Capítulo 16
Crisis y reacciones
7 de marzo
3:30 pm
Tan solo una simple reacción.
Eso era lo que todos los presentes en ese estacionamiento esperaban en silencio, bajo el calor de Los Ángeles. Derek no se había movido desde que Lilian dijo la noticia...en latín, y en luego español. Su estado comenzaba a ser preocupante, incluso parecía estar bajo una parálisis seria. Quizá se debía a la sorpresa, o al hecho de que no podía procesar bien la noticia debido a la elevada temperatura. No lo sé, pero verlo así le estaba rompiendo el corazón a la pobre Lili.
Ella imaginó mil y un reacciones por parte de su novio, pero él escogió la única siempre le aterró: quedarse callado. Más lágrimas bajaron por las mejillas de la chica. El terror de que esa vida que él había planeado no incluyera a ese bebé la estaba invadiendo de la misma forma en la que una pesadilla se apodera de un lindo sueño. Ese plan de envejecer juntos le había parecido hermoso, pero no era tonta; sabia todo cambiaba cuando se añadía un tercero a la ecuación.
— Derek...— ella se acercó a él, esperando que dijera algo.
Las margaritas estaban igual de calladas, seguían en shock. Lo cierto era que Lilian se veía frágil y comenzaron a considerar sacarla de ese lugar si Derek no decía nada. No creían que su amiga sería lo suficientemente fuerte como para aguantar ese silencio por mucho más tiempo; porque los silencios duelen...
Y ese era desgarrador.
— Cariño, yo...yo...lo siento, ¿si? — dijo ella con su voz temblorosa —, sé que no lo planeamos y que quizá la sorpresa se nos queda demasiado grande. Pero di algo, por favor...aunque no quieras a este bebé, dí algo y no me dejes así.
— Lilian — él la detuvo y sostuvo sus manos, le dedicó una de esas sonrisas que son capaces de arreglar un mundo hecho pedazos —, ¿cómo puedes decir que no quiero a este bebé?
— Es lo que dice tu cara — dijo ella, con más lágrimas.
— Quizá deberías limpiar mejor esas lágrimas en tus ojitos, porque hacen que veas mal — él se acercó más hasta ella y acunó su rostro en sus manos. Limpió las lágrimas que caían en el rostro su novia con sus pulgares, todo eso sin dejar de sonreír —. Acabas de hacerme el hombre más feliz de este mundo con esa noticia, bonita.
— ¿En...en serio? — preguntó ella con un hilo de voz.
— ¡Si! — exclamó él, comenzando a soltar lágrimas de alegría —, es decir, seré...
— Papá — completó Lilian y sonrió al ver como el rostro de su novio se iluminaba —, y yo seré...
— Mamá — Derek terminó la oración por ella, al tiempo en el que acariciaba sus pómulos llenos de lágrimas, ahora de alegría.
— Y nosotras...— soltó Dalia.
— Tías — completó Sanne —, ¡Tías! ¡Seremos tías!
— ¡Las mejores tres tías de este mundo! — exclamó Cloe tras dar un brinco en su lugar.
La mejor reacción que se puede tener a esta clase de noticias es emoción, pues es la única capaz de arrastrar al miedo y destruirlo por minutos que parecen eternos. Gracias a la emoción en los ojos café de Derek, Lilian olvidó el terror que la había invadido por días. Entre lágrimas, resumieron toda esa alegría, esa felicidad y esas polillas en sus estómagos en un beso tan profundo como el amor que sentían.
En cierto punto, él la alzó del suelo. La sostuvo con delicadeza, con la suficiente fuerza como para no dejarla caer. Ella se aferró a su cuello y no dejó escapar sus labios por un largo tiempo. El mundo estaba a punto de cambiar para ellos, y lo haría de una forma tan grande que ni siquiera lo podían imaginar. Sin embargo, el estar así de cerca, a la distancia que querían y con la emoción latiendo igual de fuerte en ambos corazones, se sentía correcto.
— Aún no me has respondido — le dijo Derek, sin bajarla al suelo o separarla demasiado de su rostro —, ¿Lilian Bennet, quieres ser mi esposa?
— ¿Crees que te va a decir que no después de esto? — preguntó Cloe, pero Dalia la haló de la camisa en reproche.
Quién debía responder eso era Lilian.
