🎶 . | Canción del capítulo en multimedia; 'Sun and moon ' by. NCT 127

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Llegaba el turno de los últimos tres arcanos, Sting lanzó su mazo y se sorprendió.

El arcano número 15, que corresponde al diablo, invocó una rosa hermosa idéntica a la que le habían otorgado a Rogue.

El rió y se acercó, tomándola. Ambas rosas se fusionaron en una y luego miró a Sting.

―Mi atadura al mundo humano ya se resolvió, no hay necesidad de que yo vaya.

― ¿Qué? Todos han ido, tú no puedes ser la excepción...

―Lo soy, porque no tengo más asuntos pendientes con ese mundo. ―Cerró sus ojos y sus memorias llegaban poco a poco.

Hijo de una mujer sumamente creyente en Dios, con un padre que no creía en nada; tías peculiares que rendían culto a Satanás. Una mujer danzando árabe, una niña mirándolo. Cabello rubio, un demonio.

Todo aquello hacía a Rogue reír.

―Uf, fui una víctima bastante corrompida, pero no te preocupes, que las cuentas las he saldado ya. ―Sting suspiró y chasqueó sus dedos, la siguiente carta volteó.

―Arcano número 20, el juicio. ―Dijo mientras Lucy comenzaba a avanzar. Sonreía bastante tranquila, parecía no tener miedo ni prisas.

Sting y Rogue unieron sus magias para así ser absorbidos por la carta; Lucy cerraba sus ojos derramando unas gotas de lágrimas.

Wendy notó aquello y se sorprendió. ― ¿Lucy-hime estaba llorando? Ella nunca llora...

―Supongo que llegó la hora de que suelte ese dolor...

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Se encontraban en un callejón, Lucy suspiraba al ver aquello.

Sting tomó la mano de su hermana, notando que ella estaba temblando. ― ¿Vas recordando?

―Sí, hermano ―ella sonrió―, y en esos recuerdos está la imagen de alguien secuestrándome justo aquí.

― ¿Esa es tú atadura, Lucy? ―Preguntó Rogue, pero ella negó a aquello.

―Quien me ata es quien no puede dejar de culparse, y quien está ahora mismo buscando a quien me asesinó. ―Dijo apuntando hacia la profundidad del callejón.

Estaba nada más y nada menos que Natsu Dragneel, buscando de forma incansable evidencia que pudiera ser de ayuda. Sting miraba sorprendido, puesto que el joven soltaba lágrimas mientras hacía su trabajo.

―¿Natsu? ¿Por qué él?

― Porque él es quien eligió tomar mi caso, Sting. Tú ya no eres mi atadura, porqué ya me soltaste sabiendo que estoy aquí, contigo...

― ¿Qué harás entonces? ―La rubia tomó con fuerzas esa llave dorada que llevaba en manos. Tomó aire y comenzó a avanzar.

― Tiene que soltarme, y yo tengo que dejarlo ir. ―Dijo mientras recordaba las veces que iba al trabajo de Sting solo para verlo a él.

Sting tenía esas imágenes en su mente, puesto que él era capaz de ver la vida de todos los príncipes. Trató de ir con su hermana para así ayudarla, pero Rogue lo detuvo.

―Es algo que ella tiene que hacer sola, Sting.

Los comenzaron a desvanecerse para volver y contemplar el reino de Lucy.

Al llegar, se encontraron con un enorme lago lleno de enredaderas con flores. Podían caminar sobre el agua sin problemas, había cientos de árboles marchitos que componían un bosque que rodeaba al lago.

Se escuchaba una dulce melodía de violín que de repente pasaba a ser violenta y cargada de furia, de tristeza.

―¿Por qué me detuviste? Yo conozco mejor que nadie a Lucy y Natsu, podía haberlos ayudado.

― No puedes intervenir, ella debe encontrar la solución. ¿No has comprendido aún? Ella y Juvia están unidas a personas que tú conociste, por ello las soluciones las encuentran solas. Lucy sabe que debe hacer...

―Porque esa historia que siempre se dio, fue una historia al estilo Romeo y Julieta y tú bien lo sabes. ¿O a caso has olvidado que Mavis bien dijo que eran familias rivales?

Sting suspiró. ―Ahora tiene más sentido el porqué Zeref y Mavis se conocían tanto... ¿Pero por qué todo está unido?

―Porque somos piezas del destino, todos estamos unidos unos a los otros.

―Que explicación tan tosca... ―Dijo el rubio decepcionado, pero ya estaba bastante acostumbrado. 

― ¿En serio no hay forma de corromperte para ver un poco más de tú locura?

―No te conviene provocarme, Rogue.

―Yo soy quien decide que me conviene o que no.

Rogue comenzó a reunir a sus sombras en su puño para así atacar a Sting, quien reaccionó saltando hacia atrás.

―¡¿QUÉ DEMONIOS QUIERES?!

― ¡CORROMPERTE! ―Gritó Rogue mientras Sting se escudaba mediante su magia blanca.

Una lucha sin qué ni para qué comenzaba a darse entre esos dos. Miradas lujuriosas y a la vez llenas de furia se entrelazaban, mientras los golpes y ataques no cesaban e impactaban entre sí.

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Una escena del pasado se daba en las memorias de la hermana menor de Sting...

Una mañana que gozaba de una brisa fresca, paisaje lleno de árboles de cerezo que dejaban caer sus flores en el suelo.

En el cordón de la calle, sentados, se encontraban Natsu y Lucy compartiendo el almuerzo...

Ella tenía 16, mientras que el ya había cumplido sus 18 y estaba a punto de comenzar la universidad. Eran de familias «rivales» debido a que Mavis dijo que los Dragneel's solo podían traer problemas con su contradicción; cosa que no impedía a Lucy verse a escondidas con Natsu.

―Natsu... ¿Qué estudiarás en la universidad?

― Me gusta mucho la criminología... O criminalística, aún no sé. ―Dijo mientras sonreía de costado.

―De ese modo podrás resolver crímenes, creo que ayudarías mucho a quienes no pueden descansar en paz... ―Aquello daba mucho ánimo al pelirosa, quien volteó y tomó a Lucy de los hombros.

―Quiero que tengas bien en claro, que pase lo que pase, no podría olvidarme de esas palabras. ―Exclamó mientras sorprendía a la rubia, quien sonreía sonrojada.

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― Nosotros... ¿Seríamos como Romeo y Julieta de la modernidad?

―Lucy, yo no quiero que ambos terminemos muertos como ellos... ―Expresó el pelirosa mientras estaba haciendo unos trabajos, Lucy suspiró.

―Tienes razón, nunca me perdonaría que mueras por mí culpa. ―Los ojos jade de Natsu se abrían con sorpresa, la rubia parecía estar a punto de marcharse de la casa de él.

Pero corrió y la abrazó con todas sus fuerzas por detrás...

― ¿Natsu, sucede algo?

―Nunca me perdonaría si tú mueres, si yo muero no dejaría que vengas conmigo. Pero yo sí iría contigo... ―Esas palabras tan confusas pero a la vez tan claras hacían que el corazón de Lucy comenzara a latir como nunca antes lo había hecho.

―Podemos cambiar el final de Romeo y Julieta, lo juro. ―Dijo Natsu haciendo que Lucy asintiera.

Pero si había algo que aprendió bien de su madre, era que el destino no se podía cambiar ni evitar, solo esquivar y por poco tiempo...

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Por su parte, Lucy comprendía lo que debía hacer.

Un humano como Natsu era fácil de corromper y romper, puesto que sufría por querer resolver aquel caso rápidamente, creyendo que así podría estar en paz. Pero no lo estaría hasta escuchar una vez más a Lucy...

Por eso es que ella, comenzó a lograr que el sueñe, que recuerde aquel pasado que ellos tenían. Iba dejando notas inclusive... Para que así reviva su imagen, para que ella pudiera ayudarlo a que él la soltase, y que de paso, pudiera resolver aquel crimen.

Porque Lucy anhelaba que su arcano se hiciera realidad; puesto que el juicio debería de darse...

Pero había un pequeño problema, él había jurado ir junto a ella, seguirla a donde sea...

Por ese motivo Lucy no podía avanzar, no podía ser soltada; porque él no dejaría ir a su Julieta, sin antes irse él con ella.

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Rogue y Sting seguían peleando en aquel lugar; Cheney hundía la cabeza del rubio en el agua, mientras lo provocaba.

― ¡¿Por qué no me muestras mejor tú naturaleza!? ―Preguntando aquello lo lanzó hacia atrás, golpeándolo con sus sombras.

Sting aplaudió, haciendo que su magia blanca lo tomase de las piernas y lo golpeara de lado a lado contra el agua y las enredaderas.

Las espinas se incrustaban en el cuerpo de Rogue, quien reía y cortaba la magia de a patadas fuertes.

― ¡¿DE QUÉ NATURALEZA HABLAS!?

―¡DE TÚ ARCANO, PRÍNCIPE STING!

Ambos chocaban entre sí, golpeándose a más no poder. La sangre profanaba aquel lago del reino de Lucy; y dicha joven comenzaba a aparecer, con su llave en manos.

Las lágrimas caían por su rostro volviéndose sangre; se dejaba caer de rodillas en su lago...

Los príncipes la miraban anonadados, no comprendían lo sucedido.

―Él no me piensa soltar, a menos que el muera... ―Decía mientras su mirada y su voz rompían la pelea de Sting y Rogue, aquella triste escena los hacía ser conscientes de que no era momento de provocarse entre sí.

Lucy había vuelto por no poder cumplir con su misión; y eso significaría tener que desvanecerse del mundo de Maut y de la memoria de todo el mundo.

Rogue y Sting se miraron entre sí, puesto que sabían que la responsabilidad recaía sobre sus hombros.

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ahora ya saben que conexión exacta tiene esta historia con el cadáver de agua; pronto sabrán que pasó con Lucy. ;; ♡