El cielo lloraba sus penas, que envenenaban su alma. Destrozando sus defensas y dejando derrumbarse todo a su paso, en una agonía incontable. Las nubes que se pintaban eran de color gris e sombrías de tanto rondar el mismo tema, que recordaba la página melancólica. Sus dulces lágrimas saladas eran la agua mas clara. De la gran decepción que extendía, desprendía unos truenos que mataban cual quier ser vivo. Sorprendiendo dejando a su paso un bello espectaculo, un puente de colores resplandeciendo después de la tormenta y dejando esperanzas e vida en los corazones.

-"Anda dime lo que te envenena..."