Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 50 (parte 1)


Hablando de querer (Parte 1)
8 de agosto

8:00 pm

Querido Jace:

He de admitir que no hay cosa más difícil que querer a Gabe. Unas veces es frío, otras veces es cariñoso y cada vez que lo veo desconozco cuál será la versión de mi narciso que encontraré. A veces, no sé si me quiere o me odia. Me ignora y luego me besa, se olvida de mi existencia pero después me abraza.

¡Me está volviendo loca!

Lo peor de todo es que lo quiero ¡Joder, creo que jamás he querido tanto a alguien! Me acostumbré a extrañarlo incluso cuando dejamos de vernos solo por cinco minutos; me acostumbré a sus besos, a sus abrazos, a él. Se está volviendo necesario y me gustaría que sentir todo lo que siento por mi narciso fuera más fácil.

¡Si tan solo pudiera deshacerme de los estúpidos espejos! ¡Rompería cada cristal en el planeta contad de mantener a flote esta relación!

Me arriesgaría a todos los años de mala suerte que implica romper un espejo. Después de todo, estoy segura de que no existe peor suerte que querer a alguien de la forma en la que yo quiero a Gabe y aún así tener que competir con su reflejo...

🌼

Hablar de querer es complicado.

Es un sentimiento hermoso pero muy feo a la vez. Te hace sentir en el cielo en ocasiones, y otras veces te arrastra hasta un infierno del que no hay escapatoria. Te llena de esperanzas, te vuelve creyente de la felicidad, pero si te descuidas, rompe cada pequeña fibra de fe que hay en ti y te vuelve esclavo de la desilusión. Hablar de querer es complicado porque es el sentimiento más contradictorio que existe. Es un "sí" y es un "no" al mismo tiempo, es un "bien" y es un "mal" unidos. Es un todo y es un nada.

¿Ves? No hay cosa más difícil que hablar de querer.

Así que te hablaré de otra cosa, algo más sencillo. Te hablaré de la alegría que había en los rostros de unos personajes que ya conoces aquella noche tan normal. Luego de que Linda lograse lo que creyó imposible (salir de su escondite y hablar con unos chicos en el campus de su universidad), el resto de su grupo de amigos decidió que seria bueno compartir una cena todos juntos para celebrar. Dado que Palms estaba cerrado por una pequeña remodelación, Sanne se ofreció a preparar la comida en la casa que ya podía considerar su hogar.

Es fácil describir las sonrisas que había dentro de la antigua casa playera. La más grande y sincera era la de Linda. Su alegría era equivalente a una curvatura en sus labios que permitía añadir cierto volumen a sus pómulos sonrojados por obtener tanta atención. Reía con esmero ante cada chiste y agradecía en silencio cada instante que vivía junto con ese grupo tan maravilloso de personas. Los vió a todos sentados junto a ella en la mesa circular del comedor y, aunque le hacían falta Gabe y Cloe quienes estaban en una cita que no pudieron posponer, sintió que su horrorosa existencia tenía un sentido lógico solo por ellos.

-No sabes lo feliz que me siento al escuchar eso, Linda -soltó Sanne luego de que Lilian y Derek detallaran con esmero lo ocurrido esa tarde en la clase de física -. Mi amiga será toda una física profesional en poco tiempo ¡Joder, pero que orgullo!

-Todavía no puedo creer que hice lo que hice -ella dejó escapar una risa nerviosa -. Jamás había sentido tanto miedo en mi vida.

- Ya era hora de que superaras tus miedos y le demotraras al resto lo que nosotros vemos en ti -Donovan le sonrió con toda la amabilidad que poseía -. Quizá es momento de que comiences a cambiar la idea que tienes sobre este mundo. Intenta ver el vaso medio lleno en lugar de vacío y sentirás que todo vale la pena.

-Ese es el consejo más Donovan Cooper que he escuchado -soltó Sanne con diversión -. Cuidado, o transformarás a Linda en otra loca por el positivismo.

-¿Y qué tiene de malo? -preguntó Don.

- Que con uno nos basta -se encargó de decir Dalia. Sonrió en dirección a Donovan y luego vió a Linda -. El entusiasmo siempre es bueno, no lo niego, pero si llegas a imitar aunque sea la mitad del que tiene Don estoy segura de que quedarás exhausta ¡Y nosotros aún más! Así que ve el vaso medio lleno y no como él, que lo ve con tanta agua que parece que se va a derramar.

-Oh, pero que exagerada -Don miró a su novia con diversión. Esta le sonrió antes de meter un trozo de comida a su boca -. Amas que sea así, no lo niegues.

-No lo he negado. Solo le digo a Linda que no te imite, necesito a uno como tú para ser feliz; dos me sacarían de quicio.

-Consejo anotado, Dali -sonrió Linda -. Positiva pero no como Don, dalo por hecho. Aunque será fácil, considerando lo exagerado que es él...

Dalia soltó una carcajada en el instante en que Don rodó los ojos por el comentario de Linda. La visión de Donovan Cooper con respecto a la vida era encantadora...pero debía manejarse en cantidades moderadas. Nadie en la mesa podía negar que era gracias a ese rubio de cabello largo hasta más abajo de sus orejas que las esperanzas se mantenían vivas entre ellos, incluso en los peores momentos.

Una fuente de alegría, un pilar de apoyo que siempre estaba ahí para marcar el rumbo más bonito en medio del caos más espantoso, ese era Don. Era necesario, pero si añadían a alguien igual de entusiasta que él a esa mesa terminarían por enloquecer. Como todo lo bueno en la vida, demasiado positivismo puede llegar a ser malo.

Y es que si ves tanta agua dentro del vaso, hasta la más mínima gota terminará por derramarse.

Los ojos verdes de la pelirroja se cruzaron con los marrones de su entusiasta preferido. No cambiaría nada, absolutamente nada, de la personalidad del hombre que amaba. Fue gracias a la alegría contagiosa de Donovan y a su convincente forma de verle el lado bueno a todo, que ella decidió dejar la vida que había hecho en Francia para mudarse con él. Quería negarlo, pero lo cierto era que esa no fue la única razón por la que llegó a California. En su momento, sintió presión por parte de los tíos de su novio. De hecho, seguía sintiendo aquella insistencia aún después de meses viviendo en L.A y años saliendo con Don.

A veces, tenía la sensación que su relación se veía influenciada por los padres de Gabe en distintos e importantes aspectos. Ahora, la palabra "matrimonio" la perseguía como si fuese una especie de sacrificio del que no podría escapar y no sabía muy bien qué hacer con respecto a eso. No obstante, todas esas preocupaciones y dudas se esfumaban cuando veía la sonrisa entusiasmada de ese rubio. Lo besó en la mejilla con cariño antes de seguir comiendo, en verdad agradecía haber tomado el riesgo de dejarlo todo para formar una nueva historia con él.

-Entonces, ¿trabajarás con el amor de la vida de Silvana, Linda? -preguntó la pelirroja, cambiando de tema para volverse a centrar en Linda y en su nuevo empleo.

-Oh, si -Linda observó a Sil y le dedicó una sonrisa ladeada -. Nicolas es uno de los físicos con los que trabajaré. Si quieres, puedes recogerme algunas veces o pasar por ahí y tomarme como excusa para hablar con él. Puede ser una oportunidad para acercarte al amor de tu vida, Sil.

-Que linda eres, pero no será necesario -la rubia le sonrió de vuelta y dejó los cubiertos en la mesa antes de seguir hablando -. Decidí que Nicolas ya no es el amor de mi vida.

Samara frunció el entrecejo en dirección a su hermana, Lilian y Sanne no tardaron en hacer lo mismo. Las hermanas de Silvana fueron testigos de charlas sobre Nicolas que duraron horas y, dado a que Sanne se había transformado en una amiga bastante cercana de las chicas Stewart, ella también había escuchado suspiros y conversaciones centradas en ese físico teórico ¿Como es que Sil cambió de opinión tan de repente?

-¿Y cuándo tomaste esa importante decisión, Silvana? -le preguntó Samara, cruzándose de brazos -. Porque esta mañana Nicolas seguía siendo el amor de tu vida.

-La tomé esta tarde, Sam -soltó ella, segura de su decisión -. Y créeme que es definitivo. Nicolas ya no es parte de mi vida.

-¿Alguna vez lo fue? -preguntó Derek, quien soltó un quejido en el instante en el que su esposa lo piso con fuerza por su comentario -. ¡¿Qué?! ¡Solo soy sincero! Le habló tres veces, ¡eso no es formar parte de su vida!

-¡Justo por eso decidí que ya no me gusta! -al contrario de lo que su hermana menor pensó, Sil no se molestó con Derek por lo que dijo. Le dio la razón, y suspiró antes de tener que dar explicaciones por ese cambio tan drástico en su vida -. Hoy, a mitad de una sesión de fotos en el trabajo, me puse a reflexionar y me di cuenta de que él nunca ha puesto interés en mí ¡Nunca! Es más, estoy segura de que ni siquiera conoce mi nombre, solo sabe que soy una de las parientes de Derek que trabaja como modelo. Él no ha puesto esfuerzo alguno en conocerme y yo no merezco eso.

》Merezco enamorarme de alguien que se anime a conocer a Silvana por quien es ¡Incluso cuando yo no estoy muy clara de quien soy! Quiero a alguien que me ame, que se esfuerce por demostrarlo, y que me ayude a entender todo lo que yo aún no comprendo de mi misma porque de eso se trata el amor, ¿no? Es un sentimiento que debe sacar lo mejor de ti y Nicolas...Pues, él nunca hizo algo para ser ese sujeto, así que buscaré al amor de mi vida en otro lado.

Por primera vez desde que se conocieron, Linda pudo decir que Silvana se veía como alguien real y no como un simple maniquí. Defendió sus sentimientos, decidió mantenerse firme por sí misma aunque no estaba muy segura de quien era en ese momento. En ese instante, la persona más fea en la mesa notó en Sil algo más que belleza exterior.

Ella la vió como alguien fuerte.

-Oh, por Dios -Samara llevó su mano hasta su pecho y miró a su hermana gemela con orgullo -. Lili, ¿escuchaste lo que yo, o estoy soñando?

-Lo escuché con claridad, Sam -Lilian sonrió y observó a Silvana con el mismo orgullo que su otra hermana -. Es real.

-¡Nuestra hermanita por fin usó esa cabeza para algo útil! ¡Acaba de pensar y eso que yo lo creía imposible! -Sam se levantó de su puesto y envolvió a su hermana en un abrazo y besó su mejilla repetidas veces con demasiado entusiasmo -. ¡Lo sabía! Sabía que te darías cuenta de que eres demasiado buena para un imbécil que no sabe apreciar el tesoro de persona que eres. Mereces más que Nicolas, hermanita. Mucho más ¡Tú mereces el mundo entero!

-Vaya, Sam -Silvana soltó una carcajada tras librarse de los brazos de su hermana -. ¿Tan ilusionada estabas porque lo olvidara?

- Es que tiene razón, Sil -le habló Lilian -. Puede que no sabes muy bien quien eres ahora, pero te diré que no eres una simple modelo vacía. Eres una persona maravillosa que merece ser feliz y aquella ilusión por Nicolas no te permitía serlo.

-Lo único que te hará feliz es conocer a esa Silvana que aún no sabes quien es -le habló Samara -. Enamórate de ti primero, sé el amor de tu vida. Luego, si quieres, busca un chico que complete tu felicidad, pero no uno que lo sea ¿Está bien?

Entonces, Linda se dió cuenta de que las hermanas Stewart eran dos de las personas más fuertes que alguna vez conoció. La sociedad había diseñado una versión de ellas que se alejaba de la realidad. A los ojos de la mayoría de las personas, Samara y Silvana no eran más que dos caras bonitas ¿Por qué nadie se molestó en ver más allá?

Existen muchos tipos de belleza, la superficial es una de ellas. No obstante, el valor que posee el alma de una persona también irradia un tipo de belleza que no puedo ignorar. Esas dos hermanas eran fuertes solo porque decidieron defender lo que solo pocas personas se atrevían a ver: una clase de hermosura que no se aprecia en los espejos.

Muchos recordarían a Sam y Sil Stewart por lo hermosos que se veían sus ojos verdes azulados en las revistas, o por lo bien que se veían sus cuerpos en cualquier fotografía, pero solo un grupo reducido de personas las recordarían por ser aquellas que buscaron una identidad más allá de lo que dictaba la sociedad. Por cada cien personas que creen que alguien bello por fuera no tiene una buena personalidad, existen dos personas que luchan por conocerse en verdad e ignorar las opiniones de un público demasiado crítico para ser real.

De tanto escuchar que solo eran un par de rubias vacías, casi se lo creyeron. Por eso a Samara le costó en su momento aceptar quien era, y a Silvana le costaba encontrarse a sí misma por la misma razón. La belleza superficial es la más obvia, conseguir las otras es más difícil; ellas dos eran fuertes porque preferían defender una hermosura interior, de la que aún no estaban muy claras, antes que quedarse únicamente con la más sencilla de identificar.

Silvana y Samara Stewart le enseñaron a Linda que las opiniones de los demás no deben definir tu valor. Gracias a ellas, la persona más fea en esta historia descubrió que se puede ser fuerte y bella al mismo tiempo.

-Aún así, iré a visitarte seguido cuando comiences a trabajar, Linda -le dijo Sil al tiempo en el que su hermana volvió a su silla -. Ahora que Aviv no está, Sanne, Sam y yo te secuestraremos más seguido, amiga.

-Te divertirás mucho con nosotras, ya verás -Sanne le regaló una amplia sonrisa, de esas que estaba comenzando a recuperar.

Linda le sonrió de vuelta. Esperaba con ansias a Avi, pero al menos tenia amigas como ellas para distraerse en la ausencia de su novio. Eso haría más llevaderos los días en los que el extrañar podría convertirse en algo doloroso.

La cena culminó y toda esa charla que no tenía ánimos de extinguirse pasó del comedor a la sala de estar. Fue entonces cuando la gran mayoría de los presentes notó lo mucho que había aumentado el volumen en el vientre de Lilian los últimos meses. La veían casi todos los días, eso les había dificultado observar antes ese cambio. No obstante, en el instante en el que a ella le dificultó agacharse para sentarse en el sillón, no pudieron escapar de la verdad: Habría una bebé en los brazos de esa mujer en menos de dos meses.

¿Estaría lista para ese desafió? Y más importante aún, ¿estaría lista la criatura para afrontar las crueldades de un mundo como ese?

A pesar de que muchos las pensaron, nadie formuló las preguntas. Fueron interrumpidas por el sonido de la puerta principal que, luego de crujir al abrirse fue bruscamente golpeada para cerrarse de nuevo. Solo eso bastó para callar a los presentes. Su plática fue reemplazada por un sinfín de gritos histéricos, entonados en la voz de una friki demasiado molesta.

Cloe llegó a la sala de estar dando pasos largos. Su cabello estaba más desordenado de lo usual, su ceño más fruncido de lo natural y sus labios carnosos no dejaban de soltar reproches al teléfono que mantenía adherido a su oído. Sus conocidos solo pudieron esperar lo peor de aquel huracán desatado.

- ¡Me dejaste horas esperando, Gabe! -soltó, dando a conocer quien era la persona con la que charlaba por llamada -. No fueron cinco minutos, ni media hora ¡Fue toda la jodida tarde, imbécil!

Sus mejillas estaban rojas por tanto gritar y, aunque estaba consciente de estar rodeada de personas, no contuvo ni una sola de las palabras que tenía que decir.

-¡Te esperé, lo hice! Y cuando no llegaste me preocupe -confesó, sin dejar a un lado su molestia -. ¡¿Y ahora vienes a decirme que se te olvidó la cita que tú planeaste porque estás haciendo ejercicio?! ¡¿Pero qué es lo que te pasa?!

-Ay, no -Linda soltó una mueca al ver lo mal que se veía la situación. Tuvo que susurrar su opinión para no interrumpir la furia desatada de Cloe -. Y yo que creí que el fenómeno si se esforzaría por ella...

-Si se esfuerza -le susurró Don de vuelta -, solo que Gabe es experto en arruinar todo al último segundo.

Y había arruinado la noche de Cloe.

- ¡No! ¡No me pidas que te entienda porque no lo hago! ¡¿Prefieres un par de pesas antes que a mí?!

Esperó una respuesta. No obtuvo nada más que silencio.

-¿Gabe?

De nuevo, nada. Empalideció al instante ¿Acaso él no tenía una respuesta? ¿Gabe ignoraría sus sentimientos contad de mantenerse fuerte? Estuvo a punto de creer que su relación se había arruinado incluso antes de comenzar, y se estremeció al pensar en lo mucho que le dolería dejar a su narciso. Entonces, se dio cuenta de que sentía demasiado por él ¿Debía ponerle fin a ese "demasiado" tan pronto? Pues, no fue necesario. Al ver la pantalla de su teléfono se dio cuenta de que él había colgado la llamada. Ni siquiera había escuchado la pregunta...

-¡Me colgó! -soltó, indignada -. ¡El desgraciado me colgó!

-Mala decisión -comentó Derek, tan asustado por el comportamiento de su amiga como el resto de los ahí presentes -. No hay peor forma de tentar a la muerte que hacer enojar a una friki. En fin, supongo que no estuvo tan mal conocer a Gabe. Lo extrañaremos.

-Quiero decirte que te calmes -habló Silvana, mirando fijamente a Cloe -, pero siento que me golpearás.

-¡Lo haré, así que no lo digas! -con esa respuesta, Sil se apegó más a su cuñado en busca de protección ¿Quién diría que alguien con una blusa del hombre araña daría tanto miedo? -. Sanne, Linda, ¿de casualidad tenemos algo en casa que sea lo suficientemente fuerte como para herir a Gabe? Un martillo, un tubo, un bate... ¡Me sirve lo que sea!

-Podría responder, pero mejor no lo hago -dijo Sanne.

-¡¿Por qué no?!

- Porque, como amiga, debo ayudarte en lo que sea ¡Incluso a esconder un cadáver, de ser necesario! Pero ahora que parece que llegó el momento, no me quiero ver en la obligación de cargar el cuerpo de Gabe ¡Debe pesar una tonelada! Busca víctimas más livianas y ahí si que te ayudaré a conseguir una buena arma homicida, Clo.

Cloe soltó un suspiro molesto y se dejó caer en el suelo. Se sentó con las piernas y los brazos cruzados, rehusada a dejar de estar molesta con Gabe. Cuando el calor en sus mejillas comenzó a disminuir, un nudo tan grueso se instaló en su garganta que le impidió tragar saliva de la forma correcta ¿Por qué su narciso le hacía tanto daño? Pensó en todas las horas que lo estuvo esperando, en como las ganas de pasar un tiempo con él para poder escuchar su risa aunque fuera por instantes se fueron desvaneciendo a medida que pasaron los minutos. Lágrimas intrusas nublaron su vista en ese momento ¿Ella no era más importante que levantar pesas?

-Solo quería un momento para nosotros dos -le dijo Cloe a sus amigos -. Un momento sin espejos, sin pesas, solo nosotros y ya. Para mí eso era más que suficiente, pero para él...

Le dolía, pero le dolía más de lo que creía que debía doler. Tenía una punzada en su pecho que se debía al sufrimiento de aquel "querer" transformándose en algo más.

-Quizá lo que está pasando entre Gabe y yo no es lo que él necesita -se sentía sin aire por admitir eso. Dejarlo le rompería el corazón -. No soy suficiente para distraerlo de sus vicios. Debería encontrarse a otra.

-Oye, no -Dalia le dedicó una sonrisa ladeada y se sentó a su lado. Limpió sus lágrimas y la recibió en sus brazos -. No llores, odio verte así.

-Sí -Sanne imitó a su amiga pelirroja y se sentó a su lado -. Esos ojitos no están hechos para tantas lágrimas.

-¡Díganle eso a Gabe! Estoy sintiendo cosas tan fuertes por él...¡Y él solo las está sintiendo por sí mismo!

-Ay, Clo...-Lilian soltó una mueca en su dirección. Le parecía tan injusta esa situación.

Cloe merecía más que solo querer con intensidad; ella merecía ser querida con la misma fuerza.

Linda observó a Cloe y lamentó todo el daño que le estaba haciendo el egoísmo de su amigo. Sin embargo, no le pareció una situación tan injusta como Lilian pensó. Conocía a ese fenómeno mejor que a sí misma y sabía que la castaña no era la única a la que comenzaban a crecerle retoños de sentimientos nuevos. El problema con Gabe era ese temor absurdo a que sus emociones terminaran por llevarlo a un camino de debilidad, pues gracias a eso no le permitía a los retoños convertirse en flores hermosas. No les daba agua, no les permitía ver el sol, no los cuidaba. En resumen, Gabe estaba marchitando sus sentimientos sin siquiera darse cuenta. Todo eso como un método de defensa que solo terminaba por hacerle más daño a los dos.

Si de algo estaba segura aquel espanto era que, aunque él lo evitara, habían retoños que estaban logrando florecer; aún habían sentimientos dentro del rudo corazón de Gabe. Era esa pizca de sensibilidad que comenzó a crecer desde el instante en que conoció a Cloe lo que hacía a ese narciso la versión que su mejor amiga tanto quería. Por esa razón, Linda no podía dejar que Cloe terminara con él. Ella no podía perder a su mejor amigo.

Y sí, estaba siendo egoísta.

-Cloe...-Linda se sentó en el suelo justo frente a la castaña de ojos llorosos. Tomó sus manos, eran delicadas y pequeñas comparadas con las suyas. En la mirada azul de Cloe encontró una dura verdad: querer a un narciso duele mucho. "Pero vale la pena" pensó el adefesio entre las dos -. Necesito pedirte un favor.

-No sé si estoy en condiciones de cumplir favores, Linda -Cloe sorbió su nariz e intentó regalarle una sonrisa a su amiga -. Pero te lo debo por todo lo que has hecho por mí. Ahora dime, ¿qué necesitas?

-No te rindas con Gabe, no todavía -prácticamente se lo rogó, e hizo más fuerte la súplica con su mirada color miel -. A él le queda mucho por sentir, solo tiene que darse cuenta que quererte no lo hará débil. Cuando su cabezota terca se de cuenta de eso, entonces él te lo dirá y te lo demostrará.

-Ay, Linda. Luego de hoy, comienzo a dudar si en verdad me quiere. Es decir, si quieres a alguien, dejas todo por estar con él, ¿no? Pues, él ni siquiera pudo dejar un par de pesas por una cena conmigo. No me quiere y es una lástima porque yo...

El puchero que hacía débil a Gabe se hizo presente en ese momento, y llegó acompañado de un sollozo casi inaudible.

-Yo lo quiero muchísimo -admitió Cloe.

- Y él a ti -le aseguró Linda.

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-Solo piénsalo, ¿para qué quería Gabe una novia en primer lugar?

-Una admiradora -le recordó Dalia -. Él quería alguien que lo quisiera, que le recordara cada detalle perfecto en él.

-Pero tú no eres así, Cloe -habló Linda -. Él quería una admiradora, pero terminó besando a la chica que le señaló desde el primer momento que no existía perfección en su imagen. No quería a alguien que lo amara, y terminó junto a alguien con demasiado potencial para amar. Él no se enamoró de ti porque encajabas en su idea de relación; tú eres todo lo contrario a lo que él esperó. Se enamoró porque tú le hiciste bajar la guardia.

》Se enamoró de tus gestos, de tus costumbres, de tus mañas, ¡de ti! Cloe, él rompió su visión de una relación hecha para la admiración porque tú le encantas. Le gustan tus hoyuelos, le gustan tus ojos, le gustan tus locuras...Y eso es señal de que te quiere. Hiciste que un narciso se enamorara de alguien a parte de sí mismo, así que nunca pongas en duda que él siente algo por ti porque créeme que siente demasiado.

Cloe parpadeó un par de veces, abrumada ante la realidad que Linda le estaba presentando. Según ella, Gabe sentía mucho...pero en realidad mostraba tan poco. No sabía si quería conformarse con los sentimientos debajo de aquella coraza indestructible, pues dolía no poder ver todo lo que Linda describió. Si a él le encantaban sus hoyuelos, sus ojos y sus locuras, ¿por qué no se lo decía más seguido? ¿Qué tanto le costaba? La mente de Clo le susurró algo muy inteligente: lo mejor que podía hacer era alejarse de él; Gabe era sinónimo de dolor.

Claro que la mente no tiene mucho poder en esta clase de situaciones.

Mientras su mente le rogaba alejarse, su corazón entonaba otra melodía muy distinta. Los latidos que tenían el nombre de su narciso grabado conocían aquel lado de Gabe que Linda había descrito, y preferían confiar en esos sentimientos que estaban reacios a mostrarse antes que alejarse de ese hombre de músculos deformes. A pesar de lo mucho que le dolía quererlo, no quería dejar de hacerlo. Le daba miedo, mucho miedo. A ella siempre le aterraron las relaciones demasiado serias, pero esa vez era diferente; esa vez sentía que no podía escapar.

Estaba enamorada, demasiado; y comenzaba a tenerle miedo a la forma en la que florecían sus sentimientos hechos retoños. No obstante, no los quería detener. Quería a ese Gabe que era dulce y tierno, aquel que reía junto a ella. Sabía que a veces perdía a esa versión del narciso entre tantas pesas y espejos, pero decidió que lucharía por cada carcajada, sonrisa o cumplido que viniese de él. Estaba dispuesta a alejar a la versión egoísta y fuerte para quedarse con aquel que quería con locura ¿Y cómo lograría eso? Pues, no importaba el precio que debería pagar, ella lo conseguiría.

-Por favor, no te des por vencida con mi mejor amigo -le rogó Linda por última vez.

-No lo haré -Cloe le sonrió y luego soltó sus manos -. Oh, créeme que no lo haré. Voy a esforzarme por ser la chica que necesita.

Cloe se puso de pie, dejando a sus tres amigas en el suelo. Desconozco si tenía algún plan, aunque lo dudo. Solo sé que estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario contad de llevar una sonrisa a los labios de su narciso. Sus ganas de querer cambiar el rumbo de esa relación fueron suficientes para desvanecer el enojo, ahora estaba tan sonriente como siempre; incluso más.

-Sanne, ¿me tu prestas minifalda plateada? -le preguntó a su amiga -. Y Linda, ¿puedo tomar esa blusa escotada que nunca usas?

-Claro, no hay problema -la morena respondió por las dos -. ¿Qué planeas, Clo?

-¡Voy a distraer a mi novio! -dijo, comenzando a caminar con entusiasmo hacia su habitación -. Le voy a dar una verdadera razón para no mirar su reflejo cuando estemos juntos.

-¿Ya son novios? Creí que solo estaban saliendo -soltó Samara, a lo que Cloe se encogió de hombros. Luego, la castaña se dio la vuelta y desapareció en el pasillo que daba a las habitaciones.

Ella estaba dispuesta a hacer lo que sea para que Gabe demostrara cariño hacia ella. Quería mostrarle que querer no es debilidad...¿O si lo es? ¡Es que "querer" es tantas cosas! Y es poca cosa a la vez.

Dije que no te hablaría de querer y aquí estoy, hablándote de eso. Supongo que es un sentimiento tan contradictorio que me llevó a contradecirme a mi mismo. Que loco, ¿no? Bueno, ya que aquí estamos, hablemos un poco más sobre "querer"...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro