Prólogo
Cercanías de Konohagakure
Hace 12 años
???: Aléjate de la Jinchūriki, Yondaime. De lo contrario, su hijo morirá antes de cumplir una hora de vida.
Todo había marchado tan bien hasta ese momento... ¿Por qué tenía que suceder esto?
Esos eran los pensamientos de Namikaze Minato, Yondaime Hokage de Konohagakure no Sato.
Hoy, 10 de octubre de 1982, había nacido Uzumaki Naruto, su hijo, así como el de Uzumaki Kushina, su esposa.
Se suponía que iba a ser el día más feliz de sus vidas. Lamentablemente, parece que el destino había decidido que ese no sería el caso.
A los pocos minutos de que naciera Naruto, un hombre enmascarado los había encontrado el escondite que el Sandaime Hokage les había concedido.
Esta era una medida de seguridad que se había dado para evitar que alguien intentara liberar al Kyūbi.
No era muy desconocido que el sello de un Jinchūriki se debilita con el embarazo.
Ahí era donde entraba Minato.
Él se encargaría de mantener el sello de Kushina estable para evitar que el Kyūbi escapara.
Había tenido éxito en eso.
Pero antes de que él fuera capaz de restablecer completamente el sello, ese enmascarado asesinó a todo el personal médico presente, y secuestró a su hijo.
Lamentablemente, no podía ni quería arriesgar la vida de Naruto, por lo que se vio obligado a hacerle caso.
Minato: *alejándose de Kushina* ¡Está bien, está bien! Solo... mantén la calma.
???: Deberías seguir tu propio consejo, Yondaime. Yo estoy bastante tranquilo.
Kushina: Minato...
Minato: Lo sé, Kushina...
Sin previo aviso, el enmascarado lanza a Naruto hacia arriba, a punto de apuñalarlo con un Kunai.
Kushina: ¡NARUTO!
Kushina grita preocupada por la vida de su hijo.
Minato, haciendo honor a su apodo de "El Destello Amarillo de Konoha", lo atrapa en el aire antes de que lo toque el frío metal.
Sin embargo, no se acabó ahí.
Instantáneamente, Minato escuchó el sonido de algo quemándose, y al ver a Naruto, vio que la manta que lo envolvía estaba llena de papeles bomba.
Justo antes de que los papeles explotaran, Minato fue capaz de quitarle la manta a Naruto y rápidamente desplazarse con su Hiraishin no Jutsu a una cabaña segura.
.....
Kushina se encontraba atada por cadenas y grilletes en ambos brazos y piernas.
No tenía la energía necesaria para oponerse.
Después de todo, apenas habían pasado unos minutos desde que dió a luz.
Kushina: ¿Qué es lo que quieres de nosotros...?
Jadeando por el dolor, pronunció con dificultad esas palabras.
???: ¿Que qué quiero? Creo que tu ya sabes la respuesta.
Ante esa afirmación, los ojos de Kushina se abren como platos.
Kushina: ¡¿Estás demente?! ¡El zorro destruirá todo a su paso!
???: Lo sé. *comienza a reírse* Eso es exactamente lo que quiero.
Kushina: ¡Tú...!
???: No te preocupes, Kushina. Esto solo durará un instante.
Antes de ser capaz de responder, Kushina se retorció de dolor.
La razón de esto es que aquel sujeto comenzó a extraerle el Kyūbi.
Dentro del sello, los ojos del Kyūbi se agrandaron al reconocer el chakra del extraño que intentaba liberarlo.
Kyūbi: ¡Tú! ¿Cómo es que...? ¡No vas a controlarme de nuevo!
Comenzó a rugir de rabia.
Esas fueron sus últimas palabras antes de que su visión se oscureciera.
Luego de eso, sus ojos tomaron la forma del Sharingan.
???: ¡Libérate... KYŪBI!
En el momento en que ese hombre pronunció esas dos palabras simples, pero llenas de malicia, el temible Zorro de Nueve Colas fue liberado una vez más.
Kushina: Es... Espera...
Kushina, ya al borde del desmayo, trataba de evitar que aquel sujeto se fuera junto con el Kyūbi.
???: Hmm, ustedes los Uzumaki realmente son increíbles. Pensar que fuiste capaz de sobrevivir la extracción de un Bijū tan poderoso como lo es el Kyūbi.
La pelirroja no mostró reacción a sus palabras.
Su cuerpo no respondía, a pesar de que quería usar todas sus fuerzas para detenerlo.
???: Sin embargo, eso es todo lo que lograrás. Mátala, Kyūbi.
El gigantesco zorro obedeció sus órdenes, y dirigió una de sus garras hacia la Uzumaki, con el fin de ensartarla.
Lo único que ella pudo hacer fue cerrar sus ojos, preparándose para recibir el ataque.
Sin embargo, el ataque nunca llegó.
De un instante a otro, Kushina vio que estaba en los brazos de Minato.
Miró a su alrededor, deduciendo que estaban dentro de algún tipo de cabaña.
Minato: Tranquila. Aquí dejé a Naruto. No estamos en peligro... aún.
Kushina no podía quedarse tranquila.
Aquel extraño... ¿Uchiha...? se había llevado al Kyūbi.
Si realmente había logrado controlar al Kyūbi...
Lamentablemente, sus temores se cumplieron cuando escucho gritos a la lejanía.
Esos gritos expresaban tanto temor y pánico como agonía.
Kushina: Minato, ¿Cómo pudo pasar esto?
Minato tardó algunos segundos en responder, mientras recostaba a Kushina en la cama, junto a Naruto, quien yacía ahí durmiendo.
Minato: No te preocupes. Yo me encargaré de eso. Tú cuida a Naruto, ¿Está bien?
La Uzumaki solo asintió, mientras se acercaba como podía a Naruto.
Al lograr su cometido, lo abrazó.
Incluso con todo el caos que sabía que había afuera, sus ojos expresaban alegría y alivio.
Kushina: Naruto... Me alegro de que estés bien...
El cuerpo de la pelirroja ya casi no tenía fuerzas, y eso Minato lo sabía bien.
Si no sellaba al Kyūbi en Kushina de nuevo, ella moriría debido a la excesiva pérdida de chakra que padeció.
Apretó los puños al pensar en eso.
Decidió no quedarse quieto por más tiempo, y se dispuso a hacer lo posible, e incluso lo imposible, para salvar a su aldea.
Pero aún más importante, para salvar a su recién formada familia.
Kushina: Minato... Gracias... Ten cuidado...
Al decir esas últimas palabras, la Uzumaki cerró sus ojos para descansar el tiempo que fuera posible.
Minato se puso la diadema de la aldea, su chaleco de Jônin, y finalmente, su capa de Hokage.
El Yondaime estaba listo para cumplir su deber y luchar.
Minato: Volveré pronto.
Y con la esperanza de que Kushina hubiese escuchado esas palabras, se dirigió a lo que sería su última batalla.
..............................
El infierno.
Esa era la única palabra que se podría haber para describir la destrucción que se desató en Konoha.
Sin embargo, podría haber sido mucho peor.
Nadie esperaba que el zorro decidiera irse del interior de la aldea, pero sabían que eran afortunados por eso.
En tan poco tiempo, ya habían demasiadas muertes.
Demasiadas familias destruidas.
Demasiados padres e hijos desconsolados por igual.
Minato no sabía qué fue lo que hizo que el zorro decidiera retirarse.
Incluso si había logrado liberar al Kyūbi del control de Madara, era consciente del odio que el Bijū tenía por los humanos.
Y por eso mismo, no podía dejar que el Kyūbi escapara.
Por lo que él sabía, el Kyūbi podría estar planeando destruir todo con una Bijūdama.
Sin embargo, cuando por fin alcanzó al zorro, vio que este estaba esperándolo... y que no lo atacó en el momento.
Kyūbi: Veo que finalmente has llegado, Yondaime Hokage. Es lamentable ver que tan interesante ser perderá su vida trágicamente.
Minato: No si puedo evitarlo. Te sellaremos antes de que puedas causar más destrucción.
Namikaze Minato estaba preparado para luchar.
El zorro de nueve colas simplemente negó ante su afirmación.
Kyūbi: Kushina ya no puede contenerme y sobrevivir, y tú lo sabes muy bien. Solo hay una manera de sellarme, y por más que no nos guste, no sobrevivirás al proceso.
El Bijū tenía razón en algo, Minato tenía que admitirlo.
Kushina ya estaba demasiado agotada, e incluso si lograba sellar al Kyūbi en ella de nuevo, la carga en su cuerpo sería demasiada, y simplemente moriría de todas formas.
La situación no le agradaba para nada al Yondaime Hokage.
Aún así, el hecho de que el mismísimo Kyūbi le ofreciera una manera de sellarlo...
Incluso si eso lo mataba a él, no importaría.
El zorro quedaría sellado de cualquier manera.
¿Qué era lo que estaba pensando el Bijū?
Minato: No lo entiendo, ¿Qué ganas con todo esto?
Kyūbi: Simplemente estoy cumpliendo una promesa que hice con un viejo amigo.
Bien. Eso era nuevo.
Honestamente, él no sabía que un Bijū podía ser amigo de alguien.
Según había aprendido, los Bijū son una masa pura de chakra y odio.
Si ese no era el caso, entonces tal vez, solo tal vez, podría confiar en él.
No era que tuviera muchas opciones.
Minato: Está bien. Te escucho.
Kyūbi: Muy bien. Ya elegí a las dos personas que me mantendrán sellado.
Usarás el Shiki Fuin para separar mis mitades Yin y Yang, y sellar cada una en ellos.
Minato: El Shiki Fuin... Así que a eso te referías con que no sobreviviría.
El Shiki Fuin o Sello del Segador.
Es un sello muy poderoso que podría contener lo que sea, sin importar cuán poderoso sea.
Sin embargo, tal sello tenía un precio: el alma del usuario de este sello sería devorada por el segador, lo que significa su muerte.
Kyūbi: Sin embargo, a pesar de que mi conciencia ya no tiene el odio que solía tener, mi chakra sigue siendo caótico, por lo que podría despertar el odio que ellos hayan acumulado en su interior, y provocar que me liberen por completo.
Minato: Entiendo. Si te liberaran completamente, ellos morirían.
Kyūbi: Es por eso que lo más prudente es tener algún apoyo moral en caso de que eso suceda. Tanto tú como Kushina sellarán su propio chakra en uno de ellos, y lo ayudarán cuando sea el momento. En cuanto a la otra persona, eso lo dejo en tus manos.
Muy bien. Podía aceptar eso.
Minato no sabía quién era aquel amigo de quien hablaba el zorro, pero estaría eternamente agradecido con él.
Es gracias a aquella amistad que el Kyūbi simpatizó con el Hokage, para evitar un desastre aún mayor.
Minato: ¿Y bien? ¿Quiénes son esas dos personas?
Kyūbi: Uno de ellos es tu hijo, Naruto. La otra persona, es una niña, aún bebé, llamada Haruno Sakura.
::::::::::::::::::::::::::::::::
Karuma: Y aquí termina el prólogo. Seguramente muchos de ustedes notaron la gran diferencia que hay entre la escritura del último capítulo que había escrito hasta el momento, y el prólogo de la historia rehecha desde cero.
Sin embargo, aún no sé cómo continuaré la historia, y hay un motivo: los padres de Sakura.
En la versión anterior de la historia, escribí que Kizashi era el más leal a Minato, y su mejor amigo.
Me había basado un poco en Road to Ninja para eso.
Sin embargo, ahora me temo que eso no serviría de nada para la historia.
Así que no sé si dejarlos vivos, o hacer que Sakura sea huérfana como Naruto.
¿Qué piensan ustedes?
Quiero que escriban con algún comentario si quieren que los padres de Sakura queden vivos o no.
Sin embargo, también quiero que pongan argumentos.
No quiero que digan que los deje vivos para que Sakura y Naruto no sufran tanto.
Es por ese sufrimiento que Naruto valora mucho lo que es una familia.
Si le quito ese sufrimiento, Naruto no sabría cómo empatizar con los demás.
Así que, ¿Qué opción prefieren?
A) Dejo a los padres de Sakura vivos (aunque no prometo que no los vaya a matar en algún futuro).
B) Sakura queda huérfana, al igual que Naruto.
Tienen tiempo para decidir. Pero escriban, por favor.
De esta decisión depende el camino que tomará la historia desde ahora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro