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Sting miraba esa manzana, mientras en el brillo se reflejaban recuerdos de su infancia.

—Si no cumplen con la misión, serán borrados de cada rincón existente en cuanto a tiempo, espacio y memorias...

Dicho aquello Mavis sonrió, mientras pasaba a reírse frenéticamente, la sangre caía de su boca por ello. Zeref tapaba sus oídos y cerraba sus ojos fuertemente, estaba sucumbido en terror por aquella mujer.

Ella notó aquello y se acercó a él, tomándolo de ambas manos e intimidándolo con la mirada.

— ¿Qué sucede, Zeref? ¿Aún tienes pesadillas por mí culpa? —El negaba tembloroso.

— ¿Aún no aceptas que serás mi rey, Dragneel? —Preguntaba mientras relamía sus labios; el apellido Dragneel producía en Lucy una sensación extraña.

—Nostalgia... —Susurró confundida, mientras miraba la llave dorada.

—Cuando estén listos para ir al mundo humano, solo pídanle al príncipe Rogue que los envíe, Sting los acompañará también.

— ¿Qué? Yo también tengo un objeto, ¿no debería de ir yo solo? —Mavis niega desapareciendo, dejando resonando sus carcajadas. Zeref parecía estar aliviado.

Todos los príncipes miran sus objetos, confundidos y muy temerarios, ¿qué es lo que deberían de descubrir? ¿Qué tipo de persona no los suelta?

Sus memorias estaban confusas y sus recuerdos no eran claros, no podían obtener respuestas fácilmente y mucho menos recordar sobre sus vidas pasadas, todo era una mezcla de imágenes que pasaban como flashes en sus mentes.

— ¡Príncipe Sting! —dijo Rogue— ¿Preparamos todo para que la primera persona vaya? —Preguntó mientras hacía una pequeña reverencia.

El rubio lo ignoró completamente, tomó a Lucy del brazo y la levantó.

— ¡Nos vamos de aquí, Lucy! —Avisó mientras se la llevaba corriendo, Cheney suspiró.

—Me gusta lo difícil, rubio, pero no te pases... —Murmuraba mientras sus enredaderas aparecían, formaban criaturas.

— ¡VAYAN TRAS ÉL! —Ordenó mientras su ceño fruncía.

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— ¡No te preocupes, Lucy! Saldremos de aquí, solo confía.

— ¡No sé quién eres! —decía Lucy— ¿Por qué debería confiar?

Ellos corrían huyendo del palacio, Sting hacía caer varias estatuas para retrasar a quienes los perseguían.

— ¡SOY TÚ HERMANO MAYOR! ¡¿Eso no es suficiente para confiar!? —Gritó mientras la empujaba para que una de esas bestias no la lastimase, la rubia miraba sin recordar.

La volvió a levantar y siguió la corrida. Llegaron a la salida y rápidamente abrió las grandes puertas.

Al cerrarlas dio la espalda a algo que él ya había visto...

—Príncipe Sting...

—Ya Lucy, no quiero que nos persigan. Estoy cerrando esta cosa...

—Creo que hay algo peor que quizá ni haga falta que nos persiga para matarnos. —Dijo la rubia haciendo que su hermano abriera sus ojos como dos platos.

Eran nada más y nada menos que Brandish y Dimaria convirtiéndose furiosas en cerberos.

— ¡CUIDADO! —Advirtió Sting empujando a Lucy contra el suelo para que la gran pata de una de esas bestias no la aplastase. Se arrastraron por el suelo evadiendo los ataques.

Sting estaba a punto de ser aplastado, pero Lucy extendió con fuerzas su mano derecha; sus enredaderas empujaron a ambos cerberos.

— ¡Vamos! —Dijo levantando al rubio del suelo, el tomó fuerzas y corrió con ella detrás suyo.

— ¡¿Recordaste algo!? —Preguntaba mirando hacia atrás.

— ¡Siento que dices la verdad, nada más! —Aquello que ha dicho Lucy levanta bastante el ánimo de Sting, pero automáticamente eso es anulado cuando una de las enredaderas de Rogue lo atrapa.

Se retuerce y Lucy trata de ayudarlo, pero también la atrapan. El rubio enfurece con tan solo escuchar los gritos de ella; puesto que hacen que su imaginación recuerde que ella está muerta y recree las posibilidades.

Esa furia se desata en un gran grito y potencia mágica, que destruye las enredaderas y las criaturas de Rogue. Las estrellas y la luna miran eso sorprendidas.

—Nunca antes habían destruido mi magia...—Exclama frunciendo su ceño, luego aplaude. Chasquea sus dedos y libera a Lucy.

—Princesa Lucy, ve a tú mundo. Quiero hablar con tu hermano, ¿sí? —Ella obedece y da una mirada a Sting, como pidiéndole que hable con Rogue.

El rubio se levanta y acomoda su corona, mira fijamente a Cheney.

—Escucha, Sting; esa persona que llamaste mamá es la mujer que nos trajo a todos aquí. Quiero que comprendas que nadie ha elegido llegar a este mundo, tú lo sabes mejor que nadie...

— ¿Entonces por qué debería de quedarme? Si no llegué aquí queriendo, me iré.

—No puedes, necesitamos de tu ayuda...Eres el único que cuenta con sus recuerdos firmes y una unión al mundo humano sin igual. Sin mencionar, que tienes las cartas de tarot a tú poder...

— ¿Cómo es que puedo ayudarlos? No comprendo nada, solo quiero recuperar mi vida y a mí hermana. ¿Puedes entender eso?

— ¡Ya te dije, tienes unión al mundo humano y a tus recuerdos! Yo no puedo solo, puedo llevarlos al mundo humano pero los corrompería en oscuridad, en cambio...

— ¿Yo soy la luz, verdad? —Comprendió Sting suspirando, Rogue asintió.

Dio media vuelta y se pasó del lado de su mundo, observando la claridad del mismo y su extensión. Giró y miró a Rogue, quien estaba cerca del límite.

— Esas personas que Mavis llama príncipes... Son personas a las que yo vi muertas, Rogue —dijo mientras meneaba la cabeza, el pelinegro suspiró.

—Por eso es que ellos necesitan tú ayuda, porqué tú sabías de sus vidas y sus muertes, te necesitan...

—Lucy te necesita, yo te necesito...

Aquellas palabras eran conmovedoras y llenaban de pena a Eucliffe, quien llevaba su mano a su ceño y lo masajeaba indeciso.

—Escucha, Rogue... Si yo acepto ayudar, ¿tú puedes hacer algo por mí?

—Lo que desees, príncipe.

—Devuélveme al mundo humano luego de ayudar. —Pidió con sus cejas arqueada y decisión en sus palabras. Los ojos de Rogue por primera vez se mostraban sorprendidos.

— No puedo negarme ante esa firmeza, eres un caso muy especial, ¿cómo es qué sigues sin enloquecer? El arcano de tu vida es el 22, ahora mismo deberías estar lo... —Sin poder concretar, Sting lo tomó de sus ropas y lo trajo hacia él.

Choco su frente contra la suya, sus ojos parecían ser almas que estaban a punto de fusilar los de Rogue. La vena de su frente resaltaba, su respiración estaba agitada.

— ¿Sabes qué mi cordura dura muy poco? —Enunció mientras Rogue se asombraba aún más— La condición es esa, me devuelves al mundo humano junto a mí hermana...

—Pude destruir tus criaturas, así que no dudes en que podría hacer lo mismo contigo. Este jueguito de príncipes y princesas no me hará vacilar en hacerte trizas, príncipe emo. —Empujó a Rogue dejándolo en el suelo, el reía.

—Poco a poco irás enloqueciendo. Pero, acepto la condición.

Sting volteó para marcharse a su ❝mundo❞, pero en ese momento Rogue lo atravesó por detrás con su magia de sombras.

Lo hizo girar lentamente y lo besó, robando la sangre que caía de la boca de Sting.

—Los pactos de sangre son los más fuertes...

—Esta es una promesa entre la luz y la oscuridad. Entre el diablo y el loco. —Dicho aquello dejó caer a Sting de rodillas, la sonrisa de Rogue se daba de costado, formando solo una comilla.

—Déjame decirte, que yo nunca quedo a los pies de nadie.

Aclaró antes de marcharse, las estrellas se burlaban de Sting mientras que el sostenía su herida. Lo más sorprendente era, que no sintió dolor con la herida; si no que sintió dolor con el beso de esos labios suaves pero que parecían un infierno.

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Me da muchísima pena Sting, su madre está loca y su hermana ni lo recuerda.😭

Lo positivo es que Lucy confía en el; realmente quedan bien de hermanos.❤

¡Muchísimas gracias por los 1k de lecturas! <3

💕Capítulo dedicado a taetaekae & Sashaa-0 por el beso Stingue.💕

Nunca pensé que esta pareja me iba a gustar tanto, idk. (?)

¡Van a comenzar los capítulos dedicados a los príncipes del mundo de Maut! ♡