1 de Octubre

Querido Jace:

Hoy me desperté y me quedé viendo el espejo frente a mi cama ¿Puedes creer que casi no reconocí a mi reflejo? El hombre que encontré era muy distinto al que dejé un año atrás. A pesar de que tienen el mismo tono en su mirada, son dos personas diferentes; un pasado y un presente. Hace meses que reconocí que cambie, que ya no estoy enfermo. Pero hoy, finalmente, lo noté.

Y eso consiguió sacarle una sonrisa a mi reflejo esta mañana; eso me está sacando una sonrisa ahora.

El yo actual está orgulloso de muchas cosas, pero te confiezo que a él todavía le molestan ciertas cosas del Gabe del pasado ¿Y te digo algo? Mejor dejo de hablar de mi en tercera persona, ya estoy lo suficientemente loco por hablarte a ti, no necesito perder la cabeza ahora. Volviendo al tema, he superado muchos obstáculos, pero tengo dos fantasmas que no me dejan seguir mi camino.

Y hoy, me desharé de los dos.

Mi primer fantasma...O mejor lo llamo error, fue el no despedirme de Linda. Aprendí con el tiempo que lo que le sucedió no fue mi culpa, no fue la de nadie. Pero, cada vez que voy a llevarle flores a su tumba, un nudo se instala en mi garganta y me recuerda que yo pude haberle dicho "adiós", al menos...Pude haberle dicho lo mucho que la amaba y no lo hice.

Pero el pasado es pasado, y es obvio que no puedo traerla de entre los muertos...Si pudiera hacerlo, ¿lo haría? No lo sé, no lo sé. Eso sí, si me dieran la oportunidad de verla una vez más, la abrazaría y le diría todo lo que no dije. No puedo, claro está, entonces te lo diré a ti.

Bien, aquí voy:

Si pudiera, le diría a mi amiga que me equivoqué y que, como siempre, ella tuvo razón: No se puede vivir del egoísmo, no se puede amar a un reflejo toda la vida. Quizá nunca me lo dijo a la cara, pero poco a poco, ella me fue demostrando que así es.

Hay un delicado equilibrio entre amar y amarse a uno mismo, y si yo seguía amandome de la forma en la que me estaba amando, habría roto el equilibrio y quien sabe lo que me hubiera pasado. Pero mi espanto me enseñó con su amistad que uno ama sin querer, sin darse cuenta.

Yo la amé y me di cuenta muy tarde, pero no me arrepiento de haberlo hecho. Si pudiera verla una vez más, le mostraría un espejo y le enseñaría a enamorarse de sí misma, aunque sé que ella nunca lo haría... Pero yo lo intentaría, así como ella intentó otras tantas cosas conmigo; o al menos le diría que los espejos no se quiebran, porque si los rompes solo consigues que se dividan más y más. Le demostraría que su idea para tratar de destruír lo que más odiaba solo lo empeoró, aunque ella seguro ya lo sabía.

Era demasiado inteligente, quizá solo golpeó ese espejo porque tenía más ganas de odiarse...

Si pudiera decirle algo a mi mejor amiga, sé que me temblaría la voz. Pero son tantas las cosas que quiero decirle que me obligaría a hablar, y sé que, a pesar de mis balbuceos, ella me entendería; fue la única que siempre me entendió.

Besaría una de las cicatrices en su frente, le ofrecería la protección que siempre deseó. Le sonreiría, y le diría que ya sé que Pablo Neruda es un escritor, no un actor de telenovelas. Sé que ella reiría, que me diría que no tengo remedio; me daría un abrazo y me diría:

"fenómeno, esto no me traerá de vuelta".

Y yo lo sé, sé que nada la habría hecho cambiar de opinión, pero tenía que decirlo, porque cuando se fue, ella se llevó una esquina de mi corazón.

Desearía ver sus ojos una vez más, esos que decían lo que su alma buscaba callar. Desearía ver su sonrisa, incluso quisiera ver sus cicatrices que a duras penas recuerdo; desearía poder halarla hasta el mundo de los vivos, pero sé que aquí hay demonios...¿Allá? No sé que hay después de la muerte, pero sé que demonios no hay; al menos no esos de los que me habló Linda.

Así que sé que si pudiera pedirle que regresara, ella negaría con la cabeza y se acercaría para susurrar:

"Aquí mis inseguridades no me atacan. Perdón, pero no voy a regresar".

Y me dolería, me duele que sea verdad, pero sé que si pudiera ver a mi mejor amiga una vez más, tendría que conformarme con decirle "adiós". Todo lo que puedo hacer es decirtelo a tí ahora, despedirme tantas veces hasta que se haga real...

Adiós a la chica que me enseñó a disfrutar de una buena historia...

Adiós a la chica que me enseñó que las apariencias engañan...

Adiós a la primera amiga real que tuve...

Adiós a la persona que me enseñó lo que es el amor...

Adiós, espanto...

Adiós, Linda Riddle.

...Es un fantasma menos, y se siente tan bien poder respirar sin él a mi lado. Extrañaré a Linda toda mi vida, pero ya hice todo lo que podía hacer al respecto. Gracias, Jace, gracias por escuchar el adiós más duro que he dicho hasta ahora. 

Ahora bien, sé que deshacerme del segundo fantasma será un poco más...Complicado. 

A ver, mientras que Linda me enseñó lo que es el amor, otra persona fue la que me enseñó amar. Ahora ella es mi fantasma; o mejor dicho, su ausencia lo es.

No te confundas, he vivido muy bien este año, he aprendido muchas cosas por mi cuenta, pero el extrañarla se está haciendo cada vez más recurrente. Recuerdo a Cloe y todo lo que pienso es: "quizá ella era ese lado del equilibrio, esa parte del amor que importa tanto que me mantiene cuerdo".

Quizá ella lo era todo, y yo lo arruiné. 

Ahora lo veo bien, el fracaso de nuestra relación fue un trabajo de dos, pero la mayoría de la culpa recae en mí y en mi narcisismo. La dejé ir, ese fue mi primer paso para dejar a un lado mi egoísmo, pero ahora es diferente. Soy distinto, soy el hombre que vi esta mañana en mi reflejo, y sé que merezco ser feliz; yo quiero mi felicidad, pero parte de ella le sigue perteneciendo a Cloe...

Creo que ella siempre supo lo difícil que sería amar a alguien como yo, pero aún así lo hizo. Ella me amó más de lo que yo me amaba, y eso la dañó, pero sé que si la volviera a ver le diría que con el Gabe actual sería diferente.

Yo jamás la obligaría a amarme más de lo que se puede amar a sí misma, no cuando el solo recuerdo de ella me enloquece; ella merece amarse con la intensidad de su locura. Pienso en ella y sé que esta vez sería distinto, sería una historia de amor tan real como la última vez, pero sobreviviríamos. 

Porque ahora, yo sé amar y sé amarme; y sé que ella también sabe. 

Mi segundo fantasma es sentir que todavía la amo y no poder hacer nada al respecto...Pero hoy, todo puede cambiar, Jace. Hoy la veré. 

Mis amigos saben que terminarás en sus manos, te leyeron ayer y dijeron que sería una buena idea mostrarle todo por lo que he pasado este año. A mi no me emociona esa idea. La verdad, no quiero que Cloe, que sé que ahora debe ser una chica diferente, se encuentre con el Gabe del pasado cuando tendrá en frente a alguien distinto. Así que lo que ellos no saben es que estoy escribiendo esta nota, tampoco saben que se la mostraré, ni que dejaré un narciso que llevo guardando varios meses justo entre tus hojas...

No quiero que Cloe se enfoque en las otras páginas, quiero que se enfoque en esta, en la que admito lo que ella siempre quiso que admitiera: Soy un narciso.

Pero, esta vez, no lo soy por ser narcisista, porque poco a poco me ido librando de eso. Ella una vez me dijo que los narcisos son flores que simbolizan nuevos comienzos, así que hoy soy un narciso porque eso es todo lo que quiero: empezar de nuevo.

Quiero saludarla y que nuestro "hola" sea el de dos desconocidos...

Quiero verla y reconocerla a duras penas...

Quiero escucharla y enamorarme de a poco de su voz...

Quiero una historia nueva, pero la quiero con ella ¿Entiendes? 

Y para eso, debemos comenzar otra vez. Tengo miedo, ¿pero quién no le teme a los nuevos comienzos? Ahora sé que no es de débiles temer...Pero es de fuertes enfrentarlo, y el que ella le diga que no a este nuevo inicio me aterra. Hoy la veré, Jace ¿Sabes lo que significa?

Hoy podría librarme de mis dos fantasmas, hoy podría iniciar de nuevo...Hoy, yo le daré un narciso a Cloe y esperaré a que acepte conocer al Gabe que hoy vi en el espejo; ese Gabe que ahora sonríe como un idiota solo con pensar en su nombre. 

Deséame suerte, Jace, porque hoy es la última vez que te escribo y me costará sobrevivir sin ti; pero también hoy es el día en el que veré a la chica que me quitó la cordura, la que me enseñó a amar, y a la única a la que le daría una flor tan especial. Así que este es mi adiós, Jace. Gracias por escucharme, pero yo debo buscar un nuevo comienzo lejos del Gabe que está entre tus páginas, y cerca de un par de ojos azules que no he olvidado...

Con todo el amor que tengo para dar,
 
Gabe Bacher.