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capítulo 64

La luna brillaba fuerte en los cielos de Konoha y en el distrito Uchiha habia un azabache con cierta peli azul tumbada y desnuda sobre su pecho.

En este momento  - después de una ronda de sexo y algunas copas- Sasuke se puso a pensar en lo ocurrido en los últimos meses.

El azabache había pasado de estar solitario en una celda a tener la compañía de una chica como Hinata todas las noches.

En su interior se había creado un sentimiento de dependencia, el no se atrevía a llamarlo amor, todo lo que hacía o pensaba ella debería estar involucrada.

Ese sentimiento le asustaba, creyó que intentar salir con otras chicas le ayudaría, le ayudaría entender, pero luego se dió cuenta que ninguna otra chica le satisfacía más que Hinata.

Si, quizá se ella vuelto dependiente, quizá había una chica en Konoha que había sido capaz de atar al gran Sasuke Uchiha.

Lo curioso es que esa chica no había sida ni Sakura ni Karin y si la que tenía un supuesto amor por su mejor amigo.

El azabache sonrió pensando en la ironía de esa conclusión y en la ironía del propio destino.

Beso la cabeza de Hinata y ella apenas sonrió aferrándose más a él, lo que le llevó a sentirse bien, feliz  e incluso una calidez en su corazón.

" Estos son los efectos de una droga. " - Pensó Sasuke acariciendole el pelo- Tú eres mi droga.

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Ya en la casa de cierta Uzumaki, había un Inuzuka que aún no sabia como reaccionar.

- Lo sabia. -Dijo Karin alejándose de él- Tu... tu no me crees guapa.

- No digas tonterías, claro que te creo guapa, eres preciosa. - Dijo Kiba- Tan solo es que tu petición me ha tomado por sorpresa.

-¿ Es que no quieres hacer? - Preguntó Karin poniéndose de espaldas- ¿ Te molesta tanto tocarme?

Kiba entendió que con palabras no iba a llegar muy lejos, así que decidió mostrarle sus sentimientos  hacia ella con acciones y no con palabras.

Y eso iba a hacer.

Kiba se acercó a ella lentamente, la tocó en los hombros y la giró hacia él  antes de captar sus labios.

- ¿ Con que me molesta tocarme dices? - preguntó Kiba antes de abrazarla- Te demostraré lo contrario.

Hubo otra ronda de besos y Karin entrelazó las piernas en la cintura del Inuzuka, mientras él la sujetaba por los muslos.

- Ponme en el balcón. - le susurró  Karin.

- ¿ En el balcón? - preguntó Kina sin entrender nada.

- Es el único sitio de la casa donde no está infectado - explicó la pelirroja.

-¿ Infectado? - preguntó la pelinegro.

- Créeme, no quiero explicartelo ahora. - dijo Karin- Cortaría el rollo.

Kiba no preguntó más e hizo lo que la pelirroja le ordenaba.

Al sentar a Karin sobre el mármol frío del balcón, Kiba decidió quitarse la camiseta y tirar hacia ella.

- Ahora estamos a mano. - Comentó Karin cruzando las piernas- Y me gusta lo que veo.

- Es bueno oir eso. - dijo Kiba acercándose a la pelirroja- Porque a mi también me gusta lo que veo.

Hubo otra ronda de besos antes de Kiba ir bajando poco a poco hasta llegar a la entrepierna de la chica.

Al ver que los pantalones de la chica le estaban impidiendo de hacer su trabajo, Kiba decidió quitárselo inmediatamente.

Bajó los pantalones juntos con las bragas de la chica teniendo la vista del cuerpo completamente desnuda de la chica.

No se fijó en las marcas y cicatrices alrededor de todo su cuerpo, para él poco importaba.

Kiba aprovechó para hacerle sexo oral sacando algunos gemidos de la pelirroja.

Karin empezó a acariciar los cabellos del Inuzuka mientras disfrutaba de su lengua en su interior.

Karin cerró los ojos mientras sentía una descarga eléctrica recurrir todo su cuerpo.

Poco a poco el placer recurrió el cuerpo haciéndola llegar a la primera cumbre del placer.

-Eso ha estado bien. - dijo la pelirroja mientras respiraba con dificultad y sentía que su corazón se aceleraba.

- Gracias. - Dijo Kiba limpiándose la boca con su brazo- ¿ Lista para continuar?

Karin asintió y tragó en seco al ver que Kiba se quitaba los pantalones y acercaba su miembro a su entrada.

El Inuzuka se introdujo dentro de la Uzumaki y al llegar a su barrea le miró como si pidiera permiso.

Karin asintió una vez más antes de sentir una oleada de dolor al romperse su himen.

- ¿ Está bien? - preguntó el Inuzuka preocupado.

- Si... - Dijo ella- Mi tolerancia al dolor es muy alta, no ha sido nada. - explicó.

Esta vez fue Kiba el que sintió cierta punzada de dolor en el pecho, era evidente que Karin no había tenido la mejor de las vidas.

El Inuzuka se prometió a si misma que escucharía cada palabra de su historia, aunque ahora tenía que cumplir con el deseo de la pelirroja.

