𝟛𝟝. ℂ𝕠𝕟𝕤𝕖𝕔𝕦𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒𝕤
📅 SÁBADO 11 DE JUNIO DE 2022
📅 DOS DÍAS DESPUÉS
📍 GRAN PREMIO DE AZERBAIYÁN
- Es inviable Carlos. No tienen liquidez ni nada que aportar. Y su idea es una mierda. Tardará en llevarse a cabo porque solo es un proyecto. Es un NO rotundo.
Carlos se pellizcó el puente de la nariz mientras miraba el circuito. La qualy había finalizado apenas hacía una hora y todo el mundo recogía para irse al hotel. Lo que le contaba Roskov, uno de los hombres de confianza de Nikolai, era algo que esperaba.
- Yo mismo lo supervisé con uno de los ingenieros de la petrolera Lukoil. Los de Mercedes nos la quieren colar, pero se van a dar con un canto en los dientes –siguió contándole el ruso al otro lado de la línea.
- Pues si no se puede, no se puede Roskov. ¿Se lo habéis dicho ya o me encargo yo?
- Nos encargamos nosotros, Carlos. Queríamos informarte a ti primero para que estés en alerta. No nos fiamos de Mercedes y menos de ese puto piloto que se cree que es un Dios de la Fórmula Uno.
- De acuerdo. Gracias por todo, Roskov.
- A ti por todo, Carlos. Nos vemos pronto. Están preparando una reunión en unos meses con todos los jefes. Algo gordo se está cociendo y tenemos que estar preparados.
- Gracias por el aviso, tío.
Carlos colgó resoplando. Guardó su teléfono y siguió mirando como la tarde caía en Baku. Los colores anaranjados del cielo hacían contraste con el cielo raso que había justo encima de él. George se iba a cabrear. En cuanto se enterara que no iban a ayudarlo montaría en cólera. Lo esperaba, pero, entendía a la Bratvá. Se había ganado una reputación y no dejaban participar a cualquiera en sus negocios, por muy Mercedes que fueran.
- Creo que mi madre tiene un rollo con alguien –Charles se aceró a su amigo pasando su brazo por encima de su hombro. Carlos tragó saliva disimulando lo que sabía.
- ¿Porqué lo dices? –le preguntó intentando no parecer muy interesado.
- Intuición. La veo más alegre y algo coqueta. Le he preguntado y se ha reído en mi puta cara.
- Tu madre es una mujer muy guapa, Charles. Si está con alguien tiene todo el derecho. Lo importante es que esa persona le haga feliz.
- No quiero un padrastro.
Carlos soltó una carcajada y acabó abrazando a su amigo. Daría la vida por Charles Leclerc. Era la mejor persona que había conocido en su vida. Cuando las cosas se pusieron difíciles para él, le ofreció un hogar y su amistad incondicional, antes incluso de ser compañeros de equipo. Y eso era algo que no iba a olvidar en la vida.
Estuvieron unos minutos más hablando hasta que decidieron recoger e irse al hotel. Estaban cansados y mañana la carrera era más temprano de lo habitual. Caminaban por el paddock dirigiéndose a buscar a Pierre, cuando George Russell se dirigió hacia ellos con cara de no muy buenos amigos.
- Adelántate tú, Charles –le pidió Carlos a su amigo- tengo que hablar una cosa con George.
El monegasco asintió y se quitó del camino del británico. En cuanto estuvieron a solas, el joven piloto de Mercedes, se acercó a Carlos hirviendo de rabia.
- ¡Me prometiste el puto dinero! –le gritó entre dientes intentando no formar revuelo pues aún había gente por los alrededores.
- No te prometí nada, George. Te dije que pasaría tu propuesta. Lo que hayan decidido no es cosa mía. Yo no mando.
- ¡No me jodas, Carlos! Todo el mundo sabe que tú eres uno de los jefes...creí que éramos amigos.
- Y porque somos amigos te digo que no puede ser George. Será mejor que lo olvides e intentes ganar una carrera, eso si que da dinero –le recomendó el español zafándose de esta conversación que tan poco le gustaba.
- ¡Esto tendrá consecuencias Carlos!
Carlos se giró y se acercó aún más a él. Era apenas unos centímetros más alto que George pero su presencia imponía más que la suya.
- Cuidado Russell, no sólo me amenazas a mi, sino a gente poderosa con la que no puedes pelear. Mide tus palabras y olvídate de nosotros.
Le dio una airada mirada y se giró de nuevo dejando al británico aún más furioso. Y lo peor es que Carlos se temía que todo esto no terminaba aquí.