— Si quiero, Derek Osbone — soltó ella, sonriente y más feliz que nunca —. Por supuesto que quiero ser tu esposa.
— Y a eso le llamo un reencuentro romántico — dijo Sanne, comenzando a aplaudir —, mis respetos a ustedes dos, parejita.
Es bonito, ¿sabes? O al menos me imagino que debe serlo...Me refiero a esa sensación de saber que existe esa clase de amor en el mundo, y que quizá el tuyo te esté esperando en algún lado. Quizá tu amor este escondido, esperando el momento perfecto para aparecer en tu vida. Quizá tu amor soy yo y no lo has notado...es bonito imaginar que existen posibilidades como esa.
Ellos dos eran los protagonistas en ese instante, aquellos que confesaban su amor al tiempo en el que él colocaba el anillo en el dedo anular de la chica. Y si ellos podían ser los protagonistas de una historia de amor tan hermosa, entonces cualquiera podría serlo.
O al menos esa fue la manera en la que reaccionaron tres personas que servían tan solo de testigos en esa historia.
Linda tenía ambas manos en su pecho y sonreía con cierto anhelo en dirección hacia su profesor y su amiga. Ellos eran la razón por la que ella creía en el amor, eran la prueba viviente de que cualquiera podía ser el protagonista de su propia historia romántica...¿Incluso ella? En la vida real, creía imposible que alguien se fijara en su fealdad. No obstante, soñar es gratis y, a veces, le gustaba hacerse ilusiones con un futuro "nadie" que la hiciera suspirar.
Ella era un ser hecho de ilusiones y poemas incompletos...arte que no todos comprenderían pero que merecía conservar.
Gabe también observaba la escena con cierta envidia. Él creía en el amor, pero lo hacía de una forma muy distinta a la que creemos tú y yo, y el resto de las personas en ese estacionamiento. Para él, el amor era fortaleza. Era tener un pilar que señalará todos tus puntos fuertes y te asegurará que lo estabas haciendo todo bien.
Algo así como tener un espejo capaz que se encargará de recordarte tu lado bueno únicamente.
En cambio, Cloe observó a la pareja y notó la complejidad y la importancia de una relación como esa. Se requerían años para forjar confianza, uno de los ingredientes principales para el amor. Además, era necesario agregar valor y empatía para conseguir algo como eso. Por eso era un sentimiento tan bello: porque cualquiera podía ser el protagonista de algo como eso, pero no todos los protagonistas tenían una historia tan bonita.
Encontrar amor es complicado, pero encontrar uno duradero resultaba más difícil aún.
— Narciso... — lo llamó Cloe.
— ¿Si? — preguntó Gabe al escuchar que lo llamaban.
— Yo tengo que conseguirte algo como eso — soltó ella, señalando a sus dos amigos.
— Pues, supongo que sí — Gabe se encogió de hombros, observando cómo Lili y Derek se besaban. Luego, ladeó la cabeza y entrecerró sus ojos —. O no, mejor no. Quiero una novia, pero no algo tan serio como lo que tengo enfrente.
— Anhelas "te quieros" pero no te gustan "te amos", ¿no es así? — preguntó y él asintió.
— No soy tonto, sé que amarme es complicado.
— ¿Lo es? Pero tú pareces amarte con mucha facilidad.
— No todos son tan increíbles como yo, Cloe — soltó—. Es por eso que existen parejas como Lilian y Derek, o como Dalia y Don: existe gente que reserva ese "te amo" para otros...
— y tú lo reservas para ti...
— Captas rápido, casamentera.
— Es mi trabajo.
Trató de enfocarse en sus dos mejores amigos. Intentó sonreír por todo lo que acababa de ocurrir, pero no pudo hacerlo luego de escuchar la opinión de Gabe sobre el amor ¿Cómo iba a encontrarle cariño a ese chico que sólo quería sentir amor por él?
¿Cómo iba a convencerlo de que la vida va más allá del amor propio? Porque no, uno no puede vivir enamorado de un simple espejo...
🌻
Querido Jace:
Guarda este secreto por mí: Este proyecto comienza a darme miedo.
Creo que...creo que no lograré lo que me propuse en un inicio es...es un trabajo demasiado difícil para una margarita cómo yo, que a duras penas conoce la clase de amor que busco para Gabe.
Si yo no pude conseguirlo, ¿qué me asegura que se lo conseguiré a él?
🌻
4:00pm
Hay tantos significados sobre el amor que sería imposible decirlos todos en esta historia. No obstante, esas definiciones tienen algo en común: todas son tan bellas como complejas.
El amor es como una gran mezcla de muchas cosas; cosas a las que yo llamo ingredientes difíciles de conseguir. Confianza, cariño, atracción, el sentir todas esas cosas por separado es difícil, pero sentirlas todas juntas, al mismo tiempo y por una sola persona es una hazaña casi heróica.
Hazaña que no todos conseguían con éxito.
— Nerd, ahora estoy segura de que tus náuseas no tenían nada que ver con mis tostadas — le dijo Cloe una vez todos se sentaron en una mesa de Palms con vista a la playa —, todo fue por tu bebé.
— ¿Ah sí? — preguntó Derek, alzando una ceja. No había soltado la mano de su prometida desde que colocó el anillo en su dedo, y ninguno de los dos podía dejar de esbozar las sonrisas en sus rostros.
— Imposible, las mujeres son quienes tienen los síntomas del embarazo — soltó Gabe —, los hombres no tienen nada que ver con eso. Admítelo, Cloe, solo cocinas terrible y listo.
— Pues, ahí te equivocas, narciso — señaló la castaña.
— Sin ofender, Clo, pero si cocinas terrible — dijo Linda con cierta vergüenza.
— No, en eso si tiene razón. Soy un desastre en la cocina — admitió—. Me refiero a que los hombres si tienen síntomas de embarazo. Es algo que se llama "Síndrome de Covada" [1] y prácticamente deja al padre del niño en el estado en el que hemos visto a Derek estás últimas semanas.
— ¿Y cómo sabes todo eso? — preguntó Lilian, sorprendida.
— Pf, el nerd no es el único inteligente sentado en esta mesa — dijo Cloe y luego mostró su teléfono. En él, estaba la búsqueda que había hecho hacia tan solo unos minutos en el auto de Dalia y Don —, resulta que Google también sabe bastante.
Sanne fue la primera en soltar una carcajada ante el comentario de Cloe, el resto la siguió poco después. Quién no soltó ni una sola sonrisa fue Gabe. Él estaba demasiado ocupado pensando en que debía hacer ejercicio como para enfocarse en tontas charlas. Observó la hora en el reloj del restaurante y su ansiedad por estar en el gimnasio aumentó.
Había sido divertido ver las reacciones de ese grupo de personas ante las distintas sorpresas que trajo el día, pero ya era hora de alejarse del mundo y enfocarse en lo que más le importaba: él mismo.
— Don, ¿me prestas dinero para un taxi? Necesito ir al gimnasio un rato — le pidió a su amigo —, yo te devolveré el dinero luego.
— ¿Necesitas ir? — preguntó Don alzando una ceja.
— Sí, necesito ir — reafirmó el chico y su amigo suspiró —, ¿qué? ¿Por que el suspiro? Te estoy diciendo que voy al gimnasio, no que alguien murió.
— Joder, Gabe, es que hablas de hacer pesas como si fuera una necesidad y me molesta — soltó su amigo —. Es ejercicio, no el oxígeno que necesitas para respirar.
— Hombre, tu y yo somos entrenadores personales. Puede que el ejercicio no sea oxígeno pero es lo que nos da de comer — contraátaco Gabe —, y si quieres mantener a nuestros clientes, tengo que mantenerme en forma.
— Yo seguiría siendo tu clienta sin importar la cantidad de ejercicio que hagas, Gabe — intervino Lilian.
— Pero no eres la única persona a la que entreno, Lili. Aunque dejaras de ser nuestra clienta, no haría mucho efecto — dijo él, sin darle mucha importancia —. Como sea, ¿puedes prestarme ese dinero, Don?
— Los dos sabemos que no haces esto por nuestros clientes — le dijo Don —. De todos modos, lo siento amigo, pero no traje efectivo hoy. No creí que iba a necesitarlo.
Gabe rodó los ojos con fastidio. A pesar de que por fuera parecía estar amargado, por dentro estaba a punto de entrar en un ataque de ansiedad. Odiaba perder una sesión de ejercicio, se sentía cada vez más débil en ese lugar.
— Me arrepentiré de esto, pero puedes venir conmigo, fenómeno — dijo Linda, tras tomar un largo respiro como fuerza necesaria para decir aquello —. También necesito irme, así que yo pago el taxi. Tu solo dime a dónde quieres ir y listo.
— ¿También te vas? — le preguntó Sanne.
— Lo lamento, quiero quedarme pero mañana tengo un exámen sobre la teoría de la relatividad y necesito estudiar — ella esbozó una sonrisa triste. La verdad, la estaba pasando bien.
Esas personas contagiaban felicidad.
— Ugh, yo tengo que corregir ese examen — soltó Derek con fastidio —, y unos...cincuenta y tres más.
— Esto sonará cruel, pero me divierte verte sufrir por cosas de nerd...nerd — soltó Cloe con una sonrisa divertida.
Sí, incluso con sus bromas crueles irradiaban alegría.
—Iré contigo — dijo Gabe, quien cada vez estaba más desesperado por salir de ahí —, pero cúbrete el rostro. No quiero que nadie me vea junto a tí.
— Esta bien, me cubriré el rostro siempre y cuando tu lo hagas también — le dijo ella.
— ¿Y eso por qué?
— No te lo tomes a mal, pero no quiero que nadie me vea contigo — soltó ella, con una sonrisa burlona —. Tengo una reputación que cuidar y estar con un fenómeno pues...la arruinaría.
— Uh, punto para Linda — declaró Sanne.
Era de esperarse que él se enojara, o que encontrara repugnante la forma en la que el rostro de la chica se veía burlonamente grotesco...pero esta es una historia inesperada, así que pasó todo lo contrario.
Él soltó una carcajada y luego, una sonrisa amplia. A él le causaba gracia que alguien tan horrorosa pudiese ser tan elocuente.
— Está bien, está bien — soltó, alzando sus manos en forma de rendición —, si es lo que necesito hacer para que me lleves a dónde quiero, lo haré.
— Me alegra saber que estás entendiendo esto de que debes hacerme caso — soltó ella con divertida al tiempo en el que se levantaba de su puesto. Primero, se acercó a Lilian y a Derek para sonreírles con alegría —. Felicidades a los dos. No tienen ni idea de cuánto los quiero, ni de lo feliz que estoy por ustedes ¿Nos vemos mañana?
— Por supuesto, Linda — soltó Derek, con una sonrisa —, no es como si yo tuviera opción, alguien tiene que hacer ese exámen...
— Y muchas gracias por estar aquí hoy, amiga — le dijo Lilian, sosteniendo su mano y dedicándole otra sonrisa. Para ser tan fea, Linda recibía muchos de esos gastos —, ten por seguro que mañana nos vemos.
— Bueno, adiós a todos — Linda le sonrió al resto —, gracias por el buen rato. La he pasado muy bien.
Y, si bien Linda se encargó de ser cordial y amable al despedirse de cada uno en la mesa, Gabe ni siquiera le dijo adiós a sus amigos más cercanos. La ansiedad lo estaba consumiendo, necesitaba llegar a ese gimnasio. Por esa razón, solo pudo respirar con calma cuando salió del restaurante junto a Linda; estaba un paso más cerca de levantar más pesas.
De volverse más fuerte.
Por otro lado, en el restaurante, una Cloe angustiada comenzó a considerar todo lo que podía salir mal en su proyecto. Quizá se había equivocado, quizá Gabe era un sujeto demasiado complicado, quizá no había forma de ayudar al mundo.... quizá la tarea le quedaba demasiado grande.
O mejor dicho, quizá la carga era demasiado pesada para unos brazos tan finos como los de ella.
— ¿Por qué la cara de drama, Clo? — preguntó Sanne al verla tan preocupada.
— ¡¿Por qué carajo me dejaron mentir sobre ser casamentera?! — exclamó la chica, pegando su frente a la mesa.
— ¿Disculpa? — soltó Derek, alzando una ceja—. Siento decirte esto, pero creo que te saltaste la parte de la historia en la que todos te dijimos que esa era la peor decisión que podías tomar, friki.
— ¡Pero aún así, me dejaron seguir con esto! — gritó Cloe, levantando su mirada —, ¡Ustedes son mis amigos, debieron encadenarme a un árbol para evitar que hiciera está locura!
— Tu definición de amistad me asusta — confesó el nerd —, ¡Y soy tu mejor amigo!
Ella despegó su frente de la mesa y sujetó su cabello con desespero. Definitivamente, estaba entrando en una crisis. Así es, como lees: la gran Cloe Nicols estaba en medio de una crisis...una de las peores crisis que había experimentado en años.
— A ver, tienes que calmarte, Clo — dijo Lilian, soltando la mano de su prometido para enfocarse únicamente en su amiga —, ¿A qué se debe este cambio de idea? Antes creías que todo saldría bien.
— ¡Sí, pero antes no sabía lo complicado que sería lidiar con todo esto! — dijo, sin poder calmarse —. Es decir, el amor es algo tan complicado que ni Google sabe definirlo bien, y yo se lo estoy buscando a alguien que no conoce otra forma de amor más que el que siente hacia sí mismo ¡¿Entienden en el lío que me metí?!
» Además, no es como si él quisiera un amor de película, o algo cliché. No, él quiere a alguien que no lo ame, pero que si sepa quererlo ¡Quiere una admiradora, no una novia! A este punto, creo que Gabe solo sería feliz saliendo con un espejo, pero si lo dejo hacer eso estaría fomentando su vigorexia...y si le consigo una novia que no lo alabe como él se alaba a si mismo, fracasaré como casamentera ¡No hay forma de hacer esto bien, joder!
Ella soltó un resoplido y negó con la cabeza repetidas veces ¿Por qué se lanzó a una piscina tan honda sin flotadores? ¿Por qué lo hizo sabiendo que tan solo estaba aprendiendo a nadar?
— Soy la persona menos indicada para este trabajo — se lamentó —. Mi experiencia en el amor se basa en una terrible relación de secundaria, un novio ciego con el que actúe más como amiga que como novia, y una especie de aventura de una noche con un chico en la universidad que, más allá de ser aventura, fue una completa desepción ¡Soy un desastre en esto del cariño y decidí buscarle amor al chico más complicado de este planeta! ¡Estoy jodidamente loca, más de lo que creí estarlo!
— Clo, cálmate — repitió Dalia —, si alguien puede con esto, eres tú.
— ¿Cómo estás tan segura, si yo no lo estoy? — preguntó Cloe, sintiéndose derrotada.
Quizá era hora de dejar todo, de abandonar el proyecto y volver a Detroit antes de que fuese demasiado tarde. Después de todo, estaba ocupando el cuarto del futuro bebé Osbone, e interferia con el inicio de la carrera de entrenadora de Sanne y la vida juntos de Dalia y Don. Empezó a ponerse excusas que hacían más tentadora la idea de largarse y dejar a Gabe vivir feliz con su reflejo.
¿Y que sería de Jace? Olvidaría a su bitácora, igual que a la idea de ser alguien para quien lo necesitara.
— Cloe — Don la llamó, haciendo que levantará la mirada para encontrarse con la sonrisa amable de ese hombre. Algunos mechones estaban sueltos en su moño de surfista, pero a ella le agradaba el aire relajado que aportaba. La hacía sentir tranquila...como si el mundo no fuese tan malo —. Escucha, todo sabemos que podrás con esto porque confiamos en tí. Yo confío, y sé que sacarás a mi amigo de este lío en el que se metió por su cuenta.
— No te ofendas, pero tú confías en todos, Don — le dijo —, eres como un pedacito de cielo hecho persona, así que no cuentas.
— Pues, yo también confío en tí — dijo Lilian, cruzándose de brazos —, y te aseguro que no soy un pedacito de cielo.
— Tú eres mi mejor amiga...— Clo rodó los ojos, sabía que todos ellos confiaban.
— Bien, tienes razón. No importa que nosotros confiemos — habló Sanne —, lo que importa es que tú confías en tí misma, porque sé que lo haces; solo que ahora el miedo a que esto sea más grande que tú hace que se te olvide.
— ¿Eso crees? — preguntó la chica.
— ¡Claro que sí! ¡Eres Cloe increible Nicols! — exclamó su amiga —, eres la chica que le pateó el trasero a la anorexia y al mal humor. La chica que salta todas las rayas de un paso peatonal sin caerse, y que juega Pacman como nadie. Eres la mujer que le puso nombre a un libro y nadie sabe más sobre trastornos alimenticios que tú.
» Pero más importante, eres la chica que confía en sí misma y en sus decisiones. Dime que eso no ha cambiado, porque odiaria saber que perdí a esa Cloe.
Entonces, Cloe se fijó en los ojos grises de su amiga. Ella siempre tuvo una mirada que iba más allá de ser comprensiva. No sabía como, pero Sanne sabía cómo atravesar a las personas, comprender por lo que pasaban y hacerlas entrar en razón con un simple contacto visual. Era un don maravilloso, uno que sólo unos ojos como los de ella podían tener.
Sanne era madura, tranquila, centrada y luchadora. Sabía establecer sus metas, pero más importante, se esforzaba por cumplirlas. Tenía una debilidad; tres, mejor dicho, y estás eran sus amigas. Utilizaba su don para traerlas de nuevo a la realidad cuando se encontraban en medio de crisis existenciale, pues hacía menos de cinco años que se había establecido la meta más relevante en su vida: No dejaría que a esas tres chicas olvidarán su valor de nuevo.
Y eso hizo, con una mirada y unas simples palabras le recordó su valor a Cloe. La sonrisa de la castaña se extendió al sentir que su confianza estaba regresando. Existen instantes en los que nos perdemos a nosotros mismos; instantes en los que nos miramos en un espejo y no nos reconocemos. Es una sensación horrorosa porque no sabes qué extrañar; estás ahí pero no sabes si estás. Y luego, te encuentras otra vez...solo quieres abrazarte, besarte, y agradecer que no te has ido.
Porque un alma fuerte no se va.
Cloe aún podía reconocerse, incluso después de su pequeña crisis ¿Y sabes algo? Ella era mucho más de lo que Sanne había descrito...
— ¡Tienes toda la razón, Sanne! ¡Soy Cloe increíble Nicols y voy a curar a ese Narciso! — se levantó de su asiento y golpeó la mesa con emoción —, Voy a mejorar su vida y voy a conseguirle una novia, ¡todo eso sin morir en el intento! ¡¿Saben por qué de que lo haré?!
— ¿Por qué? — preguntó Don, sonriendo al verla tan emocionada.
— Porque si está margarita sobrevivió al más cruel invierno, sobrivivirá a cualquier otra cosa.
Y no hay mejor reacción al miedo que abrazarse a si mismos; porque el miedo hace que nos perdamos, y un alma débil es capaz de extraviarse con facilidad. Cloe rodeó su rareza, sus peculiaridades y su confianza. No iba a dejar que nada se le escapara porque ese era un buen día y sabía que el siguiente sería igual siempre y cuando no sucumbiera a más crisis como esa. Ella era una flor fuerte, sobreviviente a inviernos crueles...
Pero me temo que hay otoños que también le juegan malas pasadas a ciertos retoños, y no sé si un alma fuerte será capaz de aguantar la tentación de perderse entre las hojas.
[1] Síndrome de Covada: Viene de la palabra francesa que significa "encubar" y es prácticamente los síntomas del embarazo pero en el hombre.
Nota de autora:
Tengo buenas y malas noticias ¿Cuál quieren oír primero?...
Bueno, les diré la mala sin importar su respuesta porque...pues, porque sí 😂 No podré actualizar en varias semanas, lo que me tiene de MUY mal humor, pero estoy hasta el cuello de deberes y no voy a tener tiempo para escribir. En verdad, lo siento. Pero les prometo que al volver les vendré con muy buenos capítulos.
Ahora, la buena noticia. Finalmente, decidí crearme un ig para subir cosas que escribo y blah, blah, blah (en verdad, fui obligada pero ya que). La cosa es que quiero subir frases de esta historia y de Margaritas, así que si algun@ recuerda un momento que les encantó de este o del otro libro, ¿podrían decirlo y así lo publicaría en mi desierta y nueva página de Instagram? SE LOS AGRADECERÍA MUCHO ❤❤
Con eso listo, les tengo una encuesta: ¿Cuántos aquí creen que Linda y Gabe van a tener algo más allá de una amistad? ¿Cuántos aquí creen que Cloe va a lograr ayudar a su Narciso?
Bueno, ya me puse muy fastidiosa...mejor me voy😂 Chau!!❤
~Rina❣
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