- Eh. - Al ver que Kiba se perdió brevemente en sus divagaciones, Karin le sujetó por la barbilla y le obligó a tener contacto visual- Estoy bien, ya puedes moverte.

Kiba empezó a moverse despacio, ya que temía hacerle daño y quería hacerla disfrutar de ello.

Después de unos minutos moviéndose despacio, Karin le pidió para ir más rápido.

La pelirroja empezó a gemir más mientes Kiba le besaba sus senos y cada una de las heridas esparcidas por el torso de la Uzumaki.

Para Karin eso fue una acción simbólica, significaba que al Inuzuka le gustaba aunque estuviera con su cuerpo totalmente marcado.

Ella apenas sonrió y dejó que el placer recurriera su cuerpo.

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Después de dos rondas seguidas, Kiba intentó irse, pero Karin le convenció de pasar la noche con ella, lo que él aceptó sin rechistar.

A la mañana siguiente, Karin se despertó con él alguien llamando a la puerta.

La pelirroja se tapó los oídos con su almohada, pero sea quien sea no dejó de llamar.

- ¡¿ Que pasa, que pasa?! ¡ Ya voy, ya voy! - Exclamó la pelirroja poniéndose una camiseta rosa con un corazón blanco dibujado en el miedo de la prenda y unos pantalones blancos.

- ¡Hola! - Al abrir la puerta se descubrió que era nadie más y nadie menos que Ino- Estás más de una hora retrasada, así que vine verte.

- ¡ Mierda, mierda, mierda ! - Gritaba mientras caminaba hacia su armario para poner una ropa más presentable.

Justo en ese momento Ino entró en el departamento y empezó a reirse del desespero de su amiga.

- ¿ Que es tan gracioso? - preguntó Karin sin entender nada.

- Tu inocencia y falta de la noción del tiempo. - decía Ino entre risas- Hoy es sábado, mis padres cuidan de la florería, no tú.

- ¡ Maldita sea! - Exclamó Karin- ¡¿ Vienes a mi casa a las ocho de la mañana tan solo para gastarme una broma?!

- No solo eso. - Dijo la rubia- También quería saber sobre tu cita de ayer, soy tu amigo al fin y al cabo.

- ¿Que ha pasado?  - preguntó Kiba al sentarse en la cama dejando las sábanas caer y exponer su torso desnudo- ¿ Que es todo ese jaleo?

- Oh... - Ino le miró con una sonrisa pícara.

- ¡ Pero bueno, Kiba! - Exclamó la pelirroja-¡ Haz el favor de ponerte una ropa!

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En la villa de la cascada, el consejo se había reunido para hablar de un tema urgente.

Habia llegado a sus oídos que Konoha se había hecho con una jinchuriki más y esa era Fuu.

También había llegado a sus oídos que los jinchuriki capturados misteriosamente habían regresados sanos y salvos a sus aldeas, pero Konoha había capturado a Fuu, la jinchuriki del siete colas.

- ¡ Esto es un acto de guerra! - exclamó un consejero- Conforme lo estipulado, la jinchuriki del Nanabi nos corresponde a nosotros.

-¿ Y que quieren? - preguntó el segundo consejero- ¿ Una ofensiva contra Konoha? Eso sería suicidio.

- Señores, vamos primero intentar por la vía diplomática. - dijo un tercer consejero- ¿ Quizá si hablamos...?

- La diplomacia no funcionará con Tsunade. - Todos se giraron hacia la puerta del despacho y vieron a Danzou caminar lentamente hacia ellos.

- ¡¿ Que haces aquí?! - preguntó el segundo consejero- ¡¿ Como es que los guardias te dejaron pasar?!

- Yo apenas utilicé la "diplomacia " para hacer que los guardias me dejen pasar. - Dijo el viejo halcón de guerra apoyándose en su bastón- Tal cual lo estoy haciendo con vosotros.

- ¿Que quieres? - preguntó el primer consejero- Me cuesta creer que estas traicionando Konoha.

- Y no estoy traicionando a Konoha. - dijo Danzou con una sonrisa fingida- Tan solo soy un anciano que está en contra del débil régimen que está teniendo Konoha en los últimos años.

- Eso no responde nuestra  pregunta. - dijo el primer consejero.

- Quiero proponer una alianza. - dijo Danzou- No tan solo os puedo proporcionar el jinchuriki del Nanabi, si no mucho más.

- ¿ Que quieres decir? - preguntó el segundo consejero con una sonrisa gananciosa.

- Tengo un plan en mente. - Dijo Danzou- Un plan que puede darme a mi el puesto de Hokage y a vosotras todas las biju.

- Debes de estar soñando muy alto. - comentó el primer consejero seguido de las risas de sus compañeros- ¿ Y en qué consisten tu maquiavélico plan?

- Bueno, he estado pensando en una reunión para discutir todo este tema de las bijus. - Dijo Danzou dando vueltas por la mesa del consejo- Una cumbre de los cinco Kages.

Continuará

Maratón 2/5






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