Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO XXI

—Amaya. Despierta. Oye. No seas holgazana.  Arriba. Saito ya preparó el desayuno. Anda. Vamos— Oyó una voz en su sueño.
—Mía, Mía— Trataba de despertarla Kaoru —¿Estás bien? Tienes sueños interesantes ¿no?— Decía con una sonrisa cómplice.
—¿Sueño? Oh no. Lo volví a hacer ¿no? ¿Hablé dormida?— Contestó tímidamente.
—Sí, sí, pero ¿por qué hablabas del padre de Eric? ¿Ha logrado ya traumarte en tan poco tiempo?— Preguntaba Kaoru ofreciendo un vaso de café caliente a Mía.
—Créeme, es más complicado que eso. Creo que hasta que se actualicen Eric y su padre hay tiempo de contarte algo. La verdad me vendría bien una segunda opinión acerca de lo que pasó— Explicaba Mía ante la mirada curiosa de Kaoru.
—Soy toda oídos, dime.— Contestó acomodándose en la butaca del hospital.
—A veces no sé si sueño despierta o vivo dormida. No hace mucho tiempo, un año quizás pues, esto, como lo explico, no es que yo esté...— intentaba explicar Mía.
—Mía, no soy quien para juzgar tu pasado, presente o futuro, sólo te oiré y diré lo que pienso o tal vez tan sólo te abrace y quede en silencio o quizás y salga corriendo— culminó sonriendo y tomando la mano de Mía. —Anda cuéntame, sin miedos ni nada.—
Luego de un largo suspiro Mía comenzó a narrar lo que recordaba y lo que quería entender de lo que estaba pasando.
—Pues bien, aquí voy, todo comenzó hace ya unos tres años atrás, no, empezó hace mucho más tiempo, durante mi infancia, siempre creí que soy una especie rara de persona, algo así como un monstruo, nunca me fue fácil socializar, aunque hubo una época en la que sí, en mis primeros años de escuela, tenía muchos amigos y era feliz hasta que mis padres se separaron. Mi padre era alcohólico y violento y mi madre cansada decidió irse de casa llevándonos con ella, perdón,  ¿no dije que tenía un hermano?— Preguntó tratando de ver si aburría a Kaoru con su historia.
—No, no lo dijiste, a los cuántos años sucedió todo eso, a propósito ¿cuántos años tienes ahora?— Dijo Kaoru.
—Ahora tengo veintiuno, casi veintidos.— Contestó Mía.
—Eric pervertido.— Murmuró entre dientes frunciendo el ceño Kaoru.
—¿Eh?— Dijo extrañada Mía.
—Nada, nada, y luego, ¿cómo sigue la historia?— Contestó Kaoru cambiando el tema.
—Oh. Sí. Pues. Eso pasó cuando tenía nueve años. Hace ya bastante en verdad, pero creo que fue lo que me fue cambiando mi manera de ser, confiar y manejarme en la vida, a decir verdad, me convirtió en lo que ves.— Narraba Mía casi con voz imperceptible y la cabeza baja.
—No tienes por qué sentirte de esa manera, nunca vi a un monstruo sentir miedo por algo, o sentir timidez o comportarse como tú lo haces— Decía Kaoru tratando de consolarla.
—¿No lo entiendes? Esos son los monstruos más peligrosos, los disfrazados de inocencia y pureza y oscuros, negativos y tóxicos al acercarte a ellos, yo, se lo dije, y no me creyó, y siguió, y ahora, ahora...— Las lágrimas eran incontenibles, sus ojos no podían parar, la culpa, el dolor, el remordimiento, todo había vuelto, aquel pasado olvidado, no, el pasado que estaba tratando de olvidar. —Deben alejarse, deben dejarme— Repetía sin dejar de llorar.
—Te lo dije y no me creíste, no eras necesaria, él te utilizó mientras llegaba alguien más, alguien a quien realmente ama, su familia está aquí, y tú, su juguete y pasatiempo, ya no eres útil, ¿quién ríe ahora? ¡Solamente yo!— Decía aquella maldita voz en su mente.
—¡Basta! Me voy, lo siento Kaoru, dile a Eric que..—
—Que me diga que, ¿eres tonta? Diciendo y llorando que despierte y ahora ¿me dejas? ¿Huirás otra vez? Harás que te siga hasta...— Dijo enojado y cayendo de rodillas a causa de su estado. —No vuelvas, no lo dejes ganar, no eres lo que él dice que eres, eres lo que yo digo q...—
—¡Eric!— Dijo Mía abrazándolo. —¡Tonto! ¿Por qué lo haces?—
—Porque lo vales, porque lo quiero, porque te amo, que ¿no lo sabes aún después de tanto tiempo?— Contestó besándola ante la mirada triste de Kaoru. —Ya es suficiente, te necesito más que él, no ganará, no te dejaré, ¿entendido?— Continuó diciendo mientras secaba las lágrimas de Mía.
—Debes descansar, anda, vamos.— Dijo Kaoru ayudando a Mía a llevar a Eric a su habitación.
—¡Qué! ¿Levantado? Eric vamos ¿qué demonios crees que estás haciendo?— Dijo el doctor.
—Sí lo sé, ¡ya calla que me duele la cabeza!—
—Y algo más te haré doler si me sigues desobedeciendo ¡cabeza dura! Te he dicho que no te alejes más de treinta días y ¿qué haces? Vuelves al año y así de mal ¿Me quieres matar o qué?— Reclamaba alterado.
—¡Ya Jonás! ¡Lo sé! ¡Lo sé! estuve muy ocupado y la verdad que nada se había presentado que indicara que esté algo fuera de control, ¡lo siento! ¿Puedo descansar?— Dijo Eric mientras se recostaba nuevamente.
—Iré a ordenar nuevos exámenes, te harás un chequeo completo ya que es un milagro que estés despierto, no vayas a hacer nada irresponsable ¡entendido! Saito, necesito hablar contigo por favor.— Dijo tomando del hombro al padre de Eric saliendo de la habitación.
—Que moles...— Intentó decir Eric.
—¡Tonto! ¡Quién te crees! Cómo vas tan cómodo por la vida haciendo sólo tu antojo, manejando a la gente cómo si... ¡Tonto!— Dijo llorando Kaoru saliendo corriendo de la habitación luego de dar una bofetada a Eric.
—¿Es... tas bien?— Preguntó Mía asombrada por aquella escena.
—Ve a buscarla, es capaz de hacer alguna locura estando así. Estoy bien. No haré nada malo. Rápido. Ve.— Contestó Eric con la mirada baja y la mano en el lugar donde lo había abofeteado Kaoru.
Mía salió tras de Kaoru quien se perdía dentro del ascensor, fue bajando rápidamente las escaleras tratando de llegar junto con Kaoru al primer piso, pensando en qué había sido todo aquello que sucedió en la habitación. ¿Jonás? Qué acaso Eric ya conocía al doctor ¿Era ella la única perdida en toda esa telaraña de acontecimientos? ¿Y Kaoru, Por qué había reaccionado así?
—¡No! ¡Espera! ¡Por favor! ¡Ya basta que estoy sin aire!— Dijo Mía sosteniendo la mano de Kaoru.
—No lo entiendes, ¿no lo ves?— Contestó soltándose enojada.
—¡Pues ayúdame a entender! ¡Por favor! ¡Necesito entender! ¡Te lo ruego!—
Sólo la abrazó fuerte y no la dejó ir, quería entender, necesitaba saber, ya bastantes lagunas había en su mente, y la aparición de aquella voz la perturbaba aún más.
—Ayúdame y yo te ayudo, ¿tú también lo amas no es verdad?— Dijo Mía.
Aquellos grandes e iluminados ojos se llenaron de lágrimas. Kaoru y su corazón destrozado por aquel amor no correspondido no lo soportó más. Abrazada a Mía buscando consuelo desahogó todo su dolor con un llanto incontrolable.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro