espero que lo que tengas que decir sea bueno, o me encargaré de que toda Konoha sepa que estás aquí —contestó él—. La única razón por la que en este punto siquiera pienso escucharte es porque quiero saber tu relación con Kakashi.—
Hinata se quedó en silencio un momento.
—Y en cuanto a tus padres... En este momento están muy mal, tu madre está enferma, cayó gravemente por una fuerte depresión al ver lo que le hiciste a Obito. Ahora mismo se encuentra en cama —declaró Neji mostrando enojo—. Ella ya estaba mal desde hace 3 años, contigo atacando inocentes, luego en la corte te declaraste culpable sin escrúpulos y huiste de Konoha... Pero esto de Obito... No tienes idea de cómo ha estado.—
Hinata agachó la cabeza al oír aquello... Sentía como si sus ojos se aguaran, algo dentro de ella quería llorar al pensar en lo que decía Neji...
Finalmente, ella apretó su puño antes de acercarse al Hyuga.
—Neji... Escúchame muy bien, sé que es lo que estás pensando, pero las cosas son más complicadas de lo que parecen... Para que lo entiendas, voy a decirte la verdad, lo que soy... y lo que ocurre... Vas a saberlo todo, pero... Tan pronto como eso pase, quiero que me lleves con mi mamá. Y me vas a ayudar —declaró ella mirándolo a los ojos.
Neji sintió una presión extraña en ese momento... Pero, no era miedo... Tampoco era algún tipo de sensación de muerte... Sentía... ¿Lástima? ¿Compasión? ¿Culpa?... ¿Por qué?
—Escúchame, Neji... Lo que te diré es una verdad muy fuerte, así que por favor, presta mucha atención. Si tienes alguna pregunta, la responderé... Si recuerdas nuestra niñez... Te darás cuenta de que no miento —aclaró ella, a lo que finalmente Neji suspiró antes de sentarse en el suelo con las piernas cruzadas.
—Te escucho...—
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Mientras... Con Orochimaru.
—Orochimaru-sama, traje al prisionero que me ordenó —declaró Kabuto, quien dejó caer a un hombre al suelo, un hombre de mediana estatura, cabello marrón y ojos negros, que se veía muy herido.
—Excelente —contestó el sannin, quien se encontraba sentado en una silla junto al tubo de cristal donde su creación estaba desarrollándose.
—¿Para qué me ha pedido traerlo? Es uno de los más débiles —dijo Kabuto mirando al hombre en el suelo.
—No importa, cualquier idiota me servía. Este libro tiene varias páginas arrancadas... —comentó el sannin mientras ojeaba el diario de Aneko.
—Lo siento, Orochimaru-sama... El doctor las arrancó a propósito, supongo que para evitar que cierta información saliera —aclaró Kabuto.
—No importa, el libro tiene casi todo lo que necesito... Además, Saiko ya es una realidad, ella se está desarrollando rápidamente. Aun así, tengo una gran intriga sobre este diario —dijo el sannin.
—¿Qué cosa, mi señor?—
—Me gustaría saber más de cómo se llegó a esto en primer lugar, quién lo planeó y cómo se le ocurrió, me gustaría obtener más detalles del procedimiento —dijo Orochimaru con una sonrisa—. Sería bueno hablar con alguien que sepa del tema.—
—Pero... Todos están muertos, mi señor... Incluso el Raikage... —comentó Kabuto.
—Kabuto, ya sabes que la muerte no es un desafío para el poderoso Orochimaru —el sannin se colocó de pie, mientras caminaba hasta el hombre inconsciente en el suelo y sacaba una botella con líquido rojo—. ¡Creo que sería bueno tener dos por el precio de uno!—
—¿Eh? —Kabuto vio sorprendido cómo Orochimaru tomó un pergamino y lo extendió, este tenía varios sellos.
El sannin de las serpientes untó la sangre de Aneko en el pergamino, luego hizo algunos sellos y finalmente estampó su mano contra el pergamino.
—¡Edo Tensei no Jutsu! —de esta forma, el sello que había en el pergamino se extendió hasta rodear el cuerpo del hombre.
Tras algunos segundos, no ocurrió nada...
—¿Qué demonios? —se preguntó Orochimaru viendo el sello—. No funcionó...
—¿Trató de revivirla? ¿Su alma estará sellada? —se preguntó Kabuto, a lo que Orochimaru solo empezó a reír...
—No, no es eso... La respuesta es muy obvia, Kabuto. No puedo revivirla, porque no está muerta —declaró el sannin.
—Ya veo... Así que sobrevivió a la explosión...
—Así parece, o tal vez simplemente escapó... Pero ahora sabemos que anda por ahí suelta —contestó Orochimaru.
—Entonces, ¿qué haremos?
—Nada, déjala así... Será un buen reto para Saiko una vez que nazca y se convierta en mi recipiente —dijo Orochimaru—. Pero aun quiero hablar con alguien que sepa del tema.—
—¿Qué tiene en mente?—
—Kabuto, prepárate para ir al País del Rayo, quiero que me traigas algo de los restos del tercer Raikage, él está muy familiarizado después de todo... Je... Además, según este libro, él tenía información muy valiosa —dicho esto, Kabuto sonrió.
—Sí, mi señor.—
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En el laboratorio de Tsunade.
Se podía ver cómo todo estaba apagado, mientras Aneko flotaba en su cápsula...
Su cabello blanco ondeaba en el líquido mientras ella permanecía inmutable...
—¡Mocoso! ¡Vuelve aquí, maldito mocoso!—
Varias voces mentales se hacían presentes, acompañadas de imágenes...
—¿ERES COMO YO?—
—¡Asami!—
—¡MALDITOS HUMANOS! ¡ME LAS VAN A PAGAR!—
—Saiko... Serás la criatura perfecta, mi recipiente...—
—LOS 5! SEREMOS LOS JINETES QUE LLEVARÁN EL MUNDO A LA PAZ!—
—Soy inmortal...—
—Prepara la transmisión...—
—¡ERES UN IDIOTA! ¡ORBA!—
En eso, se pudo ver cómo los monitores de la sala se alteraron mientras Aneko empezó a tambalearse en el líquido, mientras muchas burbujas salían por su boca acompañadas de una sustancia negra.
Fin Capítulo 67
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