📅 MÁS TARDE
- No me estás ayudando. Carlos.
- Es que me gustan todos. chiquita.
A través de la pantalla Carlos vio como ella resoplaba quitándose el pelo de la cara. Estaba en una videollamada con Karisa, quien en un rato se iría a cenar con Arthur y la chica con la que había empezado a salir. No se lo había contado a nadie, ni a su madre. pues quería conocer primero la opinión de Karisa.
- El conjunto de pantalón. El vestido me gustaría que te lo pusieras un día que estés conmigo –opinó para satisfacción de ella.
- Gracias por la ayuda. Ahora solo me queda vestirme y me voy.
- ¿Vas con Karolo? –le preguntó Carlos aún sabiendo la respuesta, pues el ruso le había pedido ser él quien se quedara "vigilando" a Pascale.
- No, viene Iván –le contestó riéndose mientras se sentaba en la cama sujetando la Tablet para hablar mejor con él- Karolo se queda de guardia con Pascale.
- Me sé yo sus guardias...
- Déjalos, Carlos. Por lo menos puedes estar tranquilo que Pascale va a estar bien vigilada –las carcajadas de Karisa resonaron por toda la habitación haciéndole reír. Con la mierda de día que llevaba hoy, verla feliz le subía el ánimo.
- Karisa...¿qué has hecho estos días? –le preguntó bajando el tono de su voz y mirándola de forma muy sensual. Ella se ruborizó al instante mordiendo sus labios.
- Si estás preguntando lo que creo, la respuesta es No. Y para que lo sepas, no te echado de menos –le respondió con determinación.
- ¿En serio, chiquita? ¿Ni siquiera has soñado con mis dedos acariciándote y contigo corriéndote en mi boca?
Karisa sintió que todo el cuerpo le temblaba y un ligero espasmo le hizo contraer el vientre. Sus ojos lo miraban a través de la pantalla con una tremenda intensidad. Y si, no podía ocultarle nada porque él conocía perfectamente como ella se sentía por su causa. Ardiendo y deseosa de él.
- Carlos Sainz, si sigues por ese camino, vas mal. Porque si me haces sufrir, yo haré lo mismo. He estado toda la vida sin sexo, puedo estarlo unos cuantos días más. Cosa que tú, no puedes.
- Karisa, no sabes con quien te la estás jugando –le contestó él con una carcajada.
- No, quien no lo sabes eres tú.
La chica se levantó de la cama. Sin dejar de mirarlo llevó sus manos hasta el borde de su jersey, el cual tiró hacia arriba quitándoselo del todo. Lo arrojó a un lado de la cama exponiendo sus pechos desnudos a la pantalla. Empezó a vestirse ante la atenta y desesperada mirada de Carlos. Primero el sujetador, el cual se abrochó con mucha calma, y después una camisa blanca de manga corta que realzaba aún más su pecho.
El pobre piloto estaba embobado viendo el espectáculo que su chica le daba a través de la pantalla. Cuando Karisa se quitó los pantalones de chándal e iba a hacer lo mismo con las braguitas, se acercó a la pantalla mojando sus labios con la punta de su lengua.
- Tengo que irme, Carlos. Mañana hablamos. Que duermas bien.
Al piloto no le dio tiempo a contestar cuando ella cortó la llamada. Soltó un pequeño suspiro y acabó riéndose. No pasaba ni un solo día que ella no lo hiciera reír.
¿Podría ser que la pequeña Belikov lo estuviera conquistando?
No, no podría ser porque le faltaba poco para caer rendido a sus pies.
📅 MÁS TARDE
- ¿Te gusta? –Arthur aprovechó que Emile, su novia, iba al baño para preguntarle a Karisa por ella.
- Es monísima. Me encanta Arthur. Y jolines, se nota que le gustas mucho. No deja de mirarte cada vez que hablas.
- Casi como tú haces con, Carlos. Se te cae la baba y lo que no es la baba cuando estáis juntos.
Karisa sintió las mejillas arder pensando en lo evidente que era ante la presencia de Carlos. Era algo que no podía evitar. Ni quería. Tantos años escondiendo sus sentimientos. Los malos , claro. Que ahora no quería disimular que por primera vez en su vida, se sentía segura y protegida, no sólo por Carlos, sino también por los Leclerc.
El pequeño hermano de Charles y Karisa siguieron hablando un rato más hasta que Emile volvió del baño. La chica era encantadora y tanto ella como la castaña habían congeniado muy bien. Avanzaba la noche cuando decidieron volver a casa.
- Si quieres quedarte un rato dándote el lote con tu novia... -le dijo Karisa con sonrisa burlona a Arthur, el cual enrojeció ante sus palabras.
- La acompañamos a casa y la morreo en la puerta. Que mañana tiene que estudiar y si la distraigo me mata –le confesó el pequeño de los Leclerc.
- Es que tú distraes a cualquiera, chiquitín.
Karisa apretó los mofletes de Arthur ante el fastidio del chico. Iván trajo el coche hasta la misma puerta del restaurante y se montaron los tres en él. Karisa delante para darles intimidad a los chicos. Aunque este guardaespaldas no era Karolo, pues era más serio, era igual de profesional que él.
- ¿Os puedo hacer una pregunta? –les dijo Emile.
- Claro que si, gordi –le contestó Arthur guiñándole un ojo ante la diversión de Karisa.
- ¿Porqué lleváis guardaespaldas?
Tanto Karisa como Arthur dieron la callada por respuesta pues no sabían que decir. Fue Iván quien respondió a la curiosa muchacha.
- La señorita Karisa es la novia de un campeón de Fórmula Uno. El señor Arthur es el hermano de uno. Ambos son personas públicas y envidiadas. Es mejor prevenir que curar.
La respuesta de Iván les dio por satisfechos a todos. Incluso a Karisa, la cual hizo un gesto con sus dedos sobre la boca como si la cerrara con una cremallera.
Minutos después, dejaban a Emile en la puerta de su casa. Su novio se bajó a despedirla mientras Karisa permanecía en el coche.
- Debería usted sentarse en la parte de atrás, señorita –le pidió Iván con amabilidad.
- ¿No me quieres a tu lado, Iván? –le preguntó ella con sorna.
- No es eso, es que detrás les tengo más controlados.
Le contestó con una media sonrisa. Ella emitió un pequeño resoplido y pasó al asiento de atrás, sin tenerse que bajar del coche, gracias a la amplitud de la parte trasera. Sacó su móvil del bolsillo y después de hacerse un selfie, se lo mandó a Carlos. A estas horas estaría dormido pues debería descansar para la carrera, pero quería que mañana cuando se despertara lo primero que viera fuera su foto.
Minutos después, Arthur entró en el coche con una sonrisa traviesa. Se puso el cinturón y abrazó a Karisa riéndose. Iván arrancó el coche para volver a la residencia Leclerc.
- ¡Estoy enamorado! –gritó su amigo riéndose.
- Oh, por dios. Ahora no va a haber quien te aguante –le dijo ella haciendo un aspaviento con su mano- ¿se lo vas a contar a tu madre?
- Cuando ella me cuente lo de su amor secreto, le contaré lo mío.
Karisa apretó sus labios intentando disimular. Carlos le había contado que Charles también sospechaba que Pascale estaba con alguien, y al parecer no era tan discreta como creía, cuando sus hijos sospechaban algo.
De pronto, el coche empezó a acelerar ante la sorpresa de Karisa y Arthur.
- Iván, ¿porqué corres tanto? –le preguntó la chica agarrándose al asiento de delante.
- No se asusten, ¿de acuerdo? Nos están siguiendo.
A Karisa no le dio tiempo a mirar hacia atrás cuando sintieron el impacto de otro coche en la parte de atrás del suyo. Su cuerpo fue lanzado hacia adelante y atrás buscando donde agarrarse.
- ¡Agáchense!
No hizo falta que Iván les ordenara que lo hicieran. Los dos jóvenes se hundieron en sus asientos aguantando las embestidas de quien quisiera que los perseguía. La chica gritaba con cada nuevo golpe incapaz de controlar sus nervios.
Fueron minutos de incertidumbre en los que no sabían lo que pasaban, y en los que la conducción impecable de Iván intentaba alejarlos de su acosador.
Pero, les dispararon en una de las ruedas haciendo que Iván perdiera el control del coche. Con tal mala fortuna, que acabaron chocando con una barrera metálica que había a un lado de la carretera y dando varias vueltas de campana.
Los gritos cesaron. Nadie se movía. La noche estaba oscura y silenciosa. Y el coche que los embistió, se retiró tal y como había llegado, sin hacer ruido.
Su trabajo había finalizado.
*** Hasta aquí el maratón de tres capítulos seguidos. Prometo que no será el último (teniendo en cuenta que quedan menos de 20 para acabar ésta historia). Imslytheringirl, no sé si te he dedicado algún capítulo de ésta historia o de algunas de las mías que te estás leyendo, pero, éste es para ti, y para darte las gracias cuando te equivocas en tiktok y me mandas videos por error... ***
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