62 [Un pequeño problema]
En lo alto del monumento Hokage, sobre la cabeza del cuarto Hokage, había dos figuras contemplando cuidadosamente la aldea y su estado actual...
—Después de tanto... Me alegra saber que no eres un monstruo...— Comentó Jiraiya, quien estaba sentado en pose de loto.
Mientras, Naruto estaba a un lado suyo, meditando todo lo que ocurría.
—Lamento haberte ocultado esta información por tanto tiempo...— Contestó el Jinchuriki, agachando la cabeza.
—No te preocupes, no puedo juzgarte... Aunque, admito que es raro, jeje... Pensar que desde los 4 años, eras en realidad un adulto fingiendo ser un niño...— Contestó Jiraiya algo incómodo antes de reír un poco, pero Naruto solo sonrió mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.
—No estaba fingiendo...— Contestó Naruto, a lo que Jiraiya le devolvió una mirada confundida. —Yo... Realmente te extrañé, Ero-sennin... En la otra vida, perdiste la vida cinco años antes que yo... Y no solo tú, muchos de mis amigos... Cuando eso paso... Algo se rompió.—
—Naruto...— Dijo Jiraiya, dedicándole una mirada algo triste al rubio quien finalmente dejó escapar una sonrisa acompañada de lágrimas.
—Yo... Era un hombre roto por dentro... Recurrí a dos de las tres prohibiciones ninja... Toqué fondo cada vez más hasta el día de mi muerte... Creí que ya no había nada valioso para mí cuando mi último ser querido murió en mis brazos...— Explicó el rubio, recordando la pérdida de Hinata. —Pero... Una vez que vi el vacío... Una vez que llegué aquí... Fuiste lo primero que vi... Ese fue el momento donde la chispa que había dentro de mí volvió a encender...—
Jiraiya simplemente abrazó de medio lado al Jinchuriki.
—Has pasado por mucho, lamento mucho que aún así, esta historia no esté yendo por mejor camino...— Dijo el sannin, a lo que Naruto agachó nuevamente la cabeza.
—Desgraciadamente, siento que otra vez lo estoy perdiendo todo de a pocos... Que no he evitado nada, simplemente provocando que ocurra de manera diferente— Confesó el Jinchuriki.
Jiraiya iba a agregar algo más... Pero una voz lo interrumpió.
—Jiraiya-sama, el Hokage-sama ha solicitado tu presencia en la entrada de la aldea... Dice que es importante, y que vayas con el ramen— Era una voz mental, la cual había irrumpido en la cabeza del sannin.
Jiraiya suspiró antes de contestar.
—Voy para allá...— Dicho esto, el sannin se colocó de pie y le hizo una señal al rubio. —Vamos, Kakashi solicita tu presencia en la entrada de la aldea... Será mejor que uses un disfraz—
—Ya veo— Contestó Naruto antes de ponerse en pie.
Esto se trataba del nuevo método de comunicación de esta alianza, la cual estaba basada en un ANBU del clan Yamanaka, este siendo de raíz y por lo tanto servidor de Danzo.
El ANBU en cuestión se encargaría de comunicar a Kakashi, Jiraiya y Danzo entre sí de forma ajena al resto de la aldea, mientras que usaban el nombre clave "Ramen" para referirse a Naruto; también tenían otros nombres clave para hablar de algunas cosas, era un sistema implementado por mera seguridad.
Por otro lado, Jiraiya era el único capaz de comunicarse directamente con Naruto, esto gracias al contrato de invocación de los sapos, el cual había vuelto a ser firmado por Naruto, ante la necesidad de aliados, además era útil para mantener un contacto con el Jinchuriki aún si estaban lejos.
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En la entrada de Konoha, algunos minutos antes:
—¿A qué te refieres con que no tienes ningún documento o constancia de identidad?— Preguntó Kotetsu, a lo que Aneko solo se encogió de hombros. —Vamos, ¿cómo no vas a tener un documento de esos a tu edad?—
—En verdad no lo tengo... ¿Dónde consigo uno?— Preguntó Aneko, haciendo una sonrisa incómoda.
Los dos guardias estaban confundidos e impactados por la situación, esto era algo bizarro.
—¿De qué país eres?— Preguntó Izumo.
—Yo soy de villa Toshi, creo que es del país del rayo... Creo, aunque no estoy segura— Contestó ella.
De nuevo ellos no sabían qué pensar.
—Vale, sinceramente esto ya se está poniendo incómodo... Entonces dinos, ¿a qué vienes a Konoha? ¿A solicitar un servicio? ¿Autógrafos? ¿Qué?...— Preguntó Kotetsu.
—Vengo a entregarme, Kakashi Hatake me conoce, le prometí entregarme a la justicia por mis crímenes luego de hacer algo importante— Contestó ella con sinceridad.
Ante aquella aclaración, los dos guardias de Konoha quedaron en shock, ahora todo tenía un poquito más de sentido... Pero no dejaban de estar más confundidos que nada.
Aneko, al notar que los dos ninjas no entendían nada, solo suspiró antes de aclarar.
—Mi nombre es Aneko Goremane, soy una asesina de la hermandad de asesinos terroristas, probablemente no tengo ningún registro siquiera de mi nacimiento o de mi identidad porque llevo más de 30 años en las sombras, me encontré con Kakashi y su equipo hace como una semana, y quedé de entregarme a la justicia— Dijo ella mientras dejaba escapar parte de su aura asesina, esto para demostrar que hablaba en serio.
Inmediatamente, los dos ninjas sintieron la presión de la atmósfera, a lo que ambos asistieron con cierto miedo.
—Claro, le diremos a Kakashi que venga a recibirte...— Dijo Izumo con rapidez, a lo que Aneko le hizo una mirada de disgusto. —Esta chica es un monstruo... No podemos exponer al nuevo Hokage a ella... Puede ser una trampa...—
—Puedo oler que mientes... Por favor, solo avísenle que estoy aquí, o a Maito Gai, Sasuke Uchiha, Sakura Haruno, quien sea...— Contestó Aneko, dejando a los dos guardias estupefactos.
Izumo miró a Kotetsu, haciéndole una señal, a lo que este finalmente asintió con la cabeza antes de retirarse tan rápido como pudo.
—He mandado a avisar a Kakashi de tu llegada— Comentó el Chunin, tratando de esconder los nervios que sentía en este punto, a lo que Aneko sonrió, dejando de usar su aura, pues Izumo estaba diciendo la verdad.
Sin embargo, su sexto sentido empezó a alertarle, algo tramaban.
—A ver... Déjame ver si entendí— Dijo Izumo aún nervioso, hablando directo a Aneko, quien se fijó nuevamente en él.
—¿Sí?...—
—En serio... Dices que en realidad eres una peligrosa asesina de la hermandad terrorista que se está entregando?— Preguntó el hombre, tratando de despistar mientras intentaba guardar la calma.
—Sí, eso fue lo que dije...— Contestó Aneko aburrida. —Y tranquilo, no está en mis planes hacerte nada a ti ni a ningún inocente—
Izumo solo sonrió, aunque no podía creerle del todo...
Viendo su aura, se notaba que era alguien fuerte, sin mencionar lo pesada que resultaba su brazo o la velocidad a la que llegó hasta Konoha...
Pero, ¿por qué una asesina se entregaría por voluntad propia? ¿Por qué no traía puesto ni el uniforme ni la máscara?
Lo único que se podía entender, es que ellos dos no eran rivales para ella, si en verdad era lo que decía ser, podría ser una asesina al nivel de un Jounin élite o superior... Era mejor cumplir con su petición, pero... Tomar prevenciones.
—Eh?— En eso, Aneko hizo un gesto de confusión, se trataba de su sexto sentido que nuevamente estaba en alerta.
La chica había detectado como de la nada, el perímetro se había rodeado de múltiples ANBU, los cuales estaban en los alrededores escondidos, todos a la defensiva contra ella.
—Como sea... Es entendible, igual, no quiero matarlos, pero supongo que el tipo que se fue por Kakashi avisó a la seguridad...— Pensó Aneko antes de simplemente sentarse en el suelo, esto con la intención de mostrar que no tenía intenciones ocultas.
Sin embargo, para su sorpresa, su sexto sentido volvió a trabajar, avisándole de un proyectil...
La asesina rápidamente se volteó notando que era un pequeño proyectil de 10 cm, se trataba de un dardo sedante, este estaba viajando en dirección a ella, quien podía verlo acercarse lentamente.
—Qué dilema... Podría detenerlo sin esfuerzo... Pero eso hará que los guardias se alteren...— Pensó Aneko mientras veía cómo el proyectil se acercaba lentamente. —Y si me dejo dar? Probablemente ni perfore mi piel y solo rebote... Además, la toxina que lleva adentro no huele como la gran cosa... Eso también llamará la atención... Entonces, ¿qué hago para que no se alteren?...—
La asesina se mordió el labio mientras trataba de tomar una decisión.
—Si se alteran... Puede que me ataquen directamente... En dado caso, puedo defenderme... Pero, ¿y si golpeo a uno muy fuerte y se muere?...— La chica se quedó en silencio mental al pensar eso. —No, no... Mejor dejo que me rodeen, a lo mejor si no me defiendo no me atacan... Pero, ¿y si lo hacen?... Tal vez podría dejar que me golpeen un rato... Igual y no siento los golpes y se cansan... O si me hacen efecto y mejor me regenero?... Eh!?—
En eso, ella se percató de que habían disparado más proyectiles... En total 10.
—... ¡MALDITOS DILEMAS!... Bien, ya sé qué hacer...—
Volviendo a la realidad, solo habían pasado unas décimas de segundo desde el disparo del primer proyectil, que aún estaba a 5 metros de la asesina.
Finalmente se pudo ver cómo todo avanzaba a gran velocidad, donde todos los proyectiles dieron de lleno clavándose en la piel de la chica, quien cerró sus ojos quedándose completamente quieta en la misma postura.
—Dejé que me dieran mientras ablandé mi piel... Fingiré dormir... Aunque soy mala para fingir...— Pensó ella, dejando caer su cabeza al frente, esto para parecer realmente dormida.
Una vez hecho esto, todos los ANBU bajaron de sus escondites y la rodearon.
—Objetivo neutralizado— Dijo uno de ellos mientras que Izumo suspiró aliviado.
—Se los agradezco... Ya no sabía qué hacer con ella— Declaró el ninja.
—El Hokage ya fue avisado de la amenaza, dijo que venía en camino— Dijo uno de los ANBU.
Aneko solo se quedó en silencio, esperando a que llegara Kakashi.
—Deberíamos esposarla y suprimir su chakra— Comentó uno de ellos, a lo que otro asintió y rápidamente sacó unas esposas, luego las colocó en las muñecas de Aneko.
—Mira esos brazos... ¿Qué crees que le haya pasado?— Comentó el tipo de las esposas, mientras que otro del grupo tomó un papel de sellado y lo colocó en la frente de Aneko.
—Bien, ya no es una amenaza...— Destacó el de sello.
—Eh!?— En eso, Aneko olió algo.
—¿Qué está pasando aquí?— Dijo una voz, que ella reconoció al instante... Además del aroma, se trataba de Kakashi, quien venía vestido con una capa blanca.
Por otro lado, llegó Jiraiya, junto a un ninja de cabello castaño, lentes y uniforme del grupo de interrogación. (Disfraz de Naruto, cortesía de Kakashi).
—Esta chiquilla dijo venir a por usted, y ser una asesina de la hermandad, así que la neutralizamos— Contestó uno de los ANBU.
—Kakashi! Es bueno verte— Dijo Aneko, colocándose en pie mientras los dardos salían de su piel y con un solo movimiento se rompían las esposas, luego agitó un poco su cabeza, haciendo que se caiga el papel de su cabeza.
—¡TENEMOS UNA FUGA!— Exclamó uno de los ANBU mientras desenvainaba una espada.
Aneko sintió su sexto sentido una vez más... Pero, se volteó para ver al acompañante de Jiraiya.
—Tú eres...— Murmuró Aneko, pero uno de los ANBU rápidamente se lanzó tratando de darle un corte con su espada directo al cuello, pero Aneko solo desapareció y reapareció frente a Naruto.
Naruto solo sudó frío debajo de su disfraz mientras la miraba fijamente.
—¡Mierda!... ¿Qué hace ella aquí?— Pensó Naruto, mientras que Aneko lo miraba a los ojos—Ya se dio cuenta...—
—Estas muerto...— Comento Kurama a modo de burla
—Callate!—
La asesina rápidamente olió el aroma en el aire, notando que Naruto estaba nervioso... Pero no era el único, también Kakashi lo estaba al ver lo cerca que ella estaba de Naruto, además el anciano que estaba al lado de Naruto parecía también estar ligeramente nervioso, pero acompañado de miedo y confusión... Claro, él no la conocía.
Aneko rápidamente unió cabos antes de solo hacer una sonrisa.
—Ah... Me gusta tu estilo de vestir— dijo ella antes de voltearse en dirección a Kakashi, mientras Naruto solo suspiró aliviado en sus adentros, notando que ella había decidido callarse.
—Alto todo el mundo, no la ataquen— Ordenó Kakashi, esto antes de que los ANBU continuaran con su ataque.
—Pero señor! Es una terrorista!— Exclamó uno de ellos, a lo que Kakashi levantó la mano en señal de que se detuvieran.
—Hablo en serio, deténganse... Esto es innecesario, yo sé quién es. Les ordeno mantener la distancia, sean amables, es una ex-asesina de la hermandad, es más fuerte que todos ustedes juntos... Ella realmente viene a entregarse por cuenta propia, no hay necesidad de usar la fuerza, esto es algo valioso— Declaró Kakashi a lo que los ANBU se inclinaron haciendo una reverencia. —Pueden retirarse—
Finalmente, los ninjas se fueron, dejando al grupo allí.
—Bien... Supongo que ya tienen una jaula para mí, ¿verdad?— Preguntó Aneko a lo que Kakashi solo suspiró.
—Sígueme, antes de eso quiero hablar contigo— Contestó el Hokage antes de darse la vuelta, a lo que Aneko se percató de cómo la capa de Hokage tenía un parche de tela con un Kanji, la cual estaba tapando otro.
—Linda capa...— Comentó Aneko algo sarcástica a lo que Kakashi solo sintió una gota de sudor bajando por la frente, pues solo era una copia de la capa del sandaime con un parche para que dijera Sexto.
—Ustedes dos, también vengan, tenemos que hablar— Dijo Kakashi refiriéndose a Naruto y Jiraiya.
Así el grupo se retiró, mientras Izumo solo vio aquello en silencio y sorprendido.
—¿Qué mierda acaba de pasar?—
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Una vez se alejaron de las miradas agenas, Naruto tomó la delantera, rápidamente tomó a Aneko por la muñeca, seguido de eso la arrastró y se colocó junto a Jiraiya y Kakashi, esto haciendo contacto físico, finalmente los cuatro desaparecieron en un destello naranja.
Aparecieron en lo profundo de una cueva alejada de la aldea.
—Naruto, ¿qué estás haciendo?— Preguntó Kakashi sorprendido por lo repentino que había sido todo.
—Kakashi... ¿Se puede saber qué está pasando? ¿Quién es ella?— Preguntó Jiraiya muy confundido.
Aneko por su lado jaló su brazo soltando el agarre de Naruto.
—Ah... Yo también tengo una pregunta, es de suma importancia — Contestó Aneko antes de señalar a Naruto —¿Qué hace él aquí?—
—¡Eso es lo que yo debería preguntarte!— Exclamó Naruto —¡Ah! Kakashi-sensei, ¿qué significa esto!?—
El rubio se veía algo alterado, a lo que Kakashi se llevó la mano a la sien.
—Por lo que veo ustedes dos ya se conocieron, verás Na...— Trató de explicar Kakashi pero Naruto lo interrumpió.
—¿Que si la conozco? ¡Fue una de las asesinas que atacaron aquel día que fuimos tras Yugito! ¡Sabes lo que pasó ese día! Además, fue ella con quien luché en mi estado de Kyubi— Declaró Naruto a lo que Aneko frunció el ceño.
—Oye, pensé que creías en las segundas oportunidades, le dijiste a toda mi gente que merecían una segunda oportunidad, y que creías que mejorarían! Ahora de frente me recalcas las cosas malas que hice!?— Contestó ella con una mirada acusadora.
Naruto se quedó en silencio un momento, ella tenía razón...
De hecho, recordar aquel discurso de la segunda oportunidad, y que luego ese mismo día acusara a Natsu de traición y la amenazara... Naruto solo se pudo preguntar ¿qué me está pasando?
El rubio finalmente suspiró.
—Lo siento, y mantengo eso que dije... pero eso no quiere decir que automáticamente tú o los asesinos se hayan ganado mi confianza, eso solo es parte del proceso— Contestó Naruto —Además, lo que realmente me enfurece ahora es que hayas hecho tanto escándalo al llegar a la aldea!—
—Cálmate Naruto, te estás alterando mucho, si sigues haciendo eso, vas a cometer un error— Le reclamó Jiraiya.
—Naruto, creo que ya lo había dicho, pero ella vino a entregarse a la justicia. Mi equipo y yo, la encontramos gravemente herida algunas horas después de su pelea, estaba sin brazos y con las entrañas al aire, se tardó en recuperar varios días, donde hablamos y nos dejó ver que no era mala persona— Explicó Kakashi a lo que Naruto se vio intrigado.
—¡Puedo entender eso! Pero ustedes son los que no lo entienden!— Reclamó Naruto a lo que Jiraiya y Kakashi se vieron confundidos —Para los ocultos y el resto del mundo, ella y el resto de los asesinos fueron destruidos junto con el raikage y la hermandad... Estoy seguro de que aquella cosa que haya destruido el bosque fue cosa de los ocultos—
Los ojos de Kakashi se abrieron de par en par.
—Se supone que ella, al igual que Hinata, yo y el resto de asesinos fuimos destruidos con el bosque... Eso es lo que ellos pensaban, ahora, viene esta enana como si nada y se presenta a la entrada de Konoha fresca como una lechuga, siendo rodeada por un grupo de ANBU, y dos guardias... Si entre todas esas personas había un solo oculto... Eso significa que...— Comentó Naruto a lo que Jiraiya y Kakashi pudieron ver la gravedad de la situación.
—El hecho de que sepan que ella está viva... Da la posibilidad de que haya más supervivientes... Además de que implica que los van a cazar...— Pensó Kakashi dándose cuenta del error.
—Y no solo eso, Kakashi... Les ordenaste a esos ANBU que se retiraran porque ella se había entregado, ahora existe la posibilidad de que los ocultos sepan de tu conexión con ella— Agregó Jiraiya.
—Maldición— Murmuró Kakashi, consciente del delicado error estratégico que había cometido.
—No solo eso! Ella en específico es una de las asesinas más peligrosas, por no decir que la peor de todas! No puedes simplemente ir a meterla en una jaula cuando unos tipos como esos la quieren bajo tierra! Además de que ellos saben de lo que es capaz!— Regañó Naruto a lo que los dos hombres rápidamente se vieron sorprendidos.
Aneko estaba muy confundida tratando de entender la conversación, por lo que finalmente decidió hablar.
—Ah... Chicos, ahora sí que tengo una pregunta de suma importancia... De hecho, muy importante, de hecho varias... ¿Qué es un oculto? ¿De qué están hablando? ¿Qué bicho les picó? ¿Dices que sabes quiénes volaron la base?— Preguntó ella cortando la conversación y haciendo que los tres se miraran entre ellos y luego a ella.
—Naruto, te lo dije... Si no te calmabas ibas a cometer un error, he aquí uno— Señaló Jiraiya.
El Jinchuriki solo se palmoteó la cara, estaba muy estresado... Con aquella situación apenas pudo contenerse en Konoha, ahora con solo Kakashi y Jiraiya, no había medido sus palabras frente a ella, quien ya sabía que no era una ocultista, era realmente imposible que algún asesino de los sometidos al proceso de las últimas generaciones fuera un oculto.
—Me sorprende la facilidad con la que terminaste hablando de todo eso frente a ella— Comentó Kakashi —Creo que lo mejor será que hables con ella, si sigue andando por ahí, los ocultos la estarán acechando, debe saber lo que la persigue, si los ocultos destruyeron la hermandad fue para cubrir sus secretos de Kumo, al menos deberías decirle lo de los ocultos y ya—
—Maldita sea... Meter más gente en este asunto no era parte del plan!— Exclamó Naruto tomándose la cabeza —Aunque... Ella no tiene contacto con nadie... No creo que se lo pueda decir a nadie... Pero, ella es de las personas que dudo poder matar si decide ir contra nosotros... Por otra, vino legítimamente a entregarse a la justicia... Y cuando no tenía sello, fue a liberar a los demás asesinos...—
—Esto se pone más confuso, ¿saben?— Declaró Aneko aburrida mirando a los ninjas.
—No sé si sea una buena o una mala idea, pero tal vez ella pueda ayudar... No sé cuál sea su historia, pero por su poder, características y conocimiento de los secretos de Kumo, dudo que los ocultos la quieran viva— Pensó Naruto en voz alta antes de señalar a Aneko —Escucha muy bien lo que te voy a decir! Hace un momento hablaste de una segunda oportunidad, bien, este es un buen momento para demostrar que vale algo—
—Eh?— Aneko se vio confusa.
—Lo que te diré es un secreto, el cual pende de un hilo, ya que de ser descubierto, podría desatar un caos mundial, mucha gente inocente podría morir...— Declaró Naruto, a lo que Aneko puso una mirada seria, en su tono de voz, en su olor, incluso en su aura, podía sentir que hablaba en serio.
Naruto se quedó en silencio un momento antes de empezar a explicar todo sobre los ocultos, su influencia mundial, y los peligros que representaban.
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Mientras... En algún lugar de Konoha.
Se podía ver cómo uno de los ANBU que previamente había estado en la entrada, había llegado hasta una de las casas de la aldea.
Se trataba de una casa simple, para nada llamativa, algo pequeña, de color blanco y tejas negras.
El ANBU entró usando su llave, dejando ver una vivienda algo pequeña, pero adecuada para una sola persona.
El hombre rápidamente se colocó en su cama y empezó a hacer sellos manuales...
—Maestro... Maestro... ¿Me escuchas?— preguntó mentalmente el ANBU, tras algunos segundos, una voz se escuchó en sus pensamientos.
—Isoko... Sí, te escucho. Espero que sea importante— contestó la voz de un hombre, se podía intuir que era ligeramente joven.
El ANBU se acomodó antes de contestar.
—Mi señor... Tengo noticias recientes sobre Konoha y el Hokage— dijo el ANBU mentalmente, mientras una figura empezó a aparecer en su mente...
Era un hombre vestido con un traje negro, tez blanca, el cabello rubio con mechones negros, y unos ojos de color naranja que brillaban...
Se trataba de Orba, Jinete demoniaco del fuego.
—¿De qué se trata?— declaró el Jinete mientras miraba tranquilamente a su súbdito.
—Orba-sama, hace un momento fui junto a un grupo de ANBU a atender una alerta en la entrada de Konoha... Nos encontramos a una mujer, una asesina de la hermandad... Por su aspecto, creo que se trata de uno de los pecados capitales que nos mencionó en el pasado— declaró el ANBU, a lo que Orba abrió los ojos por completo antes de contestar.
—Dame los detalles— contestó el Jinete.
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A medida que hablaba, Aneko escuchaba atentamente, asimilando cada detalle y comprendiendo la magnitud del problema que ahora también la involucraba directamente.
Se podía ver cómo Aneko tenía una cara muy confundida mientras Naruto la miraba fijamente.
—A ver si lo entendí... ¿Dices que hay una organización secreta regada por todo el mundo, la cual pretende conquistarlo, moviendo influencias desde las sombras?—preguntó Aneko, a lo que Naruto asintió con la cabeza—¿Son ellos quienes han causado múltiples estragos en la historia, posiblemente la formación de la hermandad, los experimentos inhumanos que se me hicieron, de manipular a los Raikages... Y por último, explotar el bosque? ¿Sí?—
—Algo así—contestó Naruto—Sé que es difícil de creer, o que incluso suena a fantasía y...—
Antes de que Naruto terminara, Aneko simplemente lo interrumpió.
—Te creo.—
Los tres ninjas ahí presentes se quedaron con los ojos como platos.
—¿Eh? ¿Espera? ¿Por qué?—preguntó Naruto, a lo que Aneko se encogió de hombros.
—Tu olor lo dice todo... Seré honesta en que no entiendo todos los detalles, hay cosas que faltan en esta historia, por ejemplo, ¿cómo supiste de ellos? ¿Cómo sabes que están detrás de algunos acontecimientos?... Pero ellos no saben que tú sabes... Aún así, puedo oler que no mientes, además puedo oler tu preocupación, tienes miedo—contestó Aneko señalando al rubio.
—Miedo es poco para describir todo lo que siento en estos momentos—admitió Naruto.
—No entiendo todo, hay muchas preguntas en el aire... Sospecho que hay más de lo que me quieres decir—declaró Aneko, a lo cual Naruto se tensó—Pero, puedo entender que probablemente ocultes esa información por un bien mayor... Entonces no exigiré que me lo digas, probablemente solo me dijiste lo que consideras necesario que yo sepa.
Los tres ninjas se vieron con incredulidad, algo aliviados por el entendimiento de la mujer.
—Aun así, tengo que preguntar algo de suma importancia.—
—¿Qué cosa?—preguntó Naruto.
—¿qué se supone que yo haga ahora? Si ellos ya saben que estoy viva, no me puedo quedar en el calabozo de Konoha, pero si no vuelvo a Konoha y ellos ya saben que fui, Kakashi se vera más sospechoso— Explicó Aneko, poniendo en claro las complicaciones de su situación.
Naruto asintió, reconociendo la validez de sus preocupaciones.
—Sabía que algo así pasaría... Tal vez lo mejor sea fingir que todo es una trampa— Sugirió Naruto, a lo que los demás se mostraron confundidos.
—¿Una trampa?— Preguntó Kakashi.
—Sí, Aneko debe fingir que te engañó con lo de entregarse... Ahora los regresaré a Konoha, vamos a fingir que todo va como dijo, entregándose, yo me haré pasar por un ANBU que la lleva a prisión... Luego, Aneko escapará a la fuerza, hará un show y robará algunas cosas valiosas... Y tú, Kakashi, mañana después de este incidente convocarás una reunión con los altos mandos y jounins, hablarás de que sabes cosas de ella y la hermandad, y dirás mentiras que supuestamente te dijo Aneko, esto para planear ir tras ella... Los ocultos pensarán que ella te engañó al ver que tienes información falsa, no te prestarán más atención por eso, y te apoyarán con lo de atraparla— Explicó Naruto a lo que los demás asintieron, viendo el ingenio detrás del plan.
—Eso podría funcionar... Incluso podríamos disipar lo de que los asesinos siguen vivos, y que ella simplemente está haciendo de mercenaria— Comentó Jiraiya.
—Tienes razón... Tal vez diciendo algo de que ella fue la única sobreviviente gracias a sus habilidades... Quiero decir, ya soportó una explosión de Bijudama, ellos pueden llegar a creerlo con ese antecedente— Explicó Kakashi.
—Puede ser una buena idea... Deberíamos mezclar verdades y mentiras, para confundirlos— Continuó Naruto.
—Bien, no soy mucho de decir mentiras... Pero, supongo que es para proteger a una mayoría, puedo ocultar su secreto— Contestó Aneko, cosa que Naruto agradeció profundamente.
Con el plan en marcha, el grupo se preparó para regresar a Konoha y poner en acción su estrategia.
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En otra ubicación, desconocida.
Este lugar parecía una gran cueva oscura. Al mirar en todas direcciones solo se podía ver oscuridad, era una zona totalmente hermética a cualquier rayo de luz.
De la nada, una luz empezó a brillar; una esfera con una luz morada apareció en el centro, seguida por cinco luces, las cuales tomaron formas humanas. Se trataba de los jinetes, quienes se arrodillaron ante el orbe.
—Orba, has citado una reunión entre los cinco jinetes y conmigo... Espero que sean noticias importantes —declaró la voz del orbe, a lo que Orba se aclaró la voz.
—Sí, son noticias importantes. Sin embargo, no son buenas; tenemos un problema, un cabo suelto —declaró el Jinete mientras sus demás compañeros lo miraban incrédulos.
—Explícate —ordenó el demonio supremo a lo que Orba asintió.
—Hace un par de horas, uno de nuestros hombres de Konoha avistó a uno de los siete pecados capitales. Se trata de la enana que Kishan fracasó en matar aquel día en Iwa... La asesina Aneko Goremane, esa abominación, al parecer está viva aún después de la destrucción de la hermandad con el cañón de chakra, y no solo eso, parece ser que ha venido a entregarse a Kakashi Hatake, el nuevo Hokage, quien pidió a los ANBU no acercarse —explicó el Jinete, a lo que la energía del orbe empezó a volverse más violenta. —Me temo que Kakashi sepa la identidad de esa asesina y probablemente Aneko ya le haya dicho información clasificada...—
—Aún está viva... Esa chica es un peligro, conoce demasiado, ¡debemos eliminarla! —Exclamo la voz demoníaca. —En cuanto a Kakashi, debes averiguar cuánto sabe; si es demasiado, también debemos silenciarlo. Pero no actúes sin pensar, no sería prudente asesinar a un Hokage que apenas lleva dos días en el cargo; primero investiga.—
Ante aquellas palabras, los demás jinetes reaccionaron.
—Esa mocosa, tengo entendido que es el prototipo original de los asesinos de últimas generaciones, a su vez la más fuerte de todos. Dudo que podamos pedirle a alguno de los ninjas en nuestro poder, o incluso escuadrones, que acaben con ella... Incluso el tercer Raikage tenía que ir a contenerla cuando tan solo era una niña, ahora que ha crecido y evolucionado... —comentó Azami, la Jinete demoníaca del rayo, a lo que la voz demoníaca dejó escapar un gruñido.—
—No hace falta que lo digas, aquel día que irrumpió en nuestro templo de Iwa, asesinó a muchos de los nuestros y luchó a la par con el Jinete de la roca, el demonio más fuerte físicamente entre todos ustedes. Es estúpido mandarle secuaces, solo vamos a derramar sangre ocultista en vano —aclaró el demonio.
Ante aquella aclaración, el Jinete de la roca se agachó haciendo una reverencia.
—Mi señor... Permíteme ir a encargarme personalmente de ella, esta vez usaré todo mi poder para destruirla —dijo Kishan, Jinete demoníaco de la roca.
—No, tú no irás, ya fracasaste una vez, y de paso, estás en otro país. Esta misión ya está a cargo de alguien más competente —declaró el demonio, a lo que Kishan simplemente agachó la cabeza aceptando las palabras.
La voz demoníaca se dirigió a Orba antes de darle una orden.
—Esta misión es importante, y tú serás el elegido para llevarla a cabo, te encargarás de la asesina, tienes permiso para desplegarte en combate. Y evaluarás qué tanto sabe Kakashi, tienes permiso para matarlo si es necesario. No hace falta recordarte que debes manejar un bajo perfil al público —explicó el líder de
los ocultos, a lo que Orba sonrió.
—Sí, mi señor... Me haré cargo.—
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Mientras, en Konoha...
Se podía ver cómo Naruto había regresado a Konoha con Kakashi, Jiraiya y Aneko, esto mientras él ahora estaba disfrazado como un ANBU.
—Bien, me llevaré a la prisionera a la jaula— dijo Naruto fingiendo su voz.
Kakashi asintió, antes de separarse junto a Jiraiya, mientras no eran vistos por nadie.
Naruto empezó a caminar por el callejón mientras Aneko solo le seguía.
—Oye...— dijo Aneko, a lo que Naruto contestó sin dejar de caminar.
—¿Qué pasa?—
—¿Puedes oler eso?— preguntó Aneko mientras movía su nariz en señal de olfatear, esto mientras se dibujaba una expresión alegre en su voz.
—¿De qué hablas?— preguntó Naruto intrigado.
—Comida... Huele... Delicioso— comentó Aneko, a lo que Naruto solo pudo sentir como una gota de sudor bajaba por su nuca.
—Estamos en una situacion seria, no molestes—
—Huele como una armoniosa mezcla de ingredientes... Salado...— comentó la asesina, a lo que Naruto no pudo evitar palmearse la cara.
—No es buen momento para esto, vamos a la prisión...— declaró Naruto.
—Kakashi le ordenó a los ANBU ser amables conmigo... Eres un ANBU— insistió Aneko.
—No dijo eso.—
—Sí... Tú estabas ahí— refutó ella.
—No...—
—Sí...—
—No...—
—Sí... Solo quiero un bocado de esa deliciosa comida, ¿tu no tienes hambre?—
—...—
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Algunos segundos después.
—¡ESTA COSA ES GENIAL!— exclamó Aneko mientras engullía un tazón de comida.
Sí, se trataba de Ichiraku Ramen...
—Mierda... Me arrepiento de haber aceptado...— pensó Naruto mientras tenía la máscara levemente levantada y comia unos fideos, esto mientras veía cómo Aneko ya se había tragado, por no decir devorado, más de 95 tazones, que en un par de minutos ya eran 117.
Mientras, Naruto apenas se había comido 15.
—Cielos... Jamás había visto a una niña tan glotona...— dejó escapar Teuchi, quien ya estaba sudando de servir tantas órdenes consecutivas, solo para voltear y ver varias torres de platos vacíos, sin siquiera un rastro del caldo en ellos, sí... La enana los había lamido.
—Cielos... Tendré que pagar con oro...— pensó Naruto viendo cómo Aneko se comía tan tranquila cada nuevo tazón, pero finalmente el rubio sonrió—Aunque... Admito que extrañaba este sabor... Es nostálgico...—
Los demás clientes la vieron aterrados, apenas y habían tocado sus platos.
—¡Otro!— dijo ella con una sonrisa, pero esta vez Teuchi colocó un cartel en la mesa que decía "Agotado".
—Lo siento señorita, ya se nos acabaron todos los ingredientes, por hoy no tendremos más ramen...— dijo Ayame también exhausta mientras intentaba cargar todos los platos vacíos, de los cuales habían tenido que sacar repuestos y platos de otras vajillas para poder servir.
—Esto es algo nunca antes visto...— pensó Naruto impactado, era la primera vez en sus 2 vidas que veía algo como esto.
Aneko solo le dirigió una mirada amable a Teuchi y a Ayame antes de ponerse en pie con un salto, dejando ver que no había engordado nada... Aunque sí había dejado una pequeña grieta en el piso, esto por su peso comprimido.
—Lo entiendo... Muchas gracias por la comida, es lo más delicioso que he probado en la vida— contestó ella.
Aunque cansados, los cocineros respondieron con una sonrisa.
—Me alegra oír eso— contestó Teuchi.
Naruto al final suspiró antes de extraer un pergamino de su riñonera, luego lo abrió, haciendo aparecer una pieza de oro, la cual
había obtenido durante los pasados 3 años, en realidad tenían más... Estas habían sido extraídas por él y Hinata en la creación de las guardias, eran su fuente de dinero extraoficial en caso de emergencias.
—Le agradezco mucho el ramen, sin duda el mejor del mundo— dijo Naruto antes de entregar la pieza de oro.
—¿Eh?... Pero, ¿cómo doy cambio de esto? ¡Es muy caro!— exclamó Teuchi, a lo que Naruto solo levantó el pulgar.
—Quédese con el cambio, se lo merece— contestó el Jinchuriki antes de empezar a caminar junto a Aneko.
Teuchi solo miró en silencio muy sorprendido.
—Me parece familiar...— pensó el cocinero.
Mientras, Naruto y Aneko siguieron con su recorrido a la prisión.
—Vaya... Puedo detectar que estás feliz... Además fuiste muy amable— comentó Aneko, a lo que Naruto solo se quedó en silencio antes de contestar.
—Recordé buenos tiempos— esto con una sonrisa debajo de su máscara.
Sin embargo, antes de que continuaran su camino...
—¡Eh!— Aneko pudo sentir como su sexto sentido entraba en alerta.
Una figura rápida salió desde el frente, yendo directo a ellos.
Aneko rápidamente bloqueó un potente ataque que iba en dirección a ella, tomando la muñeca de su atacante, esto mientras sus pies se habian arrastrado varios metros por el suelo dejando marca.
—¡Mierda!— exclamó Naruto, al ver que la persona que estaba haciendo el ataque era... ¿él?
Literalmente se podía ver a Naruto Uzumaki sosteniendo un kunai que intentaba clavar en el cuello de Aneko.
—Este tipo...— pensó Aneko al verlo—Su aura... Ya he sentido esta sensación horrible antes...—
Ella pudo sentir cómo sus pupilas se dilataban, mientras sus garras empezaban a crecer al igual que sus colmillos.
—Caíste en mi trampa— dijo el falso Naruto antes de hacer un sello con su mano libre.
—¡Eh!— Aneko al instante sintió cómo la piel se le ponía de gallina, era su sexto sentido... Pero, antes de que pudiera hacer algo, ambos desaparecieron en un destello amarillo.
—¡MALDICIÓN!— pensó Naruto, todo había pasado muy rápido—Ese tipo... No puede ser otro que uno de los jinetes... No pensé que fueran a enviar a uno de ellos...—
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En otro lugar del país del fuego
Se podía ver cómo Aneko fue teletransportada junto al falso Naruto, ambos apareciendo en mitad de un pueblo fantasma, el cual se veía en un pésimo estado.
—Je... Bien, ahora que nadie está mirando, me encargaré de ti— comentó el falso Naruto mientras su brazo se deslizaba fácilmente de las manos de Aneko, antes de separarse de la asesina.
—Ya veo... Sabía que lo iba a atrapar cuando intentara apuñalarme... Aprovechó eso para teletransportarme porcontacto— pensó ella mirando al rubio que solo le dedicó una sonrisa.
Finalmente el falso Naruto perdió su transformación, revelando la verdadera apariencia de Orba.
—Ahora, vamos a divertirnos un poco sin que nadie estorbe— declaró el demonio mientras que Aneko solo gruñó.
—...—
Fin del capítulo 62.
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