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64 [Último aliento]

En Konoha

Vamos... Esto tiene que funcionar...— pensó Naruto para sí mismo.

Esto es muy complicado...— pensó Kakashi mientras veía al rubio, Jiraiya por su parte se veía preocupado, ninguno de los dos se atrevía a interrumpirlo, pues era un momento muy delicado, por no decir que era peligroso que siquiera lo distrajeran.

El Jinchuriki se encontraba en pose de loto, totalmente quieto, y tenía las marcas del senjutsu alrededor de sus ojos.

Naruto, lo que estás haciendo es muy peligroso. ¡Te estás exponiendo demasiado!— pensó Jiraiya, mientras el rubio simplemente no se detenía.

Se podía ver cómo varias gotas de sudor bajaban por su frente. ¿Por qué?... No estaba haciéndolo solo...

El Jinchuriki en un intento precipitado había creado decenas de clones y los había esparcido.

Los clones se habían dispersado a lo largo de todas las guaridas y ubicaciones aledañas a ellas, o cualquier lugar donde alguna vez Naruto hubiera dejado un sello Hiraishin, siendo más de 100 clones, habían clones del rubio, todos en la misma pose, extremadamente quietos y completamente concentrados.

Algunos incluso estaban dentro de las aldeas ninja, meditando en lugares ocultos, todos enfocando su sentido sensor al máximo.

Grr... Mierda...— pensó Naruto para sí mismo. —No puedo sentirla...—

Naruto, esto es demasiado incluso para ti— pensó Jiraiya. —El senjutsu posee enormes habilidades sensoriales... En especial cuando el usuario se concentra, su radar de detección es enorme, en mi caso 10 kilómetros de radio, Naruto posee mayor rango debido a su experiencia... Pero... Estamos hablando de un continente entero, son decenas de millones de kilómetros cuadrados... Aunque pudiera detectar en un rango de mil kilómetros... Ni con mil clones podría cubrir tanto espacio...—

Naruto se está arriesgando demasiado... Sus clones están esparcidos por decenas de lugares, podrían encontrar alguno, los ocultos podrían darse cuenta de que sigue vivo... Además, Jiraiya-sama le advirtió que si usaba tantos clones, estaría manejando demasiado estrés e incluso podría perder el control de la energía natural... Ahora está usando poco más de 100... No puede desconcentrarse ni un segundo o podría terminar petrificado...— se dijo mentalmente Kakashi preocupado.

Mierda...— pensó Naruto mientras empezaba a disipar toda la energía natural y a deshacer sus clones con mucho cuidado.

Finalmente él se levantó mostrando ojeras pronunciadas y una expresión agotada.

—Debo seguir... Tal vez si uso el chakra de Kurama y creo 2 mil clones más...— Antes de que dijera algo Jiraiya lo tomó del brazo y le reclamó.

—¡Basta Naruto! ¡Entiendo que estás desesperado! Pero si sigues así, solo vas a lograr suicidarte. Apenas pudiste usar poco más de 100, y tu mente apenas puede soportar la tensión!— reclamó Jiraiya a lo que Naruto solo gruñó frustrado.

Kakashi lo tomó por el hombro antes de advertirle.

—Naruto, piénsalo bien, tus clones solo cubren alrededor de 20 km cada uno, el continente tiene más de 50 millones de kilómetros cuadrados, necesitarías más de 2 millones de clones, sin mencionar el tiempo y energía que gastarás para desplazarlos, además del riesgo que corres — declaró Kakashi a lo que Naruto suspiró derrotado. —Incluso usando solo 100 clones, tardarás miles de intentos, donde tu cuerpo, mente y espíritu cada vez estarán más agotados por el estrés. ¡Estás intentando buscar un granito de arena específico en un desierto monumental!—

Naruto solo agachó la mirada antes de agarrarse la cabeza y dejarse caer al suelo.

—Entonces ¿¡qué quieren que haga!? ¡Necesito encontrarla de algún modo!— exclamó Naruto mientras se agarraba los mechones de su cabeza con frustración. —¡Ah! ¡Soy un maldito inútil! ¡Cómo no vi venir esto!—

Algunas lágrimas empezaron a asomarse por sus ojos.

Mierda... Naruto intentó esa locura una sola vez... Y el estrés acumulado de sus 100 clones le está haciendo frustrarse, si sigue así va a enloquecer...— pensó Jiraiya antes de arrodillarse y colocarse junto a él.

—Naruto, no puedes decir cosas como esas, este no eres tú, concéntrate— dijo el Sannin colocando sus manos en los hombros del rubio quien solo asintió intentando razonar.

Naruto empezó a inhalar y exhalar intentando pensar en algo, esto en un intento de calmarse.

—Kakashi... ¿Podemos usar el olfato de los perros?... Tal vez si vamos a los lugares donde estuvo Aneko...—

—Naruto, sabes muy bien que es imposible seguir un rastro que no existe, Aneko no emite olores corporales, los únicos olores que tiene son los de las cosas que están sobre su cuerpo, polvo, tela, sangre, etc... Cosas las cuales fácilmente están en todos lados... Además, para seguir a alguien con el olfato, se sigue el olor que dejan mientras se desplazan, ella fue teletransportada— explicó Kakashi a lo que Naruto se frotó las sienes.

—Necesito tomar algo de aire fresco...— Declaro Naruto antes de teletransportarse.

—Me pregunto... Cómo le estará yendo ahora...— preguntó Jiraiya al aire.

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En el campo de batalla, el ambiente era denso.

El pueblo fantasma en el que antes peleaban los 2 adversarios, ahora era un lugar inhóspito, la tierra estaba quemada, había rocas licuadas al rojo vivo, los bosques en un radio de 5 kilómetros estaban en llamas, había humo negro por todas partes... Y no solo eso, la atmósfera estaba cargada por una poderosa aura tóxica, había potentes mezclas químicas en el aire que mataban todo lo que entrase, y si no morías por aquellas toxinas, probablemente el calor del ambiente podría quemarte vivo.

Y sin embargo, allí estaban 2 criaturas... Un colosal demonio que sostenía su espada flameante en su mano derecha, era una figura imponente que representaba la destrucción... El infierno en la tierra, el demonio primordial Orba, Jinete y uno de los 5 comandantes del ocultismo.

Ante él, se encontraba una criatura, que los suyos catalogarían como una abominación, un engendro que desafiaba la naturaleza, un monstruo... No era una humana ni un demonio, ella era la evolución encarnada, Aneko Goremane, quien había adoptado su forma adulta, ella no estaba dispuesta a contenerse en lo absoluto.

Los 2 entes se miraron entre sí, mientras ambos desprendían potentes auras cargadas de sed de sangre, auras que imponían el terror más profundo que la mente humana podría sentir.

Esta pelea debe terminar rápido... No debo dudar en usar cada gota de fuerza que mi cuerpo me permita en esta forma...— pensó Aneko apretando sus puños y preparándose para atacar, los músculos de todo su cuerpo estaban remarcados, su sangre bombeaba a todo poder.

—Eres muy ilusa si crees que tienes posibilidad ante un demonio primigenio. Que cambies de forma no hará diferencia— burló Orba antes de empuñar su espada con ambas manos, colocándola por encima de su cabeza y cubriéndola en llamas azules, listo para dar un corte vertical como el anterior.

Tú eres el iluso si crees que me dejaré golpear 2 veces de la misma forma. ¡Esta vez seré mucho más rápida!— Se dijo Aneko a si misma mientras se agachaba.

Orba bajó su espada con todas sus fuerzas, pretendiendo acabar la pelea de un solo ataque, a lo cual Aneko dio un poderoso salto en dirección a la espada.

La asesina salió disparada desde el suelo, pasando a toda velocidad a escasos metros de la espada, sintiendo la ola de calor que acompañaba al filo, sin sufrir ningún daño y evitando el corte.

—¿Eh!?— Orba solo pudo ver cómo la asesina volaba directo a su cara con aquel salto.

—Me gustaba cuando hablabas menos!— exclamó ella antes de propinarle un puñetazo cargado con una poderosa fuerza, la fuerza era tal que su puño se prendió en llamas antes de acertar en la mandíbula, haciendo que el demonio retroceda un par de metros. —¡Levante una maldita montaña más grande y maciza que tú! ¡No me vas a intimidar con algo tan tonto!—

Orba dio algunos pasos atrás mientras se recuperaba, aquello había sido como ser golpeado por una piedra gigantesca, incluso le había quedado una herida de su carne abierta por el golpe, el demonio dio varios pasos atrás mientras la espada de su mano se desvanecía, a lo que Aneko aún en el aire lo miraba fijamente, preparándose para seguir.

Como lo pensé... Aunque creció y su fuerza ha aumentado... Mi fuerza física es mayor que la suya... Aún así, se hizo gigante para aumentar su rango en todos los aspectos... Debo evitar que me golpee con sus técnicas masivas, debo ser rápida— Analiso la asesina.

—¡Muérete estorbo!— regañó Orba mientras una de sus cadenas de chakra se movía en forma de tentáculo para intentar golpear a la mujer.

Aneko rápidamente dio una patada al aire, formando una onda de choque que la desplazó para evitar el golpe.

Sin embargo, las cadenas no se detuvieron, todas ellas empezaron a menearse violentamente, eran más de 10, a lo que la mujer pateó una y otra vez el aire para mantenerse en las alturas y esquivar.

—¡AGH!— Aneko pateó el aire una vez más, impulsándose a sí misma contra el rostro de Orba nuevamente, a lo que una de las cadenas se puso en medio.

La asesina lanzó un arañazo con sus garras, este fue con tal fuerza que liberó fuego azul por la fricción con el aire, esto causando un poderoso estruendo, la cadena se rompió al instante a lo que Orba gruñó mientras hacía un gesto con su mano.

Ya veo, así que en esa forma es incluso capaz de generar fuego por fricción y soportarlo— pensó Orba mientras hacía un sello, y apuntaba uno de sus dedos a la asesina. —Estilo de aire... Jutsu aura de vacío...—

—¿eh!?— En eso, la asesina sintió como la densidad del aire había disminuido grotescamente, prácticamente era como si no hubiera atmósfera alrededor, por ende no había aire que pudiera patear en ese momento, ni fricción para sus golpes.

—¡Mierda!—

En eso, pudo ver cómo una de las cadenas venía a toda velocidad, ella lanzó un puñetazo a la cadena, sin embargo debido a la falta de atmósfera no tenía ningún punto de apoyo, por lo que la cadena golpeó a la mujer haciendo que salga disparada verticalmente contra el suelo.

Aneko fue azotada contra el suelo debido a la fuerza cadena, dejando un enorme cráter en la tierra.

—¡AGH!— La mujer se colocó en pie dispuesta a seguir su pelea.

Jutsu de imitación de sombra...— pensó Orba mientras hacía un sello manual, de esta forma Aneko sintió su cuerpo más pesado—Jutsu de costura de sombra—

Aneko pudo ver cómo tentáculos de sombra se levantaban para intentar perforarla, sin embargo esta vez no eran capaces de atravesar su carne, por lo que empezaron a envolverla, quedando con muy poca movilidad.

Ugh! Su sombra tiene más alcance ahora que es gigante... Puedo moverme, pero es pesado!— pensó Aneko mientras forcejeaba, haciendo que algunos de los tentáculos de sombra se rompieran.

—Solo eres un triste bicho—dijo Orba mientras levantaba su pie, luego se dispuso a pisar a la mujer.

—¡AH! ¡TENGO QUE DESHACERME DE ESTA MALDITA SOMBRA!—exclamó Aneko mientras empezaba a liberar su aura eléctrica la cual a su vez desprendía luz.

La sombra se deshizo debido a la luz, sin embargo, ya era tarde, ella apenas podía ver cómo un enorme pie bajaba para pisarla, por lo que rápidamente colocó sus brazos arriba, esto sin dejar de irradiar electricidad.

La tierra se agrietó mientras Aneko era enterrada por el peso del titán haciendo presión sobre ella, aunque tuviera la fuerza suficiente para levantarlo, lo cierto es que el piso no, por lo que ella resultaba perforando la superficie sin lograr detenerlo.

—Estilo de fuego, aura ígnea—declaró Orba mientras su pie se empezaba a cubrir con una potente aura de fuego azul.

¡Maldito piromano!—pensó Aneko viendo cómo sus brazos empezaban a cubrirse en las llamas por el contacto con el pie, por lo que ella no perdió el tiempo y alargó sus garras.

—¿eh!?...—Orba pudo sentir un dolor en su pie lo cual lo obligó a dejar de hacer presión.

En eso, pudo sentir cómo la carne de su pie estaba siendo perforada y desgarrada, para su sorpresa, una gran herida se abrió en la parte de arriba de su pie, de la cual salió Aneko quien apenas tenía los brazos humeando con quemaduras de segundo grado.

Qué criatura tan molesta. Evitó ser quemada abriéndose paso en el interior de mi pie... Y parece que en esa forma adulta es más resistente y fuerte que antes... Es lógico teniendo en cuenta que sus golpes generan disparos de plasma por presión—pensó Orba molesto.

Aneko rápidamente salió de la herida y empezó a correr a cuatro patas por la pierna de Orba.

No soy la misma de hace unos momentos—pensó Aneko mientras las garras de su mano crecían más.

Orba se sorprendió al ver cómo su enemiga ya se había colocado a la altura de su cara nuevamente, y le lanzó un arañazo cargado de llamas azules y rayos.

—¡UGH! ¡Maldita! Ahora sí estoy enfadado—exclamó Orba al sentir cómo su ojo izquierdo había sido destrozado de un tajo, y no solo eso, el área afectada estaba ardiendo debido a un ácido secretado por las garras.

El Jinete intentó tomar a la mujer con su mano, pero ella rápidamente empezó a correr por su cuerpo.

—¡AH! ¡AHORA EL CUELLO!—pensó Aneko lanzándose a toda velocidad.

El demonio rápidamente apretó los puños mientras empezaba a liberar llamas alrededor suyo.

—Pulso de fuego—pensó el demonio, recubriendo por completo su cuerpo en llamas y soltando un potente resplandor de llamas.

Al instante Aneko salió disparada por los aires a varios metros, quedando a más de 300 metros de su enemigo.

Es molesto enfrentar a alguien de esas dimensiones...—pensó Aneko saliendo de un cráter en el suelo, tenía el cabello completamente chamuscado y quemaduras de tercer grado. —Ese pulso fue potente... Incluso con mi resistencia mejorada al fuego, pudo dañarme...—

Al levantar la vista podía ver cómo Orba apuntaba su mano en dirección a ella, esto mientras su ojo se volvía a regenerar.

—¡Muere criatura! Jutsu lluvia de balas de fuego—exclamó Orba, al instante centenares de proyectiles de fuego azul empezaron a salir disparados de su mano, cada proyectil eran como balas de cañón.

La asesina rápidamente se reincorporó, empezando a correr a cuatro patas a lo largo del campo de batalla mientras evadía los cañonazos, cada uno produciendo enormes explosiones al chocar contra el suelo.

Aneko corrió tan rápido como pudo mientras buscaba acercarse al gigante.

—¿eh!?— En eso, ella pudo ver cómo el gigantesco demonio desapareció en un destello naranja.

—¡AH!— Para sorpresa de Aneko, el Jinete apareció en el aire arriba de ella mientras que su mano se cubría en fuego.

Aneko intentó hacerse a un lado, sin embargo, Orba esta vez había logrado ser más rápido, aplastando a la mujer contra el suelo de una palmada.

—¡Mierda!— soltó ella al mismo tiempo que soltaba sangre por la boca.

—Vamos a jugar un pequeño jueguito— Burló Orba mientras la levantaba atrapada en su puño envuelto en llamas.

Aunque Aneko estaba recibiendo profundas quemaduras de tercer y cuarto grado, su cuerpo estaba soportando el calor tanto como podía.

—Veamos qué haces con el siguiente nivel...— Dijo Orba, en eso, las patas de araña que se meneaban en la espalda del demonio empezaron a moverse, estas empezaron a formar lo que parecían manos humanas algo retorcidas en sus puntas.

—¿¡Qué está tramando!?— Pensó Aneko mientras su cuerpo intentaba soportar el fuego, y sus músculos debilitados por las quemaduras empezaban a abrir los dedos de Orba, pero su sexto sentido le estaba dando una advertencia.

—Como ya lo sabrás mocosa, la mayor arma de un ninja usuario del ninjutsu... Son sus manos. Y qué te parece, yo tengo 10 de ellas y soy un maestro con más de mil años de experiencia en el ninjutsu— Burló Orba, a lo que Aneko abrió los ojos incrédula.

Pudo ver cómo una de las manos de araña hacía un sello manual...

Al instante, 2 clones gigantes de Orba aparecieron a sus lados, a lo que estos tomaron distancia, había más de 100 metros de distancia entre cada uno, formando un triángulo.

—Qué te parece... Ahora tengo 30 manos, las posibilidades son infinitas— Burló Orba mientras Aneko lograba soltar y abrir algunos de sus dedos.

—Si no me sueltas voy a arrancarte cada mano y la cabeza— Exclamó ella mientras sus garras empezaban a clavarse en los dedos de Orba.

—¿Quieres que te suelte?— Burló Orba mientras uno de sus clones hacía un sello ya conocido con 2 de sus patas de araña.

—Estilo de aire, atmósfera de vacío— Dijo el clon, mientras que el Orba principal arrojó a Aneko por los aires con toda su fuerza en dirección al otro.

—Vamos a jugar— Dijo uno de los clones.

—¡Maldición!— Pensó Aneko mirando sus intenciones.

Tan pronto llegó hasta donde estaba el otro Orba, este la recibió con un puñetazo envuelto en llamas que la lanzó en dirección al otro.

El siguiente sonrió antes de hacer lo mismo, dándole un puñetazo que la lanzó contra el original, quien hizo un sello.

—Estilo de fuego, dragón de fuego— Burló él, recibiendo a la asesina con un poderoso dragón de llamas azules que la lanzó contra el siguiente.

—Estilo de agua, dragón de agua— Burló el otro, recibiendo a la asesina con un dragón de agua, produciendo una poderosa explosión térmica de vapor que la lanzó contra el otro.

—Estilo de rayo, dragón de rayo— Dijo el siguiente con una voz burlesca, lanzando una potente descarga que repelió a la chica en dirección al otro, quien la recibió con un dragón de roca.

—¡Agh!— Aneko soltó un grito de dolor mientras era lanzada contra el siguiente —¡Esto es absurdo! ¡Está jugando conmigo!—

En este punto, se podía ver cómo tenía múltiples heridas y huesos rotos, además de serias quemaduras por todo el cuerpo.

—Estilo de aire, dragón de aire— exclamó el último, lanzando un dragón hecho de vientos cortantes, haciendo que finalmente la asesina sea lanzada contra el suelo, donde se desató una explosión.

Una vez el polvo se disipó, se pudo ver cómo ella estaba allí tratando de levantarse.

Había perdido sus brazos a causa del viento cortante en las zonas debilitadas por los golpes anteriores, su piel estaba llena de quemaduras de tercer y cuarto grado, tenía un ojo salido de su cuenca, mientras ella respiraba pesado y liberaba vapor.

Orba solo burló mientras la observaba.

Naruto tenía razón... El chakra demoníaco de estos tipos... Potencia sus jutsus de una forma terrible...— pensó Aneko mientras lentamente dos brazos nuevos empezaban a crecer, y su piel volvía a regenerarse.

—Qué te parece, al parecer tienes un límite después de todo... Antes hiciste crecer tu pierna en unos pocos segundos, ahora te está costando trabajo— burló Orba al ver cómo los nuevos brazos de Aneko apenas si se estaban formando, hasta volver a su estado original después de casi medio minuto. —Al parecer, cuando usas tu forma adulta, comprimes tu biomasa en los músculos, lo que te hace mucho más resistente... En pocas palabras, sacrificas tu capacidad regenerativa a cambio de un mayor poder defensivo y ofensivo—

—A diferencia de ti, yo soy un verdadero ser inmortal, mientras tenga chakra, mi regeneración seguirá trabajando... Y mi chakra, es mayor al de mis hermanos juntos, es infinito—

Ella solo gruñó mientras su ojo volvía a su posición original.

Tiene razón... En este punto tengo menos calorías y biomasa... Toda la comida que comí antes ya se están consumiendo...— Pensó ella mientras terminaba de regenerarse. —Dudo que este sujeto me dé tiempo para comer algo mientras me ataca... Si sigo atacándolo con mis puños sin un plan... voy a morir... si me vuelve a cortar una extremidad... Dudo poder regenerarla otra vez... Tengo que pensar—

—Un humano como tú no tendría porque existir, eres un error salido de un laboratorio, pero ponte feliz, voy a liberarte de tu miseria—

—No me interesa oir tu opinión! Seguidor del caldo!— Exclamó ella, a lo que Orba solo suspiro molesto.

—Tus insultos a Kaidō-sama son insignificantes, no comprendes su grandeza— Declaró el demonio

—Si son tan insignificantes entonces por qué te molesta? Soy yo, o estás ocultando alguna inseguridad?— Contesto Aneko a lo que el Jinete nuevamente pareció molesto —Y claro que no comprendo a tu jefe! No siquiera se quién es, así que no me hables de el como si yo lo conociera!—

—No importa, de todas formas, tu no vivirás en su paraíso, eres una de las abominaciónes que no merecen vivir... Solo eres una sucia sabandija, matas por placer o dinero, has matado a Miles de inocentes. Mataste a mis hermanos, y que conseguiste? Nada, solo lo hiciste porque podias. Eres un desecho de la sociedad que se aferra a la idea de que vale algo, cuando solamente trae desgracia. Debo purificar el mundo del basura como tu—

—js! Eres un hipócrita! Puedo recordar como los tuyos mataron a u hombre como sacriucio a tu jefe! Un civil inocente! Cómo si fuera un espectáculo, son unos enfermos! Tu demonio asqueroso, no eres Nadia para criticarme! Yo no eleji vivir la vida de asesina! No pedí que me convirtieran en esto que soy ahora!—

Orba solo sonrió antes de señalarla.

—Tu y yo, somos lo opuesto, yo soy un arma hecha para traer la paz, para purificar este mundo de todas las guerras, eso es para lo que fui creado... Tu, eres el arma que nace para traerlas, tu sola existencia o conocimiento de ti, es un conflicto. Eres un monstruo, y eso no cambiará, Goremane, sea tu elección o no. Y entre nosotros 2, yo soy el ser superior—

—En serio detesto a este tipo... Aunque siento que en parte tiene razón... Soy un monstruo de muchas formas aunque yo no quiera admitirlo— Pensó Aneko

—A diferencia de ti, yo soy un verdadero ser inmortal, mientras tenga chakra, mi regeneración seguirá trabajando... Y mi chakra, es mayor al de mis hermanos juntos, es infinito—

En ese momento, se pudo ver cómo todo estaba en cámara lenta para Aneko, quien miró fijamente a Orba.

No miente en que tiene mucho chakra... Pero, no es infinito, ¿está mintiendo? ¿Por qué mentiría?...— Pensó ella.

La asesina miró a sus tres atacantes mientras meditaba la situación.

Ha hecho muchos jutsus toda la pelea... pero, su chakra no se ha agotado nada, entonces ¿por qué decir que es infinito es una mentira?... Espera... ahora que lo pienso... Hay algo familiar en su chakra...— Pensó el pecado de la pereza mientras miraba al demonio, fijándose en una de las patas de araña, la cual todo el tiempo estaba haciendo un sello. —Ese sello manual... No es común se parece al de...—

Un recuerdo vino rápidamente a la mente de la asesina...

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Se podía ver cómo ella estaba junto a otros 6 asesinos, los 7 estaban en fila lateral, mientras el raikage pasaba frente a ellos y hacían preguntas al doctor Lucius...

Era el día que habían sido elegidos para los pecados capitales...

Yatira: Mi nombre es Yatira Kusanare, de la décima generación

Lucius:... Ella es una asesina con habilidades ligeramente sobresalientes, pero su mayor fuerte son los ninjutsu. Posee la habilidad de crear sellos con una sola mano, y es capaz de usar hasta 2 jutsus consecutivos, esto al hacer un jutsu en cada mano, posee 3 elementos de la naturaleza lo que le permite mezclarlos y crear otros elementos, esto sin la necesidad de un Kekkei genkai especifico. Aunque si tiene una habilidad heredada de sangre, y es la habilidad de recargar su chakra en un segundo, por lo que su chakra es virtualmente ilimitado

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Aneko abrió sus ojos de par en par...

Recordando la pelea de los pecados capitales, podía ver cómo ella había hecho equipo con Yatira y Kasuma para enfrentarlo.

Yatira varias veces durante la pelea, había hecho el mismo sello manual extraño que estaban haciendo la mano del demonio en todo momento...

Por otro lado, antes de crecer, el había usado el sello al menos un par de veces...

—Como ya lo sabrás mocosa, la mayor arma de un ninja usuario del ninjutsu... Son sus manos. Y qué te parece, yo tengo 10 de ellas y soy un maestro con más de mil años de experiencia en el ninjutsu— Burló Orba, a lo que Aneko abrió los ojos incrédula.

—Ya lo entiendo— Pensó Aneko uniendo cabos. —No es chakra infinito... Lo está recargando en todo momento... Ahora que está usando ese jutsu de gigantismo y otros dos clones, requiere estar cargando en todo momento... Esos cuerpos gigantes... deben consumir mucho chakra...—

La asesina nuevamente se levantó erguida mientras su brazo finalmente había terminado de regenerarse.

—Como sea... Basta de charlas, no me importa si eres superior o no, el débil puede hacerse fuerte... Y si el fuerte es arrogante, es un débil mentalmente— Contesto Aneko

—Qué te parece, así que finalmente estás lista para morir? Te di unos segundos de descanso, para que recuperarás ese brazo, y supieras que vas a ser destruida por la gloria de Kaydõ-sama, deberías agradecerme— Dijo Orba con una sonrisa a lo que Aneko lo miró a los ojos.

—Tu arrogancia te va a matar, idiota...— Contestó ella, a lo que Orba solo empezó a hacer sellos manuales, mientras sus otros clones también.

—No soy arrogante, simplemente se de lo que soy capaz. Como sea... Esta es la primera vez que puedo pelear con tanta libertad... Así que, voy a darte el honor de que conozcas todo mi poder destructivo antes de tu muerte... Pero tranquila, este será el último ataque— Declaró el Jinete mientras Aneko se preparaba.

—No sé qué pretenda ahora... Solo sé que sea lo que sea... Debo sobrevivir a ello... Estoy rodeada... Sea lo que sea que hagan no podré escapar de en medio de ellos. Ahora sé cómo derrotarlo— Pensó Aneko.

—Estilo aire, tornado maldito— Dijo el demonio y sus clones, cada uno estaba usando dos de sus patas de araña para hacer un sello diferente, a continuación, esta pata se meneó como un látigo en dirección a Aneko.

—¿eh!?— La asesina rápidamente sintió como un poderoso torbellino se formaba a su alrededor en medio de los tres Orba, era un gigantesco tornado de categoría F5, era más grande que el propio Jinete.

Aneko rápidamente encajó sus garras al suelo, intentando evitar ser arrastrada por las potentes corrientes de aire, pero el suelo solo se rasgó por la presión atmosférica.

La asesina empezó a ser llevada por las potentes corrientes de aire del tornado, el cual también arrastraba consigo montones de aquellas esferas de fuego.

A la distancia, se podía observar el gigantesco tornado de viento oscuros, ya que en él estaban todo el humo negro de la pelea anterior, estaba cargado de partículas tóxicas y escombros, esto hacía que aquel fenómeno fuera una verdadera catástrofe.

Las nubes que había en el cielo, empezaron a rugir, liberando truenos y coloreándose de negro también.

Aneko intentaba equilibrarse en aquella masiva tormenta de viento, pero era completamente arrastrada.

¡Este sujeto está loco!... Se supone que los ocultos buscan estar ocultos... Esta cosa debería ser visible a kilómetros de aquí!... ¿¡cómo es que alguien no va a notar este maldito tornado!? Incluso si no lo ven, la cantidad de chakra que está usando podría alterar a un ninja sensor... ¿¡Dónde demonios estamos para que se tome tanta libertad!? O de alguan forma puede esconder su chakra!?— Pensó ella mientras veía como un escombro gigante de roca volaba directo a ella.

La mujer se cubrió como pudo con sus brazos, chocando contra el enorme escombro, el cual se destrozó.

Al levantar la mirada, solo podía ver cómo venían decenas de otros más en dirección a ella.

Aneko rápidamente preparó sus puños, destruyendo los que podía y siendo golpeada por otros.

Mientras que Orba solo observaba con una sonrisa.

—Nada mal, pero aún podemos agregarle diversión a este tornado— Una vez más una de sus patas de araña empezó a ejecutar sellos —Jutsu de agua, disparo de aceite!—

El demonio inhaló una gran cantidad de aire antes de soplar un enorme chorro de un asiento transparente, haciendo que el tornado crezca más.

Otro clon también empezó a hacer sellos.

—Estilo de agua, jarabe adhesivo— Burló él comenzando a soltar entonces cantidades de una sustancia aquosa de consistencia pegajosa.

El otro usó sus cuatro de sus patas, comenzando a hacer dos jutsus simultáneos.

—Estilo de aire... Estilo de agua... Ventisca absoluta!— El demonio soltó una poderosa ventisca congelada por su boca en dirección al tornado.

Aneko podía ver cómo su cuerpo era cubierto con aquellas sustancias líquidas y luego se enfrentaba a un poderoso frío, capaz de congelar personas vivas al instante.

—¡Hielo!?— Pensó ella asombrada.

—Estilo de fuego, cenizas infernales!—

—Estilo de viento rayo, red eléctrica!—

—Estilo de fuego, aliento de dragón!—

Aneko solo pudo sentir cómo su sexto sentido gritaba. Con aquella combinación, el tornado se volvió extremadamente violento, fuertes explosiones de choques térmicos empezaron a surgir haciendo que los movimientos del aire sean más grotescos.

Aneko tenía múltiples heridas por aquellas explosiones, apenas había podido soportar, y aún así había perdido media pierna.

El tornado empezó a convertirse en un tornado de fuego que arrasaba todo a su paso, el suelo donde estaba ubicado empezó a derretirse, los escombros de roca se convirtieron en lava.

Aneko al instante se colocó en posición fetal mientras su cabello empezaba a cubrirla, aun así, este se estaba empezando a prender en llamas con suma rapidez.

Mierda... Si sigo así, voy a morir tarde o temprano... Él controla por completo este fenómeno meteorológico... No puedo destruir esta cosa con los puños... No puedo salir de aquí por más que me mueva... Y él no tiene intenciones de dejarme salir— Ella apretó la mandíbula. —Ah! Voy a morir a manos de un tipo tan arrogante!?—

En este punto, podía sentir cómo su cabello estaba empezando a reducirse a cenizas.

—Simplemente... No sé para que peleó... Este sujeto tiene algo de razón... Mientras yo exista... Seré una amenaza para los demás... ¿Porque estoy peleando?... Mi hermano está muerto... Ya libere a la hermandad... Cumplí mis objetivos...— Pensó Aneko antes de mirar a su alrededor. —Aunque estos tipos son una amenaza... Se que Naruto podrá detenerlos en el futuro... No... Aneko... no te rindas, no dejes el trabajo a otros!—

Al cabo de unos cuantos segundos, se podía ver cómo ya no quedaba nada del cabello mientras que ella intentaba soportar las altas temperaturas.

Su cuerpo en forma adulta estaba soportando hasta límites extremos.

Todo su cuerpo estaba sudando, en este punto ella estaba soltando enormes cantidades del lípido inífugo, con el que ella solía soportar el fuego, sin embargo, esta se estaba evaporando con suma rapidez mientras ella se esforzaba en generar más.

No importa qué tan buena sea mi regeneración... Si sigo así, terminaré consumiendo toda el agua de mi cuerpo para protegerme, y terminaré muriendo igual— Pensó ella totalmente alterada, sus sentidos estaban en alerta máxima.

—Ya no eres tan ruda, ¿verdad?— Burló Orba. —Este es tu castigo divino por burlarte del Dios supremo, Kaydõ-sama!—

Una más de las patas hizo un sello.

—Estilo tierra, lanzas de piedra— La pata que había hecho este jutsu empezó a disparar enormes estacas de roca afilada, estas de un metro de largo, las cuales también empezaron a orbitar el tornado.

¡Maldición!— Pensó Aneko mientras intentaba sobrevivir al poderoso ataque combinado, seguía perdiendo lípidos a gran velocidad, su cuerpo se esforzaba por no entrar en combustión. —¡Esto es muy absurdo! No veo cómo salir de esta trampa!—

En este momento era presa de un tornado sin la posibilidad de agarrarse de nada, el viento era sofocante, la temperatura era extremadamente alta, capaces de fundir roca, esto mientras el tornado se llenaba de peligrosas piedras afiladas y reforzadas con chakra al rojo vivo.

¡PIENSA, ANEKO! ¡PIENSA!— Exclamó ella mentalmente.

Entonces, pudo sentir cómo una de las lanzas de roca se clavó en su pecho causando grave daño.

¿Moriré aquí?...— Pensó para sí misma.

Pero un recuerdo vino a su mente...

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—Crees, que merecemos una segunda oportunidad, aunque estuviste capturado por nosotros y atacamos tu hogar hace años?— Pregunto uno de ellos, a lo que Naruto se percató de que todos estaban esperando su respuesta...

Al mirar a Aneko y a Natsu, el Jinchuriki noto que todos esperaban su respuesta...

Naruto medito un momento, parecía serio tener malos recuerdos, pero finalmente contesto.

—Pienso, que merecen una segunda oportunidad, que muchos de ustedes tomarán está oportunidad para bien, que ustedes no me capturaron por placer ni gusto... Creo que deben vivir una vida plena y ser mejores que antes, así reivindicar y expiar sus crímenes— Contesto Naruto a lo que muchos de los asesinos parecieron sorprendido

El rubio dio un paso al frente antes de dejar a Hinata en el suelo y comenzar a hablar de frente a los asesinos

—No obstante, algo si está claro... Será difícil, se que muchos de ustedes no están adaptados a la sociedad, les costará entenderla, se que muchos han perdido partes importantes de su humanidad e incluso propósito, probablemente tengan crisis... La sociedad probablemente nunca los perdone y los siga viendo como terroristas aún si no conocen sus rostros... Pero, pienso que vale la pena intentarlo, ya no tienen nada que perder pero si mucho por ganar y experimentar— Declaró el Jinchuriki a lo que muchos de ellos se miraron entre si...

Algunas de esas palabras era motivadoras, otras algo frías y duras... Pero, realmente ya no tenían nada que perder pero si un mundo lleno de posibilidades.

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—Je... Lindas palabras Naruto... Una lastima que no me pueden ayudar a hacer nada— Pensó la asesina —En este punto, mi muerte es casi inevitable... PERO ME LLEVARE A ESTE TIPO CONMIGO! Odio fallar! Tu confiaste en mi!... No soy muy util... pero, me encargaré de darte esperanzas como tú lo hiciste conmigo—

Ella apretó su puño

—¡YA LLEGUÉ MUY LEJOS PARA PERDER ASI NADA MAS! DUDO SOBREVIVIR... PERO... NO IMPORTA QUE MI CUERPO SEA DESTRUIDO! MI VOLUNTAD DE PELEAR ME LEVANTARA! VOY A DESTRUIR A ESTE DEMONIO PASE LO QUE PASE!— Exclamó ella —Ya se su debilidad! El siguiente golpe, debo destruir todas sus patas y causar el mayor daño posible!—

Esta no era la primera vez que enfrentaba la muerte... Aún siendo tan poderosa, había tenido que enfrentar los peores enemigos... Y había logrado vivir, ¿esta vez no iba a ser la excepción?

¡USARÉ EL CHAKRA!— Pensó Aneko mientras apretaba sus puños.

Un aura azul empezó a rodearla levemente, pero era algo débil...

Mierda... Sé que puedo! Cuando perdí el control contra Naruto, usé mi chakra para proteger mis manos de aquella bomba del kyubi. ¡Puedo hacer esto!!—

La asesina sintió cómo otra roca la golpeó, esta vez arrancándole un brazo.

Cuerpo... Solo un último esfuerzo, solo permíteme cumplir esta misión! Después tienes todo el permiso para morir, solo te pido un poco más! AAH!!— Exclamó ella usando todas sus fuerzas mientras el chakra era expulsado, este formandose alrededor de ella, casi como una armadura contra el calor.

Pero, había algo que ella no sabía...

Los humanos tienen un límite...

El cuerpo humano solo es capaz de usar el 20% de su fuerza física real, y una pequeña porción de su verdadero potencial.

Estos límites, son conocidos como las 8 puertas de la vida... Son limitadores naturales que todos los seres vivos poseen, estas le impiden al cuerpo usar toda su fuerza, ya que no sería capaz de soportar toda su fuerza ni toda su energía; estos seguros existen para proteger el cuerpo y evitar que acorte su vida útil.

Algunos ninjas, son capaces de abrir algunos de estos seguros mediante el entrenamiento, esto les permite acceder a un gran poder, pero a cambio el cuerpo puede recibir fuertes lesiones.

Si se abre la octava, se dice que se puede obtener un poder miles de veces superior, siendo más fuerte que cualquier Kage o ninja...

Como iba diciendo... Estos seguros, no son más que un seguro natural propio del cuerpo... ¿Pero que pasa cuando el cuerpo es capaz de tomar desiciones por si mismo para sobreponer la supervivencia?

—¡AAAAHHHH!!!— Aneko sintio un potente latido en su interior, sentia como algo dentro de ella empezaba a perturbarse, su corazon empezo a bombear con mucha fuerza, los musculos empezaron a arder mientras la sangre calida bombeaba con gran potencia.

Entonces, ella empezó a soltar un brillo verde a su alrededor mientras sus ojos se tornaban de color completamente blanco, su piel se torno roja y llena de venas remarcadas.

¿PERO QUÉ RAYOS!?— Pensó Orba.

Entonces se pudo ver cómo el aura de Aneko pasó a ser de un tono azul intenso, se trataba de sudor, estaba saliendo con tanta potencia que el fuego a su alrededor empezó a dispersarse.

Ella levantó su único puño apretando con tanta fuerza como podía...

Imposible... Está alterando el flujo del viento, se está haciendo más poderosa, su chakra esta aumetando descomunalmente, es mas potente que el mio!— Pensó Orba al sentir el chakra de la mujer, como ella lanzaba un puñetazo que con solo mover su mano, el aire del tornado empezó a alterarse. —Se supone que ella no es capaz de usar ninjutsu! Como es posible que este usando chakra!?... su energia fisica y espiritual estan desatadas...—

El demonio rápidamente invocó su espada y la cargó en chakra.

—¡NO TE HAGAS LA FUERTE!— El demonio se cubrió a sí mismo con una armadura de fuego y luego se lanzó por el tornado empuñando su arma. —¡Muere!—

—ESTE ES! MI GOLPE MAS PODEROSO! EL ULTIMO RESPIRO DE ESTE INUTIL CUEROO!— Exclamó Aneko antes de lanzar su puñetazo en dirección a Orba.

Un brillo se vio a lo lejos...

Seguido a eso, una poderosa explosión se desató, se podía ver un enorme domo de aire comprimido expandirse, mientras el tornado se deshacía por completo, y las llamas se disipaban.

El cielo a los alrededores se despejó por completo, haciendo que las nubes se desataran.

Los clones de Orba fueron destruidos y el demonio fue cubierto por completo con aquella masiva onda de energía cinética.

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En Konoha, Naruto se encontraba meditando en lo alto del monumento Hokage, intentando pensar qué hacer ahora... Estaba en sintonía con la energía natural... Sin embargo...

—eh!?— Naruto se colocó en pie al sentir una perturbación.

Naruto miró en todas direcciones.

hay una perturbación en la energía natural... Fue algo débil... Pero lo sentí...— Pensó el Jinchuriki tratando de entender de dónde venía.

Naruto frunció el ceño antes de cerrar los ojos...

—¿Aneko?...—

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En la aldea médica...

Tsunade se encontraba haciendo algunos chequeos médicos a Hinata, quien permanecía dormida.

—Qué extraño... Su ADN no es igual al de hace 3 años...— Comentó Tsunade asombrada... Pero de la nada...

—¡AH!— Hinata abrió los ojos abruptamente y se sentó en la camilla, mientras sus garras y colmillos se estiraban, ella se llevó más manos a la cabeza mientras gritaba.

—¡Hinata! ¡Estás despierta!— Exclamó Tsunade sorprendida.

La Hyuga empezó a respirar pesado mientras usaba.

El sexto sentido... Qué demonios acaba de pasarme?....— Pensó Hinata mirándose a sí misma, había salido de su estado de coma de la nada...

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En un país lejano...

Se podía ver lo que parecía una pequeña cabaña, en el patio, se podía ver cómo una mujer rubia practicaba con una espada, mientras que habían dos pelirrojas sentadas en una banca.

En eso, una de ellas tuvo un pequeño sobresalto...

—Hermana... ¿Estás bien?— Preguntó una chica pelirroja... Se trataba de Ryomi.

En frente de ella estaba Natsu, quien ahora estaba vistiendo un overol campesino, un parche en el ojo y usaba un bastón...

La pelirroja no respondió nada, simplemente se volteó para mirar al occidente, mientras una brisa de viento movía su cabello.

—No... No pasa nada...— Contestó Natsu.

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En un lugar alejado de la civilización, en medio de unas montañas... Se podía ver lo que parecía un refugio.

Allí, había varias personas, todas ellas estaban trabajando en construir estructuras la mayoría tenían el cabello negro, ojos negros y una piel blanquecina.

—eh?...— En eso, todos se voltearon, algunos habían dejado caer lo que sostenían en sus manos.

—¿Qué demonios fue eso...? Se sintió extraño... Y familiar— Declaró un joven... Se trataba de Kenzo.

—No sé... Fue extraño...— Declaró Ohara extrañado —¿Estamos en peligro?... No... No fue eso lo que me dio la sensación...—

Se trataba de la nueva aldea de asesino, oculta lejos de la civilización, donde ellos intentaban tener una vida lejos del caos...

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De vuelta al campo de batalla....

Se podía ver un enorme cráter, más de 50 kilómetros de radio, dejando nada en los alrededores...

El cielo estaba totalmente despejado, el suelo estaba completamente negro con una gran profundidad.

En el centro, solo se podía ver una cosa...

Aneko estaba de pie allí... Había vuelto a su estatura normal, ella tenía los ojos en blanco, apenas sosteniéndose sobre su única pierna.

Sus dos brazos ya no existían, solamente se podía ver medio brazo izquierdo, ya que la otra mitad fue arrancada por una de las lanzas de piedra... Mientras que el derecho... Ni siquiera quedaba el hombro, ella se había volado el brazo a sí misma con aquel potente puñetazo, y no solo eso, ese hemisferio del cuerpo estaba sin piel, con la musculatura expuesta y sangrando, además tenía un agujero en el pecho por una de las lanzas de roca.

Su cuerpo había intentado regenerarse... Pero, apenas y había logrado hacer que su cabello blanco creciera unos pocos centímetros.

—Maldición... ¡Maldita mocosa!— Exclamó Orba, quien se levantó de entre los escombros.

Él había regresado a su forma tamaño original, toda su ropa estaba desgarrada, sus patas de araña habían sido destruidas y había perdido un brazo, además de estar cubierto en su propia sangre.

El demonio caminó hasta donde estaba la enana y la miró fijamente.

—¿Cómo te atreves!?— Exclamó él antes de usar su único brazo para propinarle una bofetada en el rostro, a lo que ella solo cayó al suelo sin dar más reacción.

El demonio escupió una gota de sangre a un lado mientras se miraba a sí mismo.

—Ese ataque... Destruyó la barrera demoníaca que estaba usando para ocultar este lugar de los sensores... Lo mejor será irme, ya está muerta— dijo Orba antes de hacer un sello manual con su única mano, recuperando todo su chakra.

Al instante él se regeneró por completo, deshaciendo todas sus heridas, se disponía a irse, pero...

—¡AGH!— Orba gruñó de dolor antes de empezar a acurrucarse, empezando a toser sangre —¡Maldición!—

El demonio invocó su espada, al mirarla de cerca, pudo ver cómo esta tenía una fisura en la hoja, y de ella salía una sustancia negra.

—¡Infeliz!— Gritó él antes de empezar a toser con fuerza soltando más sangre —¡Incluso siendo un gigante y usando mi armadura de fuego al último momento, el daño masivo a mi forma física fue capaz de lastimar mi verdadero cuerpo...—

¡ERES UN TONTO ORBA!— Se escuchó la voz de Kaydō en su cabeza.

—¡Mi señor, yo...!—

¡La subestimaste demasiado! ¡Vuelve a la base! Este es un problema serio

Una vez la voz se calló, el demonio apretó sus dientes y miró el cadáver de la asesina.

—¡ESTO ES TU CULPA!— Exclamó él antes de acercarse y patearle el rostro, lo cual repitió una vez más.

Sin embargo...

—¿Eh!?— Para sorpresa de Orba, la boca de la asesina se abrió revelando unas enormes fauces y mordió su pie, llegando hasta el tobillo.

En eso, de un tajo, se pudo ver como la dentadura se cerró y le arrancó la extremidad, siendo devorada de un solo bocado.

—Ya veo... Así que se trataba de la espada...— Murmuró una voz moribunda.

El demonio solo pudo ver impactado como Aneko nuevamente se colocaba en pie mientras el sangrado de su cuerpo se detenía.

—Tu carne... Tiene una carne llena de energía...— Declaró ella mientras dejaba ver sus ojos rojos naturales.

—¡¿Cómo demonios estás viva!? Pude ver cómo tu chakra se apagó. ¡Tu corazón dejó de latir!— Sin embargo Orba solo se quedó en Shock al notar algo..

Ella estaba inconsciente... Su corazón seguía sin latir, pero allí estaba frente a el con un par de ojos rojos y mirada muerta, solo estaba de pie por voluntad.

—No es la primera vez...— Dijo Aneko débilmente mientras daba un pequeño salto al frente con su único pie.

—¡No eres nadie... Solo una inválida que se aferra a la vida, te asesinaré...— Declaró Orba mientras las patas de araña salían por su espalda, pero no pudo evitar toser sangre, lo cual la hizo encogerse de dolor.

Aneko tomó impulso antes de saltar contra el demonio, sin darle tiempo a reaccionar, le mordió el brazo y se lo arrancó de un bocado, causando que Orba gruña de dolor...

—¿eh!?—

Ante la mirada atónita del demonio, una pierna nueva le creció a la asesina, esto en algunos segundos.

—Ahora, tú eres mi presa...— Declaró la mujer antes de saltar al ataque con más furia.

Orba rápidamente intentó usar sus cadenas de la espalda, pero Aneko se movió con frenesí, y se colocó detrás, esta vez usando su mordida para arrancarle las patas de araña.

El demonio retrocedió tan rápido como pudo mientras empezaba a toser sangre.

El solo pudo ver con horror como Aneko se terminaba de devorar sus patas de demonio.

—Ahora... Vamos a destruirte...— Dijo Aneko acercándose lentamente, esta vez dejando que un brazo le creciera.

—¡Huye! ¡No estás en condiciones de pelear! La reliquia tiene una grieta!— Exclamó la voz de Kaydō.

Orba intentó sostener su espada y hacer un sello manual para teletransportarse, pero Aneko rápidamente se lanzó sobre él y lo derribó, seguido a eso tomó su brazo y de un tirón se lo arrancó.

—Este es tu fin, demonio...— Declaró Aneko, ahora dejando ver que estaba mas despierta mientras se terminaba de comer la extremidad arrancada.

Esto solo tardó unos segundos, a lo que la asesina levantó la espada y la miró.

—Tú... Tú eres el verdadero cuerpo, esta espada estuvo oculta todo el tiempo en tu interior... Tu forma física solo es una materialización de energía hecha materia...— Declaró Aneko mientras empezaba a regenerar su otro brazo.

—¡Detente! ¡Haré lo que quieras! ¡No me mates!— Exclamó el demonio intentando colocarse en pie.

—Quiero que te mueras—declaró Aneko mientras tomaba la espada por el filo y por la empuñadura.

—¡DETENTE! ¡ALTO!— Exclamó él usando todas sus fuerzas para regenerarse intentando alcanzarla.

¡ERES UN IMBÉCIL ORBA! ¿¡COMO PERMITISTE QUE ESTO PASARA!?— exclamó Kaydō.

—¡YA CÁLLATE!... KAYDŌ!— exclamó Aneko dejando ver su enojo antes de bajar la espada con todas sus fuerzas contra su rodilla, causando que se parta en dos.

¡NOOO!— gritó Orba con terror mientras sus ojos se encontraban con la mirada fría de ojos rojos de Aneko, su cuerpo empezaba a desintegrarse en humo, y la espada se redujo a polvo.

Una vez hecho esto, Aneko solo miró en silencio mientras ella misma caía de rodillas al suelo, podía sentir cómo la energía que había consumido de Orba empezaba a desaparecer, la poca energía recolectada había desaparecido.

Los brazos y piernas que había obtenido de comer su carne se debilitaron al instante, dejando que ella cayera al suelo, su cabello blanco se movía con el aire mientras ella solo cerraba sus ojos rojos.

—¿Se acabó?... Bueno, mis órganos colapsaron... no puedo seguir— Sin más ella sintió como estaba colapsada, esas extremidades se sentían completamente paralizadas, su vista era muy borrosa, no sentía el olfato, su respiración ya no era automática y las heridas nuevamente se abrían, mientras ella solo murmuraba —creo que es un buen momento para morir... Ya cumplí mi mision...—

En eso, pudo escuchar algo acercarse a la distancia...

—¡LO SENTÍ POR AQUÍ! ¡ESTOY SEGURO!— Se escuchó una voz a lo lejos.

—¿Naruto?...—

El rubio había seguido la alteración en la naturaleza percibida anteriormente.

Cuando el Jinchuriki llegó, pudo ver a la asesina derrumbada en el suelo, notando que aún estaba viva, apenas, esto lo percibió gracias a la energía natural.

Llegas tarde... Imbécil...— Soltó Aneko intentando reírse, pero no tenía la fuerza para eso.

—¿Qué demonios pasó aquí? Mejor no hables. ¡Estás muriendo en serio! Te llevaré con Tsunade— exclamó él antes de agacharse y tocarla —De camino aquí... Sentí otra alteración... ¿Qué fue eso?—

Lo maté... Está muerto...— Murmuró Aneko antes de quedar completamente inconsciente.

—¿Eh?...— Naruto se vio impactado, luego solo miró al aire antes de pensar —¿Uno de los jinetes está muerto?... ¿Esa fue la alteración que sentí en la naturaleza?...—

Naruto rápidamente agitó la cabeza

No es momento de pensar demasiado... Esto es algo sin precedentes... Uno de los 5 generales ocultistas catalogados como seres inmortales!... Esta muerto!— El rubio solo sonrio aliviado antes de mirar a Aneko —Buen trabajo... Me alegra que salieras en una sola piesa

Sin mas, el se teletransportó con ella.

Fin del Capítulo 64